Sie sind auf Seite 1von 9

Hernández González Iván

Lengua y Literatura Hispánicas

El espacio y el sueño en La Rima del Anciano Marino

El primer acercamiento que tuve con este cuento fue con la canción homónima (Rime of

the Ancient Mariner, en su original inglés) de Iron Maiden, y desde que la escuché se

convirtió en una de mis favoritas; ¿por qué? En ese momento no lo sabía bien, pero había

algo que me atrapaba: sentía como si estuviera navegando en un barco y, sobre todo,

sentía la desesperación en los momentos de tensión y la calma en los coros. Ahora,

nueve años después, puedo definir mejor esa sensación inicial: me sentía como en un

sueño.

El sueño es, durante toda la obra, una parte importante que, a su vez, puede

darnos el sentido del texto; sin embargo, y es algo de lo que no me di cuenta la primera

vez que escuché la canción, la ensoñación no tendría el mismo efecto si ocurriera en un

lugar diferente al que aparece en el texto, es decir, el barco. Por ello, este trabajo busca

explicar de manera más profunda la importancia tanto del sueño como del espacio en La

Rima del Anciano Marino.

Para empezar, me parece indicado que sea el espacio el que abra este análisis.

La definición básica para espacio literario es “el escenario geográfico y social donde tiene

lugar la acción”1. Esta definición, en realidad, no nos dice mucho acerca del espacio; de

hecho, lo hace parecer como algo sin importancia y que está ahí como si fuera el telón

de un teatro o uno de esos niños a los que les toca ser el árbol número cuatro en las

obras infantiles: una simple decoración.

1 Zubiaurre, María Teresa, El espacio en la novela realista, México, Fondo de Cultura Económica, 2010

1
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

Pasados los años, teóricos de la talla de Hoffman, Bourneuf o Bobes Naves van a

sostener que el espacio no es un extra en la diégesis, sino que “es, con el tiempo, los

actantes y las funciones, uno de los elementos estructurantes de la sintaxis narrativa”2.

Esto implica que el espacio deja su papel secundario y pasa al centro del entarimado

para ser uno de los cuatro protagonistas y, por ende, un aspecto sin el cual la narración

no puede existir.

Con todo esto en mente, ¿cómo es la relación que se establece entre el espacio y

los personajes? El espacio va a ser el lugar en el que los personajes van a actuar, es

“una realidad geográfica ya dada, sobre la que se asientan con firmeza los actantes y en

la que llevan a cabo sus acciones, ya sean éstas de índole física (desplazamientos y

movimientos ‘reales’) o espiritual (itinerarios y trayectorias mentales u oníricas)” 3. En el

caso de La Rima del Anciano Marino tenemos un lugar general, el mar, y un medio de

transporte, el barco. Lo interesante de esta mancuerna es que, al menos en este cuento,

el mar no funciona sin el barco y el barco no funciona sin el mar, por lo que, en realidad,

podrían estar representando un solo lugar en el que los personajes actúan.

Pero, si tomamos en cuenta otro tipo de relación entre el lugar y los personajes,

nuestra perspectiva puede cambiar. Según Zubiaurre, “El espacio […] habla

indirectamente de los personajes y contribuye metonímicamente a su definición. […] El

espacio, pues, rara vez añade información nueva. Con frecuencia, su misión es

claramente enfática” 4 Entonces, ¿qué se quiere enfatizar en la obra según esta teoría?

2 Bobes Naves, María del Carmen, Teoría General de la Novela. Semiología de “La Regenta”, Madrid,
Gredos, 1985
3 María Teresa Zubiaurre, Op Cit.
4 Íbidem

2
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

Si tomamos en cuenta que el barco en el que va el Anciano Marino se dirige hacia el Polo

Sur sin una ruta fija y que, después de los hechos ocurridos, el Anciano Marino deambula

por el mundo de la misma forma, podemos deducir que uno de los aspectos que se

intentan señalar es el errar sin un camino prestablecido pero con una meta fija: la del

barco es llegar al Polo Sur, la del Anciano Marino es contar su historia.

El mar, por otro lado, se muestra benevolente y feroz según la situación y, sobre

todo, cambia de estado después de una acción en particular: el asesinato del albatros.

Cuando el barco (en el que va el Anciano Marino) recién llega a las aguas polares, como

es natural, sufre de frío, tormentas y heladas por parte del mar, pero no es de extrañarse:

no se trata de una venganza marina, sino del curso de las cosas. Después, cuando el

albatros se posa en el barco y lo sigue por nueve días, el mar ayuda a los marineros:

comienza a correr buen viento, el clima es más cálido y las tormentas cesan; pareciera

que el albatros les trae fortuna en el mar e, incluso, que es una especie de enviado de

Dios. Sin embargo, cuando el Anciano Marino decide matar al ave, el mar cesa en sus

acciones favorables. De hecho, el mar parece morir días después que el albatros: el

viento deja de soplar, el barco deja de moverse y el agua comienza a hacerse densa, con

cosas viscosas nadando en ella. Esto es todo lo que podemos decir del mar por el mar

mismo, porque a partir de este momento la historia se verá influida por ciertas “fuerzas

desconocidas” que harán que tanto los personajes como el espacio actúen de diferentes

formas.

¿En qué se parecen el mar y en Anciano Marino? En que, de cierta forma, ambos

son caprichosos y actúan según su naturaleza. Dejando de lado las características

clásicas de aventura, fortaleza y azar que siempre han acompañado tanto al mar como

3
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

al marino a lo largo de la historia (sólo un hombre de estas características decide lanzarse

al mar), ambos llevan a cabo acciones que no pueden controlar o, mejor dicho, no

razonan antes de realizarlas: el mar no puede decidir ser benévolo con las embarcaciones

si hablamos de un mar ártico, que es frío y rudo por naturaleza, así como tampoco decidió

el Anciano Marino dispararle al albatros, sólo lo hizo y ya, sin ninguna razón de por medio.

Esto es explicado por Zubiaurre:

“El espacio, dotado de un fuerte contenido semántico, habla


indirectamente de los personajes y contribuye metonímicamente a su
definición […] Una vez que el espacio se empapa de significado
simbólico, éste, por así decirlo, se independiza y, al alejarse de lo que
sería el mero diseño de un escenario, queda convertido en
‘metalenguaje’ […] La frontera, ciertamente, que separa el espacio
‘físico’ de ese otro espacio simbólico o temático es apenas
perceptible”5

El espacio, como puede notarse, es una parte fundamental de la obra: da

características de los personajes (en este caso del Anciano Marino) y ayuda a

comprender mejor el texto. Sin embargo, el mar junto con el barco no es el único espacio

representado dentro de la obra, aunque sí el más importante. La noche también juega un

rol principal en la diégesis; tan es así, que todos los quiebres en el equilibrio ocurren en

la noche, empezando por la boda y la consiguiente narración de su historia por parte del

Anciano Marino al invitado de la boda. De hecho, los colores que predominan durante la

obra son contrastantes, pero más numerosos del lado de los oscuros.

5 Íbidem

4
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

Otro lugar mencionado en la obra es la iglesia donde se lleva a cabo la boda que

va a servir de fondo a la historia principal. En realidad no se dice nada visualmente de la

construcción: lo único que se dice es que tiene jardines (usados por el Anciano Marino

para su fin), que es de noche (tema que ya se inició y que se profundizará más adelante)

y se llegan a describir los sonidos desprendidos de ella que llegan hasta los oídos del

protagonista (repiqueteos típicos de una boda). Sin embargo, no por ello el lugar es

menos rico en significados: el simple hecho de ser una iglesia implica que es un lugar

sagrado, no apto para todos. Si el Anciano Marino escoge, o peor aún, es orillado por la

fuerza que lo mantiene penando eternamente (muy probablemente Dios), a relatar su

historia y así cumplir su castigo en la iglesia, significa que sólo la divinidad puede

perdonarlo, y que sólo cerca de la divinidad puede llegar a sentir algo parecido a la paz.

El texto, como hemos visto hasta ahora, no está basado en lugares que nos sean

extraños o exóticos; son espacios que todos conocemos y con los que tenemos bastante

familiaridad. Como lo dice Lukács, “La subjetividad lírica debe ir al mundo exterior en

busca de sus símbolos; aún si ese mundo ha sido creado por la propia subjetividad, sigue

siendo el único posible”6 Lo verdaderamente importante de este aspecto que parece tan

trivial a simple vista es que Samuel Taylor Coleridge usa elementos espaciales bastante

sencillos y básicos, pero los usa de tal manera que logra crear una obra maestra en

cuanto al manejo del espacio para que la trama se desenvuelva como él lo quiere. Es

como lo que sentí la primera vez que escuché la canción: la obra (que tiene bastantes

elementos líricos) produce ese efecto de movimiento errático conforme la vamos leyendo,

6 Lukács, György, Teoría de la novela, Buenos Aires, Ediciones Godot, 2010

5
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

y en realidad nos sentimos como si nosotros estuviéramos en el barco con el Anciano

Marino. Esto es gracias al gran manejo de los espacios en la narración por parte del autor.

Con los espacios bien definidos, podemos dar paso al análisis de un elemento muy

importante dentro de la historia: el sueño. En realidad, el sueño no es algo extraño para

nosotros; es incluso algo común. Todos dormimos unas horas durante el día (aunque hay

personas que no lo hacen por varios de éstos), y en la mayoría de las ocasiones soñamos

cosas: pueden ser sueños apacibles, sueños aterradores o simplemente sueños

extraños, pero son sueños al fin y al cabo. Incluso, existen personas que dicen leer los

sueños para descubrir qué es lo que te quieren decir. No obstante, el sueño no puede

estar completo en su significación sin la noche: la hora en la que se sueña es ésta, y

también es ésta la puerta de entrada a diferentes mundos o realidades. La noche es el

reino de lo prohibido, pero también es el reino en el que todo puede ocurrir y todo está

permitido.

Sin embargo, para los románticos el sueño era algo mucho más divino: no era

creado por nosotros, sino que eran imágenes enviadas por Dios que tenían codificados

mensajes para nosotros; algo así como un oráculo. En el caso de La rima del Anciano

Marino, el sueño que nos presenta es un escape de la cruda realidad que está viviendo

el protagonista: todos los integrantes de la tripulación están muertos por su culpa y, de

alguna forma, “regresan a la vida” (no se puede decir que revivan) para recriminarle por

haber matado al albatros y a ellos mismos. El dolor que siente el protagonista es

insoportable, al grado que preferiría morir a seguir soportando ese sufrimiento. Lo que

busca el Anciano Marino al dormir lo explica Béguin:

6
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

“El Sueño y la Noche se convierten en los símbolos por los cuales un


espíritu deseoso de abandonar las apariencias para llegar al Ser trata
de expresar el aniquilamiento del mundo sensible. Para el romántico,
como para el místico, la Noche es ese reino de lo absoluto adonde no
se llega sino después de haber suprimido todo lo que nos ofrece el
mundo de los sentidos”7

El Anciano Marino ya no quiere estar en este mundo porque representa solamente

sufrimiento para él; quiere erradicar sus sentimientos y dejar de sentir dolor. Pero, al

mismo tiempo que desea esto, quiere llegar a conocer al Ser, aunque sea de manera

inconsciente. ¿Por qué? Hagamos un recuento de las acciones para que todo quede más

claro: el protagonista está padeciendo debido a que mató, sin razón alguna (o al menos

sin razón aparente) al albatros que les llevaba las bonanzas de la mar. El albatros

representa a un enviado de Dios o incluso a Dios mismo: sea cual sea la explicación, el

albatros está representando a la divinidad y, al matarlo, el Anciano Marino está

ofendiendo directamente a la divinidad. Esta ofensa no puede ser pagada, por

consiguiente, con medios terrestres, sino que su penitencia tiene que llegar al grado de

la divinidad. Hasta aquí todo bien.

El “perdón” llega cuando el Anciano Marino comienza a bendecir, de manera

inconsciente, a las criaturas que habitan el mar: es en este momento cuando el cadáver

del albatros que sus mismos compañeros le habían colgado en el cuello (igual que un

crucifijo) como medio de señalización se desprende y se hunde en el mar, y es también

en este momento cuando el sueño por fin llega. Su estado de inconsciencia es el pacto

que hace Dios con él para perdonarlo de lo que ha hecho y permitirle un descanso,

7 Béguin, Albert, El alma romántica y el sueño, México, Fondo de Cultura Económica, 1996

7
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

además de que es la unión del protagonista con la divinidad que él mismo ofendió, con

el Ser.

Obviamente, después del sueño viene el regreso a la realidad, la consciencia; no

obstante, no es un viaje en vano, pues como explica Béguin “[…] el conocimiento del

Sueño le permitirá volver, pero enriquecido por una comprensión nueva, hacia la luz de

este mundo”8 El Anciano Marino no es el mismo cuando despierta: sabe que cometió un

error, está arrepentido y está agradecido con esta segunda oportunidad; ahora conoce a

la divinidad y, con ello, conoce más de sí mismo y del mundo que lo rodea, por lo que

disfruta y admira cada instante y cada palmo que recorre a partir de que el sueño termina,

al igual que lo pensaban los románticos: “Supieron que el sueño sólo era fecundo cuando

la persona encontraba en él un ahondamiento y volvía después a la vida consciente: pero

a una vida consciente ya transfigurada, vista con ojos nuevos”9

El conocimiento fundamental, el que trasciende, por lo tanto, proviene de los

terrenos del sueño, ya que sólo ahí podemos encontrarnos con el ser o, como diría mejor

Béguin, “El sueño no es la poesía, no es el conocimiento. Pero no hay conocimiento –si

se da a esta palabra su sentido más elevado- ni hay poesía que no se alimenten en las

fuentes del sueño”10 Por lo tanto, el Anciano Marino, al haber ofendido a la divinidad y al

estar condenado a cumplir una penitencia, funge a partir de este momento como un

enviado de Dios, como un apóstol: toma el lugar del ave que mató. Es por ello que se la

pasa errático, contando su historia a desconocidos (que son señalados por el mismo

8 Íbidem
9 Íbidem
10 Íbidem

8
Hernández González Iván
Lengua y Literatura Hispánicas

Dios), y es por ello que no muere: porque tiene que transmitir este conocimiento a la

humanidad.

En resumen, la Rima del Anciano Marino es un texto que juega tanto con los

espacios como con la noche y el sueño: los espacios son aprovechados para crear un

efecto estético de movimiento sin rumbo fijo y para reafirmar las características más

importantes del protagonista, mientras que el sueño es aquello que conecta al Anciano

Marino con lo divino y que le permite alcanzar el perdón (nunca alcanza la paz,

estrictamente) y, sobre todo, le da acceso al conocimiento más importante de todos, el

celestial, para que lo riegue por el mundo.

Gracias a la combinación de estos elementos, Coleridge nos hace participes de

una historia que, si bien no es del todo original (¿qué obra lo es?), nos transporta a una

realidad completamente diferente a la nuestra, no por el simple gusto de hacerlo, sino por

algo que, desde mi punto de vista, es lo más importante: nos dará un conocimiento que

nos hará más sabios, sí, pero también más tristes, y, pasando este punto, ya no hay

retorno.

Bibliografía:

 Bobes Naves, María del Carmen, Teoría General de la Novela. Semiología de “La
Regenta”, Madrid, Gredos, 1985
 Béguin, Albert, El alma romántica y el sueño, México, Fondo de Cultura
Económica, 1996
 Coleridge, Samuel Taylor, Balada del viejo marinero y otros poemas, Madrid, Visor,
1982
 Lukács, György, Teoría de la novela, Buenos Aires, Ediciones Godot, 2010
 Zubiaurre, María Teresa, El espacio en la novela realista, México, Fondo de
Cultura Económica, 2010

Das könnte Ihnen auch gefallen