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si entendemos que la sistematización de las materias


jurídicas es de capital importancia para la mejor compresión de su contenido,
consideramos conveniente comenzar esta parte introductoria al estudio del
derecho de Roma señalando el método de exposición que seguiremos en la
presente obra. Uno de los planes distributivos de la materia dividía el derecho
privado, siguiendo la tradición romana expuesta en las instituciones de Gayo
(1, 8) y en las del emperador Justiniano (1, 2, 12), en tres grandes ramas: las
normas que hacían referencia a las personas, las que contenían los principios
que conciernen a las cosas y las que regulaban lo relativo a las acciones
(Omne autem ius, quo utimur, vel ad personas pertinet, vel ad res, vel ad
actiones). Esta división trimembre sirvió como base por mucho tiempo para la
exposición del derecho romano, habiendo sido seguida en las obras
sistemáticas de la Edad Media y de los tiempos modernos, y en no pocos
códigos de países de raigambre latina.

La doctrina moderna, a partir de las enseñanzas de la escuela histórica del


derecho, se ha ido alejando de la clásica tripartición, distribuyendo la materia
de manera de hacer posible las variadas conexiones de los diversos institutos
jurídicos y el desarrollo lógico de la exposición, necesarios en grado sumo en
disciplina de gran vastedad como el derecho romano, al que es un imperativo
vivificar, dotando de la mayor practicidad.

en su aceptación más lata, se entiende por


derecho romano el conjunto de normas y principios jurídicos que rigieron las
relaciones del pueblo romano en las distintas épocas de su historia, es decir,
dentro de los límites marcados por la fundación de Roma (753 a.C.) y la muerte
del emperador Justiniano (565 d.C.). En este concepto amplio se comprenden
también las llamadas Leyes Romanas Bárbaras que se sancionaron a instancia
de los caudillos o reyes germanos cuando se asentaron en suelo romano y que
en gran parte se nutren de fuentes clásicas.

Hay romanistas que encierran todavía, dentro de esta amplia aceptación, las
reinterpretaciones que del derecho compilado en tiempo de Justiniano
efectuaron los glosadores y postglosadores en la temprana Edad Media y las
que se sucedieron a ellas hasta el siglo pasado, en el que se destaca la
pandectistica alemana. Es lo que se ha dado en denominar segunda vida del
derecho romano.

poderosas causas, motivos culturales e


históricos de importancia, nos inducen en la actualidad a sostener la necesidad
del estudio de la legislación romana, pues, además de su valor formativo y

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pedagógico innegable, posee un interés práctico evidente por constituir el
elemento informador de casi todas las legislaciones de derecho privado del
actual momento histórico. Pensemos sin más en todos aquellos principios, de
indudable abolengo romanistico, que en los sistemas jurídicos actuales
pregonan su ascendencia originaria. Así, los conceptos de acción y de
excepción, de capacidad jurídica y de capacidad de obrar; los lineamientos
fundamentales del derecho sucesorio; los elementos informantes del derecho
contractual e incluso de los derechos reales; la doctrina de la libertad de las
partes contratantes; los vicios de la voluntad en la teoría del negocio jurídico,
etc.

: se ha dicho que el derecho tiene ciertas


funciones únicas y especiales. No es, principalmente, una ciencia social
tendiente a describir la forma en las que tienen que funcionar ciertas
instituciones. Tampoco es un elemento para determinar cómo resultaran las
transacciones, ni para pronosticar que harán los tribunales. Esos son servicios
importantes, pero subsidiario en cuanto al objetivo primordial del derecho, que
es el de elaborar conceptos y mantener y poner en vigor procedimientos que
permitan que una comunidad soberana sea gobernada por reglamentaciones
que propicien el bien común, la realización de valores humanos y la aplicación
de esos reglamentos en forma eficaz.

los romanos designaron al derecho con la voz latina ius, comprensiva


del derecho en sentido objetivo, entendido este como norma que regula con
carácter obligatorio las relaciones sociales, y en sentido subjetivo, como
facultad o poder que el ordenamiento jurídico reconoce a un sujeto.

la falta de deslinde entre el campo del derecho y el


de la moral, se percibe igualmente en los tres famosos preceptos del derecho
con los que se han pretendido resumir los deberes que el derecho objetivo
impone a los individuos. “Vivir honestamente, no dañar a otro y dar a cada
cual lo suyo”

así como los romanos designaban con el termino Ius a la norma


jurídica, denominaban fas a la norma religiosa.

no tenia en el derecho romano las voz justicia una acepción muy


distinta de la actual, Iustum es lo que se conforma al ius, y si la adaptación es
constante, se llega a ese valor que es meta del derecho y que los romanos
llamaron iustitia.

: los romanos no comprendieron con la voz iustitia lo que en


tiempos actuales se conoce como justicia objetiva, es decir, el derecho en su
objeto y esencia. Usaron el vocablo aequitas, que etimológicamente significa
equidad, igualdad, y que viene a ser el modelo al que deber acomodarse el

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derecho, la finalidad que deben cumplir el ordenamiento jurídico para que sus
normas no sean inicuas, esto es, contrarias a lo justo.

otra de las ideas romanas sobre la que nos dan un concepto las
fuentes es la de jurisprudencia, que el jurisconsulto Ulpiano define diciendo que
es el conocimiento de las cosas divinas y humanas, y la ciencia de lo justo y de
lo injusto.

: los romanos distinguieron, según el objeto de


sus normas, el derecho público (ius publicum) del derecho privada (ius
privatum). La definición aceptada por las institutas y recogida del jurisconsulto
Ulpiano marca la oposición entre el Estado y los particulares, al establecer que
derecho público es el que se refiere al “Estado de la cosa romana” y derecho
privado “al que concierne a la utilidad de cada individuo”.

esta división tripartita del


derecho privado tiene su expresa consagración en las Institutas de Justiniano,
que en esta parte también recogen la opinión de Ulpiano. Explica el
jurisconsulto clásico que “el derecho privado consta de tres partes, pues se ha
formado de los preceptos naturales, de los de gentes o de los civiles. En esta
materia observamos que en las Institutas, Justiniano se ha apartado de su
modelo, las intitutas de Gayo, en las que el derecho se divide en derecho civil y
derechos de gentes.

La falta de concordancia entre la concepción gayana y la justinianea, ha dado


lugar a que se entienda que el derecho privado se dividía en dos ramas:
derecho civil, reservado exclusivamente para el civis romanus, y el derecho
natural o de gentes, complejo de normas consuetudinarias, derivadas de la
razón natural que los romanos tenían en común con los otros pueblos
civilizados del mundo antiguo.

la división entre ambas se basa en el distinto


origen de uno y de otro. Desde este punto de vista leemos en el Digesto que el
Derecho Civil es el que demanda de “leyes, plebiscitos, senados consultos,
decretos de los príncipes y autoridad de los jurisconsultos”. Derecho
Honorario, por su parte, es el conjunto de principios jurídicos que derivan de la
actividad jurisdiccional de los magistrados o como dicen las fuentes de quienes
gozan honores.

el dualismo del derecho civil y derecho honorario,


característico de la época clásica, fue sustancialmente superado por el aporte
de las constituciones imperiales. Pues bien, esta fuente formal del derecho
romano, que iba a monopolizar la creación del derecho privado en la postrer
etapa de la evolución de la legislación romana, juntamente con la práctica de la
cognitio extra ordinem, constituyo el llamado ius extraordinarum. La expresión

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era usada cuando se quería poner de manifiesto la contraposición de este
nuevo ordenamiento legal, ya con el arcaico ius civile, ya con el ius honorarium.

constituyen derecho escrito la ley, los


plebiscitos, los senadoconsultos, las constituciones de los emperadores, los
edictos de los magistrados, las respuestas de los jurisconsultos. Es derecho no
escrito es aquel que el uso convalido, las costumbres aprobadas por el
consentimiento de los que la siguen, semejante a la ley.

las normas jurídicas vigentes, que se


presentan con el carácter de principios o reglas generales; constituyen lo que
se ha llamado ius commune. Mas, como imperativos de justicia, razones
morales, de utilidad o de bien público, exigen la desviación o derogación de los
principios generales del derecho común, se dicta una norma de carácter
excepcional que los romanos han llamado ius singulare.

1. Explicar que significan en el Derecho Romano los términos Beneficia y


Privilegium.
2. Establecer cuáles son las fuentes de producción y conocimiento del
derecho romano.
3. Cuales son Influencias primordiales que operan sobre el derecho
romano.

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