“El nombre de la rosa” es una película basada en la novela homónima de Umberto
Eco. La historia comienza con la aparición de un muerto en un monasterio medieval. Para investigar el caso, la Santa Inquisición envía a Guillermo de Baskerville y a su ayudante Adso. Conforme estos van investigando, van apareciendo otros muertos y esto provoca que los monjes se alteren y comiencen a atribuir las muertes a diferentes profecías relacionadas con el diablo, ya que todos los muertos aparecen con las mismas características (la lengua negra, manchas de tinta en los dedos y tras haber estado en la biblioteca). Guillermo quiere acceder a la biblioteca, pero nadie le deja entrar a ésta, ya que para los monjes es un sitio de estudio y tranquilidad, prohibido a todos aquellos ajenos al monasterio. Guillermo comienza a sospechar que sea a causa de un libro maldito o escrito con tinta envenenada. Guillermo descubre cómo acceder a la biblioteca por una especie de laberinto. Al llegar al final del laberinto, se encuentra con un espejo, el cual debe abrir, aunque en un principio no sabe cómo abrirlo. Guillermo logra abrir el espejo tras mucho pensar, y se encuentra tras éste una pequeña sala con un monje viejo y sabio. Éste le entrega un libro a Guillermo y a su ayudante. El libro es un libro prohibido, ya que es un libro cómico, escrito con tinta envenenada y es utilizado por el monje anciano para matar a todos aquellos que tienen tentaciones de leerlo. Guillermo va a leer el libro y se pone un guante para no morir envenenado, entonces el monje coge el libro y comienza a comérselo, y más tarde provoca un incendio con el libro. Adso logra huir, aunque Guillermo queda atrapado. El monje muere de envenenamiento y calcinado. Guillermo logra salir del monasterio incendiado y salvar algunos libros. La Santa Inquisición huye en una carreta y queda atrapada y a punto de caer por un barranco, los monjes y la ciudadanía tiran la carreta con ésta dentro por el barranco. Mientras todo esto ocurre, la Santa Inquisición condena a un monje loco y a una chica, éstos están acusados de mantener relaciones con el diablo. Durante el incendio todos huyen y dejan allí colgados al loco y a la chica. El loco muere calcinado y la chica logra salvarse. Ésta se encontró con Adso con el que mantuvo relaciones sexuales, Adso la quería, pero la dejó allí y siguió con su maestro, al llegar al lugar de destino éstos se separaron y nunca más han vuelto a saber el uno de otro.
Doctrina
La historia de la película se desarrolla en plena Edad Media, época en que la religión
cristiana era el único pensamiento imperante, hasta el punto de que el sacerdote era no solo el representante de Dios sino el dueño del poder natural y sobrenatural, al punto de que disponía de la voluntad y la dignidad de los creyentes. En esta época, que también se ha denominado el oscurantismo, predominó la Fe sobre la Razón de tal manera que los teólogos y ministros de la iglesia eran los únicos cercanos a Dios, y los dogmas teológicos se imponían y negaban cualquier otra interpretación que no estuviera ajustada a la Fe cristiana. La película El Nombre de la rosa es una descripción sintética de lo que fue la Edad Media en lo referente a la doctrina y las prácticas de la religión cristiana. Podría decirse que muestra la época oscura y repudiable de la Iglesia católica; pero también nos muestra el comienzo de los movimientos reformadores que se personifican en el Fraile Guillermo y su joven discípulo que indagan y corrigen las practicas erróneas; también escudriñan aspectos referentes a los dogmas de fe y las prácticas y disciplinas imperantes, para imprimirles reformas serias y acordes con los dogmas de la verdadera Iglesia. La labor del Fraile Franciscano Guillermo y su discípulo no se quedan en lo formal; escudriñan bibliotecas, consultan a Aristóteles y promueven el nuevo pensamiento Cristiano; acaban con el martirio de la hoguera como práctica de purificación y de martirio, y promueven la doctrina del perdón y del amor de Dios, llegando a simbolizar que hasta los mismos pecados de la carne, soterradamente practicados pero cruelmente castigados en la Edad Media son perdonados por Dios. Igualmente se aclara que solamente Dios perdona y que en la tierra lo hace atreves de sus ministros. En la Edad Media se rechaza tácitamente la dualidad y el equilibrio entre la Fe y la Razón predominando solamente la Fe, de tal manera que, la única palabra verdadera es la que expresan los ministros de la única iglesia de Dios y cualquier otro movimiento ideológico o cualquier práctica religiosa o humana diferente, es considera como una herejía, por lo cual el infiel era castigado hasta con su muerte que por lo general era el sacrifico de la hoguera. Son muchos los errores y los abusos que se cometen en esta época en nombre de Dios, de la Fe y de la Iglesia. Este acontecer oscuro de la Iglesia tiene que ser superado; y es así como surgen movimientos de rectificación y reorientación; unos ajustándose a las verdades reales de la doctrina de Jesucristo y otros que se salen del marco teológico, dogmático y disciplinario de la Iglesia. Es así como surgen movimientos diferentes de rectificación que dan origen a los nuevos rumbos legales de la iglesia y también al surgimiento de sectas religiosas que se apartan de los dogmas legítimos de la iglesia como surgió con Martin Lutero y Juan Calvino que presentaron y practicaron reformas hasta el punto de apartarse del dogma Católico, Apostólico y Romanos y dan origen a las sectas religiosas que llevan sus nombres.
Esperanza
Una de las escenas donde se observa la esperanza es cuando Guillermo y Adso se
separan para siempre. Esta escena ocurre de la siguiente manera: La abadía ardió durante tres días y tres noches y todo quedo destruido. Fue algo horrible. Guillermo y Adso emprendieron la huida, pero llegó el momento de separarse ya que cada uno tenía diferente destino. A Adso le dio mucha pena separarse de Guillermo al que admiraba profundamente a pesar de sus errores. Este le dio ánimos de cara al futuro diciéndole que era un joven con gran porvenir y en ese momento le regaló una de las lentes que tenía para que tuviera un recuerdo suyo. Con un gran abrazo se despidieron para siempre. Aún Adso, años después, volvió a la abadía a contemplar sus ruinas. Encontró ruinas, desolación y miseria, si bien como conocía todos los entresijos del convento, se internó entre sus ruinas y aún encontró en algunos rincones restos de folios y de libros que con gran cariño trató de recomponer.