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1. Cambio de paradigma
El aula es hoy un espacio cada vez más extraño para el alumno, donde pasan cosas que no
tienen nada que ver con lo que ocurre en el resto de la sociedad. Antes en la escuela uno se
enteraba de muchas cosas de las que no se podía enterar en otra parte. Hoy los alumnos
reciben información de muchas fuentes. Internet: es la gran madre de todas las
enciclopedias. Comprende la más amplia información, animada con imágenes en 3D,
imágenes reales, y posibilidad de consulta permanente.
Libro Interactivo
2. Liderazgo docente
Durante muchos años se asoció la palabra “líder” a una condición innata, que además era
privilegio de muy pocas personas. Si no tenías condición de líder nada podía cambiar esa
realidad. Los estudios han avanzado y han demostrado que el liderazgo también es una
habilidad que puede desarrollarse, que puede entrenarse!. Lo cual nos pone en un lugar de
mucho optimismo al respecto, ya que creemos que hoy la cualidad de líder es un rasgo
esencial que debe construir cualquier docente para sostenerse en el sistema educativo, que
exige un gran cambio para subsistir, porque el acelerado crecimiento de la tecnología de la
comunicación invadió el escenario educativo. Sabemos que hoy el aula y el docente ya no
son los únicos que pueden transmitir conocimientos, el universo Google brinda a los niños y
jóvenes una aventura en cuanto al ofrecimiento de información, mucho más atractiva que la
figura del docente expresando conocimiento.
También están los juegos interactivos que desarrollan diversas habilidades cognitivas, y la
tecnología misma potencia una serie de destrezas digitales. Este gran cambio nos obliga a
repensarnos como educadores, a repensar nuestro rol. A focalizarnos más en el desarrollo
de un perfil de liderazgo, que pueda movilizar desde lo emocional a un grupo hacia una meta
en común, hacia el desarrollo de habilidades que sólo suceden desde lo vivencial, como lo
son las habilidades emocionales y sociales.
Pensamos el liderazgo desde la propia habilidad para manejar emociones y sentimientos, desde la capacidad para
comunicarse, de ser empático, construir confianza, y sobre el desarrollo de la autoestima.
Liderazgo
Liderazgo y emoción
El antiguo paradigma del liderazgo sostenía que las emociones no son importantes, se creía
incluso que podían ser peligrosas y que expresarlas es señal de inmadurez. Por eso los
buenos líderes eran quienes podían dejar de lado las emociones. Un paradigma que aún
existe en muchas organizaciones y también en las instituciones educativas.
Según Daniel Goleman, psicólogo estadounidense que ayudó a popularizar la IE 2, hay cinco
elementos principales de la inteligencia emocional en el liderazgo:
Autoconciencia
La autorregulación.
Automotivación.
Empatía.
Las habilidades sociales.
Cuanto mayor sea la capacidad del líder para administrar cada una de estas áreas mayor
será su liderazgo.
Veamos que nos dice el autor al respecto de aprender a gestionar las emociones.
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Autoconciencia
¿Cómo me siento? ¿Por qué me siento así? ¿Cómo estoy manifestando lo que estoy
sintiendo?
Socialización emocional
Puede parecer obvio que sabemos lo que estamos sintiendo pero no es así, generalmente
estamos atrapados en el pensamiento, pensamos en lo que haremos a futuro, en algo que
ya pasó, pero hay un flujo de emociones que corren paralelo al pensamiento, siempre
estamos sintiendo algo, pero por lo general no lo detectamos hasta que estos pasan por la
percepción. Así que esperamos que nuestros sentimientos vengan a nosotros y nosotros no
vamos a ellos.
Si somos conscientes de nosotros mismos y siempre sabes cómo nos sentimos, sabremos
cómo nuestras emociones y acciones pueden afectar a las personas que nos rodean.
Autorregulación emocional
Es interesante saber que cuando un impulso nos avasalla, se da a nivel irracional del
pensamiento, por ello si en ese instante nos detenemos a pensar, encendemos el
pensamiento racional, el cual no puede convivir con el pensamiento irracional, nos ayuda a
salir de la irracionalidad y por ende se puede controlar los impulsos.
Los líderes que se autoregulan de forma eficaz no atacan verbalmente a otros, ni toman
decisiones apresuradas o emocionales. Tampoco consideran a las personas como
estereotipos ni comprometan sus valores. La autorregulación es lo que ayuda a mantener el
control.
Automotivación
Es la motivación hacia uno mismo, el darse las razones, el impulso, el entusiasmo e interés
para alcanzar una determinada meta, es el influir sobre uno mismo. Preguntarse el para
quéestamos haciendo lo que estamos haciendo, qué sentido tiene.
En la década del 60, hubo un campeón olímpico muy famoso llamado Jean Claude Killy, un
tiempo antes de competir en una carrera muy importante, se lastimó una pierna lo que le
impidió practicar para correr, de todosmodos salió primero. Cuando se le preguntó cómo
ganó la carrera respondió que había visualizado cada detalle de la carrera.
Los líderes motivados trabajan de forma constante hacia sus objetivos y tienen
estándares muy altos para la calidad de su trabajo.
La empatía
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro imaginariamente y así poder
entender lo que siente, ser capaz de captar una gran cantidad de información sobre la otra
persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su
expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro
de ellas, lo que están sintiendo.
- Favorece el desarrollo emocional, permite que los niños se centren en lo que hay a su
alrededor en lugar de focalizar la atención en si mismos.
- Mejora las relaciones sociales y las interacciones son más ricas, con vínculos más fuertes.
- Contribuye a la socialización.
- La empatía es clave para ser queridos por los demás y para una sana autoestima.
Habilidades sociales
Los líderes que dominan las habilidades sociales de la inteligencia emocional son grandes
comunicadores. Son igual de abiertos a escuchar malas noticias como buenas noticias. Los
líderes que tienen buenas habilidades sociales también son buenos en la gestión del cambio
y en la resolución de conflictos.
Habilidades comunicativas:
La autoridad docente antes se imponía, un docente sólo por ser adulto y ocupar una cátedra
ya era respetado, hoy la autoridad se debe construir porque ya no sucede como antes. El
prestigio que tuvo siempre un docente se fue desdibujando con los cambios sociales y el
cuestionamiento hacia las instituciones en general, entre ellas, la escuela. Uno de los temas
habituales de debate entre los docentes es: la pérdida de autoridad en el aula.
Concepto de autoridad
El clima áulico depende en gran parte de la figura de autoridad que logre el docente.
Estudios mediante encuestas confirman que recordamos más a los docentes por sus
capacidades socioemocionales (capacidad de conectar con los alumnos desde la cercanía
emocional) que por sus conocimientos.
Que el docente sea democrático no significa que sea permisivo. Muchos alumnos provienen
de una familia y una sociedad permisiva. Y no saben aceptar un “no”. Hay que mantener el
“no” firmemente pero sin agresividad.
El docente democrático tiene la facilidad de redirigir la bronca de sus alumnos, de convertirla en risa o en empatía, estas
son incompatibles con la agresión. Un experimento demostró desarrollando la empatía baja la agresión: una persona pasa
un semáforo en rojo provoca un índice del 90% de bocinazos. Se hace pasar el semáforo en rojo a una persona usando
muletas, otra disfrazada de payaso haciendo humoradas, y el índice de bocinazos es mucho menor.
¿De qué sirve el docente? ¿En qué lugar estamos? ¿La escuela va a seguir
existiendo?
Llega al nativo digital (alumnos) con la inocencia de creer que le lleva todo lo mejor que
aprendió en su formación profesional.
Y se encuentra con alguien que no se sorprende de lo que le trae, porque vive en un mundo
digital más excitante!
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¿Cómo debemos educar a los 'nativos digitales'? Marc Prensky responde.
Duración: 4.27
Pero por más que intenten cambiarnos por tecnología, una máquina no puede dar valores
éticos, puede dar contenidos pero no le puede enseñar al alumno a razonar y a pensar!
Aprender a conocer
Aprender a hacer
Aprender a vivir juntos con los demás (convivir)
Aprender a ser
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3. Trayectorias escolares
Las emociones influyen en la forma como valoramos nuestra realidad: facilitan que estemos
motivados, permiten adaptarnos a las situaciones y favorecen que actuemos mejor al
comprenderlas y expresarlas.
La autonomía: Los niños con baja autonomía sienten que no son capaces de hacer
las cosas por sí mismos. Buscan la ayuda del adulto y cuando están solos ante una
tarea no saben como afrontarla, por lo tanto se sienten indefensos, incluso enfadados
por tener que hacelo solos, pensando “cómo voy a hacer esto?”, “si no me ayudan no
voy a poder”. A través de la educación emocional los niños aprenden a creer en sus
propias posibilidades y a disfrutar de sus logros, de manera que desean tener
mayor autonomía y esa actitud les lleva a pensar “voy a hacerlo solo”, “lo voy a
conseguir”.
Comunicación
Marshall B. Rosenberg es fundador y director de los servicios educativos del Centro para la
Comunicación No Violenta (CCNV). Tras haber crecido en un barrio problemático de Detroit,
el Dr. Rosenberg se interesó profundamente por nuevas formas de comunicación para
presentar alternativas pacíficas a la violencia de la que fue testigo. Este interés también
lo llevó a la obtención de un doctorado en psicología clínica en la Universidad de Wisconsin
en 1961. Fundó el CNV en 1984 y brindan capacitación en 30 países de América del Norte,
América del Sur, Europa, Asia, Oriente Próximo y África, ofreciendo talleres para
educadores, terapeutas, padres, trabajadores de los servicios de salud, mediadores,
gerentes de empresas, guardia de cárceles y reclusos, policías, personal militar, clero y
oficiales del Gobierno. Actualmente, el Dr. Rosenberg reside en Wasserfallenhof, Suiza, y
viaja habitualmente a ciudades de todo el mundo ofreciendo capacitación en CNV y
mediaciones en conflictos.
La comunicación no violenta se basa en la siguiente fórmula 3:
4. Petición. Y por último, descubres cómo proponer a la otra persona una petición o idea
que permita a ambos enriquecer sus vidas.
No hay forma de herir a otros con este tipo de comunicación “mucho más elevada”, lo que te
permite mejorar las relaciones interpersonales.
La compasión es, según Marshall, un estado natural del ser humano, y con este nuevo tipo
de comunicación apoyas esta compasión innata. No obstante con la forma habitual con la
que te comunicas, y nos comunicamos la mayoría de nosotros, te alejas de esta compasión
a través de:
- Los juicios moralistas. Esto es, criticar, comparar, o echar la culpa a otros de tus propias
desgracias o necesidades. También incluye insultar, etiquetar y emitir diagnósticos basados
en tu necesidad de sentirte mejor en una situación dada, por ejemplo (de quedar por
encima).
- Las exigencias y el castigo. Ya que implica que hay alguien que está haciendo las cosas
“mal”, o que “es malvado”, lo cual te aleja de la compasión notablemente.
Con esta forma de comunicación y ver la realidad, no se consigue lo que nos proponemos
cuando hablamos con otra persona. Lejos de llegar a un acuerdo, o conseguir que la otra
persona te ayude o te entienda, lo que propicias es que se ponga a la defensiva y no atienda
realmente a cuáles son tus sentimientos o necesidades en ese momento.
Así pues en lugar de decir: “Siento que cuando mi vecino pone la música tan alta, es porque
tiene un problema de personalidad”, podríamos decir: “me siento frustrado cuando mi vecino
pone la música alta, porque necesito descansar por las noches”.
Si te fijamos en la primera oración, la persona que habla no expresa para nada cómo se
siente, qué sentimientos tiene en ese momento. Solamente hace referencia a lo que le
parece mal en la otra persona. Es importante, por tanto, aprender a identificar los propios
sentimientos para empezar a comunicarnos mejor con los demás, y crear empatía en el otro.
Esto es, asumir la responsabilidad de los sentimientos, hacernos consciente de que pase lo
pase a nuestro alrededor, tenemos el poder de no reaccionar, todo depende de con como
estemos observando lo que está sucediendo. 4Posibles respuestas:
1. Sentir culpa, ante lo que nos dice el otro, nos sentimos responsable.
2. Proyectar la culpa al otro, ante lo que te dice el otro, nos sentimos víctima.
4. Darnos cuenta de los sentimientos y necesidades de la otra persona. Ya que si nos está
reclamando algo, es porque esa misma persona no sabe cómo manifestar su malestar y su
necesidad de otra manera, más constructiva (lo que lleva a sentir compasión, y no enfado).
Las dos últimas opciones nos permiten elegir otra manera de relacionarnos con los demás, a
pesar de que se acerquen a nosotros de maneras más bien negativas.
Hay que aclarar bien lo que queremos pedirle a los demás, expresar con claridad nuestras
necesidades, o lo que esperamos de ellos. Porque habitualmente sólo pensamos en lo que
no queremos, o lo que no nos gusta. Poniendo nuestro foco de atención en lo que no
queremos no vamos a conseguir queremos, sin manifestarlo como una exigencia.
La recepción empática
Las relaciones mejoran con la empatía, porque le brindamos al otro un espacio en el que se
sentirá seguro y atendido, lo que favorece aún más la comunicación entre ambos.
El poder de la empatía
Empatizar con el otro en cualquier tipo de circunstancias (incluidas las negativas) nos
permite:
Percibir el mundo y a los demás de una nueva manera. Dejamos de ver en el otro un
ataque, podemos ver una persona que tal vez está dolida o frustrada por algo que le
sucedió. Lo que te permitirá no tomártelo como algo personal.
Sentirnos más seguro, a través del dejar entrever nuestra vulnerabilidad. Ya que al
confesar, por ejemplo, ante una audiencia que estamos un poco nerviosa/o,
los oyentes estarán más predispuestos a empatizar con nosotros y ser menos
exigente con nuestra exposición.
Captar las necesidades y sentimientos del otro.
Es importantísimo empatizar con uno mismo contigo mismo, ser autocompasivo, no ser tan
severo con los propios errores.
Siempre que nos obligamos o exigimos hacer algo es porque queremos cubrir alguna de
nuestras necesidades: puede ser que nos exijamos trabajar porque necesitamos dinero, o
queremos atender a los demás en todo momento porque necesitamos aprobación, y
preferimos exigirnos a nosotros mismos hacer cosas que no nos agradan antes de sentir
culpa, vergüenza o por miedo al castigo. Por tanto, hay que descubrir cuál es esa necesidad
y busca la manera de satisfacerla desde la Elección (y no la Obligación).
Lo primero a reflexionar es que nunca nos enojamos por lo que dicen o hacen los demás,
sino por los pensamientos que se desencadenan en nuestra mente cuando alguien hace o
dice algo que está en contra de nuestros valores. Es nuestro propio pensamiento el que nos
enfada.
Los insultos, los juicios, y la violencia física, son formas de expresar la ira que no nos
conducirán a conseguir lo que nos proponemos: satisfacer la propia necesidad de que la
otra persona comprenda que lo que ha dicho o hecho nos ha molestado. Lo más posible es
que se ponga a la defensiva (no escuchará nuestro dolor), o incluso que se rebele y agudice
aún más ese comportamiento que no nos gusta.
La CNV recomienda aprender a dar elogios a los demás de forma más positiva y
responsable. Pues habitualmente cuando elogiamos a otros, lo que estamos haciendo es
emitir un juicio (aunque en este caso es positivo, no deja de ser un juicio).
La otra manera que existe de elogiar a los demás es decir “gracias” expresando:
· Las acciones que contribuyeron a que estemos agradecidos o que elogiemos a la otra
persona.
Por ejemplo, en lugar de decir: “Usted es un hombre brillante“, podrías decir: “Marshall
cuando dijiste que había otra manera de gestionar la ira, me sentí muy esperanzada porque
estaba buscando la manera de conectar mejor con mi hijo, y tu clase me dio la orientación
que necesitaba“.
De esta manera, nos hacemos responsables de nuestras emociones no culpamos a los otros
de nuestros ataques de ira, porque comprendemos que esta emoción es sólo la expresión
de una necesidad nuestra que no está siendo satisfecha en ese momento.
4. Repasemos lo importante
Lucas Malaisi, psicólogo Argentino explica esto de la siguiente manera: a los estados de
ánimo que Damasio llamó desánimo- entusiasmo, el los define como modo defensa o modo
creativo. Cuando percibimos un peligro o cualquier emoción displacentera, quedamos
en modo defensa. El modo defensa, en términos biológicos es la activación de una parte
del sistema nervioso autónomo, que es el sistema simpático Y cuando esto ocurre, nuestros
cuerpos se disponen para las siguientes acciones: defensa, huída, parálisis. El problema es
que cuando se activa el simpático, se desactiva el parasimpático; el cual regula el
funcionamiento del sistema digestivo, la memoria, la inteligencia, la creatividad, el sistema
inmunológico, etc. Cada vez que nos enojamos, cada vez que tenemos miedo; nada de esto
funciona o funciona al 50%. Por ej: estudiantes que cuando van a rendir, le tienen miedo al
profesor; activan el modo defensa, tienen palpitaciones y se olvidan de todo o casi todo. La
responsable de estas situaciones es una sustancia en sangre- segregada como
consecuencia de una emoción la que activa el sistema simpático o el parasimpático ,que en
términos psicológicos se llama modo defensa/ desánimo o modo creativo/ entusiasmo .
Cuando estamos en modo creativo liberamos sustancias químicas que hacen que nuestra
memoria trabaje al máximo, nuestra creatividad también y nuestros sistemas inmunológico y
digestivo funcionen a la perfección. Cuando estamos en modo defensa nuestra creatividad y
memoria funcionan a la mitad, el sistema inmunológico se debilita y lo que comamos no nos
va a caer bien, ya solo tenemos energía para huir, atacar o paralizarnos. Se desconectan los
LPF . Aquí vemos entonces que hay un error en la biología. ¿De qué nos sirve que se active
el sistema simpático cuando tenemos que dar un examen, si es cuando más necesitamos
nuestra creatividad y memoria funcionando? Es un remanente de la evolución del hombre.
En el pasado- comienzos de la humanidad-, estábamos en la selva tranquila comiendo
cuando, de repente, veíamos a un león y había que salir corriendo para salvar nuestra vida.
El cuerpo desactivaba el sistema digestivo, la memoria y el sueño; salía corriendo y podía
sobrevivir. Pero los problemas de la humanidad cambiaron y la amígdala no discrimina que
tipo de problemas tenemos; entonces sigue desactivando el sistema parasimpático y nos
sitúa en modo defensa. Los problemas del siglo XXI no requieren del modo defensa para ser
resueltos. Al contrario, requieren del modo creativo. Si tenemos un examen que dar o un
problema en el trabajo, no sirve que nos pongamos en modo defensa porque vamos a
funcionar biológicamente a la mitad. Por ello, necesitamos realizar una reeducación de las
emociones.
Para lograr esto debemos saber primero que maneja los estados emocionales: LOS
PENSAMIENTOS. Es decir, nuestra forma de clasificar la realidad, nuestra forma de
interpretar lo que nos pasa. Las emociones, están generadas por las interpretaciones que
hacemos de los hechos, lo que pensamos sobre lo que nos ocurre determina aquello que
sentimos. No es la realidad lo que genera las emociones sino como nosotros interpretamos
lo que nos pasa. Está en los pensamientos el poder de generar las emociones.
El pensamiento es el autodiálogo, charla cerebral. Cada vez que pensamos hablamos con
nosotros mismos. El 90 % de la comunicación que tenemos los seres humanos es con
nosotros mismos. Sólo el 10% se da con el afuera. Casi todo el tiempo estás comunicándote
con vos. Cada vez que pensás charlas con vos mismo.
La calidad del autodiálogo. Hay gente que en su autodiálogo se maltrata, se marcan todo
el tiempo lo negativo, lo que anda mal. Si el autodiálogo es tortuoso hacia afuera genera
enojo con los demás. Por ej: Siempre me hacen enojar, no valoran lo que hago, todos me
decepcionan, etc. Cuando el autodiálogo es tortuoso pero hacia adentro genera ansiedad o
depresión .Por ej: soy siempre el mismo, no sirvo para nada. Este tipo de autodiálogo nos
hace entrar en modo defensa.
Otras personas, sin embargo, tienen un autodiálogo motivante y a los problemas los ven
como desafíos .Por ej: seguro que esto esta acá para fortalecerme, para crecer (nos hace
entrar en modo creativo) .Pero ¿cuándo surge este autodiálogo? Cada vez que pensamos,
evaluamos y clasificamos la realidad, lo que nos está pasando; con una escala que va desde
excelente a pésimo. Por ej, si tenés que mudarte de ciudad por motivos laborales de tu
esposo, lo que te obliga a dejar tu trabajo. ¿Cómo clasificas ese hecho? ¿Pésimo? ¿Lo peor
que te pasó en la vida? Sin embargo, la realidad es dual y frente a este mismo ejemplo; una
persona optimista pensaría “ Si esto nos pasó, va a ser para bien en el futuro, Seguramente
yo conseguiré otro trabajo en la nueva cuidad, haremos nuevas amistades, quizás los chicos
tengan más oportunidades allí, etc. Pensemos ahora en otro ejemplo, tu marido consigue un
asenso en su trabajo, ¿cómo lo clasificas? Excelente. Sin embargo, la persona pesimista
pensaría: Ahora seguramente le van a exigir que se quede más horas, va a estar menos
tiempo con la familia, va a tener más cenas de negocios, hasta quizás tenga que viajar los
fines de semana, etc. (Y lo que era una noticia linda, pasa a ser una tragedia en potencia).
El estado de ánimo tiene una correlación directa con la clasificación de la realidad minuto a
minuto. Está comprobado que las personas con depresión o muy quejosas utilizan mucho el
rango pésimo-muy malo, malo normal ¿en qué plataforma emocional viven
prácticamente? MODO DEFENSA. Las personas optimistas, por el contrario, utilizan este
rango de evaluación (normal, bueno, muy bueno, excelente) ¿en qué plataforma emocional
viven prácticamente? MODO CREATIVO Toman lo negativo como instancias de aprendizaje
y como fuerza motivadora para cambiar algo. ¿De qué depende entonces nuestra forma de
evaluar la realidad? Depende de nuestras creencias. ¿Cuáles son los orígenes de las
creencias (mente inconsciente)? La crianza. Es la que más influye (lo vivido hasta los 8 años
forma parte del inconsciente y se llaman los días decisivos) Lo que nos dijeron en esa etapa
pasa a convertirse en realidad porque pasa a formar parte de las creencias nucleares. Si lo
que te dicen en esa etapa es negativo: “sos un tonto, sosegoísta”; vas a hacer realidad estos
rótulos cuando seas grande. En cambio, si es positivo: “vos podes, sos una persona
maravillosa”, en eso te convertirás. Pero no sólo lo que nos dicen nuestros padres, también
influye lo que nos dicen en la escuela, lo que nos llega a través de los medios de
comunicación, etc. El conocimiento científico (los libros que estudias, lo que lees al respecto,
cursos, etc.) La experiencia. Por ej: Me va mal en la prueba de matemáticas (Pienso y
generalizo: soy malo para las matemáticas). Aquí se va a dar un círculo vicioso: si creo que
soy malo para una materia, voy a entrar a una prueba con miedo (por consiguiente
funcionando al 50%).
Consecuentemente, es muy posible que me vaya mal y refuerce con esa mala experiencia
mi creencia previa. La focalización. Si nos focalizamos en ver lo positivo de lo que nos pasa,
lo vamos a encontrar; pero si nos focalizamos en lo negativo, también lo vamos a encontrar.
No castigar el error. El error es una instancia de aprendizaje: Nos ayuda a ver qué cosas
debo cambiar la próxima vez. Es decir, los errores son los motores del cambio. (No debe
haber consecuencias negativas por un error cometido, si por la transgresión de un límite del
cual se haya hablado de antemano) Las críticas deben ser constructivas y en privado. Deben
ser concretas y apuntar a una acción que puede ser mejorada. No al ser. Tener en cuenta
que lo que riego, crece. Si me vivo fijando y vivo señalando lo negativo en mis alumnos, eso
es lo que crecerá. Sin embargo, si resalto y presto atención a lo positivo, eso crecerá.
Debemos tener en cuenta que el cerebro se cierra frente a comentarios negativos. Si
queremos lograr un cambio en ellos, debemos decirles alguna fortaleza que vemos en ellos,
luego la acción que puede ser mejorada y luego una idea emponderadora.
Según Warren Bennis3 existen algunos ingredientes básicos que todo Líder tiene:
Visión Guiadora
El líder tiene una idea muy clara de que es lo que quiere hacer personal y profesionalmente,
y la fortaleza para perseverar a pesar de los contratiempos y hasta de los fracasos. A menos
que uno sepa a donde va y porqué, no es posible que llegue.
John P. Kotter nos dice que visión se refiere a una imagen del futuro con algún comentario
implícito sobre el motivo por el que la gente debe luchar para crear el futuro, incluso afirma
que puesto que la función del liderazgo es la de producir cambio, señalar el rumbo de ese
cambio es fundamental para liderar. El señalamiento del rumbo como parte del liderazgo no
se traduce en planes, sino en visión y estrategia, que describen lo que un negocio, una
tecnología o una cultura corporativa deberían llegar a ser a largo plazo, articulando una
manera factible de alcanzar esa meta.
Pasión
El líder tiene una pasión fundamental por los procesos de la vida, combinada con una pasión
muy particular por una vocación, profesión, línea de conducta. El líder ama lo que hace y le
encanta hacerlo... el líder que comunica pasión les da esperanza e inspiración a otros.
Integridad
Warren Bennis nos indica que la integridad para él tiene tres partes: el conocimiento de sí
mismo, sinceridad y madurez. Conócete a ti mismo, sigue siendo la tarea más difícil para
todos. Para que un líder pueda triunfar debe conocer sus puntos fuertes y débiles y debe
saber que es lo que quiere y porqué lo quiere.
La madurez es importante para el líder, todo líder debe haber tenido la experiencia de ser
seguidor, de haber aprendido a ser laborioso, observador, capaz de trabajar con otros y
aprender de ellos, nunca servil, siempre veraz. Habiendo hallado estas cualidades en sí
mismo puede fomentarlas en los demás.
Según James Otoole el líder nunca pierde de vista sus objetivos o compromete sus
principios. Es simultáneamente una persona de fuertes principios y pragmática.
Confianza
Bennis nos dice que la confianza es una cualidad que tiene que ganarse, la otorgan los
colegas y seguidores y sin ella el líder no puede funcionar. Para James Ottole refleja los
valores y aspiraciones de sus seguidores.
Curiosidad
El líder se interesa por todo, quiere aprender todo lo que pueda.
Audacia
El líder no se preocupa por los fracasos, está dispuesto a arriesgarse, experimentar, ensayar cosas nuevas. Acepta los
errores sabiendo que de ellos se puede aprender.
3
Boyett, J (2000) Lo mejor de los Gurus. Ed: Ediciones Gestión
Libro Interactivo
5. Bibliografía
Goleman, D. (1997) La Inteligencia Emocional. Javier Vergara Editor, S.A. Buenos Aires,
Argentina. Disponible en:
http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/maslibros/Goleman%20Daniel%20-
%20Inteligencia%20Emocional.PDF
Material complementario
ARTÍCULOS
GOLEMAN, D.: La Inteligencia Emocional. Javier Vergara Editor, S.A. Buenos Aires,
Argentina.
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