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Índice
Historia
Clasificación
Nuevo dominio
Clasificación actual
Filogenia
Especies
Origen y evolución
Relaciones con otros procariotas
Relaciones con los eucariotas
Cuestionamiento del sistema de tres dominios
Morfología
Estructura y composición
Membranas
Pared celular y flagelos
Metabolismo
Genética
Ecología
Hábitats
Papel en los ciclos químicos
Interacciones con otros organismos
Reproducción
Ecología
Hábitats
Interacciones con otros organismos
Mutualismo
Comensalismo
Historia
El grupo de arqueas que se ha estudiado desde más antiguo es el de las metanógenas. La metanogénesis fue descubierta
en el lago Mayor de Italia en 1776, al observar en él el burbujeo de "aire combustible". En 1882 se observó que la
producción de metano en el intestino de animales se debía a la presencia de microorganismos (Popoff, Tappeiner, y
Hoppe-Seyler).11
En 1936, año que marcó el principio de la era moderna en el estudio de la metanogénesis, H.A Barker brindó las bases
científicas para el estudio de su fisiología y logró desarrollar un medio de cultivo apropiado para el crecimiento de los
metanógenos. En ese mismo año se identificaron los géneros Methanococcus y Methanosarcina.12
Las primeras arqueas extremófilas se encontraron en ambientes calientes. En 1970, Thomas D. Brock de la Universidad de
Wisconsin descubrió a Thermoplasma, un arquea termoacidófila y en 1972 a Sulfolobus, una hipertermófila.13 Brock se
inició en 1969 en el campo de la biología de los hipertermófilos con el descubrimento de la bacteria Thermus.
En 1977 se identifica a las arqueas como el grupo procariota más distante al descubrir que los metanógenos presentan una
profunda divergencia con todas las bacterias estudiadas. Ese mismo año se propone la categoría de superreino para este
grupo con el nombre de Archaebacteria. En 1978, el manual de Bergey le da la categoría de filo con el nombre de
Mendosicutes y en 1984 divide al reino Procaryotae o Monera en 4 divisiones, agrupándolas en la división
Mendosicutes.14
Las arqueas hipertermófilas se agruparon en 1984 bajo el nombre Eocyta, identificándolas como un grupo independiente
de las entonces llamadas arqueobacterias (en referencia a los metanógenos) y las eubacterias, descubriéndose además que
Eocyta era el grupo más cercano a los eucariontes.15 La relación filogenética entre metanógenos e hipertermófilos hace
que en 1990 se renombre a Eocyta como Crenarchaeota y a las metanógenas como Euryarchaeota, formando el nuevo
grupo Archaea como parte del sistema de tres dominios.16
Clasificación
Nuevo dominio
A principios del siglo XX, los procariotas se consideraban un único grupo de organismos y se clasificaban según su
bioquímica, morfología y metabolismo. Por ejemplo, los microbiólogos intentaban clasificar los microorganismos según la
estructura de su pared celular, su forma y las sustancias que consumían.17 Sin embargo, en 1965 se propuso un nuevo
sistema,18 utilizando las secuencias genéticas de estos organismos para averiguar qué procariotas están realmente
relacionadas entre sí. Este método, conocido como filogenia molecular, es el principal método utilizado desde entonces.
como aguas termales y lagos salados. A finales del siglo XX, los
microbiólogos se dieron cuenta de que Archaea son un grupo grande y
diverso de organismos ampliamente distribuidos en la naturaleza, y que son comunes en hábitats mucho menos extremos,
como suelos y océanos.21 Esta nueva toma de conciencia de la importancia y la omnipresencia de estos organismos vino
del uso de la reacción en cadena de la polimerasa para detectar procariotas en muestras de agua o suelo a partir de,
únicamente, sus ácidos nucleicos. Esto permite detectar e identificar organismos cuyo cultivo en el laboratorio es
complejo.22 23
Clasificación actual
La clasificación de las arqueas, y de los procariontes en general, es un tema en constante fluctuación. Los sistemas
actuales de clasificación intentan organizar las arqueas en grupos que comparten rasgos estructurales y antepasados
comunes.24 Estas clasificaciones se basan especialmente en el uso de secuencias de genes de ARN ribosómico para
revelar las relaciones entre los organismos (análisis moleculares de ADN).25 En la actualidad (2016) figuran cinco filos en
LPSN (List of Prokaryotic names with Standing in Nomenclature, Lista de nombres de procariotas con pie en la
nomenclatura). Estos son: Euryarchaeota, Crenarchaeota, Korarchaeota, Nanoarchaeota y Thaumarchaeota. La mayoría
de especies de arqueas cultivables y bien investigadas son miembros de dos filos principales, Euryarchaeota y
Crenarchaeota. A la peculiar especie Nanoarchaeum equitans, que fue descubierta en 2003, se le ha atribuido su propio
filo, Nanoarchaeota.26 El reciente filo Korarchaeota contiene un número reducido de inusuales especies termófilas que
comparten rasgos de los dos filos principales, pero que son más cercanas a Crenarchaeota.27 28
Los análisis genómicos de las muestras tomadas del medio ambiente han revelado un gran número de especies nuevas de
arqueas que tienen una relación distante con cualquiera de los grupos conocidos. Por ejemplo, los nanoorganismos
arqueobacterianos acidófilos de la mina Richmond (ARMAN), que fueron descubiertos en 200629 y están entre los
organismos conocidos más pequeños.30 Así, el número de filos candidatos en la actualidad (2016) es de doce.3 Los 17
filos conocidos de arqueas se agrupan en tres supergrupos, usualmente con rango de superfilo: Euryarchaeota, TACK y
DPANN.
Filogenia
Dos estudios recientes, uno basado en 38 genes marcadores (2013)32 y otro basado en proteínas ribosomales (2015),3
organizan la filogenia arqueana aproximadamente del siguiente modo:
Archaea Euryarchaeota
TACK Korarchaeota
Lokiarchaeota
Crenarchaeota
Aigarchaeota
Geoarchaeota
Thaumarchaeota
Bathyarchaeota
DPANN Micrarchaeota
Diapherotrites
Parvarchaeota
Aenigmarchaeota
Nanohaloarchaeota
Nanoarchaeota
Pacearchaeota
Woesearchaeota
Especies
La clasificación de las arqueas en especies también es controvertida. En biología, una especie es un grupo de organismos
relacionados. Una definición de especie muy extendida entre los animales es un conjunto de organismos que pueden
reproducirse entre ellos y que están reproductivamente aislados de otros grupos de organismos (es decir, no pueden
reproducirse con otras especies).33 Sin embargo, los esfuerzos por clasificar los procariotas, como las arqueas, en
especies se complican debido a que son asexuales y que presentan un alto nivel de transferencia horizontal de genes entre
linajes. Este tema es controvertido; por ejemplo, algunos datos sugieren que en arqueas como Ferroplasma, se pueden
agrupar células individuales en poblaciones de genoma muy similar y que raramente transfieren genes a grupos más
divergentes de células.34 Algunos argumentan que estos grupos de células son análogos a especies. Por otra parte,
estudios de Halorubrum descubrieron un intercambio genético significativo entre estas poblaciones.35 Estos resultados
han llevado a pensar que clasificar estos grupos de organismos como especies tendría poco sentido práctico.36
El conocimiento actual sobre la diversidad de las arqueas es fragmentario, y no se puede estimar con ningún tipo de
precisión el número total de especies existentes.25 Incluso se desconoce el número total de filos arqueobacterianos, de los
cuales actualmente hay propuestos 16 y solo ocho tienen representantes que se han cultivado y estudiado directamente.
Muchos de estos grupos hipotéticos son conocidos únicamente a partir de una sola secuencia de ARNr, lo que indica que
la diversidad de estos organismos permanece completamente desconocida.37 El problema de cómo estudiar y clasificar
microbios no cultivados también se da en las bacterias.38 Recientemente, y aunque el proyecto plantea las dificultades
mencionadas anteriormente, el consorcio público GEBA (acrónimo en inglés de Genomic Enciclopedy of Bacteria and
Archaea, Enciclopedia genómica de Bacteria y Archaea) está llevando a cabo la tarea de completar y anotar la mayor
cantidad de genomas de estos dos dominios con el fin, entre otros, de llevar a cabo una clasificación basada en el
genoma.39
Origen y evolución
Aunque se han encontrado probables fósiles de procariotas de casi 3500 millones de años de antigüedad, la morfología de
la mayoría de los procariotas y de sus fósiles no permite
distinguir entre bacterias y arqueas.41 En cambio, los
"fósiles químicos" de lípidos característicos de las
arqueas son más informativos, porque dichos
compuestos no aparecen en otros organismos.42
Algunas publicaciones sugieren que se encuentran
lípidos característicos de arqueas o eucariotas, en
sedimentos de hace 2700 millones de años;43 pero
estos datos fueron cuestionados.44 Estos lípidos han
sido detectados en rocas que datan del Precámbrico. Los
restos más antiguos conocidos de lípidos de isopreno
datan del cinturón de Isua, al oeste de Groenlandia, que
incluyen sedimentos formados hace 3800 millones de Situación de las arqueas en el árbol filogenético de Carl
años, siendo estos los más antiguos encontrados hasta la Woese et al. basado en datos de secuencias genéticas de
fecha.45 El linaje de las arqueas podría ser el más ARNr 16S. Haga clic en cada filo para ir a la página.
antiguo de la Tierra.46
Por su parte, Gupta propone que las arqueas evolucionaron a partir de bacterias grampositivas en respuesta a una presión
selectiva ejercida por los antibióticos liberados por otras bacterias.52 53
54
Esta idea está apoyada por las arqueas son
resistentes a una amplia variedad de antibióticos producidos principalmente por las grampositivas,52 53
y estos
antibióticos actúan principalmente sobre genes que distinguen las arqueas. Su propuesta es que la presión selectiva hacia
la resistencia a los antibióticos generada por los antibióticos de las grampositivas fue finalmente suficiente para causar
grandes cambios en muchos de los genes que eran el objetivo de los mismos, y que estas cepas de microorganismos
representaban el ancestro común de las arqueas actuales.54 La evolución de las arqueas en respuesta a la selección por
antibióticos, o cualquier otra presión selectiva competitiva, también podría explicar su adaptación a ambientes extremos
(tales como alta temperatura o acidez) como resultado de una búsqueda de nichos ecológicos desocupados para escapar
de los organismos productores de antibióticos;54 55
La propuesta de Gupta está apoyada también por otras
investigaciones sobre la relación entre las proteínas estructurales56 y por los estudios que sugieren que las bacterias
grampositivas pueden constituir uno de los linajes que primero ramificaron en los procariotas.57 Cavalier-Smith hizo una
sugerencia similar, aunque considera que las bacterias gramnegativas son las más antiguas y que las grampositivas y las
arqueas se originaron a partir de ellas por la pérdida de la membrana externa.58
Cruzando estos datos se obtiene un árbol filogenético que agrupa a varios filos de arqueas con Eukarya bajo el acrónimo
TACK (hipótesis del eocito) combinado con la simbiogénesis pre-eucariota,67 lo que se puede resumir del siguiente
modo:
Prokaryota Bacteria
Archaea Euryarchaeota
TACK Thaumarchaeota
Aigarchaeota
Crenarchaeota
Korarchaeota
Lokiarchaeota
+ α─proteobacteria Eukarya
DPANN
Morfología
Las arqueas tienen medidas comprendidas entre 0,1 µm y más de 15 µm
y se presentan en diversas formas, siendo comunes esferas, barras,
espirales y placas.9 El grupo Crenarchaeota incluye otras morfologías,
como células lobuladas irregularmente en Sulfolobus, finos filamentos
de menos de 0,5 µm de diámetro en Thermofilum y barras casi
perfectamente rectangulares en Thermoproteus y Pyrobaculum.71
Recientemente, se ha descubierto en piscinas hipersalinas una especie
de forma cuadrada y plana (como un sello de correos) denominada
Haloquadra walsbyi.72 Estas formas inusuales probablemente se
mantienen tanto por la pared celular como por un citoesqueleto
procariótico, pero estas estructuras celulares, al contrario que en el caso
de las bacterias, son poco conocidas.73 En las células de las arqueas se
han identificado proteínas relacionadas con los componentes del
Rango de tamaños que presentan las citoesqueleto,74 así como filamentos.75
células procariotas en relación a otros
organismos y biomoléculas. Algunas especies forman agregados o filamentos celulares de hasta 200
µm de longitud y pueden ser miembros importantes de las comunidades
de microbios que conforman biopelículas.9 76
Un ejemplo
particularmente elaborado de colonias multicelulares lo constituyen las arqueas del género Pyrodictium. En este caso, las
células se ordenan formando tubos largos, delgados y huecos, denominados cánulas, que se conectan y dan lugar a densas
colonias ramificadas.77 La función de estas cánulas se desconoce, pero pueden permitir que las células se comuniquen o
intercambien nutrientes con sus vecinas.78 También se pueden formar colonias por asociación entre especies diferentes.
Por ejemplo, en una comunidad que fue descubierta en 2001 en un humedal alemán, había colonias blancas y redondas de
una nueva especie de arquea del filo Euryarchaeota esparcidas a lo largo de filamentos delgados que pueden medir hasta
15 cm de largo; estos filamentos se componen de una especie particular de bacterias.79
Estructura y composición
Las arqueas son similares a las bacterias en su estructura celular general, pero la composición y organización de algunas
de estas estructuras son muy diferentes. Como las bacterias, las arqueas carecen de membranas internas, de modo que sus
células no contienen orgánulos.51 También se parecen a las bacterias en que su membrana celular está habitualmente
delimitada por una pared celular y en que nadan por medio de uno o más flagelos.80 En su estructura general, las
arqueas se parecen especialmente a las bacterias grampositivas, pues la mayoría tienen una única membrana plasmática y
pared celular, y carecen de espacio periplasmático; la excepción de esta regla general es la arquea Ignicoccus, que tiene un
espacio periplasmático particularmente grande que contiene vesículas limitadas por membranas, y que queda cerrado por
una membrana exterior.81
La siguiente tabla describe algunas de las principales características que comparten las arqueas con otros dominios o que
son únicas.82 Muchas de estas características serán analizadas a continuación.
Monodérmica (bacterias
Envoltura
Monodérmica grampositivas) o didérmica Monodérmica
celular
(bacterias gramnegativas)
Seudopeptidoglicano,
Pared celular glicoproteínas, Peptidoglicano o ausente Si existe, quitina, celulosa, etc
polisacáridos o ausente
Estructuras Sin orgánulos rodeados de Sin orgánulos rodeados de Con orgánulos rodeados de
celulares membranas y sin núcleo membranas y sin núcleo membranas y con núcleo
Membranas
Las membranas arqueanas se componen de moléculas que difieren mucho de las que se encuentran en otras formas de
vida, lo que es una prueba de que las arqueas sólo tienen una relación distante con las bacterias y eucariotas.83 En todos
los organismos, las membranas celulares se componen de
moléculas conocidas como fosfolípidos. Estas moléculas tienen
una parte polar que se disuelve en el agua (la "cabeza" polar), y
una parte "grasa" no polar que no se disuelve en el agua (la
"cola" apolar). Estas partes diferentes quedan conectadas por
glicerol. En el agua, los fosfolípidos se aglomeran, con las
cabezas polares hacia el agua y las colas lipídicas no polares
lejos de ella. Esto hace que se estructuren en capas. La
estructura principal de la membrana celular es una doble capa
de estos fosfolípidos, que recibe el nombre de bicapa lipídica.
En segundo lugar, los lípidos arqueanos son únicos porque la estereoquímica del grupo glicerol es la inversa de la que se
observa en otros organismos. El grupo glicerol puede existir en dos formas que son la imagen especular la una de la otra, y
que se pueden denominar formas "diestra" y "siniestra"; en lenguaje químico se les denomina enantiómeros. Del mismo
modo que una mano derecha no entra fácilmente en un guante para la mano izquierda, una molécula de glicerol diestra
generalmente no puede ser utilizada o creada por enzimas adaptados por la forma siniestra. Esto sugiere que las arqueas
utilizan enzimas completamente diferentes para sintetizar sus fosfolípidos de los que utilizan las bacterias y eucariotas;
como estas enzimas se desarrollaron muy al principio de la historia de la vida, esto sugiere a su vez que las arqueas se
separaron muy pronto de los otros dos dominios.83
En tercer lugar, las colas lipídicas de los fosfolípidos de las arqueanos tienen una composición química diferente a las de
otros organismos. Los lípidos arqueanos se basan en una cadena isoprenoide y son largas cadenas con múltiples ramas
laterales y, a veces, incluso anillos de ciclopropano o ciclohexano.86 Esto contrasta con los ácidos grasos que hay en las
membranas de otros organismos, que tienen cadenas rectas sin ramificaciones ni anillos. Aunque los isoprenoides
desempeñan un papel importante en la bioquímica de muchos organismos, sólo las arqueas los utilizan para producir
fosfolípidos. Estas cadenas ramificadas podrían ayudar a evitar que las membranas arqueobacterianas tengan fugas a
altas temperaturas.87
Finalmente, en algunas arqueas la bicapa lipídica es sustituida por una única monocapa. De hecho, las arqueas fusionan
las colas de dos moléculas fosfolipídicas independientes en una única molécula con dos cabezas polares, esta fusión podría
hacer su membrana más rígida y más apta para resistir ambientes severos.88 Por ejemplo, todos los lípidos de
Ferroplasma son de este tipo, lo que se cree que ayuda a este organismo a sobrevivir en los medios extraordinariamente
ácidos en que habita.
Las arqueas también tienen flagelos, que funcionan de una manera parecida a los flagelos bacterianos —son largas colas
que se mueven por motores rotatorios situados en la base de los flagelos. Estos motores son impulsados por el gradiente
de protones de la membrana. Sin embargo, los flagelos arqueobacterianos son notablemente diferentes en su composición
y su desarrollo.80 Cada tipo de flagelo evolucionó de un antepasado diferente, el flagelo bacteriano evolucionó de un
sistema de secreción de tipo III, mientras que los flagelos arqueanos parecen haber evolucionado de los pili bacterianos de
tipo IV.94 A diferencia del flagelo bacteriano, que es un tubo vacío y que está formado por subunidades que se mueven
por la cavidad central y luego se añaden a la punta del flagelo, los flagelos arqueanos se sintetizan mediante la adición de
subunidades en su base.95
Metabolismo
Las arqueas presentan una gran variedad de reacciones químicas en su
metabolismo; siendo idénticas a las de los otros dominios, y utilizan
muchas fuentes de energía diferentes. Estas formas de metabolismo se
clasifican en grupos nutricionales, según la fuente de la energía y del
carbono. Algunas arqueas obtienen la energía de compuestos
inorgánicos como el azufre o el amoníaco (son litótrofas). Estas arqueas
incluyen nitrificantes, metanógenos y oxidantes anaeróbicos de
metano.96 En estas reacciones, un compuesto pasa electrones al otro
(en una reacción redox), liberando energía que es utilizada para
alimentar las actividades de las células. Un compuesto actúa como
Arqueas (de colores brillantes) que crece
donante de electrones y el otro como aceptor. Una característica común
en una fuente termal del Parque nacional
de todas estas reacciones es que la energía liberada es utilizada para de Yellowstone, EUA.
generar adenosín trifosfato (ATP) mediante la quimiosmosis, que es el
mismo proceso básico que tiene lugar en las mitocondrias de las células
animales.97
Otros grupos de arqueas utilizan la luz solar como fuente de energía (son fotótrofas), como las algas, protistas y bacterias.
Sin embargo, ninguno de estos organismos presenta una fotosíntesis generadora de oxígeno (fotosíntesis oxigénica), como
las cianobacterias.97 Muchas de las rutas metabólicas básicas son compartidas por todas las formas de vida, por ejemplo,
las arqueas utilizan una forma modificada de la glucólisis (la ruta de Entner-Doudoroff), y un ciclo de Krebs completo o
parcial.98 Estas semejanzas con el resto de organismos probablemente reflejan tanto la evolución temprana de estas
partes del metabolismo en la historia de la vida, como su alto nivel de eficiencia.99
Tipo
Fuente de energía Fuente del carbono Ejemplos
nutricional
Algunas Euryarchaeota son metanógenas y producen gas metano en ambientes anaeróbicos como pantanos. Este tipo de
metabolismo evolucionó pronto, e incluso es posible que el primer organismo de vida libre fuera un metanógeno.100 Una
reacción típica de estos organismos implica el uso de dióxido de carbono como aceptor de electrones para oxidar
hidrógeno. La metanogénesis implica una variedad de coenzimas que son únicos de estas arqueas, como la coenzima M o
el metanofurano.101 Otros compuestos orgánicos como alcoholes, ácido acético o ácido fórmico son utilizados como
receptores de electrones por los metanógenos. Estas reacciones son habituales en las arqueas intestinales. El ácido acético
también es descompuesto en metano y dióxido de carbono directamente, por arqueas acetótrofas. Estas acetótrofas
pertenecen al orden Metanosarcinales, y son una parte importante de las comunidades de microorganismos productoras
de biogás.102
Otras arqueas utilizan el CO2 de la atmósfera como fuente de carbono, en un proceso llamado fijación del carbono (son
autótrofas). En las arqueas, este proceso implica o bien una forma muy modificada del ciclo de Calvin,104 o una ruta
metabólica recientemente descubierta conocida como ciclo del 3-hidroxipropionato/4-hidroxibutirato.105 Las
Crenarchaeota también utilizan el ciclo de Krebs inverso y las Euryarchaeota también utilizan la ruta reductora del acetil-
CoA.105 En estos organismos, la fijación del carbono es alimentada por fuentes inorgánicas de energía, en lugar de por la
luz solar como en el caso en las plantas y cianobacterias. No se conocen arqueas que puedan llevar a cabo la fotosíntesis,
que es cuando la luz es utilizada por los fotoautótrofos como fuente de energía, además de fuente de alimento para la
fijación del dióxido de carbono.106 Las fuentes de energía utilizadas por las arqueas para fijar el carbono son
extremadamente diversas, y de la oxidación del amoníaco por parte de los Nitrosopumilales107 108
hasta la oxidación de
ácido sulfhídrico o azufre elemental por parte de Sulfolobus, utilizando oxígeno o iones metálicos como aceptor de
electrones.97
Las arqueas fotótrofas utilizan luz para producir energía química en forma de ATP. En las haloarqueas hay bombas de
iones que se activan por la luz, como la bacteriorodopsina y la halorodopsina, que generan gradientes de iones a través del
bombeo de iones hacia el exterior de la célula a través de la membrana plasmática. La energía almacenada en estos
gradientes electroquímicos es posteriormente convertida en ATP por la ATP sintasa.9 Este proceso es una forma de
fotofosforilación. La estructura y el funcionamiento de estas bombas activadas por la luz han sido estudiadas en gran
detalle, lo que ha revelado que su capacidad de mover iones a través de las
membranas depende en unos cambios producidos por la luz en la estructura
de un cofactor de retinol en el centro de la proteína.109
Genética
Las arqueas, por lo general, tienen un único cromosoma circular al igual que
las bacterias,110 que varía en tamaño desde 5.751.492 pares de bases en
Methanosarcina acetivorans,111 el mayor genoma secuenciado hasta la
fecha, hasta 490.885 pares de bases en Nanoarchaeum equitans, el genoma
más pequeño conocido que puede contener sólo 537 genes codificadores de
proteínas. Las arqueas también pueden presentar plásmidos que se pueden
propagar por contacto físico entre células, en un proceso que puede ser
similar a la conjugación bacteriana.112 113
114
Los plásmidos son cada vez
más importantes como herramientas genéticas pues permiten la realización
de estudios genéticos en Archaea.115
Bacteriorodopsina de Halobacterium
Al igual que los bacteriófagos que salinarum. En el modelo se muestra
infectan bacterias, existen virus que el cofactor retinol y residuos
se replican en las arqueas. Son virus implicados en la transferencia de
ADN bicatenarios que parecen no protones.103
La transcripción y traducción en Archaea son más similares a Eukarya que a Bacteria; por ejemplo, en las subunidades y
secuencias de la ARN polimerasa II y en los ribosomas.110 Las funciones e interacciones de la ARN polimerasa en la
transcripción en Archaea también parece estar relacionada con la de Eukarya, con un similar ensamblado de proteínas
(factores de transcripción genéricos) dirigiendo la unión de la ARN polimerasa a un promotor de gen. Sin embargo,
muchos otros factores de transcripción en las arqueas son similares a los de bacterias.123
Ecología
Hábitats
Las arqueas existen en una gran variedad de hábitats, son una parte importante de los ecosistemas globales,21 y podrían
representar hasta un 20% del total de biomasa de la Tierra.124 Gran cantidad de arqueas son extremófilas, y este tipo de
hábitat fue visto históricamente como su nicho ecológico.96 De hecho, algunas arqueas sobreviven a altas temperaturas,
como la cepa 121 de Geogemma barossii, a menudo por encima de 100 °C, como las que hay en los géiseres, chimeneas
mineralizadas, y pozos de petróleo. Otros viven en hábitats muy fríos, y otros en aguas altamente salinas, ácidas o
alcalinas. Sin embargo, otras arqueas son mesófilas ya que viven en condiciones mucho más suaves y húmedas como las
alcantarillas, los océanos y el suelo.21
Las arqueas extremófilas son miembros de cuatro grupos fisiológicos principales. Son los halófilos, termófilos, alcalófilos
y acidófilos.125 Estos grupos no son incluyentes ni tienen una relación con el filo al que pertenece una determinada
arquea, ni son mutuamente exclusivos, ya que algunas arqueas pertenecen a varios de estos grupos. Sin embargo, son
útiles como punto de partida para la clasificación de estos organismos.
Los halófilos, incluyendo el género Halobacterium, viven en ambientes extremadamente salinos, como lagos salados, y
empiezan a superar a sus homólogos bacterianos a salinidades superiores al 20-25%.96 Los termófilos prosperan a
temperaturas por encima de 45 °C, en lugares como aguas termales; las arqueas hipertermófilas son los que prosperan en
temperaturas superiores a 80 °C.126 La cepa 116 de Methanopyrus kandleri crece a 122 °C, que es la temperatura más
alta registrada en la que puede vivir un organismo.127 Otras arqueas existen en condiciones muy ácidas o alcalinas.125
Por ejemplo, uno de los acidófilos arquobacterianos más extremos es Picrophilus torridus, que crece a un pH 0, lo que
equivale a prosperar en ácido sulfúrico con una concentración molar de 1,2.128
Esta resistencia a ambientes extremos ha convertido a las arqueas en el centro de especulación sobre las posibles
propiedades de la vida extraterrestre.129 Ésta hipótesis eleva las probabilidades de que exista vida microbial en
Marte,130 e incluso se ha llegado a sugerir que microbios viables podrían viajar entre planetas en meteoritos.131
Recientemente, varios estudios han demostrado que las arqueas no existen únicamente en medios mesófilos y termófilos,
sino que también están presentes, a veces en altas cantidades, a temperaturas bajas. Por ejemplo, las arqueas son
comunes en ambientes oceánicos fríos como los mares polares.132 Aún son más significativas las grandes cantidades de
arqueobacterias que viven en todo el mundo en la comunidad planctónica (como parte del picoplancton).133 Aunque
estas arqueas pueden estar presentes en cantidades extremadamente grandes (hasta un 40% de la biomasa microbial),
casi ninguna de estas especies ha sido aislada y estudiada en un cultivo puro.134 Por consiguiente, la comprensión actual
del papel de las arqueas en la ecología de los océanos es rudimentaria, por lo que su influencia completa sobre los ciclos
biogeoquímicos globales continúa siendo desconocida.135 Asimismo, un estudio reciente ha demostrado que un grupo de
Crenarchaeota marinos son capaces de llevar a cabo la nitrificación, sugiriendo que estos organismos podrían ser
importantes en el ciclo del nitrógeno oceánico.136 También se encuentran grandes cantidades de arqueas en los
sedimentos que cubren el fondo marino, y estos organismos forman la mayoría de células vivientes a profundidades de
más de un metro dentro de este sedimento.137 138
Las arqueas pueden llevar a cabo muchos de los pasos del ciclo del nitrógeno. Esto incluye tanto reacciones disimilatorias
que eliminan nitrógeno de los ecosistemas (como la respiración basada en nitratos y desnitrificación), como procesos
asimilatorios que introducen nitrógeno, como la asimilación de nitrato y la fijación de nitrógeno.139 La impricación de las
arqueas en las reacciones de oxidación de amoníaco se descubrió en 2007. Estas reacciones son particularmente
importantes en los océanos.107 140
Las arqueas son también importantes en la oxidación de amoníaco en el suelo.
Producen nitritos, que son posteriormente otros microbios oxidadan en nitratos. Las plantas y otros organismos
consumen este último.141
En el ciclo del azufre, las arqueas que crecen oxidando compuestos de azufre liberan este elemento de las rocas, haciéndo
que quede disponible para otros organismos. Sin embargo, las arqueas que hacen esto, como Sulfolobus producen ácido
sulfúrico como producto residual, y el crecimiento de estos organismos en minas abandonadas puede contribuir a la
formación de los líquidos del drenaje minero ácido.7 y otros daños ambientales.7
En el ciclo del carbono, las arqueas metanógenas liberan hidrógeno y son importantes en la descomposición de la materia
orgánica realizada por las poblaciones de microorganismos que actúan como descomponedores en los sistemas
anaeróbicos, como depósitos de sedimentos, pantanos y en el tratamiento de aguas residuales.142 Sin embargo, el metano
es uno de los gases de efecto invernadero más abundantes en la atmósfera terrestre, y constituye el 18% del total
global.143 Es 25 veces más potente como gas invernadero que el dióxido de carbono.144 Los microorganismos
metanógenos son la primera fuernte de metano atmosférico, y son responsables de la mayoría de las emisiones de metano
anuales mundiales.145 Como consecuencia, estas arqueas contribuyen a las emisiones de gases invernadero globales y al
calentamiento global.
Un ejemplo bien comprendido de mutualismo es la interacción entre los protozoos y arqueas metanógenas del sistema
digestivo de animales que digieren celulosa, como los rumiantes y las termitas.151 En estos ambientes anaeróbicos, los
protozoos descomponen la celulosa del material vegetal para obtener energía. Este proceso libera hidrógeno como
producto residual, pero los niveles altos de hidrógeno reducen la energía generada por esta reacción. Cuando los
metanógenos convierten el hidrógeno en metano, los protozoos se benefician ya que podrán obtener más energía de la
descomposición de la celulosa.152
Estas asociaciones entre metanógenos y protozoos van un paso más allá en diversas especies de protozoos anaeróbicos,
como Plagiopyla frontata, en cuyo caso, las arqueas viven en el protozoo y consumen el hidrógeno producido en sus
hidrogenosomas.153 154
Se están descubriendo asociaciones similares con organismos más grandes, con el
descubrimiento de que la arquea marina Cenarchaeum symbiosum que vive dentro de la esponja Axinella mexicana.155
Las arqueas también pueden ser comensales, beneficiándose de una asociación sin ayudar o dañar al otro organismo. Por
ejemplo, el metanógeno Methanobrevibacter smithii es de largo la arquea más común de la flora humana, representando
aproximadamente un 10% de todos los procariotas del intestino humano.156 Como en el caso de las termitas, es posible
que estos metanógenos sean en realidad mutualistas en los humanos, interactuando con otros microbios del intestino
para facilitar la digestión de los alimentos.157 También hay comunidades arqueobacterianas asociadas con una variedad
de otros organismos, como en la superficie de corales,158 y en la parte del suelo que rodea las raíces de las plantas (la
rizosfera).159 160
Reproducción
Las arqueas se reproducen asexualmente por fisión binaria o múltiple, fragmentación o gemación. No se produce meiosis,
de manera que si una especie de arquea existe en más de una forma, todas tienen el mismo número de cromosomas
(tienen el mismo cariotipo).9 La división celular está controlada como parte de un complejo ciclo celular, donde el
cromosoma se replica, las copias se separan y luego la célula se divide.161 Los detalles del ciclo celular solo han sido
investigados en el género Sulfolobus, siendo similares a los de bacterias y eucariontes: los cromosomas se replican desde
múltiples puntos de partida (origen de replicación) usando ADN polimerasas que son similares a las enzimas equivalentes
eucarióticas.162 Sin embargo, las proteínas que dirigen la división celular, como la proteína FtsZ que forma un anillo
contráctil alrededor de la célula, parecen estar más relacionadas con sus equivalentes bacterianos.161
No se forman endosporas en ninguna especie de arquea,163 aunque algunas especies de haloarqueas pueden alternar
entre fenotipos y crecer como diferentes tipos de células, incluidas estructuras de paredes gruesas que son resistentes al
choque osmótico y que les permiten sobrevivir a bajas concentraciones de sal.164 No se trata de estructuras
reproductivas, pero es posible que ayuden a estas especies a dispersarse en nuevos hábitats.
Ecología
Hábitats
Las arqueas vive en una gran variedad de hábitats, y son una parte importante de los ecosistemas globales,21 que puede
suponer hasta un 20% de la biomasa de la Tierra.165 Las primeras arqueas que se descubrieron fueron extremófilas.
Algunos pueden vivir a altas temperaturas, a menudo por encima de 100 °C, en géyseres, chimeneas negras negras bajo el
agua, y los pozos de petróleo. Otros hábitats comunes son ambientes acuáticos muy fríos o muy salinos, ácidos o alcalinos.
Sin embargo, entre las arqueas también hay muchas especies mesófilas que crecen en condiciones suaves, en pantanos,
aguas residuales, océanos y suelos.21
Las arqueas extremófilas pueden pertenecer a cuatro principales grupos fisiológicos. Son halófilos, termófilos, alcalófilos y
acidófilos.125 Estos grupos no pertenecen a un filo específico, y no se excluyen entre sí dentro de un filo, ya que algunos
de estos tipos de arqueas pertenecen a varios grupos, pero agruparlas así es un útil punto de comienzo para la
clasificación.
Los halófilos como el género Halobacterium, viven en ambientes extremadamente salinos, como lagos salados, y superan
en número a las bacterias cuando la salinidad supera el 20-25%.96 Las termófilas crecen mejor a temperaturas mayores
de 45 °C, en lugares como las aguas termales; los hipertermófilas crecen óptimamente a temperaturas superiores a
80 °C.166 La variedad de arquea Methanopyrus kandleri 116
crece hasta 122 °C, que es la temperatura más alta registrada
para un organismo vivo.167
En el año 2001, varios estudios encontraron que las arqueas no solo viven en ambientes mesófilos y termófilos sino
también, y en ocasiones con gran abundancia, a bajas temperaturas. Por ejemplo, las arqueas son comunes en ambientes
oceánicos fríos como los mares polares.172 Todavía más significativa es la gran cantidad de arqueas que viven en los
océanos en condiciones no extremas formando parte del plancton (como parte del picoplancton).133 Aunque estas
arqueas puede estar presente en grandes cantidades (hasta 40% de la biomasa microbiana), casi ninguna de estas especies
fue aislada y estudiada en cultivo puro.173 En consecuencia, nuestra comprensión del papel de las arqueas en la ecología
de los océanos es rudimentaria, por lo que su influencia en la biogeoquímica global está en gran parte inexplorada.174
Algunas Crenarchaeota marinas pueden hacer la nitrificación, lo que sugiere que estos organismos pueden afectar el ciclo
del nitrógeno oceánico,175 aunque estas Crenarchaeota oceánicas pueden utilizar otras fuentes de energía. Un gran
número de arqueas que se encuentran en los sedimentos que cubren el lecho del mar, y estos organismos son la mayoría
de los que viven a 1 metro de profundidad en los sedimentos oceánicos.176 177
Mutualismo
Un ejemplo bien conocido de mutualismo es la interacción que tiene con rumiantes y las termitas los protozoos y arqueas
metanógenas que viven en su tracto digestivo y ayudan a digerir la celulosa. En estos ambientes anaeróbicos, los
protozoos degradan la celulosa del material vegetal para obtener energía. Este proceso libera hidrógeno como un producto
de desecho, pero los altos niveles de hidrógeno reducen la producción de energía. Después los metanógenos convierten el
hidrógeno en metano, y los protozoos se benefician de más energía.185
En protozoos anaerobios como Plagiopyla frontata, las arqueas vivien dentro de los protozoos y consumen el hidrógeno
producido en sus hidrogenosomas.153 186
Las arqueas también se asocian con organismos más grandes. Por ejemplo, la
arquea marina Cenarchaeum symbiosum vive dentro (como endosimbionte) a partir de una esponja del género Axinella.
Comensalismo
Las arqueas también puede ser comensales que se benefician de una asociación sin dañar ni beneficiar al organismo. Por
ejemplo, el metanóxeno Methanobrevibacter smithii es, con mucho, la arquea más común en la flora intestinal humana, y
representa la décima parte de todos los procariotas del tracto digestivo humano.187 En los seres humanos y termitas,
estos metanógenos pueden ser mutualistas que interactúan con otros microbios en el tracto digestivo para ayudar en las
funciones del sistema digestivo.188 Las comunidades de arqueas también se asocian con otros organismos, al igual que
los que viven en la superficie de los corales,189 y la región del suelo que rodea a las raíces de las plantas (rizosfera).190 191
Una nueva clase de antibióticos potencialmente útiles se derivan de este grupo de organismos. Ocho de esas sustancias ya
han sido caracterizadas, pero podría haber muchas más, especialmente en las haloarqueas. Estos compuestos son
importantes porque tienen una estructura diferente a la de los antibióticos bacterianos, de manera que pueden tener un
modo de acción diferente. Además, podrían permitir la creación de nuevos marcadores seleccionables para utilizarlos en
la biología molecular arqueobacteriana. El descubrimiento de nuevas sustancias depende de la recuperación de estos
organismos del medio ambiente y de su cultivo.197
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Página del NCBI sobre la taxonomía de las arqueas (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/Taxonomy/Browser/wwwtax.cgi?mo
de=Info&id=2157&lvl=3&lin=f&keep=1&srchmode=1&unlock) (en inglés)
Géneros del dominio Archaea (http://www.bacterio.net/) – List of Prokaryotic names with Standing in Nomenclature
(LPSN) (en inglés)
Ilustración Tree of Life que muestra la relación de las arqueas con otros seres vivos (http://tellapallet.com/tree_of_life
.htm) (en inglés)
Shotgun sequencing finds nanoorganisms (http://berkeley.edu/news/media/releases/2006/12/21_microbes.shtml) –
descubrimiento del grupo ARMAN de arqueas (en inglés)
Genomas completos de arqueas en UCSC (http://archaea.ucsc.edu/) (en inglés)
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