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capitulo VI

CESION POR RUPTUA


6.1. Introducción
6.2. Datos experimentales
6.3. Relación entre ruptura y esfuerzo
6.4. Relación entre ruptura y deformación
6.5. Ruptura en rocas
6.1. Introducción
En el capitulo II se ha mostrado que las rocas sufren primero
una deformación elástica, y luego una deformación
plástica. Si la deformación prosigue, la roca puede, ceder
por ruptura, es decir se rompe.
Todas las rupturas se pueden clasificar como como fracturas
de tensión y fracturas de cizalla. Las fracturas de tensión
resultan de fuerzas que tienden a estirar la muestra. Cuando
la muestra se rompe, las dos paredes se alejan la una de la
otra. Las fracturas de cizalla resultan de fuerzas que tienden
a deslizar una parte de la muestra contra la otra parte
adyacente. Cuando la muestra finalmente se rompe, las dos
paredes pueden deslizarse una contra la otra.
Es de mucha importancia distinguir entre el carácter de la
fuerza externa y el tipo de fractura. Las fracturas de tensión
pueden resultar no solamente por tensión, sino también por
cuplas y aun por compresión; no obstante, como se vera
después, se da un nombre especial a las fracturas de tensión
formadas por compresión. Las fracturas de cizalla se pueden
desarrollar no solamente bajo compresión, sino también por
cuplas y por tensión.
6.2. Datos experimentales

Tensión
En el tipo de tensión mas simple, se tira en direcciones
opuestas de los extremos de una barra. Después de
producirse la deformación elástica y la deformación
plástica, la muestra cede por ruptura. La naturaleza de esta
depende de la fragilidad del material. En sustancias frágiles,
tales como el hierro forjado o un trozo de tiza, se forma una
sola fractura de tensión perpendicular al eje de la barra.
Figura A.
Figura A
En sustancias mas dúctiles, la ruptura puede ser precedida
por un estrangulamiento; es decir, la parte central de la
barra se estrecha mas que los extremos. Figura B

Figura B
Se desarrolla una fractura cónica, cuando se produce
finalmente la ruptura, se separa una protuberancia cónica
de una depresión cónica. En este caso, la muestra ha
cedido a lo largo de fracturas de cizalla. En algunos
materiales, la ruptura es una combinación de fractura de
cizalla y de fractura de tensión. Figura C

Figura C
Las rocas consolidadas que están cerca de la superficie de
la tierra son sustancias frágiles y cuando son sometidas a
tensión, debemos esperar, generalmente por la formación
de grietas de tensión. En otras palabras, las estructuras
deben formarse perpendicular a las fuerza tensionales.
Las rocas tienen una residencia a la tensión mucho menor
que su resistencia a la compresión. Por ejemplo la arenisca
tiene una resistencia media a la compresión de 740 kg/cm2,
pero la misma roca tiene una resistencia media a la tensión
de solamente 20 kg/cm2.
Compresión
En el tipo mas simple de compresión, la muestra,
generalmente un cilindro o un prisma cuadrado, es
sometida a una fuerza compresiva en dos extremos
opuestos, y os costados quedan libres para expandirse. En
otros experimentos, un prisma cuadrado es comprimido en
dos extremos, pero esta confinado en dos costados
opuestos; los otros dos costados se pueden mover
libremente.
Si el bloque es un prisma cuadrado, no confinado en los
costados, se desarrollan cuatro juegos de fracturas de
cizalla.
En la figura inferior 81 A, los planos ABCD, EFG, HIJ y KLMN
ilustran los cuatro planos paralelos a los cuales se forman las
fracturas. Generalmente se desarrollan muchas fracturas
paralelas a cada uno de estos planos. A medida que
aumenta la fuerza compresiva, las fracturas aumentan en
numero y tamaño, hasta que, eventualmente una fractura
atraviese completamente la muestra y se produzca el
colapso del bloque. Algunos juegos pueden están mas
desarrollados que otros, especialmente si la muestra no es
homogénea.
Figura 81 A
El ángulo que bisecta la fuerza compresiva – ángulo KOM de
la figura 81 B, tiene siempre menos de 90º, generalmente
alrededor de 60º. Es decir, el ángulo entre la fuerza
compresiva y las fracturas de cizalla es de alrededor de 30º.
Figura 81 B
Si el prisma cuadrado esta confinado sobre dos costados
opuestos, dos juegos de fracturas se inclinan hacia los
costados no confinados de la muestra. Si el frente y la cara
posterior del bloque que muestra la figura 81 A estuvieran
confinados, se formaría solamente los dos juegos de
fracturas representados por ABCD y EFG.
Si la muestra es cilíndrica, la superficie de ruptura tiende a
tomar una forma cónica, esto es, similar a las fracturas de
cizalla que se forman en materiales dúctiles sometidos a
tensión.
Figura 81 A
En muchos casos, sin embargo, las muestras sometidas a
compresión se rompen a lo largo de fracturas paralelas a los
costados del prisma, especialmente si se coloca un
lubricante a los largo del contacto de la muestra con el
pistón que ejerce la fuerza compresiva. Figura 82 A. de
acuerdo con cierto punto de vista, estas son fracturas de
extensión, sobre el principio de que la compresión activa en
juna dirección origina fuerzas tensionales perpendiculares.
Sin embargo, hay objeciones teóricas a dicho análisis, y las
rupturas de este tipo se denominan preferentemente
fracturas de extensión.
Figura 82 A
Otro tipo de fractura resulta aun indirectamente de la
compresión. La muestra, mientras esta sumergida en un
fluido bajo alta presión de confinamiento, se somete a
compresión. Después de retirar la carga y al remover la
muestra, aparecen muchas fracturas perpendiculares al eje
de compresión Figura 82 B. estas fracturas son en
determinado sentido, fracturas de tensión causadas por la
expansión de la muestra al ser retirada la carga, pero, como
no hay tensión activa, pueden ser denominadas fracturas
de relajación.
Figura 82 B
Cuplas
La figura 83 ilustra la relación entre rupturas y cuplas. Se
coloca una hoja de goma sobre un marco cuadrado de
hierro, con bisagras en cada uno de los cuatro vértices. La
goma se recubre después con una capa delgada de
parafina. Si luego se de forma el marco suficientemente por
acción de una cupla, la parafina se rompe, apareciendo
numerosas grietas. Las primeras rupturas son fracturas de
tensión verticales (t de la figura 83 B) con rumbo paralelo a
la diagonal menor del paralelogramo. Al continuar la
deformación, se desarrollan fracturas de cizalla verticales (s
de la figura 83 B) paralelas a los costados del marco.
Figura 83 B
Estas fracturas son también de esperar, porque son análogas
a las fracturas de cizalla que se desarrollan bajo compresión.
Su orientación esta controlada sin embargo, por los
costados del marco.
En la ultima etapa de la deformación se producen
pequeñas fallas inversas (th de la figura 83 B) de rumbo
paralelo a la diagonal mayor del paralelogramo.
Torsion
Si se tira de los dos extremos de un trozo de tiza, se forma
una fractura de tensión perpendicular al eje mayor de la
muestra, como en la figura inferior.
Si el mismo material es retorcido se desarrolla una fractura
helicoidal, como muestra la figura 84 A.

Figura 84 A
Aunque la tiza ilustra la diferencia entre las rupturas
producidas por tensión y por torsión. Las masas de roca que
interesan al geólogo estructuralista pueden difícilmente ser
comparadas con barras. El retorcimiento de cuerpos
laminares, incluyendo ya sea un solo estrato, una formación,
o toda la corteza terrestre, es mucho mas significativo que el
retorcimiento de una barra.
Un ejemplo al retorcer una barra de vidrio, como se muestra
en la figura 84 B, las esquinas superior derecha e inferior
izquierda se movieron hacia abajo, mientras que las
esquinas superior izquierda e inferior derecha se movieron
hacia arriba. Se desarrollaron dos juegos de fracturas. Sobre
la superficie superior, las fracturas eran diagonales y se
extendían desde la esquina superior izquierda hasta la
esquina inferior derecha. Sobre la cara inferior, las fracturas
eran también diagonales, pero se extendían desde una
esquina superior derecha hasta la inferior izquierda. Un
análisis explica porque le vidrio se fractura de esta manera.
Figura 84 B
Si se encorva una lamina como en la figura inferior A, la
parte superior esta sujeta a tensión y la inferior a compresión.
En la lamina de vidrio, la cara superior estuvo sujeta a fuerzas
tensionales que actuaron desde la esquina superior derecha
hasta la esquina inferior izquierda. En la cara inferior las
fuerzas tensionales actuaron desde la esquina superior
izquierda hasta la esquina inferior derecha. Las fracturas de
tensión se formaron debido a que la resistencia a la tensión
en menor que la resistencia a la compresión.
Es difícil evaluar la importancia de la torsión como una
causa de ruptura en las rocas de la tierra. Parece probable
que la torsión es un tipo importante de deformación, pero
en todo caso particular puede ser difícil decidir si la tensión o
compresión local se debió a una torsión regional.
6.3. Relación entre ruptura y
esfuerzo
Elipsoide de esfuerzos
En la sección precedente se ha tratado de todos los datos
experimentales sobre la orientación de fracturas bajo varias
condiciones de deformación. El mismo problema se puede
tratar ahora desde un punto de vista mas general y teórico.
Los esfuerzos que actúan en un punto se pueden referir a
tres ejes mutuamente perpendiculares, conocidos como los
ejes de esfuerzo principal.
Así en la figura 85 A, P es el eje de esfuerzo principal máximo;
Q es el eje de esfuerzo principal intermedio; y R es el eje de
esfuerzo principal mínimo. Las tres líneas son los ejes del
elipsoide de esfuerzos. Los tres esfuerzos principales pueden
ser compresivos; o los tres pueden ser tensionales; dos
pueden ser compresivos y uno tensional; o uno compresivo y
dos tensionales. En geología, una compresión (presión) se
considera generalmente positiva, mientras que una tensión
se considera como negativa. En ingeniería y en física, el
caso es a la inversa. La diferencia de esfuerzos es la
diferencia algebraica entre los esfuerzos principales máximo
y mínimo.
Figura 85 A
Unos pocos ejemplos aclaran el uso del concepto de
elipsoide de esfuerzos.
Si en los extremos de un cilindro solido, cuyos costados están
confinados solamente por aire, se aplica una fuerza
compresiva de 1,000 kg/cm2, el esfuerzo principal máximo,
P, es de + 1,000 kg/cm2, mientras que los esfuerzos
principales intermedio y mínimo son de una atmosfera, es
decir de + 1 kg/cm2. la diferencia de esfuerzos es de 999
kg/cm2.
Si los costados del cilindro estuvieran sometidos a una
presión hidrostática de 500 kg/cm2, y los extremos a un
esfuerzo compresivo de 2,000 kg/cm2, el esfuerzo principal
máximo seria de + 2,000 kg/cm2 y los esfuerzos principales
intermedio y mínimo de + 500 kg/cm2. la diferencia d
esfuerzos es de + 1,500 kg/cm2.
Si a los extremos de un cilindro, cuyos lados están confinados
por aire, se aplica una fuerza tensional de 1,000 kg/cm2, el
esfuerzo principal mínimo es de – 1,000 kg/cm2, mientras que
los esfuerzos principales intermedio y máximo son de una
atmosfera, es decir de + 1kg/cm2. la diferencia de esfuerzos
es de + 1,001 kg/cm2.
Si los costados del cilindro se someten a una presión
hidrostática de 500 kg/cm2 y los extremos a un esfuerzo
tensional de - 2,000 kg/cm2, el esfuerzo principal mínimo es
de 2,000 kg/cm2, mientras que los esfuerzos intermedio y
máximo son de + 500 kg/cm2. la diferencia de esfuerzos es
de + 2,500 kg/cm2, debido a que el esfuerzo principal
máximo es compresivo y el mínimo es tensional.
Ruptura y el elipsoide de esfuerzos
En la figura 85 B, la línea MN representa cualquier plano
sujeto a los esfuerzos. A lo largo de este plano habrá un
esfuerzo de cizalla r, y un esfuerzo normal n. Desde que en
este ejemplo P y R son compresivos, el efecto del esfuerzo
normal es apretar el material sobre los lados opuestos del
plano. Se puede demostrar matemáticamente que hay dos
planos a lo largo de los cuales el esfuerzo de cizalla r
Alcanza un máximo.
Figura 85 B
Estos planos pasan por el eje de esfuerzo principal intermedio y
forman ángulos de 45º con los ejes de esfuerzo principal máximo
y mínimo. Son SS’ y S’’ S’’’ de la figura 85 C. sin embargo, los
trabajos experimentales muestran que las fracturas de cizalla
están inclinadas solo unos 30ºcon respecto al eje de esfuerzo
principal máximo. Esta discrepancia es causada por el esfuerzo
normal n. De la figura 85 resulta claro que el esfuerzo normal es
máximo sobre un plano perpendicular al eje de esfuerzo principal
máximo, y es mínimo sobre el plano perpendicular al eje del
esfuerzo principal minimo.
Figura 85 C
Intuitivamente, esperaríamos, en consecuencia, que los
planos de fractura estuvieran en algún lugar entre los planos
de esfuerzo de cizalla, máximos (SS’ y S’’ S’’’) y P. es decir,
las fracturas de cizalla máximos a los planos representados
por FF’ y F’’ F’’’ en la figura 85 C.
6.4. Relación entre ruptura y
deformación
Elipsoide de deformación
Una forma conveniente de visualizar la deformación es
suponer el cambio de forma de una esfera imaginaria en las
rocas. Por ejemplo, imaginar una esfera en un cubo de
granito. Si el granito fuera comprimido desde le tope y la
base, la esfera imaginaria se deformaría en un elipsoide
achatado, cuyo eje menor seria vertical. El solido general
resultante de una deformación de una esfera es el elipsoide
(figura 86 A). Esta figura imaginaria se puede llamar el
elipsoide de deformación.
Figura 86
El eje mayor del elipsoide se puede denominar el eje
máximo de deformación (figura 86 A); el intermedio es el eje
intermedio de deformación; y el menor es el eje mínimo de
deformación.

Figura 86 A
Ruptura del elipsoide de
deformación
Si se forman fracturas de tensión, estas son paralelas al plano
que contiene los ejes mínimo e intermedio de deformación
(figura 86 A); es decir, las fracturas de tensión se forman
perpendicularmente al eje máximo del elipsoide de
deformación (figura 86 B).

Figura 86 B
Si se conoce la posición del elipsoide de deformación, se
puede predecir la posición de las fracturas tensionales. Por
lo contrario, si las fracturas se pueden identificar como de
origen tensional, se determina fácilmente el eje máximo del
elipsoide; se define también el plano que contiene los ejes
mínimo e intermedio, pero la posición de estos ejes dentro
del plano solo se puede determinar si se dispone de datos
adicionales.
La mayoría de las secciones a través de elipsoides son
elipses (figura 86 A). Dos de las secciones, sin embargo, son
círculos. Estas secciones circulares pasan por eje intermedio
BB’ (figura 86 C).
Un examen de la figura 88, en esta representación
bidimensional, el eje intermedio es perpendicular al
fanelografo. Los planos SS’ y S’’ S’’’ son los trazos de las
secciones circulares.

Figura 88
El ángulo entre ellas y CC’ es siempre mayor de 45º. Si esta
elipse particular fuera el resultado de compresión paralela a
CC’ sabemos por evidencias experimentales que las
fracturas de cizalla se formarían paralelamente a FF’ y F’’
F’’’; es decir, el ángulo entre las fracturas de cizalla y CC’ es
aproximadamente de 30º.
Podemos utilizar este concepto como sigue. Si se presentan dos
juegos de cizalla, y son el producto de la misma deformación, la
línea que forma su intersección es paralela al eje intermedio del
elipsoide. Además, el eje mínimo de deformación CC’ bisecta al
ángulo agudo entre las fracturas de cizalla.
Un punto de fundamental importancia es que la deformación no
nos da evidencia directa de la fuerzas externas que causaron la
deformación. Un elipsoide se puede formar de una esfera por
compresión simple, por tensión, o por cupla.
Este hecho se ilustra en dos dimensiones de la figura 87,
donde el eje intermedio es perpendicular al fanelografo
(pagina). Las tres elipses son idénticas. La elipse de la figura
87 A, es el resultado de compresión; de la figura 87 B, de
tensión; y la de figura 87 C, es el resultado de una cupla,
como se indica por las flechas llenas.
Las flechas cortadas darían el mismo resultado. Así aun
cuando el geólogo de campo pueda describir con
exactitud la deformación, no puede deducir directamente
las fuerzas externas sin alguna evidencia adicional.
Un ejemplo simple puede servir para ilustrar el uso de
concepto del elipsoide de deformación en relación con
rupturas. La figura 89 A es una sección transversal a través
de una falla, es decir una fractura a lo largo de la cual los
bloques sobre los lados opuestos han sido desplazados
relativamente entre si.

Figura 89
Rayas sobre la superficie de la falla indican que el
movimiento fue paralelo a la inclinación de la misma. El
problema es decidir si el bloque oriental se movió hacia
arriba o hacia abajo en relación con el bloque occidental,
es decir, que las flechas representan el movimiento: las de a
o las de b.
Sobre el lado este de la falla hay fracturas de tensión
abiertas, cortas, dispuestas escalonadamente, como se
muestra en la figura 89 A.

Figura 89
El eje mayor del elipsoide de deformación, AA’ es, por lo
tanto, vertical, como se muestra en la figura 89 B, y la elipse
se orienta como esta indicado.

Figura 89
Si la cupla a lo largo de la falla actúa como muestran las
flechas en b, el eje mayor del elipse seria horizontal. Si la
cupla actúa como muestran las flechas en a, el eje mayor
de la elipse seria vertical.
Por cuanto el ultimo corresponde a la orientación deducida
de las grietas de tensión, se llega a la conclusión de que la
pared oriental se movió hacia arriba en relación con la
occidental.
Este problema ha sido analizado omitiendo la tercera
dimensión, pero, en este caso, el eje intermedio del elipsoide
de deformación es perpendicular al fanelografo (pantalla) y
puede no tenerse en cuenta.
6.5. Ruptura en rocas
La rupturas se expresa en las rocas de la corteza terrestre
por diaclasas, fallas y algunas clases de clivaje. Capítulos
adelante dedicaremos, en consecuencia, a estos temas.
Muchas rupturas están ahora ocupadas por vetas y diques.
Aunque el origen de las rupturas interesa al geólogo
estructural, el geólogo economista o el petrologo se ocupan
de la naturaleza del material que las rellena.
GRACIAS

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