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¿Por qué la adversidad ataca tanto a los creyentes?

A lo largo de la Historia humana la cuestión del dolor y el sufrimiento


ha desafiado a las mentes más iluminadas. Los filósofos se han preguntado:
¿Si Dios es sólo bondad y todopoderoso, cómo es que permite el mal y el
sufrimiento?
Pero la inquietud persiste y sacude la fe de quienes intentan resolverlo,
sin embargo, a la luz de las Escrituras podremos encontrar varias respuestas
a estas interrogantes.
El libro de Job describe la experiencia contradictoria de un hombre
bueno sumido en la aflicción y que puede dar lugar a la pregunta: ¿Por qué
sufren los justos?
Es importante tener en cuenta, que la Biblia dice que algo anda mal
con respecto a nuestro mundo, este mundo que Dios creó perfecto, donde
observamos que actualmente hay una perversión destructiva, negativa,
caótica, casi demoníaca.
En Génesis 1-2.3 encontramos que en un período de seis días, Dios
crea el universo y a la humanidad. En los primeros cuatro días crea el
universo, en el quinto día, Dios crea las aves y los seres marinos y en el
sexto crea los animales terrestres y la raza humana. El relato termina con la
afirmación de que ¨Dios vio que lo que había hecho era bueno¨, en el séptimo
día Dios descansó y bendijo aquél día como un día sagrado.
Pero vino la desobediencia del hombre (Génesis 3.1-24), donde se
muestra cómo el pecado entró en el mundo y enseña que el ser humano es
responsable por sus acciones y sufre las consecuencias cuando
desobedece el mandamiento de Dios. No puede culpar a los demás, ni
siquiera al enemigo, lo que conocemos como el ¨pecado Adámico¨.
(Romanos 1.20-22) El pecado no es básicamente una acción o una
condición social, sino una desorientación interior, algo que se da en el
corazón del ser humano. Es esa decisión íntima de centrar la vida en lo finito,
en lo pasajero antes que en Dios, dando como resultado la perversión de
todas las relaciones humanas.
Dios se ha manifestado a través de su creación, al contemplar el sol,
la luna y las estrellas podemos darnos cuenta que hay un Dios. No obstante
la humanidad no ha correspondido a esta revelación. Habiéndole conocido
por Sus obras, no le ha glorificado ni se muestra agradecida.
Esto es lo que hace necesaria la salvación, la cual llega únicamente
por el Evangelio. El universo revela a todos el ¨eterno poder¨ y la ¨deidad¨ de
Dios. Es decir, que la revelación completa del amor de Dios vino en
Jesucristo.
Al enorgullecerse más y más los hombres acerca de su pretendido
conocimiento, se hunden más en la ignorancia y en la soberbia:
- El ser humano casi siempre procura ser el centro de su universo y
piensa que lo tiene bajo su control, y se cree el árbitro de su destino.
- (Romanos 5.8) Con lo que Dios mostró su gran amor por nosotros,
únicamente por efecto de Su voluntad soberana.
- Si nos arrepintiésemos y abandonásemos el orgullo autosuficiente,
muy buena parte del sufrimiento humano podría desaparecer.
- Lo opuesto al pecado es el amor y el servicio a Dios. Sin embargo,
debemos recordar que el apartar el pecado y practicar el amor, es
un proceso que dura toda la vida.
- Por lo que debemos rogar a Dios que su amor sea derramado en
nosotros los creyentes y en nuestras acciones día a día, para poder
vencer la adversidad con la ayuda de su Espíritu.

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