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LICENCIATURA EN HISTORIA

UEA: HISTORIA DE EUROPA 1: SIGLOS III


AL XV

GRUPO: HC51

PROFESOR: Dr. José Carlos Castañeda


Reyes

Reporte de exposición: la
formación de las ciudades y la
burguesía de Henry Pirenne

ALUMNO: Ruiz Diego Uziel Josías


1
LA FORMACIÓN DE LAS CIUDADES Y LA BURGESÍA

Las grandes aglomeraciones tienen que cumplir con dos características; el comercio
y la industria, una reciprocidad entre importación y exportación, el primero que
resuelva el aprovisionamiento y el segundo que compensa al primero con los objetos
de cambio. Dicha regla observada en los grandes asentamientos urbanos de las
civilizaciones antiguas, tampoco escapará en las ciudades durante la Edad Media.

Las ciudades de la Europa del medievo se formarán con el renacimiento comercial,


principalmente en Italia y los Países Bajos, a lo largo de las rutas naturales por donde
el comercio se expande, favorecidas por el relieve y el clima ya no solo en las costas
sino también sobre caminos, encrucijadas de gran comunicación y flujo de productos
que se vuelven focos de atracción para los comerciantes al encontrar en ellos un
lugar donde intercambiar mercancías, establecer relaciones comerciales y asegurar
sus bienes y persona en una época donde la inseguridad era tema del día a día.

Cuando los nuevos habitantes, es decir los comerciantes, comienzan a llegar y


asentarse en los burgos, que eran fortalezas rodeadas por una muralla que protege
un perímetro delimitado, se establecen por lo general a extramuros, introduciendo
un nuevo concepto del espacio como oposición al burgo feudal o viejo burgo (vetus
burgus); el suburbio o burgo nuevo (novus burgus), mejor conocido como portus,
un conglomerado de comerciantes (poorters) que lo convierten en una plaza
comercial permanente. Estos comerciantes habitantes de los nuevos burgos son los
que posteriormente se les comenzará a llamar burgueses.

Diferenciada ya de los mercados locales, por ejemplo, los de la época carolingia,


estos conglomerados comerciales a partir del siglo X comienzan a crecer muy rápido
alrededor de las viejas fortalezas, atrayendo población de los alrededores que
buscan trabajo, mayormente de las zonas rurales que veían en las ciudades además
de la subsistencia, la liberación de su condición servil. Los artesanos del antiguo
burgo eran muy pocos y no satisfacían las exigencias de las nuevas dinámicas del
comercio y la industria del naciente burgués.

2
La ciudad de Flandes es uno de los ejemplos más claros del fomento que se dio en
la industria como consecuencia del incremento tanto comercial como poblacional.
Las telas producidas serán de las más apreciadas en la sociedad europea, porque la
tejeduría, que es una de las principales industrias del medievo, se va perfeccionando
en las ciudades con técnicas de elaboración más especializadas, suplantando
rápidamente a la pequeña industria rural que la había tenido en sus manos. Los
campesinos se convierten también en mano de obra barata y en consumidores de
los productos que la ciudad producía. Y conservando el monopolio de la industria en
las ciudades y no en el campo, nace una diferenciada división, el campo se dedica
exclusivamente a la agricultura y las ciudades al comercio y la industria.

Uno de los problemas de la burguesía para asentarse alrededor de las ciudades o


los viejos burgos, era el no ser aceptados agradablemente por los órdenes sociales
establecidos, pues chocaban con lo tradicional. Tuvieron que llegar acuerdos sobre
la renta de las tierras con sus propietarios, los señores feudales, y establecerse bajo
la jurisdicción del señor y acatarse a ella.

Mientras la burguesía iba ganando terreno en las ciudades, la nobleza iba perdiendo
fuerza. Por ejemplo, un nuevo burgo que en su inicio carecía de murallas para
defenderse, cuando crecía en demasía, estas se construían a su alrededor. Los
caballeros que tenían como función defender la primitiva fortaleza perdían su razón
de ser, retirándose los nobles al campo, les era más beneficioso cobrar las rentas de
la fructifica actividad comercial. La iglesia por su parte se beneficiaba sobremanera
al incrementar los habitantes en las ciudades, se fundaban nuevas parroquias que
aumentaban la riqueza del clero con el cobro de la aplicación de los sacramentos.

3
Bibliografía consultada.

Pirenne, Henry, las ciudades de la Edad Media, 2ª edición, trad. Francisco Calvo,
Madrid, Alianza, 1975. P. 87-109.

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