Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
TRABAJO INDIVIDUAL
SEMESTRE 2017-1
1
Esquema :
1. Introducción
2. La comunidad trans como un ente desnaturalizado
4. Cierre
2
Las voces del estigma trans
Desde las últimas décadas del siglo XX, se ha producido una respuesta contracultural
respecto al concepto de género y diversidad sexual de parte del sector progresista de la
sociedad civil, la cual causó un cambio trascendental y renovador. Principalmente, la
comunidad LGTBIQ impulsa este proceso en favor de la reinvindicación y reafirmación
de los derechos humanos, la cual desarrolla una perspectiva de apertura y reforma. Entre
las diversas reacciones de la sociedad civil , se evidencia el uso de los mecanismos de
violencia para contrarrestar este supuesto “problema social”. El Perú no es un país ajeno
a este contexto de características postmodernistas. Dentro de la poblacion LGTBIQ , la
población trans ha sido la más afectada y victimizada, en pleno siglo XXI, a través de
herramientas discursivas , normativas y coercitivas . En mayor evidencia, mediante el uso
de mecanismos estructurales e ideológicos, resalta el empleo de recursos discursivos de
violencia y transfobia para propiciar violencia social hacia la comunidad trans ,
principalmente, en Lima Metropolitana. La naturalización de la violencia discursiva hacia
la comunidad trans es un hecho relevante para comenzar a profundizar en los motivos ,
los cuales propician la coerción mediática hacia las personas trangénero, transexuales y
travestis. En los siguientes párrafos explicaré las características discursivas de la
poblacion trans en Lima Metropolitana durante los años 2000 al 2016.
3
entre una tolerancia respetable y una confrontación mediática. Esta última posición es
propugnada, principalmente, por la Iglesia evangélica, la cual se caracteriza por una
visión y acción coercitiva hacia la comunidad trans (la más atacada y difamada de la
comunidad LGTBIQ) a través del discurso de la “normalidad” basada en dogmas. Uno
de los dogmas fundamentales es la naturaleza binaria del ser humano masculino-
femenino. Esto permite la construcción de una interpretación bíblica discursiva para
atacar y difamar a la comunidad trans que no necesariamente conlleva a una correcta
interpretación basada en el sentido cristiano de apoyo y ayuda al prójimo. Un segundo
dogma es la predisposición al desarrollo del género, el cual plantea un discurso de
uniformidad y continuidad de un género inalterable (ligado solo a lo masculino o
femenino) que no puede ser corrompido. Además, si alguna persona va en contra del
dogma es considerada una “anormalidad de la naturaleza”. Al margen del aspecto
religioso, existe otra perspectiva basada, medularmente, en un marco científico-biológico.
El cuerpo humano, en general, presenta una morfología y fisiología similar, tanto en el
hombre y la mujer, excepto en sistema reproductor. La “normalidad” sexual se establece
como un modelo de uniformidad heteronormativa que debe ser necesario para la
construcción de la identidad individual, la cual categoriza como “normal” al individuo
heterosexual. En cambio, la aplicación del cambio de sexo se cataloga como una
anormalidad natural del trans, la cual debe ser motivo de rechazo e indiferencia social. La
normalidad trans, principalmente, se basa en la aceptación personal del individuo respecto
al sexo que desee elegir, la cual es diferente del sexo biológico. Principalmente, en el caso
del transexual, lo “normal” es limitado a su propio reconocimiento de su nuevo sexo (a
partir del radical cambio morfológico). Según Fernández: “La profunda vivencia sexual
que compromete toda la personalidad del transexual en una angustiosa, permanente y
afanosa búsqueda de una correspondencia entre su apariencia física, que responde a su
sexo cromosómico, y su comportamiento, que corresponde a su sexualidad sentida,
querida y vivida de raíz psicológica” (2006:12).
4
ser respetadas en defensa del honor público. En la mentalidad social, se asocia al trans
como un individuo de escasa o nula predisposición a demostrar un comportamiento
orientado a la moralidad a causa de que un sector de la comunidad, las mujeres trans,
ejerce la prostitución en las zonas centrales y periféricas de la ciudad de Lima. Además,
la asociación de lo trans a una disfunción contranatural es muy evidente a través de la
discriminación progresiva mediante el no contacto, sea físico o relacional, con alguna
persona de la comunidad trans. En el aparato normativo, destaca la presencia de las
fuerzas de poder como actores relevantes dentro del marco normativo, principalmente, la
Policía Nacional. Esta concibe a la comunidad trans como una “patología social” que
debe ser tratada y controlada, necesariamente, por la fuerza del “orden”. La naturaleza
trans es concebida, lamentablemente, como una predisposición a la inmoralidad social.
En este caso, en cambio, el trans, por su propia inclinación natural, debe ser controlado
solo mediante la coerción, que, en muchos casos, acaba en detenciones injustas y
arbitrarias y, en casos extremos, en el asesinato u homicidio calificado. La concepción de
la naturaleza anormal e inmoral, según los agentes policiales, les permite la creación de
un discurso de violencia “en defensa del orden público” para erradicar el mal social que
genera su misma presencia y actividades sexuales dentro de la sociedad, aunque no
necesariamente sea en el ejercicio de la prostitución sino, más bien, en el desarrollo de la
vida cotidiana.
5
construida del(a) transexual, los miembros de la familia, esencialmente, lo vinculan a la
mundanalidad sexual y a la “desnaturalización” del ser amado. En el contexto abierto, es
decir, la sociedad en sí, la concepción inmoral de la identidad trans cobra mayor
intensidad y nivel coercitivo evidenciado, principalmente, en la exclusión social. En sí, la
sociedad espera y desea la afinidad de sus miembros en relación a una igualdad, en cierta
manera, de comportamientos en vías de la moralidad. Según Salazar: “Mientras se cumpla
con este compromiso de coherencia los individuos serán asumidos como sujetos de
derechos otorgados por la inteligibilidad heteronormativa, ya que, como vimos, las
identidades solo tienen sentido en la medida en que son reconocidas y validadas por los
otros miembros de la sociedad.” (2015:34). La heteronormatividad, en pocas palabras, es
el fundamento clave en el discurso, de base social, de “desnaturalización” que legitima la
naturalización de la violencia social en las calles de la capital. En otro contexto mucho
más personal, el transexual, en el proceso de construcción de identidad, se desenvuelve
en una serie de obstáculos dentro de la sociedad y de su propia existencia. En su propia
corporalidad, el trans no descubre su propia esencia dentro del sexo biológico innato, sino
que trata, de alguna manera, de encontrar la esencia del sexo opuesto, aunque en esa
búsqueda pueda atravesar por una crisis existencial. Según Butler: “La estrategia del
deseo es en parte la transfiguración del cuerpo deseante en sí. De hecho, para desear puede
ser necesario para creer en un yo corporal modificado que, dentro de las reglas de género
de lo imaginario, puede ajustarse a los requisitos de un cuerpo capaz de desear”
(2001:104-105). El transexual, al realizarse un cambio de sexo, desecha el género
biológico y logra, en cierta medida, convertirse y constituirse en ese cuerpo que tanto
deseaba. Al salir al mundo, surge una nueva barrera: la sociedad conservadora y
categorizadora. El desenvolvimiento de la identidad, en el ambiente limeño, constituye
una lucha constante contra la construcción heteronormativa de la identidad basada en el
género binario masculino-femenino. Las personas trans enfrentan el desafío de establecer
un nuevo concepto de su realidad y de su propia identidad para evitar el acervo del
discurso, pues consideran que su normalidad debe ser respetada y entendida como una
“nueva normalidad”, basada en el progresismo, para no ubicarse en el marco de
anormalidad. Lo natural en lo trans es lo antinatural en lo no trans.
6
que significa la familia es un factor circunstancial, ya que las diferentes sociedades
orientan o manifiestan una respectiva definición o conceptualización.
7
la familia, los cuales otorgan sostenibilidad y estabilidad a la relación familiar. En
segundo lugar, la familia conservadora incluye a dos personas de género binario
(masculino – femenino) que proyectan una vida en privado basado en el matrimonio civil
y religioso, el cual es considerado un punto de existencia dentro del marco social. Esta
incluye la necesidad de la procreación para el sostenimiento del matrimonio y el proyecto
familiar. La formación concreta y estable de la familia depende, necesariamente, de
establecerse en una categoría normativa heterosexual, la cual genera un aislamiento social
de las diversas familias formadas por personas de género no binario. La concepción y la
asimilación de la existencia de una familia trans (en la mentalidad social limeña) son
limitadas por una estructura mental, basada en prejuicios y estereotipos heteronormativa,
la cual resalta a la familia tradicional. En relación a la diversidad sexual en la familia se
desprende dos posiciones importantes: la aceptación del trans o la exclusión del ser
amado. El primer punto resalta la capacidad de la familia para afrontar el hecho de aceptar
la existencia de un transexual dentro del rol familiar lo que a primera vista genera un
creciente desconcierto e impacto tanto en los padres, hermanos u otros miembros de la
familia. El segundo punto vulnera la identidad del trans, el cual se obliga a excluirse
interiormente de su familia y alejarse de las relaciones familiares en defensa del estatus
familiar.
8
un proceso de asimilación y aceptación de parte de la sociedad limeña de la existencia de
un nuevo ente social (familia trans), la cual debe merecer una actitud de tolerancia y
respeto a los derechos humanos. Las posturas, en general, siguen un lineamiento
contradictorio, lo que dificulta establecer una similitud o semejanza en sus discursos
sociales.
En síntesis, las características discursivas que son utlizadas como mecanismos de control
mediático son dos: la comunidad trans como un ente desnaturalizado y la comunidad trans
pensada como un atentado contra la familia. El primero se carateriza por establecer una
heteronormativiadad genérica en la sociedad, la cual sirve como esquema y patrón
estructural que modela la mentalidad de la sociedad civil en contra de la comunidad trans.
El segundo se caracteriza por generar una estructura lineal y monolítica al establecer la
familia tradicional como única e incomparable ( basada en el marco normativo patriarcal)
, aunque excluye a una vasta diversidad de las familias (en las que se incluye a la familia
trans). La poblacion trans afronta un esquema de vulnerabilidad, en general , pues el
marco normativo no crea garantías para propiciar una disminución de la violencia
discursiva. Además , la naturalización del uso de la fuerza coercitiva, hacia los hombres
y mujeres trans, aún se evidencia en la mentalidad social , la cual mantiene , en su
mayoría, las posiciones conservadoras y antiprogresistas (en relacion al tema de género).
Lima Metropolitana, sin duda , tiene un largo camino que recorrer para establecer una
convivencia pacífica en cuestion de género,el cual es un tema tabú para la mayoria de
limeños.
Bibliografía:
9
BUTLER, Judith
http://notengomiedo.pe/files/download/3c109431fa72b6e
FERNÁNDEZ, Carlos
FONSECA, Juan
http://revistaargumentos.iep.org.pe/wp-
content/uploads/2015/06/FONSECA_MAYO2015.pdf
PROMSEX
2012
10
Informe anual sobre derechos humanos de personas trans, lesbianas, gays y
bisexuales en el Perú́, 2011. Lima.
http://promsex.org/images/docs/Publicaciones/INFORME-ANUAL-DDHH-
TLGB.pdf. Consulta: 25 de junio del 2017.
SALAZAR, Jimena.
http://revistaargumentos.iep.org.pe/wp-
content/uploads/2015/06/SALAZAR_MAYO2015-5.pdf
11