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(a cura di)
PRIMA ALFABETIZZAZIONE
Tra percorsi di ricerca e innovazioni educative
VALORE ITALIANO
TM
CAPITOLO 3
1
DIE-Cinvestav, Instituto Politécnico Nacional, México. Datos de tesis de doctorado de
la primera autora bajo la dirección de la segunda autora.
el tipo de análisis de los textos obtenidos, que tiende a ocuparse
predominantemente del tipo de unidades sintácticas puntuadas y de los
signos usados para su delimitación. Esas unidades son evaluadas según las
categorías gramaticales predeterminadas por el adulto (oración, proposición,
cláusula, sintagma, etc.) dando lugar a una clasificación de respuestas en
términos de la dicotomía correcto/incorrecto (signos bien o mal usados;
textos bien o mal puntuados).
Son pocos los trabajos que, desde una orientación prescriptiva, han
recurrido a otras metodologías. Solo encontramos los trabajos de
Lemaître (1999) en aulas de educación primaria francesas y Roselló
(2011) en aulas de educación secundaria españolas. Lo que diferencia a
estas dos investigaciones de las antes citadas es que estos investigadores
solicitaron a los niños y jóvenes que puntuaran textos ajenos y que
respondieran a una entrevista oral (los de primaria) o escrita (los de
secundaria) donde se les solicitaba que explicitaran los razonamientos y
conocimientos que tenían sobre la puntuación usada. El análisis y
clasificación de las respuestas de los niños y jóvenes están permeados por
una mirada normativa. Por tanto, sus datos están igualmente centrados en
la dicotomía error/acierto.
Desde otra orientación teórica, la psicolingüística con perspectiva
psicogenética, Ferreiro (1996a, 1996b y 1999) inició una serie de estudios
orientados a explorar los procesos cognitivos que siguen los niños para
incorporar a sus escrituras recursos como la puntuación. Ferreiro analizó
un extenso corpus de 870 reescrituras del cuento tradicional de
Caperucita Roja realizadas por niños italianos, brasileros e hispanos (de
Argentina, Uruguay y México). Observó, como otros autores, que la
puntuación aparecía primero en los límites del texto y poco a poco
progresaba hacia el interior. Pero, ¿por qué el tránsito de la puntuación
hacia el interior del texto es tan lento? Una ventaja del texto elegido es
que tiene varios episodios con discurso directo entre los personajes.
Efectivamente, uno de los lugares tempranos para la puntuación interna
es el límite entre discurso directo e indirecto. Otro lugar son las listas (de
nombres o de onomatopeyas, en este caso). Ese trabajo alertó sobre la
necesidad de tomar en cuenta los signos de puntuación en función de los
tipos de texto así como la tarea propuesta: puntuar un texto propio o bien
revisar un texto ajeno para puntuarlo.
El repertorio actual de signos de puntuación incluye una considerable
cantidad de marcas cuyo listado es problemático porque no todas las
lenguas incluyen las mismas marcas ni siempre mantienen la misma
función. Pero entre las marcas gráficas compartidas en las lenguas escritas
del mundo occidental (Tournier, 1980) es posible distinguir dos tipos de
signos. Por un lado se ubican los puntos y comas (que llamaremos
puntuación básica). Son signos separadores de elementos gráficos que
deben ser procesados como una unidad (sintáctica o discursiva). Las
Academias tienden a concebir esta puntuación como estrictamente
normativa. La Real Academia Española señala que “los signos de
puntuación son los signos ortográficos que organizan el discurso para
facilitar su comprensión, poniendo de manifiesto las relaciones sintácticas
y lógicas entre sus diversos constituyentes” (RAE, 2010: 20-21), mientras
que la Accademia della Crusca define que “la punteggiatura riguarda
esclusivamente l'organizzazione sintattica del testo scritto” (Accademia
della Crusca, 20042). Esta puntuación normativa se aplica de preferencia a
textos informativos, científicos, instructivos o jurídicos donde prima la
estructura descriptiva y argumentativa y donde la escritura se aparta
sensiblemente de la oralidad. Por otro lado están los signos de
interrogación y de exclamación (que llamaremos puntuación expresiva)
que indican cualidades singulares de actos de habla como las modalidades
de la enunciación y aluden a los estados mentales del emisor. A diferencia
de la puntuación básica, el uso de los signos expresivos queda a la elección
del autor según el propósito comunicativo y el tipo de texto a producir.
Esto último es constatable cuando se trata del uso de la puntuación en
textos de narrativa literaria con discurso directo, en las historietas (globos)
o en los textos propagandísticos donde los criterios para usar puntuación
siguen un enfoque retórico-prosódico que busca generar matices y efectos
expresivos o poéticos (Testa, 2009). Cabe aquí señalar un aspecto
particular del uso de puntuación expresiva en el español escrito: el uso de
signos dobles. Esta particularidad de señalar con un signo la apertura de los
enunciados interrogativos y exclamativos tiene su origen en la prescripción
de la Real Academia Española incorporada en la Ortographia de 1754.
Los otros signos, de creación más reciente y mucho menos utilizados
por los niños (paréntesis, comillas, guiones, etc.) merecen un tratamiento
aparte aunque, como veremos, algunos de ellos asumen ocasionalmente
una función expresiva.
Desde el punto de vista de un experto, la división del texto mediante
la puntuación tiene la finalidad de orientar la interpretación del lector
2
Consultado en http://www.accademiadellacrusca.it/it/lingua-italiana/consulenza-
linguistica/domande-risposte/punteggiatura, junio 2016
según los propósitos comunicativos que persiga el autor (Nunberg, 1990).
Durante el proceso de producción de un texto propio, es muy difícil
asumir al mismo tiempo las funciones de autor –que está poniendo en
acto sus intenciones– y del lector, quien debe inferirlas. Esta es una
descentración difícil a cualquier edad, más aún en niños pequeños.
En una investigación realizada por Castedo como secuencia didáctica se
puso en evidencia que la puntuación de textos propios (epígrafes para fotos)
se incrementa notablemente durante la tarea de revisión (Castedo, 2003;
Castedo y Ferreiro, 2010). A partir de esta aportación, los estudios sobre este
tema (Dávalos, 2008; Möller, 2010; Espinoza, 20113) y temas relacionados
como el formateo (Ferreiro y Kriscautzky, 2003; Ferreiro, Baez, 2009)
recurrieron a textos ajenos por tres razones principales. Primero, concentrar
al niño en las marcas de puntuación, liberándolo de la tarea de construir
mentalmente y poner en palabras gráficas un texto. Segundo, presentar textos
para puntuar que los niños conocen como lectores pero no han tenido la
ocasión de producir (historietas, coplas, notas enciclopédicas o periodísticas,
adivinanzas…). Tercero, facilitar la comparación entre las respuestas gráficas
y las justificaciones de las mismas.
Estos estudios han cambiado las preguntas de investigación: con la
hipótesis de que las respuestas ajenas a la norma dan pistas para
comprender la evolución en la conceptualización de esos signos huidizos
que no son letras, aunque “van con las letras” (Ferreiro y Teberosky,
1979:72), se diseñan situaciones que ponen a pensar a los niños
recurriendo a una metodología derivada de los clásicos estudios
piagetianos (entrevista crítico-clínica). En lo que sigue, presentamos
algunos datos de una nueva investigación sobre la puntuación que
presenta datos insospechados.
3
Todos estos trabajos son tesis de posgrado, incluido Baez, 2009.
4
Consultado en: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL003240.pdf, abril 2012
narrador (recuadros) introdujimos adjetivos calificativos, verbos de decir
y verbos de acción que expresan modalidad de la enunciación con la
finalidad de indagar la relación antedicha, así como el pasaje de una
puntuación guiada por criterios gráficos hacia criterios textuales. Todas
las grafías que usamos son mayúsculas para evitar que los niños tuvieran
que transformar algunas letras, ya que la asociación entre punto y
mayúscula es muy precoz. Por supuesto, eliminamos la puntuación.
Varias investigaciones independientes realizadas en distintas lenguas
han puesto de manifiesto un precoz uso de puntuación no convencional
en el final de la línea gráfica (Chanquoy y Fayol, 1991; Cordiero, 1988;
Edelsky, 1983; Hall, 1996; Lemaître, 1999; Leal y Guimarães, 2002). A
pesar de las diferencias escolásticas de los países donde realizaron los
estudios, todos los autores buscan en la enseñanza o los modelos externos
la razón de esta puntuación de final de línea gráfica: podría ser el
resultado del uso de oraciones simples con mayúscula inicial y punto
final en el pizarrón y en libros didácticos. Ninguno de estos estudios da
cuenta de los procesos psicológicos subyacentes a los usos de puntuación
de los niños. Mucho menos imaginan que pueden crearse situaciones para
que los niños justifiquen y razonen sobre la puntuación elegida.
Combinación 2 4 6 TOTAL DE
CASOS POR
° º º COMBINACIÓN
Discriminato PB// PB-
rias - 8 9 17
Exp
PB// Exp 4 7 4 15
0// Exp 4 2 3 9
PB//0 1 1 1 3
No PB//PB - - 1 1
discriminatorias
PB-Exp
3 1 1 5
//PB-Exp
PB-Exp //
3 - 1 4
Exp
Exp // Exp 5 1 - 6
Combinacio PB-Exp //PB - - - -
nes
NO PB-Exp //0 - - - -
realizadas Exp //PB-
- - - -
Exp
Exp //PB - - - -
Exp //0 - - - -
0//PB-Exp - - - -
0//PB - - - -
TOTAL DE 2 2 2
CASOS POR GRADO 60
0 0 0
Cuadro 1. Combinaciones posibles de PB y Exp en recuadros y globos y frecuencia de
cada combinación realizada por grado escolar.