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Este instrumento de cuerda, perteneciente a la familia del violín (su nombre es la

abreviación de “violoncello” o “violonchelo” como se viene escribiendo tras su aceptada


castellanización) posee un sonido de gran dramatismo y, tocado por manos expertas,
resulta fuertemente conmovedor. Intérpretes de este instrumento como la británica
Jacqueline du Pré o el chino Yo-Yo Ma han llevado la música en cello a altos niveles de
calidad y excelencia.
El violoncello es un instrumento que recuerda mucho al violín. Ambos son de cuerda, con
una forma semejante y la gran diferencia es que el violoncello se toca sentado con el
instrumento entre las piernas y el arco cruza en forma casi horizontal, haciendo ángulo de
90% con las cuerdas. Durante un largo periodo de su historia se le conoció como el
violoncello barroco, porque fue en este periodo musical cuando adquirió su mayor apogeo.
El violín y el violoncello tienen un origen común, ya que empezaron a construirse en el siglo
XVl en Italia. A pesar de ello, el violoncello no tuvo un reconocimiento inicial como
instrumento, ya que había otro que era más popular en su época: el bajo de viola de gamba,
un instrumento que ya no se toca en la actualidad, pero que durante varios siglos tuvo una
gran aceptación en Europa. A partir del siglo XVll el violoncello (se puede utilizar el término
en diminutivo, cello) se impuso sobre la viola, ya que resultaba más eficaz en los
acompañamientos.
Se tiene constancia de que los primeros violoncellos fueron creados por artesanos
especializados en instrumentos de cuerda, también conocidos como luthiers. La mayoría
de ellos trabajaban en la ciudad italiana de Cremona, donde en el siglo XVll se instaló
Antonio Stradivari, célebre por la reconocida marca de instrumentos de cuerda Stradivarius.
El singular sonido de los Stradivarius continua siendo un misterio. Unos lo atribuyen al
barniz empleado, otros al tiempo de secado de la madera de arce y abeto utilizada y también
se dice que en su época hubo una pequeña edad de hielo que afectó a la madera de los
árboles empleados en su fabricación. En la actualidad el músico francés de origen chino
Yo-Yo Ma es el propietario de un violoncello Stradivarius de gran valor, el “Davidoff” (otro
lo posee el ruso Mstislav Rostropovich, uno de los cellistas más grandes del siglo XX).
En el siglo XlX se introdujo la pica, el soporte de apoyo para el violonchelo y no fue hasta
el siglo XX cuando las mujeres de la clase alta empezaron a interpretar música con este
instrumento. Al tocarse entre las piernas, se consideraba que era poco apropiado para el
género femenino.
El primer compositor que dedicó una pieza musical a este instrumento fue el cellista y
compositor italiano Domenico Gabrielli. Posteriormente, Beethoven le otorgó al cello un
protagonismo dentro de la orquesta (destacando la Sonata para violoncello número 3).
Una de las particularidades de este fantástico instrumento de cuerda es la relacionada a las
posiciones al tocar: el cellista coloca sus dedos a distintas alturas del mástil del instrumento
para tocar distintas notas. A las alturas que puede asumir la mano del intérprete de acuerdo
a las notas que está tocando se les llama “posiciones” (de la misma forma que en otros
instrumentos de cuerda). A estas se las ordena asignándoles números. En el cello existen
7 posiciones normales y el resto de posiciones más agudas emplean el dedo pulgar (por
eso se las llama posiciones de pulgar). Este uso del pulgar no se da en ningún otro
instrumento de la familia del violín (todos sin trastes y tocados con arco), con la única
excepción del contrabajo, aunque raras veces se llega a las posiciones más agudas de su
mástil. No es fácil definir quién es el cellista más grande de todos los tiempos. Hay varios
músicos que podrían obtener este honor (Cassadó, Casals, Tortelier, Starker o el
mencionado Rostropovich). Todos han sido grandes intérpretes del cello. Sin embargo, el
catalán Pau Casals es conocido por una pieza universal, El himno de la paz, que es el
himno de las Naciones Unidas desde 1971.
No es fácil concretar quién es el violonchelista más grande de todos los tiempos. Hay varios
músicos que podrían obtener este honor (Cassadó, Casals, Tortelier, Starker o el
mencionado Rostropóvich). Todos han sido grandes intérpretes del violonchelo. Sin
embargo, el catalán Pau Casals es conocido por una pieza universal, "El himno de la paz",
que es el himno de las Naciones Unidas desde 1971.

Gaspar Cassado Suite for Solo Cello

CURIOSIDADES
Han habido muchas falsificaciones de estos instrumentos; otros se han perdido. En 2004
se dió el caso de uno encontrado en la calle por una enfermera en Los Õngeles. Era un
chelo y ella se lo llevó a su novio ebanista que lo recicló en un mueble para almacenar CD’s.
Posteriormente leyó en los periódicos que un músico de la Filármonica de Los Õngeles
había perdido su Stradivarius tasado en ¡tres millones de dólares!
Era de la institución Peter Stumpf. Lo recuperaron y restauraron y fué devuelto a su dueño,
un músico despistado que sin duda pasó un infierno por su instrumento desaparecido.
Los nombres de los Stradivarius suelen hacer referencia a las personalidades que los han
utilizado. Por ejemplo, el Museo The Smithsonian’s National Museum of American History
tiene el chelo “Servais” hecho por Stradivari en 1701. Su nombre proviene del músico belga
del S. XIX Adrien Francois Servais (1807-1866) que usó este instrumento.
Hasta principio del siglo XX, pocas mujeres tocaban el violonchelo debido a que la posición
del instrumento, entre las rodillas, se consideraba poco elegante e "impropia de señoras".
Un violonchelo fabricado por Stradivarius fue subastado en Sotheby’s en Londres, en 1988,
por 682000 libras, el precio más alto pagado por cualquier instrumento, excepto algún violín
del mismo Stradivarius.

El violoncelo es claramente más grande (125 cm) y tiene un registro grave. Su


sonido es potente y nítido y, aunque en ocasiones puede ser solista, normalmente se utiliza para
acompañar. Dada su dimensión, se tiene que tocar sentado y con él entre las rodillas.
Solistas
virtuosos: Mistislav Rostropovitch, Pierre Fournier, Pablo Casals.
Obras: El carnaval de los animales : el cisne de Saint-Saens ;Guillermo Tell: obertura (la mañana) de
Rossini ; escribieron conciertos para violoncelo compositores como Vivaldi, Lalo, Prokofiev, Honegger,
Haydn, Dvorak entre otros.

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