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TEMA 23. LA CIUDAD ROMANA (pag.470-478).

La cultura romana es incuestionablemente urbana, la ciudad es el centro del poder


político, económico y cultural, el lugar donde el ciudadano ejercita sus derechos. Cuando Roma
inicia su política expansionista, elige la ciudad como instrumento para establecer el nuevo
orden y el nuevo poder. Su dominio territorial se basará en el despliegue de un sistema de
ciudades con una distribución espacial equilibrada, jerarquizada e interconectada con un
complejo sistema de comunicaciones. Por ello, Roma siempre mantuvo una política de ayuda y
estímulo a las ciudades, dirigidas por los poderes públicos y destinadas a mostrar los poderes
del Estado.

Con el Imperio, la ciudad se convierte en el emblema y en la imagen visible del nuevo


orden. Con Augusto, el concepto de ciudad se enriquece, ya que su arquitectura se convierte
en una referencia ideológica y política de primera magnitud. La ciudad y los modelos
arquitectónicos que se asocian a ella, se transforman en instrumentos de comunicación
ideológicos con los que quiere proclamar la grandeza y superioridad de Roma. Esta política se
traduce en la cristalización de un modelo y establecer de forma consciente y planificada una
tipología de núcleo reconocible en todos los rincones del Imperio.

Hay que señalar el contraste que existe entre el caótico crecimiento orgánico de Roma,
el crecimiento orgánico de la metrópoli y la planificación geométrica regular en las colonias.
Debido al tamaño y población excepcionales de la ciudad de Roma a la complejidad de la
relación entre sus edificios y, en parte, a la simplicidad el trazado adoptado para los
asentamientos urbanos.

Roma nació como una pequeña ciudad, entre la zona del dominio etrusco y las colonias
griegas de la Magna Grecia, convirtiéndose con el tiempo en la aglomeración más compleja de
la historia antigua. A lo largo de todo el Imperio los diferentes emperadores actuaron sobre ella
dotándola de edificios monumentales y mejorando su trama.

El punto de partida de las innumerables obras públicas acometidas en Roma se fija en


el 312 a.C, cuando inicia su actividad el censor Appio Claudio que dota a la ciudad del primer
acueducto, el Aqua Appia y traza la primera calzada la Vía Appia, que facilita el acceso de las
tropas a la recién conquistada Campania. En esta época se implantan las bases del urbanismo
romano con el establecimiento de los planos de los primeros campamentos y las primeras
colonias en este territorio. En ciudades como Ostia, Alba Fucens o Cosa se ensayan los
primeros prototipos de edificios de arquitectura pública.

Sin embargo, no será hasta la época de Pompeyo y César en que se establece la


formula de convertir la arquitectura y mejora de la ciudad en una manifestación del prestigio
personal del gobernante. Pompeyo, lo hace con la construcción del primer teatro estable de la
capital. César, fomenta la idea; pretendía dotar a Roma de una imagen más decorosa y
distinguida. Para ello reconstruye y ordena los dos espacios más prestigiosos de la ciudad, el
antiguo foro y el Campo de Marte, y edifica la Saepta Julia; promovió nuevos espacios, como el
nuevo foro, el Foro Julio, que marca no sólo el comienzo del género monumental, los foros
imperiales, sino que inaugura espacios dotados de una fuerte carga política y propagandística.

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Tema 23. La ciudad romana.
Augusto, terminó los planes de César. Consciente del valor comunicativo de los
monumentos otorga a Roma un carácter monumental. Puso en marcha un plan de
reconstrucción de santuarios (80 templos), como símbolo e imagen de su política de
restauración de la religión oficial del Estado. Erigió el Foro de Augusto, con un templo dedicado
a Marte Vengador, en honor a César. Lo que Augusto ofrece a Roma es la imagen de una ciudad
regia, cubierta de mármol y ratificada por el prestigio del clasicismo griego.

Los romanos introdujeron la civilización urbana en la Europa situada entre el Rhin y el


Danubio. Primero de forma muy modesta, pero a partir del 338 a.C. cuando caen las ciudades
etruscas y la Campania, Roma instaura las colonias militares para controlar un territorio en
continua expansión. Esto sirvió para dar ideas de cómo debería ser una ciudad.

Al mismo tiempo Roma se expande hacia el norte y despliega los cánones urbanos de
la época de Augusto y sus sucesores. El sistema de ciudades que se iba estableciendo tenía
como base de su mantenimiento la eficaz red de calzadas que las comunicaba, tanto entre ellas
como con la metrópoli.

Sin embargo, durante la época republicana Roma era básicamente una ciudad-estado y
su relación con las nuevas colonias era fijar una mínima infraestructura administrativa. Este
concepto empieza a cambiar con Cesar y se abandona con Augusto. Las colonias empezaron a
asimilarse y desarrollarse según los modelos romanos y los centros a los que se hizo extensiva
la ciudadanía romana se adaptaron a los principios romanos.

Estas ciudades siguieron los modelos de las urbes del Valle del Po, por iniciativa estatal
y con arquitectos formados en Roma, surge en todas las provincias la construcción romana más
pura con rasgos netamente clasicistas.

Los nuevos asentamientos urbanos permanentes fueron trazados según un plano


reticulado donde las calles se cortaban entre sí perpendicularmente, estas ciudades eran
herederas del urbanismo griego que había creado emplazamientos urbanos en la Italia
meridional, y en los que se planteaba la uniformidad de tratamiento de los edificios; en ellas
arquitectura y urbanismo son dos aspectos de la misma cuestión, la ciudad. En las nuevas
ciudades romanas esto se asumió de igual modo.

El perímetro de esta ciudad suele ser cuadrado o rectangular; dentro las calles
principales, el decumanus, que atraviesa el centro del asentamiento, y el cardo, que lo corta
ortogonalmente, se cruzan formando retícula que a su vez forma manzanas cuadrangulares. El
trazado ortogonal se realizada de N-S para el cardo y E-O para el decumanus. En la intersección
de ambas vías principales se dejaba un espacio central libre destinado al foro. El templo mayor,
el teatro y los baños públicos también se encontraban cerca del foro, en el centro de la ciudad.

Inicialmente, se prescindía de murallas ciudadanas, que podían edificarse o no. Debido


a las poderosas defensas fronterizas del Imperio, aunque se levantaron en las últimas e
inestables fases del Imperio.

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Tema 23. La ciudad romana.
Tipos de ciudades: coloniae sus habitantes tenían un estatuto jurídico y privilegios
plenamente romanos; municipia, núcleos tribales con estatuto foral que en parte adquirían los
derechos romanos; civitates, o ciudades indígenas, que tenían cierta autonomía y con
romanización lenta. En todas, trama ortogonal y los tipos codificados de arquitectura civil.

Las coloniae derivaron, muchas veces, de campamentos –castra- con traza en retícula,
dentro de un perímetro defensivo predeterminado. Sus pobladores eran legionarios licenciados
o colonos procedentes de Roma.

Los núcleos tribales existentes fueron urbanizados de nuevo como ciudades romanas y
los miembros más destacados de sus tribus invitados a compartir las ventajas de la cultura
romana. Se insertaron foros, templos palacios termas y anfiteatros formando conjuntos de gran
ostentación.

El tratamiento de las ciudades no fue igual en occidente que en oriente. En occidente,


excepto en la costa, la tradición arquitectónica era mucho menor que la romana por lo que se
establecieron sus modelos sin limitación.

En la zona oriental del Imperio, la iniciativa romana chocó con las elaboradas
tradiciones urbanas y arquitectónicas helenísticas, que se fundieron con las romanas.

Aquí, los modelos de arquitectura civil, contaban con importantes precedentes como el
gusto por lo barroco y teatral, la inexistencia de anfiteatros y el gusto por los odeones. Pero lo
más peculiar son los espacios abiertos; los centros de las ciudades dejan de ser foros, para
concentrar la atención en grandes avenidas.

Las plazas son ágoras comerciales ej. la plaza oval de Gerasa.

Los centros de peregrinaje, estructurados como verdaderas ciudades: Artemisa en


Gerasa, de Júpiter en el Líbano.

Estas ciudades orientales estuvieron comunicadas con una importante red de calzadas
y puentes, acueductos, cloacas, almacenes, fuentes, instalaciones portuarias, etc.

Las primeras invasiones de los pueblos germanos generaron destrucciones en La Galia


y en Hispania. El s.II está presidido por una profunda crisis interna y por una falta de poder
central que ocasiona inseguridad y decadencia. Se inicia entonces un periodo de construcción
de murallas que reducen considerablemente el tamaño de las ciudades hasta convertirlas en
fortalezas defensivas, desapareciendo su función de centros políticos, económicos y culturales.

Durante el Bajo Imperio la inseguridad conduce a un continuo éxodo de la población de


las ciudades al campo, que se hará masiva en los últimos momentos del Imperio y que
provocará la liquidación del mismo. Este proceso de desurbanizacion y ruralización será la base
de la estructura social y política de la Edad Media.

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Tema 23. La ciudad romana.

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