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UNIDAD 3

NOMBRE DE LA UNIDAD: DERECHOS HUMANOS, PAZ Y COMUNIDAD INTERNACIONAL

SITUACIÓN DEL PROBLEMA

Lasituación de los derechos humanos en la sociedad actual es preocupante. La crisis


económica y social nos muestra cómo se producen violaciones sistemáticas de los derechos de
las personas: falta de respeto a los derechos de los trabajadores, corrupción, escasa atención
médica, ausencia de servicios básicos para millones de personas (agua potable, luz eléctrica,
internet…) bajo nivel educativo…

Además en nuestro mundo contemplamos cada día el incremento de la violencia (física, verbal,
psicológica…) Las guerras, el terrorismo, los atentados contra la integridad física y moral de
millones de mujeres y niños… ponen de manifiesto unas relaciones internacionales basadas en
la injusticia, en la desigualdad y en la violencia institucionalizada.

¿Qué son los Derechos humanos?¿Dónde se fundamentan? ¿Qué dice el mensaje bíblico sobre
la dignidad y los derechos humanos?¿Cómo proteger y promover dichos derechos humanos?
¿Qué postura tiene la Iglesia frente a las guerras, el terrorismo, la pena de muerte o la
violencia contra la mujer? ¿Qué enseña la doctrina social acerca del orden internacional y las
instituciones que lo dirigen hoy en el mundo?

A estos y otros interrogantes tratará de responder esta unidad.

CONTENIDOS DE LA UNIDAD:

TEMA 1: DERECHOS HUMANOS Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

TEMA 2: PAZ Y COMUNIDAD INTERNACIONAL EN EL PENSAMIENTO SOCIAL DE LA IGLESIA

UNIDADES DE COMPETENCIA:

CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL


 Analizar los  Elaborar  Asumir un
derechos humanos propuestas compromiso
y las relaciones creativas de personal de
internacionales a la acercamiento a la defensa y
luz de la enseñanza problemática de la promoción de la
social de la Iglesia violencia, las paz y respeto de
relaciones los derechos
internacionales humanos basado
injustas y la en el mensaje del
violación de los evangelio
DD. HH.

1
EVIDENCIAS DE APRENDIZAJE:

➢ Comprensión lectora: análisis de textos


➢ Mapas mentales
➢ Debates y exposiciones
➢ Examen escrito

PRUEBA DE ENTRADA:

 ¿Qué son los derechos humanos y qué características tienen?


 ¿Cuál crees que es, a tu juicio, el fundamento de los derechos humanos?
 ¿Qué podemos hacer los cristianos para proteger y promover dichos
derechos?
 ¿Es evangélica la pasividad frente a la injusticia y la violencia
institucionalizada?
 ¿Qué reformas se necesitan en el orden internacional para evitar las guerras y
el terrorismo?

MAPA CONCEPTUAL DE LA UNIDAD:

DESARROLLO DE CONTENIDOS:

TEMA 1: “LOS DERECHOS HUMANOS Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA


IGLESIA”
1. Los derechos humanos en la historia. La declaración universal de los Derechos
Humanos
2. Definición de derechos humanos
3. Clasificación: ¿Cuáles son los derechos humanos?
4. Fundamentación de los derechos humanos
5. Los derechos humanos en el mensaje bíblico
6. Los derechos humanos en el magisterio social de la Iglesia
7. Derecho a la Vida
8. Derechos de la mujer
9. Compromiso en defensa de los derechos humanos

I. Los derechos humanos en la historia: Breve recorrido histórico

Históricamente ha sido el nacimiento del cristianismo el que inició el combate


contra la esclavitud y la discriminación de personas, razas y clases sociales,
primero en el imperio romano y después en las demás culturas en las que se ha
insertado. El mensaje y la práctica de Jesús de Nazaret fue el fundamento de dicha
lucha por defender la dignidad de todo ser humano.

2
En el siglo XVI, la llamada “Escuela del Derecho de Gentes” fue liderada por
grandes teólogos y juristas que sentaron las bases de lo que hoy podemos definir
como derechos humanos. Al hilo del cuestionamiento moral de la Conquista de
América, se proclamó la dignidad y libertad de los indígenas y nativos americanos.
Son de obligada mención pensadores como Francisco de Vitoria, Bartolomé de las
Casas, Suárez o Hugo Groccio.
Fue a fines del s. XVIII cuando se otorgó el reconocimiento jurídico de los derechos
fundamentales de la persona humana, a raíz de la “Revolución francesa” y su
defensa de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad como síntesis de dichos
derechos plasmados en la famosa Declaración de los Derechos del Hombre y el
Ciudadano de 1789.Y aunque es verdad que no se debió directamente a la Iglesia
la formulación concreta del reconocimiento de dichos derechos fundamentales,
sin embargo este fue posible gracias a la cultura judeo cristiana que estaba de
fondo.
Y llegamos al punto culminante de este breve recorrido histórico: apenas finalizada
la II Guerra Mundial, la ONU promulgó el 10 de diciembre de 1948 la “Declaración
Universal de los Derechos Humanos” en treinta proposiciones fundamentales
aceptadas hoy globalmente, aunque no siempre respetadas y aplicadas. Se amplió
el número de personas a quienes se aplicaba la Declaración respecto a la
Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, “a todos los
seres humanos”, que nacen “libres e iguales en dignidad y derechos” (art. 1)1
El papa Juan Pablo II la calificó como “piedra fundamental en el largo y difícil
camino del género humano” reconociendo el equilibrio que dicho documento
guarda entre los derechos individuales y los derechos sociales.

II. Definición y características de los derechos humanos


Denominamos derechos humanos a aquellos que se atribuyen “directamente con
la naturaleza del hombre en cuanto persona dotada de razón y de libre albedrío, y
que por tanto son universalmente válidos, inviolables e inalienables”2.
Por tanto, no son de obligado respeto porque lo diga una ley, o fruto del acuerdo
entre los ciudadanos o los estados. Si fuera así existiría el riego de su pérdida por
falta de consenso o de voluntad del legislador de reconocerles.
Los derechos humanos son connaturales puesto que nacen de la misma naturaleza
del ser humano.
No son las leyes positivas los que establecen dichos derechos. Son anteriores y
superiores a cualquier nación, que debe defenderlos y promoverlos. El papa Juan
XXIII nos enseña en su encíclica Pacem in Terris: “No puede ser aceptada la
doctrina de quienes arriman que la voluntad de cada individuo o de ciertos grupos
es la fuente primaria y única de donde brotan los derechos y deberes del
ciudadano” (P.T., 78)3

1
Asamblea General de las Naciones Unidas. “Declaración Universal de los Derechos Humanos”. París,
1948
2
J.N. DIEZ ALEGRÍA. “Dirittidell´ uomo”, en SacramentumMundi III, 166
3
Pablo VI “Pacem in Terris”. 1963

3
También son características de los derechos humanos su inviolabilidad y su
universalidad. En toda circunstancia o lugar deben reconocerse a todos los seres
humanos. Eso no implica que sean ilimitados puesto que el ejercicio de uno de
ellos termina donde comienza el derecho de las demás personas.

“Los derechos humanos son connaturales puesto que

nacen de la misma naturaleza del ser humano”

n
Finalmente son inalienables: tanto por parte de los demás que no pueden privar a
ningún ser humanos de sus derechos fundamentales, como por parte de cada
persona que no puede renunciar a ellos.

III. ¿Cuáles son los derechos humanos?: Clasificación

Los derechos humanos tradicionalmente se clasifican en derechos de primera,


segunda y tercera generación.

1.1. Los primeros derechos reivindicados a las


monarquías absolutistas europeas fueron los
civiles y políticos, es decir las libertades como la
de expresión, conciencia, asociación, prensa…
1.2. En un momento posterior, por la influencia del
socialismo, comenzó a reivindicarse los llamados
derechos sociales, económicos y culturales, a
saber: alimentación, salud, educación, vivienda,
trabajo…
1.3. Los derechos de tercera generación son los
derechos de los pueblos a la autodeterminación,
a la propia identidad cultural, al desarrollo, a un
medioambiente sano, a la paz, los derechos de las minorías étnicas y
religiosas, la soberanía de los países sobre sus riquezas y recursos naturales,
etc… Estos derechos no están contemplados en la Declaración Universal de
1948.

IV. Fundamentación de los derechos humanos

Ya hemos señalado que una fundamentación puramente positivista o


consensualista de los derechos humanos les vuelve vulnerables y dependientes de
decisiones arbitrarias.Es por ello que se necesita buscar un fundamento más
profundo que respete su condición de derechos objetivos e indisponibles.
La enseñanza social de la Iglesia ofrece una fundamentación sólida y enraizada en
el mensaje bíblico: la paternidad de Dios y la dignidad del ser humano creado a su

4
“imagen” (Gen 1, 27), la igualdad básica y la fraternidad fruto del reconocimiento
de ese Padre común, y el proyecto liberador del Dios cristiano.
En palabras del papa Pablo VI la Iglesia nos enseña que “los derechos humanos
están fundados sobre la dignidad de la persona humana, sobre su igualdad y su
fraternidad”4
En nuestra iglesia latinoamericana el Documento de la IV conferencia, “Santo
Domingo”, al describir los nuevos signos de los tiempos en el campo de la
promoción humana sitúa en primer lugar los derechos humanos (164-168). La
defensa de los derechos de los más excluidos ha dado como fruto la persecución y
el martirio de muchos laicos, religiosos y pastores en América Latina lo que
constituye un signo de esperanza para nuestra época, donde los derechos
fundamentales siguen siendo violados o permanecen desconocidos, cuando no
burlados, u observados de manera puramente formal.
El magisterio latinoamericano enseña que “todo atropello a la dignidad del
hombre es atropello al mismo Dios, de quien es imagen” (Puebla, 306).5 Y la Iglesia
universal, aplicando el principio de bien común, promueve una igualdad esencial
así como iguales oportunidades de vida digna para todos: “Tanto los pueblos como
las personas individualmente deben disfrutar de una igualdad fundamental”
(S.R.S., 33)6

La Iglesia nos ofrece una fundamentación sólida y enraizada en el mensaje


bíblico de los derechos humanos: la paternidad de Dios y la dignidad del ser
humano creado a su “imagen” (Gen 1, 27), la igualdad básica y la fraternidad
fruto del reconocimiento de ese Padre común, y el proyecto liberador del Dios
cristiano.

V. Los derechos humanos en el mensaje bíblico

El Concilio Vaticano II nos enseñó que el alma de la Teología es la Palabra de Dios. Por
eso debemos ir a la fuente de nuestra fe cristiana – la Biblia – para descubrir que nos
ha revelado Dios sobre los derechos humanos.

Desde las primeras páginas de la Biblia se afirma que el hombre ha sido creado a
imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 26-27). Ahí reside su dignidad.

El Dios que se revela en el mensaje del antiguo testamento es un Dios liberador, que
oye el grito de su pueblo oprimido por Egipto, se conmueve, y decide enviar a Moisés
para liberarlo de la esclavitud (Ex 3, 16-17). Yahvé, el Dios de Israel, ante los atentados
contra la dignidad del ser humano no permanece impasible. Decide intervenir para
devolver dicha dignidad a su pueblo.

4
PABLO VI, Mensaje radiofónico de Navidad, AAS 57 (1968) 178.
5
CELAM, Documento de Puebla. 1968
6
S.JUAN PABLO II. SolicitudoReiSocialis. 1987

5
En la misma línea de revelación bíblica, la ley mosaica determina que no haya “ningún
pobre a tu lado” (Dt 15, 4), ya que Dios quiere una vida digna para todos sus hijos e
hijas. El Dios de Israel es el Dios de la Vida, y una vida abundante para todos.

La práctica israelita del año sabático y jubilar que se recoge en los códigos del libro de
Levítico y Deuteronomio (Lv. 25, 2. 21-22; Deut. 15,23; 24, 19-22) nos revela que la
tierra es de Dios y es un regalo para todas sus creaturas. Se impone así la prohibición
de la acumulación de ésta, y se invita al perdón de deudas y a la liberación de esclavos,
para restaurar el orden originario del proyecto divino.

Los profetas de Israel, en nombre de Dios, denuncian las prácticas que niegan la
dignidad humana. Y revelan que el culto que quiere Yahvé debe estar acompañado de
justicia y solidaridad hacia “la viuda, el huérfano, y el extranjero” (Is 1, 12-17).

Para cerrar este breve recorrido por el mensaje del primer testamento, podemos ver
que los pecados sociales más graves (asesinato, esclavitud, violencia…) claman al cielo
(cfr. Ex 3, 7; Gn 4, 10) porque violan la vida humana.

En continuidad con este mensaje bíblico, y para darle plenitud, la práctica de Jesús nos
revela a un Dios solidario con el ser humano y defensor de su plena dignidad.

 Su actuación permanente en favor de los pecadores, publicanos, marginados sociales…


 La protección de la dignidad y derechos de la mujer, del niño, de los enfermos, de los
pobres y excluidos de su tiempo…
 Su decidida defensa de la persona humana por encima de las leyes, costumbres o culto
religioso (Mc 2, 27)
 La predicación del Reino de Dios como un nuevo orden que ya comienza en la historia,
y que tiene como privilegiados a los últimos. Para ellos es la Buena Nueva del Reino (Lc
4, 16-21)

SANTO DOMINGO 165: «La Iglesia, al proclamar el Evangelio, raíz profunda de los
derechos humanos, no se arroga una tarea ajena a su misión sino por el contrario
obedece al mandato de Jesucristo al hacer de la defensa del necesitado una
exigencia esencial de su misión evangelizadora»

VI. Los derechos humanos en el conjunto del magisterio social de la Iglesia

Una manera gráfica de definir la Doctrina Social de la Iglesia es que esta surge
como una defensa explícita y radical de la dignidad humana. En este sentido
podemos afirmar que el reconocimiento de dicha dignidad y de los derechos
fundamentales de toda la humanidad es el eje transversal del pensamiento y la
acción social de la Iglesia a lo largo de su historia.Oswald Von NellBreuning, sj,
decía que la doctrina social de la Iglesia cabe en la uña de un dedo donde puede
escribirse la palabra“persona”.

6
Pero no resulta tan sencillo revisar la actitud y postura de la Iglesia hacia los
derechos humanos. Cada documento y declaración deberemos situarla en el
contexto histórico y en el momento concreto de evolución de la doctrina social de
la Iglesia para interpretarla objetivamente.
Así, documentos como la Mirari vos de Gregorio XVI (1832), Quanta cura o el
Syllabus de Pio IX (ambos de 1864) se comprenden en un momento histórico en el
que la Iglesia se sentía amenazada por el movimiento secularizador y defensor de
las libertades de la sociedad moderna de mediados del s. XIX, especialmente en
Europa.
El papado de León XIII supuso un giro respecto a la actitud de la Iglesia hacia el
mundo moderno emergente, acogiendo algunos postulados liberales y
mostrándose más tolerante hacia las libertades. Su mayor aporte en este sentido
fue la defensa que de los derechos humanos hizo en su encíclica “RerumNovarum”
(1891)
El papa Pío XII observó silencio frente a la Declaración de los Derechos del Hombre
de 1948. Su conocida reserva hacia dicha declaración tenía su fundamento en la
ausencia de referencias explícitas a Dios y por la desconfianza que venía de hace
ya tiempo en la Iglesia hacia la modernidad. Esto no supuso que Pío XII se opusiera
a los derechos humanos, puesto que en contadas oportunidades habló de ellos y la
urgencia de su defensa y protección.

A diferencia de Pío XII, el papa S. Juan XXIII, en su encíclica “Pacem


in Terris” de 1963, hizo un manifiestoreconocimiento de la Declaración de la ONU,
si bien planteó la cuestión de la fundamentación de dichos derechos. Mientras las
Naciones Unidas exigen el consentimiento de los países y sus leyes positivas para
que dichos derechos sean garantizados, Juan XXIII afirma que son derechos
naturales, que son reconocidos, no concedidos por una ley. Y ello porque son
inherentes a toda persona humana, “imagen y semejanza “de su Creador.

En la Pacem in Terris encontramos una formulación más integral de esos derechos,


enumerándolos y analizándolos con sus deberes correspondientes.
El Concilio Vaticano II en DignitatisHumanae y Gaudium et Spes hizo una defensa
inequívoca de la dignidad humana y un llamado explícito al reconocimiento y
protección de los derechos fundamentales inviolables e inherentes a la persona,
como imagen y semejanza de Dios.
El Concilio Vaticano II proclamó además oficialmente el derecho a la libertad
religiosa, terminando así con siglos de intolerancia y conflictos religiosos. Ni la
verdad ni el error son objetos de derechos, solo la persona humana. Porque se
reconoce que la verdad solo se impone con la fuerza intrínseca que conlleva. Así la
DignitatisHumanae afirma: “Todo hombre es libre para abrazar y profesar la
religión que juzgue verdadera, guiado por la luz de su razón”.7

7
VATICANO II. “DignitatisHumanae”. 1965

7
Juan Pablo II afirmó en el año 1984 que “la promoción de los derechos humanos es
requerida por el Evangelio y es central en el ministerio de la Iglesia”.
Una buena síntesis de la aportación de la Doctrina Social en este campo de los
derechos humanos es un documento que la Comisión Teológica Internacional
publicó en 1983: “Dignidad y derechos de la persona Humana”.
José Manuel Caamaño8resume dicho documento en cinco afirmaciones
fundamentales que a continuación recogemos:

 La unidad entre dignidad y derechos humanos.


 La vinculación entre derechos y deberes: sin su consiguiente deber los
derechos se convertirían en algo arbitrario.
 La jerarquización de los derechos humanos, puesto que no todos son igual
de fundamentales. No podemos equiparar el derecho a la vida con el
derecho al descanso semanal, por ejemplo.
 El orden objetivo como fundamentación universal de los derechos
humanos: estos pertenecen a la naturaleza humana, derivan de su
dignidad y son ajenos a intereses o contextos.
 Fundamentación teológica de la dignidad y de los derechos humanos: el
ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.

VII. Derecho a la Vida

De todos los derechos humanos, el primero universalmente reconocido es el


derecho a la vida. Sobre dicho derecho se fundamental todos los restantes. Esto
significa que tiene el mismo valor la vida de un embrión que la de un anciano, la de
un criminal que la de un inocente, la de un enfermo que la de un sano, la de un
varón que la de una mujer, etc…
En este sentido es de vital importancia la valoración ética de todos los avances
tecnológicos actuales. No todo lo que es posible técnicamente, se puede hacer;
puesto que muchas veces lo que se da es una manipulación irresponsable de la
vida humana. Por eso el papa Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in Veritate”
nos recuerda que la bioética (aborto, eutanasia, esterilización, clonación,
reproducción asistida, fecundación artificial, fecundación in vitro, inseminación
artificial, experimentación con embriones…) “es un campo prioritario y crucial en la
lucha cultural entre el absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral” (C.V.
74)9
Fruto de la defensa de este derecho a la vida es la oposición a la guerra, al
terrorismo, a la pena de muerte, al aborto o a la eutanasia. El primer derecho del
hombre es a nacer y a morir cuando su Creador disponga. Si negáramos estos
derechos caeríamos en la contradicción de defender la vida de los culpables en la
pena de muerte y dejar desprotegida la vida de inocentes.

8
CAAMAÑO LOPEZ, JOSÉ MANUEL. “Pensamiento Social Cristiano abierto al siglo XXI”. Ed. Sal Terrae
(págs 115 a 117)
9
BENEDICTO XVI. “Caritas in Veritate”. 2007

8
El derecho a la vida implica también acabar con el escándalo ético del hambre en
el mundo. Dice el papa Benedicto: “es necesario que madure una conciencia
solidaria que considere la alimentación y el acceso al agua potable como derechos
universales de todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones” (C.V.
27)10
Otras consecuencias son: la oposición al armamentismo y los ingentes gastos
militares, la prohibición de toda guerra, la abolición de la pena de muerte, la
persecución del tráfico y consumo de drogas, o el irresponsable manejo en el
tráfico, entre otras prácticas que atentan directamente contra el derecho a la vida.

VIII. Derechos de la mujer

La pobreza tiene rostro de mujer. Así lo reflejan los siguientes datos del mundo en
el que vivimos:

Las mujeres mayoritariamente sufren la indigencia, el desempleo o empleos


mal remunerados. También son mayoría las niñas que no están escolarizadas.
Y finalmente son mujeres las que sufren en mayor cuantía la violencia física,
psicológica o sexual.

Bajando a detalles se sabe que una de cada tres mujeres en el mundo sufre la
violencia, y en la mayor parte de las situaciones causada por miembros de su
propio entorno (familiares, conocidos…)
El 70% de los adultos analfabetos son mujeres. Y aún no se logra la igualdad en
cuanto al salario por el mismo trabajo, a la representación política o en cargos
dirigentes.
La causa de estas situaciones la podemos encontrar en que, tradicionalmente la
mujer ha sido considerada inferior al varón (en inteligencia, capacidad física…)
sometida al esposo, relegada a las tareas domésticas, y a menudo objeto sexual o
de explotación. La Biblia no escapa de esta mentalidad, especialmente en el
Antiguo Testamento.
Pero no debemos pasar por alto la práctica y la enseñanza de Jesús en relación a la
mujer. Fue un actuar que las dignificó.

La condición de la mujer en aquella sociedad judía era denigrante:

- No participaba de la vida pública, quedaba confinada al hogar donde era


discriminada frente al varón. Hasta los 12 años pertenecía al padre y de ahí al
esposo… Era objeto de placer, apreciada solo por su fecundidad y tenía
deberes de esclava…
- En el matrimonio su situación era penosa ya que se permitía la poligamia y el
repudio por parte del varón.
- Jurídicamente era discriminada, sin derechos de sucesión, herencia, tampoco
podía testificar, ni ejercer cargos públicos.
- Religiosamente la situación era también de marginación. La mujer tenía un
lugar apartado en la sinagoga, secundario. Y no podían leer ni aprender la

10
ídem

9
“Torá”. Además se la consideraba impura durante la menstruación o después
del parto.
- Un resumen de toda esta situación denigrante es la oración del Rabino Jehuda:
“Bendito Dios porque no me has creado pagano, ni mujer ni ignorante”.

Podemos considerar la actitud de Jesús hacia las mujeres, en medio de aquella


realidad, como una “buena noticia”:

- Acepta a mujeres entre sus seguidores (Mc 15,40; Lc 8, 1-3) porque tienen
derecho a escuchar la palabra de Dios.
- Defiende a la mujer en el matrimonio, condenando la poligamia y el repudio
(Mc 10,1; Mt 19,1)
- Destruye la imagen de mujer objeto o relegada a las tareas domésticas. En Lc
11, 27-28 Jesús enseña que la mujer no solo es para la maternidad. Igual en Lc
10, 38-42 con Marta y María, nos enseña que no quedan solo para el hogar.
- Se mostró cercano a ellas, son sus amigas, las cura, toca, las defiende, se deja
besar por una prostituta.
- Finalmente habla del reino y de Dios con una imagen de mujer (Lc 15, 8-10)

Reflejo de esta práctica de Jesús está la vida de las primeras comunidades


cristianas donde hubo mujeres que predicaban, o que se encargaban como
diaconisas del servicio a los pobres, presidían las reuniones de las
comunidades en sus propias casas y evangelizaban a la par de los varones. En
los escritos de S. Pablo se nombra a un gran número de colaboradoras, porque
para el cristianismo ya no hay judío ni pagano, esclavo ni libre, varón ni mujer
(Gal 3, 28)
En los tiempos actuales, el movimiento feminista (surgido al margen de la
iglesia) ha aportado enormemente a la emancipación y liberación de la mujer,
a pesar de que la situación actual es de brutal sometimiento en muchos países
y de falta de igualdad en muchas dimensiones de la vida social.
Comenzando por el reclamo del derecho al sufragio, después por la igualdad
en el acceso al trabajo y en la cuantía del salario respecto al varón, la paridad
en la representación política o en el reparto de las tareas del hogar, el
movimiento feminista ha colocado en la agenda política y social la lucha por la
igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
La Iglesia se ha ido haciendo eco de todos estos justos reclamos, realizando un
profundo replanteo sobre el rol de la mujer tanto en la sociedad como al
interior de la Iglesia.

“No se puede entender una Iglesia sin mujeres. Pero mujeres activas en la
Iglesia, con su perfil, que vayan adelante. En la Iglesia hay que pensar en la
mujer en esta perspectiva de decisiones arriesgadas, pero como mujer. Creo
que todavía no hemos hecho una profunda teología de la mujer en la Iglesia.
Sólo un poco de esto y de lo otro: lee la lectura, mujeres monaguillo, es la
presidenta de Cáritas…Pero hay más. Hay que hacer una profunda Teología de
la mujer», afirmó el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en
Río de Janeiro, en el 2013.

Podemos considerar la actitud de Jesús hacia las mujeres, en


medio de aquella realidad, como una “Buena Noticia”
10
IX. Compromiso en defensa de los derechos humanos
La idea de dignidad humana es una idea anterior al cristianismo, pero este ha sido
quien la ha dotado de un sentido universal, extendiéndola a todos los seres
humanos, y dotándola de un carácter inviolable e inalienable.
Por ello, los derechos humanos no pueden reducirse a meros acuerdos sociales
fruto de la fraternidad o la solidaridad hacia los demás. Deben fundarse en la
propia dignidad humana que los poderes políticos y sociales deben proteger.
Los derechos humanos no son creaciones del hombre, sino que éste los descubre
en sí mismo. Nos pertenecen y son anteriores a cualquiera de sus concreciones
históricas. Y por eso mismo deberían quedar formulados en el derecho positivo de
todas las legislaciones nacionales o internacionales.
Un primer modo de defensa y promoción de dichos derechos es afirmar que
únicamente la dignidad de la persona es la que puede garantizarlos y extenderlos
universalmente, en cualquier situación y contexto.
La primacía y centralidad de la persona humana afirmada por la doctrina social de
la Iglesia señala también el compromiso por promover y defender los derechos
humanos que nace del mensaje social cristiano. Un cristiano, a ejemplo de Jesús,
debe defender especialmente los derechos de los más excluidos: niños, mujeres,
pobres, hambrientos, desempleados, minorías de cualquier índole…
El papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate lo puso especialmente de
relieve, y es algo que ninguna reforma política, social o económica debería olvidar
para construir una sociedad más justa y humana. Por ello el papa Francisco
expresó con tanta radicalidad en su exhortación apostólica “EvangeliiGaudium”, en
el 2013 que “Así como el mandamiento de « no matar » pone un límite claro para
asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir « no a una economía
de la exclusión y la inequidad ». Esa economía mata. No puede ser que no sea
noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída
de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire
comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra
dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso
se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la
población se ven excluidas y marginadas” (EG 53)
El derecho a la vida y sus concreciones: derecho a vivienda, educación, sanidad,
trabajo, libertad de expresión,… deben constituir deberes que toda sociedad ha de
proteger para hacer visible el respeto a la dignidad humana y no dejarlo en algo
puramente teórico. Como afirmaba Gandhi: “la verdadera fuente de los derechos
es el deber. Si todos cumplimos con nuestros deberes, no habrá que buscar lejos los
derechos. Si, descuidando nuestros deberes, corremos tras nuestros derechos, estos
se nos escaparán como un fuego fatuo. Cuanto más los persigamos, más se
alejarán”11

11
En J. HERSCH. “El derecho de ser hombre. Antología”, Sígueme-Unesco. Salamanca 1973, 24 (n.14)

11
“La lucha por los derechos humanos universales ha sido siempre y en todo lugar una lucha
contra todas las formas de tiranía e injusticia: contra la esclavitud, contra el colonialismo,
contra el apartheid… Mis queridos jóvenes amigos, aquí en esta sala y en todo el mundo: los
ideales de los derechos humanos son los ideales de la esperanza y la humanidad. Su
idealismo les inspira fe en nuestro futuro común y los alienta a construir un futuro más justo
y compasivo que el pasado.
Ustedes los jóvenes son los que tendrán que convertir estos derechos en realidad, ahora y
para siempre. Los derechos humanos son sus derechos: abrácenlos, defiéndanlos,
promuévanlos, compréndanlos e insistan en ellos, aliméntenlos y refuércenlos.
Ellos son el verdadero reflejo de las más altas aspiraciones de la humanidad. Son lo mejor del
ser humano. Denles vida” Kofi Annan, Secretario General de Naciones Unidas, 10 de
diciembre de 1997 (cincuentenario de la Declaración Universal de Derechos Humanos”

ACTIVIDADES DE REFUERZO DEL TEMA

CUESTIONARIO PERSONAL

1. ¿Cuál es el fundamento de los derechos humanos según la Doctrina Social de la


Iglesia?
2. ¿Qué características tienen y qué significa que son “inalienables”?
3. ¿Qué derechos están hoy plenamente garantizados y cuáles no? ¿Por qué?

APLICACIONES PRÁCTICAS GRUPALES

 Leer y analizar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, viendo en qué se


identifica con la Doctrina Social de la Iglesia
 Clasificar los deberes y derechos fundamentales de la persona humana a partir de la
“Pacem in Terris”, n° 11 a 36
 Investigar cuáles son las ONGS nacionales e internacionales que se dedican a defender
los derechos humanos y sus cometidos.

DOCUMENTOS PARA CONSULTAR

 OctogésimaAdveniens, 23
 Santo Domingo, 164-168
 Eclesia in América, 19
 CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes 25; DignitatisHumanae 1
 PONTIFICIA COMISION ‘JUSTICIA Y PAZ’, La Iglesia y los derechos delhombre 70-90,
(1975)
 JUAN XIII, Pacem in Terris (1963)
 BENEDICTO XVI, Caritas in Veritate: 22, 27, cap 4º,56
 V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Mensaje final de
Aparecida (2007): 112
 FRANCISCO I, Laudato Si (2015): 30, 93, 158, 185, 189-198

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