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416 C. M.

Sanchez

Ya muchos han dado su vida, como la dio Cristo. El la dio por MODELOS DE IGLESIA
amor; nosotros también damos nuestra vida por amor a nuestro SUBYACENTES A LA ACCION PASTORAL
pueblo. No luchamos por agredir a otro territorio. Luchamos para
vi vir, para construir la sociedad nueva.
A mí, personalmente, nadie me manda meterme en las orga-
nizaciones, sino que el mismo evangelio me empuja a meterme La relación entre un determinado modelo eclesial y su correspon-
para compartir y para vivir como hermanos. diente acción pastoral ha sido siempre estrecha1. Es lógico, ya que el
sujeto de la acción pastoral es la ekklesia, y con frecuencia se ha enten-
C. M. SÁNCHEZ dido la finalidad de la pastoral como edificación de la Iglesia en el pre-
sente dei mundo. Los dos factores que influyen en la acción pastoral,
a saber: la realidad en que actúan los creyentes y la teologia como inte-
ligência de la fe, son decisivos, a su vez, en la comprensión teológica
y conciencia teologal de la Iglesia.

I. LA VERTEBRACION ECLESIOLOGICA DE LA PASTORAL

A lo largo dei recorrido que la teologia pastoral o práctica ha tenido


desde su aparición (1774) como disciplina universitária en la Viena de
Maria Teresa de Áustria, se ha puesto de manifiesto la necesidad de
una vertebración eclesiológica de la pastoral2. Recordemos que en sus
comienzos la nueva disciplina entendia la acción pastoral como quehacer
sacerdotal. A fines dei siglo XVIII, y por influencia de la Ilustración,
intento J. M. Sailer (1751-1832) renovar la teologia pastoral desde la
Escritura, con una orientación teológica basada en la revelación y en la
vida de la fe, pero no tuvo continuadores. En 1841, A. Graf, genial dis-
cípulo de J. A. Mohler y J. B. Hirscher, orienta la teologia pastoral en
un sentido netamente eclesiológico, hasta el punto de definir la teologia
como autoconciencia crítica de la Iglesia 3 . Muchos pastoralistas le con-
sideran autentico precursor de la moderna teologia pastoral, como
Fr. Schleiermacher (1768-1834) lo es en el âmbito protestante. Por des-
gracia, los propios discípulos de Graf retornaron a la primera concep-

1 A. Dulles, Modelos de la Iglesia (Santander 1975) (Models of the

Church, Nueva York 1973); H. Fries, Câmbios en la imagen de la Iglesia y


desarrollo histórico-dogmático, en Mysterium Salutis, IV/I (Ed. Cristiandad,
Madrid 1973) 231-296.
2 Cf. H. Schuster, Die Geschichte der Pastoraltheologie, en Handbuch der

Pastoraltheologie I (Friburgo 1964) 40-92.


3 Cf. A. Graf, Kritische Darstellung des gegenwàrtigen Zustandes der

praktischen Tbeologie (Tubinga 1841).


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ción práctica, recetista y clerical de la pastoral. Esta concepción utilitaria sicos poderes (ensenar, santificar y gobernar) en una línea netamente
prosiguió casi sin variaciones hasta la segunda guerra mundial. conciliar, con nuevo vocabulario y renovado contenido: el ministério
Hacia 1942 comienza F. X. Arnold (1898-1969) en Tubinga sus es- profético o de la palabra, el ministério de la liturgia o de la celebración
túdios sobre la naturaleza e historia de la acción pastoral. Fiel a la y el ministério hodegético o de la caridad. Pero produjo al mismo tiem-
mejor tradición pastoral de Tubinga y en conexión con la «teologia po (época de las eclesiologías derivadas dei concilio) una cierta infla-
kerigmática», Arnold parte de la encarnación, dei principio teándrico de ción de la Iglesia, a saber: de su ser y quehacer.
lo divino-humano. El proceso de salvación es divino: la persona de Los aportes en la década de los sesenta de las comunidades de base,
Jesucristo está en el origen de la acción de la Iglesia. La Iglesia posee las corrientes de las teologías políticas y de la esperanza, las hermenêu-
una tarea mediadora, con carácter personal-instrumental. El sujeto res- ticas bíblicas y la irrupción de la teologia de la liberación a partir de
ponsable de la pastoral no es sólo el sacerdote: es la Iglesia entera 4 . Medellín (1968), junto a nuevos análisis dei catolicismo popular y de
Al mismo tiempo que Arnold en Alemania, el dominico P.-A. Liégé la realidad social, sin olvidar la categoria dei pobre en el marco de las
(1922-1979) desarrolla en Francia un concepto de acción netamente «cristologías ascendentes», contribuyeron a plasmar nuevos modelos de
eclesiológico. Define la teologia pastoral como «ciência teológica de acción pastoral en la década de los setenta. En la práctica se sustituye
la acción eclesial» o de «la misión de la Iglesia en acto» y entiende a menudo el vocablo Iglesia por el de comunidad, con el nuevo hori-
la acción eclesial como «acción de Cristo en la Iglesia, en virtud de la zonte dei reino de Dios en el seguimiento de Jesus, de cara a la libe-
misión» s . ración de situaciones injustas, dentro de un movimiento Cristiano de
La teologia práctica ha ocupado la atención de K. Rahner en nume- carácter profético. Todo desemboca en pluralismos eclesiales y en mo-
rosos escritos, entre los que destaca el Handbuch der Pastoraltheologie, delos diversificados de acciones pastorales. Fue innegable en este tiem-
obra de inspiración suya y llevada a cabo por un extenso grupo de pas- po la aportación a la teologia católica de la denominada teologia de la
toralistas 6 . Se intenta en esta obra exponer los fundamentos teológicos liberación 9 .
de la acción pastoral y explayar la actividad de la Iglesia en su con-
junto. Se ha dicho que este manual es una «politología de la Iglesia»
II. MODELOS ECLESIALES Y PASTORALES
o una «eclesiología existencial» 7 . Según Rahner, la teologia práctica «se
ocupa de la actividad por la cual la Iglesia se realiza de hecho y debe 1. Pastoral de cristiandad-pastoral misionera
realizarse en cada situación completa. Se ocupa de aclarar teologica-
mente la situación dada en cada instante y en la que la Iglesia debe La primera tensión eclesial, correspondiente al binomio Iglesia de
realizarse en todas sus dimensiones» 8 . cristiandad-Iglesia misionera, fue formulada antes dei concilio por teó-
La concepción de la acción pastoral como acción eclesial basada en logos y pastoralistas de la misión, vivida en carne propia por sacerdotes
una teologia práctica de la Iglesia fue un logro positivo para ordenar obreros, religiosas encarnadas en barriadas, «movimientos apostólicos»
la totalidad de la pastoral o la denominada «pastoral de conjunto» y seglares, y reflejada en la expresión «leer el evangelio en los signos de
relacionar entre sí las tres acciones eclesiales correspondientes a los clá- los tiempos» 10.
Recordemos el despertar eclesial y apostólico que surgió entre los
4 Cf. F. X. Arnold, Pastoraltheologische Durchblicke (Friburgo 1965). anos 1935 y 1955 en todo el orbe católico, especialmente en la Iglesia de
5 P.-A. Liégé, Introducción a la obra de F. X. Arnold Al servido de la fe
(Barcelona J1963) 7-17. ' Cf. E. Dussel, A history of the Church in Latin America. Colonialism to
* Cf. Handbuch der Pastoraltheologie. Praktische Theologie der Kirche in Liberation (Grand Rapids, Michigan 1981); R. Oliveros, Liberación y teolo-
ihrer Gegenwart, 5 vols. (Friburgo 1964-1972). gia. Génesis y crecimiento de una reflexión (1966-1976) (Lima 1977); M. Man-
7 Semejante a la línea dei Handbuch es el trabajo de C. Floristán y
zanera, Teologia y salvación-liberación en la obra de Gustavo Gutiérrez (Bil-
M. Useros Teologia de la acción pastoral (Madrid 1968). bao 1978).
' K. Rahner, Die praktische Theologie im Ganzen der theologischen Diszi- 10 Cf. P. Richard, Mort des chrétientés et naissance de l'Église (Paris

plinen, en Die praktische Theologie zwischen Wissenschaft und Praxis (Mu- 1978). El análisis teológico e histórico de la Iglesia de cristiandad y su trân-
nich 1968) 47-48. Véase este texto en Schriften zur Theologie VIII (Einsie- sito a una Iglesia misionera fue investigado primordialmente por Congar y
deln 1967) 133-149. Chenu.
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Francia u . En este tiempo se despliega un vocabulario rico y profundo, giosidad comprometida 15. Otros distinguen entre un catolicismo masivo
reflejado en los conceptos «evangelización», «comunidad», «testimonio», no comprometido y catolicismo renovado o de compromiso ' 6 . No faltan
«compromiso», etc., dentro de la dialéctica escatología-encarnación, deu- análisis de clase según ideologias, matriz social y función política, que
dora de dos corrientes teológicas anteriores al concilio 12. se concretan en cuatro tendencias: la nacional-católica, el reformismo
Frente a una Iglesia-sociedad desigual, patrimonio sacerdotal, reple- centrista, el catolicismo dominado y la Iglesia crítico-profética 17.
gada en lo sacramental, con alianzas de poder, rigidamente moral, orto- Los modelos de Iglesia son reducidos por algunos a tres: la Iglesia
doxa en sus discursos y uniformista en sus modos de actuación, emerge integrista o «bunqueriana», la aperturista o dei aggiornamento y la po-
en la etapa posconciliar una Iglesia-comunidad, basada en la fraternidad pular o no integrada 18, a los que corresponden otros tantos tipos de
de la fe, el testimonio y la encarnación, el compromiso con los pobres pastoral: el tradicional, el tradicional renovado y el grupal-comuni-
y desheredados, ortopráxica y evangelizadora, abierta a la realidad social tario 19.
desde la perspectiva de la comunión/koinonía. Los escritos que reflejan En América Latina, los modelos de Iglesia que reflejan diferentes
estas dos posturas pastorales son innumerables. Recordemos las polémi- líneas pastorales son reducidas por L. Boff básicamente a dos: el de
cas entre teologia kerigmática y teologia escolástica, masas y minorias,
cristiandad, continuista, centrado en la parroquia, piramidal, con expre-
catolicismo convencional y de convicciones, sacramento y profecia, caris-
siones eclesiales modernizadas, que resalta las prácticas religiosas a tra-
ma e institución, bautismo de infantes y bautismo de adultos, etc.
vés dei ministério clerical, afín a la burguesia, y el de la diáspora, no
Un ejemplo importante de análisis en torno a la tensión entre pas- continuista, centrado en las comunidades eclesiales de base, circular,
toral de cristiandad-pastoral misionera se encuentra en el trabajo de con expresiones eclesiales innovadoras, que enfatiza las prácticas éticas
G. Gutiérrez Líneas pastorales en América Latina 13. Los modelos pas- y en sintonia con las capas populares20.
torales examinados son cuatro: pastoral de cristiandad, de nueva cris-
tiandad, de la madurez de la fe y de acción profética. Después de carac-
terizar cada línea, reconoce G. Gutiérrez que las cuatro se dan en el 2. Evangelización-sacramentalización
continente americano «en diversos niveles de extensión y realización»,
teniendo la pastoral de cristiandad «una presencia mayoritaria». La tensión entre lo evangélico y lo sacramental ha surgido constan-
temente en la historia de la acción pastoral a consecuencia, asimismo,
Los sociólogos dei catolicismo, especialmente en el área de la Iglesia
de distintas visiones de Iglesia 21 . La dialéctica entre la palabra y el
de habla espanola, han aportado asimismo tipologias iluminadoras que
sacramento se formula al acabar la segunda guerra mundial mediante
corresponden a modelos eclesiales y pastorales contrapuestos: catolicis-
el binomio evangelización-sacramentos, puesto de relieve por los con-
mo popular, cultural, no institucional y eclesial14, o a «tipos ideales»
flictos entre «evangelizadores» y «sacramentalistas».
sucedidos historicamente: catolicismo total, religiosidad personal y reli-

11 Cf. B. Besret, Incarnation ou eschatologie? Contribution à Vhistoire du 15 Cf. A. L. Orensanz, Religiosidad popular espanola: 1940-1965 (Madrid
vocabulaire religieux contemporain 1935-1955 (Paris 1964). 1974).
12 Cf. L. Malevez, Deux théologies catholiques de Vhistoire: «Bijdragen» 16 Cf. F. Urbina, en Informe FOESSA 1975 (Madrid 1976) cap. V.

10 (1949) 225-240. " Cf. J. C. Garcia, en Fe y política (Madrid 1977) 11-35.


13 Corresponde a unas conferencias en 1964 a dirigentes de movimientos 18 Cf. J. Chao, La Iglesia en el franquismo (Madrid 1976).

universitários católicos, completadas en 1967 y publicadas en 1968. La segun- 15 Cf. J. M. Castillo, Diversos modelos de pastoral y el problema de la
da edición (CEP de Lima) es de 1976. En francês: Reinventer le visage de pastoral de la Iglesia: «Sal Terrae» 66 (1978) 667-677.
l'Église. Analyse théologique de Vêvolution des pastorales (Paris 1971). Un 20 Cf. Puebla 78: «Ecclesia», núm. 1.147 (1978) 1898. Para conocer el
análisis semejante para Espana hice yo en Tendencias pastorales en la Iglesia fenómeno de la Iglesia popular en Espana cf. J. Rey y J. J. Tamayo, Por una
espanola, en Teologia y mundo contemporâneo (Homenaje a Karl Rahner) Iglesia dei pueblo (Madrid 1976); J. M. Castillo, La alternativa Cristiana. Ha-
(Madrid 1975) 491-512. cia una Iglesia dei pueblo (Salamanca 1978).
14 Cf. J. M. Marcos-Alonso, Análisis sociológico dei catolicismo espanol 21 Cf. C. Floristán y L. Maldonado, Los sacramentos, signos de liberación

(Barcelona 1967); J. Gonzalez Anleo, Catolicismo nacional: nostalgia y crisis (Madrid 1977); C. Floristán, Sakramente und Befreiung, en Prophetische
(Madrid 1975). Diakonie (Viena 1977) 292-310.
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En la década de los cincuenta se rescata teologicamente el concepto mento, ejerce el âmbito de lo social y político. Si todo tiene una dimen-
de sacramento a partir de la fe a , de la categoria de encuentro perso- sión política, no es menos cierto que todo se situa en un horizonte
nal 23 , de la palabra24 y de la sacramentalidad de la Iglesia 25 . El Vati- simbólico o sacramental23.
cano I I asume estas perspectivas sacramentales en la línea de la acción
misionera, al describir los sacramentos como signos que suponen, ali-
mentan, robustecen y expresan la fe 2 6 . 3. Iglesia «gran institución» e Iglesia «red de comunidades»
Para evitar esquizofrenias entre acción evangelizadora y acción litúr- A partir dei Vaticano I I surgen en el cono sur de América las co-
gica, la Iglesia debe actuar de un modo coherente. La tensión entre munidades eclesiales de base como nuevo modelo de Iglesia, potenciado
evangelización y sacramentos es analizada después dei concilio en nu- en sus orígenes por el Plan Pastoral de Conjunto dei episcopado brasi-
merosos escritos, sin que falten documentos de conferencias episcopales leno a fines de 1965, correspondiente al quinquénio 1965-1970 29 . En
sobre el tema 27 . Medellín obtienen carta de ciudadanía. Es extraordinaria su extensión
El modelo evangelizador acentua el cristianismo evangélico (fe veri- por la Iglesia latinoamericana, en conjunción con el desarrollo de la
ficada conforme a la praxis de Jesus y a la praxis de liberación actual) teologia de la liberación. Innumerables escritos describen su experien-
y el modelo cultual destaca el cristianismo sacramental (fe atestiguada cia, rasgos básicos y alcance evangelizador. Por su importancia conviene
en el mistério litúrgico Cristiano). Para los primeros, el hombre es esen- recordar los Encuentros Nacionales de Comunidades Eclesiales de Base
cialmente compromiso; la Iglesia, una comunidad profética; Jesús, el de Brasil: 1) en 1975 («Una Iglesia que nace dei pueblo por el Espíritu
hombre pleno para los demás; Dios, una llamada a instaurar su reino; Santo»); 2) en 1976 («La Iglesia, pueblo que camina»); 3) en 1978
la fe, praxis de liberación; la caridad, acción social y política, y la es- («La Iglesia, pueblo que se libera»); 4) en 1981 («La Iglesia, pueblo
peranza, punto de arranque para transformar el mundo. Para los segun- oprimido que se organiza para la liberación»), y 5) en 1983 («La comu-
dos, el hombre es gratuidad; la Iglesia, signo de salvación; Jesús, el nidad eclesial de base, semilla de una nueva sociedad»). Sin olvidar,
protosacramento dei Padre; Dios, caridad derramada; la fe, pleno sen- asimismo, los encuentros, entre 1976 y 1983, de la «Asociación Ecumé-
tido de la vida; la caridad, amor personal que se da, y la esperanza, una nica de Teólogos dei Tercer Mundo» 30 .
confianza plena en las promesas de Dios. El modelo eclesial de base parte de la opción por el pueblo, los
Estas dos maneras de interpretar el hecho Cristiano se han enrique- pobres y la liberación. L. Boff lo describe con estos rasgos: 1) Es Igle-
cido recientemente a causa de una revalorización de la naturaleza evan- sia dei pueblo, no para el pueblo, sino con el pueblo, a saber: pueblo
gélica dei cristianismo y debido al impacto que, sobre la fe y el sacra- de Dios, con responsabilidad compartida frente a un modelo de Iglesia
clerical. 2) Es Iglesia-comunión, comunidad de fe y de caridad, con
Cf. L. Villete, Foi et sacrement, 2 vols. (Paris 1959).
22 signos sacramentales liberadores, dialogante, con relaciones fraternas,
Cf. E. Schillebeeckx, Cristo, sacramento dei encuentro con Dios (San
23 frente a una Iglesia impositiva, centrada en el binomio autoridad-obe-
Sebastian 1964); publicado en 1957 en Amberes. diencia. 3) Es, por último, Iglesia profética y liberadora, que se com-
24 Cf. K. Rahner, Palabra y eucaristia, en Escritos de teologia IV (Madrid promete en lo social, toma conciencia de los derechos humanos, detecta
1962) 323-367 (Wort und Eucharistie, en Aktuelle Fragen zur Eucharistie, injusticias y defiende a los explotados, frente a una Iglesia aliada con
ed. por M. Schmaus, Munich 1960, 7-52). los ricos, desencarnada, con sólo ritos y sacramentos31.
25 Cf. O. Semmelroth, La Iglesia como sacramento original (San Sebastián
La eclesialidad de las comunidades de base ha sido acentuada cons-
1963) (Die Kirche ais Ursakrament, Francfort 1953). tantemente por sus representantes y reconocida oficialmente por la jerar-
26 Sacrosanctum Concilium, 59.
27 Cf. Episcopado francês, La Iglesia, signo de salvación en médio de los

hombres (Madrid 1976) (Église, signe de salut au milieu des hommes, Paris
28 C. Floristán y L. Maldonado, Los sacramentos..., op. cit., 15-19.
1972) y Una Iglesia que celebra y que ora (Santander 1976) (Une Église qui 29 Cf. E. Dussel, Teologia de la «periferia» y dei «centro», iEncuentro
celebre et qui prie, Paris 1974). Cf. además Evangelización y sacramentos, o confrontación?: «Concilium» 191 (1984) 141-154.
30 Ibid.
ed. por el Secretariado Nacional de Liturgia (Madrid 1973); Conferencia Epis-
31 L. Boff, Iglesia: carisma y poder. Ensayos de eclesiologia militante (San-
copal Italiana, Evangelizzazione, Sacramenti, Promozione umana. Le scelte
pastorali delia Chiesa in Italia (Roma 1979). tander 1982) 209.
424 C. Floristán Modelos de Iglesia y acción pastoral 425
quía. La comunidad eclesial de base es «la célula inicial de la estruc- dora, teologia popular, comunión crítica con la Iglesia institucional).
turación eclesial» (Medellín), «esperanza de la Iglesia» (EN), «foco de Características de las cálidas es su sensibilidad por lo trascendente; rasgo
evangelización y motor de liberación» (Puebla) y «la nueva forma de peculiar de las críticas es el acento de la encarnación3S.
ser Iglesia» (Conferencia Episcopal de Brasil, 1983). En definitiva, es R. J. Kleiner distingue tres tipos de comunidades cristianas: las co-
el pueblo de los pobres transformado en pueblo de Dios. munidades de fe, centradas en el kerigma bíblico; las eucarístico-socia-
De hecho, en la realidad actual, afirma R. Munoz, «están operando les, con equilíbrio entre la liturgia y el compromiso, y las sociopolíticas,
dos modelos distintos de Iglesia: dos modelos que implican distinta que acentúan la diaconía Cristiana o la crítica, desde perspectivas mar-
ubicación, distinta mentalidad, distintos médios de acción. No se trata, xistas, respecto de la ideologia religiosa y la sociedad capitalista36.
ciertamente, de modelos que existan puros ni separados el uno dei otro,
En Espana se distinguen, asimismo, diversos modelos: neocatecu-
pero, dentro de la Iglesia única, constituyen dos poios bastante claros
menales, carismáticas y populares, organizadas a mvel estatal e incluso
de su dinâmica interna y de su influencia en la sociedad» 32 . Son los
con expansiones o conexiones con colectivos parecidos o iguales de otros
modelos que R. Munoz denomina de Iglesia «gran institución» y «red
países 37. Un documento reciente de la Comisión Episcopal de Pastoral
de comunidades».
espanola reconoce que en el mundo de las comunidades se dan eviden-
La Iglesia comunitaria y popular, escribe E. Dussel, «no es otra tes diversidades, aunque pueden distinguirse colectivos «como grandes
Iglesia, no es una nueva Iglesia, es simplemente un modelo de la Igle- famílias que agrupan a las nacidas a impulsos de una misma intuición
sia de siempre»33. pastoral» M . Recordemos que la exhortación de Pablo VI Evangelii nun-
tiandi (8-XII-1975) alude a diversos modelos, con desestima de las que
4. Modelos de pastoral comunitaria «se reúnen con un espíritu de crítica amarga hacia una Iglesia que es-
tigmatizan como institucional», adoptan una «actitud de censura y de
El fenómeno de las comunidades cristianas no es uniforme ni uni- rechazo hacia las manifestaciones de la Iglesia», son «hostiles hacia la
tário. De hecho, se dan diversos modelos, ya que sus rasgos y objetivos jerarquia» y «se separan de la Iglesia» (n. 58).
son distintos. Hay coincidências básicas, pero los modos de realización
e incluso de concepción son diferentes.
5. Dos interpretaciones de la pastoral popular
La misma expresión comunidad de base (cristianas o eclesiales son
o intentan serio todas) une dos términos de compleja y profunda signi- La denominada pastoral popular surge en América Latina en corres-
ficación. «Cuando se insiste más en la noción de comunidad —afirma pondência con el modelo representado por las «comunidades de base»,
E. Dussel— es porque necesariamente se pone un enfoque más ad intra denominadas pronto «comunidades eclesiales de base» (para evitar crí-
eclesial» y «cuando se insiste, en cambio, en la noción de base es por- ticas) y más tarde «comunidades cristianas populares» (para evitar
que se tiende a dar más importancia a la función ad extra de la Igle- ambigúedades). Responde, según J. Marins, a «la Iglesia de base en un
sia» 34 . Esta diferenciación de acentos ha sido puesta de relieve por el modelo comunitário, profético, liberador y misionero» 39. El acento está
canadiense G. Paiement cuando distingue las comunidades cálidas, en puesto en la base, entendida como pueblo pobre y oprimido, no como
las que prevalecen las «relaciones interpersonales» (fraternidad, llevarse
bien, palabra de Dios, oración, apoyo ocasional, entusiasmo), de las 35Cf. G. Paiement, Groupes libres et foi cbrétienne. La signification
comunidades críticas (otros las llaman «proféticas»), en las que se ad- actuelle de certains modèles de communauté (Tournai 1972).
vierte un cierto tipo de «compromiso temporal o político» (preocupa- 36 R. J. Kleiner, Basisgemeinden in der Kircbe. Was sie arbeiten - wie sie

ción por las estructuras, acciones, manifestaciones externas, fe libera- wirken (Graz 1976) 190-191.
37 Cf. C. Floristán, Modelos de comunidades cristianas: «Sal Terrae» 67

(1979) 61-72 y 145-154; Secretariado Diocesano de Catequesis de Madrid,


32 Cf. R. Munoz, Solidaridad liberadora: misión eclesial (Bogotá 1977) 32.
33 Cf. E. Dussel y otros, La Iglesia latinoamericana de Medellín a Puebla Comunidades plurales en la Iglesia (Madrid 1981).
38 Cf. Servido pastoral de las pequenas comunidades cristianas (Madrid
(Bogotá 1979); idem, De Medellín a Puebla I-III (São Paulo 1982-83).
34 E. Dussel, La «base» en la teologia de la liberación: «Concilium» 104 1982).
39 Cf. J. Marins, Modelos de Iglesia: CEB en América Latina. Hacia un
(1975) 80.
modelo liberador (Bogotá 1976).
28
426 C. Floristán

mera significación de célula primera de creyentes, ni como lo nuclear


dQUE SIGNIFICA ANALITICAMENTE «PUEBLO»?
personal en donde se enraíza la fe. La base es, pues, el pueblo.
Con todo, el concepto de pueblo es interpretado de múltiples mane-
ras, como ocurre con el adjetivo popular. Nos interesan aqui dos inter-
pretaciones de la noción de pueblo: como nación-cultura (los ciudadanos
de un país) y como sector o sectores de nación, a saber: clase social
(los pobres y marginados)40. La categoria «pueblo» dista mucho de ser semánticamente uní-
Si entendemos el pueblo como sujeto colectivo de una experiencia voca. Al analizarla aqui desde una perspectiva sociológica, tendre-
histórica, con una cultura indígena, una religiosidad propia, una mora- mos siempre a la vista su aplicación a la realidad de la Iglesia como
lidad peculiar, un idioma o habla diferenciado y un destino común, la pueblo de Dios, ya que dicho análisis solamente tiene sentido en la
pastoral popular es «la evangelización de la cultura de un pueblo». medida en que nos ayuda a comprender la realidad de la Iglesia
En cambio, si entendemos por pueblo el sujeto colectivo de pobres, y, en especial, de la Iglesia «popular» latinoamericana. Nuestro
explotados y marginados en un sentido socioeconómico, la pastoral po- método seguirá los pasos siguientes: después de un rápido examen
pular es «la evangelización de los pobres y desde los pobres».
de la categoria «pueblo» en su sentido jurídico, analizaremos su
«Ambos sentidos de la palabra pueblo —afirma J. C. Scannone—
utilización como categoria sociológica en los regímenes «populis-
están semântica y ontologicamente conectados, porque pensamos que los
pobres y sencillos son quienes condensan y colectivamente transparen- tas» y en los movimientos populares, con el fin de detectar los
tan en formas más claras lo que es comunitário y común, es decir, la fundamentos sociológicos de su ambivalência semântica. Partiendo
sabiduría y el estilo de vida propios dei 'nosotros' histórico-cultural. de dicho análisis, veremos en qué sentido puede hablarse sociolo-
Ello es así porque la sencillez de los sencillos, aunque no está a priori gicamente de Iglesia «popular».
inmunizada contra las alienaciones, no se deja tan fácilmente desfigurar Para la antropologia cultural, «pueblo» significa lo mismo que
por los privilégios que emanan dei tener, dei poder o dei saber» 41 .
nación o etnia, es decir, una población definida por su pertenencia
a una misma c u l t u r a E v i d e n t e m e n t e , en este sentido la categoria
C . FLORISTÁN
«pueblo» no interesa a la teologia, ya que careceria de sentido
definir a la Iglesia como un pueblo culturalmente distinto de los
demás.
Para la filosofia social, «pueblo no es una reunión indiscrimi-
nada de seres humanos congregados de cualquier manera, sino la
reunión de una muchedumbre asociada de acuerdo con un derecho
y unos intereses comunes», según la clásica definición de Cicerón,
recogida después por san Agustin y santo Tomás de Aquino 2 . Tal
definición implica una referencia al Estado como instancia dei
derecho y dei cuidado por los intereses comunes, hasta el punto de
que llegamos a encontraria desarrollada en la teoria jurídica dei
Estado, según la cual pueblo es «el conjunto de súbditos o ciuda-
40 Cf. L. Gera, Pueblo, religión dei pueblo e Iglesia, en Iglesia y religio-

sidad popular en América Latina (Bogotá 1977) 258-283; J. C. Scannone, 1 Cf. E. E. Evans-Pritchard, Anthropologie sociale (Paris, Payot) 10-12
Culture populaire, pastorale et théologie: «Lúmen Vitae» 32 (1977) 21-38.
41 J. C. Scannone, Sabiduría popular y teologia inculturada: «Stromata» 35
(Social Anthropology, Londres, sin fecha).
1 Cicerón, De republica, 25 (citado por Ramiro Borja y Borja, Teoria ge-
(1979) 5. neral dei Derecho y dei Estado, Buenos Aires 1977, 63).

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