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Se puede afirmar, sin la menor dubitación, que los mayores logros alcanzados por
Aristóteles en desarrollo de sus estudios sobre lógica, fueron su teoría del
silogismo, plasmada en su libro “Los Analíticos Primeros”, y su teoría de la
demostración científica (íntimamente relacionada con la silogística) en “Los
Analíticos Posteriores”. El silogismo es una forma de razonamiento lógico que
consta de dos proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la
última una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos. Fue formulado
por primera vez por Aristóteles, en su obra lógica recopilada como El Órganon.
El silogismo se define como un razonamiento del estilo deductivo que llega a una
conclusión final a partir de dos afirmaciones denominadas premisas. Las premisas
son proposiciones lingüísticas de valor verdadero o falso. La primera premisa es
llamada premisa mayor y la segunda premisa menor y el resultado del proceso es
la conclusión.
Así pues, el silogismo consta de tres juicios, premisas (premisa mayor y premisa
menor y conclusión), en los que se comparan tres términos, de cuya comparación
se obtiene un nuevo juicio como conclusión.
La Lógica trata de establecer las leyes lógicas que garantizan que, de la verdad de
los juicios comparados (premisas) podamos obtener con garantía de verdad un
nuevo juicio verdadero (conclusión). Veamos un ejemplo:
PREMISA 1. TODO B ES A
PREMISA 2. TODO A ES C
CONCLUSIÓN TODO B ES C
En este silogismo:
Las cuatro figuras que se han descrito pueden, a su vez, teniendo en cuenta la
cualidad y la cantidad de las proposiciones que las componen, dar lugar a un total
de 64 modos diferentes de silogismo, de los que sólo 19 son modos válidos de
razonamiento. Su validez la establece Aristóteles a partir de la determinación de
las leyes o reglas de legitimidad del silogismo. Entre ellas: que el silogismo ha de
constar de tres términos; que no pueden ser tomados con mayor extensión en la
conclusión que en las premisas; que el término medio ha de tomarse
universalmente al menos en una premisa (o en ambas); que de dos premisas
negativas no se puede seguir ninguna conclusión, etc.
a) El término mayor aparece en una premisa llamada por eso “premisa mayor” y
como predicado de la conclusión.
c) El término menor aparece en una premisa llamada por eso “premisa menor” y
como sujeto en la conclusión
Silogismo categórico
En la segunda figura el término medio está como predicado en las dos premisas
de la siguiente forma:
P es M
S es M
S es P
A – Universal afirmativo.
E – Universal negativo.
I - Particular afirmativo.
O - Particular negativo.
Para representar los modos válidos del silogismo categórico se han formulado
ciertas palabras nemotécnicas que facilitan su identificación. En esas palabras,
distintas para cada figura, las letras vocales simbolizan las proposiciones que
componen el silogismo en el siguiente orden: premisa mayor, premisa menor y
conclusión. Las palabras en cuestión son:
En primera figura:
En tercera figura:
DARAPI
FELAPTON
DISAMIS
DATISI
BOCARDO
FERISON
En cuarta figura:
BAMALIP
CALEMES
DIMATIS
FESAPO
FRESISON
La definición del nombre de las diversas formas de silogismo no fue una decisión
arbitraria de Pedro Hispano; en realidad las letras consonantes igual que las
vocales tienen también su significado. La consonante inicial de cada fórmula indica
que el modo ha de ser reducido a uno de los cuatro primeros modos (primera
figura), a saber, aquel cuya inicial coincida con la del modo a reducir.
Así, los modos que empiezan con B (Baroco, Bocardo, Bramantip) se pueden
reducir al modo Barbara, de la primera. Los modos que empiezan con C (Cesare,
Camestres, Camenes) son reductibles al modo Celarent de la primera. Y así
sucesivamente.
La S que aparezca inmediatamente a continuación de una vocal indicará que la
proposición correspondiente ha de ser convertida por conversión simple en el
curso de la reducción.
Cuando sea P la letra que figure en tal posición, la proposición en cuestión habrá
de convertirse parcialmente o per accidens.
Una M entre las dos primeras vocales de la fórmula sirve para indicar que las
premisas habrán de trasponerse.
Finalmente, la C tras una de las dos primeras vocales indicará que la premisa de
que se trata ha de ser reemplazada por su negación en orden a facilitar la
reducción per impossibile del modo.
Si bien el silogismo condicional es hipotético, hay que tener en cuenta que, por lo
general, sólo es una de sus premisas, siendo la conclusión necesariamente
categórica.
De hecho, lo más usual es que se construyan silogismos hipotéticos con la
intención de obtener conclusiones categóricas.
Estas formas que hemos llamado especiales de silogismo son cuatro (04):
Entimema, Epiquerema, Sorites y Dilema.
ENTIMEMA:
EPIQUEREMA
SORITES
DILEMA
Para que el dilema valga como argumentación, es necesario, que se cumplan dos
reglas: 1) que la disyunción sea perfecta, no permitiendo la introducción de un
tercer término; 2) que la conclusión que se sigue no solamente sea legítima, sino
también exclusiva, de tal manera que el argumento no pueda volverse contra el
mismo que lo emplea. Así ocurre en este ejemplo:
2.- Los términos no deben tener mayor extensión en la conclusión que en las
premisas.
El perro muerde
Saki es un perro
Saki muerde.
Para que la comparación sea tal, es necesario que el término medio sea
comparado en su totalidad. De otra forma, podría ser comparado un término con
una parte y el otro con la otra, constituyéndose en realidad entonces un silogismo
de cuatro términos.
Todos los andaluces son españoles.
Algunos españoles son gallegos.
Por tanto, algunos gallegos son andaluces
7.-La conclusión siempre sigue la peor parte. Entendiendo por peor parte, la
negativa respecto a la afirmativa y lo particular respecto a lo universal. Veamos los
dos casos separadamente:
1º) Dos afirmativas. (Tenemos que recordar que el Predicado de una afirmativa
está tomado en su extensión particular, y el Predicado de una negativa en su
extensión universal).
2º) Una afirmativa y otra negativa: Tiene que haber dos términos universales. Uno
de ellos tiene que ser el término medio, el otro tiene que ser el predicado de la
conclusión, pues la conclusión tendrá que ser negativa, (caso a) de esta misma
regla). Por tanto el término que queda será el sujeto de la conclusión con
extensión particular.
También tiene dos casos posibles: que una sea afirmativa y la otra negativa o que
las dos sean afirmativas.
Sólo hay un término universal que es el predicado de la negativa, que por tanto
tiene que ser el Término Medio. La conclusión tendrá que ser negativa (caso a) de
la regla anterior), y por tanto el predicado tendrá que ser universal, y no puede ser
el Término Medio por tanto no puede haber conclusión.
Los tres términos son particulares, y por tanto no puede haber Término medio con
extensión universal, y por tanto no hay conclusión posible