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Hay una causa más importante del cáncer de cuello del útero - infección con el
virus de Papiloma Humano (HPV). Casi todos los casos del cáncer de cuello del
útero ocurren en las mujeres que se han infectado previamente con el HPV. Hay
sobre 100 deformaciones de HPV.
Dos tipos de HPV se saben para tener el riesgo más alto de causar el cáncer de
cuello del útero. Incluyen Éstos HPV16 - que expliquen alrededor 50-55% de
todas las cajas y HPV18 - que expliquen alrededor 15-20% de todas las cajas.
Hay 11 más tipos de HPV que tengan una ocasión más alta de causar el cáncer.
Estos virus contienen el material genético que se puede pasar en las células de
la cerviz. Esto entonces causa cambios en la DNA de las células de la cerviz.
Estas células se reproducen así incontrolable, llevando al incremento de un
tumor cancerígeno.
El estudio internacional, que intentaba analizar por qué las mujeres en los países
de bajos y medianos ingresos tienen más riesgo de sufrir la enfermedad,
encontró que éstas tienden a tener relaciones sexuales cuatro años antes que
las mujeres en países de altos ingresos.
Se pensaba que la disparidad se debía a que en las regiones pobres se llevan a
cabo menos programas de detección de la enfermedad.
Pero la nueva investigación -publicada en British Journal of Cancer (Revista
Británica de Cáncer)- encontró que éste no es el factor más importante.
En los países en vías de desarrollo el cáncer de cuello uterino es la principal
causa de muerte por cáncer en mujeres. Cada año mueren a causa de esta
enfermedad unas 300.000 mujeres en el mundo, 80% de estas muertes ocurren
en los países en desarrollo.
Infección prevenible
La enfermedad, que afecta la parte baja del útero, es causada principalmente
por una infección del virus del papiloma humano (VPH) , y por lo tanto es
prevenible.
Aunque durante años se han conocido las diferencias en la incidencia de la
enfermedad en países ricos y pobres, hasta ahora no se sabía con precisión a
qué se debía.
Las mujeres más pobres en promedio habían sido sexualmente activas cuatro
años antes que el resto. Así que quizás se infectaron con el VPH antes, y esto
dio al virus más tiempo para producir la larga secuencia de eventos que son
necesarios para que se desarrolle el cáncer Dra. Silvia Franceschi
Uno de los principales problemas es que las tasas de infección de VPH parecían
ser similares en todos los grupos de mujeres.
La nueva investigación, llevada a cabo por la Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer con casi 20.000 mujeres, confirmó que de hecho, las
tasas más altas de cáncer cervical no están vinculadas a los niveles más altos
de infección de VPH.
Pero descubrió que las mujeres de un nivel socioeconómico más pobre -que
muestran dos veces más riesgo de desarrollar la enfermedad- suelen comenzar
sus relaciones sexuales a una edad más temprana.
La edad en la que una mujer tiene su primer bebé también es un factor
importante, afirman los investigadores.
Las pruebas para detectar la enfermedad tienen cierto efecto en el nivel de
riesgo, pero el número de parejas sexuales que tiene una mujer y el tabaquismo
no parecen tener un impacto en la enfermedad.
Tal como señala la doctora Silvia Franceschi, quien dirigió el estudio, los
resultados no se restringen a la adolescencia sino al tiempo que una mujer lleva
siendo sexualmente activa.
Es decir, una mujer que tienen su primer relación sexual a los 20 años tiene más
riesgo de desarrollar la enfermedad que otra que inició sus relaciones a los 25
años.
AUTOR: Dr. José Luis Monroy Antón
CAUSA Y CONSECUENCIA: HERPES
No existe una única causa definida en la mayoría de los casos. En la mayoría,
se encuentra el antecedente previo de infección viral del cérvix, que suele
producirse por los virus del papiloma humano o el herpes simple genital, llamado
también Herpes tipo II (no confundir con el herpes labial, llamado también Herpes
simple tipo I). En la mayoría de las ocasiones, estas infecciones son inadvertidas
por la mujer y se adquieren en época joven, por lo general debido a la actividad
sexual normal. Por ello, está demostrado claramente que el cáncer de cuello
uterino es más frecuente en mujeres con mayor número de relaciones sexuales,
o con un inicio de estas relaciones en edades más precoces. El hábito de fumar
parece aumentar también el riesgo de desarrollar el cáncer cervical.
El cáncer cervical puede afectar a todos los grupos de edades, presentándose
generalmente a partir de los 30 años en fases iniciales.
Una de las formas que tiene la mujer de reducir el riesgo de desarrollar el cáncer
cervical es someterse a pruebas de toma de muestras cervicales de forma
regular. Generalmente, una vez que se ha iniciado la actividad sexual es muy
conveniente que todas las mujeres se sometan a una adecuada revisión
ginecológica cada 1-3 años, variando el intervalo de tiempo dependiendo de su
edad, factores de riesgo, etc.
Los cambios precancerosos del cérvix (CIN) no presentan síntomas, por lo que
es importante la realización de citologías periódicas. Cuando ya existe un cáncer
de cérvix, en muchas ocasiones aún no se presentan síntomas, pero lo más
frecuente es que la mujer experimente sangrados de poca cuantía entre las
menstruaciones, si no es menopaúsica, o tras mantener relaciones sexuales. En
mujeres menopáusicas, puede ocurrir que exista de nuevo una aparente
menstruación. Otros síntomas que pueden darse son: flujo vaginal con sangre, y
en casos avanzados, dolor, sangrado por el ano y molestias urinarias.
AUTORA: PATRICIA MATEY
CAUSA Y CONCECUENCIA: CLAMIDIA
Nadie duda de que el Virus del Papiloma Humano es el principal culpable del
cáncer de cuello de útero. Tampoco, de que existen más factores de riesgo,
como otras enfermedades de transmisión sexual o el tabaquismo, involucrados
en este tipo de tumor. Es más, algunos trabajos epidemiológicos han demostrado
que la infección por clamidia, una de las enfermedad de transmisión sexual más
frecuentes, está relacionada con el desarrollo de carcinoma invasivo de células
escamosas en el cérvix.
Así, se detectaron 181 casos de cáncer de cuello de útero (un 60% localizados,
un 34% con metástasis y un 6% en estadio desconocido) y, posteriormente, se
eligieron a 533 mujeres libres de tumor de las 530.000 para que formaran el
grupo control.
Los autores analizaron las muestras de sangre tanto de las 181 mujeres con
cáncer como del grupo control para averiguar si existían o no anticuerpos anti
clamidia y qué tipos de dicha bacteria podrían aumentar el riesgo de padecer
cáncer de cuello de útero.