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Abordaje de la función respiratoria:

La higiene nasal: La estimulación de la función respiratoria se iniciará con la higiene de


la nariz, ya que ésta para el respirador bucal suele ser un órgano poco utilizado o
inexistente. A través de ejercicios específicos enseñaremos al paciente a sonarse la nariz,
a mejorar la calidad del soplo nasal, etc., utilizando pañuelos de papel durante la
ejercitación e indicaremos su uso diario para reforzar el hábito de higiene nasal.

Los ejercicios respiratorios: Se administrarán ejercicios de estimulación nasal, de


respiración con y sin objetos, con desplazamientos del cuerpo, con movimientos
coordinados, etc. Estos últimos donde la respiración acompaña los movimientos
corporales están indicados para favorecer la flexibilidad, lograr una postura adecuada y
aumentar la elasticidad en la zona costodiafragmática, generalmente reducida en los
sujetos con insuficiencia respiratoria.
Todos los ejercicios se adaptarán a la edad y posibilidades de cada paciente,
encaminados a facilitarle la adquisición de la respiración nasal, su automatización y
posterior generalización (diurna y nocturna). Recordemos que la práctica respiratoria
deberá ser progresiva y dosificada para evitar la hiperventilación que puede ocasionar
mareos, cefaleas y decaimiento.

Enseñanza de la técnica respiratoria: La respiración será de tipo diafragmático-


abdominal y el modo respiratorio nasal-nasal. Recordemos que la nariz realiza las
funciones de filtrado y acondicionamiento del aire, por lo tanto, el establecimiento de la
modalidad respiratoria nasal permitirá su humidificación, calentamiento y purificación para
que llegue a los pulmones en condiciones óptimas.
La técnica respiratoria se suele enseñar en posición acostado decúbito supino y luego
sentado, utilizando el recurso de las manos para percibir los movimientos del diafragma y
las costillas, con el objetivo de modificar la elevación pectoral o clavicular habitual en
estos casos. Asimismo, una bolsita de arena, objetos de diferentes pesos, etc., ubicados
sobre la zona diafragmática-abdominal (en decúbito dorsal) servirán para registrar su
expansión y elevación durante la ejecución de los movimientos inspiratorios y espiratorios.

Restablecimiento del tono muscular y la movilidad de los órganos


fonoarticulatorios:

Praxias preparatorias de la musculatura orofacial: Ejercicios (praxias) con la lengua,


los labios y la mandíbula. Estas praxias orales serán seleccionadas para cada caso en
particular y en función del diagnóstico hallado. También, estarían indicados en esta etapa
los masajes orales y faciales, por ejemplo, masaje manual sobre un labio superior
incompetente y corto. El paciente repetirá diariamente en su hogar aquellos ejercicios que
el terapeuta considere necesarios para favorecer el logro de los objetivos establecidos, los
que indicará por escrito, mediante dibujos, tarjetas recordatorias… para facilitar su
realización.

Posición de reposo labial: Para lograr la nueva postura de reposo labial (labios unidos y
sin tensión) existen numerosos ejercicios que se describen en la bibliografía logopédica.
Los mismos se abordarán a través del juego con l@s niñ@s y cuando éstos se hayan
entrenado lo suficiente en la respiración nasal.
Para automatizar la postura labial se utilizarán recursos variados que le permitan al niño
realizar sus actividades cotidianas sin mayores inconvenientes (lectura silenciosa, tareas
escolares, mirar televisión, etc.). Algunos de estos recursos podrían ser: sostener entre
los labios un trocito de oblea, un cereal plano… comenzando con unos minutos diarios y
aumentando paulatinamente el tiempo hasta acompañar una actividad lúdica o gráfica
completa, utilizando exclusivamente la nariz para respirar.
Las posiciones de reposo de lengua y labios se iniciarán desde las primeras sesiones y de
ser posible en forma conjunta, ya que una postura beneficiará a la otra.

Posición de reposo lingual y patrón deglutorio correcto: Se explicará y mostrará el


lugar donde debe colocarse la lengua en posición de reposo y durante la deglución,
utilizando para ello la boca del logopeda, el espejo, el tacto, dibujos, etc. La postura
adecuada del órgano lingual es: en el paladar con la punta de la lengua apoyada en los
pliegues palatinos (zona rugosa), por detrás de los incisivos superiores.
Se corregirá el patrón de deglución en aquellos casos que se encuentre alterado. El
patrón deglutorio correcto será el siguiente: labios juntos sin tensión, punta de la lengua
en la zona de las rugas palatinas, el dorso lingual contactando con la parte media del
paladar duro y la base de la lengua contactando con el paladar blando, descendiendo
unos 45º contra la pared faríngea.

Evidentemente el entrenamiento de los órganos fonoarticuladores se va efectuando en


forma paralela a la rehabilitación funcional respiratoria, avanzando según el ritmo y las
respuestas individuales. Igualmente, se deberá tener en cuenta durante la terapia
aquellas alteraciones detectadas mediante la anamnesis y la valoración-diagnóstica:
hábitos lesivos, demás funciones orofaciales, etc.
Así, por ejemplo, se abordarán los trastornos fonoarticulatorios, de resonancia y de
coordinación fono-respiratoria (voz-aire) que resulten de la deficiencia respiratoria. En
los sujetos con dislalias se corregirá el punto y modo de articulación de los fonemas que
estuviesen alterados como consecuencia de una postura lingual baja, interpuesta entre
los dientes, falta de sellado labial, etc., características típicas de los respiradores orales.

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