Sie sind auf Seite 1von 9

Personajes: JUAN y ANDRÉS, (Niños interpretados por hombres.

)
En escena una mesa: rectangular, alargada, Ellos tura-n por
distintos lados. Hablan como en las historietas.

JUAN.— ¡Yo soy el muchacho!


ANDRÉS. — ¡Y yo, el indio Gerónimo!
JUAN.— ¡Ta, ta, ta!... ¡Te maté!
ANDRÉS (se echa al suelo),—— ¡No!... Es sólo una herida…
JUAN. — Llegó tu última hora, miserable.
ANDRES. — Todavía, no...
JUAN. — ¿Tú mataste a la hija del comandante? Muere, cobarde! (Le clava repetidas
puñaladas, en distintos sitios del cuerpa). —- ¡ ¡Zah-zah-zah!
ANDRÉS. — ¡Pará, pibito! Si vos no traías cuchillo...
JUAN. — ¿Y entonces?
ANDRÉS. — Tenés que matarme con el bufoso.
JUAN. — ¡Bueno, ya está! (Ademán de sacar el revólver.)
ANDRÉS. — No lo tenias de ese lado... (Juan vuelve a dudar.) El muchacho se
distrae... y ¡Gerónirno escapa! (Salto.) Sube a caballo... ¡y huye hacia el bosque!
(Se vuelve.) Me las pagarás, carapálida!
JUAN. — ¡Te atraparé, villano! (Silba. Ve venir su caballo; monta y sale en
persecución.) Rendirás tus cuentas con la justicia!
(Galopa.) Tacatán... Tacatán... Tacatán...
ANDRÉS.— ¡Gerónimo se interna en la espesura!
JUAN. — El muchacho lo persigue!
ANDRÉS (latigazos en el anca). — ¡Fin-fan-fun!... ¡Gerónimo avanza!
JUAN. — ¡El muchacho lo está alcanzando! (Gran lucha mímica, por superar
distancias a una velocidad de vértigo.) Llegó tu fin...
ANDRÉS. — ¡No llegó ni medio!
JUAN.— ¡Vas a morir!
ANDRÉS. — ¡Cuando me alcances! (Grita desaforadamente, como un indio,
golpeándose la boca. La competencia se alucina, hasta convertirse en un asunto de
velocidad y gritos. Andrés vuelve a hablar sordamente.) Gerónimo divisa una meseta..
Tacatán... Tacatán...
JUAN (idem), — El muchacho, también... Tacatán...
ANDRÉS. — ¡Gerónimo salta! Tacatán. (Sube a la mesa.)
JUAN. — ¡El muchacho llegó! (Trans.) Estás perdido. Allí hay un precipicio. (Sube a la
mesa. Se miran con fiereza, jadeantes.)
ANDRÉS. — Gerónimo empieza... ¡a luchar hasta morir! Toma el hacha india y...
¡descarga su golpe fatal!
JUAN.— ¡El muchacho esquiva asombrosamente!
ANDRÉS. — ¡Gerónimo vuelve a castigar!
JUAN. — El muchacho va a la lucha cuerpo a cuerpo. (Luchan) ¡Ah!
ANDRÉS. — ¡Ah!
JUAN.— ¡Ah! (Trans.) El muchacho desarma al indio Gerónimo... y lo domina junto al
precipicio. ¿Te das por vencido?
ANDRÉS. — ¡No!
JUAN. — ¿Te das por vencido?
ANDRÉS.— ¡No!... (Trans.) ¡Guarda! (Caen los dos por distintos lados.) Casi nos
matamos, ¡infeliz!
JUAN. — ¿Y por qué no te diste por vencido?
ANDRÉS. — ¡Porque no! ¡Si un poquito más y yo te tiro por el aire!
JUAN. — ¿A quién?
ANDRÉS. — ¡A vos! (Muy convencido.) Te pongo una rodilla así…. te agarro del
cogote así... te largo por encima y... ¡zas!
JUAN. — ¿Qué?
ANDRÉS. — Caés al precipicio.
JUAN (lo piensa un instante).—Te agarro de la ropa y caemos los dos.
ANDRÉS (lo piensa). — Caemos los dos. Pero yo te tiraba primero. (Pausa. Se dejan
estar un momento, respirando.) ¿Dale que íbamos a la guerra?
JUAN.— ¡Dale! ¡Yo era el capitán!
ANDRÉS. — Y yo el teniente.
JUAN. — Teníamos que atacar por retaguardia. (Estudian rápidamente el terreno.) Éste
era el puente.
ANDRÉS. — ¿Qué puente?
JUAN. — ¡El puente donde estaban los enemigos! (Trans.) Nosotros los veíamos desde
arriba.
ANDRÉS. — Bajábamos cautelosamente. (Bajan de la mesa.)
JUAN (Tras un suspenso). — ¡A la carga! (Acción violentísima. Tiran trompadas al
aire. Saltan de un lado para otro.) ¡Zah-zah-zah!
ANDRÉS. — ¡Bah.zah-Zah!
JUAN. — ¡ZAHH!
ANDRÉS (ametralladora). — ¡Tra-ta-ta-ta-ta!
JUAN (idem), — ¡Tra-ta-ta-ta-ta!
ANDRÉS. — ¡Los tenemos!
LOS DOS (larga ráfaga). — ¡Prrrrrrrrrrrrr!!!..
JUAN. — ¡Llegan refuerzos! ¡Improvisemos una trinchera! (Vuelcan la mesa,
dificultosamente.)
ANDRÉS. — ¡A las baterías! (Se tiran al suelo. Asoman parte de la cara. Disparan
contra la boca de escena. Gran ruido.)
LOS DOS. — ¡Pra-pa-pa-pa-pa-pa-pjjj! ... ¡Pra-pa-papa-pa-pa.pjjj! ¡Pra-pa-pa-pa-pa-
pa-pjjj!...
JUAN. — ¡Una granada!... (Eleva un brazo por encima de ‘la mesa). —
Fzzzzzzzzzzsspuijmmm!.. (Trans.) Los enemigos huyen!
ANDRÉS.— ¡Otra granada!... Fzzzzzzzzzspjjjjjjmmmm!!...
JUAN. — ¡A perseguirlos!
ANDRÉS.— ¿Y si nos tienden una emboscada? (Pausa.)
JUAN. — ¿Qué hacemos?
ANDRÉS. — Hay que obrar con cautela, soldado. Éste es un caso para la aviación.
JUAN. — ¡Nosotros éramos aviadores!
ANDRÉS. — ¡Corríamos a las máquinas! (Atraviesan el escenario en más de un
sentido.) ¡Bombarderos en marcha!... (Se sientan ante la mesa, de cara al proscenio.)
¡A probar los motores!
JUAN. — ¡Grrrr! ... ¡Grrrr! ... ¡Grrrrummmmm!
ANDRÉS. — ¡Motor uno, en perfecto estado!
JUAN. — ¡Grrrr!... ¡Grrrr!... Grrrrummmmm!... ¡Motor dos, también! ¡
ANDRÉS. — ¡Salíamos con dos motores! Grrrr-rru-rrrummm!.., ¡Despegamos!
JUAN (habla por micrófono). — ¡Bombardero CX 27 ganando altura!... ¡Bombardero
CX 27 persiguiendo a un batallón de infantería!... (Vuelo:) Grrruuuuuu...
(Trans.) ¡Estamos sobre el enemigo...! CX 27 informando a la base...
ANDRÉS. — ¡No les des pelota a la base! Ponéte a combatir.
JUAN (deja el micrófono). — ¡Pj-pj-pj-pj-pjjjjh!... ¡Allá va una bomba!... (Silba. Luego
grita.) ¡Fiiiiiiiiipjjjjjhhhmmmrnm!...
ANDRÉS. — ¡Otra bomba!
JUAN. — ¡Piiiiiiiipjjjjjjjhummmmmm! (Repite.) ¡Pjjjmmmm! ¡Pjjjmmmmm!... (Trans.
Agotado.) Se acabó. Están liquidados. (Pausa. Retorna al micrófono.) CX 27 se aleja
victorioso del campo de batalla. (Hace la venia.) Misión cumplida, mi general. (Mueve
la palanca. Cambia de voz) O.K., capitán, tiene un mes de licencia en el Caribe.
(Trans.) ¿Viste qué fácil se gana la guerra?
ANDRÉS. — Claro. (Pausa.) Nosotros ganábamos la guerra. Después seguíamos
volando... (Lasitud.) Volando... Volando... Volando... ¿Dónde queda el Caribe?
JUAN. — Lejos.
ANDRÉS. — ¿Cómo qué?
JUAN. — Como un kilo.
ANDRÉS (se alza de hombros) — Seguíamos volando, volando, volando... (Trans.)
¿Querés un Chester? (Juan niega. Trans.)
Nosotros seguíamos volando. (Trans.) Teníamos un avión de pasajeros.
JUAN. —Estoy cansado. No volemos más.
ANDRÉS. — No volemos.
JUAN. — ¿Qué hacemos?
ANDRÉS. — Nos caemos.
JUAN. —.Te parece? (Andrés afirma,) Y bueno... (Trans.) ¡El avión se paraba!... ¡Nos
caemos al mar!
ANDRÉS. — ¡Entramos en tirabuzón! ¡Da vueltas para todos lados! (Giran como
cuerpos locos.) ¡Hay que largarse!
JUAN. — ¿Listo el paracaídas?
ANDRÉS. — ¡Sí!
JUAN. — ¡Yo también!
ANDRÉS. — ¡Afuera! (Saltan. Tienen un estremecimiento. Después recorren el
escenario en largos movimientos pendulares.) ¿Sentís el viento?
JUAN. — ¡Sí!
ANDRÉS. — ¡Cómo sopla! Yo siempre me pregunto: ¿dónde empieza a soplar?
JUAN. — ¿Yo qué sé?
ANDRÉS. — Es una porquería. ¿Cómo va a empezar, si no lo empuja nadie?
JUAN. — Sin embargo, sopla. (Trans.) ¡Caíamos al agua!
ANDRÉS. — ¡Nos mojábamos! (Bajan a nivel de escena. Se arrastran.) Entonces,
somos náufragos.
JUAN. — ¿Qué hacen los náufragos?
ANDRÉS. — Esperan.
JUAN. — ¿Y después?
ANDRÉS. — Se mueren. O siguen esperando. Pero, al final se mueren.
JUAN. — ¿Siempre se mueren? No me gusta ser náufrago. (Nadan.) Prefiero ser
mendigo, periodista o pintor.
ANDRÉS. — Y yo ingeniero, acróbata, viajante.
JUAN. — ¡Violinista!
ANDRÉS. — ¡Verdugo!
JUAN. — ¡Alquimista!
ANDRÉS. — ¡Cantante!
JUAN. — Yo preferiría ser ascensorista, de un edificio alto, que llegara hasta el cielo.
ANDRÉS. — En el cielo está Dios.
JUAN. — ¿Qué hace allí?
ANDRÉS. — Cuida a los muertos.
JUAN. — Los muertos… ¿Sólo a los muertos?
ANDRÉS. — ¡Sí!
JUAN. — A nosotros, también... ¿nos va a cuidar?
ANDRÉS. — Quién sabe...
JUAN. — Entonces, disparemos. ¡Rajémonos de aquí!
ANDRÉS. — Hace frío.
JUAN. — Y es tarde. El agua es fría.
ANDRÉS. — Y amarga.
JUAN.—La sal te hace costritas en la cara.,. ¡No me gusta ser náufrago! ¡No quiero!
Además, se sufre.
ANDRÉS. — ¡Sos náufrago!
JUAN. — ¡Yo no quiero sufrir!
ANDRÉS. — Estás sufriendo.
JUAN. — ¿Por qué? ¡¡¿Qué pasa aquí?!!
ANDRÉS. — Que somos náufragos. Vienen tiburones. Después un monstruo. Después
la noche.
JUAN. — ¿La noche?
ANDRÉS. — Sí (Pausa. Propone.) En el medio del mar había una balsa.
JUAN. — ¡Claro!
ANDRÉS. — ¡Hay que alcanzarla!
JUAN. — Claro...
ANDRÉS. — No es tan fácil...
JUAN (sin aliento). — Clarooo… (Solloza.)
ANDRÉS. — Nosotros nadábamos sin parar... (Nacía. Juan lo imita.) Nadábamos...
JUAN. —Nadábamos...
ANDRÉS. — Nadábamos... (Pausa.) Hay que alcanzarla. (Prosiguen.) ¿Y?
JUAN. — El agua se lleva la balsa.
ANDRÉS. — ¿Se la lleva?
JUAN.—Siempre se la lleva. Cuando la alcanzás, no tenés más ganas de usarla.
ANDRÉS. — ¿Y qué hacés?
JUAN. — Se la dejás al mar.
ANDRÉS. — ¡No me gusta dejarla!
JUAN. — Hagamos un esfuerzo más.
ANDRÉS. — Y un esfuerzo más.
JUAN.—Y un esfuerzo más. (Nadan.) ¡Ya la tengo! (Alcanza la mesa.) ¿Ves? Ahora
dan ganas de dejarla. Es como si no sirviera para nada.
ANDRÉS. — Hay que subir. (Dan vuelta la mesa. Trepan dificultosamente.)
JUAN. — Nosotros subíamos... ¿Y después?
ANDRÉS. — Esperábamos.
JUAN. — ¿Al monstruo? (Andrés afirma.) ¿Cómo era el monstruo?
ANDRÉS. — Enorme. Y tenía ojos saltones, con luces verdes. Salía de la profundidad
cada cien años. (Saltan. Se tambalean.) Parecía una tormenta sobre el mar.
JUAN (encoge las piernas. Pasa los brazos sobre las rodillas. Tiembla). — Tengo frío.
ANDRÉS. — Tenés un miedo bárbaro. Yo también.
JUAN (pega un salto). — ¡Nos vio! ¡Viene hacia aquí!
ANDRÉS. — Quedémonos quietos. (Bajan la voz.)
JUAN. — ¡Qué olor tiene!
ANDRÉS. — Se acerca despacito.
JUAN. — ¡Huele a podrido!
ANDRÉS. — Porque tiene mil años. Y está siempre en el mar. Quedémonos quietos.
Nos está mirando. (Permanecen recostados, silenciosos, como muertos.)
JUAN. — ¡No soporto el olor!
ANDRÉS. — Se inclina hacia nosotros... nos agarra...
JUAN. — No lo soporto... (Trans. Pega un salto y grita.) ¡Una isla!... ¡Allí hay una isla!
(Se largan de la balsa.)
ANDRÉS. — ¡Si llegamos a tiempo, nos salvamos! (Caminan a través del agua.)
JUAN. — ¡El monstruo se enfurece!
ANDRÉS. —- ¡Que se embrome! (Trans.) ¡Le ganamos! (Se arrojan sobre la orilla.
Descansan.) Allá está el mar profundo. Acá nosotros... (Sonríe satisfecho.)
JUAN. — ¿Qué veníamos a hacer?
ANDRÉS. — A cumplir una misión. (Pausa. Contemplan lo que los rodea.)
JUAN. — Hay cosas en la isla... Hay edificios raros
ANDRÉS. — ¡Un observatorio!
JUAN.— ¡Una base secreta! ¡Era una base secreta, con sabios y policías!
ANDRÉS. — ¡Y astronautas!
JUAN. — Los astronautas éramos nosotros. (Trans. Levantan la mesa hasta apoyarla
en uno de sus lados estrechos.) Los tipos trabajaban silenciosamente... Nosotros
recorríamos el lugar...
ANDRÉS. — Fumábamos el último pucho.
JUAN. — Tomábamos la última coca-cola...
ANDRÉS. —. Comíamos el último pedazo de pan... de fruta... y...
JUAN. — ¡A presentarse al examen médico!
ANDRÉS (lo ausculta). — ¿Respiración? ¿Pulsaciones? ¿Presión arterial?
JUAN. — ¡Normal! ¡Yo soy normal!
ANDRÉS (dictamina). — Completamente normal. (Invierten los papeles.) Ahora, vos.
JUAN. — ¿Respiración? ¿Pulsaciones? ¿Presión arterial? ANDRÉS. — ¡Yo también
soy normal!
JUAN (impasible).— ¿Cómo defeca?
ANDRÉS. — ¿Qué?
JUAN. — Defeca.
ANDRÉS. — Blando.
JUAN. — ¿Lo tocó alguna vez?
ANDRÉS. — No.
JUAN. — Allá arriba eso flota. (Andrés acepta.) Está bien.
ANDRÉS.-— ¿Puedo prepararme?
JUAN. — La humanidad espera un gran servicio de usted. (Le pone una mano en el
hombro.) Primero desocupe el intestino. (Trans.) ¡Marche! (Los dos al mismo tiempo y
con los mismos movimientos, se alejan del lugar. Vuelven a encontrarse en un punto
determinado. Se saludan. Se estrechan la mano, seria y sobriamente. Se hacen gestos de
“Ud. primero”, se instalan entre las dos patas de la mesa.) Comienza el contador...
ANDRÉS. — Nueve... Ocho... Siete...
JUAN. — Seis... Cinco...
ANDRÉS. —No me gusta esto...
JUAN. — ¿Preferís ser náufrago?
ANDRÉS. — O aviador.
JUAN. — O ascensorista. ¡Cero! (Se aplastan contra el fondo de los asientos.)
ANDRÉS. — ¿Cuánto dura esto?
JUAN. — Mucho tiempo.
ANDRÉS. — ¿Cuánto tiempo?
JUAN. — ¡Horas, días, años!
ANDRÉS. — ¿Cuántos años?
JUAN. — Muchos. Arriba no se notan. Nosotros vamos a volver como ahora y aquí
todos estarán viejos. Los chicos estarán viejos. El mundo estará viejo.
ANDRÉS. — ¿Pero… nosotros jóvenes?
JUAN. — Siempre jóvenes. Cuando estemos de vuelta, recién empezaremos a
envejecer. Y no habrá nada en la tierra que se parezca a nosotros, nada como nosotros,
nada para nosotros...
ANDRÉS. — ¿Dónde estamos?
JUAN. —En el cielo, en la noche.
ANDRÉS. — ¿En el cielo? ¿De noche? Y todo me da vueltas.
JUAN. — Es aquello.
ANDRÉS. — ¿Cómo pueden vivir en una cosa que da vueltas?
JUAN. — Es grande. No se dan cuenta.
ANDRÉS. — Vista de aquí, marea. Me siento mal.
JUAN. — Hace frío, O calor. O más o menos.
ANDRÉS. — Me falta el aire.
JUAN. — ¡Nos va a estallar la cara, llena de sangre!
ANDRÉS:— Aumenta la presión. Vamos sin rumbo. ¡Nadie controla nada! ¡No
sigamos aquí!
JUAN. — ¿Y qué hacemos?
ANDRÉS. — ¡Va a estallar!
JUAN. — ¿Y qué hacemos?
ANDRÉS. — ¡Se pierde!
JUAN. — ¡No hacemos nada! (Llora.)
ANDRÉS. — ¿Dale que éramos canas?
JUAN. —No...
ANDRÉS. — Aviadores, cow-boys...
JUAN. — ¡No!
ANDRÉS. — ¡Vos eras el muchacho!.., ¡Y yo el indio!.., ¡Gerónimo!... Si no, yo era el
muchacho. Vos el indio. Gerónimo. (Juan niega y llora persistentemente.) ¿Dale que
éramos pibes y estábamos jugando? Salíamos al espacio...
JUAN. — ¡La máquina estallaba!... ¡Había un error de cálculo... Era cuatro por nueve…
ANDRÉS. — En lugar de nueve por veintisiete… (Como en una película de cámara
lenta, son arrancados del lugar. Se deslizan suavemente en distintas direcciones.)
JUAN. — O veintisiete por treinta sobre catorce. Estaba en el cuadrante. El total
elevado a la quinta potencia. Dividido por pi.
ANDRÉS. — Pi por radio al cuadrado. Sobre treintidós. ¡Menos cuarentisiete!
JUAN. — ¡Mentira, no estalló! ¡Yo estaba jugando!
ANDRÉS. — ¡Yo también! ¡Jugando!
JUAN (enloquecido).— ¡No quiero jugar más!
ANDRÉS.— ¡Vamos a casa!
JUAN. — ¡Empecemos de nuevo!
ANDRÉS. — Chauuuu..,
JUAN.—Chauuuu,.. (Lloran los dos, mientras se alejan, flotando.)
ANDRÉS. — Chauuuu...
JUAN. —No quiero... No quiero jugar más...
ANDRÉS. — Vamos a casa...
JUAN. — Chauuu...
ANDRÉS. — Chauuu... (Se pierden, más o menos al mismo tiempo, por distintos lados.
Flota música.)
TELÓN

Das könnte Ihnen auch gefallen