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Luis Porter1
Resumen
Mi ponencia trata sobre el futuro del sistema modular en la universidad del futuro entendiéndola
como un espacio público recuperado (desescolarizado) donde la comunicación no excluye al
afecto y otros valores fundamentales de la naturaleza humana. En esta instancia imaginada la
educación ocurre entre ritmos lentos y silencios, imprescindibles para dar profundidad y sentido a
los diálogos que estructuran cada acto y sus intervalos. Este texto se ubica fuera del ámbito del
“ensayo científico”, para acercarse a una narrativa analítica concentrada en aquellos asuntos
relacionados con los abordajes a la didáctica que podrían prevalecer dentro de este nuevo
concepto de universidad. La ponencia trata aspectos teórico filosóficos que consideramos de
relevancia para la academia, en la que invitamos al lector a formar parte de un taller en el que
experimentemos formas que afectan las tradicionales maneras de vinculación “teoría/práctica”,
que afectan las relaciones “maestro-alumno”, “maestro-maestro” y “alumno-alumno”. Cuando se
convoca a hacer uso de la imaginación, este encuentro esperanzadoramente puede involucrar
procesos terapéuticos que lleven a construir la casa del conocimiento en el terreno del arte y del
diseño que es decir, de la poesía.
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Luis Porter Galetar es fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana, (1975), profesor-
investigador del área de “Educación para el Diseño” en la División de Ciencias y Artes para el
Diseño, Unidad Xochimilco. Es Doctor en Educación por la Universidad de Harvard; especialista
en planeación por el Instituto Tecnológico de Massachusetts; arquitecto y maestro en urbanismo
por la UNAM. Colaboró como investigador asesor en ANUIES y en la Subsecretaría de
Educación Superior e Investigación Científica (SESIC) de la SEP. Desde el año 2000 hasta la
fecha coordina junto con Eduardo Ibarra y Daniel Cazés, el proyecto titulado: “La Educación
Superior Pública en el Siglo XXI” con sede en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades de la UNAM. De sus publicaciones destacan: “La Universidad de
Papel” (2003, 2008, UNAM); “Educación e Imaginación, complejidad y lentitud en la enseñanza
del diseño” (2008, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez); es coautor de Geografía política de
las Universidades Públicas Mexicanas (2003, 2004, UNAM). Investigador Nacional Nivel 2 del
Sistema Nacional de Investigadores, CONACYT. vlporter@yahoo.com
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PRIMERA PARTE
En este contexto, utilizamos el término “didáctica” entendido como parte de la pedagogía que
describe, explica y fundamenta formas adecuadas sobre hábitos, técnicas y modalidades para
compartir el desarrollo del conocimiento, incluyendo el relativo a nuestro propio conocer (meta-
encaminados a una mejor comprensión de las ciencias”. Etimológicamente “didáctica” viene del
griego didastékene vocablo conformado por: “didas” que significa enseñar, y “tékene” que
significa arte. La didáctica, definida por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua como
arte de enseñar, es considerada por algunos autores como la ciencia que se encarga de la práctica
docente y los elementos involucrados en ésta. También la define como “el campo disciplinar de
el futuro, estaremos obligados a hacer precisiones sobre la concepción del arte y la ciencia en el
conocimiento que puedan tener los maestros entre sí, en los momentos en que se reúnen a trabajar
común ocurre en el salón de clases donde nos reunimos con nuestros estudiantes. Otra manera,
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también puntual o aislada, es la labor que desarrollamos en nuestra mesa de trabajo: leyendo,
atmósfera de una institución educativa no reside en la labor individual aislada, sino en las
relaciones vivas que mantenemos con colegas y estudiantes. Estas relaciones ocurren en el
lenguaje, puesto que como afirma Maturana: “nosotros los seres humanos vivimos como lenguaje
nuestro dominio relacional como una manera de vivir en interacciones recurrentes en lo que un
consensuales de conducta. Por ello, el conversar con nuestros colegas lo consideramos como una
burocrático, que consume nuestro tiempo en forma cada vez más absorbente. Nos interesan las
relaciones los que otorgan vida, contenido y sentido al hecho educativo. Nos dedicaremos
entonces a hacer un análisis de estas relaciones para imaginar como podrían ser las estrategias
educativas del futuro en cuanto a las relaciones, criterios, valores y condiciones que podrían
transmitir/compartir conocimiento, tanto con las generaciones más jóvenes como con las de sus
colegas.2
2
La tecnología de la comunicación actual presagia profundos cambios en el concepto de relaciones verticales
anticipando un nuevo tipo de jerarquía plana básicamente compuesta de niveles o “capas” que se sobreponen en un
esquema horizontal no muy diferente al de una “lasagna”. La tecnología actual permite concebir formas de
enseñanza/aprendizaje en modelos organizativos que no requieren de la burocracia administrativa cuya presencia hoy
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Hacia la “no-universidad”: la utopía
nuestros límites y no pensar que sabemos más de lo poco que sabemos. No hay perfecciones o
completo e incompleto a la vez, limitado a su manera, por lo tanto los “qué”, “por qué” y “cómo”
no producen fórmulas o modelos, simplemente nos llevan a tratar de dar respuesta a una situación
específica. Imaginamos una didáctica en el seno de una sociedad menos “escolarizada”, donde es
posible indagar sin presuposiciones un mundo diferente. Aun así, la tarea educativa será siempre
compleja, sus dimensiones éticas y políticas continúan siendo esenciales. Lo técnico sigue
dependiente de una concepción totalizadora, sin la cual el acto educativo resultaría incoherente.
Teoría y práctica son una sola cosa, la técnica incluye lo político, lo epistemológico, lo ético. La
no-universidad, es un proyecto que marca rumbos en pos de ideales o puntos de llegada, que se
nos abruma. Ya estamos experimentando en sitios como la Wikipedia o la “globósfera” intercambios de información
confiable e inmediata que acrecientan la igualdad de oportunidades al público que accede al Internet. La nueva
didáctica se inscribiría entonces dentro de los avances del CMS (“Sistemas de Gestión de Contenidos” o Content
Management Systems, en inglés), herramientas que permiten crear y mantener redes con suma facilidad, tareas que
hasta ahora ocupan un importante tiempo de administración. Ya existen potentes herramientas de gestión con
contenidos de libre acceso con licencias de código abierto a disposición del usuario. A este entorno se incorporan
sistemas de aprendizaje electrónico (e-learning) y de gestión del conocimiento, que multiplican la posibilidad de
acceder a fuentes de datos como, por ejemplo, los de sistemas de soporte de decisiones (Decision Support Systems o
DSS). Los sistemas de gestión del aprendizaje (Learning Management Systems o LMS) facilitan la interacción entre
los profesores y los estudiantes, aportan herramientas para la gestión de contenidos académicos y permiten el
seguimiento y la valoración de los procesos de trabajo. Sus características pueden servir para concretar algunas de las
funcionalidades que se esperan de este tipo de herramientas: coordinación de grupos de trabajo; aulas virtuales que
contienen toda la información de un proyecto y permiten la comunicación con foros; creación, mantenimiento y
publicación del material de un curso, con soporte de diferentes formatos, incluidos audio y vídeo; talleres virtuales;
evaluaciones; monitoreo de ritmos de trabajo, fechas límite, etc.; seguimiento estadístico de las acciones de los
grupos de trabajo, etc. Estos sistemas (LMS) son diferentes a los CMS, tanto por el objetivo como por las
características, pero actualmente empiezan a incluir capacidades de los sistemas de gestión de contenidos. Con la
integración de las dos herramientas nace un nuevo concepto, los LCMS (Learning Content Management Systems o
sistemas de gestión de contenidos para el aprendizaje) que conforman el marco de la tecnología de la no
universidad.
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inalcanzable, sino simplemente la “revaloración de lo humano”, como reacción contra la
consumista.
esencial del mensaje de Paulo Freire, quien nos decía que la práctica pedagógica es una “aventura
ontológica. La falta de esperanza inmoviliza, nos hace sucumbir al fatalismo. No decimos que por
pero si para poderla imaginar mejor. La esperanza crítica es necesaria pero no suficiente. No se
alcanza lo que se espera esperando; la esperanza debe ser activa y anclarse en la acción. De modo
vitalización de la esperanza entendiéndola no como pasiva espera sino como espera plena de
búsqueda activa.
Nuestra reflexión se basa en los valores orientados hacia la vida, en su realización por
medio del lenguaje y en su congruencia con la intención, el propósito y la acción. Por eso
creemos vigente y útil el concepto de utopía: pues es corporalizar las expectativas de valor.
Sostenemos con otros pedagogos (Pérez Aguirre et. al. 2002) que en la organización de la
teórico surge desde lejos, el quehacer cotidiano ocurre en la cercanía con los otros, o en la
reunión entre los protagonistas. Este encuentro es lo que más vale. Partimos de la experiencia
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práctica y de allí nos alejamos hacia la teoría, para regresar al punto de partida: la acción
intentamos negar en la identidad del docente su lógica de investigador, pero requerimos que la
revise, que la reinaugure, primero desde la reflexión que puede inhibir, luego desde la práctica
estudiante es una ciencia interpretativa en busca de significado. Cuando nos reunimos con
nuestros estudiantes, al dialogar con ellos, asumimos nuestro rol de guías y en ese instante
abordaje humano que recorre desde nuestro ser antropológico hasta nuestro ser artístico3.
Partimos de la idea de que para mirar el futuro es necesario situamos en el presente y aclarar las
separar las ciencias de las artes y manejarlas como dos formas de abordar la vida; las primeras
materia prima de nuestro trabajo en la universidad, y si entendemos este trabajo como el arte de
enseñar la ciencia, o la ciencia de enseñar con arte, ello nos obliga a profundizar en la manera en
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Es útil leer a Patrick Diamond, de la Universidad de Toronto, y a su colega y coautora, Carol Mullen, de la
Universidad de Florida (1999) así como al destacado pedagogo irlandés-canadiense Kieran Egan (1997, 2002) de la
Universidad Simon Fraser, quienes trabajan en exploraciones innovadoras alrededor del “arte como herramienta de
investigación” (art-based inquiry).
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¡Cuidado! No estamos excluyendo la posibilidad de que un científico sea creador, ya que ello sería una
incongruencia, tampoco que un artista sea a la vez alguien con mente o actitud científica. Como dice Rene Dubos
(1961), “Todo el mundo sabe que la ciencia es el más eficaz instrumento para crear riqueza y poder en el mundo
moderno. La mayoría de los legos reconocen asimismo que los científicos, como grupo, exhiben gran dedicación a
sus tareas, si bien las recompensas financieras que reciben rara vez están a la altura de sus esfuerzos. Pero si bien los
científicos pueden ser admirados y hasta envidiados, hay que reconocer que no son amados. A menudo se les acusa
de tener intereses estrechos, de ser insensibles a los aspectos artísticos y emocionales de la vida, de desentenderse de
las consecuencias sociales de sus acciones; en una palabra: de carecer de calor y comprensión humanos”.
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que hoy concebimos estos dos conceptos fundamentales que han sido desprovistos en el tiempo
participantes la condición de ser artistas, entendiéndose por ello ser “creadores imaginativos”.
Frente a las emociones, los sentimientos y la sensibilidad, que son las materias primas de todo
creador, la universidad ha privilegiado a la razón, que es lo que se admira y espera del científico.
El abordaje al conocimiento y la didáctica correcta según los criterios actuales se relaciona con
los aspectos metódicos, rigurosos, racionales, objetivos y sistemáticos del conocimiento: una
forma de conocer que generalmente se la califica como “seria”. Cuando este profesor/a “serio” se
vincula con su estudiante o con su colega, lo que se espera de uno y de otro no es el ejercicio de
su “capacidad de imaginación” sino la solícita precaución del que pone por delante como
requisito en sus decisiones y trabajo, determinado uso de la razón. Por “determinado uso de la
razón”, entendemos ese concepto de ciencia totalizadora cuyo discurso hegemónico “privilegia el
resultados empíricos, convirtiendo al lector en un testigo lejano sin acceso directo a lo que se
narra, utilizando una estrategia textual diseñada para obtener determinadas conclusiones y así,
sentido, queda restringida a los especialistas, a los iniciados. En suma, el tipo de racionalidad que
descansa sobre el clásico formato que se compone de: resumen, introducción, definición del
problema, marco teórico, métodos, resultados, conclusiones y bibliografía. Un texto que busca
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Tanto la cita como la descripción general de “racionalidad científica” la tomamos de la ponencia titulada:
“Universidad y condición humana” escrita por la Dra. Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara que forma parte de este
volumen.
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producir la ilusión de que se describe una realidad independiente de quien la enuncia, que los
datos utilizados son los pertinentes para la ciencia, y sus resultados son por lo tanto,
conocimiento científico. Los datos, apoyados en cierta teoría particular, llevan a la conclusión de
que la teoría tiene validez y, por tanto no tan sólo explica la realidad, sino que es la realidad. De
esta manera se vive la ilusión de que se ha desentrañado el misterio que ésta guardaba: “la
naturaleza ha sido vencida por el intelecto humano quien, una vez más, le ha arrebatado sus
Es esta racionalidad la que ha llevado a que las relaciones entre las diferentes partes,
estudiantes, académicos, unos y otros, y entre sí, se establezcan a partir del cumplimiento de
pasos a seguir, de normas a cumplir, de formas y tonos al decir y escribir, sujetos a órdenes y
rigores diversos, que hacen a un lado las emociones, las ilusiones y todo aquello que se considere
subjetivo, intuitivo, emotivo o personal. Sin embargo, son éstas, precisamente, las virtudes que se
inhibición de lo afectivo en las relaciones humanas, ha llevado a que hoy en día, las reuniones
entre académicos, las reuniones en el salón de clase, las que el mismo académico realiza en el
aislamiento de su cubículo o en un seminario, suelan ser poco o nada emocionantes. Podrán ser
interesantes, eruditas, polémicas, inquietantes, pero todos estos son adjetivos que no están
dominio sobre estos sentimientos y solo expresarlos en las formas y lugares socialmente
convenidos para ello. Se ha promovido todo aquello donde la inteligencia juega un papel
principal, pero que rara vez tiene la fuerza emotiva, evocadora, apasionante o sobrecogedora, que
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caracteriza al ser humano abierto en su sensibilidad, como no puede tenerlo ningún encuentro en
sensible, en cambio, tiende a ser indirecto, recurre a otras construcciones gramaticales, utilizando
más palabras que las necesarias o muchas veces diciendo una cosa por otra. Esto requiere
también de otros ritmos y otros tonos, que identificamos con el concepto de “educación lenta”7
que obedece a un tipo de tránsito que ocurre sin presiones, sin que nada sea impuesto o forzado,
considerando lo que ya se ha recorrido y el instante actual, dejando que lo que deba llegar
sobrevenga sin necesidad de intervenir, es decir, sin mostrar mayor actividad, puesto que el
significado no está relacionado con la acción sino con el proceso. El valor del texto que recurre al
circunloquio, que circunvoluciona (da una vuelta o rodeo) es que al hacerlo interfiere cualquier
demanda de significado inequívoco, a través de la ruptura que provoca, dejando el campo abierto
Esto proviene y nos lleva a pensar sobre como percibimos la realidad en México, cuáles
son nuestras maneras alternas tan propias y tan alejadas de la forma de hablar y de escribir de
otras culturas de las que copiamos modelos y patrones. No deberíamos leer ni escribir nuestros
textos desplazándonos de lo que somos. Cuando nos preguntamos por qué en México la presencia
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Es muy importante señalar que lo que se critica es la anulación de la espontaneidad y el fomento a la falsedad y la
impulsividad en la demostración de los afectos. Los afectos no se excluyen, lo que se regula socialmente son las
formas de expresarlos.
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“Educación lenta” es la interpretación que Maurice Holt, entre otros, ha hecho del movimiento “lento” creado por
Carlo Pettrini en Italia (1989) opuesto al de “fast food”. Ver It's Time to Start the Slow School Movement: An
article from: Phi Delta Kappan, www.ecoliteracy.org
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se manifiesta a través de la ausencia, o por qué tomar distancia del sujeto nos permite penetrarlo
encontraremos en el bagaje de la lógica Occidental una respuesta adecuada, o al menos una que
podamos prever. ¿Cómo podemos entonces lograr lo real sino lo abordamos en sí mismo, sino lo
mexicana nos obliga, la respuesta surge frontalmente, desde y en la plenitud de las cosas. Para
funcionar, la plenitud necesita del silencio (el vacío), pues el silencio y la palabra (como lo vacío
y lo lleno) “interactúan”, son correlativos. Sin silencio, el sonido se vuelve inerte, opaco, al
abordamos la nueva enseñanza con el objetivo manifiesto de evadir esta “realidad de la razón”
para transitar por el “mundo irreal de los sentidos”, porque sabemos que allí nos espera un nuevo
despertar. Es necesario reivindicar el uso de la razón como parte de este mismo sueño, sabiendo
que la libertad de soñar no nos dispensa de nuestros límites y contradicciones. La razón por sí
misma es incompleta sin la “sinrazón”. Los sueños, que no son diferentes a las historias que nos
escapan a nuestro control. Todo ello forma parte de lo que desde el pensamiento racional se
entiende como la “imperfección humana” si aceptamos que no saber diferenciar entre sueño y
realidad es ser imperfecto. Sin embargo, los sueños también le dan significado al mundo y a la
vida. La distancia alusiva, que permite el rodeo nos puede llevar más allá del inmediato
turbulento que nos monopoliza, para ayudarnos a llegar a aquello más lejano desde una
perspectiva que nos permite ver lo que hasta ese instante resultaba invisible. No sería justo
plantear nuestra estrategia de enseñanza, redactar los pormenores de nuestra labor didáctica, de
tal manera que a la postre resultara como “si nada hubiera sido escrito”. Vivimos jornadas
dedicadas a trabajar junto a los estudiantes, discutir con nuestros colegas o con los sujetos de la
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investigación, pero más tarde hay que detenerse en el sitio de la reflexión donde el que escribe
fue capaz durante el día de imaginar su escenario para en la noche evocar, desde allí, al mundo.
meditación que llega en la oscura calma de la lentitud. En ese instante hacemos a un lado la tinta
y el papel, los datos, los apuntes o notas que hablan de nuestra experiencia, para dejar que la
para construir el mundo que ese escenario evoca. Dejamos la didáctica aplicada para volverla a
evocar desprendidos y desapegados, y desde esa independencia percibir la armonía del concierto
que emerge de nuestras estrategias y observaciones, tan sutil que escapa a los sentidos, porque
reconocemos en ellos un paisaje hecho de luz y sombras. En ese paisaje fluido, indeterminado,
vaguedad de la noche abre este paisaje a la no-dualidad, alejándola de los contornos rígidos en el
que estaba presa. En otras palabras, sustituir los pasos de la didáctica por la reflexión desapegada
que ocurre en el vacío, reinstala la plenitud del paisaje de ese vacío del que emana, evocando al
entorno con todo lo que contiene. Porque en suma, ¿cuáles son las ventajas de utilizar y dar
caminos por itinerarios que varían entre un docente y otro. Cada cual aportará con su propios
rodeos, con sus propias metáforas, porque es un camino sin fin, aunque gire y cumpla etapas, se
detenga en recodos, inspirando un regreso que terminará siendo un nuevo encuentro. Esta
comparación entre dos formas de abordar el conocimiento, la forma directa propia de la razón
privilegiada (mal llamada científica) y la indirecta propia de la razón sensible, abre una
visiones que tratan de imponernos, deberemos siempre de pensar que hay otra cosa, otro sitio
adonde llegar. Ello puede implicar dar un paso atrás para observar, pero puede implicar también
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poder medir, dimensionar la proporcionalidad propia de sus objetos, que se ubican en sus
determinaciones básicas, para tratarlos con las capacidades requeridas según las intenciones del
trabajo educativo. En este sentido nos estamos refiriendo a una “pedagogía analógica, y que por
ello se aleja de los extremos del idealismo empiro-positivista que nos quiso llevar a definir a la
pedagogía como una ciencia, y a los románticos, que la pueden concebir como un arte” (Primero
otorgan otra lógica de viabilidad a nuestros proyectos, detonadora de la acción. Soñar, imaginar,
en suma, no es manejar un material ideal, sino intentar poner de manifiesto nuestra capacidad de
dejarnos llevar por el lenguaje y sus palabras, esos objetos verbales inagotables que al vincularse
entre sí, más allá de la lógica mental a la que nos ata el estar “despiertos”, nos permiten
¿Qué tipo de actividad académica da cabida a las emociones y los afectos de sus participantes?
Nos aventuraremos a decir que el “taller” es un sitio concreto, pero también una metáfora que
inspiración y la sensibilidad. Tanto el laboratorio como el taller artesanal pone en práctica los
atributos de cada uno de los participantes concebidos éstos como “creadores”. El taller simboliza
un espacio de trabajo donde el tema o proyecto a abordar adquiere formas en las que el afecto se
expresa, pues toma en cuenta la materia prima del creador que son sus emociones, sentimientos,
sensibilidad e imaginación, atributos que se dejan trabajar y son tratados desde lo que son para
volver a ser como lo que esencialmente fueron. El taller promueve la humanización del
participante, de tal manera que si acordamos que todo encuentro educativo reflexivo debería
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tomar la forma de un taller cuyo propósito es “el enriquecimiento en la evolución de los sujetos
implicados en este proceso”, esto implica un ejercicio vital, de vida, que en la dinámica del taller,
podríamos definir como “tallerear la vida” (Yáñez, 1993). En la dinámica del taller, donde se
capacidad de “dejarse-ir” pues de esa manera las cosas por fin ocurren y se dan,
sorprendiéndonos con lo inesperado. No es únicamente desde la mente que uno se hace presente
frente a los demás, puesto que la preparación escolástica exclusivamente desde la razón es
siempre limitada e incompleta. Lo que enfatiza la conciencia de ese “estar-ahí” proviene del
afecto que sentimos hacia esos otros que nos acompañan en la tarea de imaginar el futuro. Los
grupos creativos comunicados desde los afectos se expresan de muchas formas. No hablamos del
sino la afectividad en el ámbito del proyecto, divisado desde el esclarecimiento del “estar-ahí”,
para la determinación del ser, es decir, del estar presente como tal. En ese “dejarse estar” es la
inteligencia por medio de la palabra lo que nos une o califica como seres humanos, sino también
nuestra capacidad de afecto que surge y se expresa en el silencio (Kitimbwa Lukangakye, 2005;
Mora, 2008)8.
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Kitimbwa Lukangakye.: “El silencio está al centro de la vida humana. Es una realidad muy humana y bienhechora.
Es un clima para reconstruir lo interior y lo exterior. Es un regreso a nosotros mismos. Sólo en el silencio, la persona
se halla, se encuentra, y se revela a sí misma”. Consultado en
http://www.logoterapia.com.mx/publicaciones.
Mora Vanegas, Carlos (2008) “El Zen nos indica que la tradición ortodoxa del silencio es antigua. La raíz griega,
mu, de la cual procede “místico”, significa silencioso o mudo, y por esto impronunciable por derivación. Ya en la
China antigua, Tao-sheng (360-434) había dicho: “Usad las palabras para explicar pensamientos, pero el silencio
cuando los pensamientos se hayan absorbido… los que están calificados para buscar la verdad se quedarán con el pez
y dejarán la red.” Consultado en http://www.leetu.com/2008/04/13/aprender-del-silencio/
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La palabra y la poesía como herramientas del taller
¿En qué y de qué manera nos beneficia limitarnos al lenguaje de la razón positiva en nuestro
trabajo intelectual? ¿Es posible pensar que esta forma de expresión en lugar de acercarnos, nos
nuestros sujetos y a nuestros objetos de estudio? ¿Por qué la razón instrumental que guía nuestra
forma de investigar y escribir (artículos, documentos, capítulos, tesis) y por ende de enseñar, no
se acerca a algún nivel de esencialidad y espiritualidad como los que ayudaron a los griegos a
estructurar significados en el horizonte cultural del Occidente? ¿Cuáles son las bases teóricas —
esos supuestos que se encuentran debajo de la superficie de lo que pensamos y decimos— que
han condicionado nuestras formas de interpretar, mismas que hoy se confunden con “la razón”
para pasar como legítimas bajo el mito del método que persiste en llamarse científico?
hablar de la tecnología como una muestra evidente de cambio que provoca más cambios, pocos
recurren al poderoso hecho de pertenecer a una cultura (la mexicana) que constituye un terreno de
exploración de la mayor riqueza, puesto que subyace en cada uno de nosotros, como herencia,
como parte viva, lo que debiera estimularnos a especular sobre nuestra propia voz. Nuestra
cultura contrasta con el mundo europeo y el anglosajón, al que emulamos en muchos de sus
estuviéramos varados en una racionalidad tan obtusa como opresiva. Si tenemos presente que
nuestra cultura es muy antigua y por mucho tiempo se desarrolló sin la influencia de la Europa
Occidental, cabe considerar una visión que reconozca estas dimensiones de nuestro pasado, dado
que nos ayudaría a reafirmarnos en nosotros mismos. En nuestra forma de comunicarnos por
medio del lenguaje cotidiano, prevalecen marcadas diferencias con las formas de comunicar en el
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“primer mundo”, cuya cultura a pesar de la cercanía y de la historia reciente, sigue manteniendo
La palabra asume su verdadera dimensión cuando forma parte de narrativas que buscan revelar el
sentido y sinsentido de nuestro paso por el conocimiento y sus significados, ubicados en nuestro
contexto. Nuestro cometido, entonces, no es simplemente echar a volar la imaginación por medio
de la palabra, sino detenernos a escucharla yendo hacia su llegada, como quien se remonta a los
orígenes, para que nos vaya dictando lo que después diremos. Palabra que cuestiona los
privilegios del discurso de la razón, que preserva su estatus asumiéndose como el constructor
único de significado. Preferimos interrumpir su monólogo para reivindicar aquello que hizo a un
lado, en aras de la “objetividad” que pretende determinar qué es la realidad y cómo hay que verla.
como dice Martí “el lenguaje no es el caballo del pensamiento, sino su jinete”. El lenguaje está
hecho de metáforas y las metáforas con sus etimologías son huellas del pasado, el DNA de
nuestro pensamiento, que trasciende toda lógica que no sea la de la continuidad histórica. El
lenguaje llega a nosotros y nos habla, y al hacerlo nos une a voces anteriores que habitan en
nosotros. Insistimos en afirmar que es errado el concepto que define al lenguaje como un valor de
comunicación, un simple medio de expresión que debe de seguir ciertas reglas para ser validado o
legítimo. Aceptar que la palabra es la expresión de algo, nos hace caer en el viejo problema que
separa forma de contenido, pues lo cierto, nos recuerda Borges, es que hay realidades a las que es
contenido, teoría y acción. Por eso la música es considerada como la forma perfecta de decir las
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Significar va más allá de una ordenada y sistemática aplicación tecnológica, significar
también es inventar, crear, asumir el mundo de la ficción con la confianza de que el lenguaje nos
llevará hacia las raíces donde instinto e intuición guían hacia la experiencia única, irrepetible e
irreproducible, que nos permite ver. Para hacer visible el sentido del mundo, hay que recuperar la
hegemónica, al rebatir el método que se asume como forma única de conocer, con validez
universal, abrimos paso al “mirar y pensar poético” (Ferrer, 2006) y al tono coloquial del que
narra, restituyendo el sitio y la función del arte, que implica reincorporar todo nuestro cuerpo con
sus emociones, para dejar de enfocarnos tan sólo en su cabeza. Danzar, jugar, soñar, son raros
ejercicios en la academia donde se preserva celosamente el imperio de la razón cuyas reglas han
coartado no sólo nuestra libertad sino también nuestra forma de decir, de explicar y de dar sentido
a las cosas. El lenguaje se utiliza como un ilusionismo de certezas simples y comprobables hoy,
individuo que escribe e interpreta, para privilegiar los datos como si éstos fueran creados por
el hablar el investigador sostiene que “los datos hablan por si mismos” éste se sitúa en el papel
de un lector pasivo, olvidando que es él quien dota de sentido y contenido a dichos datos. Es la
persona la que otorga dirección e interés a su labor como investigador, divulgador, docente o
escritor, que incluye una visión estética. Cuando este sujeto asume su individualidad y reconoce
su aportación estética, dándose cuenta que es única e indivisible, se ve obligado a luchar contra
los academicismos establecidos, chocando de frente contra los que excluyen visiones estéticas o
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pertenencia a grupos o camarillas. Estas cofradías entienden que su papel es mantener el
monopolio sobre determinado concepto de razón, equiparando la ciencia con lo racional. De esta
manera todo lo que no forma parte de sus criterios se extradita al mundo de lo subjetivo, de lo
mágico, de lo no-científico o de lo arbitrario. Así, desde la intimidad del salón de clases, se sigue
Aspiramos a esa límpida sensibilidad propia de recursos expresivos que han sido
preservar una falsa noción de “ciencia”. Sin notarlo ni proponérnoslo hemos suplantado la
agilidad y espontaneidad del creador por un tipo de académico que cuando habla o escribe se ciñe
y rigidiza en el tono melodramático del actor que sale a escena. Preso en órdenes heredadas del
antiguo debate entre ciencia y humanidades, las vestiduras del “rigor” han puesto su disfraz sobre
requiere de una urgente terapia. Por eso, cuando se la convoca a hacer uso de la imaginación, y
desatender uno de los aspectos principales que hay que afrontar en todo asunto relacionado con la
enseñanza, el aprendizaje y la creatividad, puesto que toda obra creativa se propone a sí misma
La importancia de la alusión
Nos asumimos escritores, y más tarde cuando la palabra llega y nos anima, también
poetas. Decir poesía tiene diversas implicaciones en este documento, una es el camino hacia la
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simplificación de las ideas. Oponemos el lenguaje poético al discurso propio de la “razón
instrumental” (Taylor, 2006) cuya “racionalidad técnica” (Schön, 1998) ha quitado de nuestros
porque estemos en pro de la simpleza tan difícil de lograr en el ambiente académico, sino porque
ante la alternativa del ensayo docto creemos que es un mejor camino a tomar. Suponemos que
aspirar a la sensibilidad cuyo sentido ha sido disminuido, tergiversado hasta verse suprimido del
medio académico. El lenguaje de la creación no está confinado tan sólo a la sensibilidad que ha
sido marginada en la universidad y empujada hacia espacios que no se mezclan con la ciencia. El
nos ha metido la razón instrumental científica, dueña y conservadora de lenguajes agotados, que
preservan un orden racional cuyas armas son las ideas que se imponen al mundo y a la vida
convirtiendo el conocimiento en norma y en método. Ideas que no son otra cosa que máscaras.
complejidad del mundo. En el lenguaje de la razón los temas se pueden agotar; pero en el del arte
no se agotan nunca. Desnudo de mujer para un pintor, rosa para un poeta, iglesia para un
arquitecto, papel dramático para un actor, el arte es poseedor de temas universales que se repiten
sin agotarse. El todo que nos dice la obra de arte, el todo atendido por los lenguajes de creación,
Mientras que el lenguaje de la razón pretende ser universal, objetivo, teórico, exacto el lenguaje
del arte es local, concreto, personal, empírico, sugestivo; el arte sugiere, alude. La precisión de la
alusión, es el asunto propio de la poesía y el arte. Sin embargo mientras que el lenguaje de la
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razón se acerca en su análisis al primer plano, el lenguaje de la poesía siempre toma distancia,
pues imaginar implica ser creativo, tomar distancia, hacer metáforas del mundo. “Todo el asunto
del arte estriba en imaginar una sola cosa, con muchas cosas. Todo el asunto del arte estriba en
concebir un mundo, con sus sillas, sus perros, sus escobas, sus lagartijas, sus ladrones, sus
amantes, sus políticos, sus ebrios, sus soles y sus lunas; y hacer de él un universo” (Yánez, 1993)
ciencia de lo general9; el arte es siempre el arte de lo particular. El que investiga desde la ciencia
suprimiéndola. El que investiga desde el arte no puede sino poner todo su yo y sus afectos en el
juego del arte, que es el juego de la alusión. Y el que entiende la fuerza de la alusión sabe que la
distancia es alusiva, pues traduce la realidad a la que se refiere de la misma forma que lo hace el
representarla, esto es, sin considerar su identidad: lo que traduce es su gravidez (de acuerdo a la
prevalece: ¿Cómo puede la distancia ser alusiva? Podríamos pensar que en México, esta relación
ambigua entre discurso y mito, en donde uno rivaliza con el otro, aunque no siempre se pongan
de acuerdo, no lleva a una ruptura de la palabra. De hecho la nuestra es una sociedad reservada en
cuanto a la palabra, más atada a lo no dicho, contraria a la confianza propia del occidente, que ha
escepticismo acerca del poder de la palabra para explicar, lo que ha llevado a recurrir a la sutileza
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El paradigma positivista así lo señala, sin embargo el paradigma interpretativo explica la realidad a través de
explicaciones ideográficas, inductivas, cualitativas, centradas sobre diferencias. Bourdieu (1988), por ejemplo, señala
que una investigación requiere de una reflexividad constante, de estar atentos a los pequeños detalles de las
expresiones y formulaciones, las palabras precisas que se utilizan, de las contradicciones inconscientes en el discurso
y la acción. El filósofo mexicano Mauricio Beuchot Puente y el pedagogo y filósofo colombiano mexicano Luis
Eduardo Primero Rivas lo hacen por medio del movimiento por ellos creado bajo el nombre “Hermenéutica
analógica de la pedagogía de lo cotidiano”
19
de la palabra no dicha, que toma el lugar del discurso y se convierte en lo alusivo. Para el
racionalismo la alusión es una figura retórica entre otras, pero la inteligencia sensible puede darle
por su dimensión implícita. Mientras que las declaraciones contundentes limitan el significado
sobre lo dicho, y la relevancia de la relación entre ambas. Lo que se dice, despierta la idea de lo
no dicho. Mientras que una representa, la otra relaciona: me refiero a ese algo, para que pongas
atención en algo más. Nuestro pensamiento es relacional, cada término nos lleva a otro, a su
sustituye, pues nada puede considerarse separadamente. Las cosas existen en virtud de sus
interrelaciones. Una cosa no puede concebirse sin la otra porque una ya es la otra, está latente en
oscila entre dos polos: lo implícito y lo explicito. Esta es la causa del rodeo en el significado,
cuando me refiere a esto, el otro está implícito, y cuando me refiero al otro, hago al que escucha
pensar más profundamente en el primero. Y por ello es que el rodeo en sí mismo termina dando
acceso, de la misma manera que lo hace la metáfora: al cabo que decir una cosa por otra es la
El académico atrapado en el discurso dominante encontrará mucho beneficio en decir las cosas
tan directas como sea posible; dirá que es la manera óptima de acercarse lo mejor posible a la
verdad. Pero al decir “lo mejor posible” mostrará que está buscando un extremo, un ideal.
10
La idea de relacionar lo chino con lo mexicano, en este contraste entre dos culturas, el lenguaje directo
Occidental, y el lenguaje indirecto Oriental, está inspirado en la lectura del libro“Detour and Access, Strategies of
meaning in China and Greece” de Francois Jullien, Zone Books, NY, 2000
20
Pensemos mejor en el valor de la sutileza del rodeo propia de nuestra cultura, y en cómo gracias a
la forma de hablar natural del mexicano, podemos experimentar el regocijo de ser explícitos de
SEGUNDA PARTE
El taller “futuros”
contexto del proyecto “Universidad 2030: escenarios de futuro” 11 que forma parte del proyecto
largo de muchos meses. Su hilo conductor ha sido la palabra escrita y hablada. Sin embargo el
ojo de la aguja por donde pasan los hilos que sesión a sesión enhebra nuestros argumentos y
nuestras razones, es un hueco donde reside el silencio. Si recordamos que “todo proyecto genera
su silencio y todo silencio no es sino silencio para oír” (Yánez, 1998) es desde ese silencio que
dejamos que estas palabras que hablan de las formas de enseñanza que imaginamos para ese
futuro, lleguen a nosotros en el taller donde el zigzag del telar le da ritmo al silencio desde el que
urdimos nuestros tejidos. Frente al ruido de la razón instrumental, oponemos nuestra palabra
textil que se expresa en el silencio del taller que conforma lo que realmente somos: seres
querer y otros con toda intención, pusimos en juego todo nuestro yo. El seminario ocupaba un
breve espacio, muchas otras tareas nos distraían, otras veces era el proyecto el que nos distraía de
11
(http://desinuam.org/autoestudio3/reuniones-giesfu.htm)
21
las múltiples otras tareas. Sin embargo el proyecto constituyó un universo, un incómodo o
gustoso universo, pero universo al fin, aunque tal, sin embargo, no haya sido nuestro propósito.
La idea era más bien que en el seminario desplegáramos las armas que usaríamos en la vida.
Hiciéramos explícitas las luchas en las que sin advertirlo estábamos viviendo: armas combatiendo
en estadísticas para poder mirar hacia el futuro, armas contra la negación de la subjetividad del
investigador, la tendencia a justificar las decisiones tomadas por otros desde más arriba, el texto
cerrado que no permite interpretaciones diversas, el requisito de las citas y las referencias, en
suma, la reducción de lo real a lo racional. Esa lucha estaba presente, porque es parte de la lucha
que sostenemos diariamente en la academia, la necesidad de combatir todos estos valores que en
nombre de la ciencia internalizamos y a nuestro pesar reproducimos. Esta tensión nos llevó a una
simple certeza: que el académico sensible que busca la recuperación de su condición humana, se
encuentra desnudo, desprotegido y frágil. Pero quizás también otra enseñanza fundamental de
este proyecto ha sido aceptar que esa fragilidad es nuestra fuerza. El arte, hoy separado de la
concepto de “difusión cultural”, de la idea del taller de cerámica en la “casa de la cultura”, para
¿Qué intentamos decir cuando le pedimos al lector que nos lee o escucha que haga el
favor de trasladarse hacia el terreno de la poesía, que es su terreno, que es nuestro terreno?
Intentamos tan sólo decir que la educación no es únicamente una cuestión de currículo, de marcos
teóricos, escuelas o corrientes del pensamiento. La didáctica es la forma personal con la que tú y
22
yo elegimos diseñar un proyecto: el proyecto de un encuentro, de un programa, de determinado
proceso. Un proyecto que no nace de consignas dadas por autores respetados, sean estos
“constructivistas”, “educadores reflexivos” o lo que fueren, porque ello no significa nada sino
forma parte de nuestro sueño y de nuestro escuchar y decir. La actitud es antigua, porque es la
actitud natural del que crea. Y para ser acordes con esta actitud, es decir, la de invitar al sueño
como don misterioso que compartimos y que nos ilumina por medio de la fiesta inconsciente que
anti-académica, es decir, anti-orden racional que niega al ser histórico y cultural que somos. Una
actitud que no se subordina a las consignas que en lugar de revelar, ocultan, ni obedece
ciegamente lo que otro definió tiempo atrás, como máscaras legitimadoras de determinadas
formas de conocer. Esta ruptura, este cambio de vestiduras, este desenmascaramiento que entra
por la puerta lateral que intuíamos, ahora es más clara y posible porque nos hemos situado en el
terreno del poeta, abandonando el tono del científico totalizador cuya estrecha franja verbal nos
aleja de los lugares de encuentro que simbolizan la futura escuela, la futura aula, los
sensibilidad que sirve de balance y contralor al mundo de la razón. Mirar al futuro desde el sueño
y la utopía que utiliza un lenguaje poético, es una manera eficaz y revolucionaria de confrontar la
enajenación que borra toda huella de identidad personal en el estudiante actual. Cuando miramos
al futuro buscando imaginar un ambiente educativo que reivindica la condición humana, estamos
no impide que una sociedad tan rica en historia y en cultura como es la de México, (familia,
23
tradiciones, magia, creencias, mitos, fiestas, arte, artesanía, rodeos y circunloquios, etc.) haga la
en un factor inhibidor donde el azar y la casualidad, que forman parte del sistema total de la
cultura, (que según García Canclini es “caótico, casual y fortuito”) quedan fuera del paradigma
científico dominante que niega la complejidad informal de las relaciones casuales, “sincrónicas”.
Frente al fracaso escolar, nos sirve de estímulo, consuelo e inspiración la etnoeducación, que
anticipa la necesaria desescolarización de la que nos hablaba hace tiempo, aquí en México, Iván
Desde la poesía nos apartamos del deber ser para recurrir a lo posible, al poder ser. Lo
posible y lo probable tienen que ver con la diversidad y con la heterogeneidad, antes que con la
unidad. La poesía implica el desorden de la diversidad, y aun así, se estructura con leyes y
métricas, ritmos y formas. Al asumirnos artistas, repudiamos y nos limpiamos de las palabras
fetiches impuestas por el discurso de la política educativa, que niega la libertad en la escucha y el
uso del lenguaje en el marco de las nuevas formas de hacer y de decir. Damos la bienvenida al
nuevo, lo aun no dicho, lo aun no imaginado, en suma, aquello que si tiene la capacidad de
Partimos así hacia una no-universidad construyendo una representación (un proyecto, un
taller), que debe tener una base de organización, a partir de los siguientes puntos:
b) La palabra poética que parte del reconocimiento de nuestro lenguaje, cuya voz establece
24
c) La “capacidad de proyecto”, como capacidad de propuesta creativa a ser “tallereada”
e) Los ejemplos llegados de experiencias externas, anteriores, paralelas, como por ejemplo,
Esta no-universidad no intenta construir valores y desde ellos formularse una utopía,
porque no es un plan con “metas y objetivos”, sino que toman cuerpo, cobran vida cuando se
vinculan a la práctica real, como parte de una planeación situacional, donde fijamos una dirección
asegurar que los actos en que nos comprometemos “valgan” en coherencia con esos fines, con esa
utopía poética que mueve nuestra imaginación y alienta nuestro paso a dar hoy. Los valores no
son determinantes, pero dan dirección a los actos que permiten aproximarnos a una realidad
mejor. ¿Cómo jerarquizamos los valores propios de la condición humana y cómo los articulamos
entre si? ¿Qué tan posible es su concreción práctica? Hoy tratamos de que los estudiantes se
que integren su mente a su cuerpo, queremos que sepan expresar su subjetividad a través del
lenguaje, oral y escrito, o visual, auditivo, estético, etc. Sin embargo, hay muchas interferencias
entre esos planteamientos discursivos y su concreción práctica. Por una parte está la cultura
dominante basada en una forma hegemónica de usar la razón, frente a la que nos sentimos
25
proyecto”, entendiéndolo como la capacidad de articular y organizar una narración, materializar
una idea que nace de la sensibilidad que alienta la esperanza. El meollo, el nervio central, el
punto álgido del proyecto poético se desenvuelve esencialmente en el trabajo con los más
ese núcleo se asume como proyecto personal-grupal, a defenderse en todos los frentes necesarios.
Hay que crear el ambiente, la oportunidad, la atmósfera propicia para avanzar afectivamente y
entonces también los factores ambientales, de soporte físico, la arquitectura, el espacio, las
trayectorias, la relación con la naturaleza, el marco material que incluye texturas y color, aspectos
que no serán abordados en este documento pero que sin duda son importantes.
Toda educación es un proceso político que nos lleva a ser responsables de la coherencia de
didáctica poética, las cuestiones técnicas se conectan con y desplazan hacia la ética y la política.
Poner una piedra encima de otra, un ladrillo tras otro, es construir. El guía docente pone un
encuentro docente sobre otro para construir conocimiento. Está consolidando, formando
revelando la mentira con la que una concepción de la ciencia mantiene su dominio, buscando
siempre explícitos en el lenguaje contaminado o en el proyecto que surge en un medio que hay
diseñan situaciones y proponen actividades para que el estudiante, al procesar dicha información,
logre un aprendizaje. El conocimiento ocurre como intervención solidaria, (ni sumisión a la teoría
26
ni sumisión a la práctica) pero sí respeto y consideración por lo poético y lo utópico. El diseño
del proceso de enseñanza- aprendizaje y su conducción como intervención solidaria para que la
orientación por y hacia la utopía. Como foco de significación, igualdad de oportunidades para un
desarrollo personal, que permita al alumno conectarse activa y satisfactoriamente con la sociedad
universidad ya no está representado por cubículos, aulas, pasillos, y todo lo que constituye
estructuras físicas rígidas. El “territorio” es una porción del todo donde los docentes afincan y
sitio descubierto por humanos que lo reconocen como propio y lo viven como suyo; es un ámbito
virtual-real, afirmado en una situación; es una realidad que aporta su problemática a la que están
convergen estudiantes reales. El tiempo asume otra dimensión, a partir del ejercicio de la libertad
en el manejo del tiempo. No se trabaja bajo presión, el tiempo alcanza para pasear por los
jardines, reunirse socialmente, acudir al evento cultural, a la biblioteca, o al cine-club. Hay lugar
para ritmos lentos, de acuerdo a la forma en que cada estudiante es capaz de asimilar y elaborar el
trabajo esencialmente social. Hay una articulación afectiva y una planificación en un sitio (nodo)
27
Búsqueda de la verdad, por medio de la complejidad (inter-trans-multi-disciplina): En la
Esto fue así desde la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, que antecedieron a la gastada
universidad de hoy. El espacio de la verdad es el terreno donde la nueva juventud traza los
caminos hacia el saber. Es “la verdad” la que enmarca y pone en foco lo real. La dinámica del
proyecto implica investigación y acción, la búsqueda de la verdad será una actividad valiosa por
si misma, pues “concede consistencia al existir humano” (Polo, 1993). La fragmentación que
había convertido el devenir cotidiano, la vida de todos los días, en un acontecer sujeto al azar,
venero de fecundidad (de juventud y lozanía). Pero, ¿cuál camino se tomó hacia la verdad?: “la
discusión es el no imposible camino para llegar a la verdad” dice Borges (2003) y se añaden a ese
conversaciones” que reúne e integra. Hay más estímulos en el camino hacia la integración: para
introducirse hacia el fondo del conocimiento humano, inaugurar un nuevo período de fecundidad,
desde la originalidad que busca develar misterios. Sin duda que la técnica avanzada les permitió
antemano, les bastó ubicarse junto a la puerta para entrar por ella hacia las nuevas conquistas que
28
El fortalecimiento individual hacia el poder grupal: el camino de la verdad busca el saber,
hay que hacerlo rendir. Hubo que llevar a cabo los proyectos, integrar reflexión teórica con
acción útil. Contemplar, reflexionar, tiene sentido cuando se les acompaña de utilidad, de
aplicación y provecho, eso decía Donald Schön (1998). En una organización educativa que surge
porque la no-universidad del futuro es parte de la realidad, su saber también es parte de esta
organización social, que así concebida forma parte de la historia. La ciencia resurge recuperando
los atributos propios de la condición humana, y ahora existe para configurar el futuro, para lo
cual ya no se limita al cubículo y al laboratorio, sino que asume el pragmatismo más directo, ese
que entiende al conocimiento como saber lo que se puede hacer con una cosa cuando está en
nuestra manos. Quienes construyen este futuro, no conciben el saber como capaz de
futuro como dinamismo de una inercia que querían imaginar transformadora, como no modelaron
como resultado del “progreso”, se fue avanzando como pidió Oliver Cromwell cuando dijo que
“nunca se avanza tanto, como cuando no se sabe hacia donde se va”. Pero para moverse
12
Se trata de un tema complejo, el de la relación pensamiento/lenguaje. Es famosa la hipótesis de Sapir-Whorf que
se opone a la visión tradicional y plantean que el lenguaje es anterior y modula al pensamiento. Según Whorf los
esquimales tienen diferentes tipos de palabras para diferenciar entre los diferentes tipos de nieve; este hecho, les
lleva a pensar sobre la nieve de manera distinta a los europeos. Sin embargo, para otros, si los esquimales y otros
hablantes como los ingleses, piensan sobre la nieve de diferente forma, no es porque hablen lenguas distintas sino
porque pertenecen a culturas diferentes con diferentes tipos de intereses y motivaciones. Consultado en
http://html.rincondelvago.com/pensamiento-y-lenguaje_4.html
29
huellas del pasado, fue revelador de lo que estaba en la sombra y ahora es luminoso. La
posibilidad de ver lo que no estaba claro, les dio la perspectiva necesaria para sentirse sujetos del
contradictoria, de pronto hicieron algo mínimo que parecía irrelevante y de allí surgió algo
mayor. El poder no es algo siempre visible pero sí es una fuerza que se ejercita día a día, y es la
Desarrollo y toma de conciencia: experimentar que la conciencia tiene que ver con los
principios de la acción recta. Las decisiones, la prioridad que se da a un valor por sobre otro,
pasan por la conciencia. Por lo tanto tiene que ver con la identidad personal, es el espacio
personal en donde construimos nuestra intimidad, nuestro fuero interno. Sinceridad, honradez,
van de la mano con conciencia, por lo que conciencia y dignidad resultan equivalentes. La
educación llega hasta las puertas de la conciencia. Entonces sobrevino el debate entre los que
consideraban a la educación como una manera de reproducir la ideología dominante, (la teoría
que pensaban que el ser humano no es un autómata que pueda ser dirigido a distancia por un
docente, un curriculum o un sistema. Los seres humanos son seres concientes y son seres
sensibles, y en este sentido apelaron a esa conciencia y a esa sensibilidad ubicada en lo esencial
del ser humano listo a reclamar, a reivindicar, a plantear el requerimiento de lo que cree merecer.
Ante las superestructuras o los super-egos represores o coercitivos, se levantó su “yo”, como una
conexión con la conciencia que la educación debía fortalecer. Ciertamente ese yo es vulnerable a
30
Conciencia y sensibilidad no implica cambiar el perfil de las personas en el sentido de que
transformar a la persona, sino transformar la realidad. Freire (1984) decía que la realidad no
sucede en el corazón del estudiante ni en su cabeza, sino en la historia. Tener conciencia es tener
poder para transformar la realidad. El lado opuesto es el que reduce la realidad a un reflejo de las
crítica de cómo la sociedad funciona, cómo ocurre, y para esto necesita relacionarse con el
proceso de transformación que vive, conocer críticamente este proceso, relacionado con una
tiene que ver con teoría y práctica. Entonces se puede entrar al corazón, al amor, porque esta
condición tiene que ver con la capacidad de incluir al otro, de integrarse con otros, lo que Freire
llamaba “amar a los oprimidos”. Pero es necesario pensar en esta identificación amorosa no sólo
de manera mágica, sino también crítica. No es posible cambiar la historia sólo con flores y
palabras. Se trata de una lucha para la que se requiere capacidad. El conflicto es el esposo de la
Las características que hemos delineado y que describen la no-universidad que imaginamos,
parten de un diferente sentido del tiempo y del espacio, donde cada participante, como ya se dijo,
descubre y hace caso de su particular ritmo. El situarse en el terreno de la poesía implica pasos en
misión que implica el desarrollo de un proyecto orientado hacia planteamientos, respuestas útiles
31
y efectivas, no se agota en la tarea educativa, implica dar oportunidad a la experiencia de abrirse
a la realidad en la que vivimos junto a otros seres, desde el afecto cultivar la amistad, la
a la comunidad humana. Las grandes empresas, los proyectos, grandes o pequeños, requieren del
concurso de grupos que han trascendido el individualismo pero que parten de una individualidad
creativa, artística. Cada cosa requiere de su tiempo, y el ritmo de la educación es lento y esta
lentitud requiere respeto, consideración, paciencia y tolerancia. Formarse como seres humanos
íntegros es una tarea vital que nunca acaba. Si bien las injusticias piden respuestas rápidas, las
de nuestros planes o de los planes que hacemos nuestros. Esta capacidad le da sentido y
estudiantes, somos una unidad, nuestro proyecto didáctico nos involucra, nosotros nos
restan a nuestros esfuerzos. Al trabajar con sentido, hacia la aplicación de lo que se estudia e
investiga, se construyen nuevos marcos de referencia, que forman parte de una cosmovisión en la
que vamos encontrando respuestas a las preguntas básicas de nuestra existencia. Unirnos dentro
marco de referencia, un referente principal para la conducta de cada uno de sus participantes. Un
proyecto que proporciona las materias primas potenciales y un entorno que reafirma su identidad.
32
Epílogo
México en el año 2030: escenarios de futuro”13 cuya concepción y valores están en conflicto con
el proyecto macro-educativo que el gobierno viene sosteniendo desde hace sexenios. En las
en manos de los que se articulan y someten a un proyecto de país determinado por las corrientes
nacional alternativo para que emerjan los grandes propósitos propios de la tarea educativa: la
fortalecimiento que da poder para hacer las cosas, la defensa y fomento de la libertad y la
cuestionada, dudosa, débil o dependiente, cuando sus resultados asumen la forma y las
estadísticas de un desastre, los grupos que se reúnen para trabajar sus proyectos en talleres,
estarán siempre, de alguna manera, afectados por esa realidad. Sin embargo es necesario aclarar
que aun dentro de un proyecto global errado, como el que se ha exacerbado en el México
federales) las diversas esferas, instancias, y actores no logran penetrar todos los niveles, ni
moverse en bloque, como si se tratara de una unidad marchando al unísono. Entre niveles y
esferas, entre áreas y dependencias, existe una autonomía relativa que abre un margen de libertad
que se sobrepone al control que no logra penetrar estos resquicios (Crozier, 1990), ni llegar hasta
reprimidos, (Tecnológicos, Normales, etc.) la Universidad Pública despliega sus resistencias por
13
Ver: http://desinuam.org/autoestudio3/reuniones-giesfu.htm
33
medio de grupos, esferas, niveles o espacios que evolucionan por el camino que consideran
mejor. Esto explica porque los procesos no ocurren en forma coherente y armónica, sino en
secciones y direcciones muchas veces opuestas o independientes una de otra, que al asumir la
forma de proyectos coherentes y fortalecidos, podrían y podrán en un futuro, tener una fuerza
silencios desde los que surge una profundidad cualitativa, cercana al arte, donde la subjetividad
futuro, lo construimos y vivimos nosotros en el taller del presente, definiendo una forma de vida,
taller, con sus silencios y sus ritmos personales, es un logro que ilustra la constante renovación
nuestras cualidades artísticas, poéticas, sensibles. El taller se nutre del diálogo que lleva a
consultas, acciones, consensos. Cada uno de nosotros nos reinauguramos como nuevos
proyecto, que implica nuestra capacidad de tallerear, que significa nuestra capacidad de escribir,
ya que uno de los principios del taller es la escritura. Comenzamos tratando de imaginar el futuro,
nos desprendimos lentamente del hoy, y desde el silencio del no-hoy cargamos el lenguaje de
Cuestionamos nuestra prosa (lo prosaico) y le perdimos el miedo a la poesía (lo poético). Más
tarde vimos que esa definición, es aplicable a la educación como arte. Se hizo más evidente que
oprimía, era parte del despotismo del mal-conocimiento. Comenzamos entonces a trabajar con
34
todo el arte y para ello nos fue indispensable sentir y no tan sólo pensar. Sentir y pensar la
creación desde la creación. Nuestro sentir/pensar, entonces, fue de tipo fenomenológico. Era un
goce sentirnos pensando, vernos pensando, vernos hablar nuestro pensamiento, vernos poner
nuestro pensamiento en palabras, escritas o no, que siempre de algún modo, se volvería, gracias
que era imposible pensar un taller de educación creativa del cual estuvieran excluidos los
afectos. Descubrimos o constatamos que las emociones, los sentimientos, la sensibilidad, son la
materia prima en el trabajo de todo creador. Sin abandonar del todo las herramientas técnicas, sin
cuenta esa materia prima que debía ser trabajada en el taller y vimos que para ser trabajada
necesitaba dejarse trabajar, dejarse estar. Intuíamos que ese dejarse estar en la afectividad era lo
que efectivamente habría de poner en juego la capacidad terapéutica del proyecto. Queremos
pensar que algo de ello logramos. Aunque podríamos pensar que no supimos hacerlo, o que si lo
supimos, fue fundamentalmente con la razón a trasmano, con esa especie de turbia claridad que
surge antes de las palabras cuando desde el silencio, nos disponemos a escucharlas.
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