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Sucesiones

Intestadas

Derecho
Privado VII

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Sucesión intestada
Sucesión intestada

Definición

La naturaleza del llamamiento a suceder determina distintas especies de


sucesiones, ya sea que el título creador de la vocación sucesoria reconozca
su origen en las disposiciones legales o bien en la voluntad del causante;
conforme a ello, corresponde distinguir la sucesión legítima o intestada de
la testamentaria.

La sucesión intestada o ab intestato es aquella en que el llamamiento a la


sucesión es realizado por la ley, sin intervención de la voluntad del difunto
manifestada en el testamento.

Pérez Lasala (2014, p. 11) la define como la sucesión hereditaria que se


defiere por ministerio de la ley, ora por no existir testamento, ora por
resultar ineficaz.

La sucesión intestada presenta los siguientes caracteres:

1) Es una sucesión hereditaria: pues el sucesor es siempre un heredero. No


comprende los legados. Se trata de un sucesor universal que recibe el
conjunto de bienes del causante y responde por sus deudas. Cuando
concurren varios herederos, reciben una parte alícuota del patrimonio, con
derecho a acrecer.

2) Se defiere por ministerio de la ley: el llamamiento a los herederos es


realizado de manera directa y exclusiva por la ley.

3) Es supletoria de la testamentaria: ya que si el causante en un


testamento ha dispuesto el destino de su patrimonio, no procede la
sucesión intestada, pues prevalece la voluntad del sujeto. El límite está
dado por el respeto a las legítimas cuando tiene legitimarios, de tal manera
que si el difunto se ha excedido de la porción disponible al distribuir sus
bienes, aquellos tienen acciones para la protección de las legítimas.

4) Procede cuando por testamento sólo se ha dispuesto de una parte de


los bienes, o aquel resulta parcialmente ineficaz: en este caso, se abre la

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sucesión intestada con relación al resto de bienes, es decir, a los que no
estén alcanzados por el testamento. Así, la sucesión será en parte intestada
y en parte testamentaria. Esta solución es receptada por el art. 2277,
cuando regula la apertura de la sucesión, pues establece que: “si el
testamento dispone sólo parcialmente de los bienes, el resto de la herencia
se defiere por la ley…”1.

Por último, el fundamento de la sucesión intestada radica, por un lado, en


la presunta voluntad del causante que responde al reconocimiento del
orden natural de los afectos y, por otro, a la protección de la familia.

Causas que la originan

Entre las causas que originan la sucesión intestada, podemos señalar las
siguientes:

a) Cuando el causante no ha testado. Este es el supuesto que se da con


mayor frecuencia. En nuestra sociedad, no es una práctica generalizada el
otorgamiento de un testamento.
b) Cuando el causante ha testado, pero el testamento es ineficaz, ya sea
por nulidad, caducidad o revocación.

Si el testamento es nulo ab initio, se considera que nunca ha existido y da


lugar a la sucesión intestada. La nulidad puede surgir ante la ocurrencia de
alguno de los supuestos del art. 2467 del Código Civil y Comercial.

Ahora bien, la nulidad puede afectar a algunas de las disposiciones


testamentarias; en tal caso, el resto de las disposiciones mantienen su
validez.

Por su parte, la caducidad implica la ineficacia del testamento, que es


válido de por sí, atento a la carencia, luego de abrirse la sucesión, de
algunos de los presupuestos indispensables para que el testamento o
alguna de sus disposiciones testamentarias produzcan sus efectos (p. ej.:
beneficiario no sobrevive al causante o es indigno, etc.). Si la caducidad es
total, se abre la sucesión intestada (siempre que no actúe el derecho de
representación); en cambio, si es parcial, puede dar lugar a la sucesión
intestada si no existe derecho de acrecer a favor de los beneficiarios no
afectados.

Por último, la revocación que deja sin efecto un testamento puede


producir la apertura de la sucesión intestada en determinados casos. Así

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procede cuando se deja sin efecto un testamento anterior o alguna
disposición contenida en él, atento a un cambio en la voluntad del difunto:

c) cuando el testamento no instituye herederos y se limita a disposiciones


patrimoniales particulares a título de legados;
d) cuando el heredero testamentario renuncia a la herencia;
testamento dispone sólo parcialmente de los bienes, el resto de la herencia
se defiere por la ley…”1.

Por último, el fundamento de la sucesión intestada radica, por un lado, en


la presunta voluntad del causante que responde al reconocimiento del
orden natural de los afectos y, por otro, a la protección de la familia.

e) y cuando las disposiciones testamentarias no alcanzan la totalidad de los


bienes.

Asimismo, debemos formular una distinción entre la sucesión intestada y la


sucesión legitimaria, pues esta última es la sucesión que la ley defiere
forzosamente a favor de determinados parientes y cónyuge, a quienes
adjudica porciones de la herencia.

El derecho sucesorio se organiza primordialmente sobre la base del


llamamiento legítimo de los legitimarios (también denominados
legitimarios). Son tales: los descendientes, los ascendientes y el cónyuge
supérstite. Los parientes colaterales que tienen llamamiento o vocación
hereditaria (hasta el cuarto grado) no son legitimarios.

Por último, resulta oportuno indicar que el Código Civil y Comercial


suprime el llamado hereditario a la nuera viuda sin hijos. Ello responde a
que la realidad social es diferente de la existente al momento de su
incorporación y afecta la igualdad jurídica del hombre y la mujer, pues no
se justifica una distinción entre yerno y nuera.

Se suprime el derecho hereditario de la nuera viuda porque,


además de los ataques a su constitucionalidad al distinguir
según sea hombre o mujer, altera los principios del derecho
sucesorio y ocasiona un sinnúmero de dificultades
interpretativas, especialmente después de la incorporación
del matrimonio de personas del mismo sexo. (Lorenzetti, R.

1 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la Nación.

3
L. Presidente de la Comisión Redactora del Código Civil y
Comercial de la Nación, 2014, Fundamentos del
Anteproyecto de Código Civil y Comercial. p. 804)

Principios que rigen las sucesiones mortis causa


deferidas por la ley
Trataremos a continuación los principios fundamentales que gobiernan el
llamamiento ab intestato. Estos son:

1) jerarquía o prioridad de los órdenes hereditarios;


2) proximidad de grado dentro de cada orden;
3) indistinción del origen y naturaleza de los bienes;
4) título universal del llamado.

Estos principios no son absolutos, pues reconocen excepciones que


desarrollaremos oportunamente.

Pérez Lasala (2014, p. 52 y ss.) esgrime que los principios que imperan en la
sucesión intestada se pueden dividir en principios relativos al llamamiento
y principios relativos a la distribución de la herencia.

Figura 1: Principios que rigen la sucesión intestada

Fuente: elaboración propia.

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Prioridad entre los órdenes sucesorios

La vocación legítima se basa en la prelación o sucesión de órdenes de


llamamiento y, dentro de cada orden, en la proximidad de grado de
parentesco con el causante. Los órdenes son llamados a la herencia de
manera sucesiva; de este modo, si existen miembros de un orden
preferente, no se puede pasar a un orden posterior. Cuando se trata de
clases pluripersonales, esto es, compuestas por varios herederos (la del
cónyuge es unipersonal), cobra plena vigencia el principio según el cual el
orden preferente excluye al orden siguiente; por ejemplo, los
descendientes excluyen a los ascendientes. Por su parte, el cónyuge
supérstite constituye un orden anómalo o atípico. En efecto, el cónyuge
supérstite no actualiza su vocación excluyendo llamamientos ulteriores,
sino que en el caso de no existir descendientes, es un orden excluyente de
los parientes colaterales; sin embargo, concurre con descendientes y
ascendientes del causante.

Así, encontramos en los órdenes hereditarios: los parentales y el orden del


cónyuge. La ley convoca primero a los descendientes; no habiéndolos,
llama a los ascendientes. Ambos órdenes concurren con el cónyuge
supérstite que, a su vez, hereda como único sucesor cuando no hay
descendientes o ascendientes y excluye a los colaterales. Por último, los
colaterales sólo son llamados en ausencia de descendientes, ascendientes
y cónyuge.

En definitiva, la sucesión intestada se defiere a los descendientes,


ascendientes, cónyuge supérstite y a los colaterales.

En tal sentido, el art. 2424 del Código Civil y Comercial enuncia que:

Las sucesiones intestadas se defieren a los descendientes


del causante, a sus ascendientes, al cónyuge supérstite, y a
los parientes colaterales dentro del cuarto grado inclusive,
en el orden y según las reglas establecidas en este Código. A
falta de herederos, los bienes corresponden al Estado
nacional, provincial o a la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, según el lugar en que están situados2.

En los parientes consanguíneos y en la adopción plena, no hay límite de


grado en el orden de los descendientes y en el de ascendientes; en cambio,
los colaterales sólo heredan hasta el cuarto grado.

2 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título IX. Código Civil y Comercial de la Nación.

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En la adopción simple no hay límite en la línea descendiente; en la línea
ascendiente, sólo hereda el adoptante. En cuanto a los colaterales, Pérez
Lasala (2014, tomo 2, p. 77) señala que atento a que el Código Civil y
Comercial omitió regular la vocación hereditaria del adoptado simple y los
demás hijos y nietos del adoptante, debe inducirse la inexistencia de tal
vocación3. Asimismo, el Código suprimió el art. 329 del Código Civil que
estipulaba que los hijos adoptivos de un mismo adoptante serían
considerados hermanos; en consecuencia, tal supresión parece decisiva
para negar la vocación.

De acuerdo con estas ideas, este primer principio que rige la sucesión ab
intestato puede enunciarse así: los órdenes hereditarios se excluyen entre
sí, según la jerarquía, prioridad o preeminencia que la ley le asigna, salvo el
cónyuge, que siempre concurre, nunca es excluido y a su vez excluye.

De acuerdo con las ideas expuestas, puede elaborarse el siguiente cuadro:

Tabla 1

Concurre
Jerarquía Orden hereditario Excluye a: Es excluido por:
con:

Ascendientes y
1 Descendientes Cónyuge Nadie
colaterales

2 Ascendientes Colaterales Cónyuge Descendientes

Ascendiente
sy
3 Cónyuge Colaterales Nadie
descendient
es

Descendientes,
4 Colaterales Fisco Nadie
ascendientes y cónyuge

Fuente: elaboración propia

3Véase el art. 620. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Segundo, Título VI. Código Civil y
Comercial de la Nación.

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Prioridad dentro de cada orden sucesorio: proximidad de
grado

La preferencia dentro de cada orden queda determinada por el principio


general de la prioridad de grado. La regla de proximidad de grado sólo
tiene sentido respecto a los parientes de un mismo orden (por ejemplo, los
hijos excluyen a los nietos). Para determinar el grado de parentesco por
consanguinidad, es necesario distinguir la línea directa de la línea colateral.
En la primera, que es la que se forma entre ascendientes y descendientes,
el grado equivale a la generación; así, habrá tantos grados como
generaciones. En cambio, en la línea colateral, debemos remontarnos
desde la persona cuyo grado de parentesco se quiere conocer hasta el
tronco común, y de ahí descender hasta el otro pariente. Por ejemplo, en el
caso de los hermanos, el tronco común son los padres; así, tenemos dos
grados.

Esta norma enunciada como principio fundamental es absoluta; sin


embargo, admite como excepción el derecho de representación.

A su vez, cada orden es excluyente de los ulteriores. Ello interesa pues


permite afirmar que mientras existan parientes con vocación actual o
eventual que integran un orden preferente, no actualizan su vocación los
parientes del orden subsiguiente. Por ejemplo, si al causante le sobreviven
sólo nietos y, además, sus padres, aunque éstos últimos se encuentran en
primer grado de consanguinidad en línea recta con respecto al causante y
los nietos en segundo grado, éstos actualizan el llamamiento (por derecho
de representación), excluyendo a los ascendientes que se encuentran en
un orden ulterior.

Indistinción del origen y naturaleza de los bienes. Excepción

El art. 2425 del Código Civil y Comercial prescribe que “en las sucesiones
intestadas no se atiende a la naturaleza ni al origen de los bienes que
componen la herencia, excepto disposición legal expresa en contrario”4.

El patrimonio hereditario, al momento de la muerte del causante, forma


una unidad en la que no se distinguen categorías de bienes en función de
las cuales asignarlos a determinados herederos o sucesores. Es decir, en
principio la distribución de los bienes del causante se realiza con
independencia de su origen. Sin embargo, esta regla contempla dos
excepciones en materia sucesoria:

4 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título IX. Código Civil y Comercial de la Nación.

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1) En la sucesión del cónyuge, si concurre con los descendientes y el
régimen patrimonial entre los esposos es el de comunidad, se diferencia si
los bienes son propios o gananciales. De este modo, sobre los bienes
gananciales, el cónyuge supérstite retira la mitad que le corresponde en
calidad de integrante de la comunidad de ganancias, y el resto (mitad que
le corresponde al causante) se divide entre los descendientes.
2) En la sucesión del adoptado por adopción simple (art.2432)5 el
adoptante no tiene derechos sucesorios sobre los bienes que el adoptado
recibe de su familia de origen. Asimismo, la familia biológica no hereda los
bienes que el adoptado hubiera recibido a título gratuito de su familia de
adopción.

Tales exclusiones no proceden si los bienes quedasen vacantes.

Con relación a los demás bienes, los adoptantes excluyen a los padres
biológicos.

En conclusión:

 Los bienes gratuitos recibidos por el adoptado de parte de su familia


biológica vuelven a la familia biológica.
 Si se tratase de bienes adquiridos por el adoptado, la prioridad la tiene
el adoptante.
 Los bienes gratuitos de su familia adoptiva vuelven a la familia
adoptiva.

Título universal del llamado

Al estudiar los caracteres de la sucesión intestada, señalamos que es una


sucesión hereditaria, pues el sucesor es siempre un heredero. Conforme a
ello, la ley no llama a los legatarios.

5 Véase el art. 2432. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título IX. Código Civil y
Comercial de la Nación.

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Referencias
Pérez Lasala, J. L. (2014). Tratado de Sucesiones, tomos 1 y 2. Santa Fe: Rubinzal
Culzoni.

Lorenzetti, R. L. (Presidente de la Comisión Redactora del Código Civil y Comercial


de la Nación). (2014). Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial.
Código Civil y Comercial, pp. 804-805. Buenos Aires: Zavalía

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