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Nombre: Camilo Serna Echeverri

Código: 1088346581

La incorrespondencia de la cosa concreta con el λογοσ Comentado [JM1]: Sigma fina

Como bien se advierte de otros comentaristas1, en ocasiones se ha llegado a confundir el


objeto de la metafísica con el de la lógica en Aristóteles 2. Responder a esa confusión Comentado [JM2]: Ordenación del párrafo

resulta, en suma medida, beneficioso en tanto que no nos extraviemos del camino que
sigue el Estagira cuando propone una ciencia que contempla al ente en cuanto ente. Tal
confusión, en mi opinión, se debe, además de la complejidad y mutua dependencia de
las diversas obras aristotélicas, a la necesidad de representarnos la realidad- o a la
ciencia que la estudia-, al alcance del hombre. Y es que precisamente cuando pensamos
en ese hombre que se distingue de los brutos - de ese animal que tiene logos de
Aristóteles-, del hombre que tiene lenguaje, podemos estar expuestos a creer que Comentado [JM3]: Parecería que este animal que tiene
logos es el brutop
exclusivamente por este medio (el lenguaje) el hombre tiene la posibilidad de acceder
al ser.

No obstante, esta infundada ontología que parece florecer exclusivamente a través del
lenguaje, no existe en Aristóteles. Hay, probablemente, una confusión del participio
presente femenino del verbo ειναι-ser-, (a saber: οὐσία) que recorre esta comprensión
del estudio del to ov-ente-. Ya una vez iluminemos esta confusión, será mucho más
esclarecedor la comprensión que hay en la relación del logos y el to ov- el ente- que
se manifiesta en la realidad. De este modo, hallaremos que allí donde parece haber una
palabra que roza el ente, no hay más que una lejanía, - un desvinculamiento- que
imposibilita que la palabra y el ente se identifiquen en una unidad; es decir, que la
misma enunciación de un término me remita a la cosa misma o al ente que se manifiesta
en la realidad.

1
Así lo advierte Guthrie de autores como Lukasiewicz y G.E.R. Lloyd.
2
La lógica como señala Guthrie se puede considerar como un ejercicio puramente lingüístico. En todo
caso, el lenguaje no se reduce a la lógica, pero ambos sí tienen la disposición de ser instrumentos que
expresen a los otros, no lo que es real, sino lo que creemos que es real.
1.1 Relación de la ousia y la cosa concreta

Con el fin de que no se identifique la οὐσία con la cosa concreta es necesario precisar la
diferencia existente entre ambos. En el caso de la cosa concreta, Aristóteles la define
así en la Metafísica: “la substancia, en efecto, es la especie inmanente, de cuya unión
con la materia procede la que llamamos substancia concreta” (1037a29-30). De tal
manera que el Estagira entiende la cosa concreta como el compuesto de materia y
οὐσία. La cosa concreta se identificaría con cada una de las cosas que se manifiestan en
la realidad, de todo aquello que es objeto percibible para nuestros sentidos. Desde esta
perspectiva, la cosa concreta sería aquello que es cognoscible primero para nosotros,
puesto que necesariamente se debe partir de ella para poder dar explicaciones de la
realidad.

En el caso de la οὐσία , en una breve, pero sutil examinación de García Lledras se


exponen, primero, cuatro sentidos en los que Aristóteles entiende la οὐσία; para así,
luego, reducirlos a solo 2 sentidos en que se debe entenderla (). El primero, se entiende Comentado [JM4]:

“como el sujeto último, que ya no se predica de otro”; y el segundo, como “lo que
siendo algo determinado, es también separable. Y es tal la forma y la especie”.

Esencia parece ser para Lledras3 la significación más propicia para la οὐσία. En el
segundo caso, Lledras (1982) retoma 3 de los sentidos que en un inicio propone
Aristóteles para entenderla, a saber:

“la causa del ser de algo, inmanente en aquello de cuyo ser es causa; las partes que
delimitan y determinan una cosa y cuya supresión implicaría la destrucción de la cosa y,
finalmente, el τὸ τί ἦν εἱναι que se expresa en la definición, vendrían a resumirse en la
forma y la especie de la cosa” (XXXVI).

La οὐσία como bien señala Lledras sobre Aristóteles es lo que siendo algo
determinado, es separable. Esto se explica en la medida en que la οὐσία inhiere o se
encuentra inmanente en el objeto concreto mismo (esto responde al primer sentido de la
cita anterior). El objeto concreto vendría a ser un compuesto de materia y forma en
donde ambos serían mutuamente dependientes. Dicha afirmación, se debe a que
ningún objeto concreto puede ser solo materia, ni tampoco solo οὐσία. La οὐσία sería
aquello en virtud de lo cual la cosa concreta es lo que es; pero, claro está, adherido a la

3
Guthrie también concuerda con esta significación.
materia. Dado esto, la cosa concreta va tener siempre presente la οὐσία, pero a ese ente,
perceptible a los sentidos, le puede suceder algo por tener materia; es decir, que la
esencia del ente concreto nunca va ser perceptible por los sentidos puesto que, al tener
materia, ese objeto concreto siempre está expuesto a tener accidentes y, así, siempre va
haber algo que se añade a la esencia Comentado [JM5]: Punto final

Por ejemplo, si yo me remito al documento que actualmente tiene en la mano el lector,


él sabrá que es un documento puesto que ese soporte blanco con manchas de tinta está
destinado a que contenga información. Sea cual sea el medio por el cual se pueda
acceder a este texto- ya sea por Word o impreso…-, el documento no va dejar de ser
documento si yo cambio el medio por el cual accedo a éste. Lo que hace que ese
documento sea un documento es aquello en virtud de lo cual es lo que es. En este caso,
se comprende por su finalidad, por su para qué y por qué es lo que es; a fin de cuentas,
por poder contener información- he ahí la οὐσία del documento- . Si la obtengo por
medio de una pantalla o por medio de una hoja de papel va seguir siendo documento en
razón de su esencia. El contener información no es perceptible, ¡obviamente! Lo que
veo es una hoja de papel o una pantalla con una aplicación que contiene información.
En conclusión, la οὐσία del documento sería el contener información y un accidente
sería que el documento fuese una hoja de papel. La οὐσία y el accidente se identifican
en una unidad, a saber: la cosa concreta.

Empero, ¿cómo es posible que la οὐσία sea separable del objeto concreto? ¿Acaso nos
remitiríamos a aquel ente que el mismo Aristóteles postula como libre de toda
potencialidad- de toda materia-? ¡No, en absoluto! Aquí juega un papel fundamental el
hombre… y no, justamente, como sujeto cognoscente. Si bien sí que existe la
posibilidad de separar la οὐσία del objeto concreto, no se sigue de ello a que cuando se
separe acontezca esta operación en el ente ¿Qué es lo que ocurre, entonces? Aristóteles
nos da una respuesta en este pasaje:

“Todas las substancias sensibles tienen materia. Y es substancia el sujeto, en un sentido la


materia(al decir materia me refiero a la que no siendo en acto algo determinado, es en potencia
algo determinado), y en otro sentido el enunciarlo y la forma, lo que, siendo algo determinado,
es separable por el enunciado4; y, en tercer lugar, al compuesto de ambas cosas, el único del que
hay generación y corrupción” (1042 a 27-30). Comentado [JM6]: Revisar mecanismos de cita

4
Λογος
La única posibilidad de separar la οὐσία de la cosa concreta es a través de una operación
del entendimiento humano: la abstracción de la οὐσία por medio del lenguaje. Esta
abstracción obedece a un recurso o instrumento que el hombre usa para representarse
las cosas mismas que se presentan en la realidad; pero, de ninguna manera, su
abstracción supone efecto alguno en la cosa concreta. A este ente que se manifiesta en la
realidad le es indiferente la abstracción que hace el hombre puesto que su οὐσία va estar
presente en él a pesar de dicha operación que ejecuta el hombre.

En este punto cabe traer a colación el otro sentido que utiliza Aristóteles para entender
la οὐσία. Pues resulta necesario en tanto que estemos expuestos a entender el sujeto
ultimo de predicación como una cosa concreta o como un ente que se manifiesta en la
realidad. Lledras culmina la significación de estos dos sentidos por los que se entiende
la οὐσία a través de la reducción a la esencia. No con todo, es una interpretación
incorrecta, no obstante no se puede creer que la esencia de la cual todo lo otro se predica
esté presente, por sí sola, fuera del entendimiento humano.

Cuando Aristóteles se refiere al sujeto ultimo de predicación uno puede estar tentado a
pensar que está presente fuera del entendimiento, pero este sujeto, por no llamarlo
termino, nos inserta inmediatamente en las categorías que propone Aristóteles. Es allí Comentado [JM7]: acento

mismo, donde podemos hablar de οὐσία. Sin embargo, ¿es acaso la οὐσία que
empleamos como termino en las categorías la misma cosa concreta? Comentado [JM8]: acento

1.2 Relación de la οὐσία con el ονομα- nombre-. Comentado [JM9]: espacio para el subtitulo

Pierre Aubenque (1972) afirma que Aristóteles define el lenguaje como un συμβολον – Comentado [JM10]: ¿A qué viene Pierre Aubenque tan
tarde? Hay que colocarlo en la introducción
símbolo-: “Los sonidos emitidos por la voz son los símbolos de los estados del alma y
las palabras escritas, los símbolos emitidos por la voz” (p.105). Asimismo afirma que el
Estagira entiende que los estados del alma tienen una conformidad o una relación de
identidad con las cosas mismas que se encuentran en la realidad. De tal manera, que
afirmar que los sonidos emitidos por la voz son los símbolos del estado del alma,
equivale, a su vez, a afirmar que esos sonidos son símbolos de las cosas mismas.

De este modo, Pierre Aubenque juzga que Aristóteles ve en los símbolos una
desemejanza con las cosas mismas; o, lo que es lo mismo, a que los sonidos emitidos
por la voz o las palabras escritas no tienen vinculación alguna. Las cosas mismas solo
tendrían una relación de identidad con los estados del alma; es decir, que solo entre la
imagen misma que tenemos de las cosas concretas y esas cosas hay una relación de
identidad. En efecto, en Aristóteles no hay, como en tiempos modernos, una
representación mental de las cosas, sino, la presencia misma de las cosas en el alma.

En razón a lo antedicho, Pierre Aubenque (1974) afirma que: “El discurso en general es
significativo, no solo en sí mismo, sino también en cada una de sus partes, sean estas
verbos o nombres. Pero la significación aún no es el juicio, en el sentido que hace
abstracción de la existencia o inexistencia de las cosas” (p.108).

De ello se deduce que, a pesar de que las partes del discurso no tengan una vinculación
directa con las cosas mismas, sí tienen una significación. Las partes del discurso que
Aristóteles menciona son el ονομα-nombre-, y el φεμα- verbo-. El primero es el que Comentado [JM11]: ro

interesa en este ensayo para entender un poco mejor el sujeto ultimo de predicación por Comentado [JM12]: acento

el cual Aristóteles entiende en un sentido la οὐσία.

La misma abstracción que se hace de la cosa concreta por medio de la enunciación, nos
remite inmediatamente al ονομα. De este modo, cuando hablamos en este sentido de
οὐσία lo podemos identificar como un nombre. Por supuesto, que no todos los nombres
o términos tienen una relación de identidad con la οὐσία, pero todo aquel sujeto último
de predicación sí nos remite necesariamente a un ονομα. Esto se explica así, debido a
que un ονομα también podría ser un predicado de la οὐσία, pero la enunciación de la
esencia siempre será un ονομα. Yo puedo pensar que Brahian puede ser un candidato
para ser sujeto último de predicación, pero si me estoy refiriendo a Brahian en un
enunciado, un hombre no puede ser el sujeto último de predicación. No obstante, tanto
la palabra Brahian como hombre son un ονομα.

Como bien lo señala Pierre Aubenque por el hecho de que nosotros podamos usar estas
palabras con eficacia con el resto de la comunidad hablante, prueba que no hay un
distanciamiento abismal entre la palabra y la cosa que designa la palabra. Sin embargo,
la mera enunciación, de la palabra impide que nosotros podamos evidenciar la cosa
misma, o el individual al que el ονομα pueda referirse. Entonces, ¿cómo es que la
comunidad hablante entiende qué hay detrás de esa palabra?

Justamente cuando nosotros examinamos la categoría de sustancia en Aristóteles se


puede encontrar una conexión con este interrogante. Pues en la misma enunciación del
sujeto ultimo de predicación ya reconocemos la palabra que se enuncia sin tener que Comentado [JM13]: acento
predicar al sujeto. Ello sucede puesto que en la enunciación misma de la οὐσία ya se
encuentra contenida la definición o esencia del sujeto mencionado. Así, pues, cuando
yo hablo de Brahian reconocemos inmediatamente que se trata de un hombre, sin la
necesidad de tener que predicar de Brahian que es un hombre. Ahora bien, no con ello,
hay que creer que la mera enunciación de la palabra me remite directamente a la cosa
concreta. Yo podría, por ejemplo, mencionar a Brahian y, no con ello, la gente que
estuviese a mi alrededor sabría a qué Brahian en concreto me refiero; solo sería posible
si se encuentra en frente mío y lo puedo señalar y enunciar al mismo tiempo. Este
mismo problema es sugerido por Guthrie (1981) cuando habla acerca de los
individuales en Aristóteles:

“La ciencia, el sintió, debería ser capaz de explicar individuales- éste caballo, éste
árbol- pero es solo esto lo que elude la definición y puede ser solo estudiado en su clase,
hablado y conocido a través del logos universal”5(p.214). Comentado [JM14]:

Tal parece ser que si hemos de remontarnos a representar la realidad exclusivamente por
medio del lenguaje, el intento es vano e improductivo. Con todo, podemos representaros
las cosas mismas por medio de las clases a las que pertenecen: esto es a los universales
o a la οὐσία. Hemos visto hasta ahora que a pesar de que el lenguaje no alcance a
recorrer las cosas mismas, a que las palabras sean insuficiente para rozar y vincularse
con el ente concreto, el discunvilamiento no es abismal. Quizás, sí, el lenguaje pueda Comentado [JM15]: ojo

representarnos la realidad, pero para ello hace falta algo más que el λογοσ.

Referencia bibliográfica

Aristóteles. (1982). Metafísica. Madrid: Editorial Gredos S.A.

5
Science, he felt, should be able to explain individuals-this horse, this tree- but it is just these which
elude definition and can only be studied in their classes, spoken of and known through the universal
logos.
Guthrie, W.K.C.(1981). A history of Greek philosophy: Volume VI. Londres: Cambridge
University Press.

Aubenque, P. (1974). El problema del ser en Aristóteles. Madrid: Taurus ediciones S.A.

Brentano, F. (2007). Sobre las múltiples interpretaciones del ente. Madrid: Ediciones
encuentro, S.A.

Comentado [JM16]: Camilo hay que ordenar el texto,


hacerle resumen y palabras clave.

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