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Carta de un niño autista a su

maestra
 Una madre de un niño autista agradecida por la labor de la maestra
de su hijo escribe una carta que cuenta las sensaciones que le
transmite su hijo · Muestra las dificultades y el espíritu de
superación

Lo que tiene el pasear es que cuando vas por la calle uno se encuentra
con personas y, aunque parezca de perogrullo, todas esas personas que
deambulan y se cruzan tienen una vida detrás. Existencias que se van
rozando con una experiencia vital única y que quizá nunca más se
vuelvan e encontrar. En este caso, la cobertura de la Gala del Autismo el
pasado 11 de noviembre provoca que varias de esas experiencias se
encuentren.

Una de las asistentes al evento, Beatriz Sánchez Garcés tenía la


intención de agradecer públicamente la labor de la maestra de su hijo
autista, de una forma muy personal. Ha escrito una carta contando las
sensaciones que le transmite su hijo en todo su difícil proceso de
aprendizaje. El nombre de la docente es María José Iglesias Salinas, y
es maestra de apoyo a la integración en el colegio Fermín Salvochea. La
carta dice así:

Mi querida maestra: Tú sabes bien que corren tiempos difíciles para eso
del oficio de enseñar y que es compleja en mi caso, la tarea de aprender.

Los expertos dicen que soy un niño autista, que tengo dificultades para
entender el mundo de los pensamientos y de las emociones, y que mis
capacidades para el simbolismo y la imaginación se encuentran
afectadas.

Sin embargo tú, querida maestra, sólo viste en mí a un niño y te


empeñaste en descubrirme un cielo lleno de estrellas. Juntos iniciamos el
camino y lo esperaste todo de mí... y pude soñar los sueños de Peter
Pan y descubrir las aventuras de Tom Sawyer.

Contra todo pronóstico, fui capaz de imaginar, de perfilar las formas de


mi mundo, y dibujé campos verdes, piratas en busca de tesoros y osos
seducidos por las galletas de chocolate. Las hojas de mi cuaderno
dejaron de ser blancas y ausentes para llenarse de vida.

Fueron posibles otros milagros. Llegó la lectura y la escritura, descubrí


que las palabras tienen alma y que la mirada de mi maestra traspasa
soledades.

Todo gracias a ti. Gracias por confiar en mí, por esperar de mí, por sentir
que yo también era y también podía. Porque fuiste cómplice, mi amiga,
mi hada buena, y juntos cada día, más allá de las dificultades,
reinventamos la vida en el universo infinito de mi pequeña escuela.

En un acto donde los focos alumbraban a los artistas que colaboraron


desinteresadamente, donde la noticia es si venía o no Francisco Rivera
con la novia a presentar la gala, los verdaderos protagonistas eran los
niños autistas, la vida de sus familias y esa sensación que trasmite la
carta entre el sufrimiento vivido y la alegría de la superación. En el
recuerdo una frase de la madre, Beatriz, que en este mes no ha
abandonado el pensamiento: "Si no la publicas rómpela, que es algo muy
personal", dijo.

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