Sie sind auf Seite 1von 26

El simbolismo de las láminas del

Rorschach
(Titulo original: "La dinamique du Rorschach)
R. Mucchielli

LAMINA I

Analizando la situación total en el momento en que el psicólogo presenta la primera


lámina de Rorschach, diversos aspectos de la situación se han de señalar:

1.- La lámina es la primera.

2.- Está acompañada del enunciado de la consigna en el marco de tina al situación


general que es de "test",

3.- Existe un determinado tipo de relación interhumana, ya que hay un observador


presente que se prepara a tomar notas, que atiende a las contestaciones (respuestas) y
que se encierra en un silencio.

4.- Existe una cierta presión situacional: el sujeto, solo con el psicólogo, y habiendo
recibido la consigna, es invitado a responder.

1.- El primer elemento funcional de la situación a estado a menudo descrito, y bien


descrito, por los teóricos del test, y en un principio por el mismo Hermman
Rorschach. Ellos ponen el acento sobre una cierta sorpresa delante de una mancha
insólita, para la cual el sujeto no dispone de preparación personal ni de referencia
posible.
Péchoux dice: "Es delante de la Lámina I dónde el efecto de la sorpresa es el más
grande"; El primer efecto del descubrimiento del género de trabajo que se le pide es
un desconcierto . La percepción de "lo real" a la que es necesario adaptarse no se
aproxima a ningún concepto inmediato que permita el reconocimiento o la
decodificación fácil. La posibilidad de sentidos es casi infinita: "eso" (la lámina) puede
ser cualquier cosa, pero debe ser alguna cosa...

Rorschach señaló que este "shock sorpresa" es relativamente mínimo en la medida en


que la lámina, con un color gris claro, su aireación, su ausencia de división (que hace
fácil percibirla de modo global), evita por sí misma los factores de inhibici6n y un
mayor desconcierto..

Si la Lámina I tiene este valor, esta significación, es decir, si es el prototipo de


situaciones de desconcierto o de inadaptación, entonces la reacción del sujeto nos
permitirá apreciar su capacidad de adaptación, la calidad y la forma de su esfuerzo
personal de dominio de las situaciones de este género,. siendo esta reacción una
manera de ser general del sujeto, una expresión típica (o prototípica) de los recursos o
de los problemas dentales de este tipo de situaciones.

Pero este aspecto de la situación no son solo las determinantes de la situación:

2.-. La representación de la Lámina I está acompañada del enunciado de la consigna,


en el marco de una situación general que es la de test, nos encontramos con que la
Consigna es hecha antes de la presentación de la lámina. Pero si algun enunciado,
cómo ¿Qué podría ser esto? no se hiciera, el sujeto se encuentra en una situación
dónde se espera responder a un test. El sujeto asiste a los preparativos que por
naturales y mínimos que sean, son para él significantes de su puesta a prueba
personal.

Como el Rorschach se pasa después de las pruebas de aptitudes o de actuación


(performance), uno de los aspectos situacionales es la tendencia del sujeto a
preguntarse o a buscar si ha tenido o hecho una "buena respuesta", cómo si se tratara
de una prueba más de actuación

Siendo así, la consigna inmediata que él recibe con la presentación de la Lámina I


mantiene el aspecto de puesta a prueba y al mismo le tiempo le priva del sostén de una
consigna clara. Se le pide su parecer sin otro punto de referencia, para él, que esta
exigencia de una opinión personal sobre un indeterminado. Así las consignas han
conservado su carácter de señal de puesta a prueba personal, habiendo perdido su
carácter de orientación de los esfuerzos.

La situación creada, es pues, una inseguridad por pérdida del soporte o del sostén,
mientras que subsiste la imperiosa obligación de afirmar algo.

Situación de riesgo porque el sujeto sin directrices que le permiten orientarse, sin idea
clara de que es lo que ha de hacer, tan sólo sabe que ha de comprometerse, debe
realizar una afirmación del yo (o de sí) frente a una solicitud exterior (la lámina), que
no ofrece ningún asidero ni ninguna referencia discernible. La afirmación es aleatoria,
sin poderse beneficiar de un apoyo ni de una orientación; es una puesta a prueba del
Yo sin referencias. Se le pide al sujeto lanzarse al vacío sin medio de controlar el valor
de aquello que dice o que hace. Pero el riesgo no es tan alucinante. Cuando se le dice
¿Qué podría ser esto? se le da a entender que todo lo que diga va a ser considerado
como posible, y él va a ver muy rápidamente que va a ser considerado como
perfectamente aceptable. Lo que se le pide hacer no es tan difícil: la lámina ofrece
numerosos asideros que reclaman su atención.
Esto no impide que en una latencia, que no durara ni una fracción de segundo, el
sujeto tendrá aún tiempo de sentir la impresión de que se ha de lanzar a la aventura,
correr el riesgo de afirmar y de afirmarse.

3.- El tercer aspecto introducido es una relación interhurnana específica que merece
ser analizada como factor de la situación total.
Esta afirmación del yo arriesgada que se exige ya en la adaptación a una situación
insólita e imprevista es también una afirmación de sí bajo la mirada de otro.
En efecto, el psicólogo está allí, es a él a quien el sujeto va da dar sus interpretaciones .
Esta relación es compleja y es a justo título que los investigadores hayan puesto el
acento sobre ciertas de estas variables, tales como la edad, el sexo, el estilo personal
del psicólogo , y el clima afectivo que él puede suscitar , quizás involuntariamente.

La relación, a pesar todas las precauciones técnicas, no es igual y no es indiferente. En


este duo, el psicólogo tiene el deber de estimular sin sugerir ninguna respuesta,, de
anotar todo lo que diga o haga el sujeto, de quedar impasible sean cuales sean los
contenidos de la interpretación Es él quien da las láminas y quien las recoge. Su
posición relacional implica necesariamente una autoridad, una superioridad en la
situación, que el paciente capta.

Es inevitable que a través de esta relación, por la mediación de la persona del


examinador, ese refleja la situación típica de ser juzgado sobre aquello que es capaz
de hacer.

4.- La huida no es posible materialmente. En el momento en que la lámina I es cogida


por el sujeto, ya se ha comprometido en la situación hasta el punto que un tipo de
obligación ha nacido (presión situacional) y se ha de seguir. Es necesario que el sujeto
produzca, que avance sobre terreno al descubierto y sin saber a dónde va. Cogido por
la situación, es prisionero, y sólo puede salirse por la única salida que le que da: la
respuesta. Así, por todo esto y a la vez por su reflexión consciente, el sujeto se esfuerza
por encontrar soluciones aceptables conformes a la comprensión intelectual de la
consigna y de las circunstancias.

El test oficialmente provocador de un interés de juego o de una estimulación de lo


imaginario, opera una verdadera disociación entre la realidad situacional vivida (tal
como la venimos describiendo) y la atención intelectual del sujeto que no busca, a
nivel consciente, más que percibir "aquello que podría ser".

Resumiendo los resultados del análisis fenomenológico de la primera situación, venos


que es compleja y que está definida estructuralmente por una configuración de cuatro
aspectos:

1) Sorpresa. Situación imprevista, insólita y desconcertante en la cual es necesario


hacer frente sin recursos a los esquemas habituales.

2) Riesgo.- Situación en que es necesario tratar sin haber recibido directrices, sin
poder contar con una ayuda exterior, y por lo tanto afirmándose personalmente.

3) Bajo la mirada de otro. Situación en la cual la afirmación del yo no se puede


ensayar sino que debe necesariamente hacerse delante de otro, en posición de juez o de
superioridad

4) Compromiso personal. Toda respuesta o toda reacción es una forma de


comprometerse dónde el sujeto es prisionero de la situación.

Si tales son los aspectos vividos en esta situación creada, se comprende que los teóricos
hayan perdido de vista estas características diferenciales, y que los resultados
experimentales vengan a corroborar tal o cual sistema ,que no ha retenido más que un
sólo aspecto.

Para Myriam Orr , asi como para M. Zelin y L. Sechrest es "la relación con la
mnadre" lo que se experimenta en las reacciones del sujeto en la primera lámina.

Según Bohm se encuentran en la Lámina I los elementos de provocación del "shock


claroscuro" identificador de la impresionabilidad, es decir, el acceso de angustia en
miniatura, diferente del "shock al negro" que significarla un esfuerzo concomitante
de la parte del sujeto para sobreponerse a la ansiedad o resistir la impresionabilidad.

Margarite Loosli-Usteri señala que la Lámina 1 es la lámina paternal, por lo que el


shock a esta lámina no significa siempre una simple dificultad de puesta en marcha,
sino de problemas con el elemento paterno. Si las imágenes proyectadas son las de una
mujer, hace pensar, en una madre investida de la autoridad paterna.

Según el Dr. Friedinann la Lámina I hace referencia al problema central del sujeto.
Parece que todas estas consideraciones consisten en poner el acento, a través de mitos
explicativos diversos, sobre los aspectos múltiples de la situación creada por la
Lámina 1. El psicólogo que cita las relaciones niño madre en el aprendizaje de la
seguridad, verá el reflejo de las relaciones con la madre en la reacción del sujeto en el
aspecto provocador de inseguridad.
Aquel que cita las relaciones niño-madre como el enfrentamiento ansiógeno de juicio y
de la autoridad, verá el reflejo de las relaciones con el padre en las reacciones del
sujeto al aspecto "afirmación de si bajo la mirada de otro". Si se considera que la
afirmación del yo, la confianza en sí mismo y todas sus modalidades, son expresiones
cruciales de la personalidad, entonces la Lámina 1 revelará "el problema central" del
sujeto. De hecho, la situación general de dónde que hemos hecho en el análisis
estructural, será vívida por tal sujeto con las significaciones singulares según que él
sea sensible a tal o cual de los cuatro aspectos aquí definidos. Los cuatro están, pero
hay dominantes y subdominantes.

Son estos fenómenos los que explican las experiencias, aparentemente contradictorias,
de los teóricos citados.

El obsesivo, por ejemplo, no hace más que repetir el tema de su obsesión a través de
no importa qué lámina. Se puede decir así que la Lámina 1 es una lámina sexual
porque algunos obsesos sexuales han percibido órganos genitales o desnudos
sugestivos.

También se ha dicho que la Lámina 1 es la lámina de la unidad y del equilibrio


interior de la personalidad porque algunos fóbicos y desequilibrados mentales han
visto únicamente la simetría, el eje central, o las pequeñas diferencias de gris
comparadas de una mitad a otra. En estos casos límites (que tampoco son tan raros) la
especifidad de la lámina no tiene sentido: la lámina no es más que los estímulos
automáticos de la distorsión temática y permanente de un universo mórbido.

La situación específica evocada por la Lámina 1 como primera lámina de la pasación


sería pues el modelo de situaciones caracterizadas por:

La exigencia de afirmación del yo en el enfrentamiento personal e inevitable de una


situación imprevista y nueva, bajo la mirada y el juicio de otro, sin medio de controlar
el valor de lo que se está haciendo o diciendo.

LAMINA II
Se ha podido ver en el análisis de la Lámina I que como modelo de situación, el acento
principal no estaba puesto sobre el hecho real de la lámina en si misma (mancha gris,
teniendo características concretas) sino más bien en la situación global.

La Lámina II tiene por característica la de ser segunda. En este hecho vemos que la
situación creada por el test, por la consigna y por el psicólogo ha perdido ya su
carácter de sorpresa.

Lo esencial de la situación se ha desplazado. El contenido de la lámina toma una


importancia nueva. El sujeto ha hecho con la Lámina 1 una experiencia de
aprendizaje ha podido ver que es lo que pasaba.

Todos los investigadores de Rorschach están de acuerdo en que esta Lámina II es más
"difícil" en el sentido en que la toma sobre la lámina es incómoda, difícil.

Pechoux dice que no tenemos que olvidarnos citar el rojo como causa de estas
dificultades, subrayando también que es una lámina tricolor (negro, blanco y rojo).

Del gris ligero de la Lámina 1 y su contextura relativamente unitaria (que llama a la


respuesta W) se pasa a una lámina donde se encuentra un negro intenso, un gran
vacío central y salpicaduras de rojo, de un rojo sangre.

Una_impresión de diversidad, con la dificultad de integrarlo en una respuesta global,


un dominio del elemento sensorial debido al reemplazo de la neutralidad del gris
anterior por la provocación de colores, un atractivo del blanco central que es
objetivamente un vacío ("shock al vacío", "shock al agujero" o "shock al blanco"), un
contraste negro-rojo, estos dos colores específicos, con connotaciones afectivas
profundas, arcaicas, casi biológicas, evocadoras de miedos primarios, los de la noche y
la sangre.

De todos estos elementos, es el rojo quien llama más la atención de los investigadores.
Abundan los comentarios sobre el "shock al rojo" característico de la Lámina II.

Las significaciones vividas de estos elementos diversos son:

1) Impresión de crecimiento súbito de la dificultad de la mancha, a realizar para


satisfacer las consignas. Es este el aspecto reactivo vivido después de la situación
interpersonal de la Lámina 1.
Según Pechoux la adaptación que ha sido realizada en la Lámina I puede persistir. La
aparición de la Lámina II provoca una desadaptación seguida o no de una
readaptación. Aquel que no tropieza pesadamente en esta lámina, tiene ya algunas
oportunidades de llegar hasta el final sin exteriorizar grandes dificultades de
adaptación. La adaptabilidad, la adaptación y la readaptación ya apreciables por las
reacciones de la Lámina 1, se juzgan también, según este autor, por las reacciones de
la Lámina II

El crecimiento brutal de dificultades hace ,retroactivamente, pasar la situación


precedente al rango de una primera apuesta en confianza, dando retrospectivamente
a la Lámina I el sentido de preliminares y puede ser de trampa (encerrona), y que es
puesta a prueba realmente aquí.

Es por esto que la Lámina II puede ser la ocasión de una "reactivación del shock I",
un mecanismo de escape de un shock retardado ,en la medida en que el sujeto ha de
hacer frente al primer problema, pero está desbordado por su intensificación segunda
o por la acumulación de dos dificultades.

2.- El segundo aspecto es una provocación emocional. Con respecto a esto Minkowska
nos habla del surgimiento del aspecto sensorial, del vértigo del shock al blanco o
shock-vacio que da el sentimiento de la pérdida del yo o de su riesgo de
aniquilamiento, y la provocación de afectos excesivos por el negro y sobre todo el rojo.

Introduce al sujeto en el tema de la amenaza. La situación vivida, y que esta lámina


sugiere, es una situación amenazante para el yo, situación donde el yo, sus "asideros"
racionales y su integridad, estarán en peligro de submersión, es simplemente por la
afluencia de estimulaciones sensoriales, por la intensidad de reacciones emocionales
arcaicas de los miedos psicológicos al vació, a la noche, a la sangre. Ello explica por
qué la mayoría de los autores ponen el acento sobre la agresión y la agresividad que
simbolizaría esta lámina.

Según M. Loosli-Usteri, el rojo simbolizaría la agresividad, aquella que aparece en el


sujeto súbitamente (sería el caso en que el shock al rojo se interpretaría como el miedo
a la agresión). El shock al rojo, descrito por Bohm, está más relacionado con un
rechazo de la agresividdad que con un rechazo libidinal. Pechoux ve en esta lámina la
evocación a la lucha.

Frustil-Bejarano, señala que pasando Rorschach a unos sujetos que eran


excombatientes y que habían estado traumatizados, presentaban shock a la Lámina II,
la cual evocaba para ellos escenas de guerra. Ella nos dice que esto la han llevado a no
considerar más este shock como índice de dificultades afectivas, sino como
consecuencia normal de experiencias traumáticas recientes, vividas, y más o menos
bien superadas.

Chicas que han sido violadas tienen un shock impresionante ante esta Lámina II. El
valor de la amenaza sexual ha sido a menudo señalado. Pero se cree que la situación
de esta Lámina II, evoca una sensación de inseguridad, que estaría relacionada con la
relación madre-hijo en el primer año. Evoca, por tanto, el problema de la relacián
afectiva individual.

A través de los sentimientos generadores de angustia y de inseguridad, la cupabilidad


ocupa un lugar selecto. Está relacionada con una agresividad personal rechazada o
con preocupaciones sexuales contra las cuales lucha una conciencia moral acusadora;
en todas las cosas el "ser culpable" reaccionará por la angustia a la Lármina II, que
evoca o provoca las sensaciones, los afectos violentos y una amenaza para el yo. La
característica de inseguridad o de la ansiedad despertada por esta lámina es que su
objeto es exterior al yo.

Es así que se representa bastante típicamente la palabra amenaza, la cual implica un


hecho exterior ( o un ser) amenazando al sujeto. Por ello la Lámina II exige menos
una adaptación que un enfrentamiento, menos una reacción afectiva que una decisión
inmediata o una acción, una "lucha", como dice Pechoux. La diferencia que
Rorschach señaló entre los colores de la Lámina II y las de las Lámina VIII, IX y X
(porque él diferenciaba el shock al rojo del shock alcolor) vienen de que estas tienen
un valor más biológico que social, y que la extraversión reaccional no es más que una
expresión de la labilidad de los afectos sociales, más que una capacidad de acción
personal física

Al Compromiso personal bajo la mirada del otro se une pues el enfrentamiento a una
situación amenazante comportando un riesgo físico.

Es así, que es una puesta a prueba de la madurez emocional y del dominio del yo, de la
capacidad de resistencia del yo al stress, al dolor tanto como a la agresión, al riesgo así
como a la acusación.

LAMINA III

Según Francoise Minkowska ,"el malestar, la tensión, la crispación sentidas en la


Lámina II desaparecen instantáneamente cuando se pasa a la Lámina III, y aparece
un sentimiento de escape, de placer y de ligereza.

Todos los autores han señalado este fenómeno, a la vez que Rorschach, y la noción de
shock cinestésico, shock específico de la Lámina III, no ha estado descrito más que
tardíamente por M. Loosli-Usteri. Con relación a la Lárnina II, la III tienen un
contenido que es a la vez parecido y muy diferente. Tiene rojo, negro y blanco, pero el
blanco desaparece prácticamente por no ser más que el fondo normal sobre el cual se
destaca el rojo y el negro, lo que justifica la frase de Pechoux: "Sensación más bicolor
que tricolor". Las dos manchas coloreadas se organizan en el espacio de modo
completamente diferente: el rojo parece restringirse y localizarse netamente, el negro
se dispone de manera ligera y aérea. Distinta a la disposición de la lámina II.

Fenomenológicamente el peligro se aleja, el horizonte se esclarece, el sujeto respira


más libremente. Esta sensación de alivio, debida al efecto e la sucesión contrastada,
aumenta la habitual adquirida en este género de trabajo, factor no falto de facilidad
por familiaridad, y de facilidades que la toma de la lámina da a la interpretación.

El análisis de la lámina no puede desarrollarse, por otra parte, sin referencia a la


respuesta cinestésica, respuesta normal, común, y dónde Rorschach ha ubicado uno
de los pilares de su definición del Erlebnistypus. ¿Qué significa la respuesta K ( M) en
la Lámina III?.

Tratemos del problema del evitamíento del rojo, que es un evitamiento común por la
definición misma de la cinestésia humana de la III. Esta reacción es un efecto del
fenómeno siguiente: el rojo ha perdido (en su restricción y localización) su sentido
ansiógeno de la Lámina II. El ro jo queda olvidado porque ha dominado la situación
II. Salvo el caso de los sujetos traumatizados por la lámina precedente, para los que el
rojo y el negro, más ligeros, permanecen obsesivos, la reacción normal se refiere al
gris que se presta muy fácilmente a la aprehensión perceptiva. Pero, ¿por qué la
cinestésia?, ¿qué significa?. Según Rorschach la respuesta K añade un movimiento allí
dónde se lo da y también, en otra parte, por lo que no puede más que venir "del
interior" del sujeto; tirará, arrastrará desde lo más profundo el dinamismo
proyectado y esto es un acto específico radicalmente diferente de la receptividad a las
demandas sensoriales que provienen de un hecho exterior. Significaría el control de si,
la reflexión y la resistencia a la sugestión, la inhibición positiva del comportamiento,
es decir, lo contrario de la impulsividad, de la labilidad de las emociones y los
sentimientos.

Según Rorschach: "más que el número de K sobrepasen el número de respuestas


color, más que sea seguro que la afectividad del sujeto sea normal, neurótica o
psicótica, tenga una tonalidad estable, más que las C sobrepasen las K, más que la
labilidad de los afectos que manifiesta,... K sería el síntoma propenso a la actividad de
interiorización, es decir, a la introversión... Entre los pobres de espíritu, los
estereotipados, los depresivos, que no tienen K, y los artistas dotados de imaginación,
los abstractos que son los que tienen el numero más grande de K, se sitúan las dos
categorías siguientes: los prácticos que tienen una imaginación más reproductiva y
que tienen pocas K y los teóricos, los más creadores que tienen más K.

Rorschach también dice que las kinestésias serían un tipo de instrumento de la


capacidad de creación interior, de la capacidad de introversión.
Se ha dicho que en la Lámina III, la misma respuesta K ha estado descrita por
Francoise Minkowska como la expresión de una "voluntad de toma" sobre el mundo,
como la antítesis misma de la puesta a distancia de lo real y del otro.

Esto nos confirma que la respuesta K no es "introversion" en el sentido de Jung, ni de


"secundariedad" en el sentido de La Senne, sino más bien de estabilidad de la
afectividad en el sentido de Rorschach, es decir de control de la acción, integración de
actos en un nivel superior; que no excluye la iniciativa a la acción, ni en consecuencia
la capacidad de decisión y de realización.

¿Qué significa la respuesta GK en la Lámina III?. La situación general se presenta de


la forma siguiente: después de dos láminas, de cierta dificultad, se presenta una que es
fácil, susceptible de una interpretación cómoda.

Desde el punto de vista de vivencia, esta es, o ya no lo será jamás, la ocasión de tomar
la iniciativa de una acción fácil si se tiene un mínimo de confianza y de seguridad.

La respuesta GK es común en la III porque por primera vez el test ofrece la ocasión al
sujeto de organizar personalmente su respuesta y de afirmarse simplemente, si puede,
y esto gracias a la conjunción del lugar de la lámina, y de la facilidad de "toma" de su
contenido.

Los fanáticos de la relación arcaica con la madre han descubierto, evidentemente, que
la lámina III nos aporta sobre este punto los mejores resultados. M. Loosli-Usteri ha
visto en esta lámina el "aspecto" de "la virilidad en su aspecto moral y sexual" . La
mujer (que tiene shock en la III) teme mucho el contacto con su pareja sexual El
hombre con shock en ésta lámina teme mucho no sólo el contacto con su personalidad
profunda, sino el contacto con su propia virilidad en su sentido moral y sexual"

Pero todo depende de la problemática por la que está dominado el sujeto, por lo que
esta lámina no es más viril o femenina que cualquier otra.

Bohm creía que el shock era revelador de una defensa contra la angustia (la Lámina
III como generadora de angustia). El shock K, según Bohm no es ninguna forma
particular de shock al rojo, del shock al negro o del shock-color; es revelador de
donde es necesaria una forma particular de defensa contra la angustia. El shock K
parece tener una especificidad más reconocible, y la angustia aquí tendría una forma
más precisa de un "miedo a actuar", ese que es diferente de la angustia de la amenaza
o de castración.

Tres aspectos deben ser retenidos en el análisis de la situación delante de la Lámina


III:

1.- Válvula de escape en relación a la II , gracias a la desaparición de los caracteres


ansiógenos provenientes de la relación con el examinador y/o del contenido de la
lámina precedente.
2.- La facilidad nueva de la lámina.

3.- La solicitud de la iniciativa personal del sujeto y de su acción.

Resumiendo, el modelo de la situación creada por la lámina, corresponde a las


situaciones de acción habitual o fáciles exigiendo un reconocimiento y una decisión
inmediatas.

La Lámina III permite estudiar la cualidad de las respuestas-acción del sujeto ya que
las circunstancias se lo exijen, o que el otro espera al margen de todo stress ansiógeno.

Es pues, la cualidad y eficacia de la acción voluntaria en el curso de la existencia


cotidiana común, lo que se pone a prueba.

LAMINA IV

El shock al negro de la lámina IV ha sido descrito por Rorschach y estudiado sobre


todo por Binder como característico de esta cuarta lámina. Fracoise Minkowska, que
adoptó el punto de vista impresionista para definir el clima de las láminas, ha
subrayado a propósito de la Lámina IV que evoca "algo peludo, velludo", algo
sensorial y, por otra parte, alguna cosa amenazante, terrible, impenetrable,
misteriosa.

El negro es aquí más profundo y más cargado por la intensidad misma que añade la
uniformidad del color gris.

La ostentación de la mancha se impone brutalmente después de la ligereza de la III.

El negro aquí recuerda aquel de la II agravando la impresión producida, ya que sólo


está él en el campo de la percepción, sin nada más para distraer la atención

Hemos visto que con la Lámina III el sujeto está suficientemente comprometido en el
test para que sus vivencias vengan, casi íntegramente, determinadas por el contenido
que se le propone. Es por esto que la impresión producida por la Lámina IV es el
factor más netamente dominante de la nueva situación.

El negro, en tanto que color, es un impacto psicológico bastante constante, ya


apuntado a propósito de la Lámina II. Está naturalmente asociado a la noche,
generadora del miedo arcaico, porque en la noche el poder normal sobre el mundo
está aniquilado. Nos sentimos siempre solos en la noche, expuestos al peligro que no
puede ser previsto. Las tinieblas han sido siempre asociadas a lo maléfico, al mal, a
aquello que necesita de la oscuridad para desarrollarse. Esta lámina es negra, pero
precisamente de un negro de noche. El blanco de la lámina se pierde
imperceptiblemente1como un fondo sobre el cual se destaca aún mejor la pesada"
mancha negra.

Segun Pechoux, el sujeto delante de la Lámina IV se siente en posición de examen.


Este autor pone de manifiesto la impresión de dominación, superioridad y
aplastamiento que provoca esta lámina.

Bochner y Halpern hablan de un aspecto dominador que simboliza la autoridad y que


invoca la "imago paterna". El tema de la autoridad y de la imagen paternal ha
recibido numerosas confirmaciones.

Moht piensa que los sujetos que tienen algún conflicto con el padre experimentan
sentimientos desagradables y lúgubres, así cómo angustia en la Lámina IV (así cómo
en la I y la VI, según él).

Loosli-Usteri dice que la Lámina IV es la segunda lámina paterna. Es la imagen del


padre temible.

Del símbolo del padre temible se pasa al símbolo sexual. El miedo al negro puede ser
frecuentemente miedo sexual, según Bohm, pues el negro simboliza el mal, lo
masculino negativo frente a las mujeres.

También se habla de la culpabilidad (debido a la sexualidad).

El shock al negro es un shock de angustia moral en la fobia, así como en la


culpabilidad.

Loosli-Usteri dice: "el shock al negro es la expresión y la medida de la angustia", y


Bohm confirma: "en todas partes o casi en todas partes que hay angustia manifiesta,
nos encontrarnos el shock al negro... Es el indicador más general de la angustia
fóbica".

La situación que se desarrolla para el sujeto a quien se le presenta la Lámina IV se


compone de tres aspectos esenciales:

1.- Reaparición de dificultades importantes después de la relativa facilidad de la


lámina precedente, que reactiva sin ninguna duda la situación de la Lámina I en su
carácter de prueba del yo delante de otro, y ta situación de la Lámina II de amenaza
para el yo. Por una especie de balance, la iniciativa libre del yo en la Lámina III se
encuentra bruscamente contrariada en la Lámina IV.
2.- Situación penosa, difícil debida al negro como color unitario de la lámina, está
rodeada de un clima de ansiedad, de soledad en el peligro informe de la noche. Todas
las descripciones de características ansiógenas de la lámina se refieren a este respecto.

3.- Hundimiento o amenaza de hundimiento del Yo, provocado por la "masividad


pesada de la mancha". Es como un todo masivo, imponiendose como tal. De ahí el
carácter de hundimiento, la impresión de absoluto, de rígido, que aparece
automáticamente en el sujeto, una sensación vaga pero impregnada de inferiorización,
de sumisión exigida.

Así el modelo sugerido por la Lámina IV correspondería a las situaciones de


inseguridad engendradas por una relación interpersonal negativa imponiendo un
constreñimiento masivo.

Y es por la fusión de los tres aspectos señalados que el YO queda aprisionado en una
situación de fuerza superior sufriendo, bajo una autoridad, exigiendo disciplina y
obediencia, bajo un juez sin benevolencia atacando o humillando al sujeto. A través de
la respuestas del sujeto se desvelará el "pattern" de sus reacciones y el contenido que
él da a este tipo se situaciones.

Es pues la resistencia del sujeto a la inferiorízación y al hundimiento lo que se evalúa


a través de la reacción a la Lámina IV, esta fuerza opresiva, teniendo por
característica que se impone sin exploraciones, sin que el sujeto vea claro. Por eso se le
considera la lamina de "la autoridad"

LAMINA V

Parece que hay entre las Lámina IV y V una relación comparable a la que existe entre
las Láminas II y III. Después del "stress" exterior producido por la II, la facilidad, la
ligereza y la simeetria de la III permíten al Yo reencontrar la iniciativa. El observador
puede evaluar también las secuelas del shock al rojo sobre la Lámina III.

Lo mismo en la sucesión IV yV, después del stress del imperativo absoluto


imponiéndose masivamente, sin benevolencia ni explicaciones (IV), la lámina V es
ligera, fácil y va a permitir evaluar las secuelas del shock al negro.

Pechoux dice que es la lámina de la facilidad y lo común (popular).


Loosli-Usteri la considera la lámina de la "evidencia misma".

El negro que se expone ampliamente en la IV, se parece y se localiza aquí en el medio


de la lámina, sin perder su intensidad cromática y sin obscurecer más. La ligereza
"alada" de su contenido ( a lo que se responde comúnmente "mariposa" o
"murciélago") , viene de la exposición (ostentación) en largura de dos grandes detalles
laterales (las "alas") simétricas en relación a un cuerpo axial.

Esta simetría ha estado muy bien descrita por Myriam Or, a quien se debe el haber
definido el "shock a la V" que no había sido mencionado antes de ella.

Dice: "Una forma plana, lisa alargada, se presta mucho más a la percepción de la
simetría que una configuración estrecha y alargada en altura. En la lámina V los lados
traspasan, exceden, van más allá del eje central"

He aquí pues una mancha negra ligera, lateralmente en forma de alas por lo que
presenta una indiscutible forma simétrica, mucho más claramente que las otras diez
láminas, todas simétricas por construcción.

En la Lámina V, la simetría se impone como una percepción común, siendo de esta


forma que se puede llamar el shock a la V como "shock a la simetría". Pero la
simetría de esta lámina no es una simetría geométrica, ni una simetría estética, y es
aquí donde se ha de definir sus características diferenciales.

Las dos manchas rojas laterales en lo alto de las Láminas II y III son simétricas
geométricamente; la Lámina V es precisamente menos una simetría que un equilibrio
ponderal, es decir, que tiene la simetría de la igualdad por una parte, y de otra por su
eje central. Este fenómeno viene dado porque la mancha constituye un todo
continuado o compacto con un cuerpo central espeso, denso, condensado, más que un
eje lineal. Por ello la mancha evoca la simetría de un pájaro o de un insecto, un
equilibrio orgánico más que una disposición simétrica de elementos.

Todo esto nos permite comprender mejor (y justificar) las deducciones de Myriam
Orr: "La mancha parece que entendida, o percibida horizontalmente, recuerda más
que las otras a las asociaciones con la estructura simétrica del cuerpo, con la
experiencia vivida del propio cuerpo y del propio psiquismo"

Pechoux, encuentra incomprensible el rechazo de esta lámina por los esquizofrénicos


(rechazo ya percibido por Rorschach sin que él le diera ninguna explicación). Myriam
Orr considera que es posible que el rechazo, abstracciones y descripciones, dadas con
gran frecuencia por los esquizoides en la Lámina V (mancha abordada fácilmente por
los normales) indican que estos sujetos tienen una imagen interior torcida, asimétrica,
deformada en grados diferentes del propio cuerpo y de su psiquismo, y que ellos
sienten un desorden, una confusión en la mancha V dónde la simetría es
particularmente evidente. Ellos no se reconocen en esta configuración que está en
contraste con la imagen interior que ellos tienen de su propio psiquismo
La lámina provoca una respuesta global, que conforma la idea de que el equilibrio,
esencia de la simetría, es orgánico, es decir que es la imagen de la unidad orgánica
misma.

Los autores atentos a los contenidos más que a las estructuras, han querido subrayar
ciertas características frecuentemente constatadas. Nos encontramos naturalmente el
tema de la angustia y la sexualidad, uno ligado al negro, el otro a los apéndices
masculinos o femeninos del centro arriba o abajo.

La especificidad de la Lámina V debe sintetizar diversos aspectos:

1.- La "facilidad" de la mancha que aquí, como en la Lámina III requiere reparación,
una reconquista voluntaria del sujeto, y un tipo de vuelta al Yo sobre si mismo para
sacar la fuerza de una iniciativa y de una resolución.

2.- El contragolpe de la Lámina IV en función del cual se puede esperar también un


fenómeno de interferencia, en el sentido de Bohm, es decir el shock a la V que sería
simplemente la reactivación del shock al negro.

Si la lámina IV se refiere a situaciones de relación interpersonal negativa suponiendo


una amenaza para el yo, entonces la existencia de una reactivación del shock al negro
tiene un significado positivo: nos permite evaluar la gravedad del traumatismo
recibido o el grado de sensibilidad a estas situaciones, o aún la imposibilidad de una
reparación voluntaria después del golpe.

3.- La puesta a prueba del sentimiento de unidad del yo, es decir, ese que Myriam Orr
llama "la experiencia vivida de la integridad psíquica y de la plenitud", ese que
implica el sentimiento de equilibrio interior, la conciencia del propio cuerpo como
disponibilidad dinámica para el yo. Y hay que tener en cuenta que el sentimiento de
unidad es la base de eso que se llama voluntad.

Para concluir, la Lámina V es como un espejo del yo, es el modelo de situaciones de


reflexión o de confidencias del yo sobre el mismo, aquello que podríamos llamar la
"imagen de si mismo que tiene el sujeto", o la autopercepción del yo en la relación
fundamental con lo real, con el otro, y con la acción.

La expresión de "sentimiento del yo" y sentimiento de unidad personal es lo que


sintetiza todo lo anterior, como una función de síntesis, de creación y de libertad.

El sujeto traduce mediante las reacciones a esta lámina la forma como él realiza su
unidad personal, así como la manera por la cual so acepta a si mismo en su existencia.

LAMINA VI
Según M. Loosli-Usteri, la Lámina VI es después de mucho tiempo reconocida como la
lámina sexual por excelencia. El shock sexual descubierto en esta lámina ha estado
descrito por Herman Rorschach, haciendo al mismo tiempo investigaciones de tipo
estadístico, probando que es esta la lámina que tiene más número de interpretaciones
sexuales.

El rechazo de la lámina ha sido interpretado más corrientemente como un indicador


de dificultades sexuales, pero muchos autores parecen dudar a la hora de hacer de ello
una explicación general.

Según Pechoux, "es necesario hacer un lugar especial a los rechazos frecuentemente
observados en la Lámina VI. La causa puede estar en la dificultad, pero esto no
resolvería el problema. ¿Por qué es difícil?. Nos remitimos a los jóvenes. Estos
presentan en el periodo de la pubertad un rechazo a esta lámina superior al resto de
los sujetos. De ahí a afirmar que la causa profunda es sexual, no hay más que un paso.
Pero esto no es una explicación siempre suficiente".

Pechoux querría que se tuvieran en cuenta otros tres tipos de respuestas que se
encuentran habitualmente, respuestas geográficas, dictadas por el eje o por las
cortaduras externas; respuestas que parecen tomar su fuente en los símbolos
religiosos antiguos o modernos, y respuestas comunes que ven la imagen de un animal
peludo.

Zangger afirma que la lámina es provocadora de angustia. Schffuer hace del shock a
la VI un signo de inhibición afectiva, o de un bloqueo de la acción de origen psíquico.
Es sólo en tercer lugar que él da una resonancia intima de los complejos de orden
sexual.

Bohm busca en las respuestas, un cambio de la agresividad, por ejemplo en el caso de


los fóbicos que interpretan animales aplastados. El simbolismo paternal también ha
sido evocado con la aparición del oso, camo la primera interpretación

A pesar de estas pistas interesantes es necesario considerar que aquí el aspecto sexual
domina, reconocido sobre la lámina por una especie de conciencia obscura y por todos
los sujetos.

La descripción de la mancha a nivel perceptual preóbjetivo permite aportar alguna


luz sobre el problema; la percepción de la Lámina VI está dominada por dos cosas:

- por la parte central superior netamente peluda


- y por el eje central de la mancha de arriba a abajo

El conjunto del gris, aunque unitario y masivo como en la Lámina IV, es de una tinta
más ligera, comparable a la Lámina I, por lo que no provoca shock al negro, ni
atención particular. Es neutra y aparece mostrandose como un acompañamiento de
fondo, sobre el cual se destaca aquello que llama la atención espontánea: el eje central
y su parte superior.

La domináncia perceptual de este eje, crea la dificultad de la lámina, impidiendo


prácticamente la respuesta global, sin esta particularidad la lámina sería fácil y
mucho más después de la IV y la V que se imponen como

unitarias o globales, la percepción G (global) está espontáneamente buscada.

F. Minkowska : "La lámina no se presta a una respuesta global y el sujeto se


desanima. De todas las láminas es la VI la que comporta más claramente una
atracción por parte del eje central. Más sombreado que el resto de la mancha,
jalonada de claro-oscuros, se termina arriba por el saliente peludo, y abajo por las
recortaduras evocadoras de partes genitales femeninas.

La lámina es pues bastante difícil pues exige la integración del eje central y de los
apéndices viriloides o feminoides. Es sin duda por esta razón que es habitualmente
sexualizada.

La especificidad de la mancha VI es la expresión sintética de tres aspectos:

1.- Desplazamiento de la idea de equilibrio del yo, en relación con la Lámina V, hacia
la idea de un equilibrio alrededor de una significación axial, que hace referencia a un
tipo de especificación del equilibrio y de la unidad personal.

2.- Integración del eje y sus significaciones sexuales latentes. Este esfuerzo de
integración se encuentra ligado a la asunción por el sujeto de su existencia. Es de
hecho la manera en que el sujeto trata este problema lo que es significativo de su
"pattern" de comportamiento al cuidado de la sexualidad.

3.- Afirmación delante de otro. La iniciativa de una respuesta personal como acto
positivo exige aquí el tratamiento del problema de la asunción de la virilidad -
feminidad. Este aspecto de la Lámina VI puede naturalmente sufrir los contragolpes
de los choques I y IV o más exactamente reactivan los modelos de comportamiento
provocados por esas dos láminas anteriores.

El modelo situacional ofrecido por la Lámina VI, correspondería a las situaciones de


provocación sexual y a la imagen del yo en su confrontación con la relación sexual en
general. Permite evaluar las reacciones del sujeto a la llamada sexual o simplemente
erótica y la representación a priori que él tiene de estas situaciones y de su forma de
reaccionar ante ellas
LAMINA VII

La Lámina VII es sin ninguna duda la más difícil de definir su especificidad. "El
shock al vacío" típico de esta lámina, no nos aporta muchas datos para las
descripciones e interpretaciones, por ello éstas son discordantes para los autores.

Esta lámina ha estado caracterizada como "femenina" a causa de la relativa claridad


de su gris. Se ha comprobado que las interpretaciones masculinas se concentran sobre
las manchas obscuras y las interpretaciones femeninas sobre las manchas claras. Es
pues el gris claro de la mancha VII el que otorgaría la característica "femenina" de
esta lámina.

Según M. Loosli-Usteri, la lámina es maternal y no a causa del gris sino a causa del
hueco, o cavidad, que según dice, no debe ser considerada como un agujero u hoyo,
sino como un regazo o una falda (seno).

La famosa cavidad ha recibido, sin embargo, otras significaciones. Según Pechoux, el


shock al vacío revelaría un sentimiento de no completamiento, de dificultades
afectivas, aspecto que se uniría, por otro camino, a la evocación de refugio o de
protección por dónde recaemos en la imagen del regazo (falda o seno materno).

Rorschach había llamado la atención sobre la abertura del detalle blanco de la


Lámina VII en posición normal, y había señalado que los esquizofrénicos, en sus
pruebas, habían tendido a invertir la relación figura-fondo, al ver una lámpara en el
blanco, que se destacaría sobre el gris.

Otros aspectos, no menos importantes, han sido señalados: la dificultad práctica de la


respuesta global, la repartición normal en grandes detalles.

Pechoux añade a esto, que no se puede olvidar la sensación que la lámina suscita de
desequilibrio . Las uniones de estos diversos trozos son evidentemente de apariencia
débil. De ahí-es de dónde vienen las respuestas "desarticuladas" y sobre todo "rocas
apiladas de forma inestable". Estas son frecuentes en los inquietos, aquellos que
sienten el mundo hundirse, desplomarse alrededor de ellos, o que han tenido duelo
reciente.
En la Lámina VII, después de las IV, V, VI, mas compactas , la mancha ofrece un tipo
de inconsistencia por comparación y también por construcción.

Su ligereza se parece a la de un boceto o croquis, carácter acentuado por la claridad


del gris y por el efecto de secuencia con la lámina VI, pues el impacto es muy preciso,
como se ha visto.

Su partición en pedazos (su troceamiento) sugiere, corno ha dicho Pechoux, la


impresión de bloques oblicuos sin lazos sólidos que dan la sensación de un
derrumbamiento inmediato.

La abertura al vacío central abierto por arriba constituye el elemento mayor de la


impresión de inacabamiento; es el vacío, el espacio vacío con todo eso que aporta de
incompleto y de inseguridad o de ansiedad. Allí se encuentra, sin duda, lo esencial de
su significación maternal que aparece, por así decirlo, negativamente, no como un
regazo-refugio, ni como vientre, sino como reactivador de la nostalgia de seguridad,
unido evidentemente a la imagen arcaica de la madre y al lazo primordial con ella.

Parece haber tres elementes para componer la especificidad de la Lámina VII:

1.- Llamada hacía el complemento en el terreno sexual. Este aspecto permitiría


comprender las secuelas del shock a la VI en algunos casos, e implicaría la afirmación
de sí en la búsqueda del otro sexo.

2.- Imagen del yo en relación con un ideal de perfección moral o social, implica los
objetivos y les valores del yo. Aquí se experimentarán los sentimientos eventuales de
no completamiento y de inquietud.

3.- Representación de lo futuro. Este aspecto es provocador de todas las inquietudes


eventuales y las reacciones regresivas de huida hacia la seguridad arcaica en caso de
angustia.

Estos tres aspectos pueden estar considerados como las facetas de un mismo
problema: el yo se protege de su futuro, o aún de la representación de la realización
del yo en el futuro, con una triple dimensión:

- realización de la virilidad~feminidad personal y representación del modelo sexual.

- Ideal del Yo en relación a un sistema de valores de referencia.

- Imagen de futuro del yo.

El modelo ofrecido por la lámina VII sería el de la imagen del yo protegida en el


futuro y la representación del futuro personal.
En la medida en que se pone en juego la confianza en el yo, en el otro y en el futuro, se
puede decir que las reacciones a esta lámina permiten evaluar y calificar esta
dimensión de la personalidad del sujeto.

LAMINA VIII

La Lámina VIII es una de las láminas que han sido objeto de mayor número de
investigaciones. Rorschach mismo ha dado sobre esta lámina y las siguientes (grupo
de láminas de color) numerosas explicaciones.

La descripción de la lámina está dominada por la aparición de colores y su efecto


sobre el sujeto. Los colores rojo y negro de las Láminas II y III tienen un impacto
psicológico específico, mientras que las láminas multicolor, en las que no hay ni rojo,
ni negro como VIII, IX y X, tienen según Rorschach un efecto provocador sobre los
afectos sociales. "Las respuestas de color son las representantes de la capacidad de
contacto y de la capacidad de adaptación afectiva, en el sentido más amplio, no sólo a
las personas del entorno, sino también a las situaciones de la vida en general".

Tenemos que subrayar en este preámbulo el carácter social de los sentimientos,


emociones y valores que el color hace surgir.

Rorschach ha hecho de la respuesta-color el centro de su noción de "extratensividad",


noción dialécticamente antitética de "introversividad"

(relativo al número de respuesta K (Movimiento Humano). La extratensividad


significa lo contrario de las actitudes de control, de reflexión y de iniciativa voluntaria,
y también la "labilidad de los afectos", no solamente las reacciones afectivas sobre las
reacciones controladas. Indican, sobre todo, la rapidez y la intensidad de las
reacciones espontáneas a las excitaciones exteriores o a las solicitudes sociales. El
extratensivo es poco controlado, impresionable, demostrativo y sugestionable.

Un fenómeno conexo, igualmente muy estudiado, ha sido el "shock-color", ligado al


hecho de que la lámina VIII es la primera de la serie de color. El shock-color ha sido
siempre el indicador de un rechazo afectivo, aunque M. Loosli-Usterí señala que:
"todos los sujetos que sufren problemas afectivos no presentan el shock-color" . En el
caso de los niños, falta frecuentemente, incluso en los casos de problemas afectivos
muy graves. La Lámina VIII es aquella de las tintas pálidas y neutras. La explicación
por el rechazo afectivo queda así muy superficial en lo que concierne a esta lámina.
Sin embargo es incuestionable que "con las láminas en colores, se puede penetrar en el
mundo de la afectividad".

Según Rorschach "todos los fenómenos grupales bajo el término de "shock-color"


confirman una vez más las relaciones íntimas que deben existir entre la percepción de
los colores y la dinámica de la afectividad".

Se ha comprobado, como ya Rorschach había dicho, que la presentación

de los colores aumenta la productividad, es decir que si se les presenta a los sujetos en
las tres últimas láminas unas láminas acromáticas, y a otros sujetos las manchas
auténticas, la cantidad estadística de respuestas aumenta en el segundo caso.

Este aumento del número de respuestas proviene quizás de una excitación de la


afectividad, pero dando por seguro que se da un aumento de la comunicación.

Se ha constatado que en el caso de las psicósis puede aparecer un "shock~colo" ,


entendido en el sentido de dificultades de la relación social. El 'shock-color" sería
,según Bohm "incompatible con un grado grave de debilidad mental", postulado muy
interesante pues precisamente en el caso de los débiles la relación socio-afectiva es
superior a la de los normales.

Por otra parte Zullinger, citado por Bohm, afirma que "la atracción por el color, que
se traduce por un número particularmente elevado de res puestas a las láminas VIII,
IX y X, se encontraría en las personas que descartan el "shock-color" (y el estupor
afectivo que lo determina) hablando mucho, y que tienen una necesidad irresistible y
nerviosa de hablar". El autor añade que en el caso dónde interviene el "shock-color'
no como inhibidor sino como estimulador, se puede pensar que se trata de "personas
que gracias a un componente caracterial esténico, tienen tendencia a no tener en
cuenta sus conflictos interiores y a eliminar sus señales.

Todos estos elementos que corroboran los efectos de los colores en VIII, IX y X,
descritos por Rorschach, orientan la descripción fenomelógica de la lámina hacia su
impacto socio-afectivo.

La lámina por su disposición y por sus colores a la vez claros y neutros, variados (rosa
pálido, verde pálido, azul pálido, etc) y aéreos hacen difícil la interpretación global de
la lámina.

Después de la sucesión de las láminas grises, ésta representa una situación nueva para
el sujeto, que ha de hacer, evidentemente, un esfuerzo de adaptación, Como dice
Pechoux: "adaptación a un problema nuevo presentado bajo una forma inesperada".
Esto justificaría según el autor, que la apreciación de "la adaptabilidad, la
adaptación, la readaptación" sean aún posibles a través de las reacciones del sujeto a
esta lámina.
Por otra parte estos colores, siempre a causa de la sucesión en relación con las láminas
anteriores, tienen necesariamente un efecto de liberación del negro; ellos son por si
mismos provocadores de un aumento de la comunicación, es decir de una elevación
del respuestas dadas al examinador, y el sujeto puede o no ceder a esta provocación,
defenderse o abandonarse a ella.

En fin, la facilitación de la comunicación aumenta por el hecho de que un detalle, el


detalle lateral, se impone rápidamente con la respuesta común de un de animal.

Pechoux dice: "Es la lámina dónde una respuesta animal interviene en casi el 100%
de los casos, lo que incita ,cuando esto no se produce a buscar las razones de esta no-
conformidad con una regla bien establecida".

Retomemos los tres aspectos:

1.- Exigencia de adaptación o de readaptación nuevas; tiene características


fundamentalmente diferentes de aquellas que la preceden.

2.- Provocación de la comunicación y de reacciones socio-afectivas, por el efecto


propio de los colores, específico de la lámina.

3.- Facilidad de una "toma" inmediata por el gran detalle lateral, y así facilitación de
la iniciativa del sujeto.

Esta lámina sería así el modelo de las situaciones de adaptación social en general,
aquellas dónde el sujeto ha de entrar en un grupo cualquiera, dónde tiene estrechas
relaciones de tipo común (sin intimidad), y tiene que comunicarse con otro del grupo.

En esta lámina se pone de manifiesta el modelo de aproximación social al otro, el


comportamiento socio-afectivo de participación en el grupo, es lo que esta lámina
pone a prueba. Nos informa de como vive el sujeto la relación social común y los
contactos sociales

LAMINA IX

Pechoux dice: "Para al examinador y sin duda también para el examinado, esta
lámina se caracteriza por una serie de dificultades diversas y en definitiva se puede
concluir que no aporta nada realmente especifico. Si fuera necesario definir una
especificidad, se tendría que admitir que esta lámina es la de los problemas mal
resueltos, y sería un signo de alarma, pero sólo en un estado de inquietud, ya que una
respuesta se da con facilidad".

Esta lámina está marcada por su carácter de dificultad. Los colores son más intensos,
se mezclan, en según que sitios, en claro-oscuros coloreados, son menos aéreos que en
la Lámina VIII.

Esta lámina presenta, menos que la VII, pero muy netámente, una abertura-
disfunción arriba, con un hueco central vagamente cargado de formas y colores
indecisos. Por este hecho la Lámina IX ha estado clasícamente considerada como una
sucesión de la Lámina VII, capaz de reactivar el "shock al vacío".

Según Rorschach la afectividad está provocada más violentamente en la

IX que en la VIII, y algunos autores han considerado a esta lámina como generadora
de angustia, o al menos de inseguridad.

Es sin duda esta característica junto con la llamada del vacío central, la que ha hecho
atribuir a esta lámina un valor de evocación maternal (según M. Loosli-Usteri y
Myriam Orr).

Se constata que redobla el "shock-color' por su intensidad suplementaria, que es lo


que hace de ella una lámina temible en la medida en que se puede combinar su
"shock" propio con el "shock-retardado" de la VIII y la reactivación del "shock" al
vacío.

Estos elementos, juntos al mismo tiempo, ejercen como una presión sobre la
afectividad de los sujetos, hasta el punto, según, M. Looslí-Usteri de que bajo el doble
golpe de la secuela de la Lámina VIII y del vacio central de esta lámina, la resistencia
de los sujetos disminuye hasta dejar escapar, sin lugar a dudas, las secuelas
celosamente guardadas.

Se ha de retener por tanto de esta lámina, que la provocación socio-afectiva de los


colores fusionados en ella, con una provocación afectiva, operan al nivel de los
sentimientos intimos.

Cuatro aspectos a sintetizar:

1.- Dificultades de 'ttoma" de la lámina, forzando al sujeto a un esfuerzo de expresión


nueva

2.- Llamada al acabamiento; reedición de la característica de la Lámina VII, aquí


también a la vez con un sentido sexual, pero sobrepasado por un sentido afectivo-
social ya que sigue a la Lámina VIII. Así se encuentran justificados los factores del
"shock al vacío" descritos por Myriam Orr.
3.- Provocación de la afectividad profunda, debido a la intensidad de los colores y al
estruendo afectivo de la Lámina IX pudiendo ir hasta el despertar de la angustia, lo
que permite, sin duda, explicar la evocación maternal que suscita la lámina, por la
inseguridad que provoca

4.- Relación con el otro, con la particularidad de que actuaría a la vez en la relación
afectiva profunda y la relación socio-afectiva.Por este aspecto sería fácil evocar temas
sexuales, y ver si éstos tienen un carácter obsesivo o no para el sujeto.

La especificidad de la Lámina IX, sintetizada en estos cuatro aspectos, se orienta hacia


la expresión del yo en una relación socio-afectiva que iría más lejos que la simple
participación social. En este tipo de relación el sujeto tendría que confiarse, hacerse
comprender o entender y soportar las miradas del otro convergentes sobre él . Esto
implica la situación de ser juzgado, aceptado, comprendido o rechazado, así pues una
relación de peligro en la relación con el otro.

Así estos autores consideran la Lámina IX como el modelo de situaciones en las cuales
el sujeto tendría que experimentar sus sentimientos íntimos por la mediación de una
relación interpersonal (o social) donde la expresión espontánea es solicitada.

LAMINA X

Rorschach pensaba que la Lámina X era la que se prestaba menos a una


interpretación global. Se presenta como un desparramamiento de manchas de colores,
dónde algunas son vivas (azul, amarillo, rojo, verde), otras más pálidas (marrón claro,
gris pálido), otras no uniformes en su color interior.

Dispersados en el blanco de la lámina, estos colores no provocan, sin embargo, los


fuertes sentimientos de espacio vacío, ya que su número adorna la superficie.

Con esta disposición, la interpretación global es el signo de una verdadera voluntad de


unificación, con una huida o una lucha contra el desparramamiento

La especificidad de la Lámina X se deduce de su "disociación incontestable", dice


Pechoux, y Myriam Orr ha creado la expresión de "shock a la partición" Esta
partición sería particularmente perturbante para lo sujetos sensibles que tienen una
falta de unidad personal interior o miedo a su propio desequilibrio.
Se ha de notar la relación curiosa que se establecería así entre esta última lámina y la
V, que también, aunque por un proceso a la inversa, impresiona, a nivel no reflexivo a
los sujetos mal unificados y teniendo sus dudas sobre su equilibrio o su capacidad de
resistencia. En la V se les pone delante una exigencia de equilibrio a la cual ellos
tienen que responder; en la X se les sitúa delante de una disociación y tina partición
(división).

Muchos autores han afirmado que la lámina, seguida de este desparramamiento que
parece una situación inaprensibles, provocaría inseguridad, lo que explicaría la
explica la atribución habitual de significación maternal a la lámina, pues permite
evaluar la perturbación del lazo de seguridad con la madre en edad temprana.

Los colores (no hay rojo, ni negro, como es regla en la tres últimas láminas), a pesar
de ser ya conocidos para el sujeto, en la medida en que él ya tiene la experiencia de las
dos laminas precedentes, no dejan de tener un impacto sobre él. En relación con la
Lámina IX aporta un alivio un tanto parecido como el de la Lámina III en relación
con la Lámina II. Es así que la carga afectiva de la IX pierde su carácter provocador
de la extratensividad en el campo socio-afectivo, como en la Lámina VIII.

La prueba es que los epilépticos y los histéricos tienen tendencia a enlazar (encadenar)
las nominaciones de color, según una observación de Rorschach, Toda evocación
directa de colores sin significación precisa (pintura, paleta, cuadro abstracto etc...)
expresaría la búsqueda de la relación social como tal, con un punto de teatralidad, que
puede llegar a ser de exhibicionismo.

Ya que es necesario conservar un sentido a los colores y no perder por tanto la


partición, algunos han intentado sintetizar la multiplicidad y la realidad socio-
afectiva, en la suposición de un simbolismo familiar. Esta asignación de significado
muestra la dificultad de una definición de la especificidad de la lámina.

Nuestra hipótesis experimental se apoya sobre los cuatro aspectos más destacados de
la lámina

1.- Evocación de la multiplicidad. La palabra multiplicidad parece más adecuada que


la de partición o división", pues la contextura de la lámina muestra mejor los lazos
que las disociaciones, muchas pequeñas manchas se tocan. Las dos largas manchas
son cerradas hacia arriba (es lo que bloquea todo aspecto de vacío), por otras
manchas grises pegadas a un eje central gris que determina la reunión superior. Así
los elementos están igualmente repartidos en aislamientos y en reuniones
(sobreposiciones).

2.- Dificultades de una visión global, Cada elemento sólo o vagamente asociado,
retiene la mirada como un pequeño todo con significación. Era esto lo que destacaba
Rorschach como aspecto facilitante de respuestas D (detatalle) y haciendo difíciles las
respuestas G (global).
3.-Alivio en relación con la Lámina IX. Los colores guardando aquí el efecto
psicológico, han perdido la intensidad de los colores de la lámina anterior. De hecho la
afectividad no está provocada de la misma forma y hay un alivio innegable de la
implicación sentimental y emocional.

4.- Provocación de la extratensividad normal en su sentido socio-afectivo

En esta lamina se reflejaria el modelo de comportamiento en la vida cotidiana en su


aspecto social comportando una multitplicidad de acciones a cumplir bajo la mirada
del otro.

El análisis de las reacciones del sujeto permite evaluar el grado de afirmación del yo y
el método o el género de comportamiento a lo largo de esta actividad, así como su
concepción de la sociedad o de la vida social

Das könnte Ihnen auch gefallen