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“¿QUÉ LE PASA A PERÚ QUE CUANDO UNO DEJA DE SER

PRESIDENTE LO METEN PRESO?”


La necesidad de trabajar la inteligencia ética en las escuelas
Material preparado a partir de una exposición en el Consorcio de Colegios Católicos, Junio 2017.
Luis Felipe González del Riego Collomp

En estos días, al ver los titulares de los diarios y revisar las noticias nacionales nos encontramos a varios
presidentes, ministros, gobernadores regionales, alcaldes, asesores, contralor, jueces, fiscales, políticos, po-
licías, empresarios y hasta directores de escuela y maestros envueltos en casos de corrupción, actos de vio-
lencia o de abuso de autoridad, sin contar los muchos casos de feminicidios y de racismo. Y aun retumba en
nuestros oídos el “roba, pero hace obra” y el “chapa tu choro”. Y las preguntas caen por su propio peso: ¿Qué
clase de peruanos está formando la escuela peruana? ¿Qué pautas para la convivencia nacional está pro-
duciendo nuestra convivencia escolar? ¿Por qué no es extraño en nuestras escuelas casos de bullying, co-
pias en exámenes, plagio de trabajos, y hasta robos de útiles escolares?
“Una sociedad donde hay más gente dispuesta a transgredir que a cumplir la ley es una colectividad
llamada al desorden y al conflicto”. Gonzalo Portocarrero
Tomado de “El Comercio”. Lima, miércoles 7 de junio de 2017. p. 30
Todo esto, lamentablemente se viene dando en nuestro país desde hace mucho tiempo. Hoy se agrava por
el tamaño de las ciudades y por el cambio de época en el que vivimos. La llamada crisis de valores, es producto
de un cambio profundo de prioridades y de la diversidad con la que hoy convivimos gracias a la globalización.
Muchas culturas y religiones juntas. Mucha información diferente. Muchas opciones. Junto al relativismo,
pragmatismo, subjetivismo e individualismo, que convive con el dogmatismo, legalismo, tradicionalismo y
rigidez. Lo local enfrentándose a lo global. ¿Qué cambiar y qué conservar para ser fieles al Evangelio?
Es preciso revisar nuestra manera de trabajar la convivencia, la disciplina y la autoridad. ¿Educamos para la
anomia, la heteronomía, la socionomía o para la autonomía? ¿Qué oportunidades para vivir la democracia
le ofrecemos a nuestros alumnos? ¿En nuestras escuelas se aprende a decidir y a manejar deberes y dere-
chos con responsabilidad? También es necesario revisar las prácticas pedagógicas, las estrategias, las tareas
y la evaluación, pues nuestras opciones y estilos hablan también de nuestros valores. ¿Son nuestros estu-
diantes el centro de las clases? ¿Cuántas cosas se les permite decidir en las clases? ¿Cómo se maneja el
error? ¿Quién, cuándo y cómo se evalúa? ¿Cómo se maneja la inclusión y la diferenciación? Los valores se
manejan y se aprenden en lo cotidiano de la escuela, no en unas clases o en unas actividades que tengan ese
nombre. Si queremos formar ciudadanos éticamente inteligentes, necesitamos revisar el conjunto de la es-
cuela. Y en las escuelas católicas, a la luz del Evangelio.
Con los aportes de la neurociencia y el enfoque de las inteligencias múltiples, hoy se viene revisando el
concepto mismo de inteligencia, y se vienen estudiando por separado diferentes clases de inteligencia:
inteligencia emocional, inteligencia espiritual, inteligencia emprendedora, inteligencia ética. Para este ar-
tículo, nos acercamos al concepto de inteligencia desde la epistemología: del latín intelligere: intus (“en-
tre”) y legere (“escoger”). La Inteligencia es la capacidad de SABER ELEGIR la mejor solución a los proble-
mas, utilizando diferentes tipos de pensamiento (crítico, creativo, resolutivo, ejecutivo, “emocional”, “es-
piritual”, “emprendedor”, etc.).
La Ética, a diferencia de la moral (decisiones, vida práctica) se refiere a una rama de la filosofía preocupada
por la reflexión sobre el comportamiento humano, las decisiones humanas y lo que se entiende por una
vida humana, buena, digna y feliz. Es una reflexión sobre lo que es, a la luz de lo que debería ser. Y lo que
debería ser depende de una escala de valores y de una concepción de ser humano, en sí mismo y en sus
relaciones con otros seres humanos y con el resto de la realidad.
Así, entendemos por INTELIGENCIA ÉTICA, a la reflexión y compromiso interno sobre el qué y el cómo
decidir mejor en cada momento de nuestra vida cotidiana, con conciencia y conocimiento, vinculando
camino (proceso y desarrollo) y meta (objetivo), buscando equilibrio y coherencia, en orden a una escala
de valores y una concepción de ser humano (individuo-colectivo). En palabras de Sócrates, tener Inteligen-
cia Ética es tener en cuenta que “Sólo una vida reflexiva es digna de ser vivida”. En otras palabras, pensar
sobre cómo elegir para que la vida nos salga bien. ¿Qué significa que la vida nos salga bien? ¿Cómo –
desde nuestra identidad de escuela católica con un carisma particular- ordenamos los valores esenciales
y cómo este ordenamiento afecta la vida en la escuela?
Trabajar la Inteligencia Ética comienza porque cada colegio revise su propia propuesta institucional y tome
conciencia de cuán coherente es el debería ser (documentos) y el ser (convivencia escolar, prácticas edu-
cativas). Desde esta perspectiva, las escuelas están invitadas a hacer el siguiente ejercicio: Ordenar los 7
valores siguientes, en orden de importancia, respondiendo las preguntas que los acompañan. Incluso agre-
gar algún otro valor, en función del carisma de la familia religiosa y el ideario institucional.

1. ÉTICA, VIDA Y FELICIDAD


¿Cómo definimos entre nosotros lo que es una vida plena, una vida digna, una vida con sentido, el éxito y
la felicidad? ¿Qué es lo que nos hace humanos, plenamente humanos? ¿Qué lugar ocupa el plan de for-
mación (integral e integrada) en el conjunto de la escuela y cómo se comparte esta con los padres de
familia? ¿Cómo concebimos el acompañamiento de los maestros a los estudiantes? ¿Cuánto escuchamos
a nuestros alumnos, individual y grupalmente? ¿Cómo se maneja la disciplina, la autoridad, el uso del re-
glamento y la evaluación al servicio de la persona? ¿Cuán pertinentes y motivadores son los contenidos y
las estrategias que se dan en la escuela para nuestros alumnos? ¿Cómo entendemos aquello de “Educación
para la vida”? ¿Cómo se manejan las emociones? ¿Cómo se trabajan los Derechos Humanos y cómo se
promueve la Defensa de la Vida? ¿Cómo se trabaja la relación entre seres humanos y la naturaleza? ¿Cómo
evitamos, en medio de la fatiga y esfuerzo diario en la escuela, LA DESHUMANIZACIÓN DE LA VIDA
ESCOLAR?

2. ÉTICA Y VERDAD
¿Cómo vivimos en la escuela el hecho de ser una comunidad de aprendizaje? ¿Qué rol le toca al maestro
(y al estudiante) en estos tiempos de Google? ¿Qué es la Verdad y cómo se la maneja en la escuela? ¿Está
dada o está en construcción? ¿Cómo impulsamos el pensamiento crítico y la creatividad? ¿Con qué herra-
mientas (tecnología, estrategias, contenidos, recursos) trabajamos en nuestras clases, en la construcción
del conocimiento? ¿Cómo se maneja la Probidad y el rigor académicos? ¿Cuáles son las prioridades aca-
démicas? ¿Todas las asignaturas son igualmente importantes? ¿Nos interesa más que nuestros alumnos
sean hombres y mujeres de verdad que sabios o perfectos? ¿Cómo manejamos el desarrollo de las ciencias
y de la tecnología? ¿Cómo articulamos la Fe y la búsqueda de la Verdad? ¿Cómo se entienden las palabras
de Juan Pablo II al inicio de la encíclica “Fiedes et Ratio”: La fe y la razón son como las dos alas con las
cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad? ¿Cómo evitamos, en medio de
tanta información, caer en el DOGMATISMO o en el RELATIVISMO?
3. ÉTICA, TRABAJO Y DESCANSO.
¿Cómo se organiza el trabajo y el descanso en nuestras escuelas? ¿Cómo nos organizamos con las tareas
(trabajo) y las actividades extracurriculares (no trabajo)? ¿Qué rol le toca al maestro (y al estudiante) en
estos tiempos de pantallas e internet? ¿Cómo enganchamos la disciplina y la motivación (intrínseca y ex-
trínseca) con el trabajo escolar? ¿Cómo motivamos a nuestros estudiantes y maestros? ¿Cuánto participan
los estudiantes en la definición del trabajo escolar (metas, estrategias, contenidos, etc.)? ¿En qué medida
nuestros estudiantes son sujetos de su aprendizaje? ¿Cómo articulamos los derechos de clientes de nues-
tros alumnos con sus deberes como estudiantes en la escuela? ¿Cómo coordinamos padres de familia y
escuela las exigencias académicas y el descanso? ¿Cómo corregimos los malos desempeños y premiamos
los buenos? ¿Cómo se maneja el estrés de alumnos y maestros? ¿Cómo cuidamos la salud de toda la co-
munidad? ¿Cómo ayudamos a nuestros alumnos a descubrir su vocación? ¿A manejar su recreación?
¿Cuán pedagógicamente profesional es nuestro trabajo en la escuela? ¿Cómo impulsamos la formación de
nuestros maestros? ¿Cómo garantizamos la calidad de los aprendizajes? ¿Cómo evitamos, en medio de
tanta velocidad y actividad, poner el hombre al servicio del TRABAJO y caer en el ABUSO DEL TRABAJO?

4. ÉTICA Y LIBERTAD
¿En nuestras escuelas se educa en libertad? ¿Realmente el alumno tiene el rol principal en el aprendizaje-
enseñanza? ¿cuánto de lo que viven los alumnos es elegido por ellos? ¿cuándo y cómo aprenden a decidir y
a afrontar las consecuencias de sus decisiones? ¿educamos para la libertad? ¿Libertad de o libertad para?
¿Cómo ejercen sus derechos y cumplen con sus deberes? ¿cómo se maneja el error en el aprendizaje? ¿cuáles
son las ofertas últimas que la escuela les ofrece? ¿cómo aprenden a discernir? ¿el esfuerzo aparece como
imposición o como opción para alcanzar metas deseadas? ¿aparece aquello de “la verdad os hará libres” o
se ocultan ciertas verdades? ¿Qué valor le damos a la voluntad? ¿se aprende a obedecer o a autogestionarse?
¿hay consejo estudiantil? ¿el consejo estudiantil solo cumple ciertas tareas asignadas por los adultos y la
tradición? ¿se les permite hacer a los alumnos, aunque algunas cosas no salgan bien o las hacen los adultos
para que salgan “perfectas”? ¿Cómo evitamos los excesos del autoritarismo y la permisividad? ¿Es la libertad
más importante que la seguridad, la tradición y el orden? ¿Cómo trabajamos el desarrollo y la conciencia
moral de los estudiantes y demás miembros de la comunidad educativa? ¿Cuán libres son los maestros en su
enseñanza? ¿Cómo luchamos por ser fieles (coherentes) con nuestros carismas y misiones? ¿Cómo evitamos
ceder al MIEDO y la INCERTIDUMBRE?

5. ÉTICA, IGUALDAD Y JUSTICIA


¿Cómo se trabaja que todos somos iguales y diferentes? ¿Cómo se protege al más débil, al más pequeño, al
menos hábil? ¿Cómo evitamos el bullying? ¿Somos justos en todo el proceso educativo? ¿la evaluación es
justa? ¿cómo se trabaja la diferenciación en la evaluación? ¿programamos y ejecutamos nuestras lecciones
considerando inteligencias múltiples, estilos de aprendizajes y otras diferencias que hay entre los alumnos?
¿la justicia se basa en nuestras semejanzas, necesidades o esfuerzos? ¿Cómo articulamos deberes, derechos,
sanciones y reconocimientos? ¿Qué estamos haciendo por la inclusión? ¿El reglamento está al servicio de las
personas, especialmente de los estudiantes? ¿los estudiantes son inocentes hasta probar lo contrario, o lo
vivimos al revés? ¿el colegio es justo en lo que cobra y en la calidad de lo que ofrece? ¿el colegio es justo en
lo que paga a los maestros y trabajadores? ¿Cómo hacemos una educación personalizada que no sea indivi-
dualista? ¿Cómo acompañamos al individuo sin perder al grupo, y al grupo sin masificar? ¿Cómo se manejan
los temas de género, de raza, de posición social, de respeto al diferente? ¿Cómo evitamos que los alumnas y
maestros sientan las aulas como jaulas, y la UNIFORMIDAD?

6. ÉTICA, FRATERNIDAD Y AMOR


¿Es la escuela, ante todo, una comunidad de personas que aprenden y crecen juntas, una familia? ¿Cómo
promovemos la convivencia, la solidaridad, la participación, la comunicación y el compartir entre todos los
miembros? ¿Cómo está organizado el acompañamiento de unos con otros? ¿a los alumnos? ¿a los maestros?
¿a los PPFF? ¿Cómo prevenimos la exclusión? ¿Cómo enfrentamos el bullying y trabajamos el respeto por
todos los demás? ¿Cómo se articulan los procesos de personalización y el de socialización de nuestros estu-
diantes? ¿Cómo se desarrolla la inteligencia emocional? ¿Cómo se maneja las emociones y sentimientos?
¿Cuándo y cómo se trabaja la ternura, la amistad, el amor y la sexualidad? ¿Es el eje de la disciplina el acom-
pañamiento, el diálogo y la tutoría? ¿Cómo se apoya el Plan de Vida de alumnos y maestros? ¿Cómo se apo-
yan sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos? ¿Cómo se acoge a los alumnos y maestros nuevos y cómo se
dice adiós a los alumnos y maestros que se van? ¿Cómo hacemos para evitar LA EXCLUSIÓN, LA SOLEDAD. Y
EL ABANDONO?.

7. ÉTICA, FE Y AMOR.
¿Qué Dios anunciamos? ¿El Dios de Jacob o el Dios de Jesús? ¿Qué ética promovemos? ¿la del AT (Mínimos)
o la del NT (Máximos)? ¿Promovemos una Ética dogmática, de condena, con el hombre al servicio de la ley,
subrayando el Temor a Dios y la obediencia a Dios? ¿O se trabaja y discierne en una Ética de Vocación, Tes-
timonio, Búsqueda, Salvación y Amor de Dios -Misericordia? ¿El discurso es coherente con las prácticas del
colegio? ¿Qué suele aparecer, la Ética (Fe) del Deber - Individual o la Ética (Fe) del Amor - Comunidad? ¿Qué
rol cumple el sacerdote, el religioso, la religiosa y los laicos en la pastoral, en el manejo de la disciplina, en la
dirección del colegio, en las decisiones pedagógicas? ¿Cómo se coordina y equilibra lo religioso-pastoral y lo
educativo-pedagógico? ¿Cómo se trata al que no comparte el mismo credo? ¿Cómo se vive el servicio a los
demás, especialmente el servicio al más pobre? ¿Cómo hacemos para no caer en el FARISEÍSMO RELIGIOSO.
No hay fórmulas sencillas para formar con Inteligencia Ética. Requiere un proceso comunitario de discer-
nimiento constante. No olvidar que, en este campo, más que en ningún otro, se enseña con el ejemplo, y
hay que manejar equilibradamente las opciones fundamentales de lo que somos, y las apariencias. La es-
cuela debe ser un espacio de crecimiento personal y de gozo. Se debe vivir con un estilo, que después, se
quiera compartir con otros y se aspire a construir en los demás lugares donde la vida nos lleve.
Finalmente, formar con inteligencia ética, en un colegio en Pastoral, requiere que los padres de familia
sean mucho más que simples clientes. No es posible generar un ambiente de formación en inteligencia
ética sin el apoyo y compromiso de los padres de familia. En muchas escuelas, y para muchos alumnos,
uno de los problemas principales son los padres de familia. La permisividad, la sobreprotección o la indi-
ferencia de muchos de ellos, y la poca coherencia entre los valores de la escuela y la practicada por los
papás vuelve imposible lograr la meta deseada. El trabajo de la formación de la inteligencia ética debe
incluir una profunda reflexión con los papás, particularmente en inicial y en los primeros grados de prima-
ria. Compartan estos 7 pilares de la inteligencia ética con los padres, que los ordenen según sus propios
valores, que revisen las mismas preguntas, y piensen, no tanto en el mundo que le están dejando a sus
hijos, sino en los hijos que le están legando al mundo.

“Tengan unos con otros los mismos sentimientos que estuvieron en Cristo Jesús”. Filip. 2, 5
Yo les he dicho todas estas cosas para que en ustedes esté mi alegría, y la alegría de ustedes sea per-
fecta.” Jn. 15,11.

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