Sie sind auf Seite 1von 14

MECÁNICA DE SUELOS

Mecánica es la parte de la ciencia física que trata de la acción de las fuerzas sobre los

cuerpos. De igual manera, la mecánica de fluidos es la rama de la mecánica que trata de

la acción de las fuerzas sobre la masa de los suelos. El Dr. Karl V. Terzaghi definió a la

mecánica de suelos como la aplicación de las leyes de la mecánica y la hidráulica a los

problemas de ingeniería que tratan con sedimentos, producto de la desintegración química

y mecánica de las rocas.

Hoy en día es cada vez cada vez más concluyente el hecho de que ningún ingeniero que

sienta la responsabilidad técnica y moral de su profesión deja de efectuar un estudio de

las condiciones del subsuelo cuando diseña estructuras de cierta importancia, ya que ello

conlleva dos características que se conjugan: seguridad y economía.

Karl Von Terzaghi en cierta ocasión mencionó: “quien solo conoce la teoría de la

Mecánica de Suelos y carece de experiencia práctica, puede ser un peligro público”

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 17)

EL SUELO Y SU ORIGEN

A través de un proceso de desintegración mecánica y descomposición química,

las rocas de la corteza terrestre forman los materiales sueltos que se encuentran en ella.

El término “suelo” ha sido definido de diferentes maneras, ya sea que dicha definición

provenga del geólogo, del agrónomo o del ingeniero civil.

El geólogo define al suelo como el material resultante de la descomposición y

desintegración de la roca por el ataque de agentes atmosféricos (N. J. CHIOSSI).

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 18)


El agrónomo según G. P. Tschebotarioff define al suelo como la delgada parte superior

del manto de las rocas en que penetran las raíces de las plantas y dónde éstas toman agua

y las demás sustancias necesarias para su existencia.

Algunos ingenieros civiles (A. Rico y H. del Castillo) definen al suelo como el conjunto

de partículas minerales, producto de la desintegración mecánica o de la descomposición

química de las rocas preexistentes.

Otro autor, Alfred R. Jumikis, doctor en ingeniería, lo define como sedimentos no

consolidados y depósitos de partículas sólidas derivadas de la desintegración de las rocas.

La definición “suelo” es una capa delgada sobre la corteza terrestre de material que

proviene de la desintegración y/o alteración física y/o química de las rocas y de los

residuos de las actividades de los seres vivos que sobre ella se asientan.

¿Qué tan delgada es esa capa?, ¿a cuántos milímetros, centímetros o metros corresponde?,

¿acaso a algunos kilómetros? Y la respuesta es que la potencia de la capa mencionada no

es fácil de precisar; sin embrago, se podría decir que puede ser todo aquel espesor del

globo terráqueo que se encuentra afectado por las diferentes actividades de los seres

humanos.

Primera parte se analizará: el suelo es una delgada capa sobre la cortea terrestre.

Entre los agentes físicos que producen cambios en las rocas figuran el sol, el agua, el

viento y los glaciares.

El sol: Al actuar sobre las rocas calienta más su exterior que su interior

provocando diferencias de expansión que generan esfuerzos muy fuertes, los

cuales dan como resultado un rompimiento de la capa superficial y el

desprendimiento de la misma. A este proceso se conoce como la exfoliación y


cambia de carácter en diferentes localidades, a distintas alturas sobre el nivel del

mar y en diversas épocas del año, y con cada tipo de roca. Los cambios de

temperatura producen mas efecto en rocas duras con las ígneas (caliza, travertino,

dolomita), especialmente cuándo aquellas sonden grano grueso y se componen de

diversos minerales, cuyos coeficientes de dilatación difieren mucho de otros.

El agua: en movimiento es un importante elemento de erosión, al arrastrar los

fragmentos angulosos de las rocas y provocar la fricción de unos con otros,

haciéndolos redondeados como los cantos rodados de los ríos. El agua también

deja sentir sus efectos cuando, en forma de lluvia, cae en las superficies pétreas,

llena sus cavidades, abre grietas y tiene a llenar los espacios huecos de las rocas;

si entonces se congela, ejerce fuerte poder de fracturación en la roca que lo

encierra, y se produce la desintegración en un corto periodo de tiempo. El impacto

del agua sobre las rocas, como el que provoca el oleaje, también es causa de

erosión de las mismas.

El viento: también contribuye a la erosión del suelo, cuando arrastra arenas, como

en caso de los médanos y los loess (suelo eólicos fig. 1.1).

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 19)


Los taludes de suelos arenosos también son afectados por la acción del viento,

que, al golpearlos continuamente, desprende las partículas y luego las acarrea.

Los glaciares: que son depósitos de hielos en las altas montañas, ejercen una gran

acción abrasiva y de transporte de los materiales de la superficie de la tierra,

siendo diferentes los efectos sobre la topografía si es glaciar de montaña, que

desciende lentamente por el barranco que rellena, o el glaciar continental, que

rebasa las montañas y colma los valles.

A pesar de que los agentes físicos son de mucha importancia en la formación de los suelos,

ellos no son capaces de reducir los fragmentos rocosos a tamaños individuales a menos

de 0.01 mm. La desintegración a tamaños menores a 0.01 mm sólo se puede efectuarse

por procesos químicos.

Si el material es arrastrado por los agentes glaciares esta cementado con suelos producto

de la descomposición química de las rocas, y sobre todo si han sido comprimidos por la

acción del hielo en los siguientes periodos de glaciación, el suelo glacial resultante se

llama hardpan y es muy resistente.

De los agentes químicos podemos mencionar como principales la oxidación, la

carbonatación y la hidratación.

 La oxidación: es la reacción química que puede ocurrir en las rocas al recibir el

agua de la lluvia, ya que el oxígeno del aire, en presencia de humedad, reacciona

químicamente produciéndose el fenómeno de oxidación, principalmente si las

rocas contienen hierro, como se observar por el color rojizo de algunas

afloraciones.

 La carbonatación: es el ataque que el ácido carbónico (anhídrido carbónico

(CO2) y agua (H2O)) efectúa sobre las rocas que contienen fierro, calcio,
magnesio, sodio o potasio. Así, las rocas ígneas, que en su mayoría contienen

dichos elementos, pueden ser descompuestas de esa manera. Como por ejemplo

de este ataque se puede mencionar la carbonatación de la ortoclasa (feldespato

potásico perteneciente a las rocas ígneas extrusivas y generalmente de color

rosado) con la producción de la arcilla denominada caolinita. Las calizas son muy

atacables por el ácido carbónico, formándoles cavernas por disolución.

 la hidratación: es la acción y efecto de combinar un cuerpo con agua para formar

hidratos, o sea compuestos químicos que contienen agua en combinación. El agua

se absorbe y se combina químicamente formando nuevos minerales.

La acción de los agentes antes de intemperismo antes mencionados se conocen más

comúnmente en el medio ingenieril como meteorización y alteración que dan origen a los

suelos orgánicos. La meteorización se refiere únicamente a los cambios superficiales que

sufren las rocas debido a la acción de los agentes atmosféricos, y la alteración designa los

cambios internos de las rocas que se presentan en forma de hidratación y motivan que se

formen nuevos minerales dentro de la masa pétrea, conservando su individualidad y

definición geológica.

Se completará ahora nuestra definición de suelo y se analizará su última parte: suelo es

una capa sobre la corteza terrestre de material que proviene de la desintegración y/o

alteración y/o química de las rocas y de los residuos de las actividades de los seres vivos

que sobre ella se asientan. como se puede observar, la última parte de la definición nos

indica que los restos de la vegetación y como otros restos orgánicos, al ser descompuestos

por la acción de microorganismos para su propia nutrición, dejan como residuo partículas

finas de tamaño coloidal denominadas humus. El humus se mezcla en diferentes

proporciones con las partículas minerales, formándose de esa manera los suelos

orgánicos.
PRINCIPALES TIPOS DE SUELOS

De acuerdo con el origen de sus elementos, los suelos se dividen en dos amplios grupos:

suelos cuyo origen se debe a la descomposición física y/o química de las rocas, o sea los

suelos inorgánicos, y los suelos cuyo origen es principalmente orgánico.

Si en los suelos inorgánicos el producto del intemperismo de las rocas permanece en el

sitio donde se formó, da origen a un suelo residual; en caso contrario, forman un suelo

transportado, cualquiera que haya sido el agente transportador (por gravedad; talud; por

agua; aluviales o lacustres; por viento; eólicos; por glaciares; depósitos glaciales).

En cuanto a los suelos orgánicos, ellos se forman casi siempre in situ. Muchas veces la

cantidad de materia orgánica, ya sea en forma de humus o de materia no descompuesta,

o en su estado de descomposición, es tan alta con relación a la cantidad de suelo

inorgánico que las propiedades que pudieran derivar de la proporción mineral quedan

eliminadas. Esto es muy común en las zonas pantanosas, en las cuales los restos de

vegetación acuática llega a formar verdaderos depósitos de gran espesor, conocidos con

el nombre genérico de turbas. Se caracterizan por su color negro o café oscuro, por su

poco peso cuando están secos y su gran compresibilidad y porosidad. La turba es el primer

paso de la conversión de la materia vegetal en el carbón.

Gravas: son acumulaciones sueltas de fragmentos de rocas y que tienen mas de dos

milímetros de diámetro. Dado el origen, cuando son acarreadas por las aguas las gravas

sufren desgaste en sus aristas y son, por lo tanto, recomendadas. Como material suelto

suele encontrársele en los lechos, en las márgenes y en los conos de deyección de los ríos,

también en muchas depresiones de terrenos rellenados por acarreo de los ríos y en muchos

otros lugares a los cuales las gravas ha sido retransportadas. Las gravas ocupan grandes
extensiones, pero casi siempre se encuentran con mayor o menor proporción de cantos

rodados, arenas, limos y arcillas. Sus partículas varías desde 7.62 cm (3”) hasta 2.0 mm.

La forma de las partículas de las gravas y su relativa frescura mineralógica dependen de

la historia de su formación, encontrándose variaciones desde elementos rodados a los

poliédricos.

Arenas: es el nombre que se les da a los materiales de granos finos procedentes de la

denudación de las rocas o de su trituración artificial, y cuyas partículas varían entre 2 mm

y 0.05 mm de diámetro.

El origen y la existencia de las arenas en análoga a la de las gravas; las dos suelen

encontrarse juntas en el mismo depósito. La arena de rio contiene muy a menudo

proporciones relativamente grandes de grava y arcilla. Las arenas estando limpias no se

contraen al secarse, no son platicas, son mucho menos compresibles que la arcilla y se

aplica una carga en su superficie, se comprimen casi de marea instantánea.

Limos: son suelos de granos finos con poco o ninguna plasticidad, pudiendo ser limo

orgánico como el producido en canteras, el limo orgánico como el que se suele

encontrarse en los ríos, siendo en este último caso de características plásticas. El diámetro

de las partículas de los limos está comprendido entre 0.05 mm y 0.005 mm. Los limos

sueltos y saturados son completamente inadecuados para soportar cargas por medio de

zapatas. Su color varía desde gris claro a muy oscuro. La permeabilidad de los limos

orgánicos es muy baja y su compresibilidad muy alta. Los limos, de no encontrarse en

estado denso, a menudo son consideraciones como suelos pobres para cimentar.

Arcillas: se da el nombre de arcilla a las partículas sólidas con diámetro menor de 0.005

mm y cuya masa tiene la propiedad de volverse plástica al ser mezclada con agua.

Químicamente es un silicato de alúmina hidratado, aunque en no pocas ocasiones contiene


también silicatos de hierro o de magnesio hidratados. La estructura de estos minerales es,

generalmente, cristalina y complicada, y sus átomos están dispuestos en forma laminar.

De hecho, se puede decir que hay dos tipos clásicos de tales láminas: uno de ellos del tipo

silícico y el otro del tipo alumínico.

Una lámina de tipo silícico se encuentra formada por un átomo de silicio rodeado de

cuatro átomos de oxígeno (figura 1.2a), arreglándose el conjunto en forma de tetraedro

(figura 1.2b). Estos tetraedros se agrupan entre sí formando una unidad hexagonal, la cual

se repite indefinidamente constituyendo una retícula laminar (1.2c). La unión entre cada

dos tetraedros se lleva a cabo mediante un mismo átomo de oxígeno. Algunas entidades

consideran como arcillas a las partículas menores a 0.002 mm.

Fuente: Carlos Crespo Villalaz. (2004). Mecánica de Suelos 5 Ed. México: Limusa.

Una lámina del tipo alumínico está formando por un átomo de aluminio rodeado de seis

átomos de oxígeno y oxígeno e hidrógeno (figura 1.2d) arreglándose el conjunto en forma

de octaedro (figura 1.2e), los cuales se agrupan entre sí mediante un átomo común de

oxígeno, repitiéndose la formación indefinidamente y dando como resultado una retícula

laminar alumínica (figura 1.2f).

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 17)


Fuente: Carlos Crespo Villalaz. (2004). Mecánica de Suelos 5 Ed. México: Limusa.

De acuerdo con su arreglo reticular los minerales de arcilla se pueden clasificar en tres

grupos básicos, que son:

a. el caolinítico (del nombre chino Kau-ling), que procede de la carbonatación de la

ortoclasa (feldespato potásico). Las arcillas caoliníticas (figura 1.3) están

formadas por una lámina silícica y una lámina alumínica superpuestas que manera

indefinida y con una unión tal entre sus retículas que no permiten la penetración

de moléculas de agua entre ellas, pues producen una capa electrónicamente

neutral, lo que induce, desde luego, a que estas arcillas sean bastante estables en

presencia de agua.

Figura 1.3. Arcilla caolinítico.

Fuente: Carlos Crespo Villalaz. (2004). Mecánica de Suelos 5 Ed. México: Limusa.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 17)


b. El montmorilonítico (que se debe a su nombre a Montmorrillón, Francia), al cual

pertenecen las bentonitas, se forman por la superposición indefinida de una lámina

alumínica entre dos láminas silícicas, pero con una unión débil entre sus retículas,

lo que hace que el agua pueda penetrar en su estructura con facilidad. Estas arcillas

sufren expansión (figura 1.4) en contacto con agua, lo que provoca inestabilidad

en ellas.

Figura 1.4. Arcilla montmorilonítica.

Fuente: Carlos Crespo Villalaz. (2004). Mecánica de Suelos 5 Ed. México: Limusa.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 17)

c. El ilítico (que debe su nombre a Illinois, E.U.A.), producto de la hidratación de

las micas que presentan un arreglo reticular similar al de las montmoriloníticas,

pero con la tendencia a formar grumos por presencia de iones de potasio, lo que

reduce el área expuesta al agua, razón por la cual no son expansivas como las

arcillas montmoriloníticas.

En general, las arcillas, ya sean caoliníticas, montmoriloníticas o ilíticas (figura 1.5), son

plásticas, se contraen al secarse, presentan marcada cohesión según su humedad, son

compresibles y al aplicárseles una carga en su superficie se comprimen lentamente. Otra

característica interesante, desde el punto de vista de la construcción, es que l resistencia


perdida por el remoldeo se recupera parcialmente con el tiempo. Este fenómeno se como

con el nombre de tixotropía y es de naturaleza físico-química. Se puede decir que un

contenido del 15% de arcilla en un suelo le dará a éste las propiedades de la arcilla.

Además de los clásicos suelos indicado con anterioridad, se encuentran en la naturaleza

ciertos suelos especiales que a continuación se indican.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 25)

Caliche

El término caliche se aplica a ciertos estratos de suelo cuyos granos se encuentran

cementados por carbonatos calcáreos. Parece ser que para la formación de los caliches es

necesario un clima semiárido. La marga es una arcilla con carbonato de calcio, más

homogénea que el caliche y generalmente muy compacta y de color verdosa.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 17)

Loess

Los loess son sedimentos eólicos uniformes y cohesivos. Esa cohesión que poseen es

debido a un cementante del tipo calcáreo y cuyo color es generalmente castaño claro. El

diámetro de las partículas de los loess está comprendido entre 0.1 mm y 0.05 mm. Los

loess se distinguen porque presentan agujeros verticales que han sido dejados por raíces

extinguidas. Los loess modificados son aquellos loess que han perdido sus características

debido a procesos geológicos secundarios, tales como la inmersión temporaria, erosión y

formación de nuevo depósito. Debido al contenido calcáreo los cortes hechos en loess se

mantienen generalmente casi verticales. Los loess son colapsables, aunque disminuye

dicha tendencia al incrementársele su peso volumétrico.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 25)


La Diatomita

Las diatomitas o tierras diatomáceas son depósitos de polvo silícico, generalmente de

polvo blanco, compuesto total o parcial por residuos de diatomeas.

Las diatomeas son algas unicelulares microscópicas de origen marino o de agua dulce,

presentando las paredes de sus células características silícicas

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 25-26)

Gumbo

Es un suelo arcilloso fino, generalmente libre de arena y que perece cera a la vista, es

pegajoso, muy plástico y esponjoso. Es un material difícil de trabajar.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 17)

Tepetate

Es un material pulverulento, de color café claro o café oscuro, compuesto de arcilla, limo

y arena en proporciones variables, con un cementante que puede ser la misma arcilla o el

carbono de calcio. Según sea el componente predominante tepetate se suele llamar

arcilloso, limoso, arenoso, arcilloso-limoso si es que predomina la arcilla, areno-limoso

si predomina la arena, limo-arenoso si predomina el limo y así sucesivamente.

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 26)

SUELOS COHESIVOS Y SUELOS NO COHESIVOS

Una característica que hace muy distintivos a diferentes tipos de suelos es la cohesión.

Debido a ella los suelos se clasifican en cohesivos y no cohesivos. Los suelos cohesivos

son los que poseen cohesión, es decir, la propiedad de atracción intermolecular, como las
arcillas. Los suelos no cohesivos son los formados por partículas de roca sin ninguna

cementación, como la arena y la grava.

La siguiente figura se presentan algunos símbolos empleados para representar a los

suelos.
Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 26)

Con los símbolos anteriores se pueden hacer combinaciones como:

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 27)


Estratigrafía de un sondeo

Basado en texto: (Crespo Villalaz, 2004, página 27)

OBTENCIÓN DE MUESTRAS DE SUELOS

Das könnte Ihnen auch gefallen