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La teoría del concurso pretende establecer las reglas para la aplicación de diversos
marcos penales, según haya una acción o tengan que apreciarse varias acciones.
En tal dirección, su misión es establecer las reglas sobre las cuales se determinará
la unidad y pluralidad de delitos, a la vez que debe resolver el conflicto que genera
la existencia de hechos que presentan un múltiple encuadre típico, o casos de
pluralidad de conductas que ponen en movimiento varios tipos penales o el mismo
tipo penal varias veces. Se trata de un problema que atañe a la tipicidad de la
conducta.
En las reglas previstas por el Código Penal Federal en el artículo 18 se refiere a los
casos que tradicionalmente llamamos concurso de delitos cuando con una sola
conducta se cometen varios delitos. Existe concurso real, cuando con pluralidad de
conductas se cometen varios delitos.
Tradicionalmente el concurso de delitos se estructura para su estudio en concurso
ideal y concurso real.
Artículo 108.- En los casos de concurso de delitos, las acciones penales que de
ellos resulten, prescribirán cuando prescriba la del delito que merezca pena mayor.
Artículo 109.- Cuando para ejercitar o continuar la acción penal sea necesaria una
resolución previa de autoridad jurisdiccional, la prescripción comenzará a correr
desde que se dicte la sentencia irrevocable.
UNIDAD DE ACCIÓN Y DE DELITO
El problema común a todos los supuestos de concurso citados es determinar
cuándo hay una o varias acciones (u omisiones).
Por “unidad” se entiende “la propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede
dividirse sin que su esencia se altere o destruya”, en tanto que pluralidad es la
“calidad de ser más de uno”.
Los factores que contribuyen el concepto de unidad de acción el primero de ellos
es el factor final, es decir, la voluntad que rige y da sentido a una pluralidad de actos
físicos aislados (en el homicidio, la unidad de matar unifica y da sentido a una serie
de actos, como comprar y cargar la pistola, acechar a la víctima, apuntar y disparar);
El segundo factor es el normativo, la estructura del tipo delictivo en cada caso en
particular. Así, aunque el factor final que rige un proceso causal sea el mismo (matar
a alguien), alguno de los actos particulares realizados puede tener, aisladamente,
relevancia para distintos tipos delictivos (así, por ejemplo, la tenencia de un arma
de fuego para el delito de portación de arma de fuego).
En realidad, la calificación concursal depende de una determinada regulación legal,
la del Código Penal vigente por imperativo del principio de legalidad, es vinculante
tanto para el intérprete, como para el juzgador, y que muchas veces pone en
cuestión las teorías existentes sobre el concurso de delitos.
El Código Penal Federal señala: Artículo 18.- Existe concurso ideal, cuando con una
sola conducta se cometen varios delitos. Existe concurso real, cuando con
pluralidad de conductas se cometen varios delitos. Artículo 19.- No hay concurso
cuando las conductas constituyen un delito continuado.
Con palabras de la doctrina podemos decir que el concurso de delitos se da en
aquellos:“casos de concurrencia de tipos penales sin que ninguna excluya al otro-
como en el caso del concurso aparente de leyes-, en los que se afectan diferentes
normas penales.
El concurso ideal es una hipótesis de delito único, se trata de una unidad de hecho
con pluralidad de tipos; es decir, una concurrencia de tipicidades en una única
conducta. Importa la consideración del mismo suceso bajo distintos aspectos
valorativos.
I. Concurso ideal
El concurso ideal también llamado concurso formal, emerge cuando con un acto (o
conducta, como señala el artículo 18 del CPF) se violan diversos preceptos legales.
En otras palabras, el concurso ideal es “..la confluencia de dos o más infracciones
delictivas ocasionadas por una sola acción del sujeto.”
En el concurso ideal hay una única conducta con pluralidad típica, es decir conducta
única y tipicidad plural.
Desde otra perspectiva teórica], en el concurso ideal, los tipos penales puestos en
funcionamiento no están contenidos unos en otros, tienen solamente ciertos puntos
mínimos de contacto, que reiteran ciertos aspectos del hecho, solamente el conjunto
o totalidad de los tipos aprehende prohibitivamente la totalidad del hecho. Se
diferencia del concurso aparente en que en éste, alguno de los tipos concurrentes
desplaza o excluye al otro u otros.
Concurso heterogéneo: aquél en el cual se ejecuta una acción que violenta diversos
ilícitos (delitos). “La doctrina distingue el concurso ideal heterogéneo del concurso
ideal homogéneo. El primero se produce cuando el hecho realiza delitos distintos,
mientras que el segundo se dará cuando los delitos cometidos son iguales.”
Para la existencia del concurso heterogéneo ideal deben darse los siguientes
requisitos: 1.- Una conducta; 2.- Varias lesiones jurídicas distintas, y 3.- Compatibles
entre sí.
Ejemplos: Causar lesiones a un agente de la Autoridad constituye un concurso ideal
heterogéneo (concurren delitos distintos); cuando alguien por medio de un disparo
mata a una persona y, simultáneamente, daña una cosa o si se coacciona a otro a
llevar a cabo un comportamiento a través de unas lesiones corporales.
En el Concurso homogéneo: Los delitos cometidos son iguales. “la misma conducta
(acción) cumple repetidamente el mismo tipo, en tanto en el concurso ideal
heterogéneo la única conducta infringe varios tipos penales.
Requisitos para el concurso homogéneo: 1.- Una conducta; 2.- Varias lesiones
jurídicas iguales, y 3: Compatibles entre sí.
Ejemplo: el matar varias personas con una sola bomba originará un concurso ideal
homogéneo (concurren varios asesinatos, que son delitos iguales
5- El concurso real
El concurso real, también llamado concurso material, es aquel que se presenta
cuando un sujeto realiza varias acciones reprochadas de las que se deriva la
comisión de otros tantos ilícitos (delitos)
Se define: Cuando una misma persona realiza dos o más conductas independientes
que importan cada una la integración de un delito, cualquiera que sea la naturaleza
de éste, si no ha recaído sentencia irrevocable respecto de ninguno de ellos y la
acción para perseguirlos no está prescrita.
El concurso real existe cuando por el mismo sujeto se realizan varias acciones
distintas que originan diversos delitos jurídicamente independientes.
Supone una vía intermedia entre las dos anteriores y supone una pena más grave
que la correspondiente al delito de más gravedad pero no tanto como la que
resultaría de sumar todas las penas. Puede consistir o bien en la atenuación de la
pena resultante de la suma de todas las penas particulares, o bien en la agravación
del delito más grave (exasperación o aspiración).
El ordenamiento Federal de México se adscribe al último de los sistemas referidos.
Dice el Código Penal Federal en su Artículo 64: “(…) En caso de concurso real, se
impondrán las penas previstas para cada uno de los delitos cometidos, sin que
exceda de las máximas señaladas en el Título Segundo del Libro Primero. Si las
penas se impusieran en el mismo proceso o en distintos, pero si los hechos resultan
conexos, o similares, o derivado uno del otro, en todo caso las penas deberán
contarse desde el momento en que se privó de libertad por el primer delito. En caso
de delito continuado, se aumentará de una mitad hasta las dos terceras partes de
la pena que la ley prevea para el delito cometido, sin que exceda del máximo
señalado en el Título Segundo del Libro Primero.
El concurso real o material, al igual el concurso ideal, puede darse bajo supuestos
de concurrencia homogénea y heterogénea.
El concurso real tiene lugar cuando a un mismo sujeto se le atribuyen varios hechos
delictivos, cometidos todos antes de que ninguno de ellos haya sido objeto de
juzgamiento, y que deben serlo en un mismo proceso, o a cuyo respecto debe
unificarse la pena en una misma sentencia. Ello lleva a afirmar que en el concurso
real hay una concurrencia de delitos en un proceso. El concurso real es de dos o
más delitos.
No debe confundirse concurso real con pluralidad de delitos, ya que puede ocurrir
que uno de los hechos delictivos sea posterior a la sentencia condenatoria respecto
del otro u otros. Esto sucede tanto en caso de reincidencia como cuando el
condenado por delito a pena no privativa de libertad comete uno nuevo sancionado
con cualquier clase de pena o cuando el condenado a pena privativa de libertad
incurre en un nuevo hecho, punible con otra clase de pena.
c) inexistencia de una norma específica que tipifique como delito único una
pluralidad de hechos;
d) cada hecho debe constituir una lesión distinta o autónoma de la misma norma
penal (concurso real homogéneo) o de diversas (concurso real heterogéneo);
e) cada uno de los hechos debe encuadrar en un tipo delictivo (las contravenciones
no dan lugar a concurso de delitos);
6. El delito continuado
El requerimiento del dolo unitario o total denota claramente una unidad de finalidad
que debe abarcar las particularidades comitivas del hecho. El dolo total del delito
continuado presenta las particularidades que se derivan de querer la realización
típica de esa manera, por lo que configura el enlace óntico insustituible de los
distintos actos parciales, ligándolos desde antes de agotamiento del primero hasta
la realización del último.
Habrá conducta continuada cuando con dolo que abarque la realización de todos
los actos parciales, existente con anterioridad al agotamiento del primero de ellos,
el autor reitere similarmente la ejecución de su conducta en forma típicamente
idéntica o similar, aumentando así la afectación del mismo bien jurídico, que deberá
pertenecer al mismo titular sólo en el caso que implique una injerencia en la persona
de éste [Zaffaroni].
Se entiende por pena «tipo o abstracta» la impuesta por la ley a los autores del
delito consumado.
Prevé el Código Penal una regla especial en el art. 64 al establecer que: «las
anteriores no se aplicarán en los casos en que la tentativa o la complicidad se penen
especialmente por la Ley».
c) Las que consisten en la ejecución material del hecho o en los medios empleados
para realizarlo, servirán únicamente para agravar o atenuar la responsabilidad de
los que hayan tenido conocimiento de ellas en el momento de la acción o de su
cooperación para el delito.
En estas dos últimas reglas, el Código parece referirse tanto a las circunstancias
genéricas como a las específicas, entendiendo por estas últimas las que dan lugar
a tipos agravados.
Si bien la regla de la inherencia que aquí se establece tiene como referente al art.
59 del Código Penal anterior, dos son las modificaciones que se han introducido.
En primer término, su alcance se amplía a las circunstancias de atenuación.
Además, se ha suprimido la referencia a las circunstancias «que por sí mismas
constituyeren un delito especialmente castigado por la Ley», supuesto que
complicaba la interpretación del precepto.
En el art. 66 del C.P., aparecen recogidas una serie de reglas dosimétricas relativas
a la apreciación de las circunstancias atenuantes o agravantes.
La regla primera refunde las contenidas en los números 3 y 4 del art. 61 del Código
Penal anterior. El quantum se determinará en ambos supuestos tomando en
consideración las circunstancias personales del delincuente y la mayor o menor
gravedad del hecho. Aunque ahora no se señale expresamente, en los supuestos
en los que concurran circunstancias agravantes y atenuantes será lógico que el
juzgador realice una compensación en función de la entidad cualitativa de cada una
de las circunstancias y su influencia en el caso concreto (S.T.S. 26 de noviembre
de 1990).
La regla segunda impide rebasar la mitad inferior de la pena fijada para el delito
cuando en el hecho concurra una sola circunstancia de atenuación. Si la
circunstancia es muy cualificada podrá entrar en juego la regla 4.ª. Una excepción
a la regla 2.ª es la contenida en el art. 68 respecto a la concurrencia de una eximente
incompleta del núm. 1 del art. 21.
Pero bien, si en el texto anterior la rebaja era obligatoria, en la medida en que ahora
se señala que los jueces y tribunales «podrán imponer la pena inferior en uno o dos
grados [...]»; cabría concluir que dicha rebaja es ahora facultativa.
Finalmente, hay que decir que el Código prevé la aplicación al menor de veintiún
años mayor de dieciocho, de las disposiciones previstas en la Ley Penal del Menor,
cuando ésta lo disponga. (Por el momento, el artículo tendrá una vigencia
meramente nominal, hasta la entrada en vigor de la Ley 5/2000, de 12 de enero,
reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores).
Los grados inferior y superior de las penas resultarán de la aplicación de las
siguientes reglas:
En todo caso, aunque de la aplicación de las reglas matemáticas resulte una pena
superior, se establece que las penas no podrán exceder:
Por excepción, si la pena que resulta imponer es la de prisión inferior a seis meses,
se sustituirá obligatoriamente por arresto de fin de semana o multa, salvo que
proceda la suspensión de la ejecución de la pena.
En primer lugar nos encontramos con el denominado concurso real, que supone la
ejecución de varios hechos típicos por el mismo sujeto activo, susceptible de
calificarse separadamente (y de enjuiciarse conjuntamente aunque de hecho se
enjuicien por separado). Como reglas generales, se impondrán todas las penas
correspondientes a las diversas infracciones para su cumplimiento simultáneo, si
fuera posible, por la naturaleza y efectos de las mismas.
- Puede extenderse hasta los veinticinco años, cuando el sujeto haya sido
condenado por dos o más delitos y alguno de ellos esté castigado por la Ley con
pena de prisión de hasta veinte años.
- Puede extenderse hasta los treinta años, cuando el sujeto haya sido condenado
por dos o más delitos y alguno esté castigado por la Ley con pena de prisión superior
a veinte años.
Por lo que respecta al concurso ideal (de delitos o faltas) condiciona el Código la
existencia del mismo a que un solo hecho constituye dos o más infracciones. Los
únicos cambios introducidos son los concernientes a la sustitución de la expresión
«delitos» por «infracciones» y a la adecuación de la regla penológica al nuevo
sistema de bipartición del marco legal de pena en mitad inferior y superior. La
referencia a «infracciones y no a «delitos» viene a zanjar la polémica sobre si el
concurso ideal era aplicable a las faltas no existiendo ya dudas al respecto.
En este sentido, son múltiples los fallos que recogen los elementos conformadores
del delito continuado: una pluralidad de acciones u omisiones, realizadas en
ejecución de un plan preconcebido -lo que equivale al dolo unitario o designio único-
o aprovechando idéntica ocasión -interpretada como ocasión semejante o análoga-
; homogeneidad del precepto penal violado, esto es, infracción del mismo o
semejantes preceptos legales; identidad del sujeto activo aunque puedan haber
intervenido otros sujetos en hechos aislados, admitiéndose en la jurisprudencia más
reciente la participación adhesiva; los sujetos pasivos pueden ser el mismo o
distintos, pues el precepto se refiere a uno o varios sujetos; que el eventual
distanciamiento temporal o la distribución geográfica entre los diferentes hechos no
rompa el vínculo de unión de las acciones.
Por último, en lo referente al cumplimiento de las penas, el Código Penal para hacer
frente a la presión de un sector de la opinión pública que venía reclamando el
cumplimiento íntegro de las penas para determinados delitos, establece en su art.
78 que si a consecuencia de las limitaciones establecidas en el art. 76 la pena a
cumplir resultase inferior a la mitad de la suma total de las impuestas, el Juez o
Tribunal atendida la peligrosidad criminal del penado, podrá acordar motivadamente
que los beneficios penitenciarios y el cómputo de tiempo para la libertad condicional
se refieran a la totalidad de las penas impuestas en las sentencias, sin perjuicio de
lo que, a la vista del tratamiento, pueda resultar procedente.