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CARLOS GAVIRIA ADOPCION

Un referendo impertinente Por: Carlos Gaviria Díaz El Estado de Derecho es la materialización


de un propósito excelso, político y moral a la vez: la erradicación del despotismo del monarca,
es decir, del mandato del gobernante, obediente tan sólo a su capricho y amparado en una
supuesta potestad conferida por la voluntad divina. Conseguir que el ejercicio del poder,
antes arbitrario, quede sometido a las reglas del derecho, tiene que contarse entre las grandes
conquistas de la humanidad. Pero el Estado constitucional de derecho implica un avance
cualitativo inapreciable:

precaver algo que había pasado inadvertido, a saber, que también las mayorías puedan
decidir caprichosamente en desmedro de sectores minoritarios de la población que reclaman
derechos que no pueden ser negados o recortados con argumentos fuertes de razón pública.
Asunto que puede plantearse de la siguiente forma:

¿hay temas problemáticos que deban sustraerse a la decisión mayoritaria? Y la respuesta


indudablemente es sí. ¿Como cuáles?

Voy a señalar apenas dos: 1. Los asuntos técnicos y científicos que reclaman una respuesta
concluyente (en la medida en que la ciencia puede darla), expuesta a la prueba de la razón y la
experiencia. Ejemplos pueden darse a granel, pero uno paradigmático me parece que basta.

¿No sería descabellado convocar al pueblo a que mediante sufragio universal dirimiera el
asunto de si el universo fue creado según la rica ficción fantasiosa del Génesis o si está bien
orientada la hipótesis abstrusa del Big Bang?

¿Alguien con mediana sensatez podrá pensar que la respuesta definitiva proceda de las urnas?
A veces uno piensa, oyendo o leyendo a la senadora Viviane Morales, que es eso lo que se
propone con su dislocada propuesta de referendo contra la adopción por parte de las parejas
homosexuales.

Como hay un debate académico y científico en torno a los trastornos y sesgos de orientación
que puedan padecer los menores adoptados y, a su juicio, la balanza se inclina por una
respuesta afirmativa (cosa que parece refutada abrumadoramente por estudios serios y
1 GAVIRIA, Carlos, Un referendo impertinente [en línea]. Diario El Espectador. 2015. [fecha de
consulta: 17 junio de 2016]. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/un-
referendo-impertinente-columna-547154 abundantes hechos), que la mayoría profana diga
a quién asiste la razón (¿a Ptolomeo o a Copérnico?).

Pero, desde luego, la ambigüedad diluye, en apariencia, las verdaderas razones subyacentes a
la iniciativa: para la senadora Morales (hay que asumirlo así por las creencias que defiende) es
pecaminosa y “contra natura” la unión conyugal de dos personas del mismo sexo, y ni qué
decir de que tengan la temeridad de tratar como hijos a quienes no engendraron ni
concibieron. 2. Los asuntos relativos a las creencias.

¿Tiene una persona, en una sociedad pluralista, regida por un Estado laico, el derecho a
organizar su vida y su comportamiento en armonía con sus creencias religiosas? La respuesta
es sí, más allá de toda duda. Pero ¿puede con igual legitimidad convocar a los ciudadanos
que muy probablemente comparten las mismas creencias derivadas de una fe común,
respetables pero, por definición, injustificables racional y empíricamente, a que impongan
obligaciones y restricciones en sus formas de vida a quienes profesan otras creencias o sólo
tienen convicciones a que renuncien a la integridad y desarticulen su pensamiento de su
conducta y vivan una vida inauténtica, porque así lo dispuso la regla mayoritaria? He tenido un
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alto concepto de Viviane Morales como jurista y académica, pero advierto que esa s calidades
nada tienen que ver con sus iniciativas de creyente militante.

La democracia es la promesa de convivencia grata entre sujetos autónomos que a nadie


dañan, aunque sí pueden molestar conciencias fanáticas que defienden sus prejuicios con
argumentos de razón privada como si fueran del interés común. Elementos de análisis •Estado
de derecho: El exmagistrado señala que es una gran conquista de la humanidad. Y lo
señala porque cuando impera el Estado de derecho el gobierno ya no está sujeto a la voluntad
o al arbitrio de quien gobierna, pues esté está sometido a las leyes existentes.

Es lo que llamamos el imperio de la ley. En una democracia nadie puede pasar por encima de
las leyes existentes, ni siquiera el gobernante o quien ostente el poder. Luego, los
ciudadanos y la sociedad en general tienen la garantía de quien gobierna en la sociedad son las
leyes mismas. •Estado Constitucional de Derecho: Una constitución es por definición la ley de
leyes o norma de normas. Eso quiere decir que no puede haber ningún acto, ninguna
ley, ninguna decisión que vaya en contra vía de la misma Constitución. Y si la Constitución se
caracteriza, en su parte principal, por garantizar derechos fundamentales, inalienables, el
Estado Constitucional de derecho lo que plantea es que ante todo deben garantizarse
los derechos de los ciudadanos, sin importar la situación, la coyuntura, etc. Ya lo
señalamos anteriormente con el ejemplo de la crisis de la salud.

16CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA15POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO

El Estado Colombiano, así el sector de la salud pública esté en crisis, no puede recortar
derechos fundamentales a la población bajo ningún argumento. •Razón Pública y Razón
Privada: Carlos Gaviria plantea en su columna la siguiente pregunta “

¿hay temas problemáticos que deban sustraerse a la decisión mayoritaria?”.

Es decir: ¿en una democracia hay temas que no puedan ser decididos por parte de la mayoría?
Si bien reconocemos que en una democracia las mayorías imponen su voluntad, estas
mayorías no pueden decidir sobre todo. El primer tema sobre el cual no pueden decidir es
sobre asuntos técnicos o científicos.

Por ejemplo, si hacemos un referendo para decidir si la tierra es redonda o no, este tipo de
temas no dependen de la opinión pública, sino de argumentos científicos racionales y
empíricos. Es bien sabido, por ejemplo, que hay comunidades en el centro de EEUU que
señalan que el hombre ha sido creado por Dios tal y como se relata en el génesis. Sin embargo,
a pesar de que es respetable que cada cual crea en lo que desea, la ciencia nos ha
señalado que el creacionismo no es la teoría más consistente y que en cambio la teoría de la
evolución está mejor sustentada.

Por supuesto, Gaviria trae este argumento pues de fondo quiere plantear que la Ciencia
hoy plantea con pleno sustento, que el comportamiento homosexual no es una patología,
una enfermedad. Luego, por más sectores existentes que crean que se trata de una
enfermedad o una rareza, la Psicología es clara hoy en día al afirmar que el comportamiento
homosexual como tal no es una enfermedad. Por otra parte, señala Gaviria que no es legítimo
que las mayorías traten de imponer sus creencias a las minorías a partir de una ley.

Es decir, si bien la democracia obliga que se respeten las creencias, convicciones e ideologías,
ellas hacen parte de la razón privada de cada individuo y nadie puede imponerle y obligarlo a
creer o afirmar otras ideas. Sin embargo, tampoco es legítimo que estas creencias, así sean
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compartidas por la mayoría se impongan sobre unas minorías que no las comparten. En un
contexto de razón pública lo único que debe imponerse es la razón, lo razonable. En
democracia se debe respetar y defender que cada cual viva respecto a sus propias
convicciones, pero no se puede tolerar que se busquen imponer a los demás a través
de vías democráticas.

•Democracia pluralista: señala Gaviria que la democracia es “la promesa de convivencia grata
entre individuos autónomos que a nadie dañan”. Con esto quiere plantear que el corazón de la
democracia estriba en la defensa del pluralismo, a la posibilidad a que en medio de una
sociedad en donde todos pensamos distinto y vivimos de distintas maneras, podamos
convivir sin dañarnos unos a otros. Por eso, el pluralismo impide que se impongan las mayorías
simplemente por el hecho de serlo, pues se demanda el respeto a las mayorías, en un marco
en el que el Estado debe garantizar los derechos más allá de las creencias particulares.

Un referendo impertinente

Carlos Gaviria

El Estado de Derecho es la materialización de un propósito excelso, político y moral a la vez: la


erradicación del despotismo del monarca, es decir, del mandato del gobernante, obediente tan
sólo a su capricho y amparado en una supuesta potestad conferida por la voluntad divina.
Conseguir que el ejercicio del poder, antes arbitrario, quede sometido a las reglas del derecho,
tiene que contarse entre las grandes conquistas de la humanidad.

Pero el Estado constitucional de derecho implica un avance cualitativo inapreciable: precaver


algo que había pasado inadvertido, a saber, que también las mayorías puedan decidir
caprichosamente en desmedro de sectores minoritarios de la población que reclaman
derechos que no pueden ser negados o recortados con argumentos fuertes de razón publica.
Asunto que puede plantearse de la siguiente forma: ¿hay temas problemáticos que deban
sustraerse a la decisión mayoritaria? Y la respuesta indudablemente es sí. ¿Como cuáles? Voy a
señalar apenas dos:

1. Los asuntos técnicos y científicos que reclaman una respuesta concluyente (en la medida en
que la ciencia puede darla), expuesta a la prueba de la razón y la experiencia. Ejemplos pueden
darse a granel, pero uno paradigmático me parece que basta. ¿No sería descabellado convocar
al pueblo a que mediante sufragio universal dirimiera el asunto de si el universo fue creado
según la rica ficción fantasiosa del Génesis o si está bien orientada la hipótesis abstrusa del Big
Bang? ¿Alguien con mediana sensatez podrá pensar que la respuesta definitiva proceda de las
urnas? A veces uno piensa, oyendo o leyendo a la senadora Viviane Morales, que es eso lo que
se propone con su dislocada propuesta de referendo contra la adopción por parte de las
parejas homosexuales. Como hay un debate académico y científico en torno a los trastornos y
sesgos de orientación que puedan padecer los menores adoptados y, a su juicio, la balanza se
inclina por una respuesta afirmativa (cosa que parece refutada abrumadoramente por estudios
CARLOS GAVIRIA ADOPCION

serios y abundantes hechos), que la mayoría profana diga a quién asiste la razón (¿a Ptolomeo
o a Copérnico?).

Pero, desde luego, la ambigüedad diluye, en apariencia, las verdaderas razones subyacentes a
la iniciativa: para la senadora Morales (hay que asumirlo así por las creencias que defiende) es
pecaminosa y “contra natura” la unión conyugal de dos personas del mismo sexo, y ni qué
decir de que tengan la temeridad de tratar como hijos a quienes no engendraron ni
concibieron.

2. Los asuntos relativos a las creencias. ¿Tiene una persona, en una sociedad pluralista, regida
por un Estado laico, el derecho a organizar su vida y su comportamiento en armonía con sus
creencias religiosas? La respuesta es sí, más allá de toda duda. Pero ¿puede con igual
legitimidad convocar a los ciudadanos que muy probablemente comparten las mismas
creencias derivadas de una fe común, respetables pero, por definición, injustificables racional y
empíricamente, a que impongan obligaciones y restricciones en sus formas de vida a quienes
profesan otras creencias o sólo tienen convicciones a que renuncien a la integridad y
desarticulen su pensamiento de su conducta y vivan una vida inauténtica, porque así lo
dispuso la regla mayoritaria?

He tenido un alto concepto de Viviane Morales como jurista y académica, pero advierto que
esas calidades nada tienen que ver con sus iniciativas de creyente militante.

La democracia es la promesa de convivencia grata entre sujetos autónomos que a nadie


dañan, aunque sí pueden molestar conciencias fanáticas que defienden sus prejuicios con
argumentos de razón privada como si fueran del interés común.

Viviane Morales le responde a Carlos Gaviria Díaz

‘El derecho a la adopción no existe’: Viviane Morales

El exmagistrado escribió en que la propuesta de referendo sobre la adopción gay es


impertinente. La exfiscal y hoy senadora le contesta que lo impertinente es hacerle creer a la
gente que perderá un derecho que no tiene. Se aviva el debate.

Apreciado Carlos:

Leí tu artículo sobre la propuesta de referendo que presenté ante la Registraduría,


acompañada por 238.000 ciudadanos, para decidir si en Colombia aceptamos o negamos la
adopción de niños desamparados por parte de parejas del mismo sexo.

Lo leí con mucha atención, como siempre leí tus sentencias y, en general, como leo tus escritos
cuando llegan a mis manos. Pero esta vez lo leí, además, con particular alegría. Enhorabuena
llegaste a darle a mi contraparte la estatura intelectual y moral que anhelé que tuviera, a fin de
que el debate público contribuya a la edificación de nuestra cultura democrática.
CARLOS GAVIRIA ADOPCION

Créeme que he tenido la preocupación de que esta controversia pierda su talante necesario
cayendo víctima de prácticas degradadas humanamente, cuando no de fundamentalismos
antirreligiosos o de la banalización fatal con que muchos medios de comunicación distorsionan
el acontecer nacional.

Bienvenido, pues, al debate.

Desde el titular calificas de “impertinente” el referendo que hemos propuesto, esto quiere
decir: inoportuno, inapropiado y, aún más, molesto. Esto con base en la afirmación categórica
de que hay “temas problemáticos” que no pueden ser decididos por el pueblo a fin de que las
mayorías no “puedan decidir caprichosamente en desmedro de sectores minoritarios de la
población que reclaman derechos que no pueden ser negados o recortados con argumentos
fuertes de razón pública”.

Efectivamente, estamos en total desacuerdo. Mi concepto de democracia radica en que lo


pertinente es que sea el pueblo quien resuelva las controversias y las contradicciones
fundamentales de toda sociedad, con más razón de la colombiana cuya experiencia nos
demuestra que la falta de democracia y la histórica usurpación de los derechos del pueblo
desde las esferas del poder, nos han sumido en la tragedia de intentar la violencia como
camino para conjurar nuestros conflictos principales.

En mi condición de mujer, de cristiana y de profesora de Derecho Constitucional, soy la


primera en defender los derechos de las minorías de cualquier abuso en que puedan incurrir
las mayorías. De hecho pertenezco a grupos minoritarios y he sido víctima de discriminaciones
en virtud de tal pertenencia; lo que ocurre es que este riesgo no se corre con el referendo que
hemos propuesto porque no estamos sometiendo a votación ningún derecho de ninguna
minoría. Nuestras leyes y la jurisprudencia de la Corte Constitucional a la que perteneciste son
expresamente claras en que la adopción no constituye derecho alguno, de parejas
heterosexuales ni de parejas homosexuales, ni de hombres o mujeres solos,
independientemente de su orientación sexual.

Es impertinente, entonces, acudir a la falacia de que estamos poniendo en riesgo el derecho


que tienen los homosexuales a adoptar niños, cuando está claro que el derecho a adoptar no
existe. Nadie puede perder lo que no tiene.

Lo que sí existe es el derecho de los niños a ser protegidos y criados por una familia y, en el
caso de los niños desamparados, sin familia, el Estado está en la obligación de garantizarles
este derecho de la mejor manera posible. De esto se trata nuestro referendo: de que sea el
pueblo quien le ordene al Estado cuáles son los parámetros que de acuerdo con su
experiencia, su razón y su cultura, debe tener en cuenta a la hora de tomar la delicadísima
responsabilidad de entregar a un niño en adopción.

No sobra insistir, en este punto, que mis convicciones cristianas coinciden íntegramente con
las conquistas universales del Derecho que consagran los derechos de los niños como
prevalentes sobre cualquiera eventualidad jurídica.

Para mí los niños son sagrados y estoy decidida a luchar para que de ninguna manera se les
convierta en objetos de consumo emocional.
CARLOS GAVIRIA ADOPCION

También me parece importante aclararles a nuestros lectores que tu posición diluye, en


apariencia, las verdaderas razones subyacentes a tu artículo: cuando afirmas que hay que
quitarle al pueblo el derecho de decidir sobre este “tema problemático”, lo que en el fondo
estás pidiendo es que dejemos la decisión sobre la adopción de niños desamparados por parte
de parejas homosexuales en manos de los nueve magistrados de la Corte Constitucional. Te
parece que los nueve magistrados cuentan con la sabiduría necesaria para superar los riesgos a
los que nos exponen las decisiones de las que señalas como “mayorías profanas” (¿ignorantes
e incompetentes?).

En este punto también estoy en total y respetuoso desacuerdo con tus planteamientos. Mi
experiencia de ciudadana, de abogada y de legisladora me ha llevado a la convicción
democrática de que son preferibles las decisiones de nuestro pueblo, pese a los riesgos de
errores, que las decisiones de nuestros honorables magistrados de la Corte Constitucional,
pese a sus riesgos de aciertos.

Por último, apreciado Carlos, sólo me resta compartirte una inquietud de amiga y admiradora
que me quedó de la lectura de tu artículo: ¿por qué esas mayorías te resultan “profanas” y por
lo tanto incompetentes para decidir en nuestro referendo sobre la suerte de nuestros niños
desamparados, y en cambio te parecían competentes y dignas de votar por ti cuando les
pediste su respaldo al aspirar a la Presidencia de la República?

Por lo pronto, te deseo lo mejor y de nuevo te agradezco que hayas decidido intervenir en este
debate.

Atte: Viviane Morales

Preguntas

Preguntas útiles para construir el aporte:

1. ¿El refrendo contra la adopción homoparental es pertinente, es democrático?

2. ¿En qué se diferencia el concepto de “Democracia” de Carlos Gaviria del concepto de


“democracia” de Viviane Morales

Criterios de evaluación

La nota del foro se valorará a partir de tres aspectos:

1. La cantidad y calidad de las intervenciones. No olviden que deben subir al foro mínimo un
aporte y una réplica. (10 puntos)
CARLOS GAVIRIA ADOPCION

El aporte debe tener una extensión mínima de 300 palabras

- No se trata de defender las creencias personales, sino de analizar los conceptos de


democracia, igualdad, libertad, etc. Cuando pregunto por su opinión acerca de las columnas,
no se trata de compartir sus creencias personales, sino de socializar su análisis racional de los
argumentos de los juristas.

-El argumento debe ser creado por


CARLOS GAVIRIA ADOPCION

¿El refrendo contra la adopción homoparental es pertinente, es democrático?


Es importante resaltar que estamos en un estado laico, pluralista y democrático, cabe decir
que nuestro país por razones constitucionales, haciendo énfasis en la constitución de 1991
específicamente en el artículo 2, 13, y 18 garantiza la libertad de conciencia y los mismos
derechos a cada uno de los colombianos que con el solo hecho de haber nacido en este país
heredaron dichas oportunidades.

De tal manera que son las autoridades de las que están instituidas para proteger las creencias,
derechos y libertades de cada uno de los anteriormente descrito, sin embargo nacen consigo
una serie de controversias, donde se aduce la tiranía de las mayorías y la opresión de las
minorías, sucesos que con el tiempo de una manera determinada, cada miembro de nuestra
sociedad ha venido expresando en su libertad, basado en sus instintos y convicciones
personales.

Por consiguiente vale la pena resaltar que con el estado laico o secular, es importante aducir
que el mismo no puede ser influido por cualquier tipo de ideología o creencia solamente bajo
el argumento de que es mayoritaria o que es la predominante en términos culturales.

En ese orden de ideas podríamos entonces invitar a nuestra sociedad a una tolerancia
pluralista; dadas las condiciones y ponencias múltiples, que a merced de este debate se
presentan, argumento entonces cual sería el límite de la libertad individual; donde si bien es
cierto estamos en un estado social de derecho la constitución puede cohibir o intervenir en
algunas decisiones.

Durante décadas han existido gobiernos en el mundo que han defendido la democracia las
monarquías y anarquías, minimiza las oportunidades para que muchos con propuestas
acertadas y con condición de hecho, siquiera las expongan, el 80% de nuestra sociedad según
estudios recientes es judeocristiana situación que pone en tela de juicio esta ponencia sobre la
adopción homoparental.

Para tal efecto hago mi exposición con base a lo anteriormente descrito y a los derechos que
cada uno de los seres humanos tienen sin importar su raza color, afinidad sexual y creencia
religiosa.

Ahora bien en algunos debates del congreso se han expuesto múltiples controversias , donde
con registro le manifestaban algunos ponentes de la adopción homoparental, de acuerdo a
estudio y seguimiento al instituto colombiano de bienestar familiar, según manifiesta que
desde que se inició con el proyecto de adopción el cual lleva más de 3 años, solo un poco
menos de 50 solicitudes se han presentado, haciendo énfasis que existen niños con
condiciones especiales y a merced de ello muchos de los solicitantes las presentan hacia niños
con condiciones específicas.

Ahora bien donde estaría entonces la supuesta igualdad ante la sociedad, si se están basando
en exclusión de las mayorías escogiendo unas minorías con características claras. Pensaría
entonces que la democracia debería prevalecer en este caso ya que no pueden sujetar al país
políticamente, en un juego de ganar adeptos políticos por medio de críticas o
cuestionamientos, cualquiera sea la orientación sexual o creencia religiosa de quien pretende
saciar sus expectativas las cuales siempre argumentaran en tesis o bajo estudios universitarios
CARLOS GAVIRIA ADOPCION

su convicción y anhelo mi opinión es de acuerdo a lo visto este proyecto debería ser


democrático, sin desconocer las propuestas y reconocimiento a las minorías.

¿Qué opina de las columnas de Gaviria y Morales?


Leyendo lo expuesto por el jurista Carlos Gaviria comparto la idea de que somos un
estado social de derecho, donde obviamente tenemos una serie de creencias y
afinidades pluralistas, de hecho el avance cualitativo al cual hace mención y no podría
desmeritarse las encuestas, los grupos de discusión, entrevistas abiertas que giran en
torno a un solo fin demostrar su ponencia.
Además su intervención es un atropello a la clase religiosa; donde expone basado en
su teoría que son injustificables racionalmente derivadas de una fe común, pienso que
sus principios no deben atropellar las libertades individuales las mismas que existen
desde la constitución de 1886 y con la de 1991 se hace mención a dios de alguna
manera; es por eso que esta nación obedece a sus creencias de acuerdo a estas
tradiciones.
Podría decir entonces que habría un gran vacío en su afán de poder sacar avante este
proyecto, el cual solo justifican en las creencias religiosas que por índole han
presentado diversos sectores como una alternativa a la no adopción, mas no como
una ley.
Ahora bien la jurista Vivian Morales basa su proyecto en herramientas solidas como
lo son los derechos estimados; así mismo como es un tema de mucha controversia y
replicas constante objeta que es el pueblo quien debería decidirlo, la opinión de los
medios es importante pero debería ser imparcial no subjetiva.
Agrego que en su calidad de cristiana en ningún momento está basando su proyecto
en creencias religiosas, más bien hace énfasis en que los niños son algo sagrado que
no debe ser objeto de debate , ni mucho menos tipificarlo como un derecho
Comparto lo expuesto por la jurista Vivian Morales, y es la sociedad y la democracia
quien debe argumentar este suceso de manera concreta, y no basada en la influencia
política, dejándonos bajo las decisiones de quienes ostentan el poder jurídico en
Colombia.

Hola Sandra Liliana , leí muy minuciosamente tu análisis y de antemano te digo que estoy de
acuerdo en que somos un estado laico bañado por múltiples culturas, pensamientos y gustos,
de igual manera aplaudo el concepto de que no se puede ver atropellado el pensamiento de
las minorías.

En ese orden de ideas quiero hacer objeción en algunos puntos que me causaron curiosidad;
además de que compartes una idea muy amplia y admiración por la propuesta del jurista Cesar
Gaviria, ten presente que existe daño necesario y daño contingente, y es ahí donde debe
intervenir el estado, si bien es un tema muy amplio el de la adopción homoparental son
amplias también las discrepancias de quienes se oponen a ello.
CARLOS GAVIRIA ADOPCION

Cuando hay daño contingente el estado no debe obedecer a ningún tipo de responsabilidad, al
haber daño necesario, ahí si entra el poder del estado, las controversias de ambas partes
obedecen a principios: Éticos, morales, amparados en la ley; además la exigencia de los
derechos que como colombianos compete, siendo así el estado tendría que apoyar ambas
partes, pero en vista de los presentes cuestionamientos la decisión más acertada seria la parte
democrática donde un amplio sector da un concepto , amparado en la constitución.

Ahora bien que pasara mañana, si cada que las minorías se sientan opacadas por la mayoría, y
a futuro cada vez que a otros sectores dependiendo su opinión y gusto por alguna tradición
que en un momento sea cuestionada por la mayoría; entonces se tendría que aprobar.

Hasta donde estamos llegando en este país que ya las decisiones democráticas no tienen
validez, para mi concepto eso sería anarquía, monarquía ósea la decisión de unos pocos
basados en sus convicciones.

Por otro lado te invito a ver mi análisis, además quiero compartir con mis compañeros, que en
bienestar familiar existen miles de niños y por parte de las parejas homoparentales solo han
hecho en 5 años menos de 50 solicitudes de adopción, donde hay niños especiales y con otras
condiciones, a raíz de esto quienes le han apostado a la adopción, los exigen sanos y con
características físicas específicas.

Si promulgan en los medios en la radio su amor por los niños debe ser imparcial no subjetivo,
en aras de que quieren ofrecerle algún tipo de garantía, para unas cosas hay democracia para
otras no.

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