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1.

El origen del término “entrepreneurship”


El término emprendedor proviene del francés “entrepreneur”, que es exactamente la
misma palabra que se utiliza en lengua inglesa y que deriva del verbo francés
“entreprendre” que significa emprender. Un estudio detallado sobre los orígenes del
término “entrepreneur” y del proceso de incorporación de tal concepto a la literatura
económica fue elaborado por Hoselitz (1951).
En sus orígenes, durante el S. XVII se aplicó el término a los franceses que llevaban a
cabo expediciones militares. Más adelante se amplió su significado incluyendo a
quienes emprendían proyectos de construcción de infraestructuras con carácter
religioso o militar. El uso más antiguo del vocablo “entrepreneur”, haciendo referencia
a una persona que se hace cargo de un negocio que implica riesgos, se encuentra en
un documento de la ciudad de Notingham de 1630. El término “entrepreneur” fue
introducido en la bibliografía económica por Richard Cantillon en 1755 en su obra
“Essai sur la Nature du Commerce en Général” para identificar a quienes corrían el
riesgo y tomaban la responsabilidad de poner en marcha y llevar a término un
proyecto innovador. Algunas décadas más tarde, fue Jean Baptiste Say el primero en
elaborar el concepto de empresario‐emprendedor y su aclaración conceptual como
sujeto económico distinto del capitalista (Drucker, 1997; Nueno, 1994; Cunningham y
Lischeron, 1991; Ripsas, 1998; Díaz, 2002; Lasch y Yami, 2008). Desde el punto de vista
de la posible traducción del término “entrepreneur” al castellano, la situación está
clara para diversos autores: es empresario y no emprendedor. Existen motivos que
explican porque se generaliza el uso del término emprendedor en sustitución del
término empresario. La principal razón es la imagen negativa que se asocia a la figura
del empresario (Díaz, 2002). Por su parte, la figura del emprendedor denota una
imagen positiva y heroica, constituyendo un icono de admiración asociado a la
capacidad de determinados individuos para llevar a cabo sus iniciativas a pesar de los
riesgos implícitos. Emprender es la virtud del inicio, de la misma forma que la
perseverancia es la virtud de la continuidad. Ambos conceptos constituyen la virtud de
la fortaleza, la esencia de la cual es “no dejar de hacer algo bueno y valioso por el
esfuerzo o el riesgo que pueda comportar” (Marina, 2013). En este sentido, una cosa
es ser emprendedor y otra es ser empresario. No todos los emprendedores son
empresarios, ni todos los empresarios son emprendedores. No es lo mismo ser el
propietario de un pequeño y modesto negocio que ser un emprendedor que apuesta
por la creatividad y la innovación sea en su propio negocio como dentro de una gran
corporación.
El origen del término “entrepreneurship” 12 En cualquier caso, la sociedad se está
dando cuenta de que existen personas que crean empresas, puestos de trabajo y
riqueza, con espíritu emprendedor y de riesgo, creatividad e iniciativa, distintos de los
empresarios puramente capitalistas. Quizás por eso, en palabras de Díaz “se hace más
fácil tratar de disfrazar al empresario bajo un nombre diferente: emprendedor”. A
pesar de que el término “entrepreneur” ha sido traducido a diversos idiomas e
incorporado en sus respectivos diccionarios, no existe una traducción aceptada del
término “entrepreneurship” en la mayoría de ellos. El Diccionario de la Real Academia
de Lengua Española incorpora el término “emprendedor” pero no como nombre sino
como adjetivo para referirse al “que emprende con resolución acciones dificultosas o
azarosas”. El “entrepreneurship” nace en Estados Unidos como una disciplina
metodológica y cultural cuyo objetivo es impulsar a los emprendedores y a la creación
de empresas. Se ha intentado encontrar un vocablo español que sintetizara a la
perfección el término anglosajón que se venía utilizando hasta el momento.
Veciana afirma que el término “entrepreneurship” engloba tres conceptos –
empresario, función empresarial y creación de empresas – y que es de difícil
traducción al castellano (Veciana, 1999). Filológicamente, el término inglés
“entrepreneurship” proviene de agregar la terminación “ship” a la palabra
“entrepreneur”. La terminación “ship” indica el aspecto genérico de un término. Así
pues, si asumimos que la traducción de “entrepreneur” es la de empresario,
“entrepreneurship” debe hacer referencia a todo lo concerniente al empresario, su
función y a la creación de empresas. Así pues, podemos utilizar la palabra
“entrepreneur” o “emprendedor” para designar al empresario y su derivado
“entrpreneurship” o “emprendimiento” para referirnos a las competencias,
comportamientos y habilidades que requieren los emprendedores pero también al
fenómeno de creación de empresas y a la función empresarial incipiente. En realidad,
otros términos como “emprendizaje”, “empresarialidad” y “emprendeduría” (variantes
utilizadas a menudo en España), “emprendedurismo” y “emprendurismo” (variantes
utilizadas en países hispano‐americanos) son traducciones alternativas de la palabra
inglesa “entrepreneurship”. Todos estos vocablos se utilizan para describir en el
ámbito empresarial el espíritu emprendedor o el ímpetu por iniciar algo. Desde
nuestro punto de vista, es preferible utilizar la alternativa “emprendimiento”, que el
Diccionario de la Lengua Española de la RAE incorpora en su vigésima tercera edición
con los significados de “acción y efecto de emprender (acometer una obra)” y
“cualidad de emprendedor”. Tan importante como el término a utilizar es el
significado que se le da al mismo. Según Veciana carece de importancia buscar una
traducción literal al español del término “entrepreneurhsip” debido a que “en el
ámbito académico no existe unidad de criterio sobre su función, significado y ámbito”,
tal como se detallará más adelante. El origen del término “entrepreneurship” 13 Figura
1. Terminología relacionada con “entrepreneur” y “entrepreneurship” Para los fines de
esta tesis, se propone la utilización de las siguientes traducciones del término
“entrepreneurship”: “emprendimiento” (término aceptado en el diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española) o alternativamente “actividad emprendedora”. En
capítulos posteriores se presentan diversas definiciones del término emprendimiento.
En líneas generales y para empezar, podemos aceptar la propuesta de Shane (2004),
para quien el emprendimiento o proceso empresarial envuelve la identificación y
evaluación de oportunidades, la decisión de explotarlas por uno mismo o venderlas,
los esfuerzos para obtener recursos y el desarrollo de la estrategia y la organización
del nuevo proyecto empresarial.

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