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Los arquitectos e
historiadores Gabriel
Guarda O.S.B., autor de
más de 40 libros, y Hernán
Rodríguez Villegas, director
del Museo Andino, acaban
de publicar la notable obra
“Casas de Valdivia.
DE VALDIVIA”:
Herencia alemana”, un
estudio que rescata
históricas construcciones
de una tipología única,
nacida en Valdivia del
diálogo con el paisaje y la
herencia alemana.
CECILIA VALDÉS URRUTIA
V
aldivia es una de las pocas ciu-
dades de Chile —y la única a
este nivel— que permiten tras-
ladarse en el tiempo a una sin-
gular y valiosa historia junto a ríos nave-
gables y con testimonios vivos. Uno de
esos testimonios lo constituyen las casas
patrimoniales en madera de fines del si-
glo XIX, que aparecen en medio de jardi-
nes y junto al río.
Esas hermosas casas —que subsistie-
ron, algunas, al incendio
de 1909 y al terremoto de
1960— integran el nue-
vo libro publicado por el
Banco Santander, a cargo
del reconocido historia-
dor y arquitecto Gabriel
Guarda O.S.B., quien tra-
bajó con la colaboración
del también historiador
y arquitecto Hernán Ro-
dríguez, autor de algu-
nos textos, “siguiendo
las indicaciones y reco-
giendo los conocimien-
tos del padre Gabriel”. CASAS DE VALDIVIA
Este notable libro Gabriel Guarda O.S.B. y
—“Casas de Valdivia. Hernán Rodríguez.
Herencia alemana”—, Banco Santander, 265
profusamente ilustrado, páginas, acogido a Ley de
viene a poner en su lu- Donaciones Culturales.
gar una tipología única
de Valdivia. Y expone, por primera vez,
en su magnitud los principales ejemplos
de esas construcciones y su aporte.
Algunas de esas casas se encuentran
muy bien conservadas, otras han sido
restauradas y convertidas en museos.
Permiten reconstruir parte de las histo-
rias de sus propietarios, “que se caracteri-
zaron por su cultura, generosidad y en-
cuentro con las familias chilenas. Algo CENTRO CULTURAL EL AUSTRAL.— La hermosa casa Hoffmann, con fachada al río y a calle Yungay. Allí presentarán el libro en marzo.
que sucedió desde el primer momento
—puntualiza Gabriel Guarda—, porque
a Valdivia vinieron integrantes de la bur-
guesía con capitales propios, quienes
compraron campos a su justo precio, no
como indica Vicente Pérez Rosales, que
les habrían regalado terrenos”.
Valdivia llegó a ser una ciudad estilo
europeo: “Se podía recorrer todas las
manzanas del centro, sin mojarse en in-
vierno, y a la sombra en el verano. Era
una sociedad armónica y próspera que
desarrolló industrias, astilleros, curtiem-
bres, molinos, cervecerías y una enorme
actividad agrícola y ganadera cuyas pro-
ducciones se exportaban directamente a
Europa”, relata el libro.
Las casas de madera de fines del XIX y
principios del XX fueron construidas por
familias de tercera o cuarta generación de
alemanes, muchos casados con chilenos.
“Su estilo refleja una identidad cotidiana
entre 1880-90 hasta 1930, año en que co-
menzó a declinar la actividad industrial y
naviera en Valdivia”, puntualiza Gabriel
Guarda.
El monje benedictino logró que sus
propietarios actuales le abrieran las puer-
tas de sus casas. A varios de ellos los co-
nocía, pero a algunos no, a pesar de que él
no deja de recorrer las calles de su ciudad
natal, donde ha emprendido innumera- CASA PAUSENBERG.— Una de las construcciones más nobles con el tercer piso con frisos. ron construidas a orillas del río, con em-
bles proyectos de rescate y restauración.
Aquí rescata y destaca también a “a esas este libro sobre Valdivia. La experiencia denominación “casas alemanas” es un ños de casa llegaban así directamente
familias que las siguen habitando con un de haber trabajado con él me permitió nombre errado que niega su esencia. “No desde los astilleros al embarcadero de la
sentido de conservación y un amor pro- verla en profundidad. Pude entender su siempre fueron construidas por alema- propiedad. “Los bordes del río y la Isla
fundo a su historia y tradición, con todo el identidad y la intrincada trama con la que nes y es una tipología que no existió en Teja conformaban otro mundo que el
esfuerzo que ello implica”, señala a “Ar- se ha ido construyendo”.
tes y Letras”.
Hernán Rodríguez, por su parte, enfa- Tipología urbano-fluvial
tiza el “compromiso del padre Guarda
por su patria chica, el lugar donde nació.
Su extraordinaria sensibilidad unida a la nes ubicadas principalmente en Isla Teja, lar que responde a una tipología cons- calle. Las de Isla Teja tenían solo una por-
doble vocación de historiador y arquitec- la calle Yungay y Picarte.
to permiten la revelación que representa
CASA ANWANDTER.— En Isla Teja sus habitantes se comunicaban solo por botes con el centro urbano de la ciudad.
SANTIAGO DE CHILE, DOMINGO 26 DE ENERO DE 2014
VALIOSO LIBRO La originalidad de las construcciones
patrimoniales de fines del XIX:
“CASAS
una tenaz historia
de la madera
LIBRO “CASAS DE VALDIVIA”
ese país. Las construcciones que sobrevi- centro urbano”, señalan los autores del li-
ven aquí son completamente diferentes a bro.
las que levantaron los inmigrantes en
1850”.
El libro aborda más de 20 construccio- Este es un estilo residencial muy singu- chadas: una hacia el agua y otra hacia la
tructiva única en Chile, afirma. “Es difícil que entonces no existía el puente.
Gabriel Guarda parte por aclarar que la de definir, pero diría que es un estilo val-
LIBRO “CASAS DE VALDIVIA”
En Caucau. Helga Steffen en su casa, que
mantiene las maderas, cristales y vitrales.
Caucau y con acceso también por aveni-
da España, estuvo a cargo de Carlos Bus-
chmann, en 1919. “Rodeada de jardines,
las proporciones de los ambientes inte-
riores y la calidad de las maderas le impri-
men un sello de refinamiento que su pro-
pietaria Helga Steffen conserva en las
mejores condiciones”, indica el libro.
Lo usual era que los dueños, que sa-
bían muy bien lo que querían, encarga-
ban la ejecución de las casas a constructo-
res muy buenos. “Eran los mismos que
hacían los astilleros y los barcos, otros
eran hijos de grandes mueblistas y había
también muy buenos maestros, de heren-
cia española, que dominaban las virtudes
de cada madera como el alerce, el lingue”.
El investigador escoge por su singula-
ridad y nobleza la casa Pausenberg, ubi-
cada en calle General Lagos. “Es la única
con su ingreso por el costado, con cante-
rías de sus esquinas y tres plantas. El últi-
mo piso tiene un friso con un trabajo de
decoración notable”.
En tanto, la casa Schwencke, “construi-
da en 1906 por un arquitecto de apellido
Bur, presenta las más elaboradas termi-
naciones y es un modelo con respecto a
los recursos constructivos que ofrece la
madera”. En su fachada se aprecia diver-
sidad de revestimientos y decoraciones,
en las techumbres, corredor de ingreso,
paredes, escaleras, suelos...
Por su parte, la única casa con tres pór-
ticos en Isla Teja es la casa Anwandter, de
la Universidad Austral, monumento na-
LIBRO “CASAS DE VALDIVIA”
cional desde 1981. Se emplaza frente a lo
que fue el acceso principal a la ciudad
desde el río.
La casa Schüler —ejemplo del ju-
gendstyl o art nouveau— destaca por su
elegancia, sus dos miradores y los jardi-
nes a orilla del río, e integra el Museo Phi-
lippi. La casa Prochelle (sede de la corpo-
ración cultural municipal) sobresale por
su sistema constructivo.
Es interesante recordar que los habi-
tantes de entonces de Isla Teja eran iden-
tificados como ciudadanos de “república
independiente”: Sin puente y solo comu-
nicados por botes, les era difícil atravesar
en invierno el río para llegar al centro de
la ciudad”.
Las familias e interiores
LIBRO “CASAS DE VALDIVIA”
El fino trabajo en los interiores de estas
casas sorprende. Varias de ellas tienen
muchos elementos del art nouveau, otras
del art decó.
La casa Prochelle es un auténtico mo-
delo del decó alemán. En tanto, la casa
Commentz posee un trabajo particular-
Casa Commenz. Detalle de art nouveau, mente noble en las maderas de art nouve-
ubicado en la balaustrada de la escalera. au: se aprecia en los vitrales, en la figuras
del rostro de la propietaria que terminan
diviano en el que se fundió lo que cono- difuminando su cabello en flores y vege-
cían en Alemania con las necesidades del tales en la balaustrada de la escalera. To-
lugar. Y lo que predomina aquí es la ma- do ese trabajo era realizado por el llama-
dera, el gran trabajo de ella, que las hace do Conde de la Viruta, Rodolfo Auras,
de inmediato diferentes a las casas alema- quien fue también el autor de la sala de
nas, que son de mampostería”. directorio del Banco de Chile y de la del
Son casas de carácter urbano-fluvial, Banco Central, cubiertas en madera. “Él
usualmente de dos pisos y con techos puso en boga ese estilo que constituía una
verticales que forman un tímpano. Fue- herencia española”.
Cristales biselados, vitrales y trabajos
barcaderos y grandes jardines. Los due- excepcionales de madera en suelos, pare-
des y muebles se despliegan en otras resi-
dencias. La casa Steffen realiza un diálo-
go visual entre sus vitrales y cristales con
las finas maderas de puertas y paredes,
junto a la chimenea y, por cierto, con el
infaltable piano. Porque estas residencias
Y el río como la gran vía de comunica- responden al momento de la vida fami-
ción explica que esas casas tengan dos fa- liar en Valdivia. “Eran muy hospitalarias
y muy cultas. Todos tocaban piano y ve-
raneaban con los instrumentos musica-
les, que trasladaban en botes a la playa.
Muchos de los salones de esas casas se Leían mucho a los clásicos y literatura de
ubican también frente al río, como en la la época. Y había gran dependencia con
Casa Hoffmann, hoy Centro Cultural El Europa: se viajaba más a Berlín y Viena,
Austral. “Es una de las casas más notables entre 1880 y 1900, que a Francia”.
de este tipo, con unas fachadas de impre- Hoy se conservan menos del uno por
sionante belleza, con corredores, un ma- ciento de las casas de esos tiempos, la-
jestuoso interior y el jardín que llega al menta el padre Guarda..., “aunque sigo
embarcadero”, destaca el historiador. La recorriendo las calles de Valdivia y en-
casa Hoffmann se ubica en la calle Yun- contrando cosas y casas increíbles”.
gay, como varias otras. Esa calle viene de Rodríguez reflexiona que “este libro y
la Colonia, cuando se llamaba Los Cane- el padre Guarda abren los ojos a lo que
los y conducía a las mejores chacras. nos rodea y que tantas veces no reconoce-
mos. Uno se pregunta si habrá también
Casas históricas
LIBRO “CASAS DE VALDIVIA”
‘padres Guarda’ para Copiapó, Valparaí-
so, Punta Arenas, y tantas ciudades y
Cuesta imaginar que la mayoría de es- pueblos que no han sido revelados y que
tas casas no fueran proyectadas por ar- van perdiendo la memoria material y es-
quitectos, salvo excepciones como la casa piritual. Este libro, testimonio de vida del
Isla Motta, cuyos planos fueron encarga- padre Guarda que cautela la memoria de
dos al arquitecto Pablo Brenner, en 1927. su ciudad, es un potente llamado a su be-
La casa Steffen, emplazada a orillas del lleza y fragilidad”.