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CLASE #01

CRITICA TEXTUAL DE LA BIBLIA


(ECDÓTICA)
1- TEXTUS RECEPTUS (TEXTO RECIBIDO)
2- TEXTO MAYORITARIO: LOS QUE MAS CONCUERDAN CON LA HISTORIA

METODO CRITICO: ESTUDIO DE LOS MANUSCRITOS ORIGINALES, LOS ESCRIBAS COMETIAN ERRORES AL
MOMENTO DE TRANSCRIBIRLOS

EN UN MANUSCRITO ESTE PUEDE SER DEL AUTOR O COPIA DE OTRO, EL OBJETIVO DE LA CRITICA TEXTUALES
RESTAURAR LO MEJOR QUE SE PUEDA EL TEXTO ORIGINAL DE UNA OBRA CUYO AUTÓGRAFO SE HA PERDIDO.

PENTATEUCO SAMARITANO

Los samaritanos poseían el Pentateuco hebreo mencionado por


Jerónimo, Eusebio y otros de los llamados Padres de la Iglesia. En 1616
Pietro della Valle consiguió comprar una copia a los samaritanos de
Damasco, que pasó en 1623 a la Biblioteca del Oratorio en París. A
fines del siglo XVIII habían llegado a Europa otras quince copias más o
menos completas, a las que posteriormente se añadirían otras. Morin
(Morinus), que publicó en 1632 el Pentateuco Samaritano, estimó que
el texto samaritano era muy superior al de los masoretas

Durante casi dos siglos hubo controversias acerca de este tema. En


1815, Gesenius, un célebre hebraísta, una vez hubo examinado
minuciosamente el texto samaritano, declaró que en realidad era muy
inferior al texto masorético, y de un valor crítico mediocre. La mayor
parte de los rollos samaritanos, conteniendo el Pentateuco completo o
ciertas partes de él, no es considerada anterior al siglo X de la era
cristiana; uno o dos de ellos, que se conservan en Nablus (la antigua
Siquem) son considerados más antiguos. Los diversos rollos
samaritanos están escritos en caracteres análogos a los de las monedas
de la época de los macabeos, que los judíos empleaban antes de la
introducción del hebreo cuadrado, aunque presenta diferencias. El
texto samaritano difiere frecuentemente del texto hebreo de los
masoretas. En Dt. 27:4, Moisés ordena al pueblo que levante, cuando
haya atravesado el Jordán, grandes piedras sobre el monte Ebal, y
encalarlas, para escribir sobre ellas la Ley. Con el fin de aumentar la
veneración por su montaña sagrada, los samaritanos reemplazaron en
su texto el término Ebal por el de Gerizim; hay otras variantes de
menor importancia. La mayor parte de ellas provienen de errores
fortuitos de escribas, aunque hay algunas que tienen que ser atribuidas
a alteraciones deliberadas. Hay alrededor de 2.000 pasajes en los que
el texto samaritano concuerda con la LXX y no con las lecturas hebreas,
lo que indica que los traductores de la LXX trabajaron con un texto
hebreo muy análogo al de los samaritanos.

La fecha en que los samaritanos entraron en posesión, y las


circunstancias en que lo hicieron, se transforman en una asunto muy
interesante y de mucho peso en la cuestión de la antigüedad del
Pentateuco. Según una tradición antigua aún muy acreditada, lo
copiaron de un escrito sagrado que se poseía con anterioridad al cisma
del año 931 a.C. (bajo Roboam). Según otra tradición, el Pentateuco les
habría venido con el sacerdote encargado de instruir a los colonos
traídos de Asiria para repoblar Samaria después de la deportación de
los israelitas, hacia el año 722 a.C. (2 R. 17:28). También se piensa que
el Pentateuco Samaritano hubiera podido ser llevado allí por un
sacerdote renegado en la época de la construcción del templo de
Gerizim (Ant. 11:7-8). Pero incluso aceptando una fecha tan tardía
como la de Senballat y Manasés, esto es, la época de Nehemías (cfr.
Neh. 13:28), hay importantes consecuencias con respecto a la
antigüedad del Pentateuco: Este hecho no sólo certificaría que el
Pentateuco ya existía íntegro entonces, sino también que no era ni
podía ser una compilación de aquellos tiempos. Manasés, que era de la
línea del sumo sacerdote, quedó excluido de esta función debido a que
rehusó separarse de su esposa pagana tal y como la Ley lo demandaba.
En lugar de protestar contra la Ley como no genuina, pasó a mantener
su yugo sobre sus partidarios samaritanos. Esta conducta sólo puede
ser explicada por la firme convicción de Manasés de la genuinidad del
Pentateuco. Fuera como fuera, el Pentateuco existía entonces, y fue
preservado en una línea de copia independiente por los samaritanos.

No se debe confundir el Pentateuco Samaritano con una versión del


Pentateuco al dialecto samaritano de los inicios de la era cristiana. Los
samaritanos poseen así mismo una versión árabe del Pentateuco
fechada en los siglos XI o XII d.C., y otros escritos bíblicos.

LA VULGATA LATINA
La Biblia latina utilizada antes de la Vulgata, la Vetus Latina, no fue
traducida por una única persona o institución y ni siquiera se editó de
forma uniforme. La calidad y el estilo de los libros individuales variaba.
Las traducciones del Antiguo Testamento provenían casi todas de
la Septuaginta griega.»[0]
«Vulgata (en latín vulgata editio, ‘edición popular’), edición de la Biblia
latina calificada de ‘auténtica’ por el Concilio de Trento.
En su acepción original, el nombre se atribuyó a la ‘edición común de la
Septuaginta griega utilizada por los primeros padres de la Iglesia. Más
tarde se trasladó a la antigua versión latina (la Ítala) del Antiguo y del
Nuevo Testamento utilizada con gran frecuencia durante los primeros
siglos de la Iglesia occidental. La actual composición de la Vulgata es en
esencia obra de san Jerónimo, doctor de la Iglesia.

En principio, san Jerónimo recurrió a la Septuaginta griega para realizar


su traducción del Antiguo Testamento, incluyendo partes de los
deuterocanónicos; más tarde consultó los textos hebreos originales.
Elaboró tres versiones de los Salmos, llamados Romanos, Galos y
Hebreos. El Salterio Galo, basado en una transliteración griega de un
texto hebreo, es el que hoy puede leerse en la Vulgata. A petición del papa
Dámaso I, en 382, Jerónimo se había encargado con anterioridad de una
revisión del Nuevo Testamento. Corrigió de forma exhaustiva los
Evangelios; pero los especialistas no se ponen de acuerdo acerca de si las
ligeras verificaciones realizadas en el Nuevo Testamento son o no obra
suya.
Durante los 12 siglos siguientes, el texto de la Vulgata fue transmitido
cada vez con menor precisión. El Concilio de Trento reconoció la
necesidad de un texto latino auténtico, y autorizó el examen de las
versiones corruptas que habían perdurado. En 1546, se decretó que la
Vulgata sería el único texto latino autorizado para la Biblia. Esta
revisión es el texto en latín básico que todavía utilizan los especialistas.
Una moderna reelaboración del mismo, a instancias del papa Pablo VI
como resultado del Concilio Vaticano II, fue completada en su mayor
parte en 1977. Se utilizó para elaborar los nuevos textos litúrgicos en
latín que representaban el fundamento de las liturgias vernáculas
decretadas por el Concilio.»

«Probablemente fue en el año 382 que el Papa Dámaso I le pidió a


Eusebio Hierónimo, conocido ahora como San Jerónimo, hacer una
revisión de las versiones latinas de la Biblia comúnmente usadas. El año
siguiente este erudito entregó al papa su primer trabajo, la revisión de
los Cuatro Evangelios, indicando que había comparado el viejo latín y el
griego. En el Antiguo Testamento empleó la Septuaginta pero después
decidió que debía traducir del hebreo original.
PESHITA SIRIANA
La Peshitta (Sir‚aco: simple comun) es una version cristiana de la Biblia
en idioma siriaco.

El nombre Peshitta fue aplicado a esta versión desde el siglo IX, por Moshe
bar Kepha. Obviamente tenía una historia larga y compleja antes de recibir
tal nombre

Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento de la Peshitta el Nuevo Testamento fueron


originalmente excluidos algunos libros cuya canonicidad por entonces
era disputada. Desde el siglo V se convirtió en la versión modelo de la
Biblia, reemplazando versiones anteriores de los Evangelios. De hecho, el
Antiguo y el Nuevo Testamento corresponden a trabajos separados de
traducciƒn. El Antiguo Testamento de la Peshitta es la más antigua obra
de la literatura siriaca conservada. La mayoría de las obras cristianas de
la época fueron escritas en griego o son traducciones del griego, pero el
Antiguo Testamento de la Peshitta fue traducido del hebreo, de
manuscritos afines al que posteriormente sería el Texto Masorético de
las Biblias hebreas medievales y modernas. Aunque algunos expertos
sugirieron que podría haber sido traducida del arameo desde los
Targumes, esta opinión es ahora descartada, aunque se acepta que hay
influencia interpretativa delas versiones de los Targumes en el
Pentateuco y los Libros de Crónicas, así como algunos pasajes derivados
de la Septuaginta. Especialmente en Isaías y el libro de los Salmos,
probablemente para facilitar su uso litúrgico. Los Deuterocanónicos
fueron traducidos de la Septuaginta, excepto el Sir†cida, que fue
traducido del hebreo, y Tob‚as,que falta en las versiones antiguas de la
Peshitta que en cambio s‚ incluyen 2 Baruc.

El estilo y calidad de la traducción es variable. Algunas partes pueden


haber sido traducidas por judíos que hablaban el siriaco. Por ser el
siriaco originario de la región de Edesa, es probable que la traducción
provenga de allí pero la región de Arbil, la antigua Adiabena, por su
numerosa población judía durante el siglo II, se ha sugerido como otro
probable lugar de origen. Algunos expertos ha sugerido que ciertas
caracter‚sticas del arameo occidental en el texto podría indicar un origen
en Siria o Palestina, aunque el an†lisis de esas caracter‚sticas en
complejo.
SEPTUAGINTA

La traducción más primitiva del Antiguo Testamento.


Algunas de las interrogantes que surgen de la lectura de la Sagrada
Escritura y particularmente del Antiguo Testamento versan sobre la
antigüedad de los textos que poseemos de la Biblia. ¿Cuál es la versión
más primitiva conocida de aquellos libros, sagrados para judíos y
cristianos? ¿Cuáles fueron las versiones del Antiguo Testamento
empleadas por el Señor Jesús y los primeros cristianos? ¿Cuál fue la
fuente de las referencias del Antiguo Testamento recogidas por el
Nuevo Testamento? ¿Cuál fue la versión del Antiguo Testamento con
mayor difusión entre los primeros cristianos?
La versión en griego del Antiguo Testamento llamada "Septuaginta"
constituye una de las fuentes más importantes para adentrarse en la
antigüedad de los textos de la Sagrada Escritura, tal como los conoció
el Señor Jesús. Estos escritos fueron fundamentales para los primeros
cristianos, tanto de origen hebreo como gentil. La Septuaginta fue
reconocida por la naciente Iglesia y leída con la devoción reservada a la
Revelación de Dios.
La Septuaginta constituye un testimonio de fundamental importancia
para remontarse al pasado más remoto de los textos del Antiguo
Testamento. Es una fuente privilegiada para conocer las llamadas
"versiones paleohebreas", o "hebreas antiguas", veneradas por el
pueblo de Israel en épocas anteriores al Señor Jesús, e incluso leídas,
escuchadas de boca de los rabinos y maestros y estudiadas por el
mismo entorno del Salvador.
La Septuaginta conforma el conjunto de las fuentes
veterotestamentarias con otros escritos venerables como los
manuscritos bíblicos de Qumrán, el "Pentateuco Samaritano" y la
"Peshitta", la traducción del Antiguo Testamento del hebreo al idioma
"siriaco", realizada por judeocristianos a finales del siglo I A. de C. La
llamada "Biblia Hebrea" o la "versión Masorética" es bastante
posterior. La Biblia Masorética fue elaborada a lo largo del primer
milenio, ulterior al Señor Jesús, publicándose recién en su forma
definitiva alrededor del año 900 de la era cristiana.
La Septuaginta o, en diminutivo, los "LXX" (Setenta), constituye la
primera traducción de la Ley Mosaica o "Pentateuco" y de los Profetas,
a un idioma distinto al hebreo, lengua considerada "sagrada" por los
fieles judíos. En los decenios posteriores se sumaron a la Septuaginta el
resto de los "otros escritos" en hebreo antiguo o "paleohebreo" de la
Biblia.
Esta monumental empresa literaria fue iniciada en Alejandría de
Egipto durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (285-247 A. de C.).
Como documenta Julio Trebolle, "la traducción de todo un cuerpo de
literatura hebrea a la lengua griega constituye un esfuerzo único de
interpretación en todos los sentidos: ortografía, morfología, sintaxis,
semántica, teología, etc." (1).
La Iglesia cristiana primitiva adoptó la Septuaginta como "escritura
sagrada", sin reserva alguna. La mayoría de los textos del Antiguo
Testamento citados por los Evangelistas y los Apóstoles pertenecen a
los LXX.
Después de la Septuaginta, la más antigua e importante traducción del
Antiguo Testamento en otro idioma fue la versión en lengua Siriaca o
Aramea, llamada "Peshitta", o "Traducción Simple". Su origen se
vincula a la conversión al judaísmo de los monarcas de Adiabene. La
hebraización de la dinastía gobernante de este reino Sirio-Helénico
ocurrió alrededor del año 40 D. de C. El manuscrito de mayor
antigüedad descubierto de la "Peshitta" data del año 464 de la era
cristiana. Dicho texto contiene parte del Pentateuco, aunque falta el
libro de Levítico (2).
El nombre de "Septuaginta" se origina en el número "redondeado" de
sabios que habrían intervenido en la traducción, o más bien en la
"transposición", porque no se "tradujeron" solamente palabras y frases
de una lengua a otra, sino se expresó con lucidez providencial el
sentido auténtico de la Palabra de Dios.
A pesar del recurso a la narrativa empleado por Aristeas en su relato,
la carta parece expresar los hechos esenciales que rodearon la
traducción de los textos del Antiguo Testamento, particularmente el
carácter sagrado del original hebreo, como de la traducción de los
Setenta.
El filósofo judío Aristóbulo, que vivió en Alejandría durante el reinado
de Tolomeo VI Filometor (181-145 A. d. C.), confirmó la existencia de la
versión de los Setenta con anterioridad a la carta de Aristeas.
Aristóbulo atribuyó incluso a Platón el conocimiento de la Ley Mosaica.
El filósofo judío alejandrino relata en una carta al rey Tolomeo que "la
completa traducción de todos los libros de la Ley (fue hecha) en los
tiempos del Rey llamado Filadelfo, vuestro ancestro" (3).
1. 3. Un "texto" inspirado para judíos y cristianos.

Completada la transposición del Pentateuco al griego, se continuó con


la traducción del resto de los libros sagrados. El proceso concluyó
alrededor del año 150 A. de C. El texto griego de los "Setenta" fue
adoptado por una significativa porción de judíos, tanto en Palestina
como en la Diáspora. Los judíos "dispersos" se contaban en cientos de
miles, exilados entre las naciones mediterráneas y del Lejano Oriente,
especialmente Mesopotamia y Alejandría. Esta porción del pueblo
hebreo hablaba griego y participaba de la cultura Helénica, extendida
en Oriente desde Egipto, Etiopía, Palestina, Arabia, Siria, Asia Menor,
Babilonia, Persia, adentrándose incluso hasta la frontera con la India.
El Pueblo Judío estimó la Septuaginta, desde sus orígenes, como
"inspirada", digna de ser leída y estudiada en las sinagogas. Tal opinión
fue compartida por la naciente Iglesia cristiana, que asumió la
Septuaginta como expresión auténtica de la Revelación divina. Los
Evangelistas y los Apóstoles acudieron a los "LXX" cuando escrutaron
las antiguas escrituras en busca de los anuncios proféticos revelados
por el Padre sobre la venida redentora del Hijo.
Dejando de lado los elementos improbables o legendarios de la citada
"Carta de Aristeas" (4), la intención del Rey Filadelfo estaba de acuerdo
con la política cultural de los herederos del imperio de Alejandro
Magno: emprender la helenización de la cuenca Mediterránea y del
Oriente. Con ese propósito se quiso dotar a sus numerosos súbditos
judíos con una versión de la Biblia en griego. En este sentido coinciden
testimonios muy antiguos, como el de Aristóbulo (c. 150 A. de C.), de
Filón de Alejandría, de Flavio Josefo y de Eusebio de Cesarea.
Tanto en Palestina como en la Diáspora hebrea la política del rey
Ptolomeo fue considerada estimable y conveniente por las autoridades.
Ellos promovieron la traducción del resto de los libros bíblicos para el
uso de los judíos "helenizados", escasamente versados en el idioma
hebreo de sus antepasados.
En el fomento de la versión del Antiguo Testamento en un lenguaje
gentil, los líderes judíos estaban siguiendo la senda iniciada en la época
de Esdras, quien fue ministro del rey Atajerjes de Persia. Esta
asimilación cultural fue conflictiva, pero continuó su flujo,
contribuyendo con influencias duraderas. Como explica Abraham
Schalit, la promoción de la traducción de las Escrituras Sagradas judías
por Tolomeo y el reconocimiento de la Torá como la "constitución
legal" del Pueblo Hebreo por reyes extranjeros como el seleúcida
Antíoco III, trajo consigo la alteración de valores entre la población de
Judea, "transformación cuya importancia histórica no es posible
exagerar. Por vez primera en el período del segundo Templo, desde la
época de Esdras y Nehemías, una influyente clase social judía, al mirar
más allá de los confines de su propia cultura, descubría un mundo
desconocido, y este descubrimiento ejerció en ellos una profunda
influencia espiritual y material" (5).
¿Cuál fue la influencia espiritual del helenismo sobre los judíos?
Cuando rige el "Segundo Templo" los nuevos textos recogidos en la
Biblia se alejan del estilo rígido y excluyente del judaísmo "Pre-Exílico".
Por ejemplo, el libro de Jonás muestra una inmensa carga humana
cuando manifiesta su preocupación por la miseria del hombre como
tal, sin hacer distinciones entre judíos y gentiles. En la percepción de
Jonás se descubre un enfoque universal hacia la persona y su destino.
En épocas anteriores los judíos se confirmaban, más bien, en su "razón
de existir", en su identidad como "pueblo elegido" que esperaba su
redención al final de los tiempos. Los llamados gentiles, "el resto" de la
humanidad, incircuncisa y marginada de la Ley de Yahvé, estaban al
margen de la salvación.
Esta preocupación "humanista" no es excluyente a Jonás. También se
descubre en el Eclesiastés, cuando su autor se plantea el problema del
fin último y sentido de la existencia. ¿Podríamos interrogarnos si acaso
esta influencia no habría retornado, del judaísmo hacia el mundo
helénico y posteriormente romano, preparando la conciencia religiosa
e intelectual a los grandes temas que serán respondidos con la
predicación de la Buena Nueva del Evangelio?
La Septuaginta es un testimonio indispensable de esta "apertura
cultural" y una vía fundamental para entrar en contacto con la fe del
Pueblo Hebreo en la época del Señor y en los primeros pasos de la
Iglesia. En el año del nacimiento de Jesús solamente en Alejandría,
Egipto, la población judía sobrepasaba el medio millón de fieles. Los
judíos alejandrinos residían en sus propios barrios y estaban regidos
por Leyes especiales, diversas a las que gobernaban la población local
egipcia o "copta".
El proceso de traducción, culminado en Alejandría a finales del siglo II,
A de C., incluyó libros considerados como sagrados e inspirados, como
I Esdras, Sabiduría, Eclesiástico, Judit, Tobías, Baruc, la "Carta de
Jeremías" (contenida en el libro profético), 1-2 Macabeos y fragmentos
de Ester (10, 4-16; 24).
Los cuestionamientos a la "Canonicidad" (autoridad y fidelidad de los
antiguos libros sagrados) de la Septuaginta aparecieron tardíamente,
concretamente cuando avanzaba el siglo I de la Era Cristiana (6). Los
líderes del llamado "judaísmo fariseo" o "rabínico", la tradición
dominante tras la trágica rebelión de los judíos de Palestina contra los
romanos, entre los años 68 y 70 D. de C., descartaron estos libros
"tardíos" después de la catástrofe que sufrieron bajo las armas
romanas.

ROLLOS DEL MAR MUERTO

Rollos del Mar Muerto ¿Qué son?


Los Rollos del Mar Muerto han sido llamados el mayor descubrimiento
de manuscritos de los tiempos modernos. Fueron descubiertos entre
1947 y 1956 en once cuevas a lo largo de la costa noreste del Mar
Muerto. Esta es una región árida, 21 km al este de Jerusalén y 397
metros debajo del nivel del mar. Los Rollos del Mar Muerto
comprenden los restos de entre aproximadamente 825 y 870 rollos,
representados por decenas de miles de fragmentos. Los rollos están
hechos en su mayoría de pieles de animales, pero también de papiro y
uno de cobre. Están escritos con una tinta a base de carbón, de derecha
a izquierda, sin puntuación, excepto por una sangría ocasional en los
párrafos.

Rollos del Mar Muerto ¿Por qué son importantes?


Los Rollos del Mar Muerto pueden ser divididos en dos categorías --
bíblicos y no bíblicos. Han sido descubiertos fragmentos de cada libro
del Antiguo Testamento (canon hebreo), excepto del libro de Ester.
Ahora, identificados entre los rollos, existen 19 fragmentos de Isaías,
25 fragmentos de Deuteronomio y 30 fragmentos de los Salmos. El
rollo de Isaías, virtualmente intacto, contiene algunas de las más
dramáticas profecías Mesiánicas. Es 1.000 años más antiguo que
cualquier copia previamente conocida de Isaías.

Adicionalmente a los manuscritos bíblicos, hay comentarios


parafraseados del canon hebreo que cubren la Torah, estándares y
regulaciones de la comunidad, reglas de guerra, salmos no canónicos,
himnos y sermones. La mayoría de los textos están escritos en hebreo y
arameo, con unos pocos en griego.

Los Rollos del Mar Muerto parecen ser la biblioteca de una secta judía,
muy probablemente los escenios. Cerca de las cuevas, están las ruinas
de Qumram, una aldea excavada a principios de 1950 que muestra
conexiones tanto con los escenios como con los rollos. Los escenios
eran escribas judíos, estrictos cumplidores de la religión, que parecen
tener un pensamiento Mesiánico y apocalíptico. Parece que la
biblioteca fue escondida en cuevas alrededor del comienzo de la
primera revuelta judía (66-70 A.D.), a medida que el ejército romano
avanzaba contra los judíos.

En base a varios métodos de fechado, incluyendo carbono 14,


paleográfico y de escribas, los Rollos del Mar Muerto fueron escritos
durante el período entre el 200 a.C. y el 68 d.C. Muchos manuscritos
bíblicos cruciales (tales como el Salmo 22, Isaías 53 e Isaías 61) datan
por lo menos del año 100 a.C. Como tales, los Rollos del Mar Muerto
han revolucionado la crítica textual del Antiguo Testamento.
Fenomenalmente, encontramos que los textos bíblicos concuerdan
sustancialmente con el texto Masorético, como también con variantes
de traducciones del Antiguo Testamento.

Rollos del Mar Muerto Dramática Evidencia de la Confiabilidad de las


Profecías Mesiánicas
Los Rollos del Mar Muerto comprenden el más antiguo grupo de
manuscritos del Antiguo Testamento alguna vez hallado, datando
desde el 100 al 200 a.C. Esto es dramático, porque ahora tenemos
evidencia absoluta que las profecías Mesiánicas contenidas en el
Antiguo Testamento de hoy (tanto judío como cristiano), son las
mismas profecías Mesiánicas que existieron antes del tiempo en que
Jesús caminó sobre esta tierra. Sobra decir que la confiabilidad de
manuscritos y crítica textual han avanzado a pasos agigantados.
Chequéelo - ¡No hay duda que Jesucristo era el Mesías esperado por los
judíos!

Rollos del Mar Muerto - El Libro de Isaías


Más de 200 fragmentos de los Rollos del Mar Muerto están guardados
en el Museo del Santuario del Libro, en Jerusalén. Extraordinariamente,
el único rollo intacto exhibido en el Santuario del Libro es el "Gran
Rollo de Isaías" (1Qls-a), el cual contiene el libro completo de Isaías
que leemos hoy -- ¡todos los 66 capítulos! Un número de expertos, de
varias religiones y disciplinas profesionales, han analizado este gran
hallazgo.

El Gran Libro de Isaías fue descubierto en la Cueva 1 en 1947. Fue


identificado como el Libro Bíblico de Isaías en 1948, y comprado por la
Iglesia Ortodoxa Siria en ese tiempo. Israel readquirió el Gran Rollo de
Isaías en 1954 para estudiarlo y preservarlo como un tesoro nacional.
Ha sido expuesto como la pieza central de la exhibición en el museo
Santuario del Libro desde 1965. Un segundo rollo parcial de Isaías
(1Qls-b) fue también descubierto en la Cueva 1, en 1947. Desde
entonces, aproximadamente otros 17 fragmentos de escrituras de
Isaías han sido descubiertos en otras cuevas en Qumram.

En cuanto al fechado, parece que las piezas del Gran Rollo de Isaías
(1Qls-a) han sido fechadas con carbono 14, al menos cuatro veces,
incluyendo un estudio de la Universidad de Arizona en 1995 y un
estudio en ETZ-zurich entre 1990 y 1991. Los cuatro estudios
produjeron un rango de fechas calibradas entre el 335 y 324 a.C. y el
202 y 107 a.C. También han sido conducidos numerosos estudios
paleográficos y de escribas que ubican 1Qls-a aproximadamente en un
rango de fechas entre el 150 y el 100 a.C. (Ver Price, Secrets of the Dead
Sea Scrolls,1996; Eisenman & Wise, The Dead Sea Scrolls
Uncovered, 1994; Golb, Who Wrote the Dead Sea Scrolls?, 1995; Wise,
Abegg & Cook, The Dead Sea Scrolls, A New Translation, 1999.)

Rollos del Mar Muerto - Isaías 53


Los Rollos del Mar Muerto han proporcionado evidencia fenomenal de
la credibilidad de las escrituras bíblicas. Específicamente, el casi
intacto Gran Rollo de Isaías es casi idéntico a la más reciente versión
del texto Masorético del 900 a.C. (Expertos han descubierto un puñado
de errores de escribas, de ortografía y de tiempos de los verbos, pero
nada de importancia.) A la luz de la rica profecía mesiánica de Isaías,
pensamos que sería provechoso reproducir una porción de la
traducción al inglés del texto original en hebreo encontrado en el Gran
Rollo de Isaías. Específicamente, lo que sigue corresponde a Isaías 53
en el Antiguo Testamento de hoy. Recuerde ¡este texto data de entre
100 y 335 años antes del nacimiento de Jesucristo!

Rollos del Mar Muerto - Un Momento Extraordinario en la Historia


Los Rollos del Mar Muerto yacieron intactos en un clima árido,
perfecto, por cerca de 2000 años. En 1947, un pastor beduino podría
decirse que tropezó con el más importante hallazgo arqueológico de la
historia, y luego, un año más tarde, el pueblo judío regresó por primera
vez oficialmente a su patria como una nación desde el 70 d.C. Ya que
los eventos en el medio oriente parecen estar acelerándose, resulta
extraordinario leer profecía previa mesiánica con absoluta certeza,
como en ningún otro momento en la historia. Ahora tenemos la mayor
certeza de que el Antiguo Testamento (Tanakh judío) que leemos hoy,
es el mismo que existió entre el 100 y 200 a.C. Esto significa que más
de 300 profecías del advenimiento del Mesías en el Antiguo
Testamento, existían previamente al nacimiento de Jesucristo.
¡Depende de nosotros el determinar qué hacer con esta realidad!

CODICE LENINGRADO
El Códice de Leningrado, o Leningradensis, es la Biblia Hebrea
COMPLETA más antigua que se conserva. Mientras que conservamos
partes de la Biblia, o libros completos, más antiguos que este Códice,
sin embargo no existe en la actualidad ningún manuscrito más antiguo
que conserve la Biblia Hebrea completa.

Es uno de los mejores representantes del texto masorético, y data del


año 1008/1009 d.C.

Se conserva en San Petersburgo (Rusia), en la Biblioteca Nacional Rusa


(Saltykov-Shchedrin), donde llegó a mediados del siglo XIX. Desde
1917 hasta 1991 la ciudad se llamó Leningrado, de donde deriva el
nombre del manuscrito. Es el manuscrito B19a de esta biblioteca.

Se usa hoy como texto básico de las principales ediciones modernas


impresas de la Biblia hebrea. Es el texto usado por la Biblia Hebraica de
Rudolf Kittel a partir de su tercera edición (1937), y de la Biblia
Hebraica Stuttgartensia.

TEXTOS HEBREOS
LA BIBLIA: GRIEGA, CRISTIANA, HEBREA

El Reinado Ptolomeo (Tolomeo)


La historia de la Biblia comienza en el tercer siglo a.C. en el Egipto
Helénico al tratar de darle unidad a escritos de diversas culturas y de
distintas épocas con el fin de construir una historia del Medio Oriente
adecuada a las aspiraciones políticas de la época. Se utilizaron textos
llegados de todo el Medio Oriente y que formaban la biblioteca de
Alejandría.

Los textos precursores de la Biblia se escribieron en la biblioteca de


Alejandría.
Estos escritos fueron hechos por encargo del rey griego Ptolomeo de
Egipto.

Por primera vez se reunieron textos de diversos orígenes para


conformar lo que sería la Biblia.

En la biblioteca de Alejandría se seleccionaron varios textos de


diversos orígenes, principalmente Mesopotámico, Egipcio, Acadio,
Fenicio, Persa, Arameo y Árabe.

Algunos de estos textos ya habían sido traducidos de sus lenguas


originales al arameo imperial, que era la lengua oficial del Imperio
Persa. El Imperio Persa había dominado la región antes de los
helénicos y textos de diferentes culturas y de distintas épocas fueron
reescritos en la lengua y en el alfabeto oficial del Imperio Persa, es
decir, el arameo imperial. Ahora bajo el reino helénico de los
Ptolomeos, estos textos fueron traducidos al griego. Se escribieron en
rollos y aún se leían por separado.

Muchos textos fueron traducidos del arameo imperial al griego

Hay que recordar que (por los cambios azarosos que da la


interpretación de la historia) hoy en día al arameo imperial se le llama:
hebreo, por lo que erróneamente se dice que los textos fueron
traducidos del hebreo al griego. Realmente debe decirse que fueron
traducidos del arameo al griego.

Los textos precursores de la Biblia se escribieron en griego y se les


conoce como la Septuaginta o Biblia Griega

Años más tarde esta Biblia Griega conocida cono la Septuaginta fue
reproducida, en parte, en los llamados "Rollos del Mar Muerto" entre
otros textos.

Cambios a lo largo de 500 años en la redacción de la Biblia

La redacción de esta historia continuó hasta 200 años d.C. La creación


de Judá en el siglo 2 a.C., dio un nuevo impulso a la redacción de estos
textos, tiempo en el que se realizaron cambios, se ajustaron y
adaptaron a esta nueva identidad para fortalecerla políticamente en su
lucha contra el Imperio Seleúcida asentado en Siria. Se hicieron nuevas
traducciones al arameo y se complementó con textos locales.
Se crea Judá en la época helénica
La adopción de la Septuaginta fortaleció políticamente a los reyes
Ptolomeos y a sus aliados y protegidos en Palestina, los dirigentes
Macabeos, ambos en pugna contra los reyes griegos Seléucidas que
disputaban Jerusalén y sus alrededores.

La Biblia en el Imperio Romano


En el segundo siglo d.C., durante el Imperio Romano, por primera vez
en la historia se reunieron los textos aislados en un sólo volumen en lo
que vendría siendo la primera confección de la Biblia como libro. Antes
sus componentes estaban en rollos separados. En la época romana se
le identificaba como la LXX (La Setenta). Más adelante los cristianos la
adoptaron y la reunieron con el Nuevo Testamento y se conformó la
Biblia Cristiana, escrita también en griego. Posteriormente fue
traducida al latín (300 a.C.), al arameo siriaco (500 d.C.) y al árabe (700
d.C.).

La Biblia Hebrea
Finalmente se escribió la Biblia Hebrea (1000 d.C.) sí leyó usted bien:
mil años después de Cristo. Fue escrita originalmente buscando
recuperar textos pre islámicos, esta actividad estuvo a cargo de los
Masoretas o tradicionalistas quienes tradujeron los escritos del latín,
griego, arameo siriaco y árabe a los caracteres del arameo imperial
(ahora llamado hebreo), caracteres que tenían más de mil años de no
usarse. A esta traducción, adecuación y escritura en arameo imperial se
le llamó Biblia Hebrea. Es el primer escrito en lo que se llama hebreo
Bíblico. Ahora se había olvidado el arameo imperial y renacía con el
nombre de hebreo, junto con numerosos mitos sobre su origen remoto.

Los principales Masoretas que confeccionaron esta versión de la Biblia


fueron los integrantes de la familia Asher a lo largo de al menos tres
generaciones del siglo VIII al siglo IX d.C. Finalmente la versión de
1000 d.C. es la que ha permanecido sin cambios hasta ahora.

Los textos hebreos son pocos y mayormente recientes.


Antes de descubrirse los Rollos del Mar Muerto, los más antiguos eran
de los siglos IX al XI d. C.
La Biblia hebrea de estudio más usada - la tercera ed. de la Biblia
Hebraica, editada en Alemania por Rodolfo Kittel-, se basa en el Códice
de Leningrado, B19ª, terminado en el año 1008 d. C.

En la nueva edición de esta Biblia (1978), denominada Biblia Hebraica


Stuttgartensia o BHS, editada por Karl Elliger, el aparato crítico (es
decir las notas donde se comparan las variantes que aparecen en los
diferentes manuscritos) fue enteramente revisado y puesto al día,
incluyéndose la evidencia de los Rollos del Mar Muerto y de otros
hallazgos.

Sin embargo, el texto hebreo sigue siendo mayormente una


reproducción del Códice de Leningrado. Este códice es uno de varios
manuscritos hebreos importantes asociados con la familia de ben Aser,
famosa familia judía de eruditos masoréticos en Tiberias durante cinco
generaciones.

Los masoretas (palabra que deriva de una raíz aramea que signífica
transmitir", "entregar") fueron los custodios del texto hebreo
tradicional desde el siglo VI hasta el siglo XI d.C. Inventaron un sistema
de vocalización para el texto hebreo, que hasta ese momento se
escribía sin vocales, y establecieron reglas para la transmisión fiel del
texto bíblico tal como existía en su tiempo. Por esto el texto hebreo
estándar se conoce como texto masorético (TM).

Existen otros cuatro manuscritos hebreos que contienen el texto


de ben Aser.

El más antiguo de éstos es el Códice de El Cairo, que contiene los


profetas anteriores (denominación judía, que abarca desde Josué hasta
Reyes), y los profetas posteriores (denominación judía para los
profetas mayores y menores, excepto Daniel), escrito por Moisés ben
Aser y fechado en el año 895 d. C.

El Códice de Leningrado de los profetas posteriores está fechado en el


año 916 d.C.

El Códice del Museo Británico (Oriental 4445) es un manuscrito


incompleto del Pentateuco, fechado en el año 950 d. C.

El Códice de Alepo (así llamado porque durante siglos se conservó en


esa ciudad de Siria), que originalmente contenía todo el AT, pero que
ahora está incompleto, se considera como el más precioso de todos.
Este códice, corregido y puntuado por Aarón ben Aser en el año 930 d.
C. es la base de una nueva edición crítica de la Biblia hebrea publicada
en Jerusalén. En nuestros días, este manuscrito es designado
generalmente como Kéter Aram Tzová (Kéter “corona” y Aram Tzová
es el antiguo nombre hebreo de Alepo).

Estos manuscritos representan la culminación del trabajo de los


escribas hebreos pero la fecha de su escritura dista muchos siglos del
momento cuando los autores de la Biblia hebrea los escribieron.

¿Por qué son relativamente recientes los manuscritos hebreos


existentes?

Son dos las explicaciones principales de este fenómeno.

En primer lugar, a través de los siglos las guerras y la persecución casi


lograron destruir por completo estos antiguos documentos, y por otra
parte, la costumbre judía establecida era de enterrar los anteriores
manuscritos para proteger de profanación el nombre de Dios.

Cuando un manuscrito estaba viejo, lo ponían en la geniza


("escondite"), un cuarto de la sinagoga situado en el sótano o en el
altillo, pero siempre escondido. Cuando la geniza se llenaba, todos los
manuscritos se enterraban con gran ceremonia. Se permitía así que la
naturaleza destruyera los manuscritos. Por estas dos razones son
pocos los manuscritos hebreos antiguos que se han descubierto.

Sin embargo, a pesar de que los manuscritos hebreos que existen


son relativamente recientes, hay razón para creer que
representan con precisión el texto básico de las Escrituras
hebreas escritas por sus autores originales. Esta confianza se basa
en lo que se sabe del método de trabajo de los escribas.

En Soferim, tratado menor del Talmud babilónico, en cuyos 21


capítulos se dan instrucciones precisas sobre la copia de MSS, se
detallan los materiales que debían usarse, el tamaño de las columnas,
de los espacios y de las letras; la forma de escribir los nombres de Dios,
la ordenación de las letras y la reverencia con que debían tratarse los
MSS de la Torah. No debía cambiarse ni una letra, aunque se supiera
que era un error de ortografía. Ni una letra debía copiarse de memoria,
para que no hubiera alguna posibilidad de error.
MASORETAS

tip, MANU ver, MANUSCRITOS BÍBLICOS vet,(de «Massorah»:


«tradición», es decir, el conjunto de todas las enseñanzas que tratan el
texto sagrado, conservadas durante largo tiempo por tradición oral).

Los masoretas, rabinos judíos de Tiberias y de Babilonia, nos


transmitieron el AT en su forma actual. Sus actividades se extienden
entre el siglo V y X d.C. Al principio fijaron el texto eligiendo un ms.
entre todos los mss. de que disponían. A continuación copiaron el texto
con un extraordinario cuidado. Según ciertos escribas, un error en una
sola letra hacía que el ms. no pudiera ser utilizado.

Anotaron después el texto con el fin de impedir toda añadidura u


omisión, indicando en el margen la cantidad de letras, el número de
ciertas expresiones, la letra central, la palabra y el versículo central en
cada libro o colección de libros; cuando un vocablo les parecía
incorrecto, lo dejaban dentro del texto («kethib») y ponían en el
margen las consonantes del vocablo corregido («Keri»). Inventaron la
puntuación vocal. Hasta el siglo V d.C., el texto heb. de la Biblia tenía
sólo consonantes.

La tradición era suficiente para asegurar una lectura normal. Pero, a


medida que el pueblo judío se asimilaba en el seno de las naciones a las
que había sido dispersado, se corría el riesgo de que se fuera
perdiendo paulatinamente la pronunciación exacta de las palabras. Fue
para fijar esta pronunciación que los masoretas inventaron los puntos
de vocalización. Estos (puntos o pequeños trazos) se situaron sobre o
debajo de las consonantes, sin perturbar la integridad del texto
consonantal tradicional.

Finalmente, inventaron también un peculiar sistema de acentos,


destinados a conservar, en la lectura del texto, los matices de tono y
sentimiento, así como el ritmo apropiado para la lectura de la Biblia
hebrea ( véase MANUSCRITOS BÍBLICOS).

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