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Módulo 12
Responsabilidad penal y punibilidad
Unidad 3
Bases del nuevo sistema de justicia penal
Sesión 7
Los derechos humanos en el sistema
penal
Texto de apoyo
Índice
Presentación ......................................................................................................................................... 3
Antecedentes de los derechos humanos ............................................................................................... 4
Antecedentes de las garantías individuales ....................................................................................... 5
¿Derechos humanos, garantías individuales o derechos fundamentales?............................................. 7
Características de los derechos humanos ........................................................................................... 10
Concepto de derechos humanos ......................................................................................................... 10
Elementos de los derechos fundamentales (sujeto activo, sujeto pasivo, prestación, vínculo
jurídico) ............................................................................................................................................ 12
Principios de los derechos humanos ................................................................................................... 13
Pro persona ..................................................................................................................................... 13
Pro acción ........................................................................................................................................ 13
Interpretación conforme ................................................................................................................... 14
Progresividad ................................................................................................................................... 14
Prohibición de regresión .................................................................................................................. 14
Interdependencia ............................................................................................................................. 15
Jerarquía normativa en materia de derechos humanos ....................................................................... 15
Reforma constitucional 2011 ............................................................................................................... 17
Presunción de inocencia como un derecho fundamental ..................................................................... 17
Medios de protección .......................................................................................................................... 18
Garantías jurisdiccionales ................................................................................................................ 18
Juicio de amparo .......................................................................................................................... 19
Garantías no jurisdiccionales............................................................................................................... 23
El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos ................................................. 24
Corte Interamericana de Derechos Humanos .................................................................................. 24
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ........................................................... 25
Cierre .................................................................................................................................................. 26
Fuentes de consulta ............................................................................................................................ 27
Presentación
De esta manera, se abren las posibilidades para que en materia de Derecho Penal se invoquen
normas internacionales para la protección de los derechos humanos tanto del imputado, como de la
víctima u ofendido, obligándosele al órgano jurisdiccional a respectar en todo momento dichos
derechos e interpretando de manera favorable para este cometido.
En esta sesión identificarás los antecedentes institucionales por medio de los cuales se han protegido
los derechos humanos en México, los principios que rigen la protección de estos derechos y en qué
radica la reforma del 2011 para su vinculación con el Derecho Penal.
Para la primera, el ser humano por el simple hecho de serlo tiene derechos y éstos son independientes
de su reconocimiento o no por las normas jurídicas. Retomando la justificación del Estado en la tesis
contractualista, si bien las personas ceden al Estado parte de sus derechos, existen otros que no
pueden ser concedidos, como el derecho a la vida. De ahí que no se pueda renunciar a la legítima
defensa.
Para esta corriente, el ser humano tiene como primer deber, el conservar la vida, la salud, la libertad,
ante lo cual no es casual que las primeras conquistas del ser humano fueran esos derechos de
naturaleza humana e individual. Humana porque las personas morales no tienen derecho a la vida;
individual justo porque pertenecen a cada persona en lo singular. Los derechos humanos, entonces,
no surgieron como una concesión graciosa del rey, sino producto de la lucha constante que dio como
fruto las primeras Cartas Magnas, es decir, cartas del rey asentándose determinados derechos en
favor de comunidades específicas que poco a poco se fueron extendiendo.
Como ejemplo representativo existe la Carta Magna de Juan sin Tierra y más tarde,
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1789, en buena medida
autoría ni más ni menos que de Sieyés. Esos derechos son los que más tarde se
consagraron en las monarquías constitucionales.
La otra postura que los explica es el positivismo jurídico, conforme al cual los derechos se otorgan por
el orden jurídico, que sin su estipulación no pueden exigirse. En México, la Constitución adopta una
postura naturalista:
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así́ como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá́ restringirse ni suspenderse,
salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Una de las primeras declaraciones de derechos humanos se encuentra en Ciro el Grande, quien en el
539 a. C. liberó a todos los esclavos, dejándolos regresar a sus casas y declarando que la gente tenía
el derecho de escoger su propia religión y a obtener muchos otros derechos por el hecho de
pertenecer a un grupo o familia.
Es importante analizar cómo ha sido la situación del ser humano gobernado en los principales
regímenes políticos sociales de la historia, considerando principalmente el aporte de Inglaterra a la
Carta Magna en 1215, la “Declaración de independencia de los Estados Unidos” en 1776, el análisis
de la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano” de 1789, la “Declaración universal de
los derechos del hombre” de 1948. Este último documento, se llamó originalmente “Declaración
universal de los derechos humanos” en aquel entonces, cuando aún no existía el lenguaje incluyente.
Por otra parte, su adopción en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos tuvo como
principal objetivo demostrar que los derechos señalados en la Carta Magna se encuentran basados
en la naturaleza del ser humano y en su dignidad para lograr mejorar el bienestar de la sociedad.
A causa de la “Declaración universal de los derechos del hombre y del ciudadano”, se dijo que todo
Estado que no garantizara la división de poderes y los derechos humanos carecía de Constitución. De
ahí que la idea era “garantizar” esos derechos que se denominaron, indebidamente como garantías
individuales.
Esos derechos, por un lado, se establecían como fin de un Estado: “garantizar los derechos” y por
otro, precisamente porque los derechos más importantes de la época (la vida, la libertad y el
patrimonio) pertenecen de modo individual a las personas.
En estos derechos, el titular puede, por ejemplo, ejercer o no su derecho de petición y en cualquier
caso obrar lícitamente (si ejerce su derecho, existe un sujeto obligado a satisfacerlo). Por eso, Burgoa
(1986) los llamó “derechos subjetivos públicos”.
En la época independiente, México elaboró diversos documentos que declaraban y reconocían los
derechos fundamentales (cuadro 1). Notarás que en ellos se justifica la existencia del Estado.
En México, los derechos fundamentales han tenido los siguientes nombres dentro
de nuestra Constitución: derechos del hombre y garantías individuales. Fue a partir
de junio de 2011 que se incluyó en el artículo 1 la denominación derechos
humanos.
Aun cuando no hay consenso acerca de la denominación de los derechos, la más aceptada es
derechos fundamentales sobre derechos humanos porque las personas morales, pese a no ser
humanas, también son titulares de esos derechos; sin embargo, cuando se alude al derecho a la vida,
por ejemplo, naturalmente es un derecho exclusivamente humano, como la libertad o el derecho al
sufragio.
Por otra parte, el término garantía es la acción de asegurar, implicando la idea de hacer efectivo algo,
de asegurar que suceda. Por eso es que no es correcto hablar de garantías, sino de derecho, pues el
derecho, por ejemplo, a la libertad se reconoce en las leyes, pero eso no implica que no pueda
privarse ilícitamente de la libertad a alguien. Por eso existe un mecanismo para asegurar su respeto y
tal mecanismo es la garantía.
Si bien derechos humanos es mejor denominación que derechos del hombre por razones de género,
decir “humano” excluiría de estos derechos a las personas “no humanas”, como las colectivas
analizadas en el módulo pasado. Por ello es mejor llamarlos derechos fundamentales, pues sin éstos
no puede ejecutarse el plan de vida que cada persona se ha trazado.
De conformidad con la doctrina filosófica del Derecho, conocida como ius naturalismo, existe una
serie de derechos propios del ser humano que se originan en su naturaleza, de ahí a que hayan sido
denominados derechos naturales.
El iusnaturalista afirma que, al ser consecuencia de la “naturaleza humana”, esos derechos garantizan
la justicia y, por ello, sólo considera derecho a la norma legislada cuando ésta es justa. Se puede
apreciar que los llamados derechos naturales no se encuentran necesariamente legislados, pero una
vez que son elevados a rango de ley, son regulados generando derechos subjetivos.
Para comprender a mayor profundidad en qué consisten los derechos humanos, es necesario partir
del concepto dignidad, derivado del adjetivo latino dignus, -a, -um, que significa “valioso”, atribuible al
ser humano, en virtud de tratarse de un ser perfecto, unitario, autónomo e independiente. Así, la
dignidad se constituye como característica sustancial de la persona y como derecho que le permite
desarrollar su esencia, perfeccionando su ser, trazando y alcanzando sus propias metas.
Por su parte, Lara (2013) explica que la dignidad es la cualidad esencial, específica y exclusiva de los
seres humanos, que nos atribuye un valor inherente y nos hace iguales, por lo que es el fundamento y
la máxima aspiración de los derechos humanos. Sin embargo –se insiste– el término humano excluye
a las personas morales a pesar de que éstas también gozan de los citados derechos, aunque
ciertamente no de todos, como ya se ha mencionado.
Esos derechos, denominados derechos humanos por ser inherentes al ser humano, pueden ser
definidos como “el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya
realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una
sociedad jurídicamente organizada” (CNDH, 2010-2016).
Pedro Nikken, expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, señala que las
características de los derechos humanos son:
• Universalidad, que implica que le corresponden de manera igual a todas las personas, sin distinción
alguna.
• Indivisibilidad, derivada de que –aunque pueden estudiarse por separado para su mejor
comprensión– entre ellos no existe jerarquía, prioridad o división alguna.
• Interdependencia, es decir, su directa e inevitable interrelación, en virtud de la cual la violación de
uno de ellos (y –por tanto– de la dignidad humana) implica poner en riesgo e, incluso, violar los
demás derechos humanos; por lo que sólo pueden considerarse verdaderamente protegidos y
respetados si se garantiza la eficacia plena de todos los derechos humanos.
• Inalienabilidad, dado que, aunque todos los derechos humanos están sujetos a límites, son
inherentes a las personas y, por ello, nadie puede válidamente despojarlas de tal protección.
• Irreversibilidad, que implica que, desde el momento en que se reconocen en una norma jurídica (de
cualquier nivel), el Estado no puede negar o eliminar tal reconocimiento.
• Imprescriptibilidad, originada en su condición de inalienabilidad e irreversibilidad, que impiden la
existencia de plazos de vencimiento de su vigencia, es decir, que nunca dejan de pertenecer a las
personas.
• Progresividad, que exige que cada vez sean mejor cumplidos y más garantizados sin que,
precisamente por su irreversibilidad, sea válido disminuir su reconocimiento, eficacia o protección.
• Transnacionalidad, dado que los derechos humanos son inherentes a las personas y, por tanto, no
dependen de su nacionalidad o del territorio donde se encuentren, lo que implica que el Estado no
puede invocar su soberanía para violar derechos humanos o impedir su protección (2004:15-21).
Ante esta definición, Carpizo coincide con la CNDH al definir a los derechos humanos como el
conjunto de atribuciones reconocidas por los tratados Internacionales y en las Constituciones “para
hacer efectiva la idea de la dignidad de todas las personas y, en consecuencia, que puedan conducir
una existencia realmente humana desde los ámbitos más diversos, como el individual, social, político,
económico y cultural” (2011:13).
Como ya se ha dicho, las garantías individuales pueden confundirse con los derechos humanos, pero
aquéllas los incluyen y se visualizan como medios de reconocimiento y protección de estos derechos.
Las garantías individuales protegen valores ético-morales, que son los bienes jurídicos tutelados. Entre
éstos podemos incluir: la vida, como valor supremo que da sustento general a los demás valores; la
libertad, como facultad de desarrollar potencialidades y cualidades y de elegir los medios u objetivos
materiales y espirituales con las restricciones de la moral pública y el orden colectivo
(Aprendiendoderecho, 2009).
Carpizo hace una recopilación de definiciones de varios autores para concluir que los derechos
fundamentales son aquéllos que han sido recogidos en el texto de la Constitución y en los tratados
internacionales, son los derechos humanos constitucionalizados, pero también señala que están tan
ligados los conceptos que van a terminar siendo sinónimos, sobre todo por “el significado de la
dignidad humana” (Carpizo, 2011:15).
Tratar el tema del fundamento de los derechos humanos debería de ser fácil y resuelto, pero la
realidad nos ha demostrado que aún no hay un conceso que determine su fundamentación. Hay quien
considera que fundamentar o tutelar, se realiza estrictamente por la ley, por lo que aún se sigue
considerando un tema importante. Bobbio, insiste en que el problema de la fundamentación de los
derechos humanos está resuelto desde el momento en que se logra el consenso que les da validez.
Refuta acertadamente:
Cabe objetar a este planteamiento optimista que la constante violación actual de los derechos humanos,
muestra la falta de arraigo y la precariedad de esas convicciones generalmente compartidas, y la
consiguiente necesidad de seguir argumentando a su favor (Bobbio, 1981:10).
Partiremos del derecho de petición por ser el más sencillo, el cual se encuentra contenido en el
artículo 8 constitucional, que en su lectura completa se advertirá todos los elementos de un derecho
fundamental.
Conforme a dicho artículo, todos los habitantes pueden formular peticiones a los funcionarios y
empleados públicos, quienes deben contestar en un breve plazo y hacerlo del conocimiento del
peticionario. Conforme a este derecho, podrás encontrar todos los elementos de un derecho
fundamental, que son:
• Derecho subjetivo: Es decir, se hace referencia a lo tratado en una norma jurídica (que en este
caso es la Constitución) y que expresamente permite hacer (formular una petición a los
funcionarios públicos). La petición puede hacerse o no, y sea que se formule o se abstenga de
hacerlo, la conducta es lícita. Por eso es un derecho subjetivo.
• Sujeto activo: La persona que es titular del derecho subjetivo. En este caso, todos los habitantes
y personas que, aunque estén de paso, se sitúen en territorio mexicano (artículo 1 constitucional).
Al sujeto activo también se le llama acreedor y su papel es activo pues exige, en este caso, al
funcionario o servidor público (es de notarse que la Constitución no exige que sea autoridad,
aunque la jurisprudencia, por desgracia, sí). El sujeto activo de los derechos humanos puede ser
una persona física o moral, pero pueden ser grupos de personas en los casos de derechos
colectivos o difusos como el derecho al medio ambiente o los derechos del consumidor (artículo
5, fracción I de la Ley de Amparo).
• Sujeto pasivo: El órgano del Estado a quien podemos exigir la satisfacción de nuestro derecho o,
en este caso, a la contestación de la petición. En general, el sujeto pasivo debe ser autoridad
(quien emite actos unilaterales, heterónomos y con base en la ley), incluso personas particulares
que emitan actos con esas características (artículo 5, fracción II de la Ley de Amparo).
• Prestación: Refiere a lo que podemos exigir de la autoridad o sujeto pasivo. En el ejemplo
empleado es una prestación de hacer, que consistente en elaborar la respuesta a la petición,
pero también la conducta de hacer, consistente en llevarla al domicilio señalado para recibir la
respuesta. Si no se señala el domicilio, el sujeto pasivo no tiene el deber de llevar la respuesta.
No obstante, la prestación puede ser de omitir, como por ejemplo, de no privarnos de la libertad
(sin existencia de causa justa) o de no expropiar nuestra casa (si no hay causa de utilidad
pública), etcétera. O bien, la prestación puede ser de dar, como aplicar la vacuna contra
sarampión.
Pro persona
Este principio impone a las autoridades el deber de realizar una interpretación de los derechos
fundamentales, de modo tal, que se conceda a los particulares la protección más amplia posible a la
inversa, cuando se establezcan restricciones a los derechos, la norma deberá interpretarse del tal
modo que la restricción sea la menor posible. Este principio desde luego no puede, ni debe tener el
alcance de conceder a los quejosos, el amparo solicitado, por el simple hecho de invocarlo.
Este principio es útil para elegir la norma aplicable, pues, debe aplicarse la norma que mayor beneficio
otorgue al quejoso, sin importar su jerarquía formal. En otras palabras, si el reglamento regula el
derecho a la igualdad de mejor manera que la ley, se debe emplear el reglamento. Esto sucede sin
importar que sea una norma local, estatal, federal o internacional. Se aplica la que más favorezca al
gobernado, pero sólo en materia de derechos fundamentales.
Pro acción
Conocido también como in dubio pro actione, este principio es la especie procesal del pro persona. Se
traduce que en caso de duda se favorezca el ejercicio de la acción, entendiendo por acción al derecho
de los particulares para acudir a los juzgados a solicitar que se diriman sus controversias e implica
que en caso de que el juez tenga duda sobre la admisibilidad de una demanda o recurso, por la no
satisfacción de requisitos formales, debe optar por admitirlo en vez de rechazarlo, lo cual se hace
extensivo a los recursos que se interpongan dentro de él.
Interpretación conforme
Nació como una forma de interpretación efectuada por los Tribunales Constitucionales, justamente al
realizar el control de la constitucionalidad. Consiste en que, ante la duda de que una norma sea
inconstitucional, ésta se interprete de determinada manera a fin de que, en vez de declararla
inconstitucional, se la armonice con la Constitución. Esta forma de interpretación también rige en
materia de contratos, en donde se atribuye a las cláusulas dudosas el sentido que sea más propicio
para producir efectos de acuerdo a la naturaleza del contrato.
Progresividad
Los derechos sociales dependen, para su satisfacción, de la existencia de recursos económicos del
Estado, de modo que su satisfacción no es necesariamente en términos de satisfecho/insatisfecho,
sino que puede ser parcial.
Partiendo de esta base, el principio de progresividad implica que el Estado debe destinar cada vez
más recursos para la satisfacción de los derechos sociales, difusos y colectivos en favor de un
número de personas cada vez mayor.
Prohibición de regresión
Esta prohibición funciona igual que las llamadas “conquistas laborales”, de modo que una vez que se
concede un beneficio al trabajador, no puede el patrón quitárselo ni disminuírselo.
Interdependencia
Este principio implica que los derechos humanos se encuentran estrechamente vinculados y que no
deben interpretarse o satisfacerse de modo aislado.
Por otra parte, no le sirve a una persona tener el derecho al trabajo remunerado si
su estado de salud lo fuerza a estar en cama. Del mismo modo que no le sirve la
protección de su patrimonio si carece de un empleo remunerado.
Los derechos están interconectados o entrelazados, de modo que la afectación de un derecho afecta
a otro u otros más. Razón por la cual la protección a los derechos debe ser integral a causa de esa
conexión, pues los derechos fundamentales tienen una relación de medio a fin o de
complementariedad: evidentemente el derecho de petición está vinculado con el de acción o de
acceso a la información pública.
Los derechos humanos tienen una fuente internacional, que son los llamados tratados
internacionales, de los cuales haremos referencia brevemente.
Los tratados internacionales han sido un motor esencial en el desarrollo de los derechos humanos, que
de la interpretación de los tratados internacionales que han realizado los organismos de la ONU, de la
OIT o de la OEA [han surgido tantos derechos que no se encuentran contemplados en nuestra
Constitución]” (2011).
Entiéndase como tratado internacional a aquel convenio regido por el derecho internacional público,
celebrado por escrito entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y uno o varios sujetos de
derecho internacional público, ya sea que su aplicación requiera o no la celebración de acuerdo en
materias específicas, cualquiera que sea su denominación, mediante el cual los Estados Unidos
Mexicanos asumen compromiso (2007:3).
De los tratados internacionales se crean otras fuentes de derecho como las observaciones generales,
emitidas por los comités de expertos, que son creados por mandato de los principales pactos
internacionales de derechos humanos.
De conformidad con la fracción I del artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, los tratados deberán ser aprobados por el senado y serán ley suprema de toda la unión
cuando estén de acuerdo con la misma, en los términos del artículo 133 de la propia Constitución.
La fuente de los derechos humanos es tan amplia como las fuentes del derecho mismo, pero en esta
materia, según establece el principio pro persona, debe aplicarse la norma que más convenga a los
particulares, sin importar su jerarquía formal.
Ante ello, se modificaron los artículos 1°, 3°, 11, 15, 18, 29, 33, 89, 97, así como apartado B del 102 y
el artículo 105. Las innovaciones de la reforma se observan en la obligación del Estado con sus
habitantes para que las autoridades prevengan, investiguen, sancionen y reparen las violaciones de
derechos humanos, pretendiendo además la reparación y restitución de los derechos afectados de las
víctimas.
Igualmente, resalta la introducción del concepto persona en sustitución de individuo u hombre para
hacer referencia a todo ser humano y brindar un enfoque de género, además de tener implicación en
el ámbito moral, en virtud de que, el ser humano entendido como persona desde la perspectiva
kantiana implica concebirlo como un fin en sí mismo y no como un medio.
Este principio sostiene que la decisión de absolver al justiciable es consecuencia de que no se haya
probado plenamente su culpabilidad. Se reconoce como derecho público subjetivo, en diversos
ordenamientos constitucionales, como instrumento de defensa de los ciudadanos frente a los actos de
los órganos de impartición de justicia.
Ello implica que la aplicación del debido proceso penal requiere la observancia de las garantías previstas
en las leyes fundamentales e instrumentos internacionales en los que la presunción de inocencia, junto
con otros principios jurídico-penales, conforman un sistema de justicia propio de un Estado Democrático
de Derecho que limita al ejercicio del poder punitivo del Estado (SCJN, 2011:85).
Medios de protección
Los organismos protectores de derechos humanos en nuestro país constituyen un apoyo muy
importante en la obligación de proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos.
La reciente reforma en nuestro país pretende fortalecer esa protección y por lo tanto establece un
orden diferente porque ahora la defensa de los individuos respecto a sus derechos podrá realizarse no
sólo a través de los medios jurisdiccionales sino también a través de los organismos no
jurisdiccionales.
Garantías jurisdiccionales
Conforme al artículo 1º constitucional, es obligación de todas las autoridades del Estado proteger y
garantizar los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de
los que México es parte. Para ello, nuestro sistema constitucional cuenta con instrumentos
jurisdiccionales y no jurisdiccionales para su protección. Respecto a los primeros, son los que se
presentan a continuación:
• El juicio de amparo.
• La acción de inconstitucionalidad.
• La controversia constitucional.
• Juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano.
• Juicio de revisión constitucional electoral.
Por otra parte, otros medios cuya categoría como tales no es unánime son:
• El juicio político.
• La declaración de procedencia (mejor conocido como desafuero).
En otro tiempo existió la facultad investigadora a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
mientras que como medio no jurisdiccional en la actualidad se encuentra la queja ante la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, la cual es replicada en las entidades federativas.
Juicio de amparo
El juicio de amparo es quizá el medio más conocido para proteger los derechos humanos. Pertenece
al grupo de los que se tramitan por órgano judicial, por lo que corresponde a los jueces y
magistrados del denominado Poder Judicial Federal, aunque en determinados casos, lo ejercen
incluso órganos de las entidades federativas (artículos 107, fracción XII constitucional y 1º de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que enlista a todos los órganos que lo ejercen).
Hoy día el amparo protege casi cualquier tipo de derechos (excepto los señalados en el catálogo del
artículo 61 de la Ley de Amparo). En términos generales, procede para impugnar actos concretos,
normas generales u omisiones de las autoridades que contraríen a la Constitución, es decir, no sólo
derechos humanos (que también pueden encontrarse en los tratados), sino también cualquier
precepto de la Constitución.
La finalidad del amparo es restablecer al quejoso (persona física o moral quien interpone la demanda
de amparo), en el goce de sus derechos humanos violentados.
Este medio de control se reglamenta en la Ley de Amparo (2013) y su fundamento constitucional esta
en los artículos 103 y 107.
Acción de inconstitucionalidad
Este medio se encuentra regulado por la Constitución en su artículo 105, fracción II y se pormenoriza
en la Ley Reglamentaria de las Fracciones I y II del artículo 105 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Este medio no está al alcance de los particulares, pues sólo lo puede accionar:
a) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de la Cámara de Diputados del
Congreso de la Unión, en contra de leyes federales.
b) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes del Senado, en contra de las leyes
federales o de tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano.
c) El Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, en contra de normas
generales de carácter federal y de las entidades federativas.
d) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de alguna de las Legislaturas de las
entidades federativas en contra de las leyes expedidas por el propio órgano.
e) Los partidos políticos con registro ante el Instituto Nacional Electoral, por conducto de sus
dirigencias nacionales, en contra de leyes electorales federales o locales; y los partidos políticos
con registro en una entidad federativa, a través de sus dirigencias, exclusivamente en contra de
leyes electorales expedidas por la Legislatura de la entidad federativa que les otorgó el registro.
f) La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en contra de leyes de carácter federal o de las
entidades federativas, así́ como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y
aprobados por el Senado de la República, que vulneren los derechos humanos consagrados en
esta Constitución y en los tratados internacionales de los que México sea parte. Asimismo, los
organismos de protección de los derechos humanos equivalentes en las entidades federativas, en
contra de leyes expedidas por las Legislaturas.
g) El organismo garante que establece el artículo 6° de la Constitución (INAI) en contra de leyes de
carácter federal y local, así́ como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y
aprobados por el Senado de la Republica, que vulneren el derecho al acceso a la información
pública y la protección de datos personales. Asimismo, los organismos garantes equivalentes en
las entidades federativas, en contra de leyes expedidas por las Legislaturas locales.
h) El Fiscal General de la República respecto de leyes federales y de las entidades federativas, en
materia penal y procesal penal, así́ como las relacionadas con el ámbito de sus funciones.
Controversia constitucional
Es un medio cuya titularidad no son los particulares, sino órganos de gobierno a pesar de que
erróneamente la Constitución los llame “poderes”, pues obviamente no los interponen poderes, sino
las personas que representan a los órganos.
Su finalidad es anular los actos que, en contravención a la Constitución, impliquen que un órgano del
Estado invada el ámbito de competencia de otro. Por un defecto estructural, también se le emplea
para impugnar normas generales, replicando parcialmente la procedencia de la acción de
inconstitucionalidad, con la diferencia de que en la controversia son otro tipo de órganos los que
pueden interponerla.
Este medio de control está contemplado en la Constitución en la fracción I del artículo 105 y se
reglamenta en la misma ley que la acción de inconstitucionalidad. Su procedencia es la siguiente:
Artículo 105. La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá́ , en los términos que señale la ley
reglamentaria, de los asuntos siguientes:
I. De las controversias constitucionales que, con excepción de las que se refieran a la materia
electoral, se susciten entre:
Siempre que las controversias versen sobre disposiciones generales de las entidades federativas, de
los municipios o de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México impugnadas por la
Federación; de los municipios o de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México
impugnadas por las entidades federativas, o en los casos a que se refieren los incisos c) y h)
anteriores, y la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación las declare inválidas, dicha
resolución tendrá́ efectos generales cuando hubiere sido aprobada por una mayoría de por lo menos
ocho votos.
En los demás casos, las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia tendrán efectos únicamente
respecto de las partes en la controversia.
Sería extenso hacer la crítica sobre el diseño de este medio, pues en esta sesión interesa que lo
conozcas. Basta decir que un medio de control debe poder anular el acto contra el cual se interpone y
en este caso, si bien anula los actos, no hace lo mismo con las normas, pues el efecto se hace
depender de las partes en conflicto y la votación que al respecto emitan los ministros.
Garantías no jurisdiccionales
Los órganos principales del Sistema Interamericano son la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Corte Interamericana) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Las competencias de la Corte Interamericana son las establecidas en el Capítulo VIII de la Convención
Americana de Derechos Humanos, siendo las más relevantes la adopción de opiniones consultivas,
definida por el artículo 42 de la Convención Americana, así como el examen de casos contenciosos,
definida por los artículos 61 y 62 de la misma Convención.
En su Opinión Consultiva OC-1/82, la Corte Interamericana determinó que esta última cláusula
no se limita a los tratados interamericanos en la materia, sino a todo tratado vigente en uno o en varios
Estados americanos, y que tampoco se limita a tratados dedicados al tema de los derechos humanos,
sino que incluye cualquier tratado “en que esté directamente implicada la protección de los derechos
humanos”. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Declaración Americana),
evidentemente, no es un tratado. No obstante, en su Opinión Consultiva OC-10/89, la Corte
Interamericana concluyó que tiene competencia para interpretarla “(...) en relación con la Carta y la
Convención [Americana de Derechos Humanos] u otros tratados concernientes a la protección de los
derechos humanos en los Estados Americanos” (CIDH, 2005:103-104).
La competencia consultiva de la Corte Interamericana se extiende a dos tipos de consultas: las que
solicitan la interpretación de una disposición o disposiciones de la Convención Americana o de otro
tratado sobre derechos humanos, o eventualmente una cuestión más general sobre la interpretación
de la Convención, y las que soliciten la opinión de la Corte sobre la compatibilidad de una ley con la
Convención.
Las consultas del primer tipo pueden ser sometidas por cualquier Estado miembro de la OEA, por la
CIDH y, en ciertas circunstancias, por otros órganos de la OEA, mientras que las del segundo tipo sólo
pueden ser presentadas por un Estado miembro, con respecto a su propia legislación.
La CIDH, al igual que el Comité de Derechos Humanos del Sistema Universal, es un órgano
compuesto por expertos independientes. La competencia de la CIDH para conocer casos de
violaciones de los derechos humanos proviene de distintas fuentes, de las cuales las más relevantes
son las siguientes:
Competencia original para conocer violaciones de derechos humanos en todos los Estados
miembros de la OEA, derivada de su Estatuto.
Competencia para conocer denuncias de violaciones de los derechos reconocidos por la
Convención Americana por un Estado parte.
Cierre
Cierre
Fuente: Flaticon
En esta sesión revisaste los antecedentes en nuestro país de los derechos humanos, conociste la
diferencia entre derecho humano y derecho fundamental, además de los principios medulares de
dichos derechos como: la universalidad, interdependencia, progresividad e indivisibilidad.
De igual forma analizaste la reforma de junio del 2011 para la protección de los derechos
fundamentales a cargo de todas las autoridades en el ámbito de su competencia. Con esta reforma
nace una figura jurídica transcendental en materia de Derecho Penal que consiste en el principio de
presunción de inocencia, además de que al imputado se le trate como persona dentro de todo el
proceso penal, teniendo derecho a invocar normas en materia internacionales de los Tratados de los
que México es parte, esto en razón de la protección más amplia de sus derechos fundamentales.
Ahora comprendes que esta reforma no sólo impacta al Derecho Penal sino a todas las ramas del
Derecho, como en el caso de la figura jurídica del amparo.
Fuentes de consulta
Fuentes de consulta
Fuente: Flaticon
Legislación