Sie sind auf Seite 1von 144

Ob r a po�íuma de I ranvolíit!

l>olio, l a
hs cvaminLi eí periodo tie Ki vidj
hitEiiiidilt Hiie sa de lav dn;/ n Iíjv dltv��c��
años: í p o c a di Ip -íiitLieiií de h del
ar d uo rev'oníílo que llc\ j a los umbralen df la
r \istc ncia .idtilca, y en la c�ik- la minora iiii
verdadero p üigaíorio. un dtirQ íicmpo de p r uíb a
para t"adkJ individuo. Encarada a los simonías
principales de La üdolesccncla en nuestra tocicdat
en crisis l a ho u id kc de suktdios. droga, fracaso
escolar, sexualidad}, fraileóse Dotio* basándose
en los datos de una rigurosa eiicue�ia
in;crrtavionai. entabla un cQmbaic para dar �o/
a quienes iio la llenen lodftvm e iiurodíic¡T en ta
educación el a mo r y el rei�pero por los demá-i >
por usio mismo. F.i préseme libro se propone
inaugurar una era de nuevas reladopies con la
jLi�-cniud y encima un provéelo global de
sociedad nueva,

St IX B�-RRAl
Colectivo de encuesta
dirigido por André Coutin

Titulo ori�iiu]:
La cause des odof&cenís

Primera edición t abril Í990

Éditions Robert Laffoni� $, A., París, 198S

Derechot cxdusivo» de edición en castellano


rwrvadCH para todo el mundo
y prcpiHlvd de la traducciÓTi:
@ 19%; Editorial Seu Banal� S. A.
Córcega, 270 - 08008 Borcdona

ISBN: 84-322-464�5

Drpós�itD legal: B. 9.131 • 1990

Segunda reimpresión (Míxico)- abrí] de 1992

Impreso en México — Prinlctl in Mexico

Nincuna ptne <tc oí a pubUcadón, LdcIuhIo el díieflo de la cubimj� puede kt


rrpraducidi. alnunen�da o truumidda en mu era tlBUM ni por nin|ílii medi«, yt
■ea «lécuico, qulmioo, mecánico, óptko, d< |r«b«dón o de faiwcipLa, ií a pefmLio
previo del edilor�
PRÓLOGO

Hace tres años, la gran resonancia de La causa de los


niños ayudó a FrarKjoise Doho a medir la fuerxa de pene-
tración de sus nuevas ideas. E\ libro desencadenó una serie
de debates, reflexiones e iniciativas, y contribuyó a intro¬
ducir más aún en ta sociedad francesa y europea los temas
de investigación esenciales y las líneas de acción capitales
que se desprenden de la obra de Fran<;ojse Dolto, La obra
iba dirigida a todos los padres, educadorcs> animadores y
quienes toman decisiones en ta sociedad�
Elápidamente» Fran9oise Dolto intentó proseguir este tra¬
bajo de pedagogía y de comunicación aplicándolo a la etapa
de la adolescencia.
Unos días antes de reunirse en la otra orilla con su ma¬
rido Boris Doho, Fran�oise había terminado de corregir el
manuscrito y se alegraba con la idea de que los jóvenes»
así como los adultos, pudieran leer este segundo libro. «La
causa de los niños —decía� es aquí considerada desde el
punto de vista de) adolescente.»

mEI nacimiento es muerte; la muerte es nacimiento»* re¬


pite ella a lo largo de esta investigación en compañía de
jóveties de diez a dieciséis años. La que muestra aquí cómo
acompañar al adolescente en su «muerte de la infancia»
supo dar el último paso de la vida adulta encontrando las
patarras para definir la experiencia. Cuando, con el cora'
zón latiendo aceleradamente, ia creíamos ya en el úUimo
momento, Fran(;oise supo regresar de su propia muerte
para hablamos de ella a sus parientes y amigos. A mí me
la describió como una isla tranquila en medio de la tem-
pesiad. Días más tarde, habiendo dominado todo miedo a
lo desconocido, se despedía definitivamente.
Con qué coraje y qué exigencia, radiante de espirituali-
dad, habrá llevado a cabo esta ((tarea social urgente», la

5
causa de los adolescentes, economizando sus cnergbs para
concentrarlas mejor en sus horas de trabajo� El oxígeno
que, en los últimos tiempos de su vjda, ella tenía «lUC in¬
halar noche y dia, lo insufla «n estas págmas, transmuta¬
do de imeUgencia� para restituir a su prójimo el deseo de
llegar y la voluntad de e�tar presente en los otros. Una
obra doblemente generosa que ella lega a todos los jó¬ DE LA CAUSA DE LOS MINOS
venes- A LA CAUSA DE LOS ADOLESCENTES
ANDR£ COUTIN
Esta investigación consagr3da al cn'tioo período de la ado¬
lescencia es la continuación y prolongamienio naturales de
La ¿rausa de los niños. En aquella primera obra, dejamos a
los niños en el umbral de ese «paso» determinante que les
conduce a la toma de autonomía, hacia los diez-once años.
No existe una edad precisa que establezca la fecha de esta
fase del desarrollo del individuo- Lo que hay es una influen¬
cia que les empuja hada esla iona de turbulencias, pues
cada uno la vive según su relativa precocidad, o, por el con¬
trario, según sus retrasos, al capricho de su propio ritmo.
En todo caso, tarde o temprano, en esta fase del crecimien-
fo» en el momento de la prepubertad> les aguarda un gran
trayecto antes de poder entrar en la vida adulta» de asumir
responsabilidades de cbdadano y participar de alguna ma¬
nera en la construcción del Futuro de su sociedad.
Para llegar a la otra orilla, tcfidrán iodos que sufrir cier¬
to número de pruebas� franquear obstáculos, resolver cri¬
sis originadas en su interioridad o en las presiones del
medio. Según su propia sensibilidad, su fragilidad o su
nueva Fuerza, se encontrarán con más o menos dificulta-
des para salvar este paso. Aquellos que de entrada no
hayan consumado la ruptura que realiza la toma de auto¬
nomía� aquellos que aborden este suelo de inestabiiidad y
de fracturas, ta adolescencia� con bloqueos estarán en con¬
diciones de inferioridad respecto a los otros� pero todos ne¬
cesitarán de toda su voluntad de vivir, de toda la energía
de su deseo de llegar para afrontar esta muerte de la in¬
fancia. El propósito de este libro es plantear las verdade¬
ras preguntas y tratar de inspirar los comienzos óc una
respuesta. Para mantener la justa perspectiva de las eta¬
pas del crecimiento y los orígenes de los conflictos y ato¬
lladeros observables� sugerimos que se remitan a los aná¬
lisis de nuestra primera obra. La causa de los niños-
6 1
PRIMERA PARTE

EL PURGATORIO DE LA JUVENTUD
Y EL SEGUNDO NACIMIENTO

«La educación oficiat no te tnsena ta educa¬


ción en el amor..,, en eí respeto det otro, en eJ
respeiO de íí.m
Fiian<;oise Dolto
Capítulo I

EL CONCEPTO DE ADOLESCENClAí PUNTOS


DE REFERENCIA. PlfNTOS DE RUPTURA

No se coDocc tdo bien al adolescente como al niño. Hay


que extenderse sobre la realidad que oculta este término.
St habla hoy de la población de los «Ados», expresión me¬
diática que tiende a aislar a los individuos jóvenes <cde
paso», uen trán&Lto�), encerrándolos en un tipo de edad. En
vez óc limitarse a situarla en la pirámide de las edades,
es más interesante buscar un consenso y superar las con¬
troversias y desacuerdos entre psicólogos» sociólogos y
cndocri nólogos-neu rólogos.
Algunos prolongan la infancia hasta los catorce aflos y
sitúan la adolescencia entre los catorce y los dieciocho
aftos, como una simple transición hacia la edad adulta.
Aquellos que la definen en términos de crecimiertto� como
un período de desarrollo muscular y nervioso* se sienten
tentados incluso de prolongarla hasta los veinte años.
Los sociólogos toman en cuenta el fenómeno actual de
los «adolescentes retrasados», estudiantes prolongados que
viven en casa de sus padres mucho más allá de su mayo¬
ría, Algunos psicólogos reducen la adolescencia a un capi¬
tulo final de la infancia,

¿Es una edad cerradüt una edad marginal, p una etapa


original y capita! de la metamorfosis det niño en adulto?
En mi opinión� es una fase de mutación. Es tan capi¬
tal para el adolescente confirmado como el nacimiento y
los primeros quince días de su vida lo son para el niño
pequeño. El nacimiento es una mutación que permite dar
el paso del feto al niño de pecho y su adaptación al aire y
a la digestión. El adolescente, por su parte, pasa por una
muda respecto de la cual nada puede decir, y es, para los

11
adultos, objeto de un cuestionamiento que, según los pa¬ produce la fragilidad del bebé que nace, sumamente sensi¬
dres, está cargado de angustia o pleno de indulgencia. Mi ble a lo que recibe como mirada y oye como palabras que
profesor de íilosoíía, parafraseando el proverbio, decía de le concicrtien, Dn bebé cuya familia lamenta que sea como
una de mis compañeras de la que pensaba que se había es» que se parezca a aquel otro> que tenga una narí7 asi o
quedado en la adolescencia; «Dios, mesa q palangana- ¿en asá, y llega hasta lamentar el sexo que tiene o el color de
qué se convertirá?» A sus ojos* todas deberíamos haber su cabello, corre eJ riesgo de quedar marcado para toda la
sido ya Jóvenes adultas. Ke aquí una de las posibles y grᬠvida, mientras la gente piensa que no comprende nada. Ha
ficas maneras de definir la adolescencia como una edad captado este hándícap social con el que ha nacido. A esa
en que eí ser humano no es dios» mesa ni jofaina. El esta¬ edad, todos los juicios surten efecto, incluyendo aquellos
do de adolescencia se prolonga según las proyecciones que que expresan gentes de poco fiar, por ejemplo, personas
los jóvenes reciben de los aduUos y según lo que la socie¬ celosas o resentidas con los padres. El niño no tiene en
dad les impone como límites de exploración. Los.adultos cuenta las cosas, no hace más que oír que hablan mal de
están ahí para ayudar a un joven a entrar en las respon¬ él, y se lo toma al pie de la letra. Y se trata de algo que
sabilidades y a fio ser lo que se llama un adolescente re¬ puede comprometer, de por vida, sus relaciones con la so¬
trasado. ciedad. El papel de las personas ajenas a la famiiia y que
conocen a un adolescentcr que tienen relación con él por
La sociedad íiene inferés en que e! adolescente no pier¬ causa de la escuela, o por causa de la vida social, es muy
da eí tiempo en una vida de beneficiado. Pero esta fusta importante durante algunos meses. Pero, desgraciadamen<�
preocupación lleva también al exceso de celo que consiste te. la gente no sabe cuál es el período sensible para dicho
en estimular demasiado a un niño de once años a no ser joven. En el caso del bebé, se ignota que oye todo lo que
un niño prolongador Si bien no hay que dormirse� tampo- le dicen. «¡Ahí ¡Oué pena que se parezca a tía Lili.,. Qué
CO hay que precipitar las cosas.., Bn e¡ íenguafe popular, demonio eraí» Y luego se ponen a hablar de la tía Lili, y
se dice con frecuencia.' uSiempre te portas como un niño, el niño recibe a quemarropa una descarga negativa que le
pero ya no eres un rfiño.u ¿Acaso no es éste un lenguaje afecta profundamente. Lo sabemos ahora. Pues bien, lo
totalmente pernicioso y cuípabílizaníe, si el padre o la mismo sucede con un joven en pleno desarrollo.
madre le dicen esto a un preadolescente? Para comprender adecuadamente qué es la inopia, la
debilidad de la adolescencia, tomemos la imagen de los bo¬
Yo creo que él no Je presta a estas palabras la menor gavantes y langostas que pierden su concha: se ocultan
atención. Se la prestaría si fuera uno de sus compañeros bajo las rocas en ese niomento* mientras segregan su nueva
quien se la dijera. Pero no los padres. Los padres, d« todos concha para adquirir defensas. Pero, sí mientras son vul¬
modos, dejan de ser a sus ojos los valores de referencia. nerables reciben golpes, quedan heridos para siempre; su
En las escuelas hay Grandes Meaulnes en todas las épocas caparazón recubrirá las heridas y las cicatrices, pero no
que gozan de cierto prestigio. Son los líderes de pequeños las borrará. Las personas secundarias juegan un papel muy
grupos. Y siempre corretea por allí un muchachito menos importante en la educación de los Jóvenes durante este pe¬
afirmado, menos desarrollado, que tiene problemas en ha¬ ríodo. Aunque no estén entarugadas de dar dicha educación.
cerse aceptar por el arcángel o el cabecilla. Se le rechaza: todo lo que hacen puede favorecer la expansión y ia con-
«Eres un pequeflín, un renacuajo; no sabes de qué va.., fianza en sí, al igual que el valor para superar sus impo¬
lárgate,» Esta infant i lisación es peyorativa viniendo de un tencias, o. al contrario, pueden estimular <1 desaliento y la
joven; afecta más al niiVo que si su madre te dice: <cNo te depresión» Hoy, muchos jóvenes a partir de los once años
hagas el pequeñin.» conocen estados depresivos y estados paranoicos. Y ejecu-
Es también muy vulnerable a las observaciones despee tan actos de agresión gratuitos. En estas «crisis», el joven
tivas procedentes de otros adultos que tienen el papel de se opone a todas las leyes, porque le ha parecido que al¬
mandar a los jóvenes, Bn el curso de esta mutación, re- guien que representa la ley no le permitía ser ni vivir,
12 t3
�Pero acaso £sta reacción de defensa no tes deja aün <f¿Qué es lo que vas a pensar? No estás en edad de pen¬
mas desarmados? sar; aún tienes el gusto de la leche en los morros.» Etc.
Cuando un joven comienza a tener ideas propias y a mez*
En este momento de extrema fragilidad, se defienden ciarse en la conversación de los adultos, tío pierden un ins¬
contra los demás, bien mediante la depresión, o por medio tante en desalentarlo, cuando s�ria el momento de darle la
de un estado de negativismo que agrava aún más su debi¬ palabra: «Te interesas per esto: bien, dime tu opinión; ah,
lidad. es interesance...j> El padre no quiere que se diga que su
hijo empieza a ser escuchado por los jóvenes que le ro¬
La sexualidad podría ser un recurso para elhs. dean. Es él quien debe tener la supremacía. Hay muchos
padres que no saben ser padres de adolescente. Y lo cu¬
No tienen aún vida sexual, si no es a través de la ima¬ rioso es que no saben serlo delante de su mujer y de su
ginación. Con mucha frecuencia, penetran en un falso nivel hija, pero cuando están solos con los muchachos, los en¬
expansivo de sexualidad, que depende de lo imaginario; la cienden mejor. Eso se debe a que no desean que al mu¬
masturbación. En el momento difícil en que los jóvenes se chacho se le preste la misma atención que a ellos cuando
sienten incómodos en la realidad de los adultos por falta se ponen a hablar en la mesa y el joven discrepa de su
de confianza en sí mismos, su vida imaginaria les sostie¬ padre. El padre quiere que su opinión prevalei�ca sobre la
ne� El muchacho o la joven están casi decididos a excitar de su hijo. La frase justa sería, por ejemploi «Bueno, a
en 5Í la zona que les dará fuerza y valor, es decir, la zona dos edades distincas, pensamos de manera diferente, fia
genital que se anuncia. Y de ese modo la masturbación. hay problema » Si el joven se ve interrumpido, o bien lo
de remedio de su depresión, se convierte en trampa. Tram¬ tolera con una sonrisa de condescendencia («Papá no quie¬
pa. porque de este modo se descargan nerviosamente y tie¬ re reconocer su error; bien, ¡tanto peor!»), o no se atreve
nen mayor dificultad para afrontar la realidad� para ven¬ a afirmarse para expresar en otro lugar una afirmación que
cer estas deficiencias, mucho más imaginarias que reales, ha sostenido en casa: cuando esto, en otro lugar, le confe¬
pero que han sido alimentadas por frases inoportunas de riría valor. Pero como en casa esto le ha «desvalorizado»,
las madres, como por ejemplo: ccNo llegarás a ser nada: queda marcado por una depresión y cree que no tiene de¬
¿cómo quieres gustar a una chica, si siempre vas tan de¬ recho a pensarlo.
saseado?». o por el entorno que les sorprende y Ies hace
ruborizar con frases como: vAh, vaya, no le eres indiferen¬ En este momento es cuando íendrío necesidad de ser
te. ¿Es tu novia?» Resulta espantoso para un joven ser des¬ fortalecido. Los educadores parecen muy indicados aqu\
cubierto así y ver puesto de manifiesto el sentimiento pre¬ para tomar el relevo.
coz que experimenta; ello puede lanzarle verdaderamente
a la masturbación, porque ésta es un sostén a la excita* Y no sólo los que imparten disciplinas escolares, sino
ción de las pulsiones que le permitirían superar esta de¬ los que enseñan deporte, arte, etc. A ellos corresponde darle
presión, I>esgraciadamente, como se satisface de una ma¬ la voz al niño, pidiéndole su opinión, su juicio sobre un
nera imaginaria, carece ya de la fuerza para ir a buscar combate, su parecer sobre una exposición, Y que no con¬
en la realidad, en otro ser humano, muchacho o mucha¬ cedan solamente el derecho de hablar a ios vozarrones que
cha, el apoyo, la camaradería o el amor que le sostenga y se imponen, sino también a todos los que tienen una opi¬
le ayude a salir de esta trampa en que le han encerrado nión pero no dicen esta boca es mía. Se trata de animar¬
algunos adultos indiferentes o agresivos. O celosos, pues les: «No dices nada, pero tendrás tu opinión. He visto que
hay adultos que están celosos de esta «edad ingrata». Re- contemplabas el partido con mucha atención; seguro que
cuerdan que ellos fueron maltratados por adultos, y. en te has hecho una idea sobre éste o aquel jugador.» El joven
lugar de evitar cometer el mismo error con los otros, como interpelado reconoce entonces que, aunque no se ha mos¬
si íuera más fuerte que ellos mismos� cargan la mano: trado entre los activos> cuenta en el juicio de aquel profe-

14 15
sor que conoce bien el paño, y eso puede salvar � un mu¬ obligado para inaugurar su dimensión de ciudadano res¬
chacho que en casa es abrumado por sus padres. ponsable, y acto irreversible. En nuestra sociedad� los jó¬
Se trata de una edad frágil pero asimismo maravillosa, venes no reciben ayuda porque no tenemos el equivalente de
porque reacciona también a todo lo positivo qüe se hace los ritos de iniciación que antaño marcaban esta época
por éL Sólo que (os adolescentes no lo manlííestan en el de ruptura, Las pruebas colectivas eran impuestas a ni¬
mismo momento. Es un poco decepcionante para los edu- ños de la misma edad, pero que no estaban todos igual¬
cadores que no ven los efectos inmediatos. No me cansaré mente maduros para que produjeran un efecto mutante en
de incitar a los adultos a perseverar. Digo y repito a todos ellos. Sin embargo, era un acontecimiento que marcaba, y
los que enseñan y se desaniman» que traten de valorizar¬ ta sociedad les consideraba entronizados, es decir, que ha¬
los: continuad, aunque el joven parezca iftoniaros el pelo», bían superado La iniciación que permite invertirse en ado¬
como se dice. Cuando son vanos, con frecuencia le toman lescente a partir de dicho paso. Tanto si estaban preparados
el pelo a una persona mayor, y cuando están solos, esta incerionncnte como si no« los adultos les concedían el de-
persona es para ellos alguien muy importante. Pero hay recho a acceder a ella. Reducidos a sí mismos, ios jóvenes
que soportar ser abucheado. Uno puede pensar: si, soy abu¬ de hoy no son conducidos juntos y solidariamente de una
cheado porque soy adulto, pero lo que les digo les ayuda oriUa a la otra: y se ven obligados a conseguir este dere¬
y les sostiene. cho de paso por sí mismos. Esto su parte una
conducta de riesgo.
Asi pues» {los once años son realmente un punto de
máxima fragilidad? El África negra y Oceania ofrecert a ía etnología una
gran variedad de ritos de iniciación y de aprendizaje. Será
Si, de once a trece artos; tienen rubores, se tapan el interesante pasar revista a las diversas soluciones que las
rostro con los cabellos, azotan el aire con las manos para sociedades antiguas encontraron para ayudarles a pasar
vencer su malestar, su vergüenza, o pueden incluso enmas¬ este período de mutación, ta muerte de la infancia.
carar una gran herida que quizá sea indeleble. Pero antes de comparar las actitudes del cuerpo social
a través de la historia de las sociedades, y de investigar
¿Es ta pubertad la cresta de esta travesía crítica? cómo tos adolescentes de hoy pueden� solos o en grupo�
afrorttar la reaíidadt trataremos de describir lo que sucede
La época difícil es el momento de la preparación de la en el interior de cada individuo, y poner de relieve ta trans¬
primera experiencia amorosa. El joven siente que hay en formación capital que hace det miro un adolesceme en
ello un riesgo, lo desea y lo teme al mismo tiempo. Al res¬ ciernes.
pecto existe una gran polémica que la cargada estadística
de suicidios o de conductas suicidas pone sobre el tapete El hecho trascendental que maty::a la ruptura con el es¬
de la actualidad. Plantea en definitiva esta pregunta esen¬ tado de infancia es la posibilidad de disociar la vida ima¬
cial: ¿Lo problemático es la primera experiencia sexual, que ginaria de la realidad; el sueño, de tas relaciones reales.
es una cresta culminante en la vida del adolescente, o cier¬ Tras la crisis llamada edipiana que opone al mucha¬
ta necesidad de experimentar la muerte? Es decir: ¿se trata cho perdidamente enamorado de su madre a su rival, el
de la confrontación con el riesgo y el peligro, o del nodeseo padre, en quien ve, en el mejor de los casos, un motivo de
de vivir,..? admíi�ción, los fuegos se apagan, y el niño llega a la edad
Opino que es indisocíable. Porque precisamente el ries¬ que nosotros llamamos fclatencia». Sabiendo que no es más
go del primer amor es experimentado como la muene de <lwe un niño, se resigna a esperar el futuro. Ello no exclu¬
la infancia. La muerte de una época. Y este final que os ye que tenga claramente la noción de una sexualidad la-
arrastra y aniquila como cuando os dais en el amor, cons¬ �nte, pero comprende que no podrá encontrar su objeto
tituye el verdadero peligro de dicha cresta, punto de paso de amor en la familia. Así
pues, en el mejor de los casos.
16 17
d níAo cteJ final de Edipo, hacia los ocho-nueve años� con¬ pero, a esa edad, estallará el problema latente: en su sc-
serva una gran ternura idealizada por su madre, y tam¬ �nda vida imaginaria� los temas de interés que encuentra
bién por su padre, aunque con un sentimiento dividido �era del campo familiar y que deberían prepararle para
entre la confian� y el temor de apartarse de la ley que e\ Ifl vida real signen teniendo a los padres como referencia..,
padre quiere que �arde, y que no sólo es una ley dictada El padre al que no se ama porque se ha divorciado de la
por ei padre» sino que éste Ja representa y eJempUfíca� El madre, o la madre que es mal vista porque el padre dice
niño ve en el padre al garante de la ley y al mismo tiempo cosas en contra de ella o a sus espaldas, o la abuela pa¬
al testigo ejemplar dueño de sus pulsiones. terna que no quiere a la nuera, conFltctos de relación que
De todos modos, a los once años se manifiestan los pri¬ trastornan la vida itnaginaría de un niño entre los nueve y
meros indicios de una sexualidad que se anuncia con un los once años, pero cuyos efectos no se ven hasta los once;
fortísimo componente imaginario antes de que el cuerpo sigue teniendo dificultad en distinguir el sonido de la rea¬
entre en juego; esto corresponde, en e¡ muchacho, a las lidad del sonido de !o imaginario. Pero si todo ha ido biefi>
primeras emisiones involuntarias de esperma, y, en las mu¬ si no ha habido desgarro familiar, en su segundo mundo
chachas, a las primeras reglas. Pero antes de que el cuer¬ imaginario et niño ya no necesitará tomar sus modelos
po siga, se dtría que el Joven y la muchacha preparan este intramuros de la familia. En lo sucesivo, sus modelos se¬
aoontecimienco fistoiógico con una especie de fiebre psíqui¬ rán exteriores. Sigue contando con la familia como un
ca de amor imaginario por modelos que actualmente se co¬ valor-refugto, pero no siente que desempeñe en ella un
nocen como ídolos de masa, y que han sucedido a ios h¿� papel, y pone su empeño en triunfar socialmente, Toda su
roes de ayer. El i<relevoi> ha llegado de los Estados Uni¬ energía se dirige ahora hacia el grupo de compañeros de
dos, Héroes c ídolos constituyen sus compañeros en el la escuela, o a los grupos deportivos y demás, y hacia la
juego de papeles donde lo imaginario desplaza a la rea¬ vida imaginaria que pueden proporcionar la televisión, las
lidad. lecturas o sus invenciones en los juegos. Esto es lo que
ocurre antes de la eclosión de la pubertad en un umbral
�ComUnz�� pu�es, una segunda vida imagiriúria, en el de lo imaginario más allá de la familia, en el mundo exte¬
umbral de la adolescettciú? rior. Cuando llega a la adolescencia es cuando este mundo
imaginario exterior le provocará, le hará decir que quiere
La primera vida imaginaria que se inicia a los tres- salir. Quiere ir a medir, por decirlo así, esta discrimina¬
cuatro años, pone la mira en las personas del grupo próxi* ción que ha hecho enrre lo imaginario y la realidad, pene¬
mo al niño� es decir, el padre, la madre, hermanos y her¬ trando en esos grupos sobre los que ha imaginado muchas
manas, y el entorno familiar íntimo. Para lo demás, está irrealidades pero que, al mismo tiempo, existen, puesto que
en relación con el mundo exterior mediante las opiniones se habla de elíos. Es atraído por pequeñas bandas de Jó¬
de los padres; pero, directametite� no le interesa, salvo que venes mayores que él y en las que pretende integrarse. Y
se produzcan grandes acontecimientos como una invasión, entrará asi en su adolescencia saliendo de la familia y mez¬
o una guerra, en cuyo caso el niño queda preso, como los clándose con grupos constituidos que� para él. tendrán mo¬
padres, en la tormenta. En una sociedad relativamente es¬ mentáneamente un papel de sostén extrafamiMar.
table, la visión que el niño tiene del exterior queda abso¬ No puede abandonar completamente los modelos del
lutamente obstruida por su interés por la familia y por el medio familiar sin antes disponer de modelos de relevo.
modo en que la familia reacciona ante la sociedad, por los son sustitutos, sino relevos para su toma de autono¬
eslóganes del padre. Los niños son enteramente de la mía de adolescente confirmada, que se hará merced a las
misma opinión que el padre, incluyendo sus opciones poli" heridas en el amor propio y en las alegrías, a las dificuUa-
ticas- Cuando los padres discrepan, et niño presenta difi- des y 3 los éxitos que serán los acontecimientos de su vida
cuhades para pensar por su cuenta, dificultades que se entre los once y ios catorce años. Tanto él como ella.
mantendnin más o menos en silencio hasta los once años.

18 19
estudios prolongados. Jóvenes y muchachas permanecen en
LOS JUEGOS la casa mucho más tiempo, se casan más tarde, tienen ex¬
periencias de amor libre. Muchos factores sociales ahogan
Fmiifoise Dolto: {«Cuando era joven, mis CAitiam- por la cmaítci�acfdrt juvenil Pero la sedentariiación de los
das me decían continuamente: "¿Oué te apuestas? jóvenes que se demoran en el hogar mantiene a toda una
A ver, ¿qué te apuesus" "No me apuesto nada" "¿Es generación en un estado de postadolescencia y viene a con-
que no crees en lo que dices?" *'Desd« luegor be dkho tradedr a los partidarios de una mayoría anticipada. Entre
lo que pensaba. Pero no tengo ganas de apostar." Mis estas do$ posiciones extremas, los padres quedan cada vez
almaradas no cebaban de apostar. Las chtcaa se In* más perplejos� ¿Qué indicaciones darles sobre tas probabi¬
tercsaban menos en el Juego que ahora- lidades del fin (real) de ta adolescencia? Dado que no es
)}|]oy, las muchachas acuden a tas máquinas tra¬ posible fijar la edad, ¿cuáles son los puntos de referencia?
gaperras con los chicos* Lo cual te quita una parte
de fantasía al juego. El compañero, el rival, no es Un individuo joven sale de la adolescencia cuando ta
más que una iriáqultia. El juego ya no es cosa de angustia de sus padres no te produce ningún efecto inhibi¬
hombres. Las chicas están presentes y apuestan. £t dor. Lo que digo no es muy agradable para los padres,
Fantasma lúdico del niño que se nutre de lo Imagina¬ pero es la verdad que puede ayudarles a ser clarividentes.
rio ("Si yo fuera miltonarío)" desaparece cot» la prác¬ Sus hijos han alcanzado el estado adulto cuando son ca-
tica de los juegos con dinero.» paces de liberarse de ta influencia paterna tras alcanzar
este nivd de juicio: «Mis padres son como son; no b s cam-
Hemos intentudo delimitar la entrada en ía adolescen¬ biaiia y no trataría de cambiarlos. No me toman como soy;
cia, el primer apasott. ¿Cuál es su última frontera? �Qué peor para ellos: los abandono.» Y no tienen sentido de cul¬
pabilidad por abandonarlos. En este momento de ruptura
representa ei firial dé la adoíescencia? Los neurólogos díri- fecunda, demasiados padres querrían culpabÜicar a sus
gen ia mirada al desarrollo nervioso.- veinte años. ía edad
en que el tejid<f cerebral q»eda toialmtnte constituido- Los hijos, porque sufren y están angustiados de no poder man-
tcnerJes bajo vigilancia. «En qut se van a convertir... No
especialistas del crecimienio fijarán la fecha en ios últimos tienen cipericncia...», etc.
puntos de osificación.

Es el final de la osificación de la clavicula, a los veinti¬ ¿Puede, este final de ta adolescencia, ser vivido mucho
cinco años.
antes de tos dieciséis años?

El juez tomará como punto de referencia ta mayoría No» porque ta sociedad no lo permite. Sí� si la socie¬
dad permitiera que se trabaje fuera de casa a partir de los
penal; el educador� el fin de la escolaridad obtigatoría, los catorce años, y que se gane uno la vida. El joven no en¬
dieciséis años. Pero el legislador ka establecido en diecio¬ cuentra en Occidente soluciones legales para abandonar a
cho años la mayoria civil La precocidad de las relaciones sus puidres asumiendo su condición sin aparecer como un
sexuales, las fuentes de información extrafamiÜares, la te¬
levisión. !a catUr hs viajes al extranfero, los períodos de marginal, un delincuente o a cargo de alguien que quiere
"Xuparse de un adolescente en peligro de perversión. Ao-
prácticas, los medios de locomoción itidividuaies �dos rue¬ tuaZmetite hay muchos adultos interesados por la fuerte de¬
dasponen en tela de juicio la edad fatídica. ¿Hay que manda de adolescentes en el nivel sexual y afectivo. Final¬
establecer la mayoría en dieciséis, en quincct o en catorce
años? A los educadores les corresponde poner objeciones mente, los jóvenes se ven obligados a venderse, tanto si la
a la falta de madurez, a ta irresponsabilidad de urta ju¬ vetialidad es visible, como la prostitución callejera, como
9i es ambigiia: se hacen mantener por alguien que a partir
ventud demasiado asistida, A la inversa, uno $£ siente de ese momento se considera con derecho sobre ellos, o
tentado a tomar en cuenta el componente social de los

20 21
sobre su cuerpo � Bsta nuevA forma de dependencia proce¬ empleo, pero era una chica inteligente que quería hacer el
de del hecho de que las leyes no le permiten a un joven bachillerato; la directora de escuela le permitió obtener
ganarse la vida* ni siquiera de un modo parcial pero que dicho diploma. Pero no quería que siguiera estudios supe¬
le proporcionaría el medio de evitar una cama y una sopa riores, y le decía: wSerá tu perdición si lo haces; tienes que
de beneficencia..,, en fin� la manera de no estar a cargo de quedarte al servicio de la enseñanza primaría.)) La joven
nadie y» al mismo tiempo, de encontrar un empleo o un se hallaba realmente en muy mala situación psicológica
aprendizaje pagado, o una experiencia de viaje subvencio¬ cuando ia conocL En compañía de su protectora, no habb
nado. Pienso que la sociedad podría hacer mucho anun¬ concluido su pubertad. Sólo gracias a un psicoanálisis pudo
ciando posibilidades de bolsas de viaj�, bolsas de forma¬ desprenderse de aquella promesa de quedarse como maes¬
ción,,., una gama completa de «(pequeñas tareas»� tra que !e impedía vivir completamente y realizar aquello
que deseaba, es decir, estudios superiores. Posteriormen¬
Asi pueSt hoy en día el paso a ia edad adulta se trada- te, ha tenido éxito en su profesión,
ct muy concretamente en términos de independencia eco¬ Este ejemplo muestra claramente que la fidelidad hacia
nómica. quien íwa subvenciona sin pertenecer a la familia es mucho
mayon A ta familia se le es infiel. Se es infiel a los pa¬
En términos de independencia económica» de potencia- dres; ésa es la ley. Y está bien, y uno se siente sostenido
hdad creadora y de aprendizaje que permitan adaptarse� por ia fuerza, en el fondo, del honor que se hace a los pa¬
insertarse en un grupo social. Dejar de recibir o de admi¬ dres haciendo por uno mlsEUo lo que se tiene que hacer, y
tir dinero de los padres no resuelve el problema, si uno lo aidemás, no amándoles puesto que no le comprenden a uno.
sigue recibiendo de otro adulto. Es peor, pues surge en¬ Y entonces nos ponemos a amar a alguien que nos com-
tonces un sentimiento de dependencia que no se tiene rcs� piiende, y podemos quedar completamente bloqueados por¬
pecto de los padres. Lo que los padres nos han dado, lo que se trata justamente de alguien de la generación ame-
devolveremos a nuestros hijos. Pero la protección y la ríor. Un joven tiene necesidad de amar a las personas de
ayuda materíal de una tercera persona culpabillzan mucho su edad, y de formarse a través de los de su generación, y
ntás. Pues su donación no será devuelta, no será transmJ- DO de seguir dependiendo de alguien de una generación an¬
tida a la descendencia. La influencia de esos protectores o terior que en un momento dado ha sido un modelo. Sí ia
protectoras puede alienar la vida de libertad de sus prote¬ influencia se prolonga, es un modelo descstructurador. Mo-
gidos, incluso más allá de la muerte de esos tftutores». La mentineamente, parece ayudar al joven a realizarse, pero
relación de dependencia se desarrolló «honorablemente», sin en realidad lo aplasta, porque el joven cree estar en deuda
sexualidad alguna involucrada. Se trata de personas inteli¬ pues no fue éi quien lo buscó, sino que la generosidad le
gentes y generosas que adquieren influencia sobre un joven. cayó encima por elección del adulto que fijó su atención
Recuerdo a una muchacha sumamente dotada pero li¬ en éL Es esto lo que hay que comprender en una sociedad
gada a su mentor por un voto, que ella respetaba como en la que un joven no puede ganarse el derecho de decir
una última voluntad y que le impedía ser otra cosa que 1» a sus padres y decir si a su futuro, usí a tní y a mi
maestra de niños de diez años, como la que le había posi¬ futuro». En los Estados Unidos, los jóvenes consiguen afir¬
bilitado cursar sus estudios. Sus padres se habían negado marse al poder ganar dinero, mientras siguen escolariza-
a conservarla a su lado más allá de !os dieciséis años, por¬ dos —es la misma regla de juego que participar en la fi-
que la ñifla no aportaba dinero a la casa. Y fue una direc¬ a&nciacíón de sus estudios—; pero en Francia esto no es
tora de escuela totalmente desinteresada la que tomó el re¬ posible. Y, sin embargo, resulta algo capital a esa edad,
levo, sin darse cuenta siquiera de que le estaba cortando de los once a los trece años, escapar a la tutela económica
las alas al impedirle que en el futuro hiciera otra cosa que y acceder al derecho de la propia expansión personal. Los
lo que ella le tenía destinado: seguir su misma carrera. La escolanzados se han convertido en una cla&e a fuerza de
muchacha, a los dieciséis aflos, hubiera podido tomar un Ser considerados como no aptos para entrar en la sociedad,

22 23
En el caso de los jóvenesf es el bello Adonis� primer
hijo de Afrodita, víctima de una muerte prematura a con¬
secuencia de un accidente de caza que lo arranca a una
aurora de vida resplandeciente. Muere virgen. En las mu¬
chachast Perséfona, victima de un rapto y una violación
que ta arrancan a su adolescencia terrenal. Adonis vaga
Capítulo 2 por el mundo invisible. Perséfona desciende a las Infier¬
nos, al reino de los muertos.
EL SUEÑO DE LA ETERNA JUVENTUD.
MITOS Y ARQUETIPOS La imaginación humana se da en representación de las
potencialidades eternas de desarrollo, que no se pierden a
medida que se van produciendo nuevas adquisiciones.
La mitoiogia antigua dio cuerpo a los sueños de inmor- El mito de Jas potenciaJidades eternas aparece siempre
talidúd. y aportó respuestas a tós grandes interrogantes del asociado a sus contrarios� para no oMdar La realidad, aun¬
komhre sobre la mueríe de la infancia y la prueba de la que se lo idealice: asi. todos aquellos personajes a quienes
adolescencia- Inventó y escenificó todos h s casos simbóli¬ suceden aventuras épicas son la representación misma de
cos de esta dolorosa iniciación a la condición humana. k> efímero, Al lado de las divinidades que gozan de ta in-
Todos estos mitos han fijado en la memoria colectiva unos mortalidad, hay finales mují precoces, dramáticos» trági-
arquetipos que, habiéndose perdida su simboliímot se han eoí, de jóvenes encamados por Adonis y Perséfona.
convertido, a través del lenguaje corriente y la imagineria Demeter es la madre de Perséfona (Proserpina para los
popular, en estereotipos como el del bello Adonis y el rapio romanos), esposa de Hades, dios de los muertos. Hay.
de f�oserpina. pues, una intuición genial en los griegos que explica de
Volvamos a paríir del mito originai Éste encontró la una manera simbólica que la adolescencia y la muerte
plenitud de su encamación en la encrucijada de Oriente y están absolutamente unidas, son íntimas. Y, por parte de
Occidente, en el Mediterráneo helénico que tan bien había ios muchachos, aparece Adonis» el primer hijo del Amor,
asimilado todas las aportaciones de la cultura, el primer hijo de Afrodita, que ésta perderá también muy
Los griegos, con su intuición genial, concibieron una prematuramente antes de ofrecer una representación del
diosa de la juventud, proyección de h s sueños de los hom¬ Amor niño, eternamente niño, Eros. Es interesante obser¬
bres que viven el envejecimiento y deben aprender a morir, var con criterio psícoanalítico que el Amor, de entrada, es
sin dejar de aspirar a la inmortalidadr Hebe, un adolescente que desaparece de una manera dramática
Hebe, de finos tobiílús, sirve a tos huéspedes del Olim¬ y prematura. Adonis, muerto en el momento en quí tiene
po, en una copa de oro, la ambrosia� brebaje que les pro¬ todas las cualidades de armonía y de gracia, y que será
porciona la juventud eterna. reemplazado por Eros. Como para esquivar esta realidad
Es la hija de Hera, esposa de Zeus, rey de los dioses. de la muerte adolescente, de la juventud cortada en la flor
Hera quiere conservar en Hehe ta imagen de la joven que de la edad, se aportará una representación infantil del
ella fue Amor+ el pequeño Eros-.

La mitología helénica es dialéctica; el mito de la eterna La leyenda de hfiobe, cuyos seis hijos y seis hijas mue¬
juventud que vence a la muerte es completado por el mito ren a manos de Apolo y Artemisa en la flor de la edaá�
antinómico de la juventud efímera, la Juventud empareja¬ suma al tema de la muerte adolescente el de los celos de
da constantemente con la muerte. Y el de la juventud se- los adultos. Niobe íiene seis muchachos y seis chicas que
xuada� Cada sexo tiene su mito Túnebre. son todos adonis o perséfonas� de una belleza, dones e in¬
teligencia admirables* Apolo y Artemisa no pueden sopor-

24 25
tar ta rivalidad di esta perfección adolescente en ta cuaí gu£ desencadena la guerra entre los hombres (Troya) y
sospechan una posible sucesión. Los dioses tratan de con¬ entre los dioses (el Olimpo), y las opulencias de Demeter-
servar su monopolio absoluto. Con flechas, matan a los CereSs reina de las siegas y las cosechas, no hay un esta¬
hijos de Niobe; Apolo mata a los varones, en tanto que ta do intermedio, sino un paso sin transición. El descenso a"
diosa de la caza toma como blanco a las muchachas, tos infiernos de Perséfona serta una metáfora de la violen¬
cia que sufre la joven que pierde su virginidad.' el mito
El poderío adulto, tanto masculino como fen)eTiíno> no parece introducir la obligación del rapto y de ta violación
tolera la ascensión en gracia y en genio de la juventud. En inherentes al matrimonio.
ta historia de Niobc se presenta et genocidio inconsciente
de los jóvenes. Hay que matar a los adolescenies. La adolescente nubil sólo se vuelve matrona si se la
La muerte de Adonis celebra lo efímero de la juventud violenta� Accede a la vida de mujer por medio de una rup¬
y de la belleza adolescente. La matanza de los hijos de tura brutal. Joven virgen ayer, mujer-ánfora al día siguien¬
Ntobe es reveladora del miedo que los dones y talentos de te, se opone a la esbeltez del efebo.
la juventud inspiran a los adultos. £s interesante seftatar Victima o dominadora: la Antigüedad magnificó estos
que no son los padres quienes matan, sino terceros que dos extremos del poder femenino. La adolescencia es pasi¬
quieren conservar el monopolio de la seducción y del amor. va. la maternidad da la madurez. La mujer actúa en la
sombra. Gobierna los ciclos de la vida, utiliza las fuerzas
Patraña de ¡as norias t Afrodita es también la pat roña de la n�turalezau En eí transcurso de los misterios de Eleu-
de las prostitutas� lo que irrita a Artemisa que representa sis. Decieter, madre de Perséfona, iniciaba a las jóvenes
el amor de la madurez y la maternidad. llegadas en procesión de Atenas en los sec retos de La fe¬
cundidad y los ritos de la sexualidad.
En cierta manera, se puede decir que son la madre y La salida de la adolescencia no es idéntica en el mu¬
la matrona las que matan a Perséfona, o que matan a Ado¬ chacho que en la joven»
nis: éste es muerto por un jabalí enviado por la diosa de
la caza. �Qué mirada puede lanzar hoy un psicoanalista a Nar¬
ciso? ¿No plantea su destino el problema del herTrtafrodi-
A una edad en que aun había de descubrir su adoles¬ tismo? Cuando Narciso rechaza el amor de la ninfa Eco,
cencia. Perséfona es arrancada a su madre para convertir¬ lo que hace es rehusar convertirse en ofro; se niega a rea¬
se en posesión de otro adulto. Hades, el dios que reina lizarse en la sexualidad, en el acto procreador. Superemos
sobre tos muertos� esta interpretación corriente. Dado que en et espejo no ve
más que su propia imagen, puesto que el otro es él mismo,
Hay aquí también algo significativo en el efecto inhibi¬ ¿acaso el mito no plantea también et problema de la am¬
dor del adulto que sustituye a la tutela paterna tomando a bigüedad de la adolescencia en un momento en que esta
su cargo a un adolescente. Hades restituye a Perséfona a lleva en sí una especie de ambivalencia? El mito de Narci¬
la Tierra-Madre para que tenga lugar la primavera de la so representaría el extremo, ¡a patologm en cierto sentido�
vida. Si el adulto dominador no devuelve su libertad al ado¬ del individuo que se niega a elegir entre una sexualidad u
lescente al que gobierna, el cautivo no se realizará. Sabi¬ otra. Hermes o Afrodita. Quiere ser a la vez Hermes y Afro¬
duría del mito que condena el rapto de los adolescentes dita. No quiere cambiar y tener necesidad de una nmi�aó>r
que abandonan su refugio de infancia. de un complementario.

Entre el rapto de Perséfona-Proserpina y la combativi¬ Está perdido, condenado, por oo haber pedido arries¬
dad de Diana cazadora, las cóleras de Juno que desafía garse en el amor con otro y haberse replegado al amor
los rayos de Júpiter, las chifladuras provocadoras de Venus de su imagen visual en lugar de entregarse al amor de

26 27
otro. Está enainorado dc una apariencia de su imagen, ción, Jos jóvenes se veían obligados a correr un riesgo que
y no de otra criatura que se da a conocer por su voz. les conducía a una situación de responsabilidad. Actual¬
procedente de un cuerpo que aparece bajo otro aspecto mente, no. No tienen más responsabilidad que la de amar,
que el suyo, sin que este amor pueda tener consecuencia$. Eco no le
gusta, Narciso no busca otra, la otra: como está preso en
Pero ¿acaso eí narcisismo no es prAcisam&nte uno de su propia imagen, cada uno se vuelve hacia sí mismo. Es
los riesgos o una de Jas tentaciones de ia adolescencia ? un poco lo que hacen los adolescentes con una muchacha
que no llama su atención... Son como Narciso. Él se ve
Seguramente. Con el amor, uno arriesga demasiado la en una se;cuaJidad secundaria, teóricamente se convierte
muerte de todo un pasado, sin esperanza de un futuro, Y. en homosexual. Es hablando de las muchachas como los
precisamente, si en la actualidad hay cadb vez más ado¬ chicos se aman, y ellas, es hablando de los chicos como
lescentes desesperados —asi se dicjc— que huyen al mundo se aman. Intercambios fugaces, onanismo a dos. Es como
imaginario de la droga, o al otro, imaginario también, de si Narciso deseara hoy a Eco y Eco le respondiera: te Es¬
la muerte, que es el suicidio, pienso que es porque care¬ cucha» no te pido más que una caricia furtiva, sin conse¬
cen de ritos de paso donde tos adultos decreten; («A partir cuencias.»
de ahorai cuentas; eres una persona de valor,» No tienen En el m,ito no se encuentran nunca porque el hombre
puntos de referencia claros proporcionados por ta sociedad joven no puede ofrecer otra cosa que un reflejo. ¿Pero
que les permiten animarle a correr un riesgo� dado que se acaso Eco le propone otra cosa? En las relaciones sexua¬
les espera en la otra orilla del rio. Si se comprometen to¬ les llamadas libres, tos seres no se encuentran. Los cuer¬
talmente en un amor, aceptan su nesgo, no saben en ab¬ pos como tales no son nada si no hay proyectos y si el
soluto a dónde van, porque no tienen posibilidades de ga¬ amor no trasciende aquello que pasa en los cuerpos y que
narse la vida y de asumir las consecuencias de un amor� se reduce� en resumidas cuentas, a meras descargas ner¬
Es propio del ser humano proyectar cJ futuro� Ahora bien, viosas. Toda la poesía creadora que puede venir de este
un muchacho o una joven que se aman no pueden pro¬ encuentro tiene necesidad de ser sostenida por una socie¬
yectar los frutos de su amor, no pueden hacer otra cosa dad que reconozca como válido un amor procreador» crea¬
que vivir de este amor que está en ellos, y, si nace un tivo. Jumos, crean alguna cosa, un hijo quizá» un hijo de
nifio, es una catástrofe; no han terminado sus estudios, todos modos aunque no sea un hijo de carne Actualmen'
no tienen vivienda, ni dinero. Así pues, hay que evitar te, los jóvenes que no tienen posibilidad de proyectarse
tener un hijo. Se ha llegado» gracias a la tecnología, a me¬ en el futuro se ven obligados a limitarse a relees de unos
dios anticonceptivos seguros, y la ant¡concepción ofrece con otros,
una nueva posibilidad de conocerse, pero siempre de co¬ Se dice que hay cada vc� más homosexuales, ¡pero eso
nocerse reservándose» de manera que no hay un fruto de no es ciertot Se creen homosexuales y viven como tales des¬
este conocimiento. Hay que contentarse con el cara a cara, pués de haberse escaldado con un primer amor. Es una
con la soledad de dos, eludiendo la eventualidad de una conducta de búsqueda de lo fácil. Una liberación de com¬
obra común, de un hijo del que no podrían hacerse cargo. promiso. Se han quedado en ese terreno puesto que nadie
La sociedad no avala las consecuencias de un amor de les alentó a correr de nuevo un riesgo valorizante. Han per¬
jóvenes, lo que hace que los jóvenes no tengan derecho a dido su creatividad tras haber malogrado un primer amor»
llevar su propia vida en la época en que aman con más y nadie les dice i uNo te desalientes después de esta expe¬
ardor. Es trágico. La tentación de Narciso viene de que riencia. Te prepara para otro encuentro más duradero,
ya no hay rito de paso. Hay narcisismo en la medida en con un ser que tendrá fe en ti.w Entonces se vuelven hacia
que hay egoísmo en el amor: se ama sólo a uno mismo otro semejante que les devuelve el espejo del narcisismo
en la ilusión de otro, porque no hay salida a otra cosa. así como el sentimiento de su valor respecto de gentes
Eso hubiera podido existir, pero, antes de la anticoncep- que desprecian al otro sexo. Creo que ocurre lo mismo
2& 29
entre las muchachas que entre ios jóvenes: un primer fra¬
caso sentimencaJ provoca una especie de recaída en una
homosexualidad prepúber ocasional, y que es inducida por
una sociedad que no alienta a Los jóvenes a hacerse aduU
tos. Y es haciéndose responsables como se convertirían
en adulaos, en lugar de regresar a una preadolescencía nar*
císista. Capitulo 3

LA IMAGEN DEL CUERPO

Sf observamos la estatuaria deí mundo antiguo en fas


orillas del Mediterráneo, hasta el primer miletiio a»tes de
nuestra era, las primeras representaciones plásticas de la
juventud son todavía andróginas* Se traía de la época ar¬
caica del arte griego, antes del siglo viu a> de C* cuando
el Couros afirma su virilidad un poco tosca: es pesado, es
poderoso. En el siglo v a. de C, la era clÁsica griega, lo
masculino y ¡o femenino se diferencian claramente, Eí ar¬
quetipo del cuerpo adolescente es el tfebo. Es gracioso�
pero no afeminado� como ¡o será, en la época del quattn>
cento florentino, eí David de üonaíello. Los jóvenes atle¬
tas de Olimpia son, en efecto, graciosos, pero no afemina¬
dos, Tienen acritudes dinamicas, mientras gue la ¡oven es.
por contra, reservada, secreta, frágil Es más bien estática
en su posturat como una virgen consagrada, protegida por
la divinidad tutelar, o a la espera del sacrificio de Ifi-
genia�

Está también el tipo de la amazona* pero estas guerre¬


ras aparecen representadas con un cuerpo de mujer adul¬
ta que se refiere a Artemisa. Así, el tema femenino que
puede rivalizar con los hombres en la caza o la guerra,
tan sólo es representado en la edad adulta. O bien se trata
de la matrona que tiene o ha tenido hijos. Pero, sin duda,
Perséfona representa lo femenino de la adolescencia, sin
que pueda decirse que el efebo sea afeminado, aunque a
veces apunte a cierta ambigüedad. Parece como si hubiera
cierto recogimiento en la fase adolescente de la mujer, con
una potencialidad de atributos de agresividad como en la
ca2a o la guerra* pero reservados a la edad adulta de la
itiujer.

30 31
Esto es h (fuí pedemos úb$ervür por h que refiera mos decir que la Venus Calipige, o la Venus de gruesas
a h representaCiófT dé\ cuerpo adolescente. En cuanto a nalgasj es una invención romana. Tras hs senos� se des*
las ropas� en ía Áníigiiedad y hüstíi el Renacimiento, ia cubre el trasero, se magnifica el culo femenino. Y es sobre
desfíttdez estabü reaímente reservada ct la represcuttíción todo en los frescos, especialmente en Pompeya, donde
mascuiina de la juventud. Ferséfona aparece siempre ves¬ vemos ía libertad de expresión, A pesar de todo, el erotis¬
tida; lo único que puede aparecer —porque eíh anuncia fa mo del cuerpo desnudo y lasdvo 5e reserva a los modelos
fecuttdidad en h que se quiere insistir, coarto si la tnufer de mujeres adultas-
no estuviera representada más qUÉ por su fecundidad— son HoíSta el Renacimiento no aparecen las primeras repre¬
los senosf los senos de Perséfona, que se tnuesíran en la sentaciones de la adolescencia como tai Hay aún ambi¬
transparencia de ía ropa, muy raras veces d es n ud o s,l os güedad, como en los ángeles y hs santos. Eí San Juan de
senos jofi representados siempre sobresalientes y firmes, Vinci o las madonnas de Vinci muestran con eflorescencia
como sí se quisiera insistir sobre todo en el aspecto ma¬ una especie de hermafroditismo.
mario, ío que no impida a¡ artista respetar efectivamente Stf sabe <¡ue tas mujeres raras veces posaban desnudas
los cánones de la belleza.
Bn los baforre/ieves, se desnuda a las figuras simbóli¬ para un cuadro. Con frecuencia los modelos eran mucha¬
cas. En un marmol griego del siglo V a. de C., expuesto en chos. con vestidofi de mujer.
las Termas de Roma, vemos a Afrodita con sus dos acom¬ Si consultamos la historia del arte buscando el tema
pañantes. Éííflj encaman cada una de Ííií funciones tute¬ de ia adolescencia� Rafael aparece ciertamente como tino
lares de ia diosa, es decir del Amorr por un lado, una flau¬
de los primeros grandes pintores que representó la adoles¬
tista desnuda —como es alegórica, puede aparecer desnu¬
cencia de la mujer so capa de la virginidad de la mujer.
da; no es la hija de un ciudadano—� y, por otro, una novia La Virgen Madre es el tema impuesto� pero lo nuevo es
con velo. Hay una dialéctica en la representación del Amor;
de una parle, es una de las primeras representaciones del que el pintor apunta en el rostro y en la actitud de la mujer
la felicidad amenazada de la iuventud, un carácter adoles¬
cuerpo femenino desnudo, pero únicamente como atributo cente tal como nosotros lo comprendemos actualmente.
simbólico de Afrodita, Hasta el Rcnacimicrito italiano� los
primeros desnudos femeninos eran totalmente alegóricos. Los pintores de esta época conocían el amor de las per¬
Es la brisa de la mañana o la brisa del atardecer. sonas afortunadas que tomaban como modelos. Se enamo¬
raban de hijas de principes que eran adolescentes, y su sen¬
En esU representación. Afrodita aparecc como una ma¬ timiento se refleja en la tela. Podemos comprender asi que
trona con relación á las otras dos, y ias acompañantes son las madonnas de Rafael sean Juveniles.
dos aspectos del encanto femenino, ia nubilidad y el poder
de seducción ► Eílo correspondí, por lo demás, a las avol¬ Es algo nuevo para ta época. Hasta entonces, la Vir¬
turas mitológicas atribuidas a Afrodita: tiene ascendiente gen carecía de edad, o tenia ya cierta madurez- Se puede
sobre las novias que van a casarse, y al mismo tiempo re- decir que Rafael, efectivamente, es uno de los primeros en
presenta también el amor erótico simbolizado por la flau¬ haber tenido esta sensibilidad. Ást es como elegia a sus
tista desnuda, porque es la madre de Ems. Se trata de pro¬ modelos, y sentía cierta emoción ante el carácter ju vemi
vocar el deseo del hombre, que sabrá fecundarla.
IjO prohibido sigue representado por el vestido. Los grie¬ En Fra AngeUco� la Virgen es también muy juvenil.
gos representan a la mujer desnuda en la edad adulta, peng
Si pero SU actitud es sin embargo más hierática. Mien¬
siempre aparece con velo, incluso adulta, cuando es el per¬
sonaje de un acto ceremonial de carácter religioso. tas que, en Rafael, es más humana. Rafael era un ser sen¬
sual y el carácter ¡uvenil era� pues, seductor, mientras que
Con los ramanoSj la estatuaria es más erótica. Pode- en Fra Angélico tenía un matiz místico.

32 33
Et pintor a quien más conmueve el carácter üdoUsctn-
fe dei cuerpo es Botticelii Con sus dn�eles. expresa esta
fugacidad ¿c la primavera de la vida. En sus mu¡eres hay
una eflorescencul <¡ue podría ser masculina y femenina.� En
éÍ NacirciLenco de Venus, sí ve a la diosa de pie sobre su
concha marina. Con relación al eie vertical del cuttdro, ía
diosa está en completo desequilibrio. Cabe pensar que C ap ít u lo a
quiso representar con exactitud el equilibrio inestable de
ía juventud. LA LEYENDA DE LOS JÓVENES:
LA LITERATURA EFÉBICA
£1 aliento de la vida asciende como en espiral

Entre los prerrafaelistas ingleses, a comienzos del siglo ¿Cuándo aparece en la literatura el término tcadoles-
xtx, se observa un retomo a cierta naturalidad. En busca ccnte»?
del frescor y la espontaneidad, pintores como Rossetti y
Bume-Jones anuncian el romanticismo inglés y el spleen De ta pluma de Victor Hugo� que verdaderamente tenía
de ta adolescencia. Son los primeros en representar a ta el don de ta palabra, encontramos esta soberbia definición.-
muchacha tal cual *tLa adolescencia, ios dos crepúsculos mezclados, el comien¬
zo de una mujer en et final de una Probablemente,
Personalmente, si Invoco a mi memoria visual no con¬ se trata de uno de tos primeras empleos de la palabra en
sigo evocar la representación pictórica del momento ado* la ¡iteratura.
lescente sin que se interpongan figuras botticellianas. Pero
volvamos a los pintores anteriores. Estos debian represen¬
iQué resplandor! Y. sin embargo, en su fogosidad co¬
tar a k>s jóvenes a través de los temas proporcionados por mete una pequefia impropiedad. El comienzo de una mujer
la Iglesia. El martirio de san Sebastián es ejemplar al res¬ es una aurora, no un crepúscuto� Pero eso ocurre. Hoy se
pecto. En él eaconiramos. como en los griegos y romanos, tntendería: la aurora de un adulto en el crepúsculo de un
a un joven� musculado como un hombre� pero que mues¬ niflo,
tra una actitud pasiva. soporta su prueba. Se le represen¬
ta como alguien que |x>dría comportarse cual un adulto.
Esta aurora se corresponde con lo que Rousseau, en el
Ahora bien, « sólo victima resignada, objeto de sacrificio.
Los frailecillos de la pintura religiosa expresan menos ta famoso texto del Emilio, llama uel segundo nacimiento» del
adolescencia que la inocencia. En la sociedad mundana, hombre�
en la corte* los pajes no tienen ninguna «iniciativa»; ya no
son níflos. pero tampoco aparecen en una situación dinᬠLa palabra <íadolescentcí> quema los labios de Jcan-
mica, Sirven de ornamento. Van vestidos con Jos colores JacquesK pero éste no la utiliza. Recurre a ta perífrasis: cri¬
del príncipe o de su dueAo, aunque eso también tiene el sis, segundo nacimiento. Y describe esta crísis. Escríbe la
objetivo de agradar a la vtsia. Se les diría unos caniches crisis. «Esta tempestuosa revolución se anuncia por medio
muy bonitos. Son los servidores del arte, que traen un libro del murmullo de las pasiones nacientes... [El nifto] se vuel¬
o sostienen blandamente un instrumento de música. Inclu¬ ve sordo a la voz que Je mantenía dócil. Es un león enfe¬
so en la pintura marcial consagrada al tema de la guerra, brecido: ya no conoce a su guía, no quiere ser goberna¬
la juventud sigue mostrándose servil. Los escudaros son do... No es ni niño ni hombre, y no es capaz de adquirír
un poco el ordenanza del caballero, o el paje de la dama «1 tono de ninguno de los do5„.3>
del castillo. Se dejaba planear un suave velo vaporoso sobre el paso

34 35
de la pubertad, A fin do cuentas, parece como si el térmi¬ época prescrita por la naturalesia; y este momento de
no adoícscente fuera reUíívametite nuevo. Antes del siglo crisis» aujique bastante corto, tiene lar�gas influencias.
XX, se prolofigñbíi la mfanda o se tntronizabíj brutalmen¬ Tal como el bramido del mar precede con mucha
te al joven adulto Estamos lejos de los í(í;acolanzados>� anterioridad a la tempestad, esta tormentosa revolu-
como se dice hoy. lo q ü t pgrmittf suponer que esta clase dón se anuncia por medio de las pa�tone» rtactentes.
de edad existe Pest; a todo, ha floTCCido antes de tiempo Una sorda fermentación adviene de ta proximidad del
(adolescente) toda un¿i littiratyra efébíca, peEigro, tJn cambio en el humor, arrebatos frecuen¬
tes, una continua agitación d d ánimo, hacen al niño
La representacíéfi del udoiescente cotfiG tjn p�r�o»o- casi indisciplinable. Se vuelve sordo a la voi que le
un soñador, un desgraciado o utt joven geniot mantenía dócil; es un león enfebrecido. Mo conoce a
je solitario, su guía» y no quiere seguir siendo gobernado.
una v[S£í>ri romúnika. En la Antigüedad y la Edad A los signos morales de un humor que se altera
Mf-dia, ei adoUsc�fHt ídMfw de tiempo} es a menudo un se suman cambios perceptIbies en el todito. Su fiso¬
obíaio, un héroe sacrificadfi. Ifi�ínia eti Túurtde, sair Se- nomía se desarrolla y se impregria de un carácter; el
bastiÓH.
escaso y suave vello que crecía «a la parte baja de
sus mejillas se oscurece y adquiere consistencia. Su
Son los consagrados místicos. Más tarde habrá el voi enmudece, o mas bien la pierde; ya no es niño
consagrado político� Lortníaedo hará émulos hasra el si¬ peto tampoco hombre, y no es capaz de adoptar el
glo XX. lono de ninguno de los dos. Suí ojos, esos órganos
det alma, que nada han dicho hasta et momento, en*
cuentran un lenguaje y una expresión. Un fuego na¬
ciente los anima� sus mimdas, tn¿s vivas» tienen búd
una sania Inocenela, pero ya no su primera intbecill-
EL SECUNDO NACIMIENTO dad; $e dan cuenta ya de que pueden dcclr demasia¬
do. Comienza a saber bajar los ojos y a enrojecer; se
Nacemos* por decirlo así, en dos vec«s: una para vuelve sensible antes de saber lo que siente. Está in¬
Gxhtlr, y la otro, para vivir. Un« para la especie, y quieto sin motivo. Todo ello puede venir lentamente,
I3 otra, para ct sexo. Aquellos que consideran a la y dejaros lodavia tiempo. Pero si su vivacidad se
mujer comú un hombre Imperfecto sirt duda se equi¬ tama demasiado Impaciente» si su arrebato se con¬
vocan; aunque la analogía eKterior le$ da ía razón. vierte en furor, si se irrita y se enternece a cada mo¬
Hasta la edad núfait, los niños de ambos sexos no mento, s� vierte lágrimas sm causa, si, cerca de los
llenen nada aparentemenlr que ¡os distinga; mismo objetos que comienzan a tomarse peligrosos para él.
rostro, misma figura* mismo colqr� mi$ma voi, todo Su pulso se acelera y su mirada se Inflama, si la
es [gual; las muchachas soei niños; los muchachos mano de una mujer posándose sobre la suya le hace
lambían son niños. El mismo nombre basia para temblar, si se turba o se intimida al lado de elta, Uli-
unos seres tan parecidos. Los muchos, en quienes se ses� oh, sabio Ullses� ten cuidado. Los odres que ce¬
impide ei de�iroUo posterior del seno, conservan esta rrabas con tanta precaución se han abierto; los vien¬
conformidad toda su vida: son siempre niños gran> tos se han desencadenado. No abandones ni un ins¬
des. Y las mujeres, que no pierden esta mb ma con¬ tante el timón, o todo estará perdida.
formidad, parecen� a los ojos de muchos, no ser Éste es el segundo nacimiento de que hablaban
jamás otra cosa. aquí es donde el hombre nace verdaderamente a la
Pero el hombre» en general� no está hecho para vida, y nada humano le es extraño. Hasta aquí nues¬
quedarse siempre en la Infancia. Sale de ella en la tros cuidados no han sido más que juegos infantiles.

36 37
Desde el siglo Xvilj la literatura alemana ha concedido
Es ahora cuando adquieren ftu verdadera Importan¬
un lugar importante a lo$ adolescentes, desarrollando la
cia. Esta época en que termina corrkiitemente la., edu¬ vieja tradición del <(Bildungsroman>». la novcU de inicia¬
cación es propiamente aquetta ta que la nuestra debe ción. la novela de aprendizaje.
comenzar* Pero, para expoticr con claridad este nuevo
plan, contetnpletüoit aucvameate desde arriba el es¬ El primero en inaugurarla es Simplicissimus de Grim*
tado de las cosas que guardan relación con ella, melskausen, publicada en Í66S. El clásico del género será�
Jcan-J>cqtjea RottiftcsUr en 1796, el Wilhelmmeister de Goethe. Es la primera vez
ii£nilíloit. lomo guíala que urt escritor dedica un gran despliegue a ía observa¬
ción de los signos de esta transformación jníerror del ser
humano iras su pubertad.
El temo de ía muerte fatal apúrtce de nue\fO en la pare-
En las novelas de iniciación que le precedieron, ¿fue
¡a de ctd0lescetites. El priatet amor no escapará a un finúi
trágico, Dante.- Paolo y Francesco: Shakespeare�� Romeo y empleado el término ttadolescente»?
Julieta, Las novelas de caballería sacan a escena a pajes, escu¬
Este linaje fiovelesco desemboca en Pablo y Virginia, deros, tas crónix�s medievales de los aprendices, de los es-
tudianies, Gil Blas de SantiUana es considerado un niño�
El anvor imposible. Stn morir a lo es� no puede
transformarse en vida nucva� La pareja de adolescentes
entra en contado con lo prohibido. Chateaubriand aborda, Philippe Aries ha demostrado claramente que hasta fi¬
nales dd siglo xvni bs estudiantes figuraban todavía entre
con Rene, el sentimiento incestuoso. los niños. Se p>odía decir <miAo» hasta los veinticinco e in¬
£t drama de Peleas y Melisenda opone e! amor adulto
cluso hasta los treinta años. En la corte, los príncipes se¬
al amor adolescente. i>o$ niños a los que el sustituto pa¬
terno impide amarse. Golo tiene veintiséis aflos. Su joven guían siendo infantes basta el momento de subir al trono.
En el campo, se era un nifto hasta los dieciocho años. En
hermano Peleas, quince, y la joven recogida por Golo, dit-
nuestros días» subsiste cierto hábito mental al respecto en
císéis- Peleas es un inocente. Sicnie admiración ante Golo
el mundo médico. El Hospital de Níflos recibe pacientes
y ante Melisenda en tanto quti tsposa de su hermano de.,, quince aflos.
mayor. Le confiesa unos sentimientos que descubre en si
mismo gracias al amor que se orienta a la sustituta de su Bajo el Antiguo Régimen, una muchacha de catorce
años no era considerada como una adolescente, sino ya
medre. Para Melisenda, Golo es d padre simbólico- E! gran
como una adulta capax de ser escogida para asegurar la
sacerdote prohibe a los más jóvenes comulgar juntos pues
descendencia. Pero si las alíanos eran demasiado preco¬
quiere ser el único en captar su entera devoción, Bs un ces (eran prometidos a tos siete años), la consumación se¬
tema postromántioo y aún actual, el del poder tutelar sobre xual entre niños no era anticipada.
la juventud, el de la posesión mística del jefe de secta o
de banda sobre los «escolarizados». No hay que olvidar el siglo XVII, con Fénelon y $u Te-
lémaco Las aventuras de este muchacho mjetado por su
Fue Flaubert quien, en una gran novela demasiado poco
mentor, pueden ser proclamadas como una prefiguración
cottocidof Septiembre, escrito como una confesión, dio la de ta novela de aprendizaje
palabra a la Éoledad y a ta inquietud amorosa de un joven.
La naturaleza� ¡e/os de consolarle, no hace más que aviuar Entre los adolescentes del ((Bildungsromami, la amis¬
su malestar, Rousseau en sus paseos solitarios es un adu¡� tad ocupa un lugar preferente. Precede al amor de la mujer.
to que evoca su infancia, pero habrá que esperar a Flau¬ Amistad por un semejante, una especie de afecto apasio¬
bert para qué se exprese ei primer lirismo de la adoles¬ nado, platónico pero ambiguo,
cencia,
39
38
B[ amor sigue s k n d o un sentimiento de intancia no dos de la ribhí�ación de ser un absoluto para su hijo, y se
transformado. La sexualidad del adolescente vadla cnire «ncuentran de nuevo en el relativo de una adolescencia rc-
homosexualidad y hotLrosexualidad. Manihcrlani, t n FJ cuperada, como convirtiéndose en modelos para esos niños
Sueño de ía Mariana, se refiere a Kermes, <ídiús dt la ado¬ que han roto la primera relación de papá-mamá y que es¬
lescencia que era también dios del crepLisculo>3, A través peran salir de la familia. Y los adultos, en ese momento,
de su t:jempiü. y de los de Gide y Green� que impusieron están capacitados para demostrarles q ue también ellos
una literatura de lemáticíi homoaexua], es interesante inte¬ viven enteramente al margen, en lugar de estar centrados
rrogarse sobre su nostalgia inconsciente de una adolcscen- en la vida familiar Por esto, probablemente, la adolescen¬
cta inacabada Hay algo de adolescencia no terminada en cia es tan temida por la sociedad de los adultos, y ésta
el homosexual, por su manera de a mar lo absoluto y no aparece tan severa con los jóvenes. Ahora que ya ni si¬
tolerar la traición. Es tan cierto para los hombres como quiera son vabrÍTiados por el dinero que pueden ap ortar a
para las mujeres invenidos. Ello no quiere decir que todos sus padres, en donde encuentran casa y comida, se entien¬
los heierosextjales toleren ta traición de los sentimientos, dan o no con ellos, se ven obligados a cohabitar, lo cual
pero transigen, porque para etios hay algo más importan¬ provoca efectos secundarios en los adultos AntaT�o, cuan¬
te. ia obra La obra en común concebida del encuentro de do la ley permLlía irabajar a los jóvenes si no se enten¬
dos serts diferentes que acaban por traicionarse. Si el ho¬ dían con sus padres, podían abandonarles. Tenían recur¬
mosexual lis artista, hace obra simbólicamente, Todo es¬ sos para asumir su condición� modestamente, pero sin estar
critor se salva, o también lodo pintor, o músico. Porque a cargo de nadie. Por el coturano, en la itctualtdad no puc�
produce un fruto cultural. Ei fruto carnal por si solo no den, legalmente, hacerlo De ahí tos graves trastornos que
basta tampoco para mantener unidas a las parej.is. Una perturban la psicología de los adolescentes y comprome¬
pareja sólo se mantiene si ea un conjunto sociaL La socie¬ ten el equilibrio de los hogares, aunque bs jóvenes no quie¬
dad, a] reconocer el divorcio, ha producido realmente la ren ser responsables de algo semejante Desgraciadamen*
confusión en la responsabilidad paterna, y comprometido te. con mucha Irecuencla hoy. los adultos les muestran va¬
la formación del ciudadtino. Al cabo de ocho años, los pa¬ lores sólo materialistas, y no valores que aliimiin cierto
dres han hecho de su hijo un ser humano, pero no todavía ideal en el trabajo, y éste es el motivo por el que los fove¬
un ciudadano; aún k falta mucho» Más allá de los siete nes aparecen tan desprovistos y ilesarmados
años del niño, a las parejas tes cuesta mucho mantenerse Cuando los padres recuperan su adolescencia, aparecen
juntas dentro de un mtsmo nivel de consideración amoro¬ frágiles* desamparados, en un momento en que el adoles¬
sa de sus diferencias, La distancia entre los padres se cente vive justamente por primera vez. tJe hecho, es lo con¬
agranda. Sí no tienen oíros hi]os. la obra ya no !es man- trario de lo que espera el niño adolescente. Éste preferiría
tiene unidos. Quizá no han vivido suficientemente bien su contemplar a sus padres viviendo la plenitud de su vida
adolescencia; en todo caso, lo cieno es que sienten, cuan¬ sexual» compromeitdos en la vida pública� dando así un
do su primogénito tiene siete años, ei anhelo de una nueva sentido a su vida. Desea que sus padres no se ocupen de-
adoiescencja. maiiiado de él. aunque estén dispí�riibles cuando tenga ne¬
No se puede estudiar un grupo de edad sep&rado de cesidad de hablar. Lo Importante es que el padre y la
los demás con los que se vive consiantemente. Y precisa¬ madre hagan bieu lo quc hacen� sin perjuicio de que el
mente, ios niños, al llegar a una edad en que Se separan adolescente desarrolle incluso cierto humor o divertida in¬
dt: sus padres, ejercen sobre su entorno cierto numero de dulgencia, diciendo- (iMi padre es asi; se mata irabajan-
efectos psicológicos que son remanentes de ta propia in- do.w O bien: «No hacen nada bien, pero parecen satisfe¬
Fancia de sus ascendientes� Los padres, por su parte, se chos,»
despreocupan de la manera de concebir sus relaciones con Lo que más hace sufrir a los adolescentes es ver que
el niño. A partir del momento en que el niño no toma ya a los padres tratan de vivir a imagen de sus hijos, y quieren
sus padres como absolutos, éstos se ven también libera- hacerles la competencia H$ el mundo al revés. Los hom-

40 41
bres tienen ahora amigutlas de la edad de $us hijas, y a de la cual se adquieren los atributos de la viniidíd. Uw
las mujeres 1« gusta hoy sgrmi�r a los compañeros de sus puede casarse o partir a la guerra. Tales actividades son
hijos, porque prccj&amcnte ellas no vivieron su adolescen¬ determinada» en d tiempo por la sociedad.
cia. Están presas en la identifícación con sus hijos.
Veremos más adelante qí4e¡. cüntraríaynettte a h que piy
Mucho ames que ios psicóiogos, los novetisías han útut- dría pensarse� estas imciacioaes no .son precoces. En ge¬
¡izado las reh cio ms d€ hs adohscetites cpíi el tiempo, el neral. entre los catorce y los dieciséis aflos. El Consejo de
espacio� la verdad, el úmott los Ancianos se toma unOS itiérgenes razotrables. Jamás
De Goethe a Thomas Afarrn> ía tifemíura aletnana con¬ tiene lugar a los doce años� sino a los dieciséis, y a ireces
cede a ios adolescentes íod(i$ las posibilidades de amar, mds tarde.
pero éstos no las realizan concretamente. Sólo llegan a co-
muTiTparse OQn a qu dlvi íer�í ron quienes nv puede de. nfn- La elección de edad se basa en razones económicas� rá-
gún modo ptamearSÉ ia sexualidad. lones de estructuras sociales que determinan que en oca-
stones es mejor que ello ocurra més tarde, y otras que es
El amor de los niños» primero por los p�dre� y luego mejor que suceda antes�
por los adultos, es una idea�lzaciónj puesto que éí cuerpo
aún Aq e5 capaz de realización en tas relaciones sexuales. En las primeras novelas autobiográficas modernas,
£n el adolí�enie� la amistad apasionada se enfoca hacia camo en las novelas de aprendízítj� de las siglos preceden¬
alguien con quien no pueda considerarse la sexualidad� tes� la inicioidón no tiene lugar sin un dtsplatamiento en
et espacio. Es ei desarraigo o el encierro lo que desencade¬
La relación con el tiempo es confusa y angustiada. Eí na ta crisis Ukeradord. El ejctrañamientü Agrandes vacacio¬
adolescente se desfasa del tiempo cotidiano pera vivir u n nes, curaso ta clausura (internada, habitación de enfer¬
tiempo subjetivo parecido ü/ tiúmpo novele�co� mo) conducen al lugar de iniciadón� Bl André Walter* d i
Gidé� es condenado a ta habitación por una razón de salud,
El adole�centt vLviiriá ó t hecho lo Que Camiis llsiinaba y atíí es donde Ttace a la literatura,
el vif décisif. Debe continuamente reiniciar el intento de
vivir como si este peHodo no debiera terminar jamás. Es {finalmente, la adolescencia se vive a la vez como un
la prueba de Sísifo, la de la conciencia metida en un túnd- exilio y como una iniciación, al término de este exilio.
No sabe cuál es d final del túnel El tiempo del ado¬
lescente aparece constantemente salpicado de alegHas in¬ Entre los fóvenes héroes germánicos, los valores esiéti'
mensas y de penas taTi repentinas como pasajeras. Creo eos son más importantes que tos valores morales, filosófi¬
que sufre y goza por debajo del nivel i�ontlnuo de humor: cos, políticos. Bl adolescente busca locamente conííiffoí so¬
conoce tm humor que oscila continuamenle entre la depne- ciales o afectivos que estén desprovistos de mentira, ¿Es
sión y la cxaltdCLÓn. Es la característica de e�ta fase. confroííícftff ííío por et colegial de pícoí pardos de El ca-
£ador oculto de J. D. Salinger?
Las sociedades antiguas suavii�aban la angustia de tos
jóvenes dándoles a conocer el límite de la prueba plasma* Adolescente hablador, miente para engañar a los demás,
da tn ¡os ritos de infcü'acjort. Bita iniciación se etnplenha pero, a fin de cuenLas, si bien da una imagen c�xacta de sí�
para romper el aislamiento del adolescenter cree proteger su verdadero yo� tan vulnerable y tan mal
definido todavía que no puede dejarlo bien sentado. En¬
Tenia un punto de referencia en el tiempo, para su in¬ tonces se refugia en la fabulación.
tegración a la vida del grupo. Era la sociedad la que decL- Se esconde detrás del lenguaje� El lenguaje ya no tiene
dia sobre esta época de Iniciación y ñobre la edad a partir relación con la realidad� pero defiende al sujeto simbólico.

4Z 43
Holdfn íe focta de ser hcI más tremendo mentirosa que Hsla observación, que no ti global» es d�sintegradora
jamás hayáis conocido'*. y dcfihumanbtantc. Probablemente le era necesaria al auior
para enfrentarse con un narcisismo afectivo no sólo cen¬
Rolden no es en absoluto mifómano, porque, cada vez, trado en el ombligo. Pues el ombligo unifica, y í! persona¬
se cuenta a sí mismo la barbaridad qut ha inventado. De- je no acepEa ver el cuerpo en su unidad y enlazado a una
rtendc al sujeto simbólico, al sujeto único que es, pero lo ascendencia. Lo hace pedazos anatómicos* detalla sus fun¬
cJefiendc negando la realidad detrás de una máscara de len- ciones, como si éstas existieran por separado. De los
guaje que tos demás creen en telacinn con su realidad. dcntás, sólo describe $us Lics� sus manias, sus defectos,
Parece que en Sartre falta el amor. Y« con todo, fue un
El persot�üje de El cazador oculto no es. de ttingúti hombre que suscitó el amor cuando era joven, aunque por
modo romántico, y, con todo, detrás de iu máscara pre-� su parte experimentó la seducción, no el amor.
íenia a la adolescencia como una época de pureza o de
inocei\cia con relación íi Iü sociedad en la que vú a entrar Sólo amó de verdad el lenguaje� Fue un auténtico ena-
o en la gue ya está. De todas las novelas en donde el ado¬ morado del lenguaje.
lescente esiá en primera persona se desprende esta idea
de que el adolescente es padre del íwmbre� del hombre fu¬ Ocurre un poco como en El cazador oculto. Dice a tas
turo, y de que éí vale más que dicho hombre, que vale gentes que es frágil, pero preciso que ame a alguien.
más que el adulto� y que finalmente es él, aunque elh sea ¿A quién ama? Al lenguaje y. narci si stamen te, al lenguaje
una pesada carga y se sienta muy desgrúciado, quien llet/a que sale de él. Y que él llega a hacer amar por Jos demás.
h verdad. Pero, ¿a quién ama ét? Él es un postadolescente que quie¬
re salir de un amor que quizá era falso en el romanticis¬
Ocurre en esta época de la adolescencia lo mismo que mo, pero que aún no está asumido como el verdadero amor.
en el caso del recién nacido que lleva la verdad del futuro
del niño. Ames que los compromisos de la vida en común Tomando como punto de referencia histórico la segun¬
con los dcmás� el adolescente es portador de verdad. Antes da guerra mundial, que enterró iüs supervivencias del sigío
que líis traninacciones que se verá obligado a hacer para XíXt observamos cierfa. ruptura� un cambio de perspectiva
sobrevivir y para realizar su scj�uatidad» que por algún en ios novelistas. Antes de 1939, ta adolescencia tra con¬
tiempo todavía ntj hace más que sostener sus fantasmas tada por ¡OS eícnwrej como una crisis subjetiva' uno se
sin pasar a la acción. rebela contra los padres y las obligactones de la �ociedizJ,
en ianto que, a su vez, sueña con llegar a ser rápidamente
En Las palabras, Sartre es quizá el primero en recusar un adulto para hacer como ellos. Después de 1�50� ta ado¬
ef fíempo de la adolescencia, la comed/a del /oven en rela¬ lescencia ya no es considerada como una crisis, sino como
ción con la sociedad. Como si et niño no pudiera hacer mái IIn estado. Es en cierto modo institucionalizada como una
que repetir, tomar el modelo dé los adultos e imitarlo aun¬ experiencia fitosóficat un paso obligado de ta conciencia.
que sin creer íh éL Uégamos aí tema existencialista del descubrimiento det ab¬
surdo. En esta interpretación, la adolescencia es un esta¬
Consciente de hacer Kcomo si», La Inteeración social do necesario de ta conciencia moderna para descubrir lo
con&ístitia en hacer los gestos de los adultos. Es la expre¬ trágico de la condición humana. Cada ser humano reha¬
sión "hacer como>» de los niños: «Imitar.» rta� sin saberla, el camino de los filósofos de manera más
intuitiva que conceptual.
Para Saríre, el ser wo « más que la suma de sus actos.
En último término� ta personalidad no sería más que un En Francia, durante y aJ final de la guerra� la división
conjunto de gestos que podemos observar desde el exterior, del país en dos ideales completamente contradictorios dcs-

44 45
l�aiTÓ las familiar, del mismo modn que el asumo Dreyfus
habiá dividido a los abu�lo� esa generación. Para los
menos j6v«nes. lo$ valores vacilaron Lotalmentti. Los niños
no podían ya est� contra Los padrL��, dado que £stos ha¬
bían oscilado entre la colaboración y la resístciicJa. Los jó»
venes no se ocupaban de política antaño como se ocupa¬
ron de ella despii¿5i de la guerra. Los valores rilosóFicos y C a p ít u lo 5
sociales (la filo�fia de 1� revolución) tomaron la debnte-
ra a los valores estéticos y morales, LOS HÉROES Y LOS MODELOS

Ames de que naciera la ideología revolucionan a, coo


«Ella teoia cata gracia fu�ttlva que marca la más sus gucmlleros y mudjaidincs, ¿quiénes eran los héroes de
detlcicua de las transicloaes� la adolescencia, Eos das la juventud? ¿Qué se ofrecia a au imaginación? ¿Que mo¬
crepúsculos mezclados» el comlenxo de una mujer en delos podían imitar?
d flnaj de udA nlfiv.tr
Víctor Hufc Los grandes viajcroSt. navegantes y ejcphradorcs pro-
■iLo* Trabajodúrct dtl Mam
babUmitite han sucedido d los cat>iill�rps, cúndotietos y
seAorés dé ta guerra.' de Marca Poto a Vasco da Gama y
Bougainville, después de Alejandro� César y los Cruzados.
En la época de Bonaparte, las conquistas cientificas de
Humboldt hicieron sombra a la gfona militar del general.
Bonaparie esííiba cvloso de líumboldtt cuyos duirios de ej(-
pedición despachados desd� América Latina a Europa fue¬
ron publicados, consiguiendo urt éxito inmenso. Se habla¬
ba tanto de sus descubrimientos como de las victorias mi¬
litares, La mhión científica que había acamptiñado ai
cuerpo ejípedícíonario a Egipto fascinó al joven Champo-
Uion. La. aventura científica no defarú de ser una emuta-
ción hasta que ta competición palronizada o ta carrera áe
armamentos doblada de ía guerra de hs espías disuada o
desaliente la inicialde h juvcntvd�
En un diagrama (véase pagina 48) podemos seguir tas
evoluciones� ios modelos propuestos a la fuveníud. La épo¬
ca de tos héroes conoce su ctnií con ta cahallena inicia/iú
y armada solemnemente.
El viafe tiene también su imagen negatiifar la del exi¬
lio, la deportación a tas príméras colonias. Por otra parte�
la noción de proeza y la finalidad científica trascenderán
la expatriación�
Tras el Antiguo Régimen, después de la Revotucián
Francesa� el crepúsculo de tos dioses se corresponde� antes
inctuso de ta muerie de tas ideologías, con et fínat de tos

46 47
IOS MODELOS DE U\ JUVEhTTUO
QESDE L> EDAO MEDIA HASTA NU�STROiS DÍAS ritos de ajirendizBje. te instrucción obligatoria disvalüji-
LA EdM Si�XiX- fuíea X�rá ia hahíUdad nuifimil y e1 arte d£¡ dorninic corporal.
M»di« irgto XViif jd&ü rsfff�rsso sigÍQ XX La fru ias tdoíos se insugurútá. La má�uirta de triturar
�AGCNES D las estrellas efímeras. Ya no kay modeios en cabeza, mo-
Lt 4POC0 -- L« ífK>a —* Li 4pOO¡ - ■ ta —
dé aeiot � Hk M to* i<U E ADULTOS "njTEL dfloji de personas a seguir ü a rechazar. Mao > íÍ Che son
Wrpea /TttMirrss tímofv�s ARES ptonto digifídoí. Apetece iffir qué hacen !ús ídohi, pero
■dftntificacíOn SabKM Ctjjdilhia □ grtipo, (mpue&ta nadie piensa en imiíartes. Son consumrdoí en ta coia vatia-
«fi Id mlHifta íletjíw ustituto s a las muchac ble del hít-paradf- Ni Dios ni maestros. Sólo en el intericr
cabolkvíi* Oel patjre has de Iss icctas, ¡os más débites anconiraráií su dominador�
ConqimUd&m ConAmieniK ds OOteCtwo
ftav«B«fl(n9 d« La baiKta (té grupo Es un fenorneiio colectivo, no un� oonsumación indivi-
eJcp)on(Sofeji [>De<t)cl Cl« «dad dtiaJ- El simple hecho de figurar cti el pelotón de cabeza
es de primera calidad,
nítiH de Fin de k)5- ' Ni tJtM - • Fin tfg las
..—�
iñóiétUwt aprandlzB�S ni maukct idwlaqbs
A la población Joven un nuevo Lnstiruta $c \c prc�
C4lusi00 □pQsk;ián Rn dfl la RatOTM Cel Culto
antf« oodér ente podtr rBfiublKa ije MfCtSWItQ Se la guri[ó 3 quién quería que se dedicara dicha instituto; cómo
y ml«l|c4 y conMncil loa prtilíEonet ígnípaciün querbn llam&rlo. Muchos dijeron que Mesrine. Fiñatmen-
1 1 1 te, este ¿�itablecimi�nto se ton virtió en d Instituto Jcan-
\
J
1 1 1
Faul Sartre, por decisión de los adultos. Por lo meno&n que
CruewKn G«C|109 R«�«iuc»rw>fn Estt9U$ V AsocioftionH
Martfraq WU& humanítailas los nombres correspondan a estribores con ascendencia
fXOittM Gp«ndM entre los JÓv�;nes. Muchos estudiantes han leído a Bht-Ls
causa» Vían en ediciones ác bol sillo; podría gustarles asistir a vjn
Instituto Boris Vían. Hubo un Instituto Saint-Exupéry en
una época en que Io$ aduíios rabian que los jóvenes leían
a Saint'£iupéry.

POR EL MEDÍO AMBIENTE CULTURAL Las relaciones directas entre les Unieres y los umaes'
tros deí pensamientOfi apenas existen. Cuando a ut7 esíu-
AnIigüedAd . El padre
L3 nodHza dianu de los aAos cincuenta Is gustaba an escrifoy vivo,
intentaba conocerte- ÍA gente iba a ver a }qS grandes autt�-
Edad M»dia El CalUtlerc» de ainor cortés res en las sesiones de firmas. Ahora que se les ve en la
. El poete teievísión� y íjue hs íibron de éjito se venden por centemi-
res de miles de ejemplares, la gente ya no trata en obsoíu-
SiQhJ XWI ,. Lb madra abadeu lo de conocerla personaímente. se iba a ta búsqueda
£l prfncrpo vcJubia
de Ltn inicrcambio con un maestro, un gurú� eic.t a íJtuh
S»glc XEX Cl QriciR[, amAUle rorriáfiticc indivídualf porque uno no tenía nada que "�er con el ídolo
de ia fiesta colectiva. En cambio, actualmente muchos /d-
Siglo XX . : , . . . E] inMlco
Lb mujftf Ikbra vetteí son desarmados y caen bafo la influencia det g»rii
Artisla. <)eporü5ta de una secta coitctiva para establecer con él únicamente
una relación de vícttma. físce tan s ó h veinte años, ta gente
*e apretujaba para obtener un autógrafo de Elvis Presley
o de John i�nnon. Hoy en dia, ta música registrada ha
reducido su presencia a un imaginario que se consume.
48
49
Ya no P? el original quien envía el mert&aje, sino la fo¬ Ya no tienen confianza en sí mismos� Este sentimiento ejiis�
tocopia. te ya en la infancia< pero es a¿n má� fuerte en el adoles¬
cente que se siente traicionado por un compañero, justa¬
Se íñmí'a. a ta generación tfue parecía carecer de ctifu- mente de ta misma edad que él y cuya amistad considera¬
xiasmo combativo, que lí mostraba mdif£re.nz� y fjo toma¬ ba al mismo nivel de fidelidad que la suya. Se trata de
ba posición iobre temas tamo lo sútídaridad y £¡ antirra� una amistad amorosa sin realización física. Aunque suje¬
cijmQ. Ahora ia vemos reunirse y haiür a la calle, organi¬ tos a pulsiones que nacen en la traníformación fisiológica
zarse, formar estados generales� Estos /óvínes sienten� de la adolescencia, los jóvenes no piensan aún en la con¬
pue�, muchm Cosas, pero sientan tx?tect¡vítmente. Del sumación se�tual. La amistad es algo mucho más sagrado
misma modo que sus mayores intelectuales, fjíósofos, p?ir- para ellos. Cuando &ólo se (iene un amigo y no se tiene
íitúTítes de los partidost derribaron a St&lin y Mao, hs jó¬ confianza en uno mismo a causa úü una anterior traición
venes de hoy rt{if dicen: ninzrluso cqti aquttilos a lüs �ue en la infancia, el choque es terrible. Quizá se alcanzó la
vamos {í aplí�udir� o cuyos discos compramos, no estamos pubertad diciéndose uno mismoi «Cuando tenga esa edad,
del todo de acuerdo. Vivimos muy bien sin Dios ni maes- conseguiré verdaderos amígos.ij Y he aquí que se descu¬
(rOr Pero tratamos de vivir con cierta conciencia de la hu� bre que ello es imposible. Se había esperado la pubertad,
manidad.n' Es utto. sensibilidod colectiva a los derechos del sin desalentarse comptetamente, y en la pubertadn I* trai¬
hombre. ción del ser elegido le deja a uno desesperado.
La amistad decepcionada es la prueba más difícil de ta
Hay álg&. %\íi embargo, que crea que existe en los ado- pubertad: desde el momento en que hay que abandonar a
Líiscentes, algo que no ha cambiado: su prefcrencb por la la íamtiia para dirigirse a lo desconocido, empujado por
amatad- l>a creencia en la amistad tsiste. y creo que si una sexualidad que ha sido marcada por la prohibición del
pierden ya no Ees queda nada. Sólo la amistad les hace la tnocsioj los amigos de edades parecidas adquieren una itn-
vida soportable. ptortancLa capital. Como no encuentra otra motivación que
Ccino en tod�s las novci�$ que hemos citado� esta bús¬ en la fe en si mismo, si los amigos le traicionan<. uno queda
queda de la amistad an poco apasionada por un semejan¬ como desposeído. Y c? en este punta de abandonu� de so¬
te no ha cambiado. Este intercambio individua] e� busca- ledad y desasosiego, donde, quizá, un colectivo en el que
dc siempre, u l vct más mantenido a raya, quizá con menos no hay relaciones personalizadas podrá utilizar aún restos
Frecuencia satisfecho, pero siempre deseado. Aquellos que de fuerza dando cierto sentido a esta energía captada por
�stári más en poligroi a �a detivah que más $c lanzan ai el grupo. Bien se trate de un colectivo de mílitancia activa
colectivo, son quizá los que no han encontrado esta amis� o de un colectivo pasivo: escuchar discos, fumar, beber o
tad o han �ido traiciortado� una p dos vece�. diTOgarse juncos para obtener de alguna manera satisfac¬
Siempre me asombra cuando esta pregunta se plantea ción parcial- La fragilidad, el faíío de los adolescentes en
a un niño que se halla en dificultades» un adolescente, in¬ ruptura vJene de que legalmente no existe trabajo valori¬
cluso un niño de siete u ocho añoa, cuando se ve que no zado para cada uno individualmente. Creo que es eso lo
tiene e�na� de nada. Hay nii\os que ya sen asi; hay que que hace vacilar actualmente a tantos jóvenesr Por supues¬
dircir que se trata a menudo de los hijoi de padres óWcir-< to, tienen muchas razones para zozobrar, pero no existe el
ciados, o separados. «Pero ¿por quién has sido traiciona¬ trabajo a trav'és del cual podrían, de manera individual.
do tú?» No por su:� padres. Por un o una camarada. Y es recuperíiT la confianza en sí mismos simplemente ganando
a causa de dicha traición que la herida provocada crece dinero, lo cual es una promesa de futura liberación: si se
por la sÉparacióit de sus padres, aunque les resulte inex� puede hacer economías, ahorrar, se tendrá un hogar pro¬
plicable No comprenden por qué son evitados, traiciona¬ pio, un margen de maniobra, un comienzo de vida privada.
dos por un compañero al que aman. Si ello ocurre por se¬ Cuando ello ya no es posible, bs jóvenes se ven arrastrados
gunda VCZ4 picnsam tfM.c hacen e�to porque no soy nada.» 4 medios ilícitos de ganar dinero o a medios ilícitos de ob-

50 SI
tener placer porque es nocivo para la salud. Aunque ta dro¬
ga puede llevar a la muerte del ¿iudadatio� es para elloü un
placer que permite sobrevivir. Morir lentamente no es )o
mismo que suicidarse de un golpe, E] coEectívc piiede ser
un refugio y un sustiluio de ta confianza en uno mi�mo.

ijoi ídolos de ios años cincuenla tenhn sus /ani, como C a p it u lo 6


los carismáticús del poder miiitúntcs- Hoy, agttélhs no
son otra cosa que un ttúmtro en ñl Lup 50, un peón que EL DISCURSO SOBRE EL EFEBQ.
alguien ¡u�ga para ganar en el fuego deí Minireí que con' PIONEROS DE LA HEDOLOGÍA
siste nc drt eftciu&r una ííecdótt personúl sino en f�net
conformismo o la suerte de apreciar cuál es lú elección de
ta mayoría. Esto tendría otro alcance si se premiara a quien FA americano Srartiey Hall fue uno de los primeros en
ha optado por una eíección diferente de los demás sabien¬ preconizar, a coniiemüs de si�h, un estudio específico de
do expresarla. Et ganador sería aquel que demostrara una la adolescencia. Hizo escuela en los Estados Unidos, tras
individualidad con\'eni7¿da de sus sentimientos o de haber publicado The Psychology of Adolescence e« ¡90�.
opi-
nionest La com'ertíe de investigación se remonta a los años 1890.

En la escuela es donde se aprende a lomar como refe¬ En esta época se empezó a hacer el inventario de la
rencia discurso medio» el i<con5en$0)>, ¿C6mo hay que literatura llamada efébica y a abogar por la hebología. £1
hacer esta redacción para que complazca a\ maestro? En adolescente es considerado como tal� como un lema de ob¬
vei de hacerla como a mí me gustaría. Siempre está este servación privilegiada,
intento de agradar al otro, y que ahora se convierte en un
colectivo en lugar del individuo. Cuando había maestros ¡Mncasier� en una obra publicada en IS9S, seleccionó
doscientas biografías de personas célebres para señalar sus
inteligentes, éstos incitaban a sus alumnos a actuar de ma¬
nera espontánea y no como ellos querian» aunque habia tendencias dominantes en el momento de la adolescencia'
muy pocos de ellos asi. impulsos violentoSt emociones fuertes pero efímeras, fan¬
Todo el sistema deriva quizá del hecho de que una mᬠtasma del éxito, inclinación al arte y la poesía, deseo de
quina fabrica siempre objetos en serie, y que las máqui- reformar la sociedad, afición a ta fantasía lunar� la sole¬
dad o la extravagancia. Entre esos adolescentes figuran
naSr dado su potencia, han servido de modelos a los hu¬
manos- El ser humano ha hecho máquinas, y a continua¬ Savonarola, Jefferson. Shelley, George Eliot, Tolstoi, Rous¬
ción la máquina se ha convertido en su modeJo. No hay seau, Keats, tíans C. Andersen, /?. Wagner y Pierre Loti.
duda de que son las individualidades las que hacen la fuer¬ i�inguno de /oj ;<ivenej a h s que Lancaster dedicó su aten-
za del grupo. ción escapó, en un momento u otro,, a la tentación del
En la tnedjda en que tas familias no les proponen ya suicidio (lo cual negará una vet llegado a la edad adulta).
ritos de paso, en que sus mayores se descalifican comple¬ Pero critica la tendencia novelesca (como en et caso de
tamente en la investigación de la vtda« los jóvenes se rea- George Eliot) a la exageración del carácter atormentado del
grupan, aprietan los codos, emplean un lenguaje algo más período adolescente. Las turbulencias no son el seísmo. La
gestual, y hacen como si inventaran nuevos intercambios psicología moderna debe desdramatizar. Por primera vez.
o como sí vivieran contra la sociedad pensando que po' Stanley Hall investiga, analiza las causas de los fracasos
drán inventar cosas nuevas. Y tienen razón. A los jóvenes escolares de hombres geniales como Wagner� Huxley,
es a quienes corresponde hacerlo, no a los adultos. Hegel...

52 5J
Napoleón apenas consiguió quedar en el 42,° lugar de
su promoción en la escuela militar. Danvtn fue un alumno
<isumamente mediocreí», Einstein fue considerado débil por
sus profesores.
Es el reconocimiento no del fracaso de los cerebros, sino
dei fracaso del sistema escalar, por su incapacidad para
Capitulo 7
acoger la inteligencia y la imaginación creadoras.
Hall analiza tas hazañas precoces de algunos (csuper-
CRECIMIENTO Y COMPORTAMIENTO.
dotados» en el terreno científico, como Tycho Brahe, Gali¬
LA FALTA DP, GRACIA Y LA ARMONÍA
leo, Newton� o filosófico� como John-Stuart Mili y Thomas
Huxley. Eí autor se dedicó a una Indagación estadística
sobre la edad de la aparición del ta�ekto literario y ar¬
Bs extrafla esta espede debita de gracia física Que se
tístico- £n la mayoría de casos cé�bres, eso se produce
mucho antes de los veinte aAos, Pero la familia, la escue* apodera de los �venus en el momento de la pubertad, más
cDtre los varones que entre las muchachas. Comienzan por
la, la Iglesia, luchan contra la tendencia general del ser tener largas piernas nada graciosas> un poco como potros,
humano a !a precocidad.
Hall tiene el mérito de haber llamado a los responsa¬ que se desarrollan de un modo totalmente falto de armo¬
nía. Los miembros son desproporcionados. Vemos unos
bles de la pedagogía a trabajar en más estrecha vincula¬
enormes miembros inferiores y unos bracos que no casan,
ción con lo$ psicólogos investigadores y a dedicarse a es-
cuchar a los marginados para captar mejor Los fenómenos o, a veces, sólo brazos y piernas, mientras el tórax se
del proceso de formación de la perwnalidad. queda pequeñito- No hay envergadura, el cuello se queda
como un cueUo de pollito, o, por el contTario> el tórax, el
cueUo y la cabeza se vuelven enormes, y probableinente
Ochala y citatro años después dt ia aparición de tste también el sexot pero los bracos son gráciles. El rostro apa-
manifiesto, �se puede medir sw aporfíidón, su carácter ín- rroe como tumefacto, la nariz se achata, Las ventanillas de
novador� Cuando él afirma presentar una concepción re¬ la nariz se dilatan, los rasgos se agrandan, como sí estu¬
volucionaria que trastorna las ideas rectbidüs tanto como vieran groseramente tallados. Unos aparecen hinchados�
el darvinismo pudo hacer cori las teorías en curso sobre
la evolución, (no se ¡acia acaso ináebiáamcnit de lo ijue otros* desgarbados. Las muchachas se preocupan mucho
no sería excesivo conceder a Freud? por su estatura. Las muy altas tienen tantos problemas
como las pequeAitas. Es bastante curiosa la falta de ar-
monia del crecimiento entre fos doce y trece aftos en los
Stanley Hall fue un precursor en su tiempo por haber
mucbachost mucho más que entre las chicas. Como si hu¬
planteado el problema de una ciencia del hombre aún Ine¬ biera un crecimiento discontinuo, por partes� del cuerpo...
xistente en su época y haber criticada la psicolog� de ga¬ l>os aAos después, han crecido completamenten
binete en beneficio de una psicología de campo. Pero su
visión del ívremedio pedagógico)» no supera eí rousseauismo:
Dei mismo modo que se muestran espontáneamente fra-
alentar los impulsos, los instintos, incluidos los instintos
ternaies con los gravemente dismiituidos, los niños son
depredadores, a fin de estructurarlos y evitar asi que re¬ también crueles con los compañeros afectados de simples
surjan en la edad adulta en forma de agresividad violenta.
Para producir esta catarsis entre los jóvenes en edad púber desgracias.' et enanismo, ei gigantismo, la obesidad� etc.
Los fóvenes adoíescentes forman de buena gana el tándem
propone ingenuamente el contacto con el gran libro de la de los contrarios - los larguiruchos escogen a menudo a un
naturaleza y el relato de las hazañas pasadas.
bajito y gordo como compañero inseparable: la /irafa va
de pareja con el rechonchor Forman una pareja que provo-

55
54
CO. la risa y a la que se bautiza comc doubles pattes y tri¬ una especie de homosexualidad arcaka. La mujer, por
ples croche$.� ejemplo� juega a ser la joven madre que se ocupa de los
Viejos como si fueran bebés. La mujer maternal «materni-
Se trata sin duda de la búsqueda de la complementa- za» a los pequeños, pero no a los adolescentes. Siente celos
ríedad. Los defectos de uno y otro m equilibran, se neu¬ de Las muchachas de doce años porque a esa edad ella no
tralizan. Resulta iranquili/ador ser dos. Los jóvenes pre¬ tuvo la experiencia de las relaciones heterosexuales que su
fieren aparecer en público con su semejante en desgracia hija busca. Ijos problemas de la mujer y del hombre scm
para asi superar su ansiedad, su malestar- La$ chicas viven como el día y la noche. Podemos ver a muchas mujeres
sus problemas de silueta de una manera muy perturbado¬ que dejan pasar los años sin desear niños. Les gustan los
ra. Buscan compensaciones con aqudlo que les es contra¬ niños, pero no pueden ponerse en situación de recibir uno
rio, por ejemplo, vistiendo ex�ctamenTe lo que las hace pa¬ de un hombre o de darle uno a un hombre.
recer aún más fuertes: pantalones de pana, téjanos, comien¬ La maternidad y la sexualidad pueden estar completa¬
do justamente lo que más las engorda. Pero hay chicas que mente disociadas en una mujern En el hombre, no. El hom¬
no tienen nada de femenino y que lo viven muy bien. Hay bre quizá es un niño de p�ho, pero un niño de pecho viril
también cada vez más muchachas muy seductoras que pue¬ con las mujeres. Se integra con las muchachas o con ios
den valorizarse, expresarse, en muchas otras cosas además chicos en tanto que hombre, no en tanto que eunuco... Creo
de la feminidad. Se enorgullecen de nt> gustar como objeta, que el orgullo del sexo viril es algo que no se le puede
quitar a un muchacho. E incluso es muy raro que aque¬
Las muchachas que se descuidan completamente� vis¬ llos que quieren hacer el papel de la mujer no deseen tener
tiéndose con ropas informes� que no se lavarte no se pei¬ pene. Hacerse operar del pene es excepcional entre los ho¬
nan, y se afean, no tienen tendencia homosexual... mosexuales travestidos. Travestidos femeninos, sí, pero con
pene. Los homosexuales machos quieren ser considerados
Digamos que desean vivir un tiempo neutro. No quie¬ precisamente como hombres� Tienen en ello un gran inte¬
ren seducir a la manera de una mujer, y no quieren tam¬ rés. Recuerdo a un critico literario que estaba muy afecta¬
poco conquistar a la manera d« los hombres. Un hombre do porque uno de sus colegas había escrito: aLa critica li¬
no se atreve a mostrarse conquistador de mujeres homo¬ teraria parisina está en manos de hombres o de homose¬
sexuales activas, pero de hecha elJas buscan siempre una xuales.» Eso le había sorprendido mucho, y decía: <tjPero
mujer que las inicie y las ame como un pequeño ser neu¬ si es lo mismol tCómo se puede distinguir a los homose¬
tro para hacerlas femeninas 3 su imagen. Buscan enamo¬ xuales de los hombresl»�
rarse de mujeres femeninas y ellas ser neutras; no se ena*
moran de mujeres femeninas como si las amara un hom¬ �Ctiát L'S et primer slgnn de puberiad en el muchacho?
bre. Se enamoran de mujeres femeninas modelos. O
pueriles, desarmadas, como lo serian unos niños o una La primera polución. Varios adultos de entre los que
madre con su hijita. Es como los senlimientos maternales han hecho psicoanálisis conmigo evocaron las circunstan¬
y filiales arcaicos que tienen lugar con una madre o con la cias de la primera polución que contó en el despertar de
mujer que aún no se cuida de ellas. Son muchachas que su sexualidad* Un simple roce bastó para provocarla: to¬
no se atreven a ser mujer ni hombre, muchachas que se cando ligeramente, por descuido, la pierna de un compa-
han quedado en el estado neutro... Es un estancamiento de¬ fiero, en el vestuario del gimnasio» Las peleas, los alterca¬
bido a dificultades surgidas entre los tres y los cinco años. dos, el cuerpo a cuerpo entre los adolescentes pueden ex¬
La tendencia homosexual puede manifestarse así como citar la turgencia. FJ goce erótico no está ausente de ello»
Todos ios muchachos que he esludiadu no tenían ninguna
J Juego de palabras íntrAduti h�c; «Triple cmrht;» es ta noM Euiii tendencia homosexual»
drl pentagrama ífJ, dt t.f La primera polución viene más bien de un contacto epi-

56 57
dérmico intempestivo, d del trasudor de la cama. La polu¬ ho� jóvenes ejecutan el rito del paso entre ellos- Cada vez
ción nocturna d«l ad&]<rscx;ni£ no se ve especialmente Favo¬ son más raros los que $on iniciados por un mayor.
recida por una enuresis de la infancia.� El muchacho está más preocupado por la sensación de
Es probable que la angustia de la Oástración inspire la «potencia» que |xir el goce. Lo contrario que lais chicas,
impresión de vacío, qtie puede Ucgar hasta una reacción Por lo que concierne a la virginidad, los valora se han
depre�tva- invertido. Antaño, una muchacha casadera desflorada per--
La primera polución de Luis XTV fue comentada como día su valor. Hoy, una muchacha experímenta la primera
«una sustancia podrida que se escapa del n:y>� Se mur¬ relación sexual como una valorización de su per�na.
muraba: «El rey Sí mucre.»
Ya no � culpabiliza la masturbación. A los de El instituto Arnold Geseil, fundaíio en 1950 en Con neo
hoy (iQ pone en guardia contra el «pecado de amon». ticut (Estados Vnidos}, llevó a cabo una encuesta sistemá¬
La literatura sobre d onanismo que trastornó a generacio¬ tica sobre las ecapas de ta evolución deí compartamiñnto
nes de jóvenes ha sido superada. La cual no quiere decir del adohscente a lo largo de los anos de crecimiento de
que una vaga $en$ación de <evergüenza» pueda seguir a b diez a dieciséis añoí (d grupo de edad que nosotros trata¬
eyaculación solitaría. Por oira parte, en U lalación sexuaJ, mos en esta continuación de La causa de los nihos/. El
la impresión de vacío castrador� dt impotencia� domina si estudio de este ciclo reúne las observacianes que íe hicie¬
el afecto, el sentimiento amoroso, no subliman el goce. ron sobre un grupo de fóvenes americanos teniendo en
Antes de ta pubertad, en el niño más |oven« ia tnastur- cuenta los �gradientes de crecimiento�: desarrollo físicO'� se¬
bación sin eyaculación puede causar un placer erótico. xualidad� saiud e higiene, actitudes� emotividad� rasgos de
la personaiidadt relaciones sociales. Hemos extrapolado
Las prímtras reglas, ¿no han sido más áramatfzQdas estGS datos para trazar un estado de dicha evoluciórt (véase
p0r las muchachas que la primera palucián en los já- tabla en pd�rna� 62 a 67interesante de observar con la
venes? distancia y situarla de nuevo en la perspectiva dctuuL
Hay que seflalar que ta población observada se compo¬
En las vírgenes, el tapón intravaginal es difícil de in¬ ne de jóvenes americanos dé los cincuenta-sesenta.
troducir, y dolonTso de quitar. Una joven que lo utilioe apa-
receté con írecuencLa� a los ojos de su madre, como que Algunos comportamientos, como no lavarse a lo& diez
ha tenido ya relación sexvaL aftos� no interesarse por las tareas familiares, dependen
Pero las madres hablan ya naturalmente a sus hijas de 5Ólo de un tipo de educación. Más aun que la época de
la <4sangrc menstruah; con más facilidad de lo que hablan referencia, lo que limita el alcance de esta encuesta� está
a los muchachos de la ciprímera polucLónu. el hecho de haber observado sólo cierto estilo de niflos edu¬
La información sexual «oculta» ei hecho, u omite ad~ cados en familias puritanas y fijar un programa de reac¬
vertir a los jóvenes y explicarles cómo se desencadena e«ie ciones con relación a una norma dccorosa enteramente ar¬
hecho, bitraria que define su edad r�mínimaji�

L¿ primera relación es hoy un asunto enire jóvenes de En los muchachos sóh se habla de masturbación a par¬
ta misma edud� tir de los doce años.
El acto iwxual es casi siempre decepcionante la prime¬ A los catorce años, las polucioties nocturnas provocan,
ra ve�H sobre todo con una pareja de la mí�ma edad, qu« dice el informe» un sentimiento de culpabilidadn Ctialquie�
lo hace para no desentonar con los demás, para experi¬ ra diría que niños pertenecen a familias luteranas o
mentarlo a su vez, más que dirigido por una atracción o anabaptistas, reprimidas en el plano de la actividad sexual,
la búsqueda de un intercambia, de un placer compartido, Los investigadores no señalan un Interes de las muchachas

sa 59
po r los chHX>£ antes de t e n e r eüas q u i n c e años. Y ven ¿ P o r qué uno erólicos »? ¡Son de lo mas erótico! Cuan¬
en ello más q u e el impacto social d e la curiosldiad p o r el do trepan a la ctierda� Jos c h i c o s a vece� tienen c r e c c i én s
a t r o sexo, cuando se imta en r e a l i d a d de amor a pasiona¬ ese con(act{i. Tales e r e c c ion es no tlerten la si�niíicacion d e
do y de r e l a c ione s sc:(ijaies. tíj s i q u i e r a tjent;» en {;uenta relaciones amorosas, p e ro no por <!llo son metios s exu al e s.
e xp eri en ci a s múhiples d e Las npareja�»» que se íorm.an Y t a m b i é n en los fo r c ej eo s y las p e l e a s entr� muchachos
a los dieciseis sAqSí se escablece una relación de i io st ilid ad, de r i va l i d a d Se
A es l a edadp íegún GcseU. los j á v e n e s a ú n dependen t r a t a d e s e r el primero� el dominador, lo que no es EoEal-
d e \a n i a s t u r b a c l ó n . Hoy sabemos que los juegos s e xu a l e s m e n t e extraño al orden de la c on Qui st a sexual.
y \ñ& pasíQnes amgroíaa comienzan a los seis o siete a ñ o s .
h a c e r l o s sur;giT hasta los doce años, m e r e c u e r d a 1p� También el sueño evoluciona entre hs di�iz y �os doce
libros d e versión eicpuregada p a r a la j u ve n t ud - afiüs. Ge$ei! ¿studió ia frccueticia de ¡os sueños y su natu¬
raleza- En la pubertad hay wn período, máí precoi o más
Gesetl tío excluye de forma explícita que ello pueda mti- tardía jegtíFi ios írtdividuosi en el �ue se gestan más o
nifesíarse an(eSy p�ro aquí la pobíación esfudiada no tiene pnenOj pesadíUaS,
merjos de diet años.
Por íuericá. pU[;S se t r a t a del p e r í o d o cü que se deja el
Se dice que lais muchachas se ifilcresan p o r el df�arro- período d e latencia: corresponde a ta m u e r t e del niño. Asi
llu d e s u s s e n o s a los atice a ñ o s . P ero en r e a l i d a d sucede pues� ti en en l u ga r p e s a d i l l ñ i e n l a ; que u n o r e sult a muer«
mucho antes, to� o inata. Es absolutamente neces ario e s c a p a r de ¿1. P ero
antes de la pubertad no se p u e d e hacer d e o iro modo quf
Examinemos ío más ohservabte' tos signos rfí creci¬ m e d i a n í e pesadillas� I�o s é si podemos tlegar a afirmar quíj
miento físico. Según ia tabla� entre chicos y chicas de di�z- los s u e ñ o s agradables predominan s o b r e Tas p e s a d i l l a s a
onüe añOA, no hay difí�rencia en h ísíía medía, pero en ¡as p a r t i r de los trece a ñ o s . P e r o etio puedr corresponder al
chicas observamos ya signos de maduración sexuai de pu¬ final de la Eaiencia.
bertad, eti tanto que en los muchachos, por la generaí� esto
rto es aún viííbte, Los tics íPfl inherentes aí desarrollo de¡ adolescente.
Se observa en muchos individuos cierta torpeza corporaty
N o es cierto, £n las muchachas v e mc £ s e n o s , y en [os Sobre tadd cuando habíanr no sabiendo dónde meter las
c hi co s vL�mos aparecer el velJo. La mo d i fi c a ción del cuerpo manos o contoneándose sobre las piernas. Los lies dct ros¬
de los varones se obseiVa t a n t o c o m o en la muchachan pero tro íon rnáliipies.
de o t ro mo do. En ella, es más bien de beHe�a, y en
él. de dii�armonla. H a y u n pronunciado de&íase e n t r e los Los observamos más e n t r e los j ó ve n e s de c i u d a d que
dos sexfls. e n t r e tos del c a m p o . Los níAos de los p u e b l o s se ven obli¬
gados a inhibir su mo tr i cid ad - E st o s tics de la e xp r e s i ó n,
t a aparición deí velh le observa tn ti nacimiento det esta t o r p e z a corporal e s t á n en este caso ligados aún a un
pen�� a ios doce a�os, modo socioeducativu� IsEo es u n a fase ine vitable del desa *
rrollo de la emotividad del a d o l e s c e n t e .
Q u i z á ocurra mucho a n t e s - Bn t o d o c aso , no es calo lo E n el c a mp o i se es mucho mas resvielEO en los moví*
q u e d e t e r m i n a d valor social de alguien. m i e n t o s . Aquellos q u e tienen dificultad e n c o nt r ol a r l o s son
r e p r i m i d o s en la e xp r e s i ó n d e £U t e n s i ó n por la vid a ciu¬
Otra observación en ¡os muchachos de oníí años.' tas dadana. Y más tal ve2 e n los Estados Unidos que entre
£rec<;jonPS (provt�cadús sin duda durante íos juegos de pe- no sot ros. Al m e n o s en los B s t a d o s U n i d o s de hace veinte
ieas) son crribuidos a estímuíos na eróticos� afios.

60 61
B_L
f
1-s c V □ b � 4Í n
9 p Is á .1�
c Dt Ho fiS i o �
,■8 •S « =
1-
"" h.
E»Ea»|
£ -I "IbÍ

dp S c V v_ T J iD„ .
TS § J 5
(jjL E £ O � m C~ S 3-ñ «

S S
»-LU E4ffll— flá|5'=

II �
4 40

� U
« D £
:i«oS5 3l 8� e e
ttic o d'� s S ?
ir t 4 CT
® S * E D
U
«Hliiii 13 . W
O '
Su a� íT"� o e r t ifl "
�SS «tE-S'"«Í5Ée� ta trJC
¿ts«3Í»£Jxla ".Si ™ t aei 3 c
""si-e-
üllllj�sl

i» 5
O'a

8 S H Q
M k-
O
�s, ■ " tí
o * - " 5 ' S
3
U ill
irt
•n
Is ailS 3
- >
i 2

�S5|=&
o o S C C S
Sifi£� �
file
i-Sgi 2#„ " ® 15 •= S s
'ilcSSJ


B O
ñ £ss
� � ííe "5"
D is C Qf -D E «
— u » - c � n '-
a EoE-J'S-crt�sl
£.£ 9 3 >�1 is�Si
■£ � a a SI " w V

2 £ 3 E i� 2
�� £Sl:.S<££
S-�-- hS** = c
W

»
s
o "S ¿-g ¿ �1 2 •SS
w � *É flSES' TÍ **É a Ic - ~
-

TB c :§
I-
E -Ed n « 1oR.■=mO�-S
■»

c � 3 ■al
ES u
nhumiim múM
□*

•lio I □ sí sí U
HÍ" ■s?*ñ �£3
bE 12i Sói Is�i
«g - g " � i9 5 ||� -I .í|
.||lg|l§ ni H -f l [M !| ilLl
* Si£ qy ls|
SJ o.1Í5
E□ ,��-�TEa"= c
5 |"S -g'gifig S A �
«T ¿ d ]; «A c íi�g-íí-oSs
3 z3SS|ESí5
«JjSBrAl
4> J.
=a .£ i >
s■"a
$C �!k �� �
S
« �- Oc'* '
~OSi S:5Ti � 5 ■
{'-
III
E ■ >. « a 2 E ~gS� � i'jj, .irt ��Q
®So|- ID¿
Of o O- ££
sl'S��s 1� SSgS �
í |sls aS ® s S s.e
Itililis ,= � 13 Isli�il
» 'S m £ i= �r 1 c "5 sv CJ
y íQfl üí"ti S H
"5-5 -■-f l 5? 5>. t
■oo i sl'f-
t a-B E-O
|l|®Sgíp« I c E K3 o 5 2
'�11
l��sljlll
£
'i ■i s
|« S~ . "DQ "-O'
É� of=I¿ is 1�
1�
álllil
í/i mOm
il o
I S| o
■3� e:
e
I"i'

j= !? C
£ S"'
5 �w (IJ �
u3 � É «.± o S ®>s
! il gg:« E SftíJ S

�E
-�¿■g
a pt
. 3 �al
a «-5 � T - >-c o > � íl|8§s!
n ffl «
S'D > ' S 13 J3
XJ 3i£ *
« 5f£ "O e c - í í S
>a g"� Qq w li�l
til I IB - W = t c SpüU"�
oníJ
"i_—
'a 9 E ¿ S "S o at — ScniocS
« ra t ® S (3 rt
gfs- -Z i
" - u í� í £ S
o— S Q .S � Sg I
� t rt -9 ra i g,
5° "•■§ fe c s|||t¿||2
£ &< E sfig
OoSx:0 «1 u O) e � IB «) �rt®�sÍc w
< 5 «(55(3 e o 5l«llÍ£sl ,1í�5®RflíOu
ÍO E oT3 CP i � í i

i
w u .
■D0
fli ta
OE , » 3
■□Hj, u_2 5
c 2 ÉA S'2 i
tt b "O
o e ES
S "■
— n «
-qí a c � v>
O Ícl« ¡Sí
« 9 « K

a «.9 8|
— S <3 g
O® m c
2
cQ — 2
5 9 = >.�
K m ■«- ifl 5 =
9 � ? tn " " fth o
í S S
a. e VP ~ |e*1S
?|8| |sl
2 S cníSá ol G �
£
O

I�
u m ± m
i i flf
Lli " 5
> £ E 'iS o
O :
oisC
«= 3 � fl? �u ®

«t>e e S ™ ,i I S-B

i"! i
Oí M m oS
a-F"-" T3 ™ 5 "2 a i l j P o
fli t i £
■■r-S � . BS Q.'i'
cásrs
�dS "=l ffl S-
a E c o E
c . <4 >Í «5�
= — ■■"■ cfl
ta £ E M S « � S-O

i: S ■�.gls
i3í3« &ü�
LU -C 2
;s

K
c*0
El tiempo de sijeñ.o in<licádo es spabullanie. Permite ha�ta después, oiando han conocido a la Zoé» a la Julie,
medir U coacción del molde sociocducativo. A los doce cuando van solos- Porque el trampolín para entrar en la
años, nueve horas y media; y aJ año sitíente, nueve sociedad e3 un alter ego. No es que uno sea más decidido
Pero, entre tanto. La hora de acostarse ha pasado de las que el otro; pero de dos en dos afty>ntan al mismo tiempo
nueve � Las nueve y media. Horarios de pensionado. Nos d hecho de ingresar en una banda, de congeniar con un
parece estar soñando. Hoy, aunque sólo sea a causa de la grupo. Comparten la misma aprensión y la misma expe�
telemania. advertimos una falta de sueño en Los niños- rkincia.
Antes de los tiueve� diez años, el acompañante es un
En tas reíaciotíÉS sociales, el informe subraya las dispu- hermano, por lo general un hermano mayor, pero nunca
tai entra hermjiftos y htrmanas� tin compaf�ero, una amiga» de su propio sexo. Y tampoco
con un compañero del otro sexo. En la pubertad� la bús¬
Según Geí�lL esta;; disputa;: desparecen a \o& quince queda del otro frcjío y el desqubri miento de la novedad se
artos. Es cierto. A partir del momento en que los jóvenes hacen más fácilmente siendo dos.
tienen verdaderas relacione» afectivas y sexuales, los her¬ Es importante decirlOj porque realmente es algo funda*
manos y hermanas pierden su interés, mental. Eso ha existido en cualquier época de la historian
También en este caso considero que ello depende com- En la época de Miserables� o en ta nuestra, siempre
pietamente de la sociedad- Los muchachos a los trece años ocurre Eo mismo. El tándem se continúa en muchos adtJit-
son menos sociables que a los doce; las chicas tienden a tos que no han tenido ocasión de fortificarse personalmen¬
relacionarse con los muchachos de más edad� Y también te. Vemos a muchas jovencitas que intercambian objetos
éstos buscan chicas mayores que ellos. personales con otras. Igualmente, un joven se dedicáis al
tenis porque ha encontrado a un camarada que lo arras¬
En cuanto a h vida en grupo, el informe señala que a tra, cuando muy bien podría ir ét solo a inscribirse en un
ios diez atios las niñas busca» cad�i vez »iás una ütnistad club de tenis. O a hacer togging. Llega otro y le dke: «jVeti,
amorosa con otra compañera� y <�ue hs niños buscan iá vamos a hacerlo juntos!» ¿Por qué? No e? indispensable.
banda. No sé si hoy las chicas no van también en grupo. Cada uno no siente más que su propio placer.
Eso lo vemos con claridad cf» el cine. Muchos adultos.
Conviene decir que a partir de los diez años� tanto los sobre todo de cierta edad, van �losj eligiendo la película»
chicos como las chicas buscan siempre cómplice para en U nto que muchos jóvenes» aunque ahora las salas sean
unirse a los grupos, Y sólo frecuentan los grupos cuando múltiples en el mismo edificio y puedan ver películas dife¬
forman pareja. Sen una pareja que no se basta a sí rentes. irán a ver un filme que no les tienta sólo para per¬
en tanto que cuando son más jóvenes, los dos se bastan, manecer cerca del compañero en la sala oscura, Y no se
Aquí son das para abordar a un grupo con el que se aglo� (r�ta de una ntuchacha a la que quieran manosear.
meran, Pero no permanecen como duo en el grupo; una
vez en la banda, el dúo se'disocia y cada uno forma grupo En la sociedad rtOTteamertcana de las años sesenta, los
con otros, u otros dijos. chicos y las chicas están separados, pero tto se observa
ninguna clase d$ iendeticia homosexual.
Lo mismo que Jas cftícHí vart s¡ baile por parejas-
Falso. Cuando el informe señala «sin erotismo», quiere
Bs lo mismo. Al primer baile, van de dos en dos> igual decir homosexual. Todos aquellos que dicen �(interesarse
que los chicos. Así se dan valor mutuamente. Lo mi&mo em� significan homosexual. Se interesan por tas chicas, pero
que en principio los muchachos van al burdel siempre por están sókx con los chicos.
parejas; al menos, de dos en dos. aunque a veces, fres.
Pero, para empe�r. no van solos, no se atreverían. No es Una afirmaeiórt de Alurgi�erfre Duras, entrevistada en

6S 69
l9S7t causó sti efecto." uTúdos los hombres ion /lomMe- eso!» Pero al menu�, debe poder referirse a éí. Para ello.
xuat€s.i> es preciso que el adulto asuma sus contradicciones.
No hace falta que el adulto halagué al adolescente di-
Todas Jas mujems también, todos los seres humanos. ciéndole: Woy a hacer lo que te gust�, voy a hablarle como
Elia quería decir que hay un egoísmo, no solamente se* tú querrías que te hablara, voy a adquirir tu vocabulario.»
xual, más desarrollado en los varones que en las mujeres. Aunque quisiera, no lo conseguiría jamás. Ya no tienen vo¬
Un egoísmo del comportamiento, incluso cuando aparente¬ cabulario, o oe inventan onomatopeyas, un código, preci¬
mente se comparte un placer, incluso si se hace gozar a samente para marcar la diferencia.
una mujer. Yo creo que ésta es una conducta de adoles¬
cente prolongada. Las jóvenes se preocupan por Uevar aJ En esta acronoiogta>f relativa, {cérrro se adquiere la in-
hijo del hombre al que aman, mientras que si el hombre farmacióti scxuaí por h que $e refiere al conocimiento de
le hace un hijo a una muchacha, no es el suyo. ctKo es tas regias, de las relaciones sexuales y de ta procreación?
problema mío; no tengo nada que ver con eso», dice. Mien¬ Geseli tales nociones son integradas a los once años.
tras que la muchacha está totalmente comprometida, por�
que es el hijo de tal o de cual. A los once años, ios niños generalmente están al co¬
mente. En este sentido, como he dicho recientemente a
Duras, incluso cuando &e preocupa por proyfo- alumnos de una clase de tercero —estaban muy interesa�
car el orgasmo en ía mujer� el hombre siente un orguHo dos por este encuentro en el CES—♦ encuentro terrible tener
de macho domirutdor profundamente egoísta. ¿Se puede ser que hablar a jóvenes de quince años de los medios anti¬
tan categórico? conceptivos, cuando jamás, en la escuela, se les ha habla¬
do de la nobleza de la concepción. Ahora bien« se tiene
Creo que ello fonna parte de nuestra neurosis actual, una ocasión cada año, en el dia de la madre y el dia del
generalizada, que es una prolongación de la adolescencia padre, de decirles qué es un padre, los niveles de paterni¬
en los muchachos que no son educados por su madre ni dad, de maternidad conceptiva, de nacimiento legal, adop¬
por su padre. Son amados por su madre, y dirigidos por tivo. de acogida en eí mundo. Todos estos términos aso¬
su padre, pero no amados en el sentido de educación sen¬ ciados a los de padre y de madre que permitirían que el
timental del muchacho, cosa que el padre no hace. niño comprendiera la dignidad de la concepción y del papel
tutelar, directo o indirecto, de los adultos frente a los jó¬
Los padres tienen la sensación de no poder hablar ya venes en crecimiento.
con sus hijos, aunque lo intenten. Les parece Que no son Pues bien, lo que se hace, de repente, es hablarles de
escachados. los medios para no concebir. Y jamás se ha ennoblecido el
hecho de la concepción. Creo que hay aqui algo muy grave.
No tienen las palabras necesarias. No pueden tenerlas y que esta educación debería comen¡tar precisamente en la
porque el joven se defiende de una intrusión en su vida escuela, por la dignidad de su propio nacimiento, se ten¬
privada. Creo que el joven, mucho más que palabras, es¬ gan los padres que se tengan, aunque después se separen,
pera actos. Oue el padre no haga discursos, pero en su o, peor aún, si sólo se conoce a uno, sin saber siquiera el
vida real se comporte de acuerdo con los valores que pre¬ nombre del otro. Se ha traído vida, y éste es el concepto
tende defender. De lo contrarío, todas las palabras son to¬ Interesante e importante. Creo que si no enseñamos esto,
madas por una moral caduca y teórica. Lo que importa es no podemos enseñar los medios anticonceptivos de un mo¬
el ejemplo de la vida. De hecho, el Joven espera mucho do que no sea dudoso desde el punto de vista educativo.
más al enfrentarse a un adulto firme, coherente- Sienta bien
poder decir: «No quiero trabajar como tú, no quiero vivir ¿Cree usted que es significativo señalar que, por lo que
como tú, no quiero tus mismos placeres, {especialmente a las chicas se refiere, a tos trece años hay urt descenso

70 71
de interés por la scJíualidad? Los investigadores rtorteúme-�
ricanos, por lo demásj observan gue las muchachas de ca¬
torce años sienten curiosidad por conocer las reacciones
de los muchachos y se interesan por los procesos de la
reproducción. Pero parece que manifiestan cierto desafec¬
to respecto de ta sexualidad misma.
C a p ít u lo 8
Si se ínterc�sri má� en los aspectos sociales del inter¬
cambio con el otro sexo, es porque rechazan la sexualidad. RITOS DE PASO Y PROYECTOS ADOLESCENTES
Es algo particular de los niflos noneamericanos. Se preo¬
cupan del efecto que causan, en lugar de ocuparse de su
ser y de su percepción personal. El intents del muchacho Parábola de hoy
por airaer y seducir es una búsqueda histérica. La actitud
que consiste en no ver en el otro más que un sujeto a se¬ Cuando era una joven psicoanalista, inmediatamente
ducir es enteramente contraria a la sexualidad. La educa¬ después de la segunda guerra mundial, conocí a un joven
ción anquilosada que las muchachas reciben las lleva a no alumno de un instituto de enseñanza medía al que habían
tener en la cabeza tnás que una idea; «¿A quién voy a gus¬ enviado a que recibiera psicoterapia� No era un mal alum¬
tar?» Esta tabla es reveladora de la neurosis de una ética no en cla$c. pero sus profesores lamentaban que estuviera
colectiva que conduce a las muchachas a interesarse ante frecuentemente en la luna.
todo en el aspecto de la Feminidad que puede seducir al Algunos días iba yo al instituto Claude Bernard, que
otro, en lugar de pensar en lo que presienten de la sensi¬ había abierto una sección psicopedagógica reservada a los
bilidad del otro. alumnos que tras marchar bien en el primer ciclo escolar
tenían malas notas en quinto-sexto. Casi todos tenían un
cociente intelectual de 135.
En el metrot me encontré con una vecina que hacía len¬
cería fina para señoras y que iba cada mañana a su taller
a la mií�ma hpra en que yo me dirigía a mis sesiones
de psicoterapia escolar. Durante la conversación, me pre¬
guntó:
— Doctoral ¿a qué se dedica en estos momenfos?
— Me ocupo de niños con dificultades escOlat», pero
que son inteligentes y dolados. Algún shock, alguna emo¬
ción, los ha perturbado y les impide concentrarse.
— ¡Ah, si supiera usted las preocupaciones que me da
mi hijo Christian] Ya no sé qué hacer. Va no tiene a su
padre, que murió en la guerra... Es un apasionado de la
aviación, pero...
— Es interesante,
—Sí, pero sus maestros dicen que no podrán seguir
niéndole en el instituto.,.
Fue entonces cuando le aconsejé que enviara a su hijo
al centro Claude tíemard, donde solicité que me lo envia¬
ran para tratamiento. Una psicoterapia de apoyo quc�wx
72 73
retrocediera en su historia como lo hace un psicoanalista Lo cierto es que se había divertido mucho durante aque¬
bastaría para sacarle de esa fase de adolescencia aparen¬ llos dos años y no lamentaba nada, puesto que había vivi¬
temente comprometida. do sus fantasías con aquel avión en el sótano de su madre.
En el transcurso de nuestras entrevistas se puso de Una parábola: un hermoso pájaro que no volarán pero
nííiesto que cuando se entregaba a sus fantasías era cuan¬ que hizo volar a su constructor y le hizo soñar y sublimar
do hacía de mirón del probador de su madre, que se dedi* una amistad homosexual.
caba a hacer lencería para señoras. El muchacho hacía sus Los dos fabricaban un falo formidable que volaría por
deberes en la habitación donde ella recibía a las clientes. los aires,.. Es la acción sublimada de un bello pájaro. Más
Las visiones furtivas de la ropa interior alimentaban su tarde, se puede encontrar un oficio que proporcione de
fantasia y le impedían trabajar. veras unas abs,
Cuando regresaba del instituto, se instalaba en la pe¬ He aquí un bellisimo ejemplo de un sustituto fecundo
queña trastienda donde aquellas damas se probaban fajas en una sociedad que ha suprimido los ritos de paso a la
y sostenes, adolescencia. En la pubertad ya no hay iniciación ni apren¬
Desviaba su sexualidad hacía la fantasía. dizaje.
Le dije que era completamente sano el hecho de tener Durante esta psicoterapia, la transferencia no fue am¬
piensamíentos sobre mujeres. Pero para no sufrir demasia¬ bigua. Fue de confianza, sin ser amorosa.
da tentación y experiroentar erecciones frecuentes, debía Diez años más tarde, después de haber pedido mi di¬
pedir a su madre que le permitiera volver directamente a rección al Colegio de Médicos, el chico quiso volver a
casa, ahora que ya era mayor. A partir de entonces dejó verme� Se había convertido en piloto de pruebas. Quería
de hacer sus deberes en el probador de su madre, y se casarse. Su novia quería que abandonara su oficio pa¬
mostró menos distraído en clase. ra casarse con él. Él deseaba hacerla su compañera, pero
De todos modos proseguimos nuestras entrevistas se¬ no tenía ningún deseo de dejar una profesión de alto nesgo
manales. En cada sesión me hablaba sin cesar del avión y muy bien remunerada con un elevado salario y primas.
que construía en su sótano con ayuda de un compañero. — Le he dicho a mí novia: «Es algo muy bueno para
Ambos trabajaban por la noche y durante todos los sába¬ una mujer. Si me rnato� nü viuda recibirá una gran prima
dos y domingos. Se mantenía realmente disociado de todo de seguro.» ¿De qué tiene miedo?
lo demás, hasta el punto de haber olvidado un udetalle» No comprendía que la muchacha no fuera de su mismo
práctico: la única salida del sótano era un estrecho traga¬ parecer.
luz. El avión, una vez montado, estaba condenado a per¬ —Te quiere y no soportaría perderte.
manecer allí: yo ignoraba aquet hecho. Seguía el progreso —Si me quiere, ama también lo que hago. Es una
de su montaje; el chico me mostraba los planos, los dtse* buena profestón, pues proporciona beneficios a ta esposa
ftos. Al final, le pregunté: y a la viuda.
—¿Habéis puesto ya las alas a la carlinga? ¿Cómo vais Vino cinco o seis veces a hablarme de su proyecto de
a sacarlo? matrimonio, preguntándose si debía sacrificar su profesión.
El chico reflexionó. Me envió incluso una participación de boda. Su última
— Pues es verdad, no hemos pensado en el día en que carta: {(Ahora ya soy demasiado mayor para seguir siendo
tenga que volar* piloto de pruebas, aparte de los vuelos excepcionales, pero
Pero no parecía muy afectado, -Así es como efectuó con formo paracaidistas.»
éxito su paso a la adolescencia, su ruptura con ta infancia. No le había vuelto a ver desde que, estudiante de ense¬
Muchacho extraño y temerario, vivía en dos niveles: uno ñanza media� me hablaba de aquel pájaro del cielo ence¬
de ellos, un nivel de fantasía que le hacía trabajar agota- rrado en el sótano de su madre. Convertido en un hom¬
doramente en su avión sin tener la posibilidad de sacarlo bre, y habiendo encontrado unas alas verdaderas para
del sótano. volar, vino a plantearme esta pregunta: <r¿Cómo se puede

74 75
oonvcncer a una mujer de que se case contigo cuando tie¬ En la prensa, los adultos planifican periódicos que no
nes el riesgo de morir joven?» aparecerán. Los inventores hacen maquetas de máquinas
Debió de ser prudente, pues ha sobrevivido. nuevas que jamás saldrán al mercado.
El hombre tiene necesidad de proyectos. Una nación
vieja sufre de la falta de grandes proyectos. La utopía es
Hasta el final de nuestras entrevistas, cuando él era es¬ la realidad de maflana. Los políticos hacen promesas» no
tudiante, ni por un momento imaginé que ej sótano de tietien programas ambiciosos. Una gran reforma nace en
Christian no fuera una especie de garaje con puertas o un una mente innovadora. Ouizá no se la pueda rematar, pero
panel deslizante- Si te hubiera dicho antes, anticipándome: se intentará. Ello desembocará al menos en una experíen*
ííPero ¿cómo vas a sacar el avión?», hubiera detenido su cia instructiva y contribuirá a hacer avanzar una idea
fabricación. Le habría impedido avanzar. Lo hubiera echa¬ nueva, a hacer evolucionar las mentalidades.
do todo a perder� Hso es lo que hacen con demasiada íre- La población adulta aplasta en los adolescentes su
cuenda los padres de los adolescentes. deseo de evasión diciéndoles: «Imposible.
Y llegamos aquí a un punto crítico: no hace falta que
el adulto sea demasiado buen observador del corazón del
nifio, ni que busque en demasía lo que tienen de racional Muerte Iniciátlca y evasión
o no sus proycctos-
Conocí a un maestro cuyos alumnos proyectaban ir a Los ritos de iniciación más antiguos, desde Australia
pasar una jomada en la torre Eiffel Toda la clase prepa¬ ai África del Sur, desde ta Tierra de Fuego a Oceania y
raba el viaje en sus menores detalles: planos de) metra, imsta Tahitit titnen como denominador común una drama-
horarios y precio de los trenes. turbia de iá muerte inici&tica.
El maestro sabía que el proyecto no se realizaría, por Los novicios, tos neófiios, para efectuar el paso� deben
falta de medias materiales. morir a la infancia.
Durante tres meses habían aprendido a le«r, a escribir La separación simbólica de las madres es representada
y calcular, consultando tos folletos de la SNCF y los pla¬
a de una manera dramatizada. La prueba del fuego en tos
nos de París, tra�tando el itinerario, estableciendo el pro¬ aborigénes es probabUmente la ceremonia más narcaican
grama horario. Era muy divertido haber fabulado, haber de la iniciación a la edad del hombre. El novicio� muerto
inventado un viaje. Los alumnos estaban en la fase de la- simbólicamente� es enfrentado a una potencia mÚicOt que
tencia: ocho-onoe afk>s. guarda el secreto del vínculo entre cielo y tierra,
El maestro no les decía por anticipado: nEsto no es po¬ La circuncisión es una operación realizada por et Gran
sible. No hemos reunido la cantidad necesaria.El que Espíritu representado por cirujanos con sus utensilios ri*
sabía que el objetivo no era realizable no lo decía. Y yo tuales. La sangre es un elemento esencial de este acto sa*
creo que eso es ía educación. cralizado.
En la fase de latcncia» ya no se trata del suefto del mu¬ Las ceremonias se acompañan de bramidos imitados
chachito del Hermoso NarartfO, la edad de la creación poé- por el hombre.* expresión religiosa que se remonta a tos
tica, mágica. Los niños quieren una plasmación. Poste¬ primeros hombres y origen oscuro del HÍrueno de Zeus�.
riormente, los antiguos alumnos se encontraron con el En el Áfnca Occidental, entre los sereres y los wotofs,
maestro. la circuncisión interviene tardíamente con relación al cre¬
—¿Se acuerda usted de nuestro vi�e a la torre Eiffel? cimiento.- después de ios quince años y hasta los veinte,
¡Fue formidablet etnólogo Arnold van Cennep explica las variaciones
—¿El viaje? iPero si no llegamos a hacerlo! de la edad de la circuncisión� es un acto social, no un rito
—¿Cómo? ¿No lo hicimos? de pubertad (en et sentido somático), error cometida co¬
Habían olvidado que el proyecto no se había realizado, rrientemente.
76 77
Las sociedades ikmpri han dísíirigui<ii> pubertad psi¬ En iü pelicnta Rendez vous de Juiilet (Cita un jtilio), unn
cológica de pubertad socíaí. pequeña banda de muchachos sueña cotí ir a África, con
Entre fos muchachos, iú suhincisión marca ¡a etapa de ios pigmeos. Eí tífefe de ta expedición» va de puerta ím
iransformación riiuaí deí neófito en mujer. puerta para conseguir ¡as ayudas necesarias. El asunto va
para íargo. Tiene largas reuniones con sus compañeros de
ritos de imciación favorecían probablemente !a su¬ viaje. El día ett que, ífiunfaníe. Us anuncia.' Hemos ga¬
blimación de la castración simbólica. Es, imagino, el papel nado; pattirnos�tK algunos parecen casi decepcionados, la¬
esencial que hoy debemos deducir de esos datos úe la et¬ mentando un sueño perdido.
nología .
B�tgfi pruebas colectivas ayudaban a ios jóvenes a li¬ Lo que caracteriza al adolescente es que dirige mi-
brarse del sennmiemo de culpftbüiddd iransgreaiva que se rada a un proyecto lejano, que t\ imagina en un tiempo y
apodera de eJios, ya que el paso realií�ado en solitario, sin un espacio diforenteA de aquellos en que ha vivido hasta
sostén,, w vivido como una transgresión Pero es necesario entonces,
también que se efectúe bajo el peso de cierta amenaza» por Eso nos devuelve a la fuga, aunque a tina fuga que no
el enfrentamiento real con un peligro. La transgresión se e& delictiva, si los padres no la convierten en «trani�gresi�
convierte a partir de ese momento en entrón i pación» y el va de prohibiciones�� con s u anj�ustia.
miedo de violar y de ser violado (o castrado) queda abo- Es ta verdadera evasión, luga es la escapatoria en
lido. negativo, un signo de que el niilu ha llegado a su fase ado¬
lescente y que no ve calida a sus impulsos de apertura al
Lüs reatizaciones individualitadas no son injciáíicas a mundo- Huye encerrándose en sí mismo, o se escapa del
la vida social a ta vida á�l �rupo, como ío eran las itiicía- domicilio familiar. {Véase anexo 2.)
ctortes de ias sociedades iribaks. La buena solución es aÜinentar tin sueño que se reali¬
za al dia�
El proyecto no puede reemplazar el rito de paso, Pero
permite quizá prescindir de él. ¿Observó ttstÉíi. y favoreció, eí í�paío» de sus hifos ado¬
E1 rito de paso servía a una comunidad que tenia ne- lescentes?
c�sid�d de cotiiervar a Lodos sus miembros, y encontraba
así eJ medio de svjftar al cbn a lodos los jóvenes, hacién¬ En mi caso su deseo de evasión no pudo ser sofocado,
doles afrontar riesgos en el interior de la tribu: tos riesgos ya que mis hijos pudieron vivir libremente sus tensiones
de la iniciación. Pruebas terribles� Los que salían vivos de de ios proyectos lejanos. Eso es Jo que explica que jamás
e]]as eran individuos formidables. Eso implica ciuc la so¬ pudiera ol�ervar en ellos- en d r:tomenio de la adolescen¬
ciedad proporciona el modelo. cia. las dificultades de paso a la vida adulta. A la edad de
Hoy en día. cuando ya no existe modelo familiar o so¬ dieciséis afios. viajaron a destinos remotos. Estaban pre¬
cial» cuando el hijo sucede cada ve¿ menos al p3dre> el rito parados para ello, Respeté su libertad. Muy pronto, pasa¬
de paso ya no tiene justificación» pero quizá e] proyecto ron sus vacaciones en el extranjero, cada año en una fa¬
que responde a la tentación del peligro con cierta pruden¬ milia diferente. Jean, el mayor (Carlos), me enviaba car¬
cia puede ayudar a morir a la infancia para alcanzar otro tas, Escribía como un periodista. Gricha {Grégoire)
nivel de dominio en la vida colectiva. telefoneaba. Era lacónico Respondía a mis preguntas con
La primera etapa eon«i$te en poder ganar algo de di¬ un fíSi..., no». Yo no sabía si estaba contento del extraña¬
nero H& el escollo, la hora áctual. para los jóvenes, miento, o deprimido.
Tener vivienda propia, pareja, hijos� Un ideal que □<> per¬ —¿Tienes más cosas que decirme?
tenece a ninguna época, que es eterno* — jNol
Tres días después me mandó una carta: trjQué bueria

7� 79
C3>]iversación tuvimos por teléfono!i> Tenía el recuerdo de Una por otra. El hecho de exigir que todos vayan ves¬
haber abordado ternas interesantes. tidos de la misma manera entre l<k« seis y los once aAos, y
Cuando to corríence ha pasada, con un joven, las también en la época de )a adolesoenda, puede ser ia para¬
preguntas-respuestas ya no cuentan. «¿Qué has hecho?». doja de su diferencia. Justamente para no ser todos igua¬
no es una pre�nta qu« se deba plantear a un nifto. Más les en el interior» adoptan un uniforme. Aparentan ocupar¬
vale preguntarle: cr¿Tien>es algún amigo que salga con chi¬ se solo de su aspecto físico y de la opinión de sus compa-
cas?!� Sobreentendido: <rDigas lo que di�as, yo no se lo con¬ fíeros, cuando únicamente dependen de papá-mam�.
taré a nadie; quedará entre no$otros.)> Ante todo, estable¬ En el estadio de la adolescencia, encontramos el mismo
cer la confianza. Es la mñxima prioridad. «disfraí»; se ponen tos uniformes de tal clan, de tal ¡ook:
punk, rocker, baba cool nueva ola... En su interior, los
Los comportamientos de los adultos agravan mucho las jóvenes ocultan sus verdaderas diferet�cias- Mi hijo Jean
dificuhades de los adolescentes. no se preocupaba para nada de sus ropas.,, pero sí de Sü
Debo dedr que la adolesoencia, para mis hijos, fue más calzado. Quería llevar zapatos puntiagudos, que era la
bien un periodo de expansión. Desde los dieciséis años, hi-� moda. Llevaba artículos de mat �5to> en mi opinión. Y
cieron grandes viajes solosr Yugoslavia, Turquía. Mí hijo de suelas de mala calidad, que � gastaban muy de prisa.
Grícha fue al Perú. A los diecisiete aflos, a Áfrícs del Sur; De este modo mostraba el Fetichismo de los zapatos pun¬
al aña siguiente, a Cuba. tiagudos, Yo estaba asombrada. Los muchachos tienen un
La adolescencia se prepara con un apartannjento de los período homosexual en que hay que estar muy atento a lo
padres en la fase de latencía: de una manera controlada. que llevan.
Así, a los doce, trece afkis� pueden poner por escrito un
Observaciones contradictoriasr La importancia de hs za¬
proyecto de viaje, hacerlo aceptar por sus padres y partir
con sus economías y un medio de enlace. Realizan una tn- patos para una gúneradán éescaUo... Los jóvenes gustan
de caminar con hs pies descalzos, en todas tas estaciones.
periencui asombrosa, sin cortar ei vínculo que les une con
su familia (la llamada a las diversas etapas) a la que no
le desagrada ver como se alejan mientras comunican sus Los chicos de hoy dan más importancia que las chicas
noticias. Es un secreto del bien-vécu de la adolescencia- a los zapatos- Mis hijos tenían un presupuesto para ropa.
Iban a vestirse ellos misnvos a las tiendas. Un día, iean
me pidió que le jicouipafVara arpara que la vendedora no le
Las salidas de mis hijos despertaban tensión en su influyerais «Tú no pesarás en mi elección. Pero ella quiere
padre, que quería controlarlos. hacerme comprar lo que yo no dtseo.rt Siempre aceptaba
—Te fuiste a tal hora, ¿Oiié has hecho? lo que ofrecían.
Eso sólo fue dramático una o dos veces. Mi marido —Siempre dices sí.
había dado el «�permiso de medianoche»» y mi hijo Jean — Digo porque espero que seas tú quien decida-
volvió tarde. Fue eso to que te hizo decidir abandonar la Grícha no se preocupaba del estado de to que llevaba�
casa. El segundo se quedó, pero ya no volvió a hablar con Podía comprarse un jersey y volver a casa con una manga
su padre. Tenía otros recursos, otras referencias. rota, sin ser capaz de decir dónde se había enganchado.
Los jóvenes que, en {988, permanecen en casa, dan — Llevas ta manga desgarrada...
valor a la familia, a la fidelidad, al amor, a la salud. Son — ¡Puf, mientras me dé calor!
los postadotescentes.
El look de. hs jó�fcnis no es más que una moda. Su adolescencia es on período muy rico si se deja asu¬
comportamiento en cuanto a ta ropa, ¿nó es urm afimta- mir al joven muy pronto todas sus responsabilidades, sin
ciótt dé grupo o una autodefensa? coartarle,
80 «1
No coartarle no quiere ¿tár dar la aprobación. En una
neladón de confianza reciproca, el rechaíto gbbal sigue sitn-
do uti derecho recípnooo. No e! recbaKO global de la pcrso-
clajTO� sino «I rorhazo de la vida en común� aoordaii<lü
junto» un desacuerdo perfecto, puertas abiertas.
La dificultad de i(?i ¡óventíS para evadirse del medio fo'
miliart incíuío con dieciocho, viinte añüi cumplidoí, y el
abuso de poder de h s adultos tatelares� kan itjspírado este
neologismo bárbaro de la uparenteciomioij, cüTrto si se de¬
biera proceder 4 una abLicián. SEGUNDA PARTE
jFai�ritect&mia! La imagen quirúrgico e£ dura, pertt
presa claramente que hay que cortar por lo sano para que LA ÉPOCA DE LAS PRUEBAS
1;] adolescente prolongado se libere fjnalmcnie de los la�üs
fatuiliares.
¿Y su adolescencia? (Oüí impresión destacada conser¬
va usted de ella?

La paciencia. Vo sabia que tenia que esperar. No tenia


ninguna posibilidad de escapar» aJ no poseer ni un cénlí- w5í hs adoitsceiH� fueran atennuios pi�r
mo» ni si(|Uiera uiia moneda can que tomar un autobús.
No tenia ninguna lib�nad de maniobra. Y me Tomaba las la sociedad a expretarse, eso Íes iosunáríe en
co�as eon paciencia, �nte esta única perspectiva: poder fu difícil evoIüci¿Fí.ií
ameglármetas sola en cuanto hubiera alcanzado Ja oiayo- Franíoisf- Dolto
ría de edad.
Si el adolescente tiene un proyecto, induso a iargo
plazo, está salvado. Hace cosas para aJimeAtar este pro¬
yecto. Esto le hace soportable el purgatorio de la juven��
ludí en ese estado de impotencia y de dependencia econó¬
mica, Mi madre me ayudú a saber lo que quería a fuerza
de Oponerse a ello.

�2
Capítulo 9

PERTURBADORES DE LA PSIQUIATRÍA
Y PSICOANÁLISIS SIN PALABRAS

Los pediairas de ios servicios médicos especializados


abiertos a tos adolescentes observan el desfase entre ía apa¬
rente indiferencia y ta fuerte demanda no f�rmutada.
Ei ginecótogo David Elia aaima ía Asociación ttS milto-
de adol*s£enírs>í. Estudia el comportamiento de los
adoiescenieSi sean cuales sean los medios socioculiuralts
de íjue procedaft- Hay un perfil común entre ios ¡óvenes
de todos tos países.
Los pediatras interrogados observan lo mismo - ios ado¬
lescentes im¿s los chicos que tas chicas� antes de tos quin¬
ce eflíwrj acuden por razones somáticas (probltmiis d t crt'
cimiento, acné� escoliosis, asteniah So dicen utui palabra,
y perTTuiTiécen con ía cabeza baja� Y luego, estos jóvenes
se queian de que los pediatras no se interesan por ellos al
margen del motivo explícito de la consulta.
Se fueron decepdonados de que no se hubiera abordA-
do el problema de fondo. Los pediatras no están prepara*
dos, armados, para captar la demanda tad ta y responder
a ella. Lo» jóvenes sienten la d«:manda pero no la maní-
Restan. El conucto no se establec«H

Los uimricanos han creado servicios espedaíitados para


ios leenagers. del mismo modo que hay servicios para la
primea edad, para la geriatria, etc� For su parte, el profe¬
sor Deschamps, dt la facultad de Nancy> no ve en ello un
modelo a imitar. Teme qut ocurra en Franda lo que ocurre
en los Estados Unidos- se recetan demasiados hipnótica,
demasiados mediaimentos, demasiados tranquilizantes para
caímar la angustia. En vez de hablar con los adolesceníeSt
el médico tiene tendencia a. administrarles caimantes�
85
Como se hace oon los niHos que no duermen: se les da ya eres mayor; ic toca a ti ir a hablar con el medico.» Y
jarabes; en tanto que bastaría con hablar con ellos de lo mejor un médico varón que una doctora. Cuando son pe¬
que de lo que no marcha bien. Si la imagen de los queños. a la madre le gusta mucho consultar a una profe¬
médicoi tan negativa entre los adolescentes, es porque sional. Cuando son adolescentes, continúan viendo al
el pediatra nc tiene la di�jcrccioti qut $e espera de tl� es mismo médico. Eso es bueno para las muchachas, pero
un agente represivo o está compifitaminte equivocado, sin muy malo para los jóvenes,
llegar a percibir que los jóvenes que acuden a la consulta
solicitan implícitamente algo más qne una simple prescrip¬ Éstos son muy desconfiados hacia los adultos que tos
ción de medicamentos sedantes. Los adultos no piensan
más en la relación verbal con los adolescentes de lo que lo ((Violan». La imagen de los médicos es un poco represiva.
hacen con los niños pequeños. Una buena pregunta a efec¬ Prolongan el miedo al gendarme y al coco. Los niños lle¬
tuar: «Las chicas> ¿son ellas las que le plantan, o eres tú van oyendo, desde que son pequeños: «El doctor te pon»
el que las dejas?») Ésta es la pregunta adecuada. O bien: drá una ínyeccióníi, o también: «No duermas, vamos a
dane jarabe»» {sobreentendido: para entontecerte). El mé¬
«¿Tienes compañeros que van aún con chicos, o que han
estado ya con muchachas?!» Mo se debe preguntarle direc¬ dico es el señor o la señora que pone la camisa de Fuerza
tamente lo que hace él. La homosexualidad del adolescen¬ química,
te es normal. Tienen miedo de que se hable de pédés,� lo Los médicos no ven los riesgos del suicidio, pues a par¬
cual es una injuria desde que están en la escueta de pár¬ tir del momento en que hablan de ello> se acal�« Cuantos
vulos, «¿Tienes compañeros que todavía van sólo oon chi¬ más medicamentos se le administra� mas se dirigirá el
cos, o que ya tienen compañeras, una amiga a la que quie- joven al 3uic]dÍD> el día en que esté menos medicado. El
ren?íí Entonces comienzan habiéndonos de otros. Se trata médico no responde por mediación de la palabra, sino
de una mediación, un rodeo que permite establecer el diᬠdando un rodeo� mediante objetos inhibidores de fantas�
logo y suscitar la respuesta. £1 hecho de hablar de los otros mas. como si tes fantasmas fueran actos. cual le pare¬
tes ayuda a hablar de sí mismos. ce muy peligroso al niño, pues cst3 prescripción de farma¬
Tomemos, por ejemplo, el caso de un muchacho que sa¬ copea dramatiza la situación. No hay que decirle; ((Estás
le COR una chica que sin ser homosexual cree que le atraen en la peor edad de la vida. Si no tuvieras ideas de suici¬
las chicas. Hay una especie de connivencia entre ellos. Se dio, no senas un adolesccnieji Es cierto: ningún joven
cruzan con dos muchachas por ta calle. Ella le dice: «Tú te puede Franquear la adolescencia sin tener ideas de muer¬
quedas con la de ta izquierda; yo, con la de la derecha,» te, ya que es preciso que muera a un modo de relaciones
Se identifica ante el muchacho para estar más cerca de infantiles. Él vive el fantasma en forma metafórica de sui¬
él. El joven habla de ello espontáneamente a sus padres, cidio. Es entonces cuando tiene necesidad de alguien que
en tanto que se cierra cuando se aborda directamente la le ayude a sublimar dicho fantasma dándole representa¬
cuestión de su propia sexualidad, ciones que figuren en lo social, «Si no pudieras confesarlo,
Observar o juzgar a los demás adolescentes a lus que no pasarías por esta Fase.» Hay que pensar la muerte del
frecuenta ayuda al joven a hablar de sí mismo indirecta¬ cuerpo para poder acceder a otro nivel, el del objeto de su
mente, Nuevamente, será preciso que el muchacho o ía deseo, que no es sólo cuerpo, sino corazón y mente; pero
joven estén seguros de que el pediatra no va a decir nada el adolescente lo ignora. Necesita hablar con un adulto que
a los padres. no sienta inquietud por abordar el tema de la muerte.
Cuando van a consultar a un médico general, saben que Dar un medicamento que impedirá al joven tener este
van alli para las ftcosas del cuerpow� de lo cual se habla a pensamiento es dramatizar, como si el que lo prescribe tu¬
los padres. A éstos corresponde decir a los Jóvenes: «Ahora. viera miedo de ser el cómplice de un suicidio eventual det
j joven. La muerte, en toda su dimensión, hace vivir. Ha de
I. Pédési abreviación pQ|>ul3r de npedcrasia». //V. de f t haber camivoros en un estanque para que carpas y brecas

86 87
sean vivace!». iCuánios hombres viven de la industria de Su estado de mutación, por el contrario� les somete a
Ia muerte! Es muy importante hablar de ta muerte. una mayor dcpctidcncla de los demás. Es realmente una
Socorrer a ios adolescentes es ayudarles a aceptar ta lAstima clue no exista la posibilidad para iodos los adoles¬
muerte a su adolescencia� cort cierto riesgo de salir malpa* centes de ir a vivir íucra de su familia,
rado. E\ psicoanálisis puede curar las consecuencias,
IjOs tuitivos como tos tnasai lo ha.» comprendido bien.
El adulto que mejor puúde dialogar cotí un adi?lffscente Construyen fuera del poblado un campamento pam los
en dificultade$, �no es ac<iSí> agttel qu€ tiene edad para ser adoíescenreSt mucftachos (fuíuros guerreros} y chicas rnci-
su abueio? Uno ptriona de más �dad que sus profesores y ciadüs,
stis padreSt y que se muestre más natural con el füven,
merios ansioso, mas desinteresado. Lo que más compromete la toma de autonomía del nifio
en la edad de laten cía, como más tarde en el cambio del
Muchos jóvenes que se las arreglan dicen, después, que adolescente, es la ansiedad del adulto. Más aún. ta que él
fueron üamprendidos por una persona de edad. ]�Cuánto les segregaba a dicha edad en sí mismo, pues, at estar per¬
trastorna ta muerte de un abuelo! nEra 61 (n cll�) el único suadido de que el niño, a su vez. revive lo mismo, le irans-
que me entendía. Con la abuda todo era sencilloj� O sim¬ mice la [finca pacidadi»� el ftmalestar».
plemente; «£] abuelo era Formidable-jj
A las muchachas les afecta mucho más el acné qur a
£/ medicanaento tierie muy mata prensa entre tos ¡óve- los chicos.
nes- añosttra.» /íEso no sirve para nada.if
Los niños expresan con la piel lo que no dicen. Un ce-
Semejante repulsión tiene su explicacióti. Saben perfec¬ oema puede tener la significación de un deseo de cambio.
tamente que no es su cuerpo lo que está enfermo. Está en La piel que �e descama es el rechazo de algo, la vivencia
mutación. E] sujeto tiene que adaptarse a una mediación de una carencia. La astenia puede manifestarse en el niño
nueva, abandonado que no respira con el olor de la madre. El acné
Los medicamentos modifican las pcrccpcíones corpora¬ juvenil tiene probablemciite igual valor, Conocí el caso de
les: ajladiendo un poco de hierro, de magnesio, de litio- un chico* Jcan-PierrCp que a los trece aftos estaba bloquea¬
lo s jóvenes perciben que estas acciones químicas tíc re¬ do en su pubertad como si tuviera once: su voz tfco cam¬
solverán nada, no le$ ayud:arán en profundidad. biaba, y tampoco apareda su primera velíosidad. Me decía:
Ejemplo de un lenguaje a tener en cuerctai el cambio de ííNo comprendo por qué soy rubio y alto, cuando mi padre
voz es un estado de enfermedad normal. Mo se puede estar es bajito y moreno, y mí madre también.» En una sesión
bien de salud durante un cambio de voz. La situación no es de psicoterapia, me dijo: «... De pequeño, no fui tin bebé.
estable y es dificii hablar de ella. Un cambio de voz no se Primero fui un peiro.n «¿Cómo es eso. un perrxí? Do perro
puede hacer sin riesgo ni fragilidad. Se puede compronder no se convierte jamás en un ser humano. Necesariatncntc�
así la retLcencia de los adolescentes a tomar los medicanaen- fuiste un hombrecito, un niíVo de la especie humana,» Se
tos prescritos: si tienen la suerte de estar un poco enfer¬ acordaba de haber sido transportado en una cesta. «Yo era
mos, es mejor que no estarlo. Están contentos de estar un un pem>. ¿La prueba? Tundí el paquete de mantequilla que
poco enfermos en su cuerpo� pues entonces se ¡dienten nue¬ había en el cesto conmigonj� Tuve una conversación can el
vamente como todos. En su mutación, se dienten ejitraflos, padre. A los cuatro años� él y su mujer habían adoptado a
La cjtperienda de! otro no les sirve para nada. La muerte Jean-Pierre, Vivian en Paris► Durante el verano, para que
de Otro no os puede eriseflar a morir, ni el nacimiento de respirara aire sano, fue confiado a unos amigos que tenían
otro ayudaros a nacer. En el fiando, ellos aspiran a asunur- una granja. Y fue transportado cotno un caniche. Sus pa¬
se solos sin estar oonstantemente socorridos. dres adoptivos no se habían decidido a revelarle el secre-

88 «9
to. Temían «perder pre&tigio». Desde el moniento tn que Los defensores de los derechos de la familia no tienen
el secreto de su origen dejó de serle ocultado por el padre, en cuenta el derecho de cada individuo de escapar de su
el crecimiento se reinidó con un repentino acctso de acné, familia. Ésta es con frecuencia inhibidora, alienante.
Jean-Pierre me preguntó si podía hablar de ello a $u madre Se debería insistir en el papel de la familia en la pri¬
adoptiva. «Ella debe de saberlo,» mera edad del niño a incitarle a abrir sus puertas en el
La respuesta de aquella mujer fue: «Ven» voy a mos¬ momento de la adolescencia: momento en que los padres
trarte mí blusa de embarazada� tus primeros zapatos son más impotentes para ayudar al adolescente a vivir esta
Jcan-PicíTc me contó la escena, y concluyó; «¡Ella sigue fase.
creyendo que soy su hijo!» Los adolescentes patológicos que se arrastran aparecen
B1 acn� desapareció en pocas semanas. Había cambia¬ en las familias que no tienen apenas relaciones sociales,
do de piel, a riesgo de perder prestigio como sus padres. que viven replegadas en sí mismas. Cuando los adultos tie¬
Un perro no corre esa clase de riesgo. nen una red de camarades, de amigos, los adolescentes no
permanecen en una actitud pasiva o agresiva. La imposi¬
Un adolescente de cada dos padecé íttsomnio. bilidad de su familia de dar a luz hace del joven un feto
macerado: la familia estalla como una madre desgarrada
Si uno está ocupado cuando no duerme, si se tiene una por su hijo» Eso ocurre en las familias patrioteras de espí¬
actividad nocturna, eso ya no es insomnio� Pocos son los ritu familiar, que carecen de la riqueza de una red social
que piensan en ello. Pero es normal querer vivir contra el exterior para ejercer actividades cuJturales, deportivas...
ritmo a esta edad. Quieren vivir la noche. Hay muchas emi¬
soras de radio que emiten por la noche. Los adultos dra¬ Las £ecfas son derivútivas. Se l�s reprocha que rapten
matizan en lugar de aprovecharse de ello. «Escucha músi¬ ú !as muchachas anoréxicas. 4Pero no es acaso un rapto
ca con un cascoTestimonios en directo pueden ayudar consent ido?
al joven que está a la escucha. Un muchacho telefonea
desde su habitación para comunicar a ta emisora cuál es La dependencia de un joven menor frente a una secta
su bloqueo... Los que llaman son más bien adolescentes se parece menos a un fenómeno de banda que a la tutela
prolongados de veinte y veintiún años. Los postadoles¬ abusiva de un adulto extraño que sustituye 3 los padres.
centes que permanecen en su casa aparecen ante los pa¬ No hay secta «devoradora» que no deba su poder de suje¬
dres como vagos, apáticos. ción a un t(ogro)), un Maestro, que hace el papel de domi«
El joven ciudadano con sus auriculares hace un viaje nador. Cuando los padres encuentran el rastro de su hijo
diferente del joven que, antaño, partía por tas carreteras- «raptado» no tienen ningún asidero para recuperarlo. £1
E1 cuerpo no se mueve� pero capta las experiencias de los chico se recluye y rechaza a su familia. Está condicionado
demás. Sin embargo, eso no es nada. En rigor, puede ser como un fanático.
provechoso si su deseo es activo. Para recibir, primera hay
que desear; si no� son años perdidos. Cabe esperar que se Los jóvems estudiantes de bachilieraio afirman que no
despertarán Si el deseo es pasivo, no hay motivo para que se protege» contra el SIDA.
los padres que no quieren a su alrededor gente pasiva, los
conserven con ellos. Cuando la (amilía es numerosa, no es Es verdad que las relaciones eróticas se limitan a me¬
deseable dejar vegetar en su hogar a un joven víctima de nudo a tocamientos, y que apenas conocen el coito com¬
una pubertad patógena, una tendencia depresiva. Hay que partido. Es posible también que adopten una conducta de
estar vigilantes ante la posible regresión a papá-mamá. riesgo»
La adolescencia es una muda que sitúa en estado de
fragilidad. La pasividad verbal no es la pasividad del deseo, La actitud del cuerpo médico enfrentado a h s casos de
¿Cómo escapar al encarcelamiento familiar? anorexia, de conductas suicidas, de uso de estupefacien-
90 9\
tes, refleja evidentemente el estado de h s conocimientos, de medicina se Le dispensa una formación deonioLógica (no
pero la evolución de la sociedad ka debido de influir en la tt>bar al cliente de su colega, jamás hablar mal de ¿te aun<
consideración médica sobre la patología del adolescente o que el cliente se queje). Los médicos no la respetan mucho.
su inadaptación y la relación médico-enfermo. Se critica con demasiada facilidad al médico anterior, para
hacerse valer» Y hablar mal del primer médico es nocivo,
No hay evolución a nivel de los propios médicos. Se como lo es hablar mal de los padres sin saber qué ha su¬
puede encontrar psicólogos asistentes en todos tos servi¬ cedido. Las dinámicas que han provocado ta agresividad
cios hospitalarios, enfermeras íonnadas. pero en cuanto al de los padres, las reacciones en cadena que generan una
médico sólo se hace cargo de la asistencia a personas en complicidad dramática. El padre que empieza a beber por¬
peligro físico. En el caso de tos riesgos de suicidio� se trata que su hijo es imposible, y que bebe para no pegarle. Fi¬
sólo de impedir que el enfermo daíle su integridad física. nalmente, cuando está borracho, le pega.
El deseo del paciente y las razones personales, inconscien¬ Los hijos que fueron separados de los padres al nacer
tes, que Je empujan a e�e comportamiento fatal expresan� son terriblemente provocadores. Repiten la agresión que re�
a su modo, que debe morir a su infancia. Esto es interpre¬ presentó el momento de la separación. Atraviesan un de¬
tado como una tentativa de suicidio, pues no hay otra ma¬ sierto y buscan el recuerdo de aquel amor firotou- La madre
nera de decir: «Socorro, quiero nacer. Y como quiero nacer, frustrada de su hijo, que no desarrolló dia tras día un co¬
es pT«ciso que muera.» En la vida y La muerte, que están nocimiento de su pequeño� se angustia ante la menor difi¬
estrechamente vinculadas. «No sé cómo nacer en este medio cultad y se siente juzgada como una maJa madre. La ten*
en que vivo.» sión aumenta en ella más y más. £n el caso de los malos
tratos, los médicos llaman a la policía,
En el medio hospitalario, ¿kan evolucionado los pedia¬
tras? ¿Qué decirles a las madres y padres que declaran tener
miedo de su hijo amenazador? Un miedo fisico,
No, lo que más hacen es culpabihzar a Los padres. Se
considera correcto intervenir en el medio familiar del ado¬ Sólo cabe una actitud. Decir la verdad: («Ya no estoy a
lescente. la altura. Me das miedo. Tú quieres que yo reaccione...
O lo sacan de la influencia de unos padres que le tra¬ Quieres que c\ padre sea más violento que Se acabó.
tan mal. Se separa a un niflo de sus parientes como si es¬ Aquí ya no puedes encontrar ayuda.»
tuviera en peligro. Lo cual es un contrasentido a una edad
en que corresponde a los adolescentes hallar un centro de Frente a la anorexia, f/ia variado el tratamiento pres¬
interés exterior y abandonar la familia por propia iniciati* crito desde hace decenios?
va. Deben marchar en condiciones de asumir, y no debido
a una medida administrativa de protección. O bien, para L.as ideas del psicoanálisis han penetrado: se busca el
satisfacer a los padres, se separa de ellos a sus hijos en deseo inconsciente.
tanto que enfermos para situarlos en un medio psiquiátri¬ Sabemos que la negativa a alimentarse no apunta a !a
co, cuando lo que habría que hacer es facilitar su inser¬ madre, contrariamente a lo que se creía, o al padre. Es mis
ción en La vida soda]. Pen> no existen lugares de vida extra- profundo. Hay una rebdón con la madre, peío no se trata
familiar. No se Los ha creado. forzosamente de ta madre real. La que está introyectada en
Los médicos reciben una enseñanza, pero sólo muy ra¬ la joven es la madre de una época de su vida. Conod la
ramente una formación. Los afortunados que recitien una historia de una joven anoréxica a la que alimentaban por La
formación son aquellos que tienen un jefe de fuerte perso¬ fuerza. La vigilaban, y se sabía que no vomitaba- Con todo,
nalidad, que tiene empeño en formar alumnos mediante el no ganaba un gramo de peso. Al cabo de seis semanas de
ejemplo de su actitud frente a los enfermos. Al estudiante fracaso, la llevanm a la consulta psicoanalítica.
92 93
Es prererible que el joven vaya a una consulta que no Se hubiera dicho de ella que era una viejecita: la piet,
esté dentro dd mismo servicio médi<». Pero eso c& algo seca; la mirada, aguda. Profería obscenidades y cosas de¬
muy difícil d« hacer comprender al jefe de dicho servicio. sagradables. Como sí estuviera poseída, o más bien despo-
Lo que ocurre con la psique no debe decirse a los que cui¬ seida de si misma.
dan el cuerpo. Con $ü deseo de autorídad, el jefe no quie¬ Con ella pude remontar el curso de su historia. Tenía
re que algo se le escape. Et enfermo de un servido no dieciocho meses cuando la criada ta sometió a situaciones
puede ser tratado en un servicio especializado en otra cosa. sádicas* Eso para empezar. Y también fue violada por su
Los psicopediatras han aportado una observación del padre. La pequeña necesitaba desesperadamente un aná¬
comportamiento exterior, los resultados de tests, pero no lisis.
el conocimiento del paciente que llenen a su cargo� E] psi¬ Ser sádica, para la ñifla, era identificarse con la
coanálisis no puede mezclarse oon la psictuiatría ai con la rcmadrc» que ella había introyectado. Aquella joven criada
psicología. Éstas, en su trabajo con un individuo social» aterrorizaba a b pequefla. Cuando escalé a solas con ella,
pueden prepararle para que vaya a ver a alguien que no la perseguía con un atizador de chimenea. Gracias a la
se ocupará de su comportamiento sino de su sufrimiento, transferencia� ta pequeña empezó a quererme. En un a A o,
y que estudiará junio con él a cuándo se remonta, pero aprendió a leer y a escribir Todas las sublimaciones tu¬
sin hablar de ello a los que cuidan su cuerpo o su mente vieron lugar. Su carita rosada habla cambiado completa¬
de hoy. mente de expresión.
Si el joven declara al psicoanalista: «Quiero volver e
incendiarlo todo», el psicoanalista que se precie debe decir ¿No tiene ei psicoanálisis frecuentemente contraindica-
solamente; «¿Cuándo has llegado a la decisión de incen¬ dones en la adolescencia?
diarlo todo como Única solución para escapar?>> Pero no
debe decir: (tjAtención, fulano quiere provocar un incen¬ Una idea Falsa surgió en los primeros psicoanalistas,
dio!» Eso seria salir de su mundo que es el tnundo del incluyendo a Freud: solo se ,>uede analizar a los que ha¬
deseo« no el de ta realización. blan. Por contra, la adolescencia es un período maravillo¬
Asi se hace un buen trabajo. so para vivir la repetición de su nacimienta Bl joven no
Por desgracia, parece que en todos los países del tiene las palabras para hablar. Pero se trabaja muy bien
mundo, los psicoanalistas caen en la trampa y se inclinan de inconsciente a inconscientCj aunque nadie hable.
por el aspecto tutelar en lugar de apoyarse para ello en Cuando yo era una psicoanalista joven, no aceptaba aún
los educadoresr hagan éstos lo que hagan. Es lamentable adolescentes, sino sólo niños o adultos.
que no se limiten a este lenguaje claro: «Yo recibo a fula¬ Actualmente existe la tendencia a someter a las adoles¬
no dos veces por semana si ¿1 lo desea. Eso es todo. ¿Y centes a la psiquiatría con demasiada facilidad. Los jóve¬
qué es lo que voy a intentar? Poner al día el origen del nes vienen para hablar* pero no pueden expresarse. Creen
deseo Co no-deseo) que hoy anima a mi jovcí) interlocu- que habt3n> aunque permanecen mudos y se van muy con¬
tor.j> tentos después de b s sesiones- Es necesario que et analis-
La indicación es el sufrimiento del joven que está de ta soporte esie sijenck> como si ello constituyera una buena
acuerdo en ir a hablar a alguien de ese malestar. Tuve reUctón.
oportunidad de tratar a una ñifla de nueve afios que era ha resultado agradable esta sesión?» «Pues sí-»
perversa: metia la caca en la caja de galletas, se hacia pi& «¿Sientes que has dicho todo k> que tenias que decir?» vSíj»
en la sopa del viejo jardinero ciego que se alojaba en un No obstante� no han dicho nada. Permanecen más mudos
pabellón al fondo del parque de los abuelos. Le hacía con¬ que los niñoSt � cuales hablan de muchas cosas, pero es
tinuamente bromas escatológicas. una charla vacía.
Al dibujar, ta pequeña sufría una inversión de forma?: Las palabras ya no tienen sentido para encubrir los
una bola era una recta: un bastón, un círculo. aflos que han vivido. Es la época de la vida en que los mú-
94 95
sioos inventan otras maneras de componer música, los te con su hijo al menos el primer a5o? Las relaciones de
poetas reinv«ntdn la poesía, otras maneras de servirse de los diez-doce primeros meses son primordiales.
las palabras y deS lenguaje ordinario-
La relación con alguien estable, <jue se limita a tratar
un punto concreto y que le toma a uno por lo que es, sin Cuando yo era una joven doctora, el hospiial psiquiá*
juzgarle, es ptiopicia. trico era una prisión para los niños internados en éL Es(a<
Las sesiones con los adolescentes son frustrantes para ban todos encerrados en celdas... Había un sistema de cie¬
el psicoanalista. Muchos piensan que el paciente no es ana¬ rre automático que accionaba veinte puertas a la vea. Puer¬
lizable, ya que no dice nada. tas correderas que se bloqueaban al mismo tiempo como
En el momento del cambio de voz. el adolescente se las puertas de ios vagones de un convoy ferroviario, desde
toma mudo en cuanto tiene que hablar de lo que siente, las seis de ta tarde hasta las seis de La mañana. Hasta el
pues las palabras cambian completamente de sentido� £1 dia siguiente por la mañana, el niño quedaba encerrado
niño en La edad edipiana fabula y cuenta con la poesia de solo, en una pequeña jaula donde tenía sólo una cama y
las palabras y la metáfora del dibujo. El lenguaje contado una mesilla de nochen
es hablado y escrito en un flujo incesante� £1 adolescente, La psiquiatría practicada era tan depresiva como la em¬
con su silencio, cree haber dicho mucho. El psicoanalista pleada para ios delincuentes menores. Se nombraba a un
que no tiene miedo del silencio, que está preparado para experto para evaluar la responsabilidad del muchacho. Y
soportarlo, es para él un interlocutor privilegiado, men¬ el hombre le decía al adolescente: «]Vays disgusto que has
talidad psiquiátrica parece, en estos finales de siglo, ganar dado a tu madrel» El muchacho escuchaba a aquel hom¬
la partida al enfoque del psicoanálisis, que, no obstante, bre que hablaba como un padre moralizador. Si no chista¬
es más apto para servir a la causa de los niños. ba, el psiquiatra escribía en el eupedíenie del niño; «No
La psicoterapia practicada por un analista tiene, sin em¬ intimidable,» l-a palabra caía como un veredicto. Signifi¬
bargo, más posibilidades de ayudar al cambio adolescente caba: <fApto para La casa de corrección d
cuando el joven supera con dificultad un obstáculo del tra¬ El nilto era oonsidsado «no intimidabloit porque no había
yecto. llorado. [>e haber llorado, desmoronado, emitido un peque¬
ño sollozo, se habría dicho: «Vamos a conservarlo ocho horas
Un niño abandonado de cada dos ha nacido de madre en el servicio.,.», o: fcSeguirá una psicoterapia, y luego lo de*
adolescente. volveremos a su pueblo con prescripción de cuidados inten¬
sivos en el servicio especializado más próximo.» Pero si el
Los psiquiatras ven en dio, sin motivo, un mal absolu¬ chico no lloraba, entonces había que socavarlo.
to, una catástrofe para el nifto. V prefieren ver abortar a £l personal no estaba motivado ni formado para la aco¬
la madre y culpabilizarla si llega a término y abandona al gida. Me acuerdo de una madre que babía venido a visitar
bebé. Si se te dice La verdad sin esperar a la latencia o a a su hijo internado en uno de esos arcaicos «asilos». La
la pubertad, el nifko puede perfectamente salir con bien, buena mujer había traído su termo con café bien caliente
ya que es él solo quien asume el deseo de crecer, para su hijo. Había partido la víspera, pasando toda la
Las condiciones reservadas a una madre adolescente noche en el tren. Y esperaba con su termo. En la sala de
para criar a su bebé son desfavorables para el desarrollo consulta, la mujer quiso servir una taza a su hijo. 01 que
del niño- el meterla en una casa especializada ejercerá en el equipo médico se reia socarronamente: «Pero bueno, será
ella una acción debilitadora. Es tratada como una irres¬ débil la pobrei>, para susurrarle luego al chico: «¿No te im¬
ponsable. Mo puede trabajar confiando el bebé a una guar porta nada la pena que le has causado a tu madre?j>
deHa» sino asumiendo esta carga.
¿No se podría emancipar c insertar a esta adolescente Los tiempcs han cambiado. El hospitaí psiquiátrico in-
en la vida activa de manera que pudiera vivir decentemen- fantit se ha abierto.
96 97
Sí. ha evolucionado, como Jos hospitales psiquiátricos niftos delincuentes quienes los manejan. Una vez que se
p�a adultos. Los íntemos ya no están absolutamente su¬ hfl enfriado, que ya no es presa de sus impulsos, el delin¬
jetos Evideniemente, el servicio está cerrado por la noche. cuente representa la comedia para que no le coja el padre
Pero durante ej día, la comunicací� no se interrumpe. Hay que representan los polis.
educadores que vart y vierta, hay psicólogos que» al menos Se deja en libertad a jóvenes que han cometido viola*
una vez por semana, tienen una entrevista personal con dón porque no hay crimen de sangre.
los pacientes y que están obligados por el secreto profe¬
sional. Hay también especialistas de la reeducación de los Tres mtichachos de trece-catorce años violaron reitera-
afectados psicomotríoes, «n la reeducación del lenguaje, sin datnente a una colegiala de trece años: durante meses, dos
contar las psicoterapias eventílales y la orientación profe¬ veces por semana, a la salida de la clase, la obligaban a
sional. Y voluntarios para la recuperación del retraso es¬ someterse a su violencia en una cueva, ¿Cuál puede ser ¿l
colar, o psicólogos en stage, lo que no quiere decir que porvenir de estos chicos? ¿Cuál la posición del juez? ¿Cómo
éstos sean siempre eficaces... Pero el niño «&tá ocupado iriterpreíar psicoanaliticameníe su aciitud?
(oda La jomada con s�us relaciones con la gente. Y con todas
estas actividades de grupo, no están enteramente encerra¬ No son ffhumanosí). No habían tenido limites en sus
dos y condenados a no hacer nada, como antaño* impulsos anteriorcst habían agredido, robado, matado�
Cuando llegó el deseo sexual ¿por qué iban a sentir un
Se ha visto que en los depresivos se corría el peligro limite, un obstáculo, que no debían franquear? No apren¬
de que la psicoterapia desestructurara la frágií base� y que, dieron que el otro, sea de su mismo sexo o del contrario�
por tanto, podía ser contraindicada. era un semejante en cuanto a dignidad humana. Son niíW>s
que no tienen el sentido de su propia dignidad. No hay
Todo depende del tipo de psicoterapia. Cuando� por estructuras.
ejemplo, se trata de psicodramas donde se les obliga a re¬
presentar las cosas� no es en absoluto desfótructurante.
Cuando se encuentra solo con el psiquiatra en actitud pa¬
siva es cuando puede haber efectivamente un riesgo.
Los psiquiatras sufren neurosis igual que cualquier per¬ PENA CAPITAL PARA LOS MENORES
sona. Se hacen psiquiatras porque la sociedad espera de
ellos la represión de tos marginados. Sin duda han sufrido Se�ün el informe de 19�7 de Anuuatia Intemacio-
en su infancia, y crtantcan» el psicoanálisis por interés pro¬ nal sofan las penas de detención inflígfd&s m to« ttfiboA
fesional, [ay!, sin llevar su análisis hasta el final. Perma¬ en el mundo:
necen como entre dos sillas, sin llegar a escoger un lugar £n ios E»t«do« Unidos, hay 30 adolcsccntes es¬
definitivo. perando en d corredor de U muerte, Tre* pftsaitm
por la silla eléctrica» en lo4 Estados donde la pena
Hoy tn día, ¿se forma de manera distinta a los psi¬ de muerte no ha sido «bolida. Jóvenes que cometle-
quiatras? ron crímenes de sangre.
Fran�olse Dolto; Cuando pienso en lo que re¬
No se les puede obligar a hacer un análisis. presenta la pena de cátcel a perpetuidad para un
Ved todos esos lugares de vida que han sido todos lu¬ joven� me pregunto si no es algo peor que la muerte,
gares de pederastía, con los mejoren psiquiatras paidMi- Nada más sádico que sabeir que morirá en la pri¬
k>8, pederastas, Al mismo tiempo tienen esclavos (quiero sión, En lo« Estados Unidos� no hay reducción de
decir, tos educadores) que les permiten comprender este la pena.
mundo de niños. Y son asimismo frágiles, pues son los

98 99
Bn los países de! tercer mundQ, los nlño« son a dplina ferviente que es la tendencia homo�xual inoonfc-
veces encarceladc» en las stctdotiea de prisioneros po¬ sada. A los diecinueve años, si están de acuerdo con el
líticos, «Kuiiados de complicidad. comportamiento de los homosexuales que hacen ostenta*
Fran�Ue Dolto: Eso ea penallurl» en nombre d ó n pública de su tendencia, basculan definitivamente de
de un oscuro concepto de «responsabilidad colectiva», su lado. Pero si no están de acuerdo con su superego de
o tomarlos como rehenes. antaño, con relación a U homosexualidad, entonces entran
en una neurosis de rechazo de b sociedad, de rechazo in-
duso de los resultados culturales que habían adquirido.
No han recibido educación moral: b educación laica ya
no la incluye entre sus materias a dispensar. ¿Quién se En las familias de hijo único, o cuando tos hifos son
habrá encargado de enseñarles U ítdposibilidad del acto das pero están separados po r muchos años, lo que equivo'
sexual cuando el otro no está de acuerdo? Si a los nifios le a dos hifos únicos, ¿no provocan hs conflicios con e!
se les previniera que no deben dejarse someter... padre y con ta madre trastornos en ia pareja?
Se ha utilizado la represión en lugar de la educación,
que es una ayuda para honrarse a uno mismo y honrar al Con mucha frecuencia d i o da lugar a la di£kx:ación de
otro. Ko se enseña a los niños que es bueno hacer el amor, ta pareja que no se había roto antes. Si el adolescente� al
que es de este acto sensato que ellos han nacido, de un contemplar a sus padres, descubre además un conflicto en
abrazo fecundo. la pareja, el problema repercute en él y agrava aún más
La educación significa educación en el amor, «en el res¬ su propia neurosis. Es un círculo vicioso. Parece que d
peto al otro, en el respeto a uno mi$rna>j. El sentido de la adolescente, sobre todo si es único o está un poco protegi¬
relación de los dos sujetos que se encuentran en el Deseo, do, un poco incrustado en su hogar, avivará la división.
Se hace ingerir a los niños conocimientos sin lener las En ese momento todo se enconará en detrimento a la vez
experiencias que han permitido que este saber forme parte de los padres y de él mismo.., Al mismo tiempo que es uti
del patrimonio cultural. pequeño actor del drama� es también la vfctiim.
Es un desplazamiento de la crisis edipiana en este mo�
Ha sido usted tistigo de cierta evolución de los conoci¬ mentó en que todos son adultos. El niño, que no había
mientos y de las observaciones clmicas sobre tos trústor- integrado la prohibición dd incesto, es presa de un amor
rtos del comportamiento de ios fidoUscentes. Si, después inoendiano que interpreta con su padre frente a la madre
de los diez añost hs nifios no han adquirido su aulono y la hermana. La agresividad que tiene contra el padre 5«
mía, esta situúciórt bloqueada provocará o favorecerá la calma en una agresividad de golpes y heridas y no en una
aparición de ciertos trastornos. ¿Cuáles son hs signos de agresividad genttaL sexual; trata de hacer de su padre su
perturbación, a pa rti r del rrtomento en que ¡os niños no objeto cómplice, o de ser el objeto del padre. Pero es una
asunten su autonomía? regresión a la animosidad cuerpo a cuerpo contra el padre
o contra los hermanos. Se convierte en d verdugo de la
En el momento de la pubertad� recaen en el nivel en familia. Actuairocnte existen numerosos padres que son vic¬
que se hallaban entrando en fase de latcncia, sin haber timas de los niflos'�verdugos de padres..,
resuelto d complejo de Edipo, es decir que� con el impul¬
so puberiarío. vuelven a sufrir fijación en la madre o la
hermana, y hostilidad frente al padre, además de una bús¬ Pftdm maJirat«doa
queda Inconsciente de dependencia homosexual, de depen¬
dencia de alguien que pueda desempeñar el papel de padre. He recibido llamadas de padres que tienen miedo de ta
A veces establecen esta relación cqh uo edufüador. En lugar violencia de sus hijos adolescentes. Cuadro de la familia:
de desarrollar su autonomía, se fijan en una actitud de dis- b madre que es insultada sin descanso, y el padre que no

100 101
abre la boca. O bien, los hijos que Le retuercen el bra�o a no te das cuenta.�> £1 chico debía saber perfectamcme que
la madre, el padre que mira la televLsiÓTi ajeno al�hecho* estaba en erección al hacer aquello. Era como en un sueño.
y b madre que yga no sabe qué decirles. Creo que la mujer supo poner un limite de este modo,
Hay hijos que roban a sus madrea, e hijas que roban a mientras que, al culpabitizarle, le inhibía cada vez más, y
5US padres, Bs terrible lo que sucede cuando los padres se oon ello enfrentaba al chico con su madre.
encuentran en ese estado de tensión permanente oon hijos El deporte del lanzamiento puede ayudar a un adoles¬
que ban pasado La pubertad, Es tarde para reaccionar. Una cente que sufre del fantasma del cuchillo. Citemos el tem¬
mujer, que vive sola con su hijo, me telefoneó, angustia¬ plo de un muchacho de quince años que blandía continua¬
da: «Estoy muy inquieta por el comportamiento de mi hijo, mente, en el interior de La casa, armas blancas fabricadas
que no ba�it otra cosa que jugar con cuchillos, y que llega, por éh Su madre le dijo' «Escucha, ten cuidado con nues¬
con el poco dinero que tiene, porque yo no soy rica, a com¬ tro perro, puede resultar herido, o conmigo, que puedo
prarse navajas muy peligrosas. Y tengo miedo porque me pasar por aUí en ese momento� o oon los demás; ten mucho
amenaz�i como si no se diera cuenta de lo que hace, Y cuidado: debes buscarte un lugar en el jardín, como un
también tengo miedo por ét; emplea palabras tomadas de lugar de tiro, con un blanco.» Y a partir de aquel momen¬
las películas de violencia, como si fuera la realidad. ¿Cree to todo perdió su crispación y el joven comenzó a practi¬
usted que algunas escenas del cine pueden incitarle un día car el lanzamiento. Su padre le traía de sus viajes imita¬
a agredirme o a agredir a una persona que venga a verle?» ciones de cuchillos antiguos, pero que no servían para lan¬
Le respondí: (c¿Y usted qué hace?í> «No le permito que lo zar. Él chico vio que el cuchillo podía ser un objeto en si
haga y trato de hacer que me escuche.)* Le dije: «¡liso no mismo, que enseAa oo«as histórícas o sobre la artesanía
es muy Inteligente» que digamos!» «Está fuera de sí y yo de antaño. [>e un lado hay el cuchillo que se contempla,
estoy muy Inquieta; tengo miedo por mí vida, porque lanza que se mete en una vitrina, que se colecciona, y, del otro.
unas extraídas miradas cuando hace eso.» Bra un fantas¬ el cuchillo de )an7.ar, que es un arma deportiva. Se consi¬
ma erótk» de hijo sin padre. Con toda seguridad tenia erec¬ guió así derivar, y luego sublimar, aquel fantasma
ciones al mismo tiempo. Su madre no Le había comprendi¬
do. Finalmente, ella le dijo lo que yo ie había aconsejado: El terrorismo verbal está de moda. Aígunos adoíescen-
«Si te doy la lata para que no juegues con los cuchillos, es ies que se consideran «a/ torou impiden hablar a sus pa¬
porque me inquieta ver que haces gestos que no pareces dres- ffCállatei}, tíNo te escuchoff, ttNo tienes nada que decir,
controlar y que pueden ser dañinos para tu cuerpo o para no dices maj que lontenastf. Actualmente, entre los esco-
el cuerpo de alguien» El mío, por cjemploi el otro día me ¡ares, eiisíe la moda de hablar asi a los padres. En el bien
heriste (en efecto, La había herido) y eso ni siquiera te im¬ eniendido, claro, de que los hay que lo hacen de una ma-
portó porque estabas enfrascado en tu juego. Por suerte, «era pervcr-s«. Perí> ía mayoría lo hace sólo para darse
no fue grave. Pero me preocupa verte tan enfrascado en pisto con los compañeros. Provocan sin verdadero conflic¬
un juego batiendo cosas que pueden ser perjudiciales. to. Cuando no se dispone de suficieníes medios dialécticos
Estoy segura de que me quieres, pero estarás bien arre¬ para responder a ttn adulto que st h s tiene, es la tttefor
glado sí realmente me haces daño, o te lo haces a tl.i� Más manera de cerrarle la boca, de impedirle hablar* ponen mú¬
tarde, la mujer me contó: «Le dije lo que usted me indío6> sica o dicen cfaro y directo- «Collate, o te atizo�»
y eso le detuve instantáneamente. Es mibgroso. No le he
retirado ni un cuchillo; le dejo solo en casa� cuando hasta Eso sólo puede ser una moda, pero, no obstante, es sig-
ahora no me atrevía, porque a la vuelta siempre le encon¬ niñcativo, porque se trata de cierta respuesta, en una época
traba haciendo cosas peligrosas con los cuchillos. Todo ha dada. No es tan sorprendente sí tenemos en cuenta que el
terminado, y ha vuelto a ser el niño que era antes, muy niño, desde la edad de cuatro o cinco años» ha sido excesi¬
amable.» vamente colocado en el «¡entro de la familia nuclear (de
Creo que le produjo la castración al decirle: «Pero tú hijo único).
102 103
Formar paicoanaJlstas de niños biaba asi. Es diferente del lapsus, que es otro nivel de pa¬
labra, Es lo que se llama un acto fallido, y un acto logra¬
Quienes desean convertirse en psicoínaJistas de nífios do por el inconsciente.
creen con frecuencia que esc es más fácil que ocuparse de
los adulicvs. En realidad es mucho más difícil, porque se El lapsus freudiano,.,
tiende a oír lo que se quiere oír y no lo que la gente dice.
Yo invito a. los niños � ir a una plazoleta o a un jardín Es un acto fatiído verbal o un acio fallido gestual. Ni
público, un día de fiesta» y una vez allí les digo: <fQuicro el adulto ni siquiera el psicoanalista están exentos de él.
que llenéis un cuaderno. Iréis a sentaros a un rincón, y En tjn congreso de criminología, ct presidente de la Socie¬
fingiréis leer un libro, escuchando todo Jo que dicen los dad de Psicoanálisis se instaló en la tribuna y dijo: «De¬
chiquillos entre sí, y lo que las madres les dicen a los claro levantada la sesión�), cuando en realidad ésta empe-
niñosp lo que ocurre en los grupos donde hay mujeres y zaba» en lugar de decir: «Declaro abierta ta sesión,u En¬
pequemos» lo que pasa en los bancos, etcétera, IjO anotáis tonces se explico: «Esto no me asombra� porque me
todo, para que pueda ver lo que sois capaces de observar» pregunto qué pinta la criminología en un congreso en que
pero no de observar sólo con los ojos... lwOS que miran, in¬ se habla no de los actos, sino de los deseos que no se con¬
terpretan lo que ven. Escuchad las palabras que dicen los vierten en acto.» Cierto que era el primer congreso de psi¬
niños, exactamente* sin corregir lo que querríais haber oído, coanalistas sobre el tema de la criminología, y era el co¬
La$ formas gramaticales erróneas, sean las que sean; mienzo de la época en que los psicoanalistas se interesa¬
indicáis palabra por palabra lo que los niños hablan entre ron por los asesinatos, los comportamientos criminales.
si cuando juegan en el banco de al lado, lo que dicen los Antes nos enfrentábamos con Ja enfermedad, con las his¬
adultos cuando ven divenit�e a sus hijos, y lo que las ma¬ terias, no con los asesinatos y los actos criminales.
dres les dicen a sus bebé5.�>
Hay que escuchar con talante analítico lo que la gente El acto fallidor es acaso una regrésián mediante el
dice, palabra por palabra. Sí por ejemplo, un niño os dice: lenguaje?
(íMi mamá hacer tal cosati, lo que hay que oír y anotar es
«rni mamá hacer tal cosao, y no «ívoy a hacer lal oosa para No, es decir otra cosa más cierta, que uno oculta... El
mi mamáj�; es: ííyo que soy mitad mamá, mitad yo». En el
significante de una verdad subjetiva. Aquel Primer Con¬
hacer infinitivo, no hay ningún «yo». Está, pues, íuera dei
greso de Criminología fue el escenario de un drama pasio¬
tiempo y fuera del espacio de cada uno, ya que es «fusio- nal: un oyente quiso matar a su rival amoroso y te hirió
na�� Y éste es el lenguaje que hay que haber escuchado gravemente. Tuve a ese hombre en análisis veinte años des¬
para comprender dónde se encuentra el niño en este caso: pués. Como el otro no había muerto» y su a g r e s o r era de
en su deseo. He escogido este eiempIo> pero siempre hay buena familia, se le consideró loco y recibió tratamiento
aparentemente una falta de sintaxis; la gente escribe de de diferentes psiquiatras, pero no conseguia salir del ato¬
otro modo. Una palabra es una frase entera para un nifto, lladero después de años de internamiemo. Yo termine su
pero no sabemos cuál. Así pues� es necesarío descifrarla, análisis, que era muy difícil porque ét había jugado con
tanto mediante su comportamiento como por las frases que su falsa irresponsabilidad. Su acto era enteramente preme¬
le siguen. Hay que escuchar. Un psicoanalista debe saber ditado, pero se lo hizo pasar por el acto de un loco, y siem¬
escuchar lo que se dice. Es por esto que capta los lapsus. pre es malo que la sociedad avale algo perverso, A fin de
Escucha a alguien que habla muy bien el francés, y que cuentas, querer matar a su rival es un acto del que tenía
comete de repente una enorme falta de idioma, que no es
que ser responsable. Pero como se le hizo irrcsfionsable,
un simple lapsus, sino algo extraordinariamente importan¬ como se le rehabilitó, se falseó el resto de su vida. Aquel
te, porque ha descendido de nivel en su historia vivida y hombre tenía veinte años, era extranjero en Paris, poseía
aborda inconscientemente algo de aquella época en que ba- un pasaporte de un país del Este y pertenecía a una fami-
104 105
Ita encopetada Para capar el escándalo, se le hizo pas�r
por irresponsable, y te visitaban psiquiatras y psicoanalis¬
tas. Antes de pasar a la acción, había tenido peleas a
puñetazos con su rival, que estaba enamorado de la misma
mujer que él, y le perseguía con pabbras y por teléfono,
hacieiidoLe escenas. Se sentía tan culpable de semejante
comportamiento que fue necesario que intentara cometer C a p ít u lo lO
un verdadero crimen para lograr que te �onetieran dentn>i>.
Pero aquE también» haciéndote pa&ar por <(Loco» Le salva¬ LOS SUICIDIOS DE ADOLESCENTES:
ron de cinco años de prisión: cumplió sólo dos, y aun con UNA EPIDEMIA OCULTADA
las consideraciones debidas a su rango sociaL� Es muy in-
teresante comprobar cómo la intervención de la sociedad
El expediente negro: de £iiropa al Japón
puede pervertir a alguien que hasta aquel momento era un
violento que no tenia bastante freno para sus impulsos.
Sabía perfectamente que no era en absoluto irresponsable. Comparaciones internacionales
Se convirtió en un perverso interiormente.
Bt problema de ias estadísticas
Las comparaciones internacionales son difíciles de rea¬
lizar por las disparidades de equipamiento hospitalario y
de modalidad de confección de 3as estadísticas sanitarias.
Un estudio llevado a cabo por la Agencia de la Salud
Mental de la OMS (8)' iftfonra al respecto sobre Jas innu¬
merables diferencias metodologías en el establecimiento
de las estadísticas oficiales de 24 países.
Por ello hay que considerar las estadísticas con reser¬
vas* tanto más cuanto que ías tasas internacionales se dan
por seríes de diez años (3).
Sin embargo, según la OMS (7) podemos fiamos de
ellas para el análisis de las tendencias� ya que* pese a sus
errores, siguen siendo válidas a este efecto-
Sólo nos ocuparemos de tas cifras referentes a los sui¬
cidios, pues la tasa real de tentativas de suicidio entre los
adolescentes sigue siendo tema de mucha controversia: las
relaciones que podemos establecer entre el número de
muertes y el número de tentativas de suicidio son aún bas¬
tante inseguras (5).
Las cifras
Sea cual sea el pais, La proporción de suicidios entre
los muchachos es siempre superior a la de las chicas.

1. Lab ciCns catre pai'�le&ii »Aiilfin A Ib ífp lo* anrwJS.

106 107
Las tasas más fuertes se encuentran en la Etiropa ceti� ddío y la Federación Internacional de los Servicios de So¬
tral o contincntaK corro por Teléfono actúan en ese sentido.
Así pues, !U:gún las estadísticas, los países de tasas más En algunos países, la prevención se efectúa sobre todo
elevadas 5on: Suiza, Austria, la RFA (Berlín occidental a nivel de la ayuda social y moral a los deprimidos (ejem¬
tiene el índice más elevado del mundo)* Hungría, Japón, plo: Inglaterra); en otros casos, hay una estrecha coordi¬
Checoslovaquiap Dinamarca, Finlandia y Suecisr nación entre los diversos medios de prevención (qcmplo:
Los países de coeficientes más bajos son: Italia� Países Austria).
Bajos, Reino Unido, Israel España y Noruega [cabe seña¬ Algunos paises» finalmente, multiplican los centros de
lar en este sencido una proporción relativa Otente escasa de prevención (ejemplo: EE.UU�) (6),
suicidios en Noruega con relación a los demás países es-
candinavos).
Más allá de las disparidades ínicrnacion�]cs< la mayor E s t u d i o üb algunos países
parte de las naciones deploran unánimemente La íuette pro¬
gresión del suicidio de b s jóvenes. Inglaterra
Contemplando la evolución de las cifras según el país,
cabe señalar un aumento general del suicidio íemenino así Según la doctrina de la Iglesia Anglicana, Inglaterra fue
como un aumento general y desigual del suicidio masculi¬ durante mucho tiempo hostil al suicidio (en 1�23, el cuer¬
no, sobre todo acentuado en Austria y Suiza, y mínimo en po de un suicida nombrado Griffiths fue arrastrado por
ei Reino Unido y Países Bajos. las calles de Londres y enterrado en una encrucijada de
La evolución no coincide con el desarrollo de la crisis caminos). Hoy» el suicidio ya no es considerado un crimen.
económica (por ejemplo, Sui�a o la Gran Bretaf�a). A la luz de las comparaciones imemacionalees de las
£n conjunto» el número de países en el que é\ suicidio tasas de suicidio de los jóvenes, uno se queda sorprendido
de los jóvenes aumenta es netamente más elevado que de ver que Inglaterra forma parte de los países en que
el de los países en que desciende o es estable- dicha tasa es más baja, y que la evolución de dicho índice
(aunque aumenta) no adquiere proporciones alarmantes
Las prevenciones como en otros países.
Para el doctor Baert y el doctor Saínsbury (7), la dife¬
La idea de un centro comunitario que se ocupe de los rencia entre el porcentaje de suicidios en Inglaterra y la
problemas del suicidio se remonta a 1906� cuando se abrie¬ mayor parte de los demás países europeos podría expli¬
ron dos centros en el mundo (uno en Nueva York y otro carse por:
en Inglaterra). Fundados por el Ejército de Salvación, sus — la relativa dificultad de procurarse venenos mor¬
fines eran más ayudar a las personas que habían hecho tales,
una tentativa de suicidio que intervenir en el acto en sí. � el me|oramiento de las prestaciones sanitarias y so¬
El departamento aantisuicidio» del Ejército de Salvación ciales,
aún existe, pero la mayor parte de sus acciones han sido — la evolución económica.
recogidas por otras organizaciones. Hay que señalar asimismo que el desarrollo de los ser¬
El primer centro de prevención del suicidio fue creado vidos de ayuda mutua telefónica de los Samaritanos ha
en Viena después de la segunda guerra mundial (1948), oolncídido con la disminución de la proporción de suici¬
El segundo, el de Los Angctcs> comenzó a funcionar en dios en este país (9. 11), aun cuando no se pueda probar
19S9, El de Bruselas se creó en 1970. científicamente su acción sobre estos indices (10).
Hoy los países industrializados tienden cada vez más En efecto, creada por el reverendo Chad Varah en Lon¬
a poseer organizaciones de lucha contra el suicidio. dres, en 1953, en tomo de la idea de una relación amisto»
La Asociación Internacional para la Prevención del Sui- sa con las personas en peligro, la Organización de los Sa-

108 109
maritanos es una de las príncipale» organizaciones para La /jíflj Truk
prevención del suicidio. Muy activa, ha abierto centros en
numerosos pftiscs. Un crecimiento alarmante del número de suicidios de
adolescentes entre los jóvenes de quince a veinticuatro
Japón años: 2,5% en 1984, Fue se/laiado en este grupo de islas
de la Micronesia (cuatro veces la tasa de Estados Unidos).
Desde 1965 a 1975* el número de suicidios de menores Según ios antropólogos que han estudiado este caso,
de catorce años se ha doblado en Japón (de 46 al año. ypa de las razones sería la occidentalización de la cultura
a 95). oacional que provoca cambios en la estructura de la fami¬
En el caso de ios menores de veinte ajÍ05> ta cifra de lia y los valores tradicionaies.
suicidios ha Fluctuado durante mucho tiempra en tomo de Varias similitudes culturales con et Japón explicarían
Jos setecientos casos anuales, pero a partir de 1977 comen¬ también este hecho: de un lado el suicidio está considera¬
zó a aumentar de una manera alarmante <919 casos en do como aceptable, incluso honorabler por otn> lado, los
1979). A partir dt 1980» ta tendencia ha disminuido nue¬ adolescentes no están habituados a expresar su agresivi¬
vamente (678 ca5os en 1980). dad ant« su familia, y esto podria ser para ellos un medio
¿Cómo explimr estos índices tan importantes de suici- radica) de clarificar sus relaciones.
dios de adolescentes en Japón? (el doble que en £stados
Unidos).
La causa más importante es sin duda la angustia de En Estados Unidos
estos adolescentes ante ios fracasos escolares. En efecto.
la sociedad japonesa sufre fuertes tensiones por la compe¬ La actitud norteamericana hacia el suicidio
tí tivi dad. La dependencia emocional que ata al muchacho
Según la ley norteamericana, el suicidio jamás ha sido
japonés a su ambiente familiar, y sobre todo a su madre, un crimen en Estados Unidos.
le hace muy vulnerable a esta exigencia. No podrá perdo¬ Las tentativas de suicidio son consideradas delito sola¬
narse haberla decepcionado; el fracaso se siente entonces mente en nueve Estados (Alabama. Kentucky, New Jersey,
como una culpa irremediable. Carolina del Norte y del Sur, Dakota del Norte y del Sur,
Estos suicidios pueden así explicarse con relación a la Oklahoma y Washington), pero los que lo cometen jamás
tradición del país: la vieja glorificación de la muerte con son perseguidos.
honor puede ser en parte responsable de este índice exce¬
Igualmente, los Estados persiguen raras veces a las per¬
sivo. Encontramos aquí virtudes tradicionales (salvar la sonas que ayudan a otras a suicidarse, bien que existen
cara, pero asumir la culpa) que las prácticas educativas leyes que tipifican eso como un acto criminal (13).
hacen siempre actuales. No obstante, el peso de las actitudes morales y religio¬
La agresividad de los jóvenes japoneses* por su educa¬ sas (2S) frente al suicidio hace que este siga siendo un
ción, encuentra poca apertura al exterior; así pues, debe tema tabú para muchos norteamericanos.
retenerse y quizá volverse contra el sujeto en forma de sen¬
timiento de ansiedad y responsabilidad (16).
En 1978� un simposio internacional consagrado a la pre¬ C i f r a s y estadísticas
vención del suicidio dio origen a una Asociación Japonesa
para la Prevención del Suicidio (JASP). El objetivo de esta Segunda causa de muerte entre los adolescentes (des¬
asociación es en particular interesar al público en la per¬ pués de los accidentes)� el suicidio de jóvenes estadouni¬
cepción de tos sigrkos de angustia y promover la oomuni* denses representa un fenómeno bastante reciente que no
cación con los posibles suicidas con vistas a mejorar la ha cesado de adquirir amplitud en el curso de los últimos
idea que se forman de sí misn�os. veinte aílos.
lio lli
Según (fstaci is ticas» el número de suicidios entre los bios en la calidad de ía vida familiar: creciente número de
jóvenes de quince a veinticuatro aftos se ha doblado en divorcios (el 72 % de tos suicidios se producen entre niños
veinte años. cuyos padres están divorciados o separados) y movilidad
En 1985, más de seis mil adolescentes se suicidaron fr�uente de las familias (más del 75% de casos corres¬
en Estados Unidos, lo que corresponde a aproximada men¬ ponden a jóvenes desarraigados); a fenómenos sociales: uti¬
te diecisiete suicidios cada día, si consideramos s61o los lización de drogas y de alcohol (la tercera parte de las víc-
suicidios conseguidos y registrados como tales. timas corresponden a intoxicados), presión del fracaso es¬
Según los expertos, por cada suicidio declarado como colar (la mayor parte de los casos han sufrido decepciones
tal, habría dos o tres suicidios más informados como acci¬ o fracasos escolares); angustia ante el futuro: miedo de una
dentes por la familia; y por cada suicidio logrado� aproxi¬ guerra nuclear (31)»
madamente unas cien tentativas de suicidio, lo que que¬ Hay otros factores que pueden entrar en juego: la muer¬
rría decir que diariamente más de mil jóvenes cometen un te o el suicidio de un padre o de un amigo, la explotación
intento de suicidio en dicho país, del suicidio por los media (2S), el carácte�r ccromántico» atri¬
Según Robert Presley» senador por California, un ado¬ buido al acto por los adolescentes (6), un trauma durante
lescente de cada diez efectúa una tentativa de suicidio, y el nacimiento (22, 291...
uno de cada dos ha considerado ya la posibilidad de suici- Según los estudios del psicólogo y ta ortólogo Edwin
darse durante su escolaridad- Shneidman, fundador de la Asociación Americana de Suí-
Contemplando más de cerca estas alarmantes cifras, nos cidología, el 80 % de los futuros suicidas dan a conocer a
damos cuenta de que, aunque hay tres veces más tentati¬ su entorno, a través de diferentes rodeos, su intención de
vas de suicidio entre las chicas, los muchachos tienen matarse (16).
tféxito» cuatro veces más; así es como los suicidios de jó¬
venes de rata blanca representan los dos tercios de suici¬
dios de adolescentes en Estados Unidos> Ejemplos de casos
El medio sociocultural no parece ser un criterio signifi¬
cativo, y, como dice Alfred Del Bello, copresidente del Co¬ Desde hace algunos a nos, la prensa y la literatura nor-
mité Nacional de Prevención del Suicidio Juvenil, es difícil teajnericanas se han ocupado de este creciente problema
extraer datos significativos correspondientes a los diferen¬ de los suicidios de adolescentes.
tes casos analizados. L¿>s ejemplos de casos no faltan, por desgracia. Citare¬
Parecería, no obstante, que las regiones que tienen un mos sólo algunos de entre los más significativos.
desarrollo demográfico rápido son las más afectadas por
este problema. Así. Nevada se sitúa en primera posición, — Vivienne Loomis. Sin verdaderas causas aparentes,
seguida de hJuevo México. esta adolescente se ahorcó a los catorce años, en 1973.
A su muerte dejó un diario, poemas, cartas que evi¬
denciaban sus angustias y sus dincultades con ía vida.
Las causas Un psiquiatra que leyó sus escritos se sorprendió de
ver cuán bien reflejaban los problemas de los adolescen¬
Las razones de los suicidios en los jóvenes norteameri¬ tes, y, a partir de ellos, con la ayuda de sus padres y uno
canos son difíciles de determinar, y variadas según los de sus profesores, escribió un libro que esclarecía el tema
casos. tl5k
En función de los estudios que se han realizado (véase
las obras de la bibliografía>4 se desprende que actualmen¬ — Craig Badioli y Joan Fox. Estos dos adolescentes se
te los adolescentes norteamericanos sufren a menudo de suiddarorL en 1969 para protestar contra la guerra del Viet¬
una falta de seguridad y de identidad debido a los cam- nam (2).

112 113
� Danny HoUey. Un muchacho de trece aflos que se — La creación de centros de prevención:
ahorcó para aliviar a sus padres, que tenían problemas eco¬ Más de doscientos centros se han creado en los Esta¬
nómicos por coina boca más que alimentar» (36). dos Unidos, Éstos llevan diferentes nombres: Nacional
Save-A Life League, Suicide Prevention Center, Suicide and
— Erving Lee Pulling. Un adolescente de dieciséis anos Crisis Center, Helpline,,., pero sus objetivos son idénticos:
que se suicidó después de una maldición lanzada sobre él ofrecer una ayuda puntual e inmediata a las personas en
con ocasión de un juego de simulación llamado Dungeons peligro (llamadas telefónicas noche y día).
& Dragons (Mazmorras Si Dragones). Estos centros están bajo la coordinación de la Asocia¬
Su madre llevó a cabo una investigación y fundó una ción Americana de Suicidologia.
asociación que trata de probar que 51 suicidios de adoles¬
centes han tenido relación con este juego (30). — La creación de centros de investigación sobre el sui¬
cidio:
— Un ejemplo de influencia literaria o cinematograFica- Los Centros para el Control de la Enfermedad analizan
Un libro romántico que relata una historia de amor que los diferentes casos y tratan de encontrar medios para pre¬
termina en suicidio: Oficia/ y caballero, de Steven Smith* venir estas tragedias.
sobre el que se hizo una película, empuja a suicidarse a Igualinente, el Instituto Nacional de la Salud Mental
una pareja de adolescentes que ha visto varias veces la pe¬ ha cfeado un departamento de investigación sobre el sui¬
lícula. cidio.
Otro adolescente se suicida poco después de haber visto
este filme (6). — La creación de programas escolares de prevención.
Destinados tanto a los padres de alumnos» como a los
— Los suicidas <cpor coiitagio)>. profesores y a ios estudiantes, estos programas aportan
Varios casos ilustran este problema frecuente en Esta¬ conejos e.Lnfonnacione$ sobre el problema; cómo reoono-
dos Unidos. oer a una persona con tendencias suicidas, cómo ayudar¬
* Plano; esta comunidad de Texas fue afectada por la, cuáles son las instituciones a las que uno puede diri¬
ocho suicidios de adolescentes en dieciséis meses. girse en este caso...
• Omaha: en menos de dos semanas, cinco adolescen¬
tes de la misma escuela de Ooiaha efectuaron intentos de
suicidio: tres de dios lo consiguieron (23), Lft preveadón: nombrar la muerte
■ Los últimos �pactos de la muerte�K cuatro adolescen¬
tes de Nueva Jersey se suicidan junios en un garaje, expe¬ El número de niflos depresivos que quieren morir es
riencia que provocó otros dos suicidios análogos en una más considerable de lo que se piensa, pues jamás tienen
ciudad del sur de Chicago. ocasión de decirlo. Sólo pueden matiifcstarlo por la negati*
Estas ccepidemias» de suicidios entre los jóvenes susci¬ va a autoestimarse: el sujeto se desprecia, y desprecia a la
tan la pregunta: ¿Es contagioso el suicidio entre los ado- persona que se ocupa de él. puesto que ¿l es despreciable.
lescentcs? Todo permite pensar que si (24, 35). «Soy un asco, soy un mojón, ¿por qué os ocupáis de mí?i>
Los adultos le dicen: «Soy la última de tocias»� «Soy cul*
pable», «¿Qué he hecho? Mi pobre marido, mis pobres
La& m e d i d a s d e prevención hijos; los he destruido». La madre cree que ha destmido a
loa suyos. Pero cuando se ve lo soberbios que son los hijos,
Enfrentadas con este creciente problema de suicidios de se comprueba que no hay tal cosa. Ella tiene esta visión
adolescentes� las autoridades gubernamentales se han visto negativa a través de una melancolia, de un sentimiento de
forzadas a reaccionar. Se han seguido vanos caminos: inferioridad y de destrucción� de autoacusación. Se ccm-

114 IIS
pren<le entonces que tenga necesidad de despreciarse por y de escucha* no se rompe et aislamiento, se está cada vez
kuia causa que remontfl ñ su propia infancia. Cuando más con un moribundo. No es cicrto que el niflo tenga
nació, su madre no esperaba nada de ella. Convertida a siempre necesidad de ser ayudado en lo que siente. Pero
su ve2 en madre, tampoco espera nada de sí misma. Es cuando se dice con palabras* mcluso con palabras de mé-
su manera de salvar a sus hijos, sin que ella lo sepa� En dico, en lugar de ser significado con comportamientos, eso
cuanto al pequeño, su manera de salvar a su madre es des- se vuelve humano. De otro modo, es intolerable, porque
pieciarse: puesto que ella no esperaba nada de él, oo tiene es inhumano,
que sobrevivir, 5r lo hace, es un malvado que causa daño
a mamá. Pero la madre no conuprende nada y se queja de Para un niüo que somatiza f verAa/íja poco, el psico-
él: tí{Ah, este niño, que hace esto y lo otro!>> Ahora bien, drama pued� ser inlcresante, porque en este Cúso el niño
en cuanto al niño, es la madre de antaflo la que él trata juega con $u cuerpo, representa un papel, sale de st
de salvar; la madre de ahora ni siquiera la cornee. Es este mismo,..
lenguaje interior el que hay que entender, pero todo de¬
pende dei psicoterapeuta, y de su manera de abordar al Esto es, por otra parte, lo que hacen los psicoterapcu-
nifto. Y cuando se hace confesar a un niño muy pequeflo tas con el modelado. «Toma un pedazo de pasta; éste es
su deseo de morir, eso lo cambia todo. Puede asf estable¬ tu papá, ésta es tu mamá, éste eres tú. y éste soy yo.» El
cerse el contacto después de algunas sesiones: «Hace ya níflo queda fascinado, hace vivir cosas entre él y los otros-
dos o tres vec£s que nos vemos, y me pregunto si tú no Si veo, por ejemplo, que echa al suelo c! trozo de masa
me estarás diciendo, sin conocer la palabra para decirlo, que le representa a él, le digo: <iTii querrías echarte a algún
que querrías morirte.» Inmediatamente, os mira al Fondo sitio para dejar de existir. Entonces ya no habría más papá
de los ojos» y luego sus labios tiemblan. Yo prosigo en este y mamá, y luego estaría yo. Me has puesto en el lugar en
sentido: «Si quieres seguir viéndome, yo no te impediré que estabas tú. y yo soy eí malo, yo soy al que tendrías
morir» pero estás en una casa en que esto no es pxisibte. que matar..>1 En este momento, es�zan sonrisitas. «No...,
Hay barrotes en las ventanas; no te puedes lanzar.» De eso depende,..» La psicoterapia de niños es todo un arte.
repente, mira hada la ventana. «Ya lo has probado� has No creo en absoluto que se les ayude adormeciendo y no
tenido un accidente en la escalera, y nadie supo que era queriendo nombrar lo que les produce sufrimiento, deján-
porque querías morirte. Pues bien, ahora yo comprendo iloles vivir con ese secreto. iJamást Algún día eso saldrá a
que tú querrías lanzarte..,» Se esboza una ligera sonrisa. la luz de modo dramático. Por el contrario, hay que men¬
Finalmente, ha comprendido. crBueno� no es tan malo que¬ cionar aquello que se reprime.
rer morir; todo el mundo muere. Pero, puesto que estás
vivo y que no puedes conseguirlo, más valdría que crecie¬ Si to que se calla llega a la fase adolescente, debe de
ras. para poder salir de la guardería infantil, Entoncíjs ya str bastante difícil de extirpar�
está, podrás matarte, porque serás libre,..>> Gracias a esta
comprensión del otro, estos nifíos ya no están absoluta¬ Es por eso que hay tantos adolescentes que tienen de
mente solos, ya no se sienten despreciados, Una manera normal y sana ideas de suicidio, y otros que
{Cuántas parejas se rompen porque hay un niño! Los pueden tenerlas de una manera mórbida. Las ideas de sui¬
niflos sufren terriblemente por ello, se sienten culpables. cidio son algo imaginario, y el deseo de llegar verdadera-
Los niños querrían siempre salvar a su madre» y también tnente al suicidio es mórbido. La frontera entre ambos es
B su padre, de manera que se han dejado coger en la tram¬ muy delicada.
pa de la vida, y se dan cuenta luego de que se han equi¬
vocado: entonces se sienten culpables, se sumen en la de¬ Seria quiiá deseable hablar con más franqueza de la
presión� y los deprimidos son violentos cxteriormente o vio¬ fntferte y de su enfoque a los adolescentes que tienen pro¬
lentos contra sí. Si se adopta una psicoterapia de silencio blemas.

116 117
Es la mijerte de todo que se ha sido antes,,. Los La delincueada e» una conducía suicida que com¬
adultos que, como se dice, «evacúan)) la muerte de los bina un rechazo de la realidad con la búsqueda de
otros� no la muestran, y menos aún habJan de ella,.. L& la facilidad y de la provocaciñu. Los pequeños robos
disfrazan, enmascaran la verdad. Cuando ha sucedido un del sábado por la tarde se cometen sin pulsión cri¬
drama, cuando evidentemente el joven buscaba matarse, minal. Pero se pagan caro. La emoción, la tensión
los padres se niegan a creer en otra cosa que en un acd- erótica hacen olvidar por unos instantes el aburri¬
dentc. En realidad, aunque el gesto no estuviera claramente miento o el miedo de vivir. Nada que recuerde el in¬
premeditado� formaba parte del deseo inconsciente de suici¬ sípido calmante prescrito por el pediatra en el trans*
dio en un intento de que el exterior se adapte a la íantasía. curso de la níñct.
Manlne, diectocbo años: rcCuando era adolescen¬
Noestros abuelos hablaban a menudo de niños temera¬ te, consideraba que birlar algo era una especie de ex¬
rios, suicid£is. Hí término htt perdido actuaíidad. ploración de lo desconocido, un medio de superar
detias cosas, de salir un poco de la propia piel» de
Aunque no fueran verdaderos aventureros, ios niños, aflrn]arseH.n
en sus juegos, corrían riesgos. Los padres tenían esta preo-
cupadóoí uno de sus hijos era un poco temerario. Estos
juegos «pTobibidosj> correspondían a una época pretérita. Ya no hay esíructuras.
Ahora, los adoíescentes se enfrentan más bien a una pos¬
tración, incluso aquellos que no se drogan o no caen en la La falta de estructuras es lo propio de la adolescencia;
delinaiencia. Arrastran su vida, terminan con apuros su es sano. No hay estructuras en el feto del primer día. Hay
esoolarídadr pero no tienea ideas precisas sobre su presen¬ que ayudarte; sin ello, moriría. Hay que darle calor, cu¬
cia en la tierra. No están motivados por nada. brirlo, asistirlo. El recién nacido� dejado sobre una mesa
Los padres se quejan: rcNuestro hijo está postrado, no se morirla. Al adolescente la sociedad le deja de lado; no
habla.x) Todo les resbala, y están completamente desampa¬ es nada en relación con lo que era antes. La madre que le
rados; no saben qué hactT, qué decir. Su indiferencia es lo ha dado a luz ya no puede hacer nada por su bebé; está
contrario del amor El odio que podía haber antaJlo, y las demasiado fatigada, debe dormir. La comadrona. La eníer>
escenas que algunos adolescentes les hacen aún a sus pa¬ mera, toman el relevo. Lo mismo sucede con los padres
dres. es una invereión del amor, pero también una fijadón de tos adolescentes: ya no pueden hacer nada, están en
en loe padres, mientras que la actitud que observamos ahora situación de mate como dicen los jugadores de ajedrez. Sin
ya no está en absoluto fijada: los padres no tienen vaJor, y salida.
su propia vida carece ya de valor. Es la pérdida del deseo. Pero es la sociedad que les rodea la que puede actuar.
Los padrinos, madrinas, tíos, tías. La cosa va muy bien
con los adolescentes cuando los que intervienen son per¬
sonas diferentes de los padres.
EL ROBO
A aquellos que no expresan deseoy ¿yio habría que abór-
Hay madres que enseñan a robar a sus hijos, in- dar� de una manera directa o indirecta, la cuestión de la
fonnándoles de que los grajtides almacenes destinan, vida y de la muerte? Quizá se íenfirían mejor comprert-
pof U pérdida provocada por los robo», de un 5 a didos>
un 10% de ia recaudación a pérdidas y ganancias.
Loa jAvene� hurtan� pese a Devar dinero endma. Con- Naturalmente. Algunos jóvenes consiguen expresarlo si
tenUM de poder decir a sus padres; uMira;, no derrt)- el psicólogo les preguntan <c¿Has pensado ya en tnorir?ií Y
cho nil dbaem pw ga�tm; aún me queda.» él dice: «]Pero si no pienso más que en eso!» «¿Y qué te
119
US
lo impide?i> Esta pregui�ta es la claví de todoi (í¿Oué te lo
impide?»» <cEs porque tengo miedo.»» f<Cu¿ntame tu miedo:
¿de qué tienes miedo?» ciBueno. tengo mieüo de lo que hay
después de la muerte.» «¿Y qué te imaginas que podría EL DEVENIR DEL ADOLESCENTE SUICIDA
haber?jr Se it hace hablar de sus fantasmas, ({ue son F�n-
ta�oias de cincj fantasmas de beaterías * de dlahleríasr Se efectuó una Investigación püáteríoii)? a partir
De la misma tnanera que las madres tienen mucho
de 245 observaciones de edolesuntes de edades entre
miedo de decir que no querían a este niño, también tienen
doce y veintidós añas, hospltnlJzaüos por tentativa de
mucho miedo de habEar dei deseo de muerte. Dicen:
■ulddlo en el Servlch> de Psiquiatría de) Niño y del
�tjSobre toáot no hables de eJ]o!�>, si alguien quiere abor¬ Adolescente de la Salpetiiere� entre 1971 y 19M. Este
dar la cuestión. Tienen miedo de que e] simple hecho de
recuento explica la �vedad de las problemáticas ía-
pronunciar la palabra «suicidio» sea como una especie de
incitación. Si e� la madre la fjue habla de ello, hay un cin¬ tnlllares y personales en juego, puestas de maniñes*
cuenta por ciento de posibilidades de que eso sea una inci- lo por el análisis de las características de La pobla¬
tdcjon. Pero no hay peligro si es otra persona ta que se in¬ ción. El estudio del devenir tuvo por objeto ei segui¬
teresa por d niño» alguien exterior en quien d nlfio pueda miento de los tratamientos ambulatorios propue�tos�
�onfiar que no irá a contárselo a sus padres» Es muy im¬ las recidivas� la Inserción socioproFeaionalp las reía-
portante que sepa que la tia� la madrina, observan una ab¬ eioites familiares y el estado psicológico actual. El
soluta discreción. O La abuela. Estos chicos necesitan de una 43 % de los pacientes pudo ser localizado en un lapso
abuela que no vaya a chismorrear. Tienen necesidad de un die tiempo medio de once años y medio. Los resulta�
oído discreto que no Jes eche en cara sus pahbraSj y que dos son preocupantes: solamente un paciente de cada
les haga comprender que les ama y entiende su sufrimien¬ quince ac ha itoruiaU�adop el 31 % son enfermos pái-
to, porque e�tin en una edad de sufrimiento a causa de 1� quJátrlcotS, la mayoría sigue prisionera de una pro�
mutadón. Es como la mariposa que sale de ía crisálida. Esta bletnática adolescente no resuelta que dificulta su
comparación se sostiene en la medida en que el recién naci¬ vida en todos los terrenos. Rara� veces se han segui¬
do ha muerto a algo para renacer a otia cosa El adolescen¬ do los tratamietitos ambulatorios. Existe una corre-
te. también; ha muerto a la infancia. Es como una crisáli¬ ladón estadística entre un devenir real peor deí que
da» no tiene nada que decir a nadie: está en su baf�o, Si se preveía el pronóstico efectuado en ta adolescenciap y
abre una crisálida, no se encuentra más que agua. El ado¬ d abandono del tratamiento propuesto a la salida.
lescente está en e] nivel ceTt), y las palabras ya no tienen d Estos resultados, que aparecen discutidos y compa¬
sentido que tenían ames. Amar no quiere decir nada. «Amar rados en La bibliografía, Incitan a estudiar todos los
es jorobarme, los padres me aman, y me íastidlan» me vigi¬ medios posibles de mantener un vinculo terapéutico
lan, me persiguen.» Amar es desear físicamente� «Es cochi¬ con ei adolescente después de su salida del hospital.
no porque es el culo de Ea chica.H.í> (íV ese tipo quiere metér¬
mela por el culo.El adolescente fija estas imágenes. ííSoj'
un marica... No sirvo para nada-.-» Cuántos adolescentes se {HeiirmFD de la tesii doClúraJ «d medicina
Creen homosexuales, sobre todo sí tienen una pequeña sen- de Vlr£[haíe Gr�üb�uicn.
sibil ¡dad eréctil en medio de la multiiudL cuando están apre¬ ídCctub dr lo» ilúapkal«* di Paría,
tados unos contra otros, y hay un chico de s:u edad o más racuUnd de Mediclnn Laribi�xierc Sainl-LAuIs� 1�87)
joven a su lado. No establectn ninguna diferencia entre ta
erección del pene y el deseo que es una excitación amorosa.
Desgraciadamente, no hay nadie ahí para tranquilizarles,
para abordar tales cuestiones y desculpabiüvarios.

120 121
FiJ�0 y conducta d«: des�a emoción que va a causar a los que le echaran de menos.
En el niño se trata de una conducta de riesgo vinculada a
Según un médico norieamericano� ía tetiración d£Í sui¬ la aventura. En el adolescente, ia cosa se vive como un
cidio en eí adolescente se emparenta con la ftiga- � luto de su infancia, de su manera de ser.
Hay» al mismo tiempo, utui nostalgia de lo que va a
Es una fuga en c\ interior de uno mismo. Ifna fuga abandonar: si llegara a creer que nadie iba a quedar afec¬
fuera de ios iímites comportamieotQ habitual, EL fan¬ tado por su desaparíción, y si en su primera infancia no
tasma del suicidio q& i n st a bl e en ei adolescente. Es ima¬ hubo verdaderamente nadie que marcara el sentido de su
ginario, así pues natural. Lo mórbido c\ deseo de ter¬ vida mediante et amor que le ofreció. entonces puede pasar
minar. al acto al cabo de cierto tiempo de convivir con el fantas¬
En eJ momento en que el íaniasma va a realizarse, es ma del suicidio que no le reporta siquiera el placer de la
como si á t repente d suicida se convirtiera en un asexua¬ nostalgia de la persona que le echaría de menos.
do. con la ü privativa de cu&lquier deseo. Revive algí> del
Qo�esco que éí Ka supuesto que sus padres esperaban de Un niño nacido un accidente de anticoHcepciótij ¿es¬
¿1 cuando nació. No les ocurre a codos los �tsuicida&v que tará predispuesto ül fantasma del suicidio?
realicen este fantasma. Aquellos que llegan al final esta¬
ban convencidos de que estaban de más en su familia. Se Las madres no se atreven a revelarla. Creen que es
dienten casi ciiipables de haber nacido. Sólo lo descubren roaio haber pensado eso. Y no es bueno ni malo, Y si se
en el momento de esc fantasiüa de] suicidio en que se le dice al niño, no socamente no le hace daí�o. sinf> que le
miden con la realización. Ésta encantada {para ellos) a la da una energía eiiraordtnarta. isHiciste bien en nacer; fuis¬
madre que tuvieron y que al comienzo no se sentía feliz te més fuerte que mis deseos de mu e r t e . E s formidable
de vitrles nacer. Creo que es preciso que haya coiusión de el coraje que eso Ee da a un niño. f<Fui más fuerte que
estoá dos elementos para que se produzca la ejecución del mamá, sabia lo que quería. Sabía que mam¿ no qucHa mi
acto autodestnictor. muerte creyendo que no me amaba. Así pues, quiero vivír�
contrariamente a lo que yo decía.)»
(Sería desencadenado ei acto por un sentimiento de He ahE el trabajo de una psicoterapia de niños recha¬
vach? zados: «Puesto que no has muerto (otros lo estarían�, es
que c!>es mucho más fuerte que los demás. Has superado
Sí. Eso se remonta al nacimiento. No hubo, en el mo¬ la angustia de to madre, y das una descendencia a tu
mento del alumbramiento, una persona presente que tu¬ padre, el cual no sabia que la queria.i>
viera una mirada de alegría al verle nacer« pero eso no se Cuando se responsabiliza a un joven que ha desbarata¬
le dl|o. Esti insoríto en ei ombligo de �u alma. do las maniobras que intenUron impedirle vivir, el resul-
Ño es deseado en el momento del suiddio. Es en una lado es un ser de gran forule�,
ausencia de Eoda posibilidad de esperanza� de alegría, de Por lo demás, la vida le ama aunque sus padres le
amor por cuando esto se produce. Entonces, cuando él hayan abandonado- Con fiKuencia, hay una joven o una
crea el fantasma del suicidio� experimenta una especie de mujer qtie-se ocupa de y le quiere. He llegado a decirle
placer de poder sobre sí mismo. Va a jugar con su vida. A a un bebé en su cuna: «Mira, Usa —la enfeitnera— es muy
los quince-dieciséiá afios, se tiene una apmensióo de la desgraciada cuando tú estás enfermo. Por eso» los de la
muerte muy distinta de la de 1o& $icte-ocho años- La muer¬ guardería me han pedido que te cuide. AquJ te quieren por*
te le es familiar al niQo; la encuentra pero no la bu&ca� EL que eres tú y tk> porque eres ut) níflo de ia guardería.»
adolescente se relame con la idea de la muerte y con la «Tu mamá tenía razones para creer que no lem'a e! dere¬
cho de amar a un niño. Y tú sabias que ella necesitaba
t- en anaxo 2, �cLke fu��i de echar un niño aJ mundo.;)
122 123
Aquellos a los que no se Ies habla de Iss maniobras 2ja, a la ignorancia. Con mucha frecuencia, el gesto es de
abortivas que precedieron sin éxito a su nacimiento se con¬ brayfata� de provocación*
vierten en niños depresivos o muy inestables a causa de
su excesiva angustia. No resuhéndoles conveniente su modo de vida, los jó¬
Citaré d caso de una madre que se había hecho admi¬ venes no ven por qué han de preservarse.
nistrar inyecciones para abortar, Bn vano. El embarazo La incitación a pulverizar récords, a hacerse homolo¬
ílegó a su término. Durante su crecimiento, eí niño pre¬ gar marcas está excesivamente mediatizada.
sentó momentos limites en los que no reaccionaba a las Las sociedades occidentales no ofrecen ya como ama¬
enfermedades, a ios ocho, nueve meses, en los momentos fio la posibilidad de alistarse en beneficio del pais, de co¬
decisivos del embarazo. brar por ejercer un oficio peligroso y por el que se era va¬
Melanie Klein ha hablado de la depresión anaclitica lorado. Cualquier conducta heroica no puede ser realieada
del octavo mes, que no se cumple en todos los casos. A más que a titulo individual. Por contra, actualmente* en
los ocho mesest todos los bebés reviven el octavo mes de algunos países musulmanes, existe propaganda en favor del
su vida fetal» con las emociones con las que su madre suicidio de los jóvenes.
les llevaba. Si una madre estuvo muy angustiada al final El patrocinio de empresas comerciales permite encon¬
de su embarazo, el bebé tiene dificultades en el octavo trar un modo de remuneración para el riesgo que se corre.
mes: crisis aguda de rinofaringitis. por ejemplo. Si se Pero la expedición ya no es un billete sólo de ida* pleno
habla con la madre de sus dificultades en el octavo mes, de incógnitas, a los medios de fortuna. El regreso está ase¬
y se le explica lodo al bebé, su depresión desaparece in¬ gurado con toda una cobertura que garantiza la seguridad�
mediatamente. previendo los socorros en caso de fallo, la evacuación sa¬
Los hijos de madres que tuvieron un buen final de etn- nitaria de urgencia, las bengalas de socorro.
barazo. que no temían el paño y cuyo hijo fue deseado y La aventura ya no es una evasión de adolescente sino
esperado, no padecen en absoluto una depresión anacHti- una empresa de joven adulto. En potencia, ello requiere
ca. La angustia antepartum y pospártum de la madre para su organización un nivel de director de empresa. La
jamás es culpable: es muy frecuente en nuestra sociedad expedición patrocinada no responde a la necesidad de con*
donde las madres carecen a menudo de interlocutor, duaa de riesgo en el adolescente� Éste se halla desde ese
momento inclinado a inventar riesgos extremos, a desafiar
¿Hay que buscar esta angustia prenatal en et adoíes- la muerte de otro modo.
cenfé que sufre un no-deseo, incluso por aquello que él Todo cuesta demasiado... Es demasiado sofisticado, de-
sabe hacer con talento, por h que le valoriza? masiado vinculado al dinero� para los adolescentes. Ya no
se trata realmente de la aventura de dos o tres camara¬
Se trata de una repetición de lo que experimentó en un des* que tenia el sabor de lo imprevisto.
momento de su historia. En el filme americano Gente co¬
rriente, dos niños navegan en un velero. Ocurre un nau¬
fragio y el mayor se ahoga. El pequeño se salva. Todo el
trabajo de psicoterapia de recuperación parte deí hecho de
que el pequeño no quería vivir. No tenía el derecho de vivir, ACROBACIAS
Su hermano había muerto* y él no. Y este hermano le pa¬
recía de mucho más valor que él. La escuela del circo ha sacado del apuro a algu¬
nos adolescentes* bnciéndoles asumir riesgos y des¬
Hrt muchos accidentes hay una conducta de riesgOr de cubrir svs límites. No ha habido accidentes.
trompe-la-mort, de persona que sale con bien dt todas las Se preparan al margen de la familia, pero en un
enfermedades. No se traía del accidente debido a la torpe- grupo seudofamllUr, para aceptar los caracteres de

124 125
los otrosp comprometidos en una mísmA situación,
pero donde lo que s« hace interesa a todo el mundo.
Eso estimula ta superación de las resistcDCiaSt d
despertar de ta inteligencia para sentir el peli{�� ta
toierancia hacia ios demás. Hay un Interes focaliza¬
do en un objetivo común. Es también «n estilo de
vida algo estétioor casi tribal� parafamiliar� del que C a p ít u lo li
el sexo no queda cxctuido.
A CADA UNO SU DROGA; FALSOS PARAÍSOS
Y SEUDOGRUPOS
Et enfoque de la muerte
La drc�a y los adolescentes
u¿Qué querrías hacer cuando seas mayor?» Los adoles-
ceníes que responden «médico», ¿forman parte de la gente Ek el mundo
que tiene miedo de ta muerte?
En el último decenio, el uso de drogas por los jóvenes
Se identifican también con un verdugo. Tienen miedo se ha convertido en un problema capital en la mayoría de
de la muerte pero iambi¿n tienen una tendencia sádica. países industrializados.
Combaten un primer deseo de dar la muene salvando a la El fenómeno comenzó en los Estados Unidos en los
gente. Es bastante dialéctico. aflos sesenta, y pronto se extendió a los demás países occi-
En ocasiones es porque son generosos� pero en otros dentale�s.
casos se trata de una Falsa generosidad para oontrarriestar A partir de 1970, el consumo de drogas por los Jóvenes
un sentimiento de agresividad subyaccíite. ha aumentado considerablemente. Entre los países más
afectados encontramos: Suecia, Dinamarca, Australia» Ale¬
¿Puede haber aUruismo a íos quince, dieciséis años? mania, Süi�a, Italia, el Reino Unido y Francia; y reciente¬
mente, España y Portugal.
No sé qué es el aitruismo. Creo que es una manera de Es muy difícil (casi imposible) encontrar cifras repre¬
proyectarse en quienes uno se reconoce. El otro e�tistc para sentativas de la utilización de drogas por tos adolescentes;
uno porque ha hecho un trabajo para proyectarse en cL en efecto, las únicas estadísticas a las que podemos refo
Para que otro nazca en nuestra conciencia, es preciso ha¬ fimos son las de las autoridades policiales (decomisos de
berse planteado primero la cuestión de su muerte. El hecho drogas y requerimientos) o las de.mortalidad por sobrcdo-
de dedr a los quince, dieciséis aAos: «Quiero ser médico»� siíf (las cuales deben ponerse en tela de juicio) <2-7).
expresaria el deseo de dialogar mejor con la muerte y de Por una parte* los países se muestran poco inclinados
defenderse contra una pasión sádica. a comunicar este género de cifras, y, por otra, la compleji¬
dad del problema de la droga no permite conocer el núme¬
ro real de toxicómanos entre los adolescentes. En cfectOj
bay que tomar en consideración varias fases: el uso espo¬
rádico de las drogas, el abuso y la dependencia. En cada
una de estas fases es prácticamente imposible cuantifícar
el número de jóvenes afectados. Es preciso también poder
distinguir las diferentes drogas utilizadas: las llamadas
ffblandas» y las llamadas uduras»..,
126
127
La epidemiología del abuso de drogas es una cicncia 10 de Investigación Social, no hay otro país industrializa¬
que &e halla todavía en sus comienzos, y por consiguiente. do que tenga una proporción semejante de jóvenes que uti-
sólo pueden referirse a algunas tendencias en cuanto a su liian drogas (34).
utilización en los diversos países (S). Al observar sondeos y estadísticas, vemos q u e entre las
La naturaleza intemacionaí de( problema ha incitado a drogas utilizadas (legales o ilegales) por los adolesi�L'nt��s.
los gobiernos de los países interesados, así como a nume¬ el alcohol se sitúa en primera posición� seguida de cerca
rosas organixacicmes e instituciones» a reaccionar ante este por la marihuana, luego por los estimulantes (anfetaminas),
azote (6, 10). la cocaína y finalmente las demás drogas.
Las medidas tomadas buscan tanto prevenir como mi¬ Observamos también un incremento general de los por¬
nimizar los efectos negativos del uso de las drogas. Ame centajes de utilización de las diferentes drogas de 1975 a
todo, informar a los jóvenes objetivamente de los peligros 1980; a partir de esie año, la tendencia parece estabili¬
de las drogaSr introduciendo en los programas escolares zarse e Incluso disminuir por lo que se refiere a algunas
cursos específicos sobre el abuso y las características de drogas�
las diferentes drogas; luego, luchando contra la disponibi¬ Hoy la preocupación es a la baja (especialmente en
lidad de la droga, y finalmente intentando mejorar las con¬ cuanto al uso de la marihuana), pero hay una nueva forma
diciones de vida de los jóvenes (participación en activida¬ de utilización de la cocaína llamada crack que inquieta a
des sanas al margen de la droga). las autoridades (22, 25).
La eficacia de estas medidas, y especialmente la edu¬
cación preventiva, ha sido objeto de grandes polémicas. En Causas y repercusiones dé ¡as drogas
efecto, algunos países tienden a creer que ésta no haría entre los adolescentes
más que acrecentar el problema al hablar demasiado de él
e incitar con ello a los jóvenes a la experimentación; otros La adolescencia ofrece un terreno partícuEanmente abfr
países, por el CDntrarío> son favorables a una educación nado; la ansiedad y la ,> oonodidad física que caracterizan
contra el abuso de las drogas. a esta edad, el aspecto rittial y mágico del empleo de las
En lodo caso, la eficacia o el peligro de estos métodos drogas, la presión social de los gtoipos de adolescentes, la
son especialmente delicados de estimar, ya que no se ha búsqueda de una identidad..�, otros tantos factores que con¬
hecho realmente ninguna evaluación de los programas- tribuyen a incitar al adolescente a experimentar la droga
Paralelamente a estas medidas de prevención, en todos Hay que distinguir, sin embargo, entre los adolescen¬
los países se han creado organismos para cuidar a los jó¬ tes que se drogan por «curiosidad�), y cuya práctica es sólo
venes toKÍo6manos> La filosofk de los centros difiere según episódica, y aquellos que utilizan las drogas de una mane¬
el país y según el centro: algunos preconizan el no-dirigis- ra cotidiana sin poder prescindir de ellas. A éstos, ta uiili*
mo, otros decretan reglas muy estrictas dentro de una pers¬ zación de las drogas puede llevarles —por razones econó¬
pectiva de terapéutica comunitaria. micas U mayoría de veces— a la violencia, el abandono
escolar, la prostitución y la venta de drogas (33),

En l o s Estados Unidos �s tratamientos y las prevenciones

Los htchos y las cifras La sociedad norteamertcana rectjnoce que el problema


de la droga en los adolescentes es algo que le ata fíe sobre-
Durante el último decenio se ha verificado un dramáti¬ nianeran
co incremento del empico de las drogas entre los jóvenes Por desgracia, según los autores del Consumer Report
norteamericanos (17). (5), la política nadonal con respecto a la droga desde ¡960
Tal como subraya Lloyd Johnston, director del Institu- no habría hecho más que empeorar ta situación,

128 129
Se han creado organizaciones de investigación para lu- dou, ellos dicen.* xrEstoy colocado�!, o nEstoy pedon, Pero
char contra esta plaga: Addiction R��arch Foundation aqvd se írata de «■//«. Más entre los chicos que entre las
(1949), Artierican Council an Diu� Education (1977)... chicas, aparece una sensación de fatiga. Se queian de que
A partir de los aflos sesenta se han Fundado centros, su sueño no es bastante reparador. Sufren de astenia, de
tanto «n tas grandes como Us pequeñas ciudades, para apatía.
ayudar a los jóvenes que tifnen problemas con las drogas.
TaJes centros son hoy muy numerosos y muy variados Yo creo que es ps ico somático. Echan los bofes por
según la íonna de ayuda que proponen. nada» se aburrí;». Y el aburrimiento segrega angustia. Re¬
Por otra parte, se han puerro en mstrcha programas ducido a sí mismo, a sus conflictos internos, uno se siente
educación en tas escuelas (los Estados Unidos son el único como vacío, al límite de sus fuerzas. La energiaj la com¬
país en qwe estos cursos comienzan en la escuda prima¬ batividad, sólo se ejercen contra obstáculos ejtteríores. pro¬
ria). Pero la eficacia de tales cursos sobre la droga entre yectos, envites sociales. En conjunto, las muchachas se
los adolescentes está tejos de ser demostrada; algunos tien¬ muestran menos depresivas que ios chicos.
den incluso a afirmar que no hace más que agravar el pro¬
blema (A)» Los investigadores de} ÍNSERM hun observado que el
En 1965, algunas escuelas intentaron adoptar un test uso de hs psicotropos, del alcohol o de la droga, es entre
de decocción del uso de drogas y alcohol por los alumnos. los muchachos mucho más agresivo, se ka orientado hacia
Después de una gran polémica, dicbofi tests fueron aban¬ Hrtd especie de contra-i?7tagen de la virilidad. El informe conr
donados (27). cluye.* tíMuchachos y mtichachus íí acomodan a la imagen
Ijcy cierto es que las autoridades nacionales, federales y social de su sexo; tos chicos se orientan hacia la imagen so¬
cotnunitaiias se balen contra este problema, y ei joven ado¬ cial de la �fítilidad e través de comportamientos ruidosos y
lescente que se drogá en los Bstados Unidos ys no es con¬ agresivos; tas chicas hada la de una feminidad pasiva con¬
siderado como un delincuente sino como una persona en¬ centrada en el cuerpo a (ravés de probtem�ii somáíicos.it Han
ferma que tiene necesidad de ayuda y cuidados, observado actos más delictivos entre los muchachos; y en
las ckicaSt m�nos violencias físicas pero más tríistornos fun-
La drogm que siiavixa lai oostumbrcft ciormles y más consumo de medicamentos psicotrópicos, es
decir sedantes y iranquiÜzanteSt que en hs chicos. De donde
Según urt estudio de una unidad deí Jí�íSERM� sobre llegan a ta conclusíán� acertados o equivocados, que el com-
la salud de ios adolescentes (en Franchl publicado en portami�nio ruidoso y agresivo es más c os a de los mucha-
1993, fí uso no sólo de h s productos pjícofrdprcoí sino choSt y que las chicas son más pasivas.
de ta draga y deí alcohol con frecuencia asociados —cóctel
de urta sinergia leTnible— $e triviaJiza de un modo const- Los muchachos expresan su angustia exteriorizando la
derabie. Citemos ios cifras.' más de un muchacho de cada agresividad, y las chicas la expresan anulando su funcio¬
dos y más de una chica de cada tres o cuatro fuman al namiento fisiológico. Eso es porque no pueden jugar la
menos diez cigarrillos al día� y el S2% de /os muchachos carta de (a verdadera madurez, la madurez, sexual. Es un
adolescentes y eí 21 % de tas chicas cortjumen reguíarmen- comportamiento de los que se hallan Lodavta en fase de
te alcohol latencia.
Se ha observado qu� ¿í uso del tabaco, del alcohol o la
droga suave es toxícom<tnhco. es decir que íífirtí tenden¬ Una minoría de chicas tiene este co�-nportamiento en
cia a consumir dosis fuertes. Dt\ míímo mQÚo qu� los adul¬ tanto que consumidoras de psicotrópicos, pero las otras,
tos dicen.- «Voy a emborracharrue�i� o «Me he entrompa- en sus estudios y sus ocupacionesM parecen más dinámi¬
cas que los chicos. Están más motivadas, más orientadas
t. Instituto Nacianal de la Salud y ]a hacia la acción que hs chicos.

uo 131
Si* pero hacia una acción soci�Jfnentc út�i. Los mucha- del individuo, que es más o menos sensible al alcohol o al
chos son histéricos y c)ttravííriidos> y las chichi: soti hísté- tabaco, que en el campo de los accidentes. Creo que eo-
rícA$H introvertidas, pera eso es precisamente porque no tie¬ mesponde a los jóvenes adoptar una posición sobre el uso
nen salida para su nueva necesidad de autonomía, de ga¬ de las drogan blandas* t�o a los educadores. Se trata tnetios
narse la vida, de lener una vivienda separada de sus de prohibir que de interesarse por lo que arrastra a los
padres� de vivir juntos chicos y chicas. En compensación, jóvenes a tomar la droga. Si no se da a los niños otra cosa
cuando superíín todas estas angustias, lis chicas son más que lo imaginarjo> si no hay ninguna realidad donde pue�
activas que los varones, en el grupo de Ioü que no consu¬ ¿an afirmarse, continuarán viviendo lo imaginario.
men. Pienso que eso se debe a que llevan ventaja a los
chicos en cuanto a maduren �ociaL En general, están más La frontera entre ía droga blanda y \a dura no ej; clant.
adcíantadaj» y pueden trabajar con las demás muchachas Se sabe por experiencia que hay un paso. Pero ¡os íóvenes
en un espíritu de solidaridad. Se podría resumir diciendo se jactart de no frattquearh� de poder detenerse a volun¬
que las muchachas que consumen psicotropos. drogas, lo tad. Los adultos tienen el alcoholismo mundano, beben por
hacen sin perjudicar a] otron y Ja gran mayoría, que «o píacer. Las jóvenes no sóh consumen hierba en tos mo¬
tienen este problema, son más activas que los chicos, los mentos de decepción y fracaso, sino para rt/aniiieíin>, para
cuales marchan bien pero muestran una mayor tendencia distraerse después del trabajo, como los adultos estresa-
a la apatía. Ellos no están al sen/icio de la sociedad� mien¬ dos. De una manera casi rituai los estudiantes se pasan
tras que estas chicas ticnen un ideal. [nclus[> muchachos el porro iticíusi? cuando «todo marchan como dice» erttre
que no son suicidas o toxicómanos son menos dinámi¬ eitos� están contentos de compartir Juntos, como en un pie*
cos í|ne las chicas que� igualmente, van bien. Hasta tal nicj una merienda en la yerba. Es una manera de vivir en
punto que uno se pregunta si� en los años venideros, no grvpot en seudogrupo. Conversación entre un padre y un
va a imponerse cierta dominante femenina en la población hijo- ttEric, fhas vuelto a fumar esta nocheíij uEh, papá,
de las gentes de empresa, de los combativos. tú te bebes tu vinillo, ¿no? Y yo no te pego el rollo. Déja¬
me tramiuilo�fí Los aficionados a los porros responden a
Las ÉStnd{$ti<v� sefiítlart tantbién gtti hay más chicos los padres que se preocupan: «¿Y vosotros�� en vuestras
entre los homosexuales árogadicíos que chicas. íibacioites con tos amigos, en los aniversarios, en los bau¬
tismos...»
Eso no es signiFicativo� habida cuenta de que la homo¬
sexualidad masculina. &e ve más. Las chicas pueden ser ho¬ Tienen la intuición de que el alcohol Intoxica aún más
mosexuales sin que se sepa. Dos adolescentes que salen el organismo. Sin duda aciertan en este punto, pero olvi¬
juntas son una pareja neutra, sin sexualidad determinada. dan las otras consecuencias sociales. Los adolescet�tes que
se orientan hacía la droga blanda tienden a huir refugián¬
£fl h que concierne al uso ¿1�1 hachís y h marihuana� dose en lo imaginario y en la camaradería de las pala¬
circula ahora un rtueva ¿fíícwwo permisivo: ttPenalizar la bras� en lugar de actuar. Hay que decirles que la droga
títílizació» de íoi drogas es una hipocresía social conside¬ les vuelve mucho más pasivos frente a los obstáculos, que
rable. puesto que et EsíadOt al percibir impuestos� protege alimenta su apatía, su indiferencia. Si el alcohol vuelve
et tabaco y el alcahot, y alienta h manía de íos medica- violento, el hachís vuelve a veces violento o a veces pasi¬
meníos, LegaUzff estas drogas en tanto que penaliza la� vo; en todo caso, no proporciona valor, pero que el alco¬
drogas blandas, a diferencia de los países vecinos que la$ hol, si. Prueba de ello es que se da alcohol para que uno
dejan de libre uSO,it acepte ser guillotinado, y se les da a los soldados antes
del combate, lo que demuestra que el latigazo Facilita la
El tabaco y el alcohol pueden hacer más dañ� que la acción.
marihuana t�nto en d plano del sistema nervioso central

\�1 133
Pero tos jóvenes rephcanr uLa sociedad te hace beber Sí, pero de martera ttiás esporádica... Antes de la se¬
púfü enviarte a ta guerm. No queremos morir en e( mata¬ gunda guerra mundial, en las islas del Pacífico las bebi¬
dero. das fermentadas estuvieron siempre racionadas y reserva¬
das a ciertas festividades del año. Por ejemplo, en la Me¬
El tabaquismo y el consumo de abohol no impiden ver¬ lanesia o la Micronesia. Los habitantes de hs atolones
daderamente la creación, la creación del escultor, del mú¬
disponían de bebida sólo en muy pequeñas cantidades, al
sico* del pintor. La droga destruya... El tabaco y el alco¬ tratarse de licores fabricados a partir de la fermentación
hol sostienen la acción mientras que la droga desalienta.
del jago de nuez del coco, y las borracheras tenían un ca¬
El poco deseo que quedaj el desee oculto, el deseo ente¬ rácter ritual. Lo mismo sucedía en África. Antes de que
rrado es todavia más mudo.,.. La droga hace regresar al hs negros conocieran el alcohol de grano de hs blancos,
ffbebé atiborradoj). Fcmmíza a los muchachos y desfemint- sólo disponían del alcohol de fruta� de producción local,
¿a a las chicas. tifucho más limitada. Había. pueSt una especie de raciona¬
miento en esta economía de circuito cerrado, y habían re-
Eí descubrimiento de ias endomorfinas —hormonas del
¿Lamentado su hjo- En Escandinnvia sucede todos ios sá¬
cerebro— hace pensar a ios neurólogos í?we ¡a droga co¬ bados por la noche. En África era seis veces al año. Un
rrespondería a un déficit. Esta explicación, que correspon¬ ritmo diferente, la verdad.
de al campo de h bioquímica, consiste en decir que hay
individuos que� en su singularidad fisiológica, meíabóltcat Hoy. fácilmente se llega a un estado de ebriedad todos
tiEtten una tendencia a segregar menor cantidad de morfi¬ los sábados por la noche. Seria preciso comprender qué
nas de base, morfinas naturates. Como, por este hecho, son simbolismo tiene la avidez de bebida, la necesidad de
propensos a angustiarse más que hs demás, tienen nece¬ droga. Todos los medios artificiales de placer proceden del
sidad de ur; aporte. hecho de que la satisfacción material de las necesidades
se ha visto facilitada por ¡a civilización y la tecnología- La
Ésta es la explicación materialista, bioquímicar No sa¬
gente ya no sabe qué hacer con su deseo; entonces» lo
tisface a la mente. Cierto es que hay sensibilidades indivi- transforma en necesidad de algo repetitivo que le ocupe
duales. Algunos individuos podrán tener, al tomar una sin hacer nada, que le ocupe con representaciones menta¬
droga blanda, reacciones mucho más inmediatas y fuertes les, Los jóvenes trivializan el porro para no tomar alcohol,
que otros. Del mismo modo que hay gentes sensibles a y para no estar con los viejos► Para tener algo suyo. Es un
quienes les afecta un simple dedal de alcohol, hay otros goce generacional Goce pasivo. Pero ¿qué se les impone
que pueden absorber y difundir mucho más rápidamente en sus ocios? La misma finalidad que en sus estudios: la
lo que hayan ingerido. Vemos personas que, con dosis bas¬ competitividad. Ijos deportes, los juegos, están demasiado
tante importantes, absorbidas de una manera rápida, lle¬ itistitucionaluados. No se trata de divertirse; hay que
gan hasta cierto punto a conservar su actitud vigilante, su ganar. E! propio dominio, la proeza individual, el arte íú-
autocontrol, y no tienen accidente alguno,,. dico Sun rápidamente recuperados y explotados por el co¬
Generalmente, la hipersensibilizactón al alcohol se pro¬ mercio para convenirse en shows del gran público. Ya no
duce entre los nacidos de padres alcohólicos, pues han de¬ se concurre por el propio placer, hay que dar espectáculo
bilitado ya el hígado en el útero materno. A los demás. El público exige ha¿añas. Los jóvenes ven
con buenos ojos que el deporte de aficionado desaparezca
¿a expresión de Nathalie Clifford Barney «£/ alcohol en beneficio de los récords profesionales. Los Juegos Olím¬
el antepasado de todos nosotros» se aplica a los habitan¬ picos se convierten en una enorme máquina promocional
tes de tos países occidentales, para las grandes marcas, los atletas se dopan, la deporti-
vidad se pierde. Reacción de los jóvenes: no entramos en
Por todas partes. No hay civilización sin alcohol. este engranaje, no exigimos nada a nadie. Os dejamos vues-
134
ns
tros ritos báquicos y vuestro dopmg. Nosotros nos confor¬ bién de una cuestión de solidaridad, es dedr, que no deben
mamos con nuestros Fumaderos, transmitirlo.
El lenguaje que se debe tener no es de aprobación» pero
tampoco de represión penal o de condena moral. Es el de Suprimir todos los riesgos es debilitador. Ijjs adoles¬
la elección lúcida� con conocimiento de causa: «Os hemos centes vuelven a encontrar el riesgo que la anticoncepción
escuchado. La sociedad da el mal ejemplo o propone otros ha suprimido. Cada uno se enfrenta individualmente con
derivativos. Es derecho vuestro preferir los placeres pasí* los grandes problemas de la sociedad. Corresponde a cada
vos. Pero sabed que llegaréis a la edad adtiha stn haber uno a su propio nivel decirse: «¿De qué sociedad quiero
hecho vuestras experiencias. Lo pagareis con el peligro de formar parte?» Sería necesario casi que cada uno descu¬
vagabundear.» briera su parle de marginalidad y que volviera a encon¬
trar a los demás marginados.
AI tomar hachís, hs Jóvettes in/errump�n incíuso ios Ya no se puede disociar a los jóvenes activos de los
relaciones sexua/es b/en organizadas. Algunos muchachos jóvenes pasi\os, a los ganadores de los perdedores, a los
pueden permanecer uno o dos años sin tomarse la motes- conquistadores de los soñadores, tanto se ha trivializado
tía de buscar unú compañera, sin querer vencír ícmj- el uso de la droga blanda. Los Jóvenes que hacen deporte
dez, replegándose al onanismo. o que, en el ejército, están en unidades Je choque» incluso
los paracaidbtASj toman droga blanda por la noche, des¬
La droga, pues, neutraliza ct camino de b libido hacia pués de ja prueba> después del ejercicio, para «relajarsOK
la creatividad y hacía la procreación. Nosotros no estamos Tai como antes bebían o fumaban.
aquí para ponerles trabas sino para decirtes el resultado
que les aguarda. Es una elección de evolución más que pro¬ Los fumadores de marihuana que son ¡lamados a ser¬
bable, Pocos llegan a salir con bien una vez víctimas de la vir bajo la bandera, ¿romperán con este hábito aí no verse
droga, incluso con drogas blandas, porque han perdido pie ya arrastrados? En absoluto. Se encuentran con suboficia¬
con ta competitividad necesaria para crcarse una situación. les� muy viriles, veteranos de los comandos, que-por la
No tienen experiencias que les permitan defenderse el día noche fuman hachís,
en que encuentren obstáculos en la vida. Un país lleno de
personas incapaces de defenderse y de defender el lugar En prisión, todavía se fuma más- El uso y el contagio
en que viven tan agradablemente está destinado a ser inva¬ social desvalorizan la ley.
dido por seres combativos llegados de otra parte, y a con¬
vertirse en un satélite, una colonia* Incluso los jóvenes militantes del Frente Nacional de
Le Pen fuman hierba; recurren a ella de forma bastante
Es cierto que este debilitamiento ante ta vida, ante corriente.
el obstáculo� ante eí esfuerzo� vuelve muy vulnerable
a toda invasión. Así es como las civilizaciones se des¬ TaJ vez. aquellos que militan en los movimientos de ju¬
truyen. ventud cristiana están exentos de ello, pues poseen la droga
del carismatismo.
No se trata de h�cer moral, pero debemos decir a los Un ideal social es una cierta manera de extravertir sus
jóvenes: fíO estáis entie los que quieren irse a pique o entre pulsiones, y también su energía.
los que dicen: por más difícil que sea, resistiré.»
Para desintQxicarse, es necesario el apoyo de los demás.
Los fóvenes no se sienten afectados por eí SIDA, Hacen
como si no pasara nada. Es sumamente difícil hacerles ad¬ Así como hay Alcohólicos Anónimos, seria preciso que
mitir que el riesgo puede alcanzarles, y que se trata tam- hubiera (�Fumadores de porro AfiónimosíJ,

136 137
¿Podemos sugerir que s t despenalic� el consumo de El adulto; ((Vosotros sois los que la cambiaréis. No es
drogas biattdas? Lí>s americanos sueñan con despenaiizar durmiendo o haciendo planes como obtendréis menos in-
la marihuana, Y los e&pañoieSy también. En Franciú, los jasticia en el mundo.j)
jóvenes se sitúan fuera de Ja ley (d fumar un porro, aun¬
que no vendan ia hierba. Si un joven es detenido con algu¬ Los jóvenes no creen ya {¡ue la sociedad pueda cam¬
nos gramos encima, teóricamente un juez puede inculpar¬ biar por las vías democráticas, A/o se sirven ya de su de¬
lo y condenarle a una pena que se anota en el registro de recho de elector.
antecedentes penales.
PerOí con todo, no tienen un proyecto social Los valo¬
Y se trata, no obstante, de un pequcfío consumidor, no res a los que se aferran los jóvenes —la amistad y el
del traficante. Para tener nonnbre de su proveedor, a amor— no son contradictoríos con el consumo de hachís.
veces se haice presión sobre el joven que ha sido encontra* No sucede lo mismo con la sexualidad. La droga blanda
do con dos o tres gramos» Se le amenaza con abrirle <ain DO. facilita el intercambio sexual; al contrarío, permite pres-
registro de antecedentes�), si no facilita e] nombre del tra- dJidir de él. Ello entrafla una manera de ser negativa (no
ficante. Éste quizá vende también cocaína... Para destruir soportar el dolor, el malestar).
la red de traficantes y no poner a los jóvenes en contacto
con portadores de drogas duras, en los Estados Unidos al¬ Argumento optimista�-
gunos médicos querían que los mercaderes de droga pu¬ No es más que un paso, el humo se disipa al final del
dieran. en libertad* vender marihuana, como se vende ta¬ túneL Pocos se vue/vert tffiipadostí. La vida aporta más,
baco. el cual es qutzá mucho más peligroso.
Esta postura difiere de ia que sustenta, en Francia, Verdad es, por suerte� que un joven que toma droga
Leon Schwartzcnberg, <tuien sugiere distribuir droga o sus¬ blanda regularmente no se oonvierte de repente en un va-
titutos en el ambiente médico, No creo que ésta sea la so¬ gaburvdo. Pero desde que está preso en el engranaje, no
lución. HI uso de drogas blandas no es competencia de los frecuenta más que la compañía de toxicómanos, y. separa¬
legisladores. Despena Ufarla no obliga a ponerla en venta do de los «jóvenes que marchan bien», tiene dificultad en
y promoverla. Lo que ha ocurrido con el aborto debería escapar. Y para recuperar el tiempo perdido... Existen se¬
servir de lección: de la noche a la mañana se ha vuelto guramente grupos de adolescentes que se ayudan mutua¬
legal, mientras que antes estaba sujeto a lo penal. En lugar mente para no caer en la dependencia de una droga. Se
de dt:spenalizarlo� se lo ha legalizado� dedican a la música, a la esÓJada. aj tiro con arco. Tie¬
nen proyectos, viajes... Como no es nada peligroso, no
Los adolescentes no creen en la prohibición y enc�uen- se habla de ello. Los que practican artes marciales no se
ira ti la legislación absurda. drogan.
Cierto que es absurda. (No la prohibición de venta» sino
la de su consumo.) No se prohibe d prostituirse. Lo pro¬
hibido es el reclutamiento, Muchos magistrados no casti- BLANDA PERO NO INOCENTE
garán a un menor sin antecedentes porque ha sido encon¬
trado con algunos gramos encima. Se contentan con ha¬ En el «ConoDurs medical» (febrero de 1987), do»
cerle una exhortación terapéutica. Sin embargo. Ia ley prevé psiquiatras del centro hospitaísrlo de Argentcvil, el
una pena de prisión. doctor Morlui jefe de servicio, y J< Galiiedreau, Inter¬
Yo concibo otro diálogo posible: no de los hdspltakíi publicaron un articulo en el que
El jovenr Vuestra sociedad no me interesa. Ko me deniostraban ta existencia de esquizofrenias vincula*
acoge.» das a un consumo Importante y regular de hachís.

138 139
Una tesis qu« va eo contra de tas Ideas corrienle�s Un pequeño consumo de alcohol nada tiene que ver con
sAbrc ta Inocuidad d« Ia£ drogas blandas. el ctiüsmo que requiere una desincoxicación de seis a siete
$«gún dicho» médicos* tn catorce c a s o s que lian semanas. Al cabo de cierto tiempo, el alcohol se parece a
obtwivado duraDte )os últimos cuatro años, rmin�- una droga dura. La sujeción a b droga dura hay que com¬
no tenia cu su tnlancU o adolescencia aniecedentes
pararla quizá con la dependencia al alcohol que desembo¬
psiquiátricos personales o ffiimiliares por los que pu¬ ca, tarde o temprano, en una cura de desíntoxicación radi¬
dieran ser considerados r�a priori�' como susceptibles cal y dolorosa.
de desarrollar una patolo� de orden esquizofrénico�). El discurso adulto; (fPresta atención, la frontera entre
Ahora bien, el único punto en común entre e:sl09 pa¬ blanda y dura está abierta, hay resbalones... Los provee-
cientes, señalado per ambcs autores, residía en un doi� te meterán en el engranaje>..�>. no produce efecto en
coDsumo muy fuerte de bachSs. Todos ta fumaban los jóvenes. Estas afirmaciones, como dicen los estudian¬
desde hada a] menos siete años a racón de dos veces tes* son moralizadoras. ncomp lelamente falsasiJ,
«I día. «El hachís, es bien sabido� n»la al Eumador* Yo- prefifljno otro más ooncrelo: (íCierto que podrías pres-
provoca detirlosi� oRmia el doctor Mortn. Apoyando* cÍEKÜT de una cura de desíntoxicación. Pero no puedo» decir
se en las tests del primer psiquiair» en haber estu¬ qiiie [H> te inhibe tu voluntad de vivir y ijue no te disuade
diado estos fenómenos, los dos autores hablan de una de actuar� de enfrentarte con tus responsabilidades. Mien�
borrachera cannábiCA. Borracha que, llevada a su tras fuma�, no haces otra cosa. Y luego� ya no tienes ganas
exü-emo por un consumo regutari provoca graves al� de haoer nada más.w El clgarrUlo corriente no provoca esta
leraclones del uautomatismo menial» que regula nues¬ actitud de total indiferencia.
tro psiquismo, Par�i el doctor Morin, las consecuen¬ El tabaquismo no ha impedido jamás a la gente llevar
cias no se bacen esperan deformaciones de la per* una vida social, aunque molesta un poco a los vecinos no
cepdon del mundo, del espacio, de los demás y de fámadores y predispone ai cáncer de pulmón.
si mismo. Los fumadoras pre�ntan entonces trastor¬ El recurso del fumadero colectivo es una recaída en la
nos �aves del proceso del pensamiento* Subsiste el parálisis de los intercambios famiUares, provocada ésta por
buho de que esta tesis («que moleslo», confiesa uno ta educación demasiado proteciora del tipo de la del hijo
de estos médicos) oo es unánimemente acogida en el único. Cada ve� más jóvenes se demoran en el hogar, de�
cuerpo médico. £n una carta de protesta enviada a los sanimados, sin iniciativa ni impulso, y dependen sólo del
dos autores, un psíquEaira de Estrasburgo propone, discurso de «í¿Para qué sirve?», «¿Adónde va el mundo?»*
por su parte, una hipótesis diferentes «SI los caSOs es¬ «Todo está podrido». Con su pobreía de vocabulario, caen
tudiados consumían en exceso hachís, es porque se en un psitacismo somero.
«entfan mal Imerforrncnte: y, por oonslguientí, el desa- £j vocabulario de los que viven en un mundo Imagina¬
TTollo de la psicosis no estaría ligado al consumo del rio no verbal se empobrece cada vex más� La bulimia de
hacMs� sino a la fragilidad psicoló�ca det Individuo,» lo audiovisual mantiene un estado de hipnosis no dinámi-
CO. Así se soporta esta tcperra vidai». Al principio, el niflo
tecurre a la televisión como una extensión de su imagina¬
ción- £s una derivación que conduce a la irresponsabi¬
No es porque fuman porros por lo que los estudiantes lidad.
son drogadictos. Han respondido a la moda del grupo. A í(£s inofensivo —protesta el telemaníaco—. La tisana
la primera ocasión, si se enamoran de una muchacha, TV es menos nociva que todos vuestros medicamentos� que
abandonan la banda; no es lo mismo que el uso de las vuestro alcoholismo mundano.i> Los adolescentes triviali-
drogas duras, que corresponde a una angustia existencia]. ían la droga blanda. 1j utilizan como una afirmación de
Los ponfos son como el cigarrillo. Un cigarrillo de otro dpo, su libertad. «Ya que vuestra sociedad lo defiende... puedo
y que no afecta a las células del cuerpo. prescindir de ello. Equivale a vuestras drogas.i»
140 141
Entre ¡as decíaraciones recogidas de ios estudiantes que
toman reguiaTmente hachís,, hay dos t�stimomos significa¬
tivas sobre ttel mal vividojt de los adolescentes de nuestra
sociedad, sobre la dificultad de ser aceptado: uSin porro,
rne volvería demasiado víoleníot), y: «Soporto mefor los exá¬
menes y el miedo al paro.Jt
Capítulo 12
Desde su más tierna edad, los niños son debilitados por
□na protección y ayudí) excesivas: d bebé no debe llorar� JAQUE AL FRACASO ESCOLAR
y se le admmistra calmanícs para hacerlo dormir; cJ hom¬
bre no está preparado para tolerar la menor Fiebre t> indis¬
posición, Se oculta la muerte, la enfermedad, ia vejez. La La constatación; comparaciones intemaelonales
angustia se cura con medicamentos en lugar de ser trata¬
da medíame la palabra y el intercambio social. El umbraJ Desde hace unos años, a medida que aumentan las
de sensibilidad es muy variable según los individuos, pero tasas de escolarización, la definición de fracaso escolar se
se observa que son los niños más protegidos los que se ha ampliado manifiestamente� pudiéndose aplicar a los ado¬
sienten más inadaptados a la tragedia cotidiana del mundo. lescentes que no siguen estudios ni formación más allá del
Es posible que el p>orro recuerde inconscientemente al ado¬ primer ciclo de enseñanza secundaria, o a aquellos que no
lescente el sedante prescrito por el pediatra en so primera consiguen obtener calificación al nivel del segundo ciclo, o
infancia. también a aquellos que se encuentran en la obligación de
conformarse con una ramificación de poco prestigio...
Usted ha sido recibida en hs institutos y ha respondi¬ De una manera general, en estos últimos veinte años
do a las preguntas de hs alumnos de clases superiores. observamos una evolución en Jos Indices de escolarización
¿Le han interpelado sobre ia droga? de los diferentes países industrializados.
No obstante, no dejamos por ello de constatar que exis*
Uno de ellos reveló su conflicto frente a la tentación de te en estos países cerca de un 10% de jóvenes que fraca¬
la droga, conflicto compartido por cierta parte de la clase. san ü se encuentran marginados antes de haber acabado
«Somos tentados por ta droga, y al mismo tiempo sabe¬ su escolaridad obligatoria. En efecío, un porcentaje nota¬
mos muy bien que es'peligrosa. No pensamos más que en ble de adolescentes no prosige sus esludios más allá de la
eso, y no sabemos qué hacer*» escolaridad obhgatoria, o abandona el sistema uno o dos
Yo les dije: «Podríais hablar de ello con un psicoana¬ años más tarde sin la menor cualificación (6),
lista.,. porque si lo habláis con vuestros padres, se angus- Los adolescentes más afectados por este problema son
Liaráii...)> los de las clases sociales más desfavorecidas o minorías
«Pero un psicoanalista cuesta mucho dinero.» étnicas í5). Por otra parte, pese a una evolución Impor¬
«£n todos los dispensarios, hay psicoanalistas. Los que tante, las muchachas siguen sufriendo ciertos handicaps
quieran hablat con él, no tienen más que telefonearme. Yo importantes (2).
ya no hago consulta, pero os daré direcciones de médicos En la mayor pane de países industrialízadoSf más de
de los dispensarios a los que podrías ir a ver. No tenéis dos tercios de los adolescentes de diecisiete años siguen
necesidad de hacer una cura demasiado larga, sino única¬ una u otra enseñanza. En cambio, a los diecinueve años,
mente de hablar a alguien de vuestras contradicciones, a la proporción es sólo, en general, del 30 al 50 %.
alguien cuyo oficio no sea angustiarse cuando vosotros ex¬ Para interpretar correctamente estas cifras, hay que dis¬
preséis vuestra angustia.» tinguir los tipos d t enseñanzas propuestos tras la escuela
obligatoria,

142 143
Encontramos tres tipos de estructura: do en afirmar que las causas de este fracaso son de tre&
órdenes <aunque algunos acentúan uno u otro de estos as*
— Ei modeh escútar. Se (rata de favorecer una esco- pectos); sodclógico* psicológicop pedagógico.
Jariíacfón a jornada completa para la mayoría de adoles¬ Muy a menudo, estos factores se conjugan, y, si quere¬
centes. mos oomprender tas causas de estos fracasos escolares, hay
Ast* en Eíitfidos Unidos y Canadá, la proporción de ado¬ que estudiar simultáneamente su interacción y $us efectos
lescentes de diecisiete años escolartzados se eleva ahora al independientes.
87 y al 72% respectivamente�
Hoy» el ejemplo tipo de este modelo es Japón> donde el Caufflf sociológicas
94 % de este grupo de edad sigue estudios secundarios,
En buen número de países europeos, el sector escolar Diferentes análisis estádisticos han detnostrado clara¬
ocupa un lugar preponderante: Bélgica, Sueda, Países mente que los niflos procedentes de clases sociales inferió*
BajoSp Finlandia. DinaTnarca,f y en menor grado Francia, res son más susceptibles de sufrir un Fracas (8, 9).
En todos estos países, más de las dos terceras partes En efectOj ias obligaciones impuestas por tas condicio¬
de adolescentes de diecisiete aflos están actualmente esco- nes geográficas, sociales, económicas y cuhuraJes son otros
larízados� pero muchos de estos alumnos siguen enseñan¬ tantos factores que pueden influir en el éxito escolar de
zas técnicas o proíesionaies que cumplen Funciones muy los adolescentes: pobreza que entrain a malas condiciones
diferentes de la de tos sistemas de enseñanza de Estados de vida, desventajas de las clases menos favorecidas para
Unidos* Canadá o Japón, cuya enseflanza es análoga a la desanxíUaj* las aptitudes intelectuales y el íengnajCr dife¬
de las escuelas secundarias del segnndo ciqto europeo. rencia de los valores de la familia y el entorno con los de
la escuelaH problemas que se les plantean a las minorías
— El moáeío dual. Se distingue por La importancia del étnicas, lengua de ensefianza difenente de la materna» nivel
sector del aprendizaje de la clase social predominante en la región donde se en¬
Así, Alemania* Austria y Siiiza combinan la Formación cuentra la escuela...
en {a empresa con los estudios a tiempo parcial; la p r o Los resultados escolares son< pues, modificados en gran
porción de adolescentes que siguen un aprendi2aje es atlf medida por el origen y el medio social.
superior a la de aquellos que siguen estudios a tiempo com¬ Por otro ladot la actitud de los padres hacia la escuela
pleto. y el interés que manifiestan en la educación tienen tam¬
bién una importancia fundamental en los motivos que em¬
— El m o dí h compuesto� Reserva mayor dedicación pujan a los chicos a trabajar bien en clase..
a las formaciones profesionales dispensadas fuera de la es¬
cuela y netamente separadas de las enseftanzas escolares. Causas p$icoiágicas
Asíj el Reino Unido ofrece posibilidades de formación
al 40% de adolescentes que no frecuentan el sistetna es¬ Los factores psicológicos* que no están necesariamente
colar. vinculados a las condiciones socioeconóitiicas. tienen tam-
bíétt una importancia capital.
Ciertamente, el sentimiento de seguridad del níflo, eí
Las causas de los f r a c a s o s escolares grado de estabilidad de su hogar, sus deficiencias físicas
y mentales, su propio ritmo� sus mot ivaciones < los éxitos
En estos últimos veinte aflos� el fracaso escolar ha y fracasos que ha conocido ya (se ha demostrado que una
hecho correr mucha tinta... excesivamente impregnada de gran mayoría de los adolescentes que fracasan en la es¬
ideología. cuela han repelido, al menos, un cursoí un articuío de Le
De una manera general, los autores están hoy de acuer- Monde del 13 de junio de t9&7 indica que la casi totalidad

144 145
de los niños que r<;pUen el curso preparatorio no entrará Entre esas medidas figuran La escuela única, las clases
jamás en el in$iituto de segunda enseñanza)... Éstos son heterogéneas, las nuevas modalidades de eitamen y los pro¬
algunos de los factores que con frecuencia hay que tomar gramas especiales de apoyo para los niños desfavorecidos>
en consideración para averiguar las causan de los malos tales como el head-síart en los Estados Unidos, y los «sec¬
resultados cscoJares. tores de educación priontaria»» en el Reino Unido»
Así, muy a menudo los pmblemas escolares son el signo Sin duda, es en Estados Unidos donde se han puesto
de un profundo malestar de la personalidad del adolescen¬ en marcha los programas más ambiciosos y perfecciona¬
te en dificultades vinculado ccn los datos de su relación dos con viscas a atenuar «l handicap que sufren los ado¬
con los padres (L6). lescentes procedentes de los grupos más desfavorecidos
La seguridad afectiva que el niño encuentra en su fa¬ (23)� Estos programas proponen enseííanzas individualiza¬
milia es sin duda una de las mejores garantías contra los das con pequeños grupos, clases bilingíjes y posibilidades
riesgos del fracaso escolar (Í8). de trabajo fuera de la escuela (por ejemplo, confiar a un
adolescente la responsabilidad de ayudar en sus tareas es¬
pÉdasógicas colares a un niño més joven) a fin de devolverle su con¬
fianza,
Una tercera explicación toma como punto de partida el
análisis del funcionamiento del aparaio educativo. Medidas psicológicú.t
El número y la calificación del personal de enseftanr��
la organización de Iqs estudios y de los programas, los edi¬ Tras haber comprobado que el deterioro escolar dismi¬
ficios y el maiehal escolares, los procedimientos de exa¬ nuye en cuanto el alumno es enmarcado sólidamente por
men, las relaciones entre los profesores y los alumnos, y adultos que se ocupan de él y establecen un vinculo per¬
entre la familia y la escuela.,, pueden, pues, influir tam¬ sonal y afectivo* se han desarrollado también estructuras
bién en los riesgos de fracaso escolar, que pueden ayudar a los niños que sufren trastornos psi¬
cológicos.
La lucha contra el fracaso escolar Encontramos así en las escuelas psicólogos escolares*
ortofonistas y consejeros de orientación (20),
Los informes sobre los posibles remedios ai Fracaso es¬ Y eso se debe a que muchos creen que la orientación
colar son menos numerosos que los estudios críticos. de estos adolescentes con dificullades es una de las solu¬
No obstante, en su inmensa mayoría, los países se in¬ ciones a! problema (22).
quietan al observar que un fuerte porcentaje de adolescen¬ Se intenta también* naturalmente* implicar cada ve�
tes salen de la escuela sin calificaciones suficientes, y que más a la familia en la escolaridad de los níflos.
demasiados de ellos abandonan ta escolaridad obligatoria Se han creado asimismo centros médico-psícopedagó-
con la impresión de no haber tenido, o casi, ningún éxito, gicos para ayudar a los adolescentes con dificultades,
Para luchar contra estos riesgos de fracaso escolar, se
han puesto en práctica varías medidas, tratando de paliar Medidas pedagógicas
los diferentes factores citados anteriormente como causas
de tales fracasos. La reforma de los métodos� la transformación de ios
programas y los procedimientos de evaluación son igual¬
Medidas sociales mente preconizados: es importante adap tar la escuela a los
niños.
Se trata de ayudar a los alumnos que� debido a su ori¬ Se trata de sustiiuír una pedagogía del fracaso por una
gen social, a su medio, a su sexo o a su raza, tienen difi¬ pedagogía del éxito: valorizando las buenas respuestas más
cultades de integración en la escuela- que penalizando las malas, concediendo importancia al ren-

14� 147
dimíento de Uíi grupo de alumnos en vei de subrayar tos noctur�ta- Y la competitividad aiií es terrible: para entrar
éxitos individuales, inventando motivaciones que puedan tn una buena empresa, hay que tener un diploma de una
nsemplaj�ar eficazmente la amenaza de la no-promoción, tra¬ buena universidad; para pasar el examen de ingreso a
tando de evitar la repetición de cursos... una buena universidad, hay que venir de un buen instituto
Con el fin de luchar contra este problema del fracaso de enseñanza medía: para ser admitido en un buen insti¬
escolar (Dinamarca, Estados Unidos), Stf han creado tam¬ tuto* es necesario proceder de una buena escuela primaria.
bién escuetas paralelas destinadas a responder a las nece¬ En resumen, ta compctitividad comienza en la guardcria
sidades particulares de loá niños con dificultades en la en- infantil (27).
sefian�a ordinaria, al margen del sistema escolar estable:-
cido,
Si bien oos esforzamos por encontrar soluciones para Nuevos enfoques
prevenir ei fracaso escolar, parece, por contra, que hay
menos interés en estudiar los problemas o en satisfacer las Un grupo pedagógico animado por Arnaud Burtin expe¬
necesidades de los adolescentes que han-abandonado defi¬ rimenta un nuevo método de prevención de íos fracasos es¬
nitivamente la escuela, cotares repetidos. Del mismo modo que en h Maison Verte
observamos en los niños muy pequeños, antes de su infere-
so en las guarderías ittf&ntiles. ios cornp onimien to s visua¬
El caso de Japón les y auditivos —en particular los defectos del ofo—, este
grupo se dedica a distirtguir en h s ióvenes de diez, once y
El sistema educativo japonés tiene ei indiscutible méri¬ doce años, cuyo nivei de aprovechamiento en 5 ° o 6.� curso
to de haber conducido a un nivel de educación de] que sufre deteríofX>, quiénes tienen una memoria visual y quié¬
pocos paises pueden enorgullecerse. La pedagogía busca nes la tienen auditiva. Teniendo en cuenta su memorizo-
ante todo Ja asimilación de los conocimi[�ntos por el con¬ ciártt hs métodos del equipo habrían tiegado a relanzarlos
junto de los alumnos, y destierra, por principio� tíl fracaso en su escoíaridad. Los alumnos tienen matos resultados,
al autorizar de manera casi sistemática el paso a la clase porque, según Amaud Burtin, no saben qué método adop¬
superior sin repetición. tar para retener los datos. Observamos que un determina¬
Los alumnos que tienen dificultades en seguir el ritmo do alumno tíerte memoria visual y se le ayuda ensenándole
se benefician de una ayuda especial en forms de deberes a retener las referencias visuales en sus manuales.
suplementarios o de lecciones particulares impartidas be¬ A los auditivos se les enseña cómo utilizar también el
névolamente (26). ritmo del cuerpo, como se hace entre hs árabes y los yes-
La eficacia del sistema educativo japonés se explica hibas fudhs**. Los talmudistas retienen toda la Biblia de
también por la estructura familiar japonesa orientada a la memoria balanceéndoset modulando, salrrtodiando��.
promoción de los niños. E! papel de las madres en el éxiio
escolar es muy importante. Ésta es quizá una via. Por lo demás, en la Maison Verte
La tasa de escolarízación de los quince-diecmueve años íios mostramos extraordinariamente atentos al comporta-
en Japón es más elevada que en todos los demás países ttúento visual o auditivo de lo» pcqueñines. Decimos: aquél
de la OCDE: el 94% de los jóvenes terminan sus estudios escucha discos: asi pues, es realmente un auditivo. O aquel
secundarios, y el 40% ingresan en ia universidad. otro es pintor. O el de más allá, un bebé de seis o nueve
Sin embargo, este éxito es obtenido al precio de tensio¬ "ifises, quiere tocar un juguete rojo desde un metro de dis¬
nes que agobian pesadamente a los jóvenes y acaban por tancia. Cree, porque lo ve, que está muy cerca; pero no
provocar el desvío del sistema de sus objetivos primarios. puede cogerlo. Tenéis que explicarle que no es impotente,
A las seis horas cotidianas de presencia en la dase» se �íEstis lejos pero no voy a acerca rtelo, y te tocará la mano;
suman al menos dos horas suplementarias en una escuela pero» mira, lo alejo, aún lo ves, crees que te toca la mano

148 149
porque; ves U maiiü junto a é\.» Cuando se explica esu al Francia donde se puede hacer psicoanálisis de niños. Creo
niño de nueve meses, bs palabras le transmiten la scgurí* que la escuela de .NJeuville, que no efectúa el análisis de
dad de que no es impotente. Si no, se desalentará. grupo de Burtin. llega a esta adecuada visión: la escuela
Es> por tanto, posible, aunque sea en clase de recupc- forma parte de ía vida. La escolarí�ción es importante,
ración, a la edad de latericia e incluso al inicio de la ado¬ pero no más que aprender cocina, el cuidado del hogar,
lescencia. decir a unos alumnos: «Ya ves, no retienes las deportes, reunirse para intercambiar las quejas, discutir el
cosas, no comprendes, no sigues bien )a clase que imparte reglamento y proponer reformas. Cuando un individuo
el profesor, porque no sabes que tienes una manera pro¬ sufre por un reglamento, pues bien, es porque se trata de
pia de retener, d t buscar referencias, de entrenar los me¬ un mal reglamento, porque un reglamento bueno debe ser
canismos de memorización, de cpmprender, de encadenar aceptado por todos. Para que nadie sea perjudicado por un
un proceso.» reglamento, no debe haber el aspecto esclavo ni el aspecto
aprovechado. En esta escuela no hay personal doméstico,
Los grupos de BuriiJi han interrogado a sujetos bríliart- La casa está al cargo de todo el mundo. Son los profeso¬
tts de gran rapidez mental, por ejemph ¡óveries paíitécni- res y los alumnos quienes, por torno» se ocupan de la co¬
coSt y han frotado de aplicar sus métodos de trabajo a las cina, la limpieza» lavan las baldosas y dan la clase de gim¬
ticalamidades/K Se les explica cótno pueden llegar a resol¬ nasia. La clase no es más importante que el mantenimien¬
ver problemas muy arduos, dividiéndolos� reduciéndolos a to de la casa. Hay. además, un lugar donde dos veces por
términos sencillos, o a circuitos que ya conocen, diciéndo¬ semana, reunidos en sesión, todo el mundo puede expre¬
se' nCómo voy a llegar a ellon� descomponiendo, faciütán- sar sus opiniones. En un cuaderno de quejas, se escribe a
dose puntos de referencia conocidos, para conseguir ir más diario sobre lo que no funciona. Los niños que ingresan
allá, irt una partidú. que es aán� para ellos� desconocida. en esta escuela salen lodos, al cabo de tres aftos. recupe¬
rados de su retraso. No se produce ningún caso de recraso
El hecho de decir a unos jóvenes que pueden perfecta¬ escolar. Algunos ingresan directamente en un oficio de im¬
mente ser competitivos trabajando a su propio ntmo según prenta o de iníormática. No están interesados en los estu¬
su comportamiento individual es ya una maner�i de dar la dios secundarios, pero si bien entrenados en la lectura y
vuelta al fracaso, de crear un clima de confiaruta. Antaf�o� en la escritura para aprender todo lo que sea necesario del
no se enviaba a la escuela a niños menores de seis años, oficio que le interesa. Actualmente, la imprenta se ha con¬
antes de que el Edipo estuviera terminado. Había todo un vertido en algo muy sofisticado, pero ellos no desdicen en
trabajo en familia, un trabajo de la sensorialidad educada absoluto. Leen los clásicos pero no pierden tiempo en es¬
del lenguaje, todo Jo que un niño hace en la familia donde tudios tróricos. Van directamente a la tecnología. Esta es¬
todo el mundo lo hace todo... Pero ahora, van a la escuela cuela efectúa un excelente trabajo de salvamento,
a los tres aílos, cuando no han aprendido otra cosa en et La experiencia demuestra que la relación entre el edu¬
hogar que abrir un grifo o apretar un botón. Su desarrollo cador y el educando hay que pensarla de una manera glo¬
táctil es casi nulo. bal. El fracaso escolar sólo tiene sentido si el niño vive un
Ko hay que teorizar demasiado ta distinción memoria fracaso de sus relaciones sociales, pero sí el fracaso esco¬
auditiva-memoria visual. Es una manera de ar:;.: :i , pero lar está acompañado de un éxito musical o de un éxito téc¬
no es la panacea. Hay otros enfoques, por < .tinplo, des¬ nico, manual, no estamos entonces ante un fracaso huma¬
pertando, movilizando a los niños al nivel de lo táctil como no, Si un matemático sufre un fracaso escolar en otra cosa,
lo hace la escuela de NeuvilJe cuya evolución yo sigo desde ¿qué puede importar? Si está insertado en la sociedadj es
hace veinticinco años.� Es una de las raras escuelas en porque ha encontrado su vía y porque no participa del pro¬
grama medido que todo el mundo le había impuesto. Impo¬
1 Fabicnac Lcmaitrc y Mi-cticl Amr�n, chiteau 77b50- ner el éxito en todas Jas disciplinas al mismo tiempo es
ChAlmkison, aberrante.
150 151
para mantener a raya e\ früca&o escolar, se llego� a
y pasaban junto con su bachillerato un examen manual
poner en {{�la ée juicio la enseñanza obtigaíoria hasta /yí
dieciséis uños c'í/ay qaet simplemente, redítcir esta edadt equivalente al CAP de un cerrajero, calderero, herrem� y,
en el t;;aso de la madera, de carpinteros Y para los que eran
o bien, rolundamenfe, suprimir eí carácter obiígaíorío?
muy diestros, se llegaba hasta enseñarle� Bbanisteria, m-
eruseacícn- Tenían todos ios días una hora y media de tra¬
No se puede, eri mi opinión, supriniir d carácter obJi-
bajo manual. A las 15 horas, habla una pau�a de media
gatorio de aprender a leer, a <!scribír y a contar. Es \o única hora para comer bocadilloSp como hoy ert Canadá donde
qat debería sur obligatorio y exigido; no se debería poder los alumnos sólo tienen media hora para comer, y después,
abandonar U escuela antes de saber leer, escribir y calcu¬ a las í3.30h había media hora de recreo� y hasia las 15.30
lar, aunque sea a los veinte años, Pero ha de ser lo único una hora y media de trabajo manual. Éste era el progra¬
obligatorio- Ui abligación de seguir cur$0£ g r a t u i t a ma desde la clase de once años hasta dieciséis, diecisiete,
dos por eí Estado hasta los dieciséis años tendría que ser af�o en que se rendía el examen. Lo$ que habían hecho
sustituida por la aiiLori¡nación o la posibilidad de instruc¬ estudios debían iniciar a los analfabetos que no habían rea¬
ción toda ia vid� con no todoü gratuitos, pero cur- lizado ningún aprendií-aje. Mi marido me decía que los pa*
�5, incluso para aduhüS- Poro creo que no hay que aflo¬ trenos, incluso los pequeños propietarios que tenían em¬
jar la obligación de leer� escribir, contar y tener ciases de
pleados, estaban absolutamente obligados a enseñarles al¬
dcrecho cívico.
gunos trabajos manuales y a mostrarles el bricolaje que
hacían en 6," y 5." curso. Eso era posible en un país que
Durante la campaña presidencial de 19SS, hs catidida- carecía de la tecnología que se posee actualmente, como
tos hatt propuesto aumertftir considerabUrtteme eí níamero también del nivel básico que corresponde a la educación
dñ aprendices. La cuestión queda pia.nieiid&' i t i a y gwe ou- familiar actual. Pero se putide concebir un nuevo sistema
men ia rh s con la misma segregación q ut antaño, es decir,
adaptado a la tecnología actual y al nivel del saber ge¬
hs obreras rtífinuates de un íadot los cuelh$ bíancos� deí neral.
Otro? El aprendizaje de la lectura, la escritura y el cálculo
básico constituirían el fundamento común. Los niños se ins�
Habría que considerar dentro de una sana discusión cribirian por si solos en niveles escolares correspondientes
del sistema, la posibilidad de convertir i;n irabajadores ma- a la disciplina que les interesíira. Resulta evidente que es
nuale!� ü todos los níf\o$, de mc-sdar todas Jas díacipUnas a los ocho, nueve años. Lo más tarde a los once, cuando
intelectuales� de hacer un tronco común, sin poner de un hay que orientarse bacía lo que le interesa a unoj y quizá
lado más aprendices y, del otro, menos cuellos blancos; locar un poco cosas diferentes hasta los trece, catorce años,
pero eso es dificIL actualmente, debido al perfeccionamien¬ hasta la pubertad consolidada. Cuando un niño ha tenido
to tecriológioo en todas ias ramas y a su desmultiplicaclón, el derecho de ser creativo en varios terrenosi espontánea¬
Mi marido, BoHs [>olto> conoció el sisiema de escolaríía- mente, cuando se ha convenido en gonádicamente madu¬
ción rusa antes de la revolución de 1917. Éi obrero ma¬
ro, elige lo que le conviene, y es recién en esta edad cuan¬
nual no estaba separado del de cuello blanco. Lo que era do debería optar bien por estudios teóricos o por el traba¬
obligalortop para los que cursaban estudios ttí el instituto, jo manual, con una reconversión siempre posible. Si ha
era tener un oUcio, el equivalente de un CAP (Certificado
hecho manua lid sides, podrá recibir una formación intelec¬
de Aptitud FrofesioTtat) en la madera o en el hierro, para
tual, el día en que lo desee. Si. por el contrario, ha optado
pasar el examen de bachillerato El bachillerato iba acom¬ primero por las disciplinas intelectuales, podría, llegado d
pañado de un logro manual que correspondía a un CAP. caso, seguir un aprendizaje manual, Esto, para el Estado;
bien en madera o en hierro, a partir del 6.* grado� Los y por toda la i�ida. He aquí lo que debería ser !a escuela
niños hacían un afio madera� un año hierro, un año made¬ del futuro.
ra» un año híerroj y los dos últimos años madera o hierro,

152 153
Si hubiera actividades manuales o tecnológicas adapta¬
das a la vida actual, habría que considerar, en eL caso de
las empresas, la posibilidad de emplear en estancias, si¬
quiera cortas, en cuanto tuvieran una bas« tecnológica, a
los menores de dieciséis aftos. Se dan clases de nieve� cla¬
ses verdes, clases de mar, etc. Entonces, ¿por qué no cla¬
ses «de dinero», en las qu« se d is frutara de una estancia C ap ít u lo 13
pagada, en una actividad donde uno desea ejercer más
tarde? LA FAMILIA DESHECHA
La empresa probaría de emplear y remunerar a adoles*
centes desde la edad de trece afíos� Pero esto sólo es posi¬
ble si se instituye el principio de hospedaje de niños sin En dii:itmhre de Í98?. las manifestaciones de los esiu-
padres. En efecto, si quieren seguir una enseñanza dispen¬ diütíle,'t de enseñanza media contra el proyecto de ley De-
sada a cierta distancia del domicilio familiar, es necesario vaquet sorprendieron por la espontarieidad del movimien¬
que se alojen en el lugar, y que regresen a casa de sus to y por el poder de rrtovitiz¿ición en torno al ¡em<í clave
padres el viernes. Habría que abrir pensionados que for¬ tiigualdad de oportitnidadesjt� comparable al que la solida¬
masen parte de las bolsas escolares. ridad antirracista focaliza. Igualdad, fraternidad,� ¿Adonde
Esto no sería una reforma (más) de la Educación Na¬ se va? ¿Más allá del discurso? ¿En �ué medida se pone en
cional. acción esta solidaridad? Todo está por construir en este
Sería una revolución social. terrenot incluso en Francia, cuna de esta divisa. Edgar
Faure, presidente del Comité del Bicentenario de h Revo-
lución, decía un año antes de su miierte que esta conme¬
moración, independientemente del folklore de la reconsti¬
tución, podia ser también una manera, para los franceses,
no de rehacer la Revolución, sino de tomar otras bastillas
como la intolerancia, el racismo, ft Libertad, igualdad,» Así
pues, incitaba a los franceses a reflexionar en 1989, dos
siglos después de la toma de la Bastilla, sobre el conteni¬
do y h puesta en práctica de la fraternidad, Y es bien cier¬
to que eso puede ser moviliziídor para los jóvenes. Recu¬
perables o no, hs fóvenes efectivamente parecen reunirse
en torno de esta idea de fraternidad más aún que en tomo
de la igualdad. Pero ¿en qué medida trascienden las pala¬
bras?

Pienso que a ios más activos les afecta directamente,


como a los istaelíes, a los negros, a los jóvenes magrebics.
sobre todo a las jóvenes, que parecen adquirir ahora mucho
ascendiente (encontramos hoy a mujeres muy jóvenes de
esa región que realmente suben a la cima y se sitúan). Creo
que esta progresión de los magrebíes, de los africanos, se
Inscribe en un movimiento planetario según el cual las mu-
jeres adquieren cada v q z más importancia con relación a

154 iS5
tos estereoíipos de la virilidad. Lo masculmti en un cuerpo de ganar dinero («¿Qué será de mi?»), pero el temor no es
femenino es más dinamico que lo masculino en un cuer¬ ya «que papá se vaya«, sino (tque mamá no gane dinero».
po de hombre. Esto viene probablemente de que en la ac¬ El trabajo de la mujer es proveedor de dinero. Creo que
tualidad hay tantos niños que se tiene menos necesidad de las mujeres pueden en adelante asumir el ser célibes se¬
vientres que ..ntes. Actualmente se reduce ia fundón ma¬ cundarias. por divorcio, sin ser por ello mujeres disminui¬
ternal de ía íTiujer. De repente, su función de mujer en b das desde el punto de vista de sus hijos. Lo cual no era el
sociedad, de ciudadana, puede adquirir más importancia caso en otro tiempo: estaban disminuidas a los ojos de la
que en la época de la matrona, de la madre enteramente sociedad, ya no tenían valor social� estatuto social, si el
dedicada a ío5 niños que echaba M mundo. Los riesgos de ntarido se había marchado, y, de repente, el hijo de divor�
La monalidad. los medios de custodia, la ausencia de es¬ ciados era despreciado. Además del sufrimiento personal
tructura íie acogida, en resumen la tecnología del mante¬ provocado por la separación de los padres, sufría también
nimiento de la vida extgia la presencia constante de la por el hecho de que su madre era mal vista por los demás
madre en el hogar. En la pareja <ímodema)t. la madre le Ahora, una madre que está sola y educa a sus hijos es
quita ai padre d poder de decisión, de impulso en lo que bastante bien considerada.
concierne a los niños.
Se ha comprobado, sin embargo, en el transcurso de
En el hospital Necker� durante las Jornadas sobre el estas Jornadas de Nccker, que ios hijos de padres cíivor-
Cambio de la /mageri del Padre y h MadrCt se informó ciados sufren más trastornos que tos de padres unidos.
por parte de algunas psiquiatras que� con tas madres por¬
tadoras de fetos extraños, con !a frecuencia de separacio¬ Es preciso señalar que no se les ayuda mucho a com¬
nes y divorcios, el papel tradicional del padre tendía a cam¬ prender lo que ha pasado... Y, con todo, hay una idea que
biar muy considerablemente en beneficio de la madre, que yo expresé hace tiempo y qoc le ha costado mucho intro¬
tendría más influencia sobre su hijo que el padre. ¿Es ello ducirse, acabando por abrirse camino en las mentes: más
acaso, por parte de tos psii�uiatrast un anáfisis demasiado vale un buen divorcio que una pareja desgarrada.
superficiaf del comportamiento soctaí?
Se ha comprobado otro hecho durante estas Jornadas*
Considero que antaño prevalecía la idea de que, sin el cuando ía famUia se rompe, con estos nuevos casamientos
hombre, la mujer no podia hacerse cargo de su familia, no y cambios de pareja, ios niños tienen cada vez más medio
pod ta por sí sola hacer frente � todas las necesidades ma¬ hermanos y hermanas, lo cuaJ modifica las transferencias
teriales. y al mismo tiempo ganarse la vida fuera del hogar de agresividad. Otras relaciones que puedan crearse dan a
Pero, actualmente, los niftos aceptan sin dificuhad que una c<ida niño una nueva oportunidad de diluir su agresividad,
mujer trabaje durante ocho horas al día y, sin embargo, ya que hs conflictos con hs medio hermanos no tienen el
con las ayudas famihares. Las ayudas de la sociedad, pueda carácter intimo de los conflictos etitre hermanos y herma¬
criar a sus hijos incluso cuando el marido se ha ido, gra¬ nas, a la manera de los atridas. �No se podría plantear la
cias al empleo que pueda tener. Por otra parte, los niños hipótesis de que la familia rota suprime a los atridas?
sólo se sienten inseguros si los piadres pierden su trabajo,
Si se les pregunta ¿cuál es vuestra preocupación, qué es Sí, los aspectos negativos del chauvinismo familiar que
lo que os inquieta más?, responden: que los padres pier¬ hacían buscar el compañero sexual entre hermanos y her¬
dan su trabajo. Los padres; no solamente el padre. Ama¬ manas ya no se reproducen.
fio jamás se hubiera dicho esto* porque la madre tenía bas¬
tante trabajo en la casa, ¡aunque entonces no se le llamaba La tentación incestuosa, ¿no será tal vez mayor can un
trabajo! Hoy. la madre está fuera, en un trabajo remune¬ medio hermarto o una media hermana que con un herma¬
rado, y la preocupación de los hijos es que los padres dejen no o hermana?

156 157
La [cfitacián incestuosa es má» Fuenc con hijos det oóri� que son en cierta manera tranquilizadores porque itrpre-
yuge de la madre, que no son hijos de Ja mi�ma madre: sentan lo que hay de permanente en lo humano.
no son medLo hermanos o medio hermanas, sino herma�
nastros o hermanastras. Viven bajo el mismo techo, sin Los hijos de pitdres vuefros a casür tienen lu oporiuni-
tener vínculos de sangre, puesto que son hijos de la prime¬ ¿ad dé tetter hermanastros o hermanastras. Pero un nú¬
ra pareja de cada uno de los padres. No J « bloquea la mero cada vez mayor de hijos de padres unidos que tra¬
prohibición del incesto. Son compafieros de vida que no bajan fuera de casa, cuando vuelven de ¡a escuda� encuen-
tienen prohibiciones sexuales porque no tienen la misma tratt una casú vacía y una nevera llena. La madre que
madre. Cuando st la tienen, existe una diferencia de edad trabaja /cjí ha dicho�' 4tTienes esto y aquello para comer.
que les invita más bien a identificarse con el hermanito o ftfo me esperes.if Y los chicos y chicas aprenden cada vez
!a hermaníta, pard rivalizar así con d cónyuge de la madre. más teftiprattatricníc a vestirse solos, a comprarse ropa, a
Hay más un riesgo de resurgimiento del �ipo a la ima¬ alimentarse y viajar... Ante la necesidad de su progenie,
gen de un segundón o benjamin con el que uno se encuen¬ los padres dejan hacer y se abstienen de educar a los pe¬
tra en rivalidad frente al hombre en ei hogar o frente a la queños.
mujer en el hogar. Si ya no hay niños� tampoco hay adultos.

En ¡as parejas rotas, los niños recurren acTuaímente Se automaternaIÍ7�n y, poco a poco, pueden llegar a
más a los abuelos. autopatemaliz�arse en la sociedad. Creo que es en esta fase
de su desarrollo cuando les hace falta la seguridad que les
Sip pero lo hacían ya antaño. Abuelito y abüdita esta¬ habría proporcionado una educación de moral social cívi¬
ban en casa, mientras que ahora hay que ir a verlos a la ca, Viendo que sus hijos se las arreglan fácilmente en una
suya. Tanto mejor para estas generaciones, porque estas casa bien equipada de botones que pulsar, los padres que
visitas rompen el aislamiento de los abuelos. Hace veinte viven cada vez más fuera tienen tendencia a decirse: «De-
o treinta años, en cambio, hubiera sido un castigo pars jcmosbs crecer solos; no nos necesitan.)? Y se abstienen
los adolescentes: '(iQué fastidio!» Actualmente parece que de intervenir a nivel de lenguaje para aconsejarles o inter¬
hay una demanda de ir a casa de los abuelos a pasar unas cambiar puntos de vista sobre las diversas conductas po¬
pequeñj»s vacaciones. Se conflan a ellos. Ciertamente, es stbles en la sociedad tal cual es.
una ventaja para los niños confiarse a gente mayor que 1� adolescentí$ carecen de reglas de autopatemaliza'
está fuera de la competición sexual, que no tienen preocu¬ ción. ¿Cómo van a saber conducirse en la sociedad si no
paciones de inseguridad por el dinero y que son al mismo reciben ninguna enseñanza por el ejemplo o en conversacio¬
tiempo más desinteresados. Y también más amantes sin nes con sus padres? La televisión se convierte en la única
la complicación del deseo y b desconfianza del deseo, por¬ fuente de referencia de Dif�os aislados en apartamentos va¬
que piensan en él mucho menos. Proyectan menos e! deseo. dos de adultos.
El interés que dedican a estos jóvenes no está fijado en su
propia emoción sexual; así pues, no la proyectan. Por ello, Se sirven de la televisión como de un fondo visual,
jos Jóvenes lienen necesidad de padrea mayoriís, o de ami¬ como de un desfile tornasolado y títiiante. Sus clips les
gos mayores. Los abuelos permiten a los jóvenes descu¬ vün bien. Los más fuertes son capaces de permitirse este
brir las constantes de la vida. A varias generaciones de fondo sin ser sus esclavos y quedar hipnotizados. A veces
distancia» sus nietos que les visitan pueden comprobar que, cortan el sonido y ven pasar las imágenes con el sonido
fmalmente, para las cuestiones fundamentales, no hay mu>- de una radio libre. Mantienen así el contacta con la socie¬
tantes. Esto puede proporcionarles, en la edad de la ado¬ dad. Pero son pocos los que, en este ambiente� lleguen a
lescencia. cada vtz más raíces, puntos de anclaje, encon¬ trabajar concentrándose adecuadamente.
trar a personas que tienen con ellos un vínculo afectivo y

L5fi 159
Esto los separa del tenguajc- Cuando los padres reapa¬ adolescencia en la que abandonan la casa para entablar
recen, no tiene lugar eJ diálogo. Sus hijos no están dispues¬ relaciones de dependencia con otros adultos (bandas, sec¬
tos a conversar. Los padres están ahí. Los hijos í�aten, a tas, protectores).
su veZr y pasan la velada en grupos de compafleros; crean Debilitados, necesitan partir, pero caen en ta irampa
juntos una atmósfera confortable; conviven pero no se de otros adultos.
dicen una paJabra. La familia no ha provocado la partida. Son ellos los
El uso que los jóvenes adolescentes hacen de la televi¬ que van a buscar una familia de sustitución, una seudo-
sión es solitarios los padres no están presentes o $e t;ncic' íamilia. Después de viajes y vueltas» regresan a puerto de
rran en la cocina o en su habitación, si no quieren sufrir una manera pusilánime. £1 paro no arregla tas cosas. «Yo
esta televisión continua. El aparato está a menudo en la me marcharía sin dudarlo si tuviera los medios.»»
sala de estar, de la que los padrcs> si los hijos están allí, No sólo hasta los dieciocho años no pueden conseguir
se ven obligados a desertar. Incluso cuando los padres re¬ un empleo, sino que tienen miedo de que. aun con ía edad
ciben visitas, los niños encienden la tele. nequerída, se queden en el paro.
Cada vaz más, muchos adolescentes se incrustan en la
Después de ser entrevistados durante su clase de sexto casa de sus padres y viven como culebras. Cada vez que
curso, algunos ttlumnos de un tnstfíuto parisiense son se¬ se les apremia para que no permanezcan inactivos, impro¬
guidos en su evoíucíón por ios cámaras de íeíevisióri para ductivos, inertes, desinteresados de lo que pasa a su alre¬
hacer un balance periódicamente. Han transcurrido seis dedor, tan índifeTeiTites a la marcha del hogar como en la
años de su adoíescettcia. A los dieciséis, diecisiete años búsqueda de un empleo* de una formación, de una ocupa¬
marchan bien, pero la tendencia dominante es eí replega- ción social, responden: «No es asunto vuestro.»
miento sobre si mismos. Vno de los jóvenes, que a los doce Lo que les falta a estos jóvenes es enfrentarse con
años parecia tetter h vocación del dibujo� ya no sostiene auténticas responsabilidades.
nunca el lápiz. A los diecisiete arios está compktameníe Pasar el aspirador, utilizar la lavadora o ir a vivir con
movilizado por su microordenador y se pasa todos los rutas una familia en el eKiranjero. rtCompartes la vida de la casa,
libres encerrado en su habitación. Si se le preguntar �¿Ves Te Corresponde hacer algo para su buen funcionamiento.
a los amigos?f>, respondej' ttNo, la verdad es que no tengo Conserva los pies en el suelo con los demás adultos. No
mates el tiempo, no gandulees.)�)
ganas.fí

La salida con la banda no rompe la soledad del ado¬ Sü argumento: nYo no hago daño a nadie. Me toca a
lescente separado del mundo adulto. Los que hacen depor¬ mi decidir usar mi tiempo como me guste.
te de equipo marchan mucho mejor que los que encuen*
tran relajamiento en un deporte como el tenis» un deporte Y a los padres les corresponde replicar: «No quiero
saber lo que haces con tu tiempo. Lo que quiero saber es
muy egoísta, el jogging, una práctica muy solitaria, sobre
todo si se corre sobre el pavimento de las ciudades o es¬ lo que haces por nosotros aqí:i. Ha� algo: si no, te mar-
cuchando un walkman pegado a su oreja. La navegación charas. Pones los pies sobre ia mesa» y el resto del tiempo
solitaria es más bien un encuentro sano consigo mismo. lo pierdes arriesgando tu salud. ¡Nol Al menos, Ctsala para
No es en absoluto un aprendizaje social como una activi¬ hacer algún trabajo para la comunidad.�}
dad de equipo. Muchos jóvenes recurren al deporte c o m o Desgraciadamente, muchos padres han perdido ya el
relajación. Es> al menos» una alternativa a la droga y a la contacto. Y los jóvenes les provocan. Sufren una ausencia
de deseo. Razón de más para abrirlos a actividades nue¬
peque/ia delincuencia.
Los niAos criados como hijos únicos tienen también vas que les obliguen a enfrentarse a las cosas.
adolescencias más difíciles que los de familias numerosas, Cuántas personas veíamos, durante ta guerTa> que no
tenían el deseo de vivir, que estaban deprimidas. Sallan
Prolongarán su estancia en el bogar, viviendo una post-

160 161
de los hospitales psiquiitncos. Bl día en que, p�ra ccncr nes y cuidados. Era la ¿poca de las familias piramidales,
pan, había que hacer cola desde las cuatro de )a madn�ga- oon los bisabuelos, los abuelos y los padres,, todos bajo el
da, se levantaban y ocupaban lugar en La fila. mFctsc- mismo techo. Ahora, la familia es de tipo nuclear; se Ins�
guidos» por su deseo de pan tierno, no estaban y3. depri* taura una superprotección, y $abcmo« cuáles son ios es¬
rnidoit, smo reivíndicatívcs� tragos que cntrafta semejante protección en La familia o o
de interés pira lo£ niflos que 1o« padres vivati, cada cidental. Lo vivimos en nuestro país: creiamos que en la
vez más, en tanto que pareja en d seno de la familia� en China lo habrían evitado, pero están des��ncadenando el
Lugar de hacer el papel de sacrificados. Es la mepr mane¬ mismo proceso. Cuando vemos que es a la escala de un
ra de n�iiilibrar las fuerzas y de rcparlir iaa tensiones. continente, instituir esta familia nuclear de hijo único no
Es decir, una pareja q u t eiista y s t paanifieste como ta! putrdc más que provocar un número considerable de neu¬
ante suü hijos, incluso aunque llegue a desunirse. Debe rosis patemales� Bn el momento en que los ciudadanos
guardar su libertad, como el niño tiene la suya, íásíS pa¬ emergen de un régimen de asistencia estatal com píela, en
dres permanecen económicamente juntos, pero se alejan que la tutela del partido es menos agobiante y defa expre¬
momentáneamente y se reencuentran en otros momentos. sarse un poco el profundo individualismo del chiiu> que
Si se explica al niJ�o que ej padre o la madre rehacen su jamá� ha podido ser erradicado. La toma de autonomía de
vida pnecisainente porque quieren, en tanto que individuos, esos millones de hijos únicos se va a convertir en prable-
no verse reducidos exclustvamence al papel paternal, ]o ad¬ mática.
mite perfectamente. Más aún, respeta y admira la juven¬ Actualmente en China, íos q u t se encuentran en la fase
tud de espíritu de su padre y de su madre. adole&cenEe pertenecen a familias dispersadas por el país
al capricho de los destinos decretados por las autoridades.
La reducción del número de hijos por familia no pro¬ Desde su primera infancia� han sido integrados en una co¬
duce inexorablemtnte h hiperprotecvián de una educación lectividad, una comunidad aldeana. No hay todavía la pers¬
de hijo único, si se tiene la voiuttíad de abrirse a ?iuevas pectiva para conocer la e;�perje)ftcia vivida de los adoles¬
formas de vida comunitaria, multifamiliar, socializada. centes de b nueva familia nuclear china. Habrá que espe¬
rar una generación.
experiencia china de la obligación del hijo único no
tiene otros imperativos que Los económicos — íünitar la tasa El proverbial conflicto de las generaciones, ¿no ha per¬
de crecimiento demográfico—, pero ha recreado a grao es¬ dido quizá su contenido? Ett }98S, la fosa entre los ucua-
cala una situación cuyas consecuencias patológicas se co¬ renta añosj� que íeníati veinU en > íhj hijos se ha
nocen en Occidente. Uenada cart la nostalgia txnn�rt di hs sisenuí y la necesi¬
Conocí a un chino que habU obtenido una beca para dad en los jóvenes de tener Teferencias y de aferrarse a
vivir cutttro aflos en París, l�s padres, aldeanos, son anal¬ ¡a� de sus padres.
fabetos. 1�1 chico triunfó en la escuela, y fue todo el pufr� En tos aiios setettia y <}chenia, los aescoianzcidosff se
blo el que lo promocion�. Pas� un concurso muy difícil. convirtieron en extraños para jwj padres ptyrque no ha¬
Bn toda China, fuejon sóLp cuatrocientos los que lo logra¬ blaban ia misma lengua: matemáticas nuevast írtformáíica,
ron, R&te muchacho se casó con una Joven también muy tück, look, Hoy, es ju actitud frente a la droga h que
inteligente- Los j6vet>es casados tuvieron que prometer que provoca la r»ptitra. Los que no ufumaru} nO tiertert coriflic-
tendinan un solo hijo� peí? únicamente después de cinco o tas con los adultos.
seis aftos de ca�sadoít, Y si no lo tenían en el afla ft¡adO(
no tendrían derecho a tenerlo al afto siguiente, salvo una El conflicto generacional ya no es lo que era. Ijcs jóve¬
autorización. Este muchacho me ccnPió su inquietud- nes huyen de los adultos, pero no se enfrentan con ellos.
En la China traditájonalí el niilo m el rey, y especial¬ Se rcchBi;a> se critica a ios adultos en bloque, y se tiene
mente los varones, que eran objeto preferente de atencío- buena opinión de Jos padres o se les compadece f>or ser

152 163
unas pobres gemcSr La ho�titidad ¿bíertg desaparece de Bsfán para observar su declinación, su ineficacia, su
los lazos familiares. taxis'>�í>> su fracaso.

Cuando Iqs adoUscentés dicen ttmis ifiejos» al hablar Esta actitud es cosa de los jóvenes europeos. No se
de SÜ5 padrea, aunque éstos sean jóvenes, no es una «- encuentra entre los norteamericanos ni entre los japone¬
presión inocente. ses, que viven en sociedades competitivas, donde son los
padres quienes empujan a los jóvenes y quieren figurar
Expresan una ambivalencia. Los viejos son un poco entre los ganadores.
como los abuelos que querrían tener a su lado, <jtje están
lej.os o muertos. Pero son lambj6n «viejos»� porque qui;;á Los papeles no se kan invertido todavía, mientras que
están en un mundo viejo con relación a los jóvenes que sí h han hecho en Europa Lo$ adolescentes se dedican
esperan un cambio de socicdad, esperan otras motivacio¬ más a contar los punios perdidos de sus padres, no ac¬
nes, otros objetivos* en un medio donde todo parece corra- túan, se incrustan y observan de una manera negativa a
dOn estancado. Quizá tienen razones para llamar viejos a sus padres� ¡HZgan su vida, sw parejar t(í<fo haces h que
sus padres jóvenes. Ser viejo ames de tener la edad es la deberías para dar gusto a tu mujer.}* O bien, a ta madre.*
cosa mejor compartida del mundo. Hay entre ellos una es¬ rtNo comprendes en absoluto a mi padre», tfLleváis una vida
pecie de emulación de hablar de sus padres, de sus viejos, de gilipollas». uNo os gusta vuestro trabajo». uHacéis mal
de una manera bastante negativa. Incluso aunque Jos quie¬ en dejaros explotar por vuestros patronosi}.
ran mucho. Como si prefirieran ver en ellos a unas vícti¬
mas» no a unos enemigos. Juegan a compadecerlos por lo Dicen lo que los padres les hicieron comprender duran¬
que son, por ejemplo, para su empresa o para su jefe. Los te toda su infancia. «Trabaja para tener un buen empleo,»
viejos� diccn, se embrutecen en e! trabajo, son explotados. «¿Y tú, amas acaso tu trabajo?» «Ko�»
No se toman la vida como habría que tomarla, no viven Conozco padres que aguardan su retiro desde los trein¬
relajados, coo/, ta años, y lo repiten delante de sus hijos. Lo más descon¬
Ya no dicen: tiMis padres me impiden vivir, me impi- certante es que si se irata de padres que tienen vocación,
den saÜr.M Ya no es como en la época en que se les impo¬ que tienen una profesión reconocida, que son muy activos,
nía respetar un horario. Incluso aunque no fuera cierto, dicen: (tOs dejáis explotar.» f<Soís burros de trabap: hay
Jugaban a hacerse la victima de imposiciones que coarta¬ algo más en la vida, en la naturaleza; contemplad el bos¬
ban 5ü libertad: eso formaba parte del discurso del ado¬ que. contemplad el desierto.» En última instancia, aspiran
lescente, considerarse prisionero de sus padres. La mayo- a una vida bucólica, más próxima a la naturaleza. Al
ría se sometía. Una minoría se rebelaba, la cosa iba � ma¬ mtsmo tiempo, se aprovechan gustosamente de todos los
yores y se marchaban. Los de hoy se quedan y observan progresos. Pero no creo que los hijos de deportistas, artis¬
de una manera muy pasiva lo que consideran un fiasco o tas y científicos no sean emprendedores. Los hijos de Mane
uij fracaso. Ya no hay conflicto, el cual puede ser dinámi¬ Curie no tenían esos estados de ánimo.
co. Falta la agresividad que consiste en decir: <tMe opongo
a ti, porque me coartasr no quiero ser como tú. Eres como Los padres son aún, en Estados Unidos y en Japón,
eres, pero no quiero ser como tú.» O bien: uNo quicrr» hacer los preparadores de sus hijos. Es necesario que sean cam-
lo que haces tú, quiero hacer otra cosa.» Hoy vemos a ob¬ peoíjcjs... Este sistema produce� por lo dertu�, una Canti¬
servadores neutros que no tienen tnucho que hacer. Están dad impresionante de accidentes imprevistos, dificultades,
ahí para observar la decrepitud de sus mayores. Mo pue¬ pérdidaSf personas despreciadas, Pero en Estados Unidos�
den identificarse, ya que no tienen ideal. Están para criti¬ y dentro de poco en Japón, se ha iniciado ya una inver¬
car a sus mayores. sión, una nueva discusión. Los adolescentes ya no se ma*
nifiestan en ta calle, sino en casa de sus padres, ínterpe-

164 165
tándates asir ífDe todos modos, nosotros no sabemos en derando que está en el orden de las cosas de este mundo
absoluto h que vamos a hacer, pero ¿es necesario, reúí- en declinación. No es más que una tendencia actual, pero
metitCt saber h que se va a húccr?f\ uHübláis siempre de parece propagarse incluso entre los medios responsables�
finalidad, de objetivo, de desarrollo, de exparistón. ¿Qué entre los que deciden y los animadores sociales. El élan
quiere decir todo esto?}t� social que era la militancia se debilita dia a día,
En Francia iodavÍ£i hay mucha competición en los exᬠHemos seguido con mucha atención una experiencia de
menes y los deportes, padres que continúan entrenando a hábifat cooperativo del que se ha hablado mucho.' la Cité
sus hijos, pero hasta cometer excesos» en la competición de JarditíSt en Meudon, Es ¡a historia de un grupo de ami¬
esooJar o en la deportiva. En los años ochenta, por ejemplo, gos que en los años setenta eran sodaíisfas r�ilitantes. Eran
ha habido padres que andaban detrás de sus hiji>s durante mandos intermedios� y lenian capacidad económica para
todo su tiempo libre, para que los pequeños quedaran bien comprarse un apartamcnto� Vno de elios era arquitecto.
clasificados. Por otra parte, entre las clases menos privile¬ Quisieron construir juntos un pequeño microcosmos con
giadas existe toda una población que alberga la fimbición salas comunes, baños que se comunicaban directamente
de promocionarse socialmente. Se empuja a los niños do¬ para que tos niños pudieran bañarse juntos, así como un
tados y se les alienta hasta sus limites. Si se exagera este estudio reservado para una mujer de edad, ajena a la rest-
espíritu de competición, no hay duda de que acarreará con¬ dencia y que se dedicara a guardar a hs niños, nel estu*
secuencias negativas. Pero también es cierto que, si no se dio de la abuelo/t. La cosa se aguan. * bastante tiempo, pero
es para nada un ejemplo estimulante con lo� hijos, se llega luego se produjo el desencanto so -litlista. Los militantes
a otro extremo capaz de conducir a una decadencia de las ya no son to que eran.
relaciones sociales, la ausencia de oposición agresiva entre La euforia duro seis, ocho años* Los niños estaban allí
los adultos y los adolescentes. durante la fase de latencia. Al parecer, se sintieron muy
Es sobre todo la falta de dinero lo que impide a los felices de llevar aquella vida comunitúrtá, aquellos juegos
adolescentes adquirir su autonomía. Los padres no pue¬ en común� aquellas habitaciones compartidas. Pero en
den ya mantener a sus hijos: las necesidades, sí, pero nada cuanto llegaron a la adolescencia, no tuvieron más que una
de sus deseos. Es entonces cuando se toman violentos* Tra¬ idea - tomar una habitación en la dudadr incluso antes que
tan de encontrar una solución de delincuencia o de droga, los jóvenes de las residencias vecinas corrientes. Se hubie¬
fuera de la ley. La violencia existe, las rupturas existen. ra creído que iban a demorarse en aquel marco familiar
pero, sin posibilidad de cambio de domicilio� los jóvenes abierto. Lo que se produjo fue lo contrario.
se incrustan. Y este fenómeno se propaga, actualmente, en
las clases medias burguesas, y creo que está ya claramen¬ Esto es lo que me parece más positivo en esta expe-
te instalado en Las clases opulentas. Allí donde no hay ni riencia: los jóvenes de este falansterio tomaron pronto la
ética ni ideales, ya no hay valortis morales vigentes. El pro¬ decisión de dejar de vivir con sus padres en e! marco im¬
blema es más bien la neutralización de las relaciones� el puesto por éstos y del que se habían beneficiado. En los
no-intercambio. Y lo que se hace es cohabitar. Se habla, hogares donde los adultos están más estructurados y más
sí, pero no se comprende o se piensa que no se puede com¬ Comprometidos, el fenómeno de la postadolescencia se pro¬
prender, y que nada puede hacerse por los demás. Ya no duce menos, pues el modelo es apremiante y suscita reac¬
hay deseos de comunicarse, ciones de rechazo, el deseo de ver otras experiencias� de
Considero que esta neutralidad pasiva es quizá más encontrar un camino personal.
grave que los conflictos violentos entre las generaciones.
Lo contrario del amor no es el odio —el odio es lo mismo
que el amor—, sino la indiferencia� la neutralización de las
relaciones, el silencio contra el que no se reacciona, consi-

166
no puede sutíL'j.�T. Oirtj tt:�limonio interesante: en el grupo
informí!do> las. que llevabíin DIU, cuatro en total, respon¬
dieron que era porque no podían cvUar tener relaciones se¬
xuales por temor de quedar encintas, Y que. una vcí plan¬
teada realmente la po.sibilidad, se habían i�njnqueeldp ante
las consecuencias. Por elle, habían tenido que recurrir al
C a p i t u l o 14 DIU. desoladas p�j�que querían el hijo, pero no podían asu¬
mirlo. Se descubría en ellas, con todo, una reflexión más
EL NUEVO COMPORTAMIENTO AMOROSO importijiiie sobre e! DIU. Porque las oirás del grupo de
contraste* las no-ínformadas, tecurren a é! in extremis como
un medio anticonceptivo «¿Cómo se pone el DlU �> <íEs
En antes del gran miedo pmovocaílo por el SIDA� cosa dtr mamá.�f Al principio, cuando se las informaba,
una tesis muy reveladora rctaLív� a dos grupos de chicos estas jóvenes calan de las nubes al s:iber que no era
y chicas eligió com& lema ta información concerniente a mejor de los anticonceptivos. Y para los que no estaban
los medios anticonceptivos y el recurso al DSU. La tesis' instruidos, hubo que vencer una resistencia terrible de tos
fue presentida por un obstetra de Montpelljer, Uno de ios padres át\ primer grupo a dejar que sus hijos asistieran a
dos grupos había recibido informactón sobre la antíconcep' sesionen de información. La primera vez, de Í50 convoca¬
ción y el aborto terapéutico: el segundo grupo, o grupo de dos, con el supuesto permi&o de los padres quv habían sído
contraste, con�iiaba deí mismo número de jóvenes, pero advertidos, solamente se preiientarun tres muchachos Hl
Éstos no habían recibido ninguna informactón� Se compa¬ presentador de la tesis, un médico muy conocido que ha
ró el número de DIU de los dos grupos, y se interrogó a dirigido la obstetricia la maternidad de MontptMier,
las jóvenes que formabart parte de ellos al cabo de tres y tenía un contacto muy bueno con los chicos� Consiguió
cuatro años. Las muchachas �dnformadas]> no tenían las hacer el comptcto en la siguiente sesión. Los adokscetucs
ideas muy claran, pero 3o bastante para haber comprendi¬ habían sido elegidos en las escuelas de ta regiónt
do que se hcibií�n dejado «cogería En cambio» en el grupo
de contraste eso siempre había sucedido por casualidad, Parece que. anfí prucozmcnte desf¡oradas, tas lóvencs
Las chicas no habían imaginado que lo que habían terúdo OCCideritfííeS� hastü /ui dieciocho ü veinte üños� ftÉfií'n f>OCíiS
como contacto sexual bastaba para quedar encintas� ni que re/úCEOnc5 verdaderas.
el DIU no era un sistema tan bueno como la pildora. En
el grupo de las informadas, había cuatro DIUs en un total En la intimidad platónica. Se pasan su goma de mas�
de 150 chicas, mientras que� en «l otro, de un mismo nú¬ car con ¿stasis, comparten su coca-cola por el gollete, in¬
mero de muchachas, erar* once las que llevaban el DIU. tercambian su porro-calumet, y se besan en la boca La
Bn todo caso, el 96% h�bia tenido relaciones sexuales a enseñanza mixta generali��ada no deja de ejercer sus efec¬
los quince aflús, los chicos a los catorce, la$ glijcas a ]o& tos, Ya no es el tT:iundo imaginario que vivían los chicos y
quince. La maí�oría procedía de una pequef�a ciudad del las chicas cuando habia clases separadas y sólo se encon¬
Midi. El 4 % habían aguardado a los dieciséis años para traban en los tiempos libres.
la primera relación sexual. El recurso a la pildora es. pues.
más frecuente entre los adolescentes informados. En el pri¬ He tenida? fícasíán de intcrroj�ar a jóvenes arf�elitias
mer grupo, los muchachos creían que un contacto Intimo sobrt ¡as relaciones enrre et hombre y ¡a tiinjcrr la iniitni-
puede dejar vmbarajad a a la chlca� incluso la primera vez� dad es algo innombrable.
mientras que en el otro grupo creían que la primera vez Citemos ei caso de una muicr argelina dtvordada �uc
tiene a su eargo dos niños de doee y írt'Cí' crÑns. íia íenido
I, eje Jcannf Chain *iUe volver n casíi ds sus padres, que no la tienen seciies-
168 169
Irada pero sí envtausfrada, y se considera como algo total- El sentido se pierde, y los sentidos no están agujados
mente evidente que no puede siguiera suscitar una discu¬ como antes.
sión. Pasadas h s diez de la noche, m se ptaniea h posibi¬
lidad de que elta salga de casa� una madre que tiene treirUa Es quizá más que el egoísmo de dos, una especie de
años; y sería incongruente que ella abordara la cuestión fantasma andrógino.
con su padre. Oesde luego, etj semejante cultura y con un
tabú tan intenso, hay en los jóvenes una mayor tensión, Son como hermano y hermana.
un mayor deseo de vivir algo fuerte y superar obstácuios.
£jídn completamente aprisionados, y et amor que tienen Actualmente existe una feminización de los adoleS'
por una muchacha que les está prohibida por razones pu¬ ceníes.
ramente sociales o familiares� se exacerba, y son capaces
de salvarse, de marcharse, haciéndose rechazar completa¬ Las muchachas, a los doce o trece años, atraviesan una
me nte por el clan, considerados como traidores. Cabe pre¬ fase de indeterminación que neutraliza completamente la
guntarse si en Francia no hay una dilución del deseo y de sexualidad. Una revista femenina efectuó una encuesta
las pulsiones debido a una excesiva facilidad, chicos y chi¬ sobre cierto muestrario de jóvenes, relativa a la homose¬
cas que van y vierien. mezclándose, todo el mundo besán¬ xualidad. Mediante una conversación se intentaba captar
dose a toda hoTtir la manera en que los adolescentes de Ambos sexos dispues¬
tos a hablar vivian una atracción amorosa por el mismo
Conocí a una mujer a la que su marido ya do la besa¬ sexo, una amiga o un compañero. El problema es que no
ba en la boca; la había co nquista do pcr<iu<í le había dado saben si deben inquietarse* angustiarse o culpabilizarse, al
un beso en la boca, y luego ella siguió buscando crbcsado- DO haber nadie que les diga: nEsta atracción no quiere decir
res». Pero él jamás le dejaba experimentar placer en los que estés condenado a la homosexualidad.»�
besos. Era como una adolescente. Hay algunos que� efectivamente, descubrirán en ellos
Antaño. lo:¿ ingJescs se besaban en la boca, al igual que esta tendencia» y deben asumirse como tales, pero para la
los rusos. Mi marido me decía: «Pero no es nada befarse mayor parte se trata de una experiencia transitoria. Forma
en la boca.» Todo el mundo sabia qué no era un acto sen- parte del paso. Es una experiencia narcisísta. no homose¬
suaJ. En la Iglesia Ortodoxa, se besa en la boca al pope, xual. Es uno mÍ!jmo consigo mismo. Un medio de conocer
que tambícn besa en la boca a lodo el mundo, pero se trata las propias sensacioties con un doble de uno mismo, peix»
de algo casto. . IjOS jóvenes de hoy, cuando se bt'san en la no todavía una relación procreadora con otro. Es una re¬
boca pijbücatnentc, lo que hacen es simplemente demos¬ lación epidérmica, un rozamiento, no un encuentro ver¬
trar a los demás que están juntos. En América del Sur se dadero.
veía antaño, en todas las puertas cocheras� a la muchacha
contra la pared y al chico contra ella� de pie. Eran casi Esos tártd�ms de adole."teenies del mismo sexo, ¿no de¬
sustitutos del coito. muestran cierta timidez frente al otro sexo?
En las calles de Roma, sobre hs pequeñas muros de Seguramente a estos muchachos, entre los cinco y los
las fuentes, en las plazas públicas, hs chicas montan a siete afio5> les faltó una complicidad con el padre, con re¬
horcajadas sobre los muchachos en ia postura del acopia¬ lación a la madre, o a las hermanas. At niño le faltó un yo
miento. No se ¡rata sólo de una trívialización... En cierto ideal que le ayudara a poner el pie en el estribo para las
modo, es una desensibilización en la medida en que un elaciones del hombre con la vida... Y lo mismo ocurre con
intercambio, incluso fisiológicamente intenso, carece de im¬ las muchachas que viven una seudohomosexuaiidad. Sti
portancia. madre vivió mal el período heterosexual de las pequeñas
fascinadas por el padre que las mimaba demasiado, que

170 171
I«s consomía demasiado finajmenEe, la madre �ínLÍa cclo£ Fecíentetncnte� una emisión feiívisada de Jean Mürie
de ]«is prerrogativas de la muchacha con el padre. Cavada fue dedicada a íííí íema: n�Hay ima nue.va con¬
cepción de ia parcja?u ír�Cdmu hablan íús jóvenes del
Bfi hs corifidencia.'s que se hacen ias adoieacenías� í'm- amúr?i> ÍV ííífl íí deducía qw h pasión ya no es frt abso¬
ciuSO na haya entre ellai atracciórt amorosa, com- luto una aspiración� es más evitada que buscada; y, en
phí�idctil fístíra, d�ícahre yepÉtidamúntÉ lü presÉiicta di cambio, ía fideUdad es unjn exigencia muy fuerte. Bl amar
un ííprtú-' el miedo haciü W íúmátio deí pene. ¿Acaso na iocc es algo anticuado; h rfiación aní&rosa se lÍTrtita. ai
vien¿ e.Tí? de hí mufCTCS aseendíénícsy mve¡ consciente� a !a ternura-cpmplicidad.

No. Eso viene dd deseo inconscknlc de vioEaclón. El Y<3 sintonÍ7jo con estos pvenes, porque hati comprendi¬
deseo de víolaciñn dcsiructor forniii parte de lu que sü&ctU do que la fidelidad es algo más que la fidelidad del cuer¬
ta el dc�eo en b muchacha frente a su padre. po en todo momento y sin inlemipción. Parecen decir que
ja pasión es Como una enfermedad a�uda. utia enorme
¡nclttso autiquÉ $$ traduzca CU miedo� traía tam¬ bronquitis, un catarro; si eMa tiene por objcío una tercera
bién ¿fe i4Tt destío? persona, eso no justificó romper b fidelidad. La pareja sub¬
siste, con o sin extravío.
SI, Es un dc � porqufí días lo expresan en términos de
fobta. Porque, dt-lrús de t$e enorme pene, está ía madre dis- Cuando se pregunta a estas parejas d( ¡óvenei enamo¬
gusLada, el píidre que hará daño� y madre que le dará rados que iniciíín vida en común qué esperan une? del
una paliza... crLa prueba de que no está hecho para ti es Qtro� responden, lacónicas: aBsiutnos bien jitníos.�í
que to está para los mayores, Bs un pene grande.» Cuanlo ¿�0 íioj encontrafnot en una. plet\a confusión de valo¬
más peligroso puede ser, más cfjntíiiü� b nifiiía de seis años res? Este bienestar físico, este confort¡ ¿nc pueden ser co-
l�antaseando con aquel enorme pt�ne, No porque si por lo iocados en e¡ rrr'fitíp plúnv ijue el scntintienío amoroso?
que los griegos representaban a las hombres con penes de
niño de diez años. Habían comprendido que crá necesario Creo que e$tos jóvenes llegan de nuevo a una conccp-
que e) miembro no fuera exager�ido para que lo pudieran ciórt ética que ha tstadg siempre vigente en Francia� la pa¬
ver las mujeres Jóvenes. Que fuera un significante de la viri¬ reja es para durar, y las pasiones son pasajeras. Por reac¬
lidad muy pníq](Ko, muy ímponante� que no d�bí» faitar (sin ción contra los matrimonios de interés, los matrimonios for-
él no se era hombre)j pero no aterrorizador. El rostro era stados. la tendencia en el siglo pasado fue na soñar más
viril; el sexo, infantil. Aciualmente, cuando ias mujenís tie¬ que en matrimonios de amor apasionado que, naturalmen-
nen esta fantasía de ün sexo enorme, es porque sin la eipc- it, no pueden durar. Hay siempre atnbivalencia, pero üna
riencia de relaciones v í í i muchacho?» de su edad, se han que¬ ambivalencia que orientada hada una estimación redpro-
dado con fantasías de niña con una perversión terrible. Tuve en una responsabilidad asumida por las dos partea. Lo
que atender a ntfias que habían íido en realidad violadas que no excluye una infidelidad de algunas semanas por una
por el abuelo y que dibujaban siempre ti wxo masculino pasión lateral'
muy pequeño, minúsculo, al final de una especie de hilo con
pelos engastado cam& km? miniatura Me sorprendió muctio ¿Pero no ve ustí d ert eih un gran conformismo?
ver esta {«üpecle de engaste tan pequeño, en ios dibujf>$ de
testículos y de penes hechos por niños que habían sufrido No. no veo en absoluto una actitud excesivameníe ho-
la práctica con e[ abuelo y que estaban pervertidos�. En este S�fefia� porque precisamente es sincera- franca y sin sub¬
caso, ta escolaridad estaba con frecuencia retra$ad3. Eso me terfugios. y eso no excluye arrebatos de pación, aventuras.
permitió comprender qué quieren decir en la estatuaria an¬ enredos pas�ajeros. Uno puede acostarse una veintena de
tigua tas proporciones de los órganos del varón► �cccs con alguien sin comprometerse. Ahora que existe la
172 J73
pildora, ya no se tienen hijos c u a n d o se vive una situación Perü ¿no es irttrüvértida su actitud? ¿Acaso no viven
irregular. Pero cuando se está casado, es raro que no se üfí narchismo de dos?
tenga voluntariamente un hijo. El hombre puede ser un ver¬
dadero bigamoi tiene sus hijos con la mujer que ama. y Quizá, Pero eso no se quedará en dos, porque tendrán
luego brota una pasión� que se convierte en estimación por hijos,..
su compañera, y quiere an hijo de esta mujer, y ella tam- Tomemos el caso de un hombre a quien yo conocia bas¬
bicn� Tiene un hijo ilegítimo: pero como actual men te está tante. Se divorció de su primera mujer con la que tuvo dos
admitido por la ley, como podra continuar responsabilizán¬ hijos, que ahora son adultos, C�no de ellos está casado y
dose de él por poderes después de su muerte, es como si es padre de familia.) No hace mucho me enteré de que su
se despenalizara al hijo adulterino. Y es correcto, porque padre se había divorciado por segunda vez Durante cinco
se tiene necesidad de nidos. La ley también ha cambiado: años, mi marido y yo le estuvimos viendo con su segun¬
d hijo adulterino hereda, el hijo de un concubinato here¬ da mujer, y yo creía que era una concubina porque tenia
da. Me alegro de que los jóvenes comprendan que el esta¬ su edad, era una dama muy rozagante, muy diferente de
do conyugal es algo más que la pasión. su primera esposa, una mujer inteligente que habla cria¬
do a sus hijos y que, visiblemente, le quería. No hace
El amor no puede limitarse a la contplícidad,.- mucho le invité a cenar. Me dijo que no se casará con su
compañera actual, con Ja que convive desde hace tres
La palabra complicidad tiene un regusto de culpabili¬ años. Le pregunté; «¿Por qué te divorciaste de tu prime¬
dad. Se es cómplice dv una mala acción. En el juicio de ra mujer, la que conocí con Boris?» «Bah, por poca cosa.
los jóvenes de hoy, el término significa otra cosa; pien¬ Cuando la veo. estamos muy contentos de encontrarnos,
san que el compañerismo supera la armonía sexuaL In¬ pero no sentíamos ya placer estando juntos... Está mejor
cluye la cama, pero no es sólo la cama. En el siglo XIX. con un individuo mucho más joven que yo, que soy de
uno no se casaba con su compañera sexual. ¿Cuántos su edad, Y además, yo encontré una mujer con la que
hombres tienen una amante a la que desean epidérmica¬ me siento bien. Es soberbia, y nos convenimos mutua¬
mente pero a la que no aman? Y pensar que sus mujeres mente. Ella permanece libre...» oDices "libre". ¿Es que
amenazan con divorciarse si no abandonan a sus aman¬ te engaña?t> «No, no tiene necesidad de engañarme. Yo
tes... Una amiguita con la cual no pasaci siquiera el fin soy librCt pero no ta engaño. Ceno contigo esta noche.
de semana. Son las esposas legitimas las que, por la opo¬ Bueno, pues ella no siente celos de que esté en tu casa:
sición que ejercen, obligan a sus cónyuges a ocuUar como se ha ido a los deportes de invierno mientras tanto. Está
un secreto de Estado algo que no es importante... Y eso muy contenta. Por teléfono me dijo: "Saluda de mí parte
aunque la relación de su marido no cambie nada de su a tu amiga Fran�oisc/'ii «Pero, entonces, con estas tres
vida cotidiana —tienen todo lo que les hace falla, los mujeres de tu vida, ¿de cuál te sientes marido?» «Mira
niños también, el padre se ocupa de ello—. Basta que —me respondió—, de todas de una manera diferente, pero
una carta o una llamada telefónica les revele la existen¬ creo que acabaré mis días con mi primera mujer,» «¿Por
cia de una amante para que ellas exijan una ruptura in¬ qué?ií «Porque aparte del placer y de la trivialidad, es
mediata. t<Ella o yOr» con mi primera mujer ton la que he tenido el mejor com¬
pañerismo. La verdad es que ya me siento muy contento
Si ios fóvenes se cotrtentan con esta camaradena, ¿no durante las fiestas familiares en que somos los abuelitos
vflw fl privarse de responder a los grandes itnpuUosy de nuestros nietos.
He citado este caso porque demuestra claramente el
Pero ¿por qué? Siempre pueden tener grandes impul¬ valor del compañerismo entre un hombre y una mujer a lo
sos fuera. largo de una vida libre.

174 175
Para hi wmoí de mañana, aftí puede radicar ta pcsibi- to joven, de una ausencia do verdadero intercambio con
Udüil de una rtueva socialización. T�ttdrán tíos a ¡a a/rícú- las chicas eti \a época do la vida escolar, debido a la cnse-
tía con ios amafítes de su madre. fUnza mixta,..
Hay demasiada coeducación para que las muchachas y
Cuando este hombre cuya historia conyugal he mendíi- los muchachos estén un poco idealizados unos por otros.
nado. y que es alguien serio y respoTisablep se divorció dt No se hablan realmente. A Jos trece años, las colegialas
]a madre de sus hijos� éstos teman dieciséis y dieciocho tienen tendencia a permanecer entre ellas y a mirar a los
años. Cortilnuaron viviendo con éL De vez en cuando k chicos que hablan de ellas únicamente en términos des¬
decían: í<Estoy hasta la coronilla de li; me voy a vivir con pectivos. Como aquel muchach<� que repetía a sus amigos
mi madre.» En aquel momento, estaban en el instituto, y que las chicas no eran más que agujeros; tenía diez años.
se alegraban de poder alternar. En lugar de dejar que los muchachos la reduzcan á un ob¬
jeto de mofa< Ea escuela podría enseflarles la psicología par¬
Es más difícil Íínír éjtío en ííííJ adaptación con los ticular de Ja mujer en sus njiaciones con el otro sexo (y
itiños erí plena pubertad; es más arriesgado� que nada tisne qut ver con las reacciones masculinas).

En este caso, ellos habían suptrado de mucho la pu- Cuando escuchamos a chicos de trece, catorce e inclu¬
bíriad� Creo que las costumbres actuales exigen niños más so quince años hahiar de mujeres, recordamos ü menudo
fuertes que ]t>s. de antaño. Van a volverse autónomos má« Ta¬ una expresión: «Todas son putas, salvo mi madre,»
pidamente.
Esto no es folklore. Creo que siempre ha sido pensado
¿Cr�e uít�d, como Evelyne Suiierot, que la íiHíertCíú de por ios adoiescentes. La madre es la única; precisamente
discurso amoroso thrié importancia? Lo que eíia ¡lama después de ia prohibición del incesto se admite que ella es
curso amoroso tenía lugar en la épúcn en qué íscríbtan idealizada en si misma. Y que la se�tualldad es para Jos
cartas de ternura. Por ejemplo, eir las cartas de hs solda¬ hombres. La sexualidad se convierte fácilmente a los ojos
dos 1914 dirigidas a sus mujeres y novias encontra¬ de éstos en una porquería. En cambio, para las mujerts la
mos pasajes admirables. �Está quizá el discurso amoroso sexualidad no es ninguna marranada, porque da la vida,
Los muchachos que dicen «rtodas son ptitas» no han con¬
resurgiendo en formas a las que hs -íféierano� no son sen¬
sibles? seguido discriminar una chica de otra. Para ellos, todas se
parecen, puesto que son o pueden ser sexuaimente de otras
Los jóvenes creen que expresan ííu sensibilidad amoro¬ hombres tanto como de ellos. El día en que son de ellos,
sa escuchando música, juntos o por separado. Ofrecer un es una puta que han conseguido ganar a otro� y no pue¬
disco o un cassette de canciones de amor vale hoy por una den llegar a convertirse en hombres que aman.
c�a personal a su amiguita.
Antes su regalaba siempre ñores. tvDigaselo con floresjr �No cree u síid que es algo pasajero? Había de elh
Había un lenguaje de Us flores. como si fuera algo perm¿inente..r

íji joven generación ha entrado quizá �n la edad del Yo creo que los soldados de todos los ejércitos de Fran¬
confort amoroso. Marcel Aymé denunciaba el confort jnte- cia. diísde aquellos que fueron a conquistar Holanda bajo
kctual. Y eí que le sucede es el cünforí intelectual. Luis XIV hasta ios veteranos de 1914, todos han dicho eso.
Ha cuanto veían una mujer, se la imaginaban sólo como
Las parejas jóvenes prefieren permanecer en ta latcn- unas enaguas a arremangar; eran todas putas, excepto la
cia amorosa. No se dan» se prestan mutuamente para no madre. Y la Virgen. Y sof�aban que lüdas las mujeres fut-
estar solos. Es una huida d� b sokdad a b edad del adul- � como sus madres, es decír� sólo para ellos... Hasta d

176 177
siglo XIX, se consideraron con el derecho de matar a todo de: ííLa sexualidad entre nosotros marcha bien.i) Lo cual
aquel que miraba a su hf�rmana. Como si sus hej'manas no era el sentido del estar «fbien juntos*� de veinte años
fueran ¡neesluosamenií «uyas, a condición de no tocarlas. antes. Lo que da a las parejas otra oportunidad. Porque
Y eran intocables, porque no las tocaban» Una apropiación estar �cbien jumos)� demuestra que no se tiene necesidad
incestuosa con una nub<? de desconocimiento. Creo que un de ir a buscar a otra parte. Quizá el deseo no sea ya una
chico que finalmente ha encontrado a una mujer que ver- cuestión de intercambio epidérmico, sino cultural. Hoy se
daderainente le conviene no dirá jamás que es una puta, trata de hacer un depone en común, comprarse una casa,
sinoL uHs diíícil de conquistaru, o lo sentirá, aunque no lo tener hijos. Una pareja no tiene, sí no quiert, descenden-
diga. Cuando se vea despechado, entonces si dirá: 'fEs una cia, mientras que antes ta tenían aunque no quisieran. La
puta»), porque no ha sabido c6mo atraer su atención)» Pero mujer no podia rehusar el hijo. Forrosamcnic, esta posibi¬
no piensa eso cuando ama a una mujer. Cuando se piensa lidad de elección cambia completamente la vida de la pa¬
que un hombre tiene millones de espermatozoides, y que reja. Entraña una nueva relación smorosa�
la mujer tiene únicamente un óvulo, y que por un instante
de coito arriesga su piel por nueve meses, uno comprende
que ella tenga una idea diferente de la sexualidad. En los
animales ocurre algo semejante. La hembra tiene ante la
sexualidad una actitud muy diferente de la del macho. Es
interesante ver cómo ha evolucionado el lenguaje concer¬
niente a la sexualidad, Pero opino que las emociones son
siempre las mismas, emociones que hay que cultivar y
hacer madurar con relación al sentimiento de la responsa¬
bilidad y del encuentro de corazones y mentes. Creo ver¬
daderamente que el compañerismo fiel es algo diferente del
amor erótico. El compañerismo fie) que todos estos jóve¬
nes buscan. No es por casualidad por lo que valoran como
la primera cualidad de su pareja la fidelidad. Es una acti¬
tud nueva, Antai�Oj los muchachos no se consideraban li¬
gados por la promesa de fidelidad que hacían en la iglesia
o en el ayuntamiento. Es un verdadero cambio el que apor¬
ta la generación actual. Encuentro que esta generación uco*
munica» bien en la vida y en la relación con el otro. Ni
demasiado tímidos, ni demasiado exhibicionistas. Esto
antes no se llevaba. Los jóvenes que participan en las en¬
cuestas televisadas no se sienten coartados de hablar uno
delante del otro. En la emisión de Cavada, todos tenían e!
derecho de decir lo que pensaban aun en presencia de su
pareja. No sí la generación que les precedió diez afios
antes hubiera tenido esta libertad. chica hubiera mira¬
do al chico cuando le hacían estas preguntas para saber si
ella podia contestar, Y d chico» cuando se le preguntaba
aigo� habría mirado a la muchacha. Hoy, todos hablan en
su propio nombre.
Cuando dicen que están tibien juntos», se sobreeniien-

17fi 179
TERCERA PARTE

UN ESPACIO PARA LA NUEVA


GENERACIÓN

i'Quiero ser yo quien decida por míu


P hi li p p e, tr«c« a ñM

hSí desde la edad de diéZ, once añoSt supie¬


ras que a los quince serias mayor, te preparar
lias para elh.v
FRANCOISE OOLTO
Capitulo 15

LOS DERECHOS Y LOS DEBERES*

T�rjitndo efi cuenta h Usislación que es efectivaminte


bastante restrictiva, carenciaí, pííroáójica e incluso contra-
dictariíif gl derecho de ios menores e$ más bien ei derecho
de ¡os adultos sobre ettos.

Y eso lo que hay, V más aún; si consultamos la ju-


ríspnideftcia de los tribunales de apelación qu« han tenido
que resolver los casos en litigia, comprobamos que tales
dcredio� están sujetos a discu�wT�, a interpretación. Cuán¬
tas vecc$ ni siquiera son aplicados, puA$ ti menor ñu los
conoce bien, y no se atreve s reivindicarlos* aL no saber
dónde debe presentar su queja. Si va a la comisaría de
policía, lo más probable « que ío devuelvan a casa de sus
padres,
Tanto si el hijo es íegítimo como natural e ífldH,?P si
es natural� si es menor y no emancipado, hasta tos diecio-
cha años no puede abandifnar ¿í dcmidh'o de Jos padres
sin autorización de éstos. No puede elegir librtmente sus
compañías porquct en última instancia y íegaímenlet tos
padres pueden proMbirh ver a quien $ea� excepto a tos
abuelos. S o puede hacerse enviar correo a la íista sin la
autorización de ano de lús padres.

No puede recibir corrco cetra do en el domic! Lio de sus


padres.

£n «tic capitulo, como en dtL libro rcfrhdoi m


la Ic�i�l�cpbri tí h# considendo mcjar no proceder «un*
*�dapi«ci6ni> A Lda kgisindvne» las países de hablv por
cslas muy diversas� y car* no la abra tfc La
W, JfJ íJ
1S3
Bn cuanto a la correspondencíot teóncarn�níet salvo por esta inmensa privación, fue enérgicamente culpabítizado,
sení�Tjda jndhiaí, el padta íutelar no puede abriría por¬ cuando realmente la cosa sucedía entre nífios, a&í pues de
que podría incurrir en viatación de correspondencia. una manera lícita, nada sospechosa, y, tal como c\ ha ex«
pilcado, enteramente casta, W. La estupidez de los
No hay violación de corresponde neja en lo que concier- adiuhos le impidió liquidar su Edipo pr«ct$amenie de una
nc a un chtco o chica menor de dieciocho años. manera sana, de orientar su heteT�osexualidad h�cia una ni-
fia ajena al marco familiar, y, gracias a ello, vivir una
LIBERTAD Y DEPENDENCIA � ternura confiada con los adultos de la casa, sin poner en
juego su sexualidad como un niño retrasada al que se obli¬
üxijo la Mbertad de: Chicas Chicos Un fuet elic ga a permanecer solo, a contarlo todo, a decir a papi-mamá
í%) lo le pasa» etCn Una violación asi de la relación entre
íó ya Sentencia dosque
(%)
Recibir y expedir mi correo . . ► . seres es un desastre. Es dramático para un níflo muy
. 7S 73
en un caso si joven, de cmco*seis años. La interceptación del correo
Salir con toda libertad con unU) amigoía). 60 71
puede mutilar el narcisismo, sobre todo si es con vistas a
Elegir mis periódicos» mis distracciones, milar� y quitó la vigilancia sejcual. Asi pues, es la madre la que rivaliza
mis compartías 5S 71 la razón a la fa incestuosamente con un amor de su
hijo, o ei padre* ho-
Elegir mi profesión y mis estudios 64 62 milia <�ue había mosexualcnente... O bien son los padres Jos que se arro¬
50 56 abierto el corr el derecho de ser incestuosos con sus hijas. Es muy
ea. La histo¬ gan
Nc soy libre de: Chicas Chicos ria de Guy Bé grave.
C%) (%) art demuesta q
Otra restricción� la religión�- hasta tos dieciocho años
Decidir cómo empleo mi tiempo 70 58 uÉ esta irrupci tí joven no tiene derecho a elegir su religiónr E¡ titular de
ón en (a vida Ja autoridad
Salir libremente con un(a) amigo(a) . . , , 64 41 paterna es quien puede hacerle, o wo, adop¬
Militar y manifestarme privada epistol tar una
56 56 religiónr..
ar puede entrU
Tiar drgmatisrno. Éi habla de
ello discreíameríte un sus memorias, La esperanza loca: La autoridad paterna C9 una expresión eí�túpida. Más
cuando era esiudíante, su madre debió de interceptar el vale decir «la rísponsabiiidad paterna
correa, y el desvh de esta caria rompió su primer amor.
Muerto� el niño puede hacer que Se cumpla su volun¬
tad.. Hubo una sentencia de un tribunal (fué se habia hecho
El ccmediante MicheJ Simon decia (�ut janr�ás se había
cargo asunto �iguiente�- un niño enfermo que se mos¬
recuperado de la interceptación de un incr��jc amoroso que traba muy ferviente en la práctica del catolicismo ortodo¬
envió a los nueve años a una nifiita de ocho. Este tierno xo había expresado por escrito su voluntad de ier cm fe/ra-
mensaje fue ccinfiscaUo y descifrado por Jos padres de ta do según et rito ortodoxo bizantino... Estaba muy lúcido,
niña. Armaron un escándalo tremendo, y le prohibieron vol¬
como muchos nMos enfermos. Pero la madre no quería que
ver a verlas eso le produjo una inversión sexuaL Cuenta
esta ft6p9T3ción brutal de aquella niña a la que ét adora¬ fuera enterrado según el rita ortodoxo� sino latino. Final-
mentet el juez folió en favor del niño.
ba, y a la que en adebnte se la prohibió vcr� Además de
I. (Jí L'£.xprtSSt 5-11 de septiembre de 1977 Sí el asunto fue a parar al jueí� es porque tos padres
ataban separados, y» sin duda, uno de ellos era ortodoxo
LS4 y el otro, católico. Es realmente el colmo que sólo se ten¬
san en cuenta las convicciones del níAo postumamente,

185
En el terreno religioso� el hijú de: tift matrimoriio mixía médicos piensan que lo anticoncepción es oportuna en un
í i í / f í coacciones. Si r/ pndre es m usulmán, no se h pre- determ inado caso; otros no lo creen� pero la prescriben,
guttta 5ü optTtión íil foveti; amornáticamcnie, es mttsuímátL porque se trata de una futura diente.
Hubo una época en que, en una familia caíótíca, r�ingun
m i em b ro podía casarse cott uji protes/ante. Se han d a d o Si la menor está informada y motivada, tiene dtrccho
cüJííí d e coacciones para í�biig�ar a pr&ctlcijf una religión. a recibir tos beneficios de la antjconcapción. pero en el bien
Todos ¡os Jóvenes no cjcpresan, qtttzá, su elección� pero hs entendido de que se iraia de rei�ci[>nes con un adulto, por¬
hay que /tan o p iado en cotictertcia. Cahe s i ñ a í a r que la ley que a un muchacho de su tdad It está prohibido tener re¬
fia pre visto esía C<faccinn hasta hs dieciocho aüOS. Y cuan¬ laciones cof� ellc�
do p e n sa m o s que, precisantente, los p r ot e sian t es han pre¬
visto í}ue n h$ qiiittce afíos se haga la comunión, eti dere¬ El matrimonio sóío e stá legalizado a partir de los quin¬
cho habría que esperar a los dieciocho años pdra p od e r ce años c u m p lido s para las ckicaSr es decir no antes de
elegir la confesión, si tos padres »o tiídn de acuerdo. los dieciséis, y dieciocho üHos cumplidoSt es decir en el año
Esta obligación es abusiva. diecinueve, p o r lo que íf refiere a tos ntuchachos� Para ca¬
Por lo que se refiere a la educación, los padres han ele� sarse a partir de /oí trece anos, una muchacha debe obte¬
glifo p o r sí solos iist£mo de educacíórt� sin p r e gun ta rh ner una dispensa d c í presidente d� la República
al nma Y lo m ism ü con la instrucción. Si el niño quiere
orientarse prácticamente, hacer atemán ert vez de tngiés, Para obtenerla, basta con que este encinta y que los
ntt puede decidir solo� po r í ( mismO. padres de las dos panes estén de acuerdo para hacerse
cargo de Los gastos de la educación del hijo que va a nacer.
Los irtstittiti» no accpt�n la opción del nifto. si lo� pa¬
dres no están de acuerdo. Incluso por lo que se refiere a Vn minor p u e d e regular las condiciones de sus exe¬
una lengua extranjera... quias.

M ás asom b ro so ¡odavia - la vida sexual de las mucha¬ Pero los padres pueden oponerse a la extracción de ór¬
chas no existe antes de !os quince años, es decir que un ganos de un hijo muerto en accidente, aunquü. en público.
chico está frfuera de la ley�f si ilerie una relación sexual, por ejemplo en la clase, con ocasión de un debate, el nlflo
siquiera pürCiaL con wwd muchacha menor de quince üñost hubiera dicho que quería legarlos. �Si muriera de acceden¬
puede ser acusado anre el iribunal d e menores. te, quisiera que mi cuerpo sirviera para curar a otros que
lo necesiten >1 í-os padres tienen el derecho de oponerse,
Las relaciones sexualtía de un adote$cente con una mu¬ aunque el maestro y todos los compañeros de la clase cer¬
chacha de su edad s o n casti gabl es. No lo son si una tifiquen que el pequeño dijo en la clase, en voz aka* que
muchacha de quince años ca con un adulto. Si el chico querií) donarlos. Me informaron del caso de un alumno que
se acu t s i a con una menor, un joven de quince años cum¬ incluso había preguntado en clase cómo podLa hacer para
plidos podría Ser perseguido, legar sus órganos. Se le respondió� í�Como eres menor, no
puedes hacer nada: pero puedes decirlo a tus padres, pue¬
Encontramos disposiciones com pletam ente paradójicas. des decirlo a todo el mundo.�r
de un íado* un muchacho que no tiene quince úñaf no á�he
tener relaciones COn uria menor: d e ofro� ías m uchachas A los q u i n t e años un hijo natural líeva c í nom b r e de
pu ed en utilizar la anticoncepción sin ta autorización de su su tnadrCf porque ésta Ío ha reconocidOt y no su padre. Si
madre, Bl ginecólogo puede negarse a recetar la píídora, el padre, a íh vez. le reconoce, íí niño es liamado ante el
pero a riesgo de que sus pacientes te digan-' Doctor, si juez de tnennrt's para que dé su coníentim iento. £n este
usnd no quiere hacerlo, me voy al d e en frente.i} A lgunos caso, el p a dr e «f* puede decretar autoritariamente." uLo tí-

1�6 187
conozco. Llevará mi nombre,it Es preciso que el ¡uez de ¿travesaban Europa, atestados de judíos griegos dcpona-
menores consigne s¡ consentimiento del niño. Es uno de dos a Polonia. A los pasajeros no se les decía a dónde iban,
h s raros casos en ¿juc su opinión es nccesariü, donde d Por miedo de que enloquecieran.
aduho no puede decidir a su gusto� Escuché el testimonio de una mujer Fugada de los cam-
pos. En Drancy. antes de embarcarse para Alemania, la
Es muy importante consultarle sobre ei nombre que mujer tuvo que entregar todo el dinero que llevaba enci¬
ma. «No se inquiete; ha hecho usted una declaración ofi¬
quiere llevar: poro quince años, b verdad, es un poco tardía
cial, Le devolverán el dinero allí donde vaya a trabajar.»
Hay otras decisiones graves en las que el interesado no
licne r\y voz ni voto anitrs ele los dieciséis e incluso diecio¬ La mujer hizo el trayecto convencida de que le cambiarían
cho años. d dinero y se lo devolverían durante el traslado.
El hecho de pensar que el niño se inquietaría demues¬
Eí pupilo del Estado puede, a pariir de los trece años, tra lógica en los responsables de las deportaciones. En el
ser escuchado por el Consejo de Fatniiia. fondo, los niños se pasan la vida sufriendo eso. incluso
con los padres más inocentes. Se ios Ikvan de fin de se¬
A los trece años- el juez puede citarlo, pero (ambién mana, sin prepararles» sin hacerles saber el programa� For¬
man parte del equipaje de los padres.
puede no hacerlo, aunque el joven quiera ser escuchado.
El jue?. decide sobre la conveniencia de oír al niño a partir
de los rrece años Mo es siempre el niño quien decide al Vn menor que escribe o compone no puede publicar
nadú sm la autorización paterna, pero puede decidir no pu¬
rcspccto.
blicar.
Pero podrá exigir que se le lean tos procesos verbales.
Minou Drouet hubiera podido oponerse a la publicación
En teoria. Pero ¿quién le informa de que tiene derecho de sus poemas. La joven estudiante que. en 1987, publicó
a ese libre acceso a los documentos? Es algo que no se una primera novela, y a la que se la llamó la nueva Sagan,
dice en las escudas. Sería preciso que en cuanto a sus de- hubiera podido decidir no publicarla. Si es pintor o dibu¬
rechos y deberes los menores fueran instruidos en las es- jante. un menor no puede exponer sus obras sin la autori¬
cuelas. Poder conocer decisiones tomadas sobre uno zación de sus padres, pero puede negarse a hacer una ex¬
mismo, ¿acaso no es lo mínimo cuando se han resuelto posición.
cosas relativas a uno en su ausencia? El dibujante Sennep se ganó la vida a partir de los diez
He oido cosas terribles, en reunioties de CSPP o de años publicando cada día un dibujo sobre temas de actua¬
DDASS. Por cjempíon un profesor de medicina que se ocupa lidad.,. Johnny Hallyday, antes de los dieciocho afloSt tenía
de niños declara perentoriamente: «Jamás hay que decirle ya buenas ganancias, pero era su tutor, el marido de su
a un niño, cuando se le cambia de institución o de fami¬ prima hermana, el que manejaba el dinero, y él no veía
lia, lo que se hace. Hay que decirle: "Vístete, y estáte pre¬ un céntimo, porque el primo le decía: <fEsto me reembolsa
de haberte tenido en casa todos los veranos desde tos seis
parado para dcmro de media hora; te marchas/' "Pero» años.» Este tutor no le permitió matricularse en el Conser-
¿adonde?" *'Wa te preocupes� ya lo verás." Cuando llega
a un nuevo establecimiento no hay que decirle nada� ni vaiorio de Lausanne, donde el chico quería entrar. Cuan¬
cuánto tiempo durará su estancia, ni nada, porque, com¬ do debutó en el teatro Olimpia, Johnny se dijo: «Voy a
ganar mucho dinero, pero ni siquiera lo voy a tocar, por¬
prendéis. si se le dice, armaría nnucho jaleo; mientras que
si no se le dice.- Bah, un niño,.. At cabo de tres días, lo que aún no he llegado a mi mayoría.» Y se fue a ver a un
habrá olvidado.» Esta actitud me hace pensar lamentable¬ abogado, el cual le dijo: «Escuche, si tiene usted un amigo
mente en un traslado penitenciario. de aspecto bastante impresionante, puede hacer una cosa:
Esto me recuerda incluso aquellos famosos trenes que cuando firme el contrato, puede obligar al empresario a

t88 189
que le dé en efectivo ta mitad de las ganancias previstas El único elemento positivo que encontramos en csie es¬
por el contrato� La mitad, no más; la otra mitad, según la tado de los derechos de los menores es unicamcnie en ma¬
Jcy. tiene que ir a su tutor legaL» Mi hijo Jean. que. en teria de salud. Cabe preguntarle si no sería necesario se¬
aquel momento tenía dieciséis años y medio, la misma edad guir este e;emplo y tratar de ajustar a el todos los otros
que Johnny, y jra amigo suyo, le acompañó a casa del em¬ campos, bien sea el secreto de la vida privada, la religión,
presario. Es muy cficaz en todo aquello que le gusta, y se la nacionalidad, la libertad de víafarp etc. El cocotero tiene
lomó muy en serio el papel de gorili�. El empleador aceptó necesidad de que lo sacudan. L& legislacióri actual no está
entregar la mitad de las ganancias en dinero. Al final de adaptada, y se presta a interpretaciones con frecuencia abu*
cada representación, en el momento de la upaga», mi hijo sivas. Conozco el caso de un padre que se opuso a que su
estaba presente para que el empresario contara d'�lante de hija, estudiante de música, pasara el examen anual de
él el dinero que le debía a Johnny sobre la recavdctdón curso del Conservatorio, porqtje coincidía con la tarde en
No había precedentes, y el empresario se hacía rogar. k¿Y que Él tenía el derecho de visitar a su hija... La muchacha
está usted seguro de que esto es tegal? ¿No me van a per¬ no pudo conseguir que le cambiaran el dia del examen, y
seguir por seducción de un menor, entregándoíe dinero?» para el padre su día era sagrado. irAunque fuera el dia en
No era sólo por explotar al joven; de lo que realmente tenia que te examinaras de bachilléralo; es el día eti que tienes
miedo era de la represalia del primo, que era el tutor legal que verme.» La chica tem'a dieciséis años.
de Johnny.
£/ concepto de autoridad paterna es citado a cada paso
En esta situación dé los derechos de hs adolescentes por Ifis problentas de la custodia, en las divorcios. Exami¬
hay dos cosas posiíiífas- un jov��n violertiada, nmliratado, nemos la definición dada por el le�iilador: nDerechos y de¬
puede, a partir de las quince años, presentar una denun¬ beres de custodia, de vigilancia y de educación ejercidos
cia por golpes y heridas, pero ejí necesario, sin embargOt en común por el padre y la madre.ji
un certificado médico. De lo contrario, es considerado como
violencias leves, es decir pescozones... m contenido no es real. El concepto debe cambiar Seria
ya hora de sugerir al legislador y a los responsables dt-
Una «corrección educativa»)... No le resulta fácil hacer los poderes públicos que manipularan otro concepto de au¬
valer algunos golpes, si no hay huellas. Puede haber coac¬ toridad paterna.
ciones que no dejen huellas. Por ejemplo,,, la violación de PhiiippL' Chailloux. un juez de Toulouse que ha publi¬
las hijas... o la pederascia del padre con su hijo... Los abu¬ cado un excelente libro, tiene una visión muy adecuada de
sos sexuales con los niños» tanto con varones como con este problema. Propone sustituir el concepto de autoridad
niñas» son extremadamente frecuentes. En !a medida en paterna por el de responsabilidad paterna. Bl papel de esta
que no hay certificado médico, no son tomadas en cuenta. responsabilidad es hacer que el niño adquiera autoridad
Las pruebas se basan en el papeleo. sobre sí mismo, para ir tomando poco a poco la autono¬
mía de las decisiones» sobre todo en el caso de los padres
Un menor puede ir a ver al médico que desee, por si separados. Dado que el papel de los padres es hacer que
mismo, y pedirie� naturalmente, el secreto médico. Desde � hijo adquiera la autonomía, que sea capaz de satisfacer
luego, el médico es libre de rehusar atender dicha consul¬ sus necesidades el día en que deje a sus píidres. £1 objeto
ta, pero no está en absoluto incitado por el legislador a de la tutela es preparar a otra persona para ser autónomo
decirle a hs padres, uNo he querido visitar o este mño, y no tener necesidad de tutela, así pues en convertirse en
pero ha venido a v e rm e . A q u í , aunque el médico, lo que autotutelado.
es raro pero puede ocurrir, no examine a su joven clienie.
su acto permartL'cerá en secreto La autoridad implica un castigo y no utt despertar� una
�ansmisión...,

190 191
La responsabilidad de los padres es dar al hijo las; social.�) En lugar de es ti mu ta ríos, se It'S hace firmar un
armas para que pueda prcscindir de ellas, ias armas flsi-
papel donde abdican de toda rtísponsabilidad,
cas, morales y te�n��lógícas de un ofido- Les incumbe en-
señarte� según el Decálogo, a amar solamente a Dios, hon- ¿ y adelantar ia mayoría de edad?
rar a sus padres llevando una vida de hombre o de mujer
fecundos, es ducir hacer como ellos al echarle a! mundo v La mayoría legal debería ser a los quince años, y la
asumirle. El papel de los padres e$ procurar que su hijo
sea capaz de hacer por sus descendiemes to que su padre posible emancipación a partir de los trece. Ya oigo las ob¬
jeciones: «Los padres ya no harán nada por ellos.» Eso
y su madre han htcho por él: educarlo para que pueda demuestra que ya no hacían nada. Cuando un adulto, por
dcjíir a sus padres y ganarst la vida. una razón o por otra, se f(dcsct>nectaí>, puede ser un acci¬
dente, una enfermedad evolutiva que le aiaca producién¬
Vn hijo emancipado puede elegir llbremetue vivir donde dole una incapacidad temporal o irreversible, y tjene que
dt quiera. ¿Y por qué no en casa de su padre o de su ser asistido, Así pues, cabe incluir en este riesgo a algu¬
madre ? nos jóvenes que, a una mayoría de edad adelantada, a los
quince o dieciséis años, no fueran capaces de desenvolver¬
¿Por qué no? Eso seria realmente una libre ekcdón se. pero que constituyeran la excepción.
Si los padres aceptaran, a petición del niño, la emanci¬
¿No se podría proponer al legislador que ajnpUara lú paron. estarían en su derecho de no dar ya ni un céntimo
noción de emancipación y la extendiera al derecho de hi a su hijo y dejarle convertirse por completo en un vaga¬
niños de divorciarse de sus padres? bundo. Si lo hicieran, eso demostraría que ya antes lo de¬
jaban abandonado. Si, por el contrario, se sentían respon¬
Mo, eso seria admitir implícitamente que habia incesto sables de su hijo* no dejarían de ayudarle porque tuviera
antfis de la separación. Por tanto, no se puede usar la pa¬ el estatuto de emancipadt. No estarla prohibido que ayu¬
labra <fdivorcio>j, Pero se podría dar al niño la posibilidad daran a sus hijos, aunque, claro, ella no sería obligatorio.
de decir que quiere romper la relación con sus padnes, aun-
¿Por qué lo hacen en la sjtuadón actual? ¿Porque es obli¬
que de momenio eso sería utópico, porque carecemos de gatorio? No. lo hacen para tener poder sobre su hijo, Mo
las instituciones de albergue capaces de acoger al niño.
hay argumento que se sostenga. Ni porque es débil, ni por¬
que está impedido: porque hay adultos impedidos asis¬
Se podría adelartfar la edad de ¡a etnancipacián, tidos.
He oído a muchos trabajadores sociales sublevarse con¬
cQué medida propone usted para favorecer la autono-
tra la mayoría de edad a los dieciocho años, porque, dicen, mia iutídica de foi adolescentes}
los menores que son un poco retrasados, con retraso esco-
lar, ctc.> a los dieciocho años son incapaces de tomar deci¬ No se avanzará hasta que en todas las escuelas haya
siones. Hay que establecer, pues, listas de presunta inca¬ un curso de ética cívica abierto a los niños, sea cual sea
pacidad. Igual que el Hsco ha hecho una ley que presume su edad. Aprenderían sus derechos y deberes a la edad que
que lodo contribuyente es un detraudador. esos trabajado¬ corresponde. La actual instrucción cívica es anacrónica Se
res sociales ponen a estos muchachos de diedocho años enseña a los ocho años cómo votar para elegir al presiden¬
en situación de permanecer débiles, asistidos. Se podria te de la República, cosa que no van a hacer hasta tos die¬
decir las cosas de otra manera: «A partir de ahora, si no ciocho. La educación cívica se Umita a buenas acciones.
te ves capsLL de arreglártelas solo, de encontrar una vivien¬ como dar la mano a una ciega para cruzar la caite. En
da y trabajar, existen instituciones donde los mayores de
Jtigar de dar clases demasiado tempranas sobre las insti¬
edad como tú pueden ir a inscribirse y pedir una ayuda
tuciones, más valdría iniciarles en sus derechos y deberes
192
193
en la familia y U sociedad- Bxíste una cmeL carenda de No se habla de ningún deber mutuo de unos con otro$,
educación d d comportamiento moral, personal y sociai. Es un deber para eJ niño mantener relaciones personales
con los parientes de ambos padres, aunque uno de elJos
¿í>j sHi'coí, tan prudentes ethSf han debatido en el Con- haya reñido con sus ascendientes o con Ja fatiniJia de su
je/o Fediffíi ta posibilidad de rebajar la edad de mayoría cónyuge.
sexual a qumce años, cofí�fñncidos de �ííí la evoiució?t Hay confusión de derechos y deberes.
de las GOstumbres va mucho más de prisa que la ley. El nEJ padre t�ue no tiene el ejercicio de la autoridad pa¬
prúyÉcfo de h y ha sido aplazado. La comiítón pür/amen- terna conserva el derecho de vigilar el mamenimierno y Ja
Íflrííi encargada dví iTj/ortne Iba más l�/os y proponta ios educación de tos hijos,»
catorce, h cuaf asusró a los senadores de Bern�r Si el go¬ Aunque el niño no viva siempre con él, sigue siendo
bierno federal de Suíía es rima �ae la mayorja de edad —o responsable de su cuidado. La responsabilidad incumbe a
la madurez ííJííaí— establedd�i en h s dieciséis años debe ambos padres. La autoridad no se comparte. La restK>nsa-
ser reducida a los quince, ello quiere dücir que en Occi¬ bilidad� &í- Los dos padres divorciados siguen siendo res¬
dente se pone etj teta de fnieto eí viejo sistema paterna¬ ponsables soJ id arios de sus hijos. El ;uez puede decidir con-
lista, fiarlí) a un tercero. Si eJ niño es confiado a una familia,
ilos padreíi ya no tienen ninguna auTorídad ni responsabi¬
Que los elegidos de una sociedad muy conservadora se lidad í Absurdo; $e ha querido legislar en un terreno donde
encuenircn de tÉpintc re tra sd ó s con rcJación a la cvolu- no cabe una reglamentación. He recibido una octavilla de
ción de Jas cofitumbresn es ua símbolo dd desfase general Mnéjalas vivir», para suprimir el derecho al abono- Esios
Pero en Francia, Jos reformadores están aún más retrasa¬ casos de conciencia no son coniempiados por los legisla¬
dos en este sentido qup en Suiza. dores. Lo imponante es despenalizar. No votar Ja prohibi¬
ción de abortar.
El deseo de los niños de nacer es algo que ningún texto
La ley sobre Ja autoridad paterna en el cago d«l divor¬ puede impedir que prevalezca.
cio ha sido recíen temen te modificada. He leído el te�io pu¬ En la situación de divorcio de los padres� escuchar al
blicado en el Diario Oficial. Es íamenlabien Retrocedemos niño, apoyar su deseo de vivir es más bien de la compe¬
treinta año�. Jugar de responsabilidad paterna, se habla tencia de un psicólogo que de un juea. El sentimiento del
en cada página de autoridad. mediador desinteresado se traducirá en yna cspinjón. un
La autoridad no depende de uno mismo. No es el juez consejo� una recomendación, sin tomar la forma de una
eJ que puedf: decir si tal padre tiene autoridad La tiene o decisión jurídica.
no la tiene. Depende del nifio- El jueí sólo puede decidir E1 buen uso de los derechos del ciudadano a ser oído
sobre la responsabilidad del padre o de la madre. consiste en recordarle también sus deberes.
Si se dice que una madre tiene autoridad ctiando no la
dene, se engaña ü �odo eJ tnundu. Por qué no decir al niflor Kramer contra Kramer; ley confia a la madre el pe¬
ifAunque eUa oo tenga Autoridad, es responsable de tí. queño educado por el padre que etfa reclama despuis de
Debes someierte aJ hecho de la resportTiabiJidad de tu hüber desaparecido de su vida durante Siete años. Final-
madre, aunque ella sea incapaz de asumirla A ti te co¬ rtieníe, viendo el vínciíltf íjue le une a Ju padre, es ella
rresponde ser responsable de ti mismo.») misma ta que decide de/arlo a la custodia paterna.
Scfgunda aberración en el texto de la ley: eJ legislador
habla del ttdcrecho)� de supervisar eí mantenimiento y la ¡Un caso de divorcio en ia región de Lyon demuestra
educación. Eso no es un derecho, sino un deber. El ífdere- bien a las claras qué uso tan aberrante hace el adulto de
cho>t de visita es un deber paternal o maternal de inter�� la ley que supuestamente debe beneficiar al joven ciuda-
y atención. Y para el nifio un deber filial de verlos- danol El padre, que tiene el detecho de visita, viene a bus�

195
car a su hijo. Bajo el pretexto de que el niño no está loda- Se oye decir; <fNo es una madre.i> Pero es su madre,
vía preparado (no se hp puesto aún el anorak}, no se lo ¿Que es una madre, sino una mujer que no es más que
lleva. E] niño llevaba esperando al padre dos horas. E] una madre...?
padre hace constar por el ujier: «Observe que el niño está Parejas muy asentadas disputan a veces por causa de
en pijama.» Ei niño, de seis años, protesta; «No es un pi¬ sus hijos. Uno de los cónyuges encuentra demasiado in¬
jama � jes un bonito traje de domingol» El padre debía dulgente o demasiado severo al otro... con relación a su
pasar las vacaciones con 6L El hijo mayor, alumno exce¬ pobre padre o a otro hombre con el que compara a su com¬
lente. quince años, en colonias con su escuela, se las arre¬ pañero. Cuántos hijos oyen a su madre responderle a su
gló para fugarse. Había dicho al jüe¿ que no podía ir con padre: rcNo eres un marido.» O a este último: »Mo eres una
su padre, el cual hace esccrna« espantosas- mujer.»
El padre, que es médico, quiere a los hijas. Tient tres: Eso es algo muy frecuente en parejas estables, que así
el menor, de cinco años. Anuncia que viene, pero no apa¬ liberan tensiones.
rece. Cuando llega, es con dos horas de retraso. Dice que Un adolescente quizá s� lo tome con filosofía. Un niño
ios niños no están listas. A v«c£s el mayor se atreve a corre el peligro de quedar más perturbado, y puede indu¬
decir� ffLa otra vez dijiste que vendrías, y no vinistejj «¡Cá- cirle a conductas antimatrimoniales.
Ya es difícil dejar expresar sobre el divorcio a ios jóve¬
Los tres niños fueron examinados por una comisión de nes que lo sufren. Habría que evitarles, preventivamente,
psicólogos, Et responsable le dije a la madre: «Vemos que el debate sobre el matrimonio. La legislación sobre el ma¬
sus hijos son demasiado ardientes, porque son mncho más trimonio tendría que modificarse. Nos casamos como en
inteligentes que los demás niños. Es peligroso que se que¬ el siglo XVIiK p.l texto sobre la custodia de los niños es de
den con usted- Esián demasiado responsabilizados. Saben ta misma antigüedad. El contrato de matrimonio, tal como
arreglárselas sin u s t e d . I - a madre es doctora y tiene que se hace aún. fue creado por sociedades donde se conserva¬
ganarse la vida* El padre hace escenas continuamente. Los ban los bienes, las tierras. Uno sj casaba impulsado por
niños tienen su «actitud de reservan». los intereses de la familia, Eso ya no se corresponde a
«{Miren —dice el padre— cómo han cambiado!»» nada, y puede explicar que unos jóvenes vivan juntos para
Han cambiado porque son desgraciados. tener hijos, pero sin casarse. ¡(Pues no hay vínculos de in*
Estas situaciones son dramáticas. teres entre nosotrosi», Vi vimos Juntos porque nos convie¬
Los niños, más sólidos que otros, resisten bien. ¿Quie¬ ne, de una manera desinteresada».
ren ustedes saber una de las rabones por la que los jóve¬
nes no quieren ya casarse? Para no tener que divorciarse�
para que sus hijos no sean como estos hijos del divorcio. Es aún difícil conseguir que los directores de las insti¬
Pero no escapan a este sistema, pues los jueces tratan tuciones no asistan a los debates en que los alumnos han
de la misma manera a los hijos de los concubinos que se sido invitados por un adulto del exterior, en un local del
separan. Seria preferible decirles: «Sois concubinos, instituto� a expresarse libremente, sin control.
por tanto» estáis fuera de la ley. Así pues, que vuestros Yo había expuesto mis condicione.'! al director de un
hijos se las arreglen. I>e ese modo tendrían alguna proba¬ instituto de la región de París, para celebrar una reunión
bilidad.» de alumnos del último curso. La ssla de fiestas había sido
Hay niños que superan perfectamente la separación de puesta a nuestra disposición para la sesión. Sentada en la
sus padres. El conflicto puede ayudarles a madurar más tarima, levanto la cabeza y distingo a la íuz de las peque¬
rápidamente. ff[No lo pueden remediar, mis pobres padres!» ñas ventanas unas sombras. «Diría que allá, en el anPitea-
Vemos cada vez más jóvenes que tienen una sana compa¬ tPo» hay alguien.» Los jóvenes se dan la vuelta. «Ah, es
sión por sus padres. <fNjQ me siento muy cómodo con ellosji, donde está la cabina de proyección.» «Id a ver.» Allí arri¬
rtSon asj9>. ba, el director se descubre, embarazado, y me dice: «No
196 197
hay ningún mal en que tree quede aquL jde espectador!» tres muchachas. Una de ellas inicia la denuncia, y entcn-
Había ocho profesores escondidos en )a $ombra. Yo me le¬ ees otra dice: (�Bueno, pues yo también...»
vanto. (íEsiá bitrij ¡pero yo mtí voy\». y tomo a los estu¬ Si la acusación cs pública, d asunto se resuelve con
diantes por testigosí í(Ya vds b angustia de los maestros. rapidei. Wi siquiera hay {(asuntoij. En un colegio canadien-
la angustia de vuestros padres. Les angustia b idea de sCh una muchacha de trece años dijo un diai kEI señor Fu¬
planteéis cuestiones diFerenie� de la� que Les planteáis a lano me lieíic entre ceja y cejar "o le gusto, sólo le gusta¬
«líos. Y prccbaiYiiíntc* £Í mv hacéis a mí tosías prt�guntas, ría si accediera a besarle...)? La alumna lo dijo delante de
es porque no podéis hacerlas a las personas que veis a todo d mundo...
diario, y eso os angustia. No hay moiivo para rdr. La an¬
gustia es muy dolorosa; la coiíoceis bien. Y vuestros tna�.�- ¿Cuát fue ta deferisíi del educador?
tros la sienten, por ellos y por vosoiros, porque son res¬
ponsables de vuestro futuro.» Nú hi7.Q falta la defensa� Bl debate público permitió des-
Quiero que esta condición sea respetada, porque los dramaEi;Ear la cuestión. El modo como la muchacha conta¬
adolescentes no paedei� hablar a los adultos tutelares de ba í«Me detesta y te gusto demasiado») era revelador Evi¬
lo que les preocupa en el fondo dt su eara�on. Es más dentemente, era ella la que Cenia un problema personal,
fácil hablar a personas a las que se supone que no se vol¬ Su padre habla abandonado a la madre cuando ia niña
verá & ver. Me salí con la mía. El anfiteatro fue iluminado tenía once años, y ahora lenía trece. Estaba obsesionada
para que nadie pudiera apostarse en la sombra. A la sali¬ por la traición del padre, que ya no se ocupaba de ella.
da, el director reía de dientes para afuera. itBstá usted de¬ Todo se aclaró. No se acuíó a la niña: simplemente se le
masiado angustiador?, le dije, dijo: «Pero bueno,.. Dices que $abe$ que le gustas. Enton¬
En el Instituto de MontgEtrcn. cuando reuní a unos ces, ¿por qué dices que te detesta? Dices que querría haccr
alumnos de terminal, dieciocho y ditcinut�ve afíos. hijos de oomigo como 6i fueras ya una joven que �uede ir con un
padres divorciados, paf¿j preguntarles lo que íes hubiera hombre; pero eres demasiado joven., h»

gustado hacer cuando tenían catorce t> quince años» llega¬ Todo el mundo habla de ello y tiene en cuenta rápida¬
ron (cdesinformador», na preparados. La directora les había mente las cosas. Pero en Francia, si una muchacha dice a
dicho que iban a escucliür urta conferencia sobre sus dere¬ escondidas a sus compaflieras y luego a sus padres: nSa-
chos. béis..., el pixifesor� conmigo...ji, la familia presenta una de¬
nuncia y desencadt�na todo el sistema judicial. En Canadá
Tantas precaucionti� por «ír&s preesiudiatiies.,� i Qué no ocurre nada� porque se ha dicho en público... En Fran¬
ob�íácuhs no surgirían SÍ utio iftíhtera hacer ha b hr a chi- cia, se está obligado a cambiar al profesor. Es a la mu¬
c£>í de doce, trece añoi, en el recinto de su escuela, sin chacha a quien habría que trasladar. «Ves como eres agra¬
control de loi enseñantes...! dable, ves como gustas..'»

Ya llegaremos a elEo. Curiosa paradoja h de um sociedad machiSta que gene¬


ra un cuerpo docente ¿fe úplastante mayoría femenina- Jamáí
Actualmenre, hí maestros e induso los dtmctor�s di� un mucfiacho irá a d&nuticiar a su maestra porque é�ta le
escuela C los jefes de estudios tstán muy sensihitiztídos por haya hecho proposiciones, o haya tratada de seducirlo. Las
d riesgo de que puedau ser denunciados —equivocadamen¬ muchachas tendrán cada vez menos profesores varones que
te— por algúri alumno histérico de íenrufíva de abusos se¬ denunciar� SJ del cuerpo docente desaparece la adecuada pro¬
xuales o de atentado al pudor�� porción de sexoS' Por inconsciente autodefensa, el cuerpo do-
cvnte masCaííTto es hostil a ías discusiones libres, pues los
Lo que más asusta a lo£ educadores es que no hay tes¬ profesores tienen la sospecha de que cuando un alumno cri¬
tigos: la acusación se basa en el testimonio de una, dos a tica es para calumniar, para acusarlos mittíiam£nre*

198 m
Gabrielle Russier ha sido oivíd�dd demasiado pronto. Pero ¿qué relación tiene esto con el hecho de amar sin-
La emoción suscitada por Ja muerte de esia profesora acu¬ ccramcnie a un alumno o a una alumna que ya son hom¬
sada de comipclón de menores tendría que haber anima¬ bre o mujer, y con d de interesarse en su evolución? No
do la voluntad de cambio para que aquel acto de poder se puede aplicar la mi�ma ley a la paidofilia y al gran
paternal sobre un joven no pueda repetirse en Francia con amor. Por regla general, al adulto sólo se le atribuyen in¬
d apoyo de ta maquinaria judicial. Este ífsacrificio, esta tenciones obscenas. Creo que esto será b más difícil de
condenación de un amor verdadero» debería haber sido su¬ extirpar de la mentalit'ad media.
ficiente para demostrar que la iey está intrínsecamente co¬
rrompida. Es. por lamo, una ley deficiente, mal concebi¬ ¿Y si se etintinara ta noción de menor7
da, y tiene que ser modificada, si sirve hasta ese punto a la
mala fe de los adultos... Los padres de él eran comunistas Esta noción entraña L,na mentalidad retrógrada que no
militantes. Se supone que defendían la fraternidad. Pero no inspira confianza al ser humano, ni adulto ni niño, en sus
tuvieron más que una idea: perseguir a aquella que amaba relaciones con los demás. Una mentalidad impregnada de
a su hijo, y era amada por ¿1, por corrupción de menores. miedos, de prejuicios, de inioíerancia y de desconfianza.
El chico estaba muy desarrollado para su edad. Afirmó que Lo que haría falta es que la ley dejara de ocuparse de la
amaba a aquella mujer, la cual no tenia hombre en su vida, edad. Que se ocupara solamente del incesto, de las rela¬
cuando ambos se encontraron y enamoraron. No era un caso ciones entre parientes próximos, hermanos, hermanas, pa¬
de oomipctón, sino un caso muy particuiar de amor. Tenían dres. tíos, lías, pero que no existiera ninguna prohibición
d proyecto de vivir como verdadera pareja, Mo había nada entre adultos y niños.
reprochable. ¿Por qué esta prohibición? ¿Porque ella era pro¬ Actualmente, las relaciones adultos-niños están mancha¬
fesora? ¿Porque él tenía menos de dieciocho af�os? Cierto, das de sospecha por la sociedad,
pero era un muchacho psicológicamente maduro. He citado a Quebec como modelo de las relaciones entre
alumnos y profesores, Pero por lo que hace a las relacio¬
La palabra amenor» es despectiva, (fWo habría que em¬ nes familiares, el cuadro es negro. L.as autoridades están
pezar a elimirtaría del vocabulario? Porque el término enloquecidas por las cifras proporcionadas por una encues¬
umenofr? evoca siempre el tribunal tutelar de menores� h ta: el número de niftos violados física o moratmenle por
delwcuencía, la corrupción de menores. Cuando un profe¬ sus padres. Habría incesto o abuso sexual en ocho fami¬
sor le habla a una alumna, de inmediato brotan los rurno- lias de cada die¿. Esto es probablemente una exageración,
res; se sobreentiende gue sits íritenciones rto son puras. pero las autoridades de Oucbec lo creen, porque sitúan en
Cualquier hombre que reciba en su casa a una m e n o r es el mismo plano la intimidad, los tocamientos sexuales entre
un presunto culpable. hermanos y hermanas y la violación por el padre o la
madre. La controversia está servida. La justicia cree ver
Porque esto no se hace en público... La cosa adquiere sensualidad en lodos los gestos íntimos. Los adultos dicen
un tinte oscuro. Se habla con el profesor a solas, cuando que no es así, v los niños dicen que sí. El ministro de
la clase ha terminado. Asuntos Sociales ha iniciado una campaña de información
¿Por qué el profesor no le habla a su alumna delante nacional. He visto las películas educativas que se proyec¬
de toda la clase? ífEs muy interesante lo que me has dicho tan para niños a partir de los ocho años, para que los pe�
Hablaremos de ello en el próximo curso.» En Quebec se queños puedan defenderse de los alentados se?cuales, en
alienta a toda la clase a que entre en conversación con eJ la calle, en el autobús o en la escuela; con todos sus deta¬
educador. lles. Las autoridades se imaginan que la prevención será
Raras veces sucede que los educadores se vean implica¬ suñciente para que los niños dejen de ser víctimas de los
dos en asuntos escabrosos* Sin embargo� el rumor se es- abusos sexuales. Pero a los ocho años ya es demasiado
parce rápidamente. tarde. La concepción de los sketchs y los diálogos haría
200 201
reír en Francia Pero, en Canadá. íunciona. A pesar de lodo, muy apagado, vuelve a su casa, y su madre le dice: «¿Que
he encontrado muv iniercsanlc sfiguir las redacciones de los sucede hDy?�» «Bueno, no estoy muy contento con el profe¬
jóvenes espectadores a tos que se ha pedido que comenta¬ sor de...» «Pero si a ti Te guita mucho el béisbol.» Enton¬
ran los filmes. Todos los sketchs representan a adultos que ces él le dice: ftSt, pero me hi hecho algo ext rañ o...«Vaya,
se sienten tan cuIpablcs que actúan como obsesos con una ¿qué te ha hecho?» «Bueno, ba querido darme una lección,
violencia continua, o una agresión verbal lernblc conira el es muy amable. ¡Y luego me ha pellizcado en los musÍos!)>
niño. Así. en un autobús, una pequeña está jugando con íí¿Y tú qué le has dicho?" «Que no me gustaba.»} uHas
un ¿irtíiugío electrónico, y un pasajt;ro le rodea la cintura hecho bien, bravo,» «Sí+ he techo bien, pero, sabes, no se
con v\ braíO- La niña se pone tensa� y e] hombre la aprie¬ ha quedado muy satisfecho, t me ha dicho que no me pon¬
ta un poco más... Un encuestador interroga a una niña es¬ dría jamás en el equipo, que era demasiado estúpido...»
pectadora. Ésta le responde, «Kutno� ella no está muy con¬ La madre le dice: «¿Quieres que vaya a hablar con él?»
tenta, «¿Pero le gusta o no?" »íNo...í> Vemos ta expresión tíOh. si. me parece ío mejor.K La madre va con el pequeño
tensa en la cara del hombre, que mira a su alrededor para a hablar con el profesor: «¿Ha pasado algo. eh. señor? Me
ver si le observan Al cabo de un momento, la pequeña se parece que sí, que usted sabe bien lo que ha pasado..,» El
ruboriza imensamente» y dice: «jNo, señor, no!» (el que profesor, muy incómodo, se queda callado. "Bien, soy su
interprcía el papel es un profesor), y ti hombre retira su madre. Mí hijo es muy inteligente, y lo ha comprendido.
brazo, muy molesto, mira la hora y baja en la parada si¬ Bueno� esto tiene que termirar.t� Vemos a continuación al
guiente. La niña dice: rfVaya� qué miedo tenía cuando le individuo que le pide al direetor que le cambie de es cu d a.
he dicho ''no señor".» nTe felicito, eso era lo que temas que Jamás, en Francia, semejante filme sería aceptado así, con
hacer,j> Pero si el hombre se hubiera dedicado a ello con unos papeles representados por profesores, y un grupo de
amabilidad, diclcndole; ««Vaya, pues sí que es interesante niños a los que se les pide sü parecer sobre las imágenes.
tu juego. Enséñamelo, ¿quieres?»j la pequeña se hubiera La opinión pública juzgaría ridiculas estas películas, y de
sentido satisfecha. Y se habria ido ai café de la esquina mal gusto, porque los franceses no tienen el sentimiento
para jugar a algún otro juego etecirónico con él. En otro de culpabilidad que tienen ios puritanos canadienses de
skeichj un individuo, profesor de educación física, da una Quebec. En Europa, los pederastas de niños escolares de¬
lección gratuita de béisbol a un muchachoí su mamá no sempeñan su papel con una tnáscara de dulzura: no dejan
quiere pagarle una lección coT) el profe. Éste le dice; «Es¬ ver su tensión o su angustia en el momento en que íccorte-
cucha. tu mamá no quiere, pero como estás muy dotado, jam>. El gimnasta no pellizca los muslos de su alumno, Lü
le voy a entrenar. A ver cómo atacas.» Y, al mismo tiem¬ que hace es decirle: íijVaya» pues estás musculado, chicolw
po que se lo demuestra, le pellizca en el muslo. El mucha¬ Es mucho más solapado.
cho sonríe tímidamente: «Ah. no. jMo me gusta eso que Otro filme trata de la hcmosexualtdad femenina. Una
ha hecho! te Bueno, entonces� ¿no quieres aprender? Te mujer le propone a una mixhachita que se deje peinar.
hago esto para demostrarte que no es necesario que estés «Eres una chica muy bonita Tienes un cabello precioso.»
tenso� sino que debes retajarte. Te he demostrado que no La cosa empieza con ese cumplido, y luego aparece ani¬
lo estás, pues te ha hecho daño que te pellizque el muslo...» mada de una tal agresividad sádica sexual que empieza a
El muchacho acepta un poquito la primera vez. y Juego, la tirarle de los cabellos, y a pegarle con el cepillo. La pe¬
segunda, vernos la cabe�a det profesor que c s t i lensa por queña grita: «Ah. no, no es así como me gusta que me
su seícualidad. El alumno ha ejecutado muy bien su ata¬ peinen.íi La otra se enoja: «Si no te gu s t a, . . í < P ero, hace
que. pero el profesor le vuelve a pellizcar en los muslos. un momento, cuando usted rae peinaba, me hacía daño...»
E! chico protesta: «Bueno, ¿y por qué lo hacc ahora? i Lo «Si, hace un momento... pero ahora.El filme no quiere
he hecho muy bien!» El profesor responde: «¿Qué pasa con¬ demostrar que la muchacha puede tener sensaciones geni¬
tigo? Me ocupo de ti, y no estás contento. No voy a poner¬ tales cuando la mujer le hact aquello, pero que no le ape¬
te nunca en mi equipo; peor para li.)> El chico se queda tece que se le tire del pelo para sentir placer sádico con

202 203
ella. ¿Por qué dramaiizar? La caricia no « el placer se¬ bros del equipo de medicina de Montpellier han interroga¬
xual gcnítaL Pero este cine es un poco ei espejo del Que¬ do simultáneamente a chicos y chicas, pero creen que eso
bec puritano» Tiene también el mérito de hacer hablar a falsea la experiencia� y que una de las causas de e$ta acti¬
los niños sobre el lema del Incesto. tud de bravuconería de los chicos es la presencia de las
muchachas. Pese a la ensei�anza mixta que agrupa a chi¬
¿No se corre ej peligro de prevenir a los jóvcncí contra cos y chicas bajo la misma bandera, que los junta en pro¬
la sexualidad de los adultos incluso cuando no hay ituen- gramas determiriados. la reflexión común, la discusión
ción de vioiaciórt o situación de incesto? común no cae por su peso. Sobre todo cuando concierne
ai destino de cada uno. 1-as diferentes reacciones tienen
Los níAos que me han contado la que ocurre en el in¬ un fundamento biológico... La-abundancia de* espermato¬
terior de la faniilia establecen bien la diferencia. «Aquel zoides es tal que a los muchachos les importa muy poco
seflor es malo; y está claro, no le conocen. Pero cuando st; un gameio que sobreviva. Él adolescente no piensa en ab
traía del amigo de papá en casa...» A partir de ahí, es po¬ soluto en crear una familia con vistas a tener una descen¬
sible iniciar el diálogo con el nifia: «No porque le conoz¬ dencia. No piensa en la limitación de su vida. Bstá en pleno
cas y sea tan amable» vas a aceptar todo lo que te propo¬ desarrollo y expansión. Cuando un hombre comienza a pen¬
ne. Pero puedes ser atraído por alguien de más edad que sar que su vida no es eterna, piensa en hacer un descen¬
lú. que se interese por ü. Si eso te causa placer, ¿qué le lo diente: antes, no. Pero, si hay reflexión y debate por sepa¬
impide? No es lu padre... Si fuera lu padre, está prohibi¬ rado, porque ello corresponde en último término a datos
do, pero sí es un señor amigo de papá y que quiere ser biológicos diferentes para niveles de conciencia diferentes,
también amigo luyo� no hay mal en ello, si tú también de¬ ¿acaso no es de desear que los chicos estén al menos infor¬
seas lo que él desea. Pero aprende a conocerle, no te apre¬ mados de lo qtie piensan las muchachas de la misma edad,
sures.» No hay que prohibir las relaciones entre los ado¬ es decir, que sepan que las chicas no tienen en absoluto
lescentes y los adultos, excepto si hay incesto. Lo demás la misma actitud frente a la procreación? La encuesta de
no debería ser penalizado, Pero resulta indispensable una Montpellier no quiso tocar el tema del sentimiento. Los mé¬
educación para los jóvenes cuyo crecimiento no ha tfrmí- dicos hablaron sólo de la información relativa a la fisiolo¬
nado, y la vida sexual apenas nace, una información sobre gía, al ciclo menstrual, a la fecundación y la gestación, Y
la ley que tiene como fin proteger el órgano que no está lo hicieron a propósito; no hablaron de sentimiento. Sin
maduro mientras que la sensibilidad amorosa sí lo e&tá embargo, la actitud no era neutra ni pasiva. La actitud de
Es Lina lástima culpabilizar la sensibilidad amorosa No las chicas era ta de escuchar con seriedad; la de los mu¬
se habla de esta sensibilidad amorosa en Canadá... No apa¬ chachos. un rechazo, aeompafiado de mofa. Cuando res¬
rece en las películas; no hay más que agresividad seiiuaL pondieron a los cuestionarios, hicieron juegos de palabras
O cumplidos narcisistas sobre lí belleza del cijcit>o. la be- obscenos. La experiencia sueca que trataba de erradicar el
llejta de los cabellos. sentimentalismo vinculado al acto sexual decepcionó
mucho. Los suecos se han echado atrás Parece incluso cu¬
rioso que en la Europa occidental entre los demagogos en¬
El descenso de la natalidad no es colpa de los jóvíites. cargados de la educación y de la inforrriación de los jóve-
Al tomarse tietnpo para reflexionar, las gentes hacen menos neSf se esté aún en favor del mito de una información com¬
niños. Cuando son Jóvenes, tienen un deseo de niños, Las pletamente objetiva, como si no existieran los afectos,
muchachas en todo caso. Los chicos, menos. Los chicos cuando la experiencia escandinava ha sido un fracaso. Los
son muy diferentes de las muchachas. Sólo tienen miedo afectos en las poblaciones son de tal (ndole que si se em¬
de las enfermedades transmisibles sexualmente, pero nin¬ pieza a hablar del acto sexual, no se puede hablar ya de
guno k tiene de embarazar a Las mujeres, importa un información estricta. Los investigadores de Montpellier ob¬
comino que aqud'l sea su hijo; se mofan de ello� Los miem- servaron todos los niveles de escolaridad. Ouedaron ate-

204 205
rrados dd bítjo nivel de !as profcsofss en cuanto al cono- (liño.w Bi tuteo de oficio rebaja. Es sin duda una reacción,
dmientó del cuerpo, del ciclo menstruat, áf los mL:dios an- pero por miedo a ser victimas ahora de ello, creo que
itconCtóptivos, y sobre lodo de su opinión de cucsiíón, loman la delantera excluyendo a los adultos como se k s
muy Inferior ñ las de las muchachas de trece y catortt ha enscftado a hacer. Por otra parte, si bien fingen no ha¬
años. Incluso aquellas que habian aí;Í&tÍdo a.] curso no re¬ blar ya a sus padres, hábian a i>ersanas de la misma edad
cordaron nad� de él, como por cjismplo que es la primera que sui padres pero que no son sus padres. En titmo que
educadón b que marta a b perdona b edad adulta, los padres no hablan a los niños de la edad de �us hijos*
porque sor experienciíts que no podían ser borradas. La que no son sus hijos. Así pues, la segregación viene mucho
experiencia del hecho consumado. Vimos como una maes¬ más de p�rte de los hombres y n�uieres adultos que tienen
tra concebía su primer hijo sin darse cuenta. Hstaba cogi¬ miedo de los jóvenes, y que se sentirían humillados de
da en \a. trampa por la natalídadt y de rcchnzo, era agresi¬ estar en igualdad con sus hijos: «Eres un crio; no has visfo
va con !&uí alumnas- ¿for qué los educadores rechazan dar nada.j) vAün tienes la leche en los morros.)» Los adultos
información sexual? Temen que si se habla a los jóvenes creen qae la eicperiencia es exclusiva de la maduren. Y, sin
de la concepción, de la vida sexual, lleguen a desinteresar¬ embargo, la vida, desde su inicio es una experiencia de
se compklamente del programa. Ninguna disciplina cultu¬ cada momento. Inventa sin cesar innovaciones, emociones►
ral aparecerá como inieresante si s t habla de eso. ¿Sólo exploraciones. Por eso los adolescentes adoptan, prestán¬
e50 es interésame? Ello demuesira hasta qti¿ punto los es¬ dose a ello la época» apariencias extra terrestres ante sus
tudiantes de enseñanza medía están reprimidos, y que hay padres
que com in jar reprimiéndolos so pena de verse desborda¬
do: ttía no segtjirári siquiera su curso.)»

Es pQSibU con sidera r ¡a p o s i b ili d a d una infoftn��ciúTi


ííxuíxi org ani z ad a por hs p r o p i o s jó v en e s, íí tratü
quizá d e Httü cuestión a áe s a rr olía r etitn hs fówníS en
ausencia di l o i a d u l t o s ?

Los investigadores de Montpellier dejaron hablar un


poco a los alumnos de \os grupos; oyeron lodas las bolas
que se cuentan en los ambientes rurales. Lo poco que sa¬
ben está impregnado de las ideas recibidas de las abueEas-

¿Oí jóvenes e s t é n d etr á s de Ka ríem Deseo, £í aniirra-


ci$mQ constituye, ai parecer, la u n ant f níd a d Perot parole-
l a m e nte� vemos qu e tienen tendencia a re prod ucir por sí
misOí una nueva fo r ma di seg rega ción por la ed ad .

Bste unanimismo, todas las razas confundidas, en favor


de una sociedad multírracial, multicultural, establece una
especie de lucha generación fit. Los jóvenes segregan a jos
que n<j tienen su edad. Pero eso es consecuencia de que
los adultos tienen miedo de los adolescentes. Son ellos quie¬
nes tratan a tos adolescentes como sí fueran de otra época-
Los príjíesores dicen tcdavía: <cCállate, no eres más que un

206 2Q7
música clásica� Me quedo asombrada de ta importancia que
tiene la música clásica. Es como un retorno. Hace algunos
años, los jóvenes a los que se preguntaba declaraban que
eso no era música. En su opinión, la música había nacido
con ellos. Todo lo anterior era simple ruido, el ruido de
Capítulo 16
los adultos.
Tengo la impresión de que ya no buscan provocar,
CUANDO LOS JÓVENES TIENEN LA PALABRA como lo hacían las generaciones anteriores, los zazous, los
J3, los roqueros» los babas-cool, los sucesores de los hip¬
pies� Aquellos que son «bon chic bon genre» están muy
contentos de que haya punks; no se sienten ofendidos: «Yo
Los sondeos sobre muestras de jóvenes, por atractivos
soy así; y ios hay que viven de otro modo. Por suerte, hay
que los haga el juego mediático y por múltiples que sean,
se resumen pronto. Dicen siempre un poco lo mismo. Los punks.» Es tranquilizador para estos jóvenes ubcbgo po¬
derse decir: r<Los hay más extremados que nosotros, más
jóvenes están preocupados, arite toda, por la salud< el amor,
la fidelidad, U valorización a través del trabajo. El dinero excesivos que nosotros, pero queremos, sin embarg04 ma¬
viene después. Pero io más interesante es seguir la evoJu* nifestar que aunque somos diferentes, nos sentimos soli¬
ción al paso de tos años. darios de ellos.jp
Una línea esencial se desprende de elJo- La juventud
La tfííemacionpl de ¿a /uvenlud...
sufre de excesivas facilidades de vivir y de falta de moti�
vaciones. Los adolescentes echan los bofes por nada, l.ís
Es un consenso, una disposición a considerarse solida-
afecta verdaderamente la ausencia de contacto con los pro¬
río, a manifestarse al margen de los movimientos políti¬
fesores. el desprecio que en general se tiene por su edad y cos. Una base fluida y a la deriva que desafía las previ¬
sus opiniones. Estos jóvenes, conscientes de ser represen¬
tantes de su edad en la sociedad, se sienten lastimados al siones.
ver que en las reuniones profesores-alumnos* no se presta
atención a lo que ellos dicen.. Lo sé por los escasos profe¬ Por sondeo sobre una muestra represeniaíivci de ios me-
sores que se sienten disgustados por el poco caso que el jíiífs ttbchgt}, se ha encuestado c udolescentes acerva de h
director hace de los comentarios de los estudiantes. Los que pensaban de sui padres. Parecen querer dar una mag¬
consejos de clase no son más que una parodia. En el otro nífica imagen de sus padres, y expresar la trejícelente opi-
extremo, está la experiencia actual de las escuelas de Ca¬ ttiówf que les merecen-
nadá, donde lodos los niños son escuchados, donde todas
las reivindicaciones tienen su lugar un día por semana,
donde todo el mundo escucha a los niños. Se vota sobre Sondeo 1'
toda sugerencia o critica de cada niíVo, Nada se ignora de
Vuestros padres son
lo que eí nifio tiene que decir, para no desmentir ta divi¬
sa: «Los adultos al servicio de los alumnos.� Pero no de
una manera demagógica. Al servicio de sus estudios, al ser¬ Autoritarios ...... 39,3 %
vicio de su bienestar. Lo importante es sentir confianza en Tiernos...... 22�0 %
la escuela. En Francia, tos locales son feos, se produce b injustos....... 1 l,fi %
extorsión al salir de la escuela, se derriban los muros en Pesados
........11,2
un clima de inseguridad. Y no tienen ningún derecho, ni %
recurso: y tratan de escapar, de escuchar jazz, o incluso
1. PeJrrirtt M a g a z i n r S.44S, tO ¿c ibfil de I9S7,
208
209
Tenéii más iifirt la nndettcia a consídcrartoí co mo Cuando Vtv/s u n co n f i ero cort d i o s , ¿Cuál íí ía reacción
Superiores........... 40�2 % procedente de vuesfroí padres que n i d í oí ex<ispera?
Coüfidenies...... . 22.6 % h h
El sermón 34.6 %
Nifios crecidos...... � � i2A %La bronca . .34>0 %
Amigos La avalancha de buenos consejos... 17,0 %
Un hermano o una hermana mayor.......9�3
........................... El sikndo . . ....... ..............
%
.11,2 % El castigo 2,2 % H

En sus reacciones con vosotros, pensáis �ue


Saben muy bien lo que haccn 42i(J % Encontráis qut hablar con eUos ¿s
Se sienten un poco perdidos . 18,6 % Fácil � 45,0
10,4 %
Difícil 45.8 %
Jfimás han sido jóvenes 13.2 % Imposible 7.8 %
Pierden pronto sxi sangrt fría � h J0,0 %
Pasan de todo . . * .h . 0-6 % Actua lmen te, tenéis la impresión de qu e
Os ayudan realmente a ser vosotros mismos . 68,B %
¿Én qué terreno oí mentís más difÉrentes de ellos? Dei�n sobre Eodo qtje os parezcáis a dios , 28,8 %
En su manera de ver la vida . . , . . . . - SS,4 %
h

En 5U modo de trabajar .... . . . . .10,S %


h h
En ía vida cotidiana� �cuáles son Ío$ principa tes t ema s de
En su fe y su práctica religiosa ....... , SA %
En SU5 reglas de cortesía ... ........ 6.6 % desacuerdo con vuestrifs padres?
En sus compromisos betiévoíos 5�6 % Vuestro trabajo escolar.....hh » 47,6 %
En sus ideas políticas 5,4 % Los servicios que prestáis en la casa ...... 41,1 %

Tenéis ia impresián de q ue os encuentran

Ambiciosos .......................... 21 ,S %Sondeo 2'


Valientes ... *........
Generosos ........ % l. ¿Satisfechos d e vu e&tros padres?
Marginales..... 7,7 %
Kasii�dos ..- 6.0 %
¿Pensáis que, en conjunto, vuestros padres íí han ocupa¬
* 15 J % do de vosotros demasiado� no lo suficiente� o ío que hacía
Tifiéis la sensación de gwí
* 10.0 fatt�?
Lo que hacta falta........ 61 %
Ignoran vuestros problemas *........... ► Demasiado..... 21 %
29,R %
¿Tenéis ¡o sensücióti de que confían en vosotros?
No lo suficiente ... .....
15%
Sin opinión �� ...... ...... * 3%
Sí 7S.2 %
h

No 18,8 %

¿Tenéis confianza ett eítos?


Sí...... .tn d ajo ...... , . - r . . . ,.........H.4 %
Están a7.6 %
No 11,2 %
1. Í<Mí út ntjTifmbrt de l�7Sr

21Q 211
2. La e d u c a c i ó n o e vuestros (futuros) h i j o s Tras la aparición de La causa de tos niños, alguno$
establecimientos educativos me invitaran A hablar a gru¬
¿Y voípfros, sí pensáis fetter hifos Co?i el tiempot tenéis í í pos de alurnnos- Acepté dirigirme a una escuela privada
propósito de Éducarlüs de SÉmejante O muy dife¬ de PariSn después de haber conocido a una de las monjas
rente dei modo como os han educado a vosotros? que íormaba pane de su dirección, sot Catherine. Era una
De manera bastante parecida »»� �. % mujer relativamente joven, que había recibido una forma¬
ción de p$i¿Mnalista� Descubrí que hablaba con absoluta
Sin opinión . ». *..... — 6 % sinceridad a sus alumnos- La condición eítpresa que pu&e
era que ningún aduíto, ni profesor ni padre:, aslsLt�ra a mí
3, Ev F�UhlEItO DE HlfOS m£AL
reunión con !o$ alumnos del último curso. La hermana Ca¬
therine comprometió; «Le doy tni palabra. Ningún adul¬
¿Cuántos hijos querrías tener? to les escuchara, y nadie preguntará a bs niños qué les
Dos 42 %
ha dicho usted.pi
T res ...... . ��,31%
10% Los preguntones fueron los alumnos. Periódicamente,
Uno ..
8 % ibai� personas a hablarles de su$ proíesione�. Algunos ha*
{Ninguno * ♦ ... bien leído La causa de ios niños. Sus proFesore� de letra$
Cinco y más *- O % y de filosofía les habían hecho comentar algunos pasajes.
9 % Varios manuales de filosofía int�luyen citas de mis libros-
Sin opinión -
Lo que más me interesó íue ver que \ñ mayor p3rt<! de
aquellos jóvenes no tenían con sus padrea los con nietos
dííerentc.................44%
4. Muy
La f a m i l i a . SflAÑANA qtie tuvieron a lo& seis o siete afios algunos jóvenes que
yo había visto. En absoluto. Sus conflicto$ son sólo los que
�Creéis qut !a unidad de la cétuh familiar seguirá siendo dimanan de sus contradicciones internas. Todos hicieron
tan fuertCt ton estrecha� en et futuro como h es hoy� o la misma pregunta de fondo: {�¿Que se puede hacer cuan¬
que tendrá ifrídenciú a debilitarse? do uno desea dos cosas que son incompatibles?» Juntos,
Tendrá tendencia a debilitarse , *, * 66 % pasamos revista a estas contradicciones. Cada uno expo¬
Seguirá siendc} tan fuerte, tan estrecha......
23 % nía su problema.
Sin opini6n IL % Ejemplo: �Quisiera trabajar para tener una buena pro-
fesióni pero, al mismo tiempo, quisiera ser libre y trabajar
justo algunas horas� para poder vivir las otras horas.n Evi¬
5. l?ARA OUÉ SIRVE, SOBRE TODO?
dentemente. no se puede ser un buen alumno en dase si
se tienen demasiadas horas libres, pues se piensa lo menos
Para, cada una de las. «jsoj sigwrenies, ¿podéis tíeífr ir ei
posible en el trabajo, y no se consigue sacarlo adelante.
mantenimiento de una céluia famiiiar os parece algo muy
Hay Contradicción entre ambos deseos: vivir, y preparar
importante, o no? una i/ida para cuatro años después-
Otro me dijo: rrYo quisiera ganar dinero para poder
Muy Nada Sin
tener una titujer y familia� Pero, al mismo tiempo, me dis¬
ímp«rlAnt< ImportanEc OplinL�n
gustan estas profesiones que se ejercen solo por el dinero.
Para la cducación de los hi)0£ 85 % 11 % 4% Quisieraj. desearía ser artista. La gente que mu agrada es
Para estar mejor protegido ceñ¬ gente que come cualquier cosa, que no le importa parecer
irá los golpes de la vida 5 Í% 30% 12% vagabundos, y, por tantOr que no puede tomar las respon¬
Para la plenitud individual de sabilidades de una familia.�tj
los esposos 51� 37% Í2% Estos jóvenes estaban presos entre dos deseos, un deseo

212 213
de realización creadora y um» de dinero, que permite en- Asombrosa anulación dei pasado de tos antiguos,
tonces comprar lo necesario para una especie de pJan ima¬
ginario a largo píazo. Pero, a corto pla�o. vivir es elegir. No es nada asombroso: lo que durante mucho tiempo
«No consigo elegir* Vivíj en contradicción conmigo mismo.» ha sido un deseo, una vez obtenido, se concierte en nece¬
sidad.
Las muchachas expresaban esta contradicció*;: Ten�r
hijoít y, üi m h m o tiempot no depender de nadie y ser ti- Habría que enseñar/es a íos jóvenes det año 2000 que
bre&, independientes, sin cargas. el trabajo ya no es una valoración indispensable; ¡habría
que enseñarles incluso a no hacer nada! No esperar una
Otro estudiante me dijo: (íYo no quisiera hacer otra cosa promoción social solamente del trabajo. Ha llegado el mo¬
que viajar. Ganar dinero para retirarme y hacer un viaje mento de valorizarse en los ocios. Estamos a un año luz
de algunos meses. Luego, vuelta a ganar dinero, Pero como del discurso de los que insíituyeron ta IIÍ República.
actualmente uno no está seguro de encontrar un empleo,
no es posible vivir asi, y tengo miedo de convertirme en A condición de tener con qué pagarse los ocios► Antes
un vagabundo. Si pudiera hacer viajes siendo medio vaga¬ de la Revolución Francesa, habla, de trescientos sesenta y
bundo, no me importaría- Pero no estoy seguro de que, a cinco días, ciento setenta y cinco de fiesta, pero, como los
mi regreso, pudiera ganarme oíra vei la vida.» habitantes pertenecían en su inmensa mayoría al ambien¬
Aquel que quiere viajar debe correr el riesgo de que¬ te rural, los animales les obligaban a trabajar los días fes¬
darse en situación casi marginal. Psro ellos no quieren co¬ tivos. Habia que ordenar las vacas, ocuparse de la comida
rrer este riesgo. Quieren el billete de regreso. Quieren el de las gallinas» etc. Sin embargo, iban a la iglesia por las
placer y el dinero que cuesta el placer. fiestas muy sonadas. Se trataba de fiestas de cohesión so¬
cial, y estas interrupciones no perjudicaban el cumplimien¬
En suma, querrían tnstituir ios vacaciones sabáiicas, to de la labor. Los países del Tercer Mundo conservan esta
cosa que tos empresarios no des tan en absoluto. Hay muy tradición. Y puesto que nuestros poHticos hablan de reva-
pocos que ta dcepíert, y especiaímíníe si se trata de em¬ torizar el trabajo semanal, harían bien en inspirarse en el
pleados fóvenüs. Es preciso llevar muchos años en la em¬ eiemplo de los obreros de América del Sur. que no se com¬
presa para tener derecho a unas vacaciones excepcionales portan como <íbeneficiadossino que tienen una notable
sin sueldo� conciencia profesional-
Mi hermano había fundado una fábrica de andamiajes
Los Funcionarios, sobre todo aquellos que se ocupan de metálicos en Río de Janeiro� Brasil, y había contratado a
educación, cuya profesión es ocuparse de los demás, tie¬ analfabetos que, al parecer, eran muy diestros en atorni¬
nen, cada siete años> ct derecho de tomarse un año sabáti¬ llar tubos de metal. Tenían muchos menos accidentes la¬
co. Pero, en ía industria y el comercio, se trata de algo borales que los otros. Me contaba que había reclutado sus
muy raramente concedido en Francia. primeros capataces entre los chóferes de taxi que tomaba
¡Cuando pensamos que sus propios abuelos Jamás ttí- en Río. Mi hermano les decía: fíTengo que montar aquí una
vieron vacacionesl Hasta 1936, la mayor parte de los ofi¬ fábrica. ¿Le interesaría a usted venir a trabajar a mi casa,
cios sólo tenfan libre el domingo; ni siquiera et sábado. en lugar de hacer el taxi?» Así es como se le unieron gen¬
Pocos eran los que disfrutaban del fin de semana, y sólo tes inteligentes que eran, al comienzo, analfabetos.
los cuadros superiores podían tomarse el sábado por la Al segundo afio, se celebró una fiesta para agasajar a
tarde. Pero boy hemos adquirido et hábito, y el derecho al los franceses que habían montado aquella industria en Bra¬
ocio aparece como un derecho sagrado de todas las épo� sil. Los obreros dieron la fiesta a los cuadros. Cada uno
cas, como si fuera imposible que jamás se hubiera podido trajo un pastel preparado en casa, mientras las mujeres
vivir sin éL bordaron una camisa «para su esposa». [Los ingenieros de
214 215
Francia recibiendo regplgs de los obrerosí Jamás s<í había otras maneras de valorizar la competencia» el savair-fuire,
visto tal cosa en Francia, el amor al arte» el sentida de la obra bella, el gusto por
Mi hennano, visitando los talleres de construcción» se bs cosas bellas y buenas.
quedó asombrado de ver a tanta gente crv los andamios, Una de tas actividades que los jóvenes aprecian hoy es
Unos equipos trabajaban, y otros estaban parados, a cual¬ el deporte. Se sienten comprometidos por y para el depor�
quier hora d«J día. El capataz Je explicó; uPor ta mañana. t£. Cuando pueden hacer deporte, se sienten en un estado
les doy la tarea que tienen que hacer en sus ocho horas de fldcsnídificadóm� de si mismos. Pero más o menos cons-
de trabajo. EJIos la hacen cuando quieren,, y, si se les im¬ dentementc i�stán en contra de las-maniobras deshonestas
pone p�radas> entonces tendrán accidenten Físicos, Saben del deporte profesional. £1 tráfico de futbolistas y de ci¬
muy bien cuándo están fatigados y cuándo tienen que hacer clistas. Porque tienen cierta idea de la honradez en las re¬
una pausa, Entonces, aprovechan ese momento para co¬ laciones humanas.
merse su ''tentempi&"'t y duermen un cuarto de hora o veinte
minutos Jamás me míííclo en su planning de la jornada;
tienen una .area que haccr, y estoy seguro de que ia harán.
Se Las arreglan entre ellos.» É| habSa residido en Francia. FRosTrruciaN
<rAquJ no ts posible trabajar como en Francia. Se queda¬
rán media hora o una hora más, pero terminarán el traba¬ Los Jóvetbea que se prostituyen lo hacen por dl-
jo que aceptaroti hacer por la mañana.j) nerOp ¿Quedan por ello marcados? No se oonvierteii
He aquí una experiencia incenesante que podría prefi-
por eso en profeaionales. Stn que hay* IncItacláD dl-
gurar una manera modulada de trabajar, incluso entre rectat no se puede Ignorar que los menores ae bañan
nuestros trabajadortíS manuales de hoy en nuestros en uo equivoco que no es sano en este sentido* In¬
Pero, en ios países de América Latina, hay tanta de¬ cluso las Inslltudonei, la l�siaclón. Introducen en
manda de trabajo y tan poca oferta que los obreros con-- el marco de la escuela y de la famlUa una relad�n
tratados saben que sí no hacen lo que tienen que hacer. Lo de venalidad�
hará otro: no hay sindicato que los defienda. Mi hermano Loe Ekiños de calorcc-quincc años obligados a eatar
apreciaba comprobar hasta qué punto aqueltos brasileros presentes en los bancos óc la dase iln tener el deseo
tenían una dijjnidad personal de obrero y se sentían feli¬ de pmsegulr sus estttdlos. sino sólo por razAn de la
ces de agradecer de manera personal a un ingeniero llega¬ sadnosatita CKobrldad obllgatotla, son prontítuidos
do de Francia el que les proporcionara un trabajo.
por la madre qtie sólo cumpHendo esta conifición per¬
cibe los subsidios familiares.
En tos países indusinaliz�ados como et nuestro,
Las parejas se casan para pagar tnenov Impuestos.
previr que, ¿n W sigla XXI, rto s$ pueán dar frahíajo a todo Demasiadas esposas legftfmaa se compartan como
eí mundo. f�Oy, en estt final de sociedad posdndustríai
mufetes manten Idas, reclamando aJ hombre al que
rés ul i � i < i u e eí trabaío más bien desvalorizado� ya no
satisfacen en el Jecho un <cregaIo)� eo contrapartida�
tiene el carácter sacraUz/ado que se preconizaba en hs tiem¬
pos de ta primera revolución industrial. Ya no da derecho
a <Áe r ta estima del trabajo bien hecho, de la fortcíencu pro-
fesiomil Es el tiempo de íaj reivir\dicaciones y de las rein¬ Los estudiantes sienttn también repugnancia al saber

serciones, el salario del miedo y el miedc del saisrio. qife en santuarios que cabria ct�n&iderar desinteresados,
como ¡a investigación mé di c a � puede haber tráficoSt fuíle*
Ha llegado eJ momento de valorizar otras actividades rías, trampas o conflictos entre personas que� por ejem¬
que no son forzosamente el mismo tipo de trabajo horario plo� se at?orreceií. En una sociedad donde todas las cate¬
que se reglam.entó en el si�lo xix Quedan por concebir gorías socioprofesionalest todas tas organizíiciones y cor-

21« 217
poracione$� practican d doble lenguaje, h$ jóvenes se ven do díí mutación. Les subrayé que es algo particularmente
enfrentados continuamente, en ta elección de sus activida¬ difícil pasar por un periodo de cambio cuando la sociedad
des y para su valorización personal, a una contradicción es, ella también, mutante.
iníertia, y vacilan como el asno de Suridan. Los estudiantes de secundaria no tienen conflictos con
los padres porque se dan cuenta de que el conflicto está
Para ayudarles a salir de ella, tes dije a los alumnos en ellos, pero también en el cuerpo social en su conjunto.
del último curso que me escuchaban: «TcnÉis una edad in¬ Mo van a acusar a los padres, quienes también pueden ser
termedia entre Ja infancia y la edad adulta. Es un paso muy víctima.s de esta mutación de la sociedad.
d-iricil, porque debéis renunciar a maneras de pensar y á&
ser de la infancia, y, ai mismo tiempo� descubrís la alegría
y el interés de las responsabilidades del adulto. Cuando se Los HtJOS DE LA PUtlLÍClDAD EL DESFASE
es niño, se piensa que crear es maravilloso, y luego uno se (ENTREVISTA CON JaCOÜES SÉGUÉLA)
toma adulto. Procrear, eso es algo que tiene un valor, por¬
que morimos y dejaremos hijos. Cuando se es joven, se tiene ¿Tiene una verdadera influencia la generación de la pu¬
deseos de seducir a las muchachas una tras otra: uno se blicidad?
siente formidable, sobre todo si cada muchacha es mejor
que la precedente. Pero llega un momento en que se que¬ Voy a dar una cifra «mágicajt publicada en 1986* el
rría hacer algo duradero con una muchacha que tal vez no 50% de. las compras realilúdas en Francia ese año fueron
sea una pin-up o con un muchacho que quizá no sea un impulsadas por los menores de quince añost represen¬
"bclle7.o'\ pero en quien uno percibe cualidades de futuro, tan sólo el 25% de la población. Cuanto más avanza en
con quien se podría construir algo. Uno está presa enton¬ edad nuestro país, mas influyen hs /dvefifí en éL Y este
ces eitre los ideales de la infancia donde todo era aparien¬ poder es eí único poder verdadero. En lo sucesivo, estará
cia, y Ja necesidad de construir una realidad.i� en manos de los jóvenes, y la publicidad no es ajena a
Entonces, intervino un alumno: aAsí puss, ¿está usted A fin de cuentas, esta juventud es la de ía generación
a favor del compromiso?» Respondía «No es asi. pero cada de la publicidad, que sabe descifrar el mensaje�
uno de nosotros, cuando tiene contradicciones, debe hallar
una solución <iue pueda adoptar� no díria que por un com¬ ¿De cuándo data el fenómeno?
promiso (es un término peyorativo), sino por espíritu de
realismo» por un sentido de la realidad. Cuando se es pe¬ La publifilia de los jóvenes data del advenimiento de
queño y los padres son ricos* uno querría que Papá Noel la publicidad a la televisión n*)68}. La cristaiización de su
trajera una motocicleta formidable, un auto de carreras. influencia es mucho más reciente; esta fecha se remonta a
etcétera. Pero si los padres son pobres, Papá Noel trae un doSf tres año$- De hecho, el mayo de J96S ha tardado quin¬
patinete de madera. De pequeño, uno no comprende nada. ce ai�os en tomar el poder,
porque se cree de verdad en Papá NoeL Y luego, cuando
uno se entera de que Papá Noel son los padres (hay una ¿Estamos ante las consecuencias a largo plazo del mayo
edad para eso), se conforma ya con una pequeña motoci- de 196fi?
cleta. C�mo se tienen fantasías de la gran motocicleta, no
se necesita su realización, y yo os aseguro que tos hi|o5 de Cierto, t�do e$ una consecuencia de aquel mayo. 1968
los ricos no son más felices con su Papá Noel que los hijos se materializó en 1981, Creo que las únicas revoluciones
de los pobres. Hay que ser mayor para darse cuenta de que triunfan son las revoluciones que fracasan, Al fraca¬
ello.n sar, siguen $u camino en las conciencias. Con demasiada
Mientras yo hablaba. eUos escuchaban, meneaban la ca¬ frecuencia, una revolución que triunfa, lo que hace es reem¬
beza* comen2:aban a comprender que estaban en un perío- plazar Q un fascista de derechas por un fascista de izquier-
218 219
f/oj. o viceversa. no arregUi los problemas. Aquí ka jóvenes� partimos precisamente de una mulfitud. Para sím-
habido una evolución muy Unta, Ha sido necesaria una bolizar el magma, et horror, la promiscuidad, el laxismo.
generación que ha llevado et peso áet 6B, que ío ha digeri¬ LuegOt se focaliza el niño, y se termina con la pareja.
do, y que ha pasado el relevo a la generación siguiente� la
cual ha puesto práctica tas principios d�Í 68. En resumen, ¿cuál es la imagen que la publicidad quie¬
re dar del adolescente?
¿Qué imagen se hace usted del adolescente de hoy? Con
relación a esla imagen, ¿a qué da mayor importancia en Ui publicidad intenta respetar el arquetipo de la juven¬
su publicidad? tud- ingenuidad e imperiinencia, sin dejar de ceñirse a la
realidad de estos jóvenes que toman ya decisiones y son
La publicidad busca siempre los símbolos í> los valo- adultos en su mente. En parte� por lo demás, gracias a
rej. El simbolismo eterno de la adolescencia es a ta vez h una formidable cultura cinematográfica y televisiva, que la
pureza y la ingenuidad, pero iambién la itnpertinencia, el publicidad traducirá en referencias y símbolos.
trastorno. Son apasionados del cine, sus memorias son aún vír-
Pero la juventud ha evotucinnado. Hoy en día es de das genes� su atención, fabulosa ante un televisor. Han naddo
ti cinco años más madura de to que io era nuestra genera¬ con auriculares en lugar de orejas, y cámaras en vez de
ción a ta mistna edad. Los jóvenes son ya hombres, y en ojos. Son la generación del vídeo-
cuanto a las mujeres... sería un error fatal tratarlas como La juventud es también el desfase, ese arte de lo con¬
chiquilias. En un fiimet en un cartel publicitario� hay que trario y de la diferencia.
procurar respetar asimismo la verdad. Hay, pues, divorcio Ello permite publicidades de un humor y de una origi¬
permanente entre el simbolismo y la realidad, nalidad extremos (Eram, free-time...},
Los adultos de hoy aprendieron sujeto, verbo y comple¬
¿Cómo son representados con mayor frecuencia? ¿Solos, mento de manera sccuencial. La juventud ha desestructtira-
o en grupo? do el lenguaje� a menudo influida por la televisión y la pu¬
blicidad. Se expresa en clips* flashes, spots, fórmulas� esló-
Un cartel pubUcitano debe ser muy legible. Para ellú� ganes Poco a poco, y mejor a s i la juventud está matando
hay que huir del grupo. la lógica. Echando a Descartes al cubo de la basura; es ella,
Cuantos menos personajes y signos haya (uno o dos a la juventud, la que salvará a la Francia del tercer milenia.
lo sumo), más fuerte es.
En cine, todo está permitido, pero el grupo funciona ¿Existe, pueSt una manera especifica de hacer anuncios
raras veces Excepto por lo que se refiere ú Coca-Cola y a para adolescentes?
la goma de mascar de Hollywood. Son las excepciones que
confirman la regla. Absolutamente- el desfase�
A los personajes en grupo, que dispersan e! interés, ta
publicidad prefiere siempre el personaje solitario, que fo¬ ¿Y hay una manera diferente de presentar a los ado-
caliza la atención. Por otra parte, el cine no está hecho de Jescentes según los diversos soportes?
escenas de muchedumbres, sino de primeros planos. /ji re-
levisián, más todavía. Desde luego. Los media son el mensaje. Yo diría, in¬
cluso, el masaje. A no&otros toca saberlos utilitor según la
¿V la pareja adolescente? idea que queremos transmitir,
Están los media calientes - la radio, los periódicos, son
Li pareja de adolescentes adquiere otro significado. Para media de acontecimiento. Muy fugitivos� reaccionan instan¬
nuestra publicidad sobre la droga, que estaba dirigida a los táneamente. Hay que emplear entonces el lenguaje de acón-
220 221
tecimietilír. ta fuerza de h s píilabrús, \q violencia de /as
imágertes. Jntitil explicar, ser inteligente o complicado.' hay
que ser instructivo y primario.
Están hs media frios.� las revistas� los libros. Éstos están
hechos para ta reflexión, la profundización de los temas.
Está et médium idcah la íekvisió» es un médium a ratos
[río. a ratos caliente fmás calieníe que frío). Permite simul¬ C a p í t u l o 17
táneamente la m�inifesíación, ía sensualidad y la imagen
Cadn vez más, la publicidad se divide en tres partes.� LÍNEAS DE FUTURO:
L Publicidad de valor de imágenes sobre los mEdia ci¬ INICIATIVAS V PROPOSICIONES
néticos: televisión, cine, fijación de anuncios �ultima pan¬
talla de la callel
2. Publicidad que yo llamo f�de modo de empleo}� con Creo que hay que inventar algo nuevo para la genera-
relación a una publicidad de amodo de deseo». Es la pu¬ ción joven, permitir a esta generación lomarse autónoma
blicidad de valor de «ía Hay que explicar las cosas en de manera creadora, y dejar el lugar al relevo. Cada uno a
profundidad (prensa), su lugar.
3, Publicidad de modo de compra. Es un engatio, pues
en fíuestrtfs días el consumidor quiere el placer y el dinero
que cuesta el placer. No basta con hacerle soñar mediante Remunerar a loa nl5o« como mvcntOKs
el valor de las imágenes� con informar mediante el modo
de empleo; además, hay que aportarle una publicidad de Merece tomarse en consideración una iniciativa. En Flo¬
modo de compra. rida, funciona desde hace poco una escuela de creatividad
Son h s tres media, televisión, cine, carteles, los que d£ niños. Al tiempo que cursan un ciclo de estudios, tos
más afectan a los fóvenes con el valor de las imágenes. Es niños que tienen un proyecto� incluso urw simple intuición�
normal; se mueven, viven, y la juventud es vida. pueden llevar a cabo la concepción de un frprot(Hipojf. Se les
proporciona medios y tiempo para realizar lo que va del brj-
Repitiendo las fónnulas como consignas, como «gui- calaje a la invénción, pero esto puede desembocar incluso
ftüSíí, apraptánd{3se!as> desviando los esJó�anes de su fina- en aplicaciones de las que puede beneficiarse la colectividad.
Udad comercial para comunicarse entre sí, los adolescen¬ Los niños de esta escuela tienen entre once y doce años.
tes creen dotarse de un lenguaje tribal generacional para Uno de ellos estaba harto de bajar el cubo de la basura por
contrarrestar la retórica de los adultos. Pero esta jerigon¬ la noche; y tuvo la idea de motorizarlo: (fia máquínotj quizá
za a la moda, incluso paródica, es la misma para lodos. sea fabricada próximamente. Otro perdía siempre a su perro
Es algo público, trivial, no tiene el valor del código secre¬ al sacarlo a pasear por ta noche. Tuvo la idea de fabricar
to inventado en pequeños g�upos� La creatividad es la de urt collar que se ilumiruira, de hecho un collar fluorescente.
los aduUijSj que son los inventores, no !a de sus íímode- He aquí dos invenciones que serán íía duda reproducidas�
los)N. El sentido crítico de los jóven� puede ejerttrse con y ÍHJ promotores han sido niños. No sólo se tes escuchó,
la publicidad moderna y también en los «media friusi>, b sino que se les permitió operar dentro del marco escolar Y
prensa cscrita. Pero desde la infancia* delante de la televi¬ no se trata de clubs de estudios al margen de los cursos.
sión, los jóvenes absorben sobre todo clips y flashes. Ex- Esta actividad de creación figura en el programa.
citacione!> caleidoscópicas. Es una droga de imágenes que
mantiene un estado hipnótico y que, cuando el ritmo es De hecho, actúan como prestamistas. En lugar de apor¬
agresivo, se torna alucinógeno. tar un capital inicial a una empresa, dan un capital en es¬
pecie,

223 223
Lo innovador desde el punto de vista pedagógico es que un tercero, se encuentran siempre sin empleo verdadero.
la rcalí7.ación tiene lugar durante el tiempo escolar. los jóvenes, que hasta ahora habían aceptado bastante bien
esta fórmula� comienzan a rechazarb. Hacer obligatoria la
En co h g h í cqwpados con ordenadores, h s rtitios hacen aceptación de un TUC por un parado, amenazarle con bo¬
diskettes de Juegos telemáticos inventadas por ellos� Se ha rrarlo del AMPE (Servicio Nacional del Empleo) si rehusa.
enseñado a üsos niños a utíHzar las máquinas� iras lo cual sería excluir a un ¡oven del verdadero mercado del empleo
han creado cosas que los adultos no kabian sabido crear, condenándolo, bien a un callejón sin salida de calificación
No se aprovecha lo suficiente esta capacidad inventi\'a, que, profesional, bien a la marginalidad del paro sin seguridad
antes de ta pubertad, es ya n�uy grande. social.

Lo interesante es que se trata de inventores solitarios,


Pero no hay que pararse ahí, como si nos contentáramos He oido hablar de jóvenes que son objetores de con¬
con la creatividad de los niños. Mo hace falta demostrarla, ciencia. y que están muy contentos con lo que hacen. Co¬
Se la conoce desde siempre. jOu6 potencial completamen¬ nozco patronos que tienen con dio s a un objetor de con¬
te olvidado o saboteado i El trabajo de los túí�os no debe¬ ciencia, y que están encantados. Se trata de una escuela
rla ser las tareas en la cadena, duras y contaminantes, que que acepia niños de la DDASS y también de otros oríge-
los adultos no quieren hacer, lo5 gestos repetitivos y la ex¬ oes. A este objetor de conciencia hubo que declararlo como
plotación de su pcqucfla talla (coirio en las galerías de las educador-factótum. Pinta, hace todo lo que hay que hacer
minas), EJ trabajo de los niños de mañana ha de ser re¬ en el internado; todo el mundo está satisfecho... Los obje¬
planteado en función de su creatividad. Se les pediría que tores sólo son pagados sí les llaman al contingente, pero
produjeran objetos o servicios nuevos, que encontraran so¬ cumplen la obligación del servicio nacional respetando su
luciones astutas, ganando así dinero o acciones c-�n una em¬ conciencia. Se debería poder hacer el servicio militar a loí»
presa. dieciséis años, en tanto que objetor de cx)ncíencia.
Del mismo modo que, por otra parte, sí se redujera la
Para el empíeo de ios /ttenores� h urgente serta permi- mayoría de edad sexual, o la responsabilidad penal desde
tirles ganar dinero mucho antes, para poder independiíür- el punto de vista sexual, por ejemplo� no habría ninguna
íe de manera legal Las tres cuartas partes de los conflic¬ razón para no reducir la edad del servicio tnililar.
tos de los jóvenes se atenuarían, cuando no quedarían eli¬ Actualmente, si se adelanta la incorporación, no se
minados. Por ejcmph, ¿no debería ofrecerse ios TUC a puede ser objetor de conciencia. Si se pudiera, creo que
fóvenes de quince años, en vez de a los dieciocho, como los jóvenes se precipitarían a esta posibilidad.
ahora7
En la vida profesional, especialmente en los empleos
Es discutible ofrecer un TUC a jóvenes de veinte, vein¬ públicos, la candidaltíra de un inútil para el servicio mili¬
tidós años, que tienen una formación universiUría y que, tar queda completamente descartada. Pero se aceptaría a
al no encontrar empleo en su especialidad, aceptan un TUC los objetores de conciencia con una imagen diferente de la
como último recurso para rkO quedar en paro, inactivos» de refractario, francotirador� simulador.
improductivos, para no aburrirse... Les pagan dos mil fran¬
cos al mes. Ir de TLIC en TLfC no es una solución para La intolerancia de unos por otros en las jerarquías obli-
ellos, y cieno número de jóvenes han decidido dejar de gatorías no está dispuesta a ceder. La sociedad ha hereda¬
aceptarlos. Pero, t�l como están definidos, los TUC serían do el servicio militar obligatorio como un sustituto de la
más adecuados para ios quince, dieciseis años. iniciación. Y no lo es; no es más que un conjunto de coac-
A la luz de la experiencia de sus compañeros que, tra� ciones absurdas.
haber aceptado un primer TUC, y luego otro, y más tarde

224 225
Toda\íia oye a {a$ madras d�C�r a sus hi}OS.' «Bt s-er� Si le gustaba el pescado, y cuál era la distracción física
�fido miliier hará de ti üh ftomfcrtjt /jjgomaguia en un país que más le apetocía, etc. No le pidieron su camei de islud
de aafigud tradición mürdai Una pancarta de infamia s€ de su infancia� sino que le preguntaron sobre sus proble¬
U ctí*/gú también al inútil para ei jírvício.» írSf na recibis mas de relaciones: «{¿Cuáles son las tecompensas que más
órdeneSt jantús podrás darlas�Considero que éste es un le gustan?» Cosas de la vida corriente «Cuando tiene un
raí0namí�nlt> prOpity dtí Iqs tjíte recluHirt púra lüS compo.- problema� ¿se lo confia más a su papá o a su abuela, que
ñias nacionalizadas� a usted?» Y nada de las pi�guntas policiacas del estüo de
«¿Se enciende u�ted con su marido?», como se pregunta
jLa verdüd es. que. si recibes órdenes de un majadero. en Francia a la madre que acude a matricular a su hijo-
tienes razón de negarte a cumplirlas) Los reclutadores po¬ E[ primer día, cuando ella fue a buscarle a la salida»
drían, por el contrario, apreciar este sentido crítico, este la buena mujer temblaba: «¿Qué me va a contar?» Pero d
buen sentido del llamado inútil para el servicio: «Mira, has niño se mostraba lacónico. fr¿Marcha la escuela?» nSi� si�»
tenido bti«n Jiticio, has resistida & unas órdenes absunlas. Se miraban. ELEa se decía: «No se lo van a quedar, parque
Justamente, por tu espíritu criticon nos interesas�» es insoportable.»
Durante tres días, el niflo permaneció silencioso, lo cual
era insólito- Aí cuarto día, se soltó: �¿Sabes. mamá? Es
Una uslÓD de protesta semanaJ formidable, necesito que me ayudes...»» «¿Ah, sí? ¿Por que?»
«Porque esta noche, es preciso que escriba todo lo que no
En las escuelas canadienses los adultos se alegran de funciona en la escuela, poniendo un m�mcro de orden,
que los niños critíqueo a los profesores.., Francia� Jos Puedo llegar a diet� peco hay que ponerlo por orden, por¬
educadores, por mentalidad de cuerpo� eiiminan a los for¬ que no se podrá hablar de todo lo que no funciona, sino
tes t�teSj ts decir- personas con gran capacidad y testaru¬ en todo caso de to que haya puesto en primer lugar.»
das. KCríttca� luego es un asocial; bay que en clase Cuando, por primera vez, el niño le dijo a la maestra,
de transición Se califica bajOj incluso a los pequeAos� a su manera; «Pero, madamc, ha dicho usted esto, y luego
desde el curso pn:paratorío. Conocí s niño que habla cs� ha dicho esto otro; no es verdad, y además, esto...», ella
tado ya en cuatro clases. En Utí dos primeras hahSa teni¬ le respondió: <íMira. jesto es muy interesante! Guárdatelo
do cuatro maestros diíerent», porque se lo pasaban de uno para el miércoles por la mañana. Cada semana, reserva¬
a otro como alumno imposible.,. Lo que el pequefk> hacía mos dos horas para hablar de todo lo que no va. Pedimos
era resaltar las contradicciones del educador; fcAyer d�o a los alumnos que nos ayuden, que nos digan todo lo que
usted eso: hoy dice esto otro, ¿CuáJ es la verdad?� Era un no funciona. Asi que. escríbelo, y to guardas para el miér-
niño inteligente, que tenía un Cl muy elevado. La madre cotes.»
se marchó con él y su hermana mayar a Quebecn La mujer Ei martes por La noche, la madre leyó todo lo que él
tenía miedo de que el pequeflo se indispusiera con los pro¬ había señalado en diez puntos- Al día siguiente por la
fesores canad:ienses> como lo había hecho con los francc� noche, volvió entusiasmado: «No hemos podido hablar de
ses� En la escuela donde lo matriculó, no k hicieron espe¬ todo, pero, sabes, cuando alguien dice una cosa, entonces
rar ni cinco minutos, mientras que en Francia siempre todo el mundo vota, los profesores y los alumnos. De mis
tenía que hacer cola para la admisión de sus dos hijos. El dicK críticas, hay cuatro que fueron votadas. Me han dado
director le hizo preguntas muy inteligentes sobre los gus¬ la ra�ón y van a cambiar.j) Una de sus críticas concernía
tos de los ninoSj sobre el modo de ayudar a su hijo cuan- al horario; no convenía tener la gimnasia antes de las ma¬
do se sintiera decepcionado de si mismo o de algún otro... temáticas, y tenía toda la razón del mundo� Otra versaba
sobre la forma de situarse los nifVos en eli aula: no era
I 'CIau de Irantkiión. Li que acogc niños de docc 0 cACorcc año». bueno estar siempre en el mismo sitio. ¿Por qué no se cam¬
con niv«| de t-f biaba de lugar todas tas semanas? Los profesores replica-

226 227
ron que era más Fácil conocer a los niños cuando estaban donde se discute la protesta. Cuando hay algo que debe
siempre en el mismo asiento, que para ellos era una eco decirse a los adultos, un educador responsable asiste a la
nomía de trabajo. Pero, a fin de cuentas, ai cabo de una sesión para hablar luego de ella al director, I>c lo contra-
semana un<> comienza a conocerse, y luego, después de dos río, lodo se queda en historias entre niños.
semanas, lodavb más. Entonces ya se puede cambiar de l� escuela de Neuville constituye un grupo de acción
tugar. Y todos los lunes uno puede colocarse donde quie¬ pedagógica. Mezcla hijos de familias e hijos de la DDASS
ra, Lo cual fue acordado. que son inteligentes y que podrían convertirse en delincuen¬
Los profesores de esta escuela dijeron a sus alumnos: tes como todos los niños inteligentes no escolarizados y
«(Tenemos suerte de que un francés haya venido a decir¬ desempleados. El viernes por la noche, los de la DDASS
nos lo que iba mal. Nosotros creianaos que todo marchaba regresan a su internado o su familia de acogida eti la re¬
bien, y vosotros nunca decís nada.» Y aquel niño se con¬ gión, y los otroís al hogar familiar, para regresar el lunes
virtió en ei favonio de fa escuela, porque le reconocieron� por la mañana en d primer tren. Adoran I& escuela, y no
y los padres decían: (rCuando se porta así con nosotros, se cansan de trabajar. El sentido crítico es alentado, pero,
no es para fastidiar; es por espíritu crítico� Si se Je dice: en una escuela, hay que canalizarlo. No se trata de dejario
"Tienes toda la razón, sería mejor, pero no podemos hacer¬ desbordar durante todo el día, durante todo el tiempo. En
lo tan bien como tú querrías", entiende las rabones,» Ijo que Quebec, se estableció un tiempo para dio. En estas sesio¬
él quería era ser reconocido como inteligente, pero había nes se felicita a cada uno por su sentido crítico. En Fran¬
sido excluido de las escuelas parí «tinas porque perturbaba cia, los profesores del sector público no lo soportarían, por
la cUiSe hablando todo el tiempo, rectificando a todo el el temor de verse ju?.g,idos por sus alumnos.
mundo. En Quebcc, cuando comenzó a discutirlo todo, En Quebec, cuarido la mayoría de alumnos dice que se
bastó con que se le dijera: wLa critica, el miércoles», y se aburre con un determinado profesor, éste es destinado a
acabó. otro centro por b administración. A los funcionarios cana-
En Francia� habría que multiplicar escuelas como la de diensés se les califica, y si su rendimiento ha sido bueno,
Neuville. que sigo desde hace cuarenta aflos. El director al año siguiente se renueva su contrato. Esto seria bastan¬
recupera niños inteligentes de ocho a catorce años con pro¬ te revolucionario en Francia. En Inglaterra se hace cada
blemas escolares y les ayuda a ponerse al dia, Al terminar cinco años, pero en Canadá cada año, y no saben si van a
ei ciclo, son admitido�: en cíase de segundo del Instituto ver renovado su contrato el año siguiente.
Camot, donde entran entonces como compañeros. Hemos
tenido ya conversaciones a propósito del trabajo manual. En Francia, en ios consejoa de clase donde ios delega¬
Quisiera insistir en una exceIcnCc iniciativa: la sesión dos de ios alumnos forman parte de eth$ junto a hs pro¬
de protesta dos voccs por semana. «Todo lo que no mar¬ fesores, cada irimestr€r jamás se les escucha. $i toman la
cha» es anotado previamente en un cuaderno: «Fulano me paiahra, no se tes presta ninguna aienctón. O bien� ei di¬
ha fastidiado, me tiró de los cabellos?�, etc. La niña qufi rector Íes ruega que se marchen.
escribió eso el lunes puede hablar de ello el viernes antes La verdadera revolución en ía Educación Nacional sería.
de la salida. La protesta es interpersonal, y ahi radica 5u no doblar el presupuesto� sino cambiar la mentalidad de
interés. Los niños escriben sus historias, a riesgo de de� sus funcionarios Ateptar ser juagado por los jóvenes, eso
clarar en la próxima sesión: «Aii, no; fvo vale la pena » Bstá
sería mejor que todas las reformas- En la escuela france¬
desactivado. Escriben al día historías entre alumnos y pro¬
sa, ¿cuántos niños no se han pasado su vida escolar escri¬
fesores. o entre los propios alumiios, y iuego. el viernes, si biendo: «No debo interrumpir al profesorrí?
hablan de ello, es del todo diferente de la pequeña veja¬
ción que sufrieron en el momento. El cont�jo de clase se En ta üütwilldad. ios educadores franceses, ttmiendo
expresa, por lo demás, en libertad, y trata cuestiones es¬ verse desbordadost soportan mejor la aus�nciaf la falta de
colares» y es entre los alumnos, en ausencia de profesores, atenciótt. el estar en las nubes� que iú critica.
228 229
No obstante, la crítica cs lo que* hace vivir aJ que habla, Me interesé por un muchacho de once años. Michel,
y todos los demás. Agudizar d sencido critico es dar a
a ¡que se dedica a Tugarse al volante de un camión «tomado
cada uno la sensación de su valor y de su dignidad.�Natu¬ en préstamo»! Ha robado ya diez veces un camión de carga
ralmente, eso no puede permitirse durante todo el día. pero pesado mientras el chófer almuerza en un restaurante de
se pueden escribir la» criticas, las reflexiones y guardarlas la carretera. Conduce el vehículo hasta que se queda sin
para un día determinado. gasolina, o está hambriento. Jamás ha tenido el menor ac-
Me hablaron de una joven directora de escuda prima¬ cidente� Lo cual resulta inaudito. ¿De qué serviría meterte
ria que había citado a la madre de un alumno para decir¬ en la cárcel? Sus padres ya no lo quieren. Su pasión es
le: «Su hijo mira siempre directamente a los ojos cuando conducir camiones de gran tonelaje.
le haces una reflexión. ¡Qué insolencia!» Una nitla fue des¬ El director del centro le habló en este sentido: kNo te
pedida de dos escuelas porque miraba directamente a los jactes de robar impunemente los camiones estacionados.
ojos. Los adultos tienen miedo de la energia que se des¬ Te las arreglas porque estás muy capacitado para condu¬
prende de la mirada de un niño- cir, pero eso no es legal. Si presumes, vas a parecer mal¬
vado ante los demás. Y vas a encontrarte finalmente como
un tonto, porque no sabes ni leer ni escribir» y no puedes
Estos maestros jóvenes que vivieron mal la experiencia
conseguir el permiso. En el examen hay que leer lo que
de 1968 quieren pasar por amables con sus alumnos. Son dice e) código y escribir las respuestas correctas.i)
<cfalsos de arriba abajoi� como dicen los niños, a los que Era una urigencia. Un caso incómodo. ¿Oué hacer con él?
no les falta más que oír: <fA mi no me pagan para ser ama¬
La solución es introducirlo en una familia en la que el
ble con vosotros: para eso. tenéis a vuestros padres. A mí
me pagan por instruiros; así que no me impidáis hacerlo. padre sea chófer de camión y que se tome a pecho su edu¬
Yo trato de interesaros, no de "gustaros'',» Es el lenguaje de cación, se lo lleve con ét y lo convierta en un verdadero
conocedor de la carreteran En Gran Bretaña, los niños pue¬
la educación� Ahora bien� lo que se llama treducación na¬
den conducir los vehículos lentos� como los tractores. Me¬
cional» nada tiene de educativo. No es más que instructi¬ terle en un tractor habría sido una ocupación de espera-
vo. Por lo demás� bajo la III República» era conocido más No siente ningún interés por sus padres. «Se quedan en
modestamente como «instnjcción pública». Se ha querido
casa. No les gusta viajar,»
sustituir a la familia por el Estado, proclamando: (fHaga- No es imposible conseguir que íe adopte un camione-
mos Educación Nacional.» Dicha educación es espantosa.
ro, Pero si éste no es su tutor legal, sino simplemente el
Si hay educación, es la educación en el poder del más fuer¬
te. Lo cual es la antieducación. padrino benévolo, ¿cómo regularizar su situación frente a
la administración? Las iniciativas se enfrentan con un muro
de prejuicioSn de rutinas, de trámites intermmabies. obsti¬
Un futuro distinto de Mcsrine nados y anacrónicos. Entre la noción estrecha de aprendí-
laje y aquélbr más restrictiva aún. de adopción, habría que
He seguido estos úhimos anos el trabajo de un hogar delegar en adultos voluntarios la formación profesional de
educativo que admite a niflo!» inteligentes no escoía rizados. los jóvenes sobre la marcha y su socialización. La admi¬
Los pensionistas son hijos de psdres que tienen anteceden¬ nistración judicial consiente en depositar la confianza en
tes: sufren el juicio de la sociedad que coloca a su padre¬ un monitor y confiarle� para un stage de vela, a algunos
en un estado de hombre indigno. Aquellos niños que tienen jóvenes en peligro. Recientemente, dos educadores próxi¬
un Cí elevado, y que carecen de instrucción, están predis¬ mos al tribunal de Metz han $Ído autorizados a llevar en
puestos a convertirse en delincuentes. A un muchacho que un vuelo en globo, durante una semana* a Sandrine, Joa¬
se siente culpable dcüde que acusaron de robo a su padre chim. Manuel y otros, para que «el azul del cielo ahuyente
le dije: <fNo porque tu padre haya cometido un robo es un el gris de su vida». Una semana para su reinserción...
ladrón. Conserva su dignidad de hombre.» Lo que conceden para unas pequei�as vacaciones, los

230 2:11
jueces de menores podrían autorizarlo para verdaderos sta¬ cuestiones de seguridad, pero éstas pueden ser resueltas,
ges profesionales. Hay PMl que pueden contratar aprendi- por ejemplo, por medio de un seguro que cubriera ú los
ees* Pero, como en el caso de Michel, «el camionero sim- niños durante toda la jomada� no sólo en las horas de es¬
paticón más joven de Fraticia>t, es necesario que sea un cuela.
trabajador independiente quien se haga cargo det adoles¬
cente motivador La sociedad francesa, ¿está dispuesta a Por otra parte, a los adversarios del proyecto se les po¬
dejar en eJ guardarropa un crónicg espíritu suspicaz para dría responder que, después de las horas de clase, aban¬
que un nóinada que ejerce su oficio en solitario se lleve a donados a sí mismos, incluso los más acomodados, los más
un chiquillo por las carreteras? burgueses* aun disponiendo de cincuenta metros cuadra¬
dos para ellos en su tasa, los chicos -salen y permanecen
en la calle donde corren riesgos imprevisibles. Mientras
La escuda� hogar de los jóvenes y la cuJtura que, en lo sucesivo, circularían desde el hogar a su casa
escolar; los riesgos serian previsibles, se conocerían.
El empleo del tiempo de los jóvenes no les deja mucha Cuando Boris, mi marido, era joven, vivía en una ciu¬
libertad. Tengo una ahijada que no desearía otra cosa que dad que se llamaba Ekatharindar, y que actualmente se
venir a verme con Frecuencia; pero la pL�uefía sale todos llama Krasnodar. Había un toque de queda para todos los
los días de su casa a las ocho menos cuarto de la maña¬ niños, a partir de las siete de la tarde; en invierno, a las
na. Está en cuarto curso, y. como quiere triunfar, tiene un seis. Si se encontraba uno a un niño en la calle, pasada
trabajo abrumador que hacer. Debe realizar una verdade¬ dicha hora, se le preguntaba: (f¿Dóndc vives?)í, y le lle¬
ra carrera contra el reloj para venir a comer conmigo. El vaban a casa de sus padres. Actualmente, en Francia, pa¬
sábado y el domingo, como sus padres están divorciados, rece que la ley continúa existiendo, en el sentido de que
va a ver a su padre en las afueras de París, He aquí una «n niño puede ser detenido en la calle; «¿Adonde vas íú?»;
muchacha que. durante la semana, está completamente pri¬ pero ya no se aplica
sionera de un horario de instituto que no le deja ninguna En Francia, el escolar tiene fiesta el miércoles. Sus pa¬
libertad. �Cuando veo el tiempo libre que los nifio!» tienen dres están en el trabajo. ¿Qué hace él? Nada. Mo sabe a
en Canadá y siguen perfectamente sus estudios! La e�ue- dónde ir. Y todo porque la escuela está cerrada los miér¬
la termina a las 15.30. Y ya no tienen más trabajo que coles. Utilizar el edificio para acogerle, dejando a los niños
hacer cuando regresan a casa. la puerta abierta, seria la verdadera solución de la disputa
Entre los ocho y los doce años, sería formidable que entre la enseilanza pública y la enseñan?.a privada. El sec¬
los niAos pudieran utilizar su escuela como una casa tor público garantizando la enseñanza, y todas las casas
común, al margen de las horas de clase. «Me aburro en de enseñanza privada aceptando a sus niños veinticuatro
casa con mis padres. Vuelvo a la ej�euela-» Los educado¬ horas al día> al margen del horario escolar. Éste seria un
res no estarían allí para enseñar durante toda la jomada buen reparto de tareas. La enseñanza privada impartiría
Harían sus ocho horas desde las cuatro hasta medíanoche� entonces la educación, y la enseñanza cstatal> la instruc¬
Al día siguiente, por la mañana, anlcs de que llegaran los ción.
profesores, tomarían su desayuno con los niños que hu¬ Aunque quepa considerar la posibilidad de otros cen¬
bieran dormido allí. tros de acogida, otras casas, no se puede discutir que la
escuela, donde se trabaja durante el día y se aprende cier¬
Ello implicaria un cambio compléto de ta vida cotidia- to número de conocimientos� reúne las condiciones para
rm en la ciudad. VnQ circulación completamenu diferente ser el centro de la actividad.
de hs alumnos, hio es algo imposible. Los locales, ejrjffn, Desgraciadamente, en la enseñanza privada esta noción
y están infrautilizados. No kay objeciones materiales que de servicio o de vocación también se pierde. El sindicalis¬
sean redhibitorias de verdad. Siempre se podrá invocar las mo es algo muy resp;.table* que ha dado sus pruebas. Pero

232 233
el virus del functonaziado ]o Invade, y el personal de W éstüiuto de la función pühtica. � Y puede la colectividad
Educación Nacional tiene cada vez menos el entusiasmo y soportar un supUtttenm dé cargas salariales Uts veinticua¬
la abnegación necearlos para educar a U joven gf;nera- tro horas del día?
clon a armarse para la vida.
Si se íes echa en cara, Los maestro& prote$t3n de que El sector privado puede financiarlo. Los establecimlen¬
están tan dispuestos como sus predecesores a hacerlo, Pero tos de enseñanza privada podrían abrir sus puertas a todos
3 condición de no hacerlo más de cinco horas al día, y de los niños que quisieran, con el consentimiento de sus pa¬
no trabajar más que cuatro dUs a ta semana, y a condi¬ dres. a partir de las t6.30. La enseñanza privada ya no
ción, también� de que los jóvenes no les íacigiién, no les impartiría enseñanza, sino que se dedicaría a la educación-
interrumpan. Inconscientemente, regresamos cada vez más animación, fin sus locales, después de las clases, se repe¬
a Las clases tradicionales: «Abrid los cuadernos y tomad tirían los deberes que tos niños tuvieran que presentar a
ai dictado. Quiiá sea lueluctabLe el sistema llegue los profesores de la enseñanza pública, La escuela privada
hasta un extremo abstu'do- Cuando se haya condenado por reservaría clases particulares o por grupos a algunos niflo«
sí mismo, se derrumbará, y sobre esa tabla rasa será po¬ retrasados pertenecientes a la enseñanza púbhca. Todos los
sible edificar una arquitectura abierta para una población niños estarían inscritos en la enseñanza púb]ica> pero al¬
nueva. No vale la pena tener a personas de apariencia hu« gunos, becados o de pago, encontrarían un complemento
mana, si no actúan mejor que máquinas de enseflar, Aqoé- o UD sostén en la enseñanza privada para el itísto del tiem¬
itas podrán ser reempLaiadías fácilmente, Bntonces renace¬ po que fuera de la enseñanza pública,
rá una aeración de educadores.
Los profesores serán autores de programas registradas» Los profesores de enseñanza privada que quisieran
que se ofrecerán por La televisión, y por et vídeo. Pero los estar exactamente al mi�mo fííVíf, en cuanto a vtittajas,
adultos que estén en las ciases en contacto con los alum¬ que sus colegas de ta enseñanza pública (vpJver a su casa
nos no se llamarán educadores> sino animadores o acoge¬ a buerja hora), tío se;rían voUntarios para estos horúrios,
dores. Y estarán allí ¿jorque tendrán ganas de estar- Los maestros del �ei;/or público dirían que no se tes con¬
La informática puede tomar el relevo de un anacrónico fiaba una tarea muy valorizadora a los otos de hs padres�
sistema corporativo. Los educadores están serrando la rama fljWo somos más que funcionarios de ta enseñanza.»
en donde se hallan encaramados, a fuerza de querer tener
ventajas lucrativas, ser aJ mismo tiempo una profesión li¬ Final me ntCt no quieren oír reproches sobre lo que
beral 3� funcionarios cada vez más protegidos. Si persisten haocD. Quieren oonservar el monopolio. Aunque saben per-
en bíoquearlo todo, serán reemplazados finalmente por mᬠfectamenie que la mayor p a n e de las iníormaciones en tos
quinas de cnseflar. Cambiarían de actitud si se les diera jóvenes tas adquieren fuera de tas clases, en la calle o en
un año sabático cada siete años, como ocurre en los Esta¬ la televisión. Pero, oficialmente, es preciso que los profe¬
dos Unidos. Pienso que, durante los seis a�os de trabajo, sores sean los únicos dispensadores del saber. Se anun-
darían de sí mucho más a los niños. Los niños de nuestro ciao tiempos llenos de convulsiones- Pero cuando se lle�
tiempo tienen necesidad de frecuentar una escuelaj lugar gue a semejante punto de obstrucción, habrá verdadera�
de vida. A los sindicatos de docentes corresponde aceptar mente un estallido. Cuando una situación está bloqueada»
ia división de las funciones complementarías: unos serian eso es un presagio de cambio. El comienzo del fin lleva en
lDstructores> los otros se ocuparían de la educación para sí b promesa de una nueva experiencia� La Educación Na¬
la vida. cional, tal como está, en un sistema heredado de Jules
Feny� deberá cerrar para construirse otra cosa. No es en
unos animíidores aceptan trabajar por la noche des¬
Sr el interior de estas viejas estructuras donde será posible
pués de la dase, los representantes sindicales denuncia¬ verdaderamente cambiar. Islotes experimentales lo prefigu¬
rán una cotvperencia desleal de las profesores que tienen ran. Las cosas renacerán en el exterior.

234 235
Se podría permitir que Jos maestros de la enseñanza encontrado mejor solución. Todos los chinos pequeños cur¬
privada fiiscñen en la pública.. Que los que quieren seguir san estudios que les apasionan, para Ser más tarde quizá
hiendo profesores-educadores continúen cnseftando. pero guardabarreras O guardacanales en un rincón del mundo.
Serán lodos empleados del Estado hadendo cosa� que no
que lo pertenecienLe al orden de ta educación y b anima¬
ción esté garantizadc por gentes con vocación que aman tienen ninguna relación con los estudios que siguieron.
CSC aspecto. Llegará un día en que se permita a proftsío- Todo el mundo es instruido. Hay que decirlo, existe un pro¬
nalejt d t tíKlas las ramas activas, que no hayan sido for¬ fesor por cada diez alumnos. Los estudiantes tienen un ani¬
mados como profesores a los veinte años, que han dcsem- mador que está con eltos� como una clueca, de la marrana
pefiado otra profesión, que íormeo a nifVos en el sector pú¬ a la noche, pero que no les enseña- Tiabñjan mucho para
blico. Les seria concedido, por ejemplo s ios cuarenta añc£. pasar sus exámenes, tras lo cual no harán nada de nada.
cinco de permiso sin aueldo para eiisefiar, porque tie¬ Escribcn un francés maravilloso, pero eso les servirá para
nen ganas de enseñar, y porque a esa edaJ st-rán quizá hacer de guardabarreras en lo más recóndito de una pro¬
mejores pedagogos que un viejo maestro. vincia en la que ni siquiera se habla el mUmo chino, ya
que todos hablan chinos diferentes� No saben siquiera a
En ia acitialidad� iJcmoí cierto número de frustrados dónde tes van a destinar Es absurdo. Y todo el mundo es
de h trivestigadón� par falta de presupuesto, que se reci- instruido� No creo que los socialistas puedan hacer nada
ciün en la enseñanza, a la espera de que los créditoí en íu mejor. Es el resultado lógicOp cuando se ha normalizado
sector de investigación sean vottidos de rtuevo� tienen así el saber. Si todo el mundo debe aprender lo mismo� no
ningún deseo de enseñar Es úrticarnt�nte una v/ía muertíí. habrá los empleos correspondientes. Se es destinado sin
Se CTicattíraráfí, pues, ante wmíjj auditorios con los que discusión según las necesidades.
nado tienen quú

Semejarite desinteres por la vida profesional es el sín¬ Cada ve/, qtie me he enooritradc con jóvenes en un insti¬
drome de una crisis de civilización� tuto, me han hecho saber que el (tcole» es el lugar más abu¬
rrido que existe� Allí fuman y dormitan. Han r�nur>ciado in¬
$e dan, sin erríbarga, algunos pasos. Vemos a cuadros cluso a las reivindicaciones- Su estado depresivo generaliza¬
de !a industria que enseñan en la técnicat en las Artes y do no recuerda siquiera el hospital de día, sino más bien la
Oficios o en lús escuelas de gesítán, al margen de ía Edu¬ cárcel de día. Cierto es que si los alumnos cobraran, b cosa
cación Naciprtalt principaimerttÉ en las escuetas privadas. seria diferente. Los que trabajan, espedalmenfe las chicas�
En ¡as grandes escuelas o en las pequeñas grandes escue¬ y que hacen todos los ��gesCos del creyente»? que se les pide
las� vífirtírt a enseñar ingenieros mientras están en ios sec¬ que hagan� tierien la sensación de que eso no sirve para
tores activos de la econotnía� Financi�roSt �e�iores, fiénfin nada. Y finalmente, ellos o ellas trabajan duramente para
fl transmitir las cosas que conocen, y no pierden de vista pasar el examen, para conseguir la paz y también para no
las implicaciones; a menudo ficnfin cierto crédito frente a sentir ese aburrimiento. Los otros fuman, hacen ruido, van
las jóvenes, auncjue sus estudiantes son ya adultos. al cine; se ocupan de las chicas para pa�r el tiempo contra
ese aburrimiento. Y luego están aquellos que se tumban a
¿Por qué no hacerlo, precisamente, en escuelas secun- la bartola, muchachos y muchachas que, en La vida, se de¬
darían? Pienso que eso llegará a hacerse. jarán llevar siempre por los demás, y que no se quejan. Re¬
A fuerza de querer uniformizar y al mismp tiempo or¬ chazan tanto a los que trabajan como a los que se van de
ganizar lo lodoj normaliz&t, los partidarios de la mtiñocul- juerga, convencidos de que ni unos ni otros conseguirán una
tura obligatoria para todos acabarán por hacer invía ble el salida o un centro de interés en la vida, si es que llegan a
sistema actual,., y colocarlo en un impasse total. Habrá tener un empleo. Éstos contemplan la posibilidad de vivir
que encontrar otra cosa. En los países socialistas no se ha siempre como beneficiados, como parásitos.

236 237
Estas tres actitudes� estas tres respuestas que pueden Primera declaración del alcaide-ni&o: uLos ndul-
uner los e&tudi&ntcs, en este sistema, tienen un denomi¬ tos empezaron siendo niños, Pero, al crecer, acaba¬
nador común: la íaka de esperanza, b carencia de objeti¬ ron por pensar s6k» en ellos mismos. ¡Y los poitücos
vo. No hay mañana; se vive al dia. Eso es terrible para la son peores aún! £stos oo piensan más que en el dl�
juventud. <iNo sirve para nada, no se ve el porqué.» Una nero.n Pana eJ alcalde (adulto), monsieur Philippe Dc>
especie de supervivencia, para ellos, de una obligación inú¬ veaiu, esto no es una revolodón slao sólo trabajos
til, Pero acompañado de la sensación de que todo esto es prácticos* Este Consejo equivaldría a un excelente
para meterles en cintura, para impedirJes solicitar algo que curso de ünstrucclán dvica. Y, campechano, traerá un
no se les concederá. Si se Ies preguntara a quemarropa: soplo de aire hrcsco a la ciudad.
«¿Oué haríais en su Jugar?» (f¿Oué padres os gustaría Tienen conciencia� sin embargo» de que «oio se es¬
tener?j> «¿Qué profesores querríais tener?», la encuesta me¬ cucha mucho a Jos niños que están al cargo de uno>}.
diante sondeo no aportaría ninguna opimón, pues no tie¬ Ahora hien, reconoce, ellos tienen ganas, sin ningún
nen la costumbre de que se les pida su opimón. Hay todo complejo, de mezclarse en todo. El alcalde adjunto�
un trabajo a hacer en eí curso de las entrevistas al mar- por su parte» no (lene iniención de dejar ugoberuan�
getk de los educadores para que estén en itituación de res- a los niños: »,,. No llegaré a decir que la política es
poiider por sí mismos» y no medíante borborigmos o logo¬ algo demasiado serio para dejárselo a los nlñot:. pero
maquia esquiva, imitativa de adultos- lo que pasa por la cabeza de los ehicuelos es algo
de to que no se sabe demasiado.��M

Dar la palabra a lc>s jóvenes no es pasarle el micrófono


a un líder que se exprese en nombre de los demás, ni ha¬ Consejos municipales de niños
cerles llenar un cuestionario concebido para adultos. Es
dejar que cada uno sea su propio portavoz. £n Francia somoí profundamente institücionales. Por
eso los consejos municipaies de níVios siguen tUsarroHdn-
dos€. Han creado induso una federación, y han celebrado
su primer congreso en mayo de Í9S7» donde el más ¡oven
UN NUEVO JUEGO POLÍTICO: alcalde de Francia iba a cumplir doce años
CUANDO SE HACE REPRESENTAR A LOS NI�OS
EL PAPEL DE ADULTOS Su papel es sólo consuhivo, pero, aJ igual que Jos con¬
sejeros municipales políticos, son elegidos. Tienen un pe¬
A los doee años y medio» Muriel Mathleu se con¬ queño presupuesto, reuniones, y estudian expedientes. De
virtió en el alcalde de Castres en enero de I9K8. El una comuna a ta otra, hay diferencias. Cada Consejo tie¬
mes anteríoT, \m 43 oonsejcrtu municipalefi hablan nen sus particularidades, sus propias tendencias. Unos dan
sido elegidos por un »dq por Jos alumnos de todas importancia al proyecto que el niño puede realizar, por
Uis escuelas públicas y privadas de la ciudad. Muriel ejemplo, un área de juego; otros insisten en eJ titulo con¬
es una aJumna de quinto curso en el instituto Jean- sultivo» en honor del Consejo municipaJ de aduJtos. Le so¬
Jauré� Y sus adjuntos no son mayores que ella. Natu- meten cierto número de consideraciones críticas sobre Jo
nUmente, los nuevos edües, de edades de nueve a trece que, en su opinión, no funciona en la comuna. El «atcal-
años, tienen sóJo un poder consultivo en Ja dudad, deí> es designado por un año por eJ Consejo municipal de
pue»to que se trata, ya lo habréis adivinado» nada niños; la rotación es buena, porque así no se les deja con¬
menos que del uConsejo municipal de los niños)», vertirse en adultos, como ocurre en Jas radios para niños,
constituido a iniciativa del verdadero municipio. donde Finalmente son los jóvenes aduJtos Jos que dictan ]a

238 239
ley. A la actividad de los Consejos que enseñan a menudo rio es permitir a los jóvenes hacerse independientes de sus
a los niíios cómo marchan las instituciones, yo preferirla padres de una manera legal. La emancipación deberla
la de los Consejos que realizan «proyeclos«, El primer al- poder concederse a los catorce años.
calde que tuvo una idea interesante es aquel que encargó — La mejicJa de sexos en el cuerpo profesoral sería rec-
a !o$ niños que recogieran en la comuna todas las botellas quilLbrada en los establecimientos públicos por una reva*
de plástico, todo lo que no es biodegradable. lorización del! oficio de educador.
Conclusión de uno de estos jóvenes alcalde�: nEsto� — Los TUC serían ofrecidos a los adolescentes que no
niflos no quieren ser más tarde consejeros municipales. En¬ frecuentaran la escuela a partir de los catorce años.
cuentran demasiado aburridas las sesiones de los adultos. — La mayoría de edad sería rebajada a dieciséis años
Se sienten felices de tener la impresión de actuar en su o menos, para los chicos, y quince años o menos para las
Consejo municipal para niños, que es de su edad y de su chicas.
tiempo, pero el modelo adulto no les resulta especialmente — Los menores delincuentes no serian ya condenados
incitante. Al contrario. Encuentran que los adultos delibe¬ a la vida carcelaria.
ran por nada. Es interesante. Cuando se Jes interroga, in¬ — La toma de drogas blandas seria despenalizada, aun¬
cluso a aquellos que son akaldes-niños, no muestran en que no legalizada.
absoluto ningunas ganas de llegar a ser con el tiempo con- — El tribunal de menores seria suprimido.
sejcros municipales. Pueden cambiar de opinión, claro, pero — El internado para todos seria garantizado por la
quiero decir que la imagen que se les queda grabada de puesta en marcha de un sistema de hostelería elemental
los ediles no es nada positiva. Esto revela que los niños instalado en los edificios escolares. Cada escuela tendría
no están en su verdadero terreno.« dos satas acondicionadas en el desván, con agua corriente-
Los niños que no representaban por propia iniciativa a — El ritmo escolar sería el mismo en Francia que en
los consejeros municipales y alcaldes no tenían realmente todos tos países de la CEE. En los institutos se ínstituiiía
ganas de hacerlo en el fondo. Todo comenzó por un alcai¬ dos horas de enseñanza tecnológica para enseflar la des-
de que tuvo la idea de dar a los niños una ocupación de tre� manual, incluso a aquellos que se destinen a profe¬
valorización. Pero esta idea adolecerá siempre del defecto siones intelectuales.
de no haber brotado de los propios niños. Aquí se ajuega — A partir de los once años, los alumnos de los cole*
a ser adulto». La creatividad es, por tal motivo, bastante gios irían con un profesor de lenguas vivas a pasar un tri¬
limitada- mestre en un establecimiento inglés, alemán, italiano o es-
pañoL
— A parti�r de los dieciséis años, los jóvenes volunta¬
Propuestas de reformas y etimiendas rios para la cooperación podrian ser llamados a descubrir
de la tegisladón actual los problemas de la vida cotidiana de las poblaciones afri¬
canas.
— La instrucción obligatoria hasta los dieciséis años
sería reemplazada por la obligación de aprender a leer y
escribir y la autorización de estudiar en el sector público
sin limitación de c:dad.
— Para cambiar las relaciones con el mundo del tra¬
bajo y permitir a los adolescentes que abandonen pronto
el medio familiar, les serían facilitadas estancias remune¬
radas desde la edad de quince años, y podrían ser contra¬
tados en una empresa o por un trabajador independiente.
y percibir por si mismos su salario. El problema priorita-
240 241
ANEXOS

Anexo i

PEQUEÑA GUÍA DE LA FUTURA CONVENCIÓN


DE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Un grupo de trabajo de las Naciones Unidas (Comisián para


Ji» Dcrechos del Hombre) ha concebidu un nuevo proyecto de
convención sobre tos derechos del niño. Scrz sometido para su
aprobación a la Asamblea General de las Naciones Unidas en
19�9, aAo en que se celebrará el trigésimo aniversárjo de la De¬
claración de los Derechos del Hombre (1959). £1 siguiente docu¬
mento propone un resumen práctico de {as cuestiones más im¬
portantes abordadas por cada uno de \os artículos del pro-
yecto de convención. Permitirá al lector remitirse fácilmente a
ios puntos que más le preocupan e introducir reflexión y discu¬
siones sobre los temas que le parezcan prioritarios en la defensa
de «la causa de los niños» (desde la primera edad a la adoles¬
cencia). Hay que seflalar que el artículo primero prevé que lo.<i
derechos del niño valen para todos los seres humanos hasta
los dieciocho aftos.

Arlícutú Definición ílf¡ niño


Todo ser humano hasta La edad de dieciocho aftos, salvo si
la lesíslación nacional acuerda la mayoría antes de dicha edad.

Arttcuio I bis: Supervivencia y desarrollQ


Derecho inherente a la vida, y obligación por parte del Esta¬
do de garantizar la supervivencia y el desarrollo del niAo.

Articulo 2' Nombre� y nacionalidad


Derecho a un nombre desde el momento del nacirniento. y el
derecho de adquirir la nacionalidad del pai£ de nactmienio en
ausencia de Otra nacionalidad.

Articulo 3" Ei inttfés superior del niño


Toda medida concerniente a un nifto debe estar basada en el
interés superior de éste, y tener en cuenta su opinión. El Estado

243
debe garantizar al nifio la protección y k)s cuidados necesarkra a Articulo 7 tís.* Ubertúá de pensamienio, de conciencia
m binestar en caso de qii£ padres o las demás pcrsooas ns� y de Ttlisión
ponsables de no lo hagan. Derecho del niflo de determinar y practicar libremente sus
creencias, asi como de tener acceso a une instrucción conforme
Articulo 4: ttú di&criminacián a éstas.
Principio de que todo« Jos derechos deben ser concedidos a
lú& aiftos sin exce�ón, y obligación por parte del Estadú d« pro- Artículo 7 itr- Ubcrtad de asociación
icteger al niHo coatra toda forma de diSLTinüfiacsón. Derecho de los niños a reunirse y a formar asociaciones, a
Artículo 5.' Ejercicio dr h s ¿trechos condición de que los derechos de los demás sean respetados.

Obligación por parte del Botado de garantizar el ejercicio de Artículo 7 quater: Protección de la vida privada
los derechos reconocidos por b CoTivención-
Derecha de no ser objeto de intromisiones en la vida priva¬
Artículo 5 ¿¿sr Orientación del niño y evolución da, la familia, el domicilio y la correspondenciaj ni de alentados
de sus capacidades ilegales al honor.
Derecho del níAo de que se respeten las responsabilidades de
Articulo 8r Responsabilidades de los padres
padres o tutores de guiarle de manera compacib� con la evolu¬
ción de sus cspBcidades. Principio de que la responsabilidad de educar al niño incum¬
be en primer lugar a los padres o a los tutores, y obligación del
Artículo Lugar de residencia, separación de los padres
6.' Estado de ayudarles a cumplir este deber«
Derecho de vivir con sus padres, a menos que eso sea Juzga¬
do inoompatible con su ime� superior; derecho de mantener Artículo 3 bisr Protección contra los malos tratos
contactos con arabos padres si está separado de uno de eJkrs o Obligac�n del Estado de proteger al niño contra toda forma
de ios dos; obligaciones del Estada en el caso de que sea res¬ de malos tratos perpetrados por sus padres o por cualquier otra
ponsable de las medidas que han conducido a la separación. persona a quien haya sido confiada, y de establecer programas
de prevención y de irftiamíento en este sentido.
Articulo 6 fcfs- Reunificación de ¡a familia
Derecho del niflo y de sus padres de salb de cualquier país y Artículo 9' Acceso a una información adecuada
de entrar en el propio con fines de reunificación de la familia o
Papel de los media de la difusión, en honor de los niños, de
del mantenimiento de las relaciones entre el niflo y sus padres. informaciones conformes a su bienestar moral, al conocimiento
Articulo 6 fer/ Desplazamientos ilegales de los pueblos y » lá comprensión entre ellos, y respeto de su
cuJlura-
Obligación del Estado de Luchar contra los secuestros de niños
y envió de éstos al extranjeri}, sin posibilidad de regreso, efec¬ Articuh 9 bis-' Proteccián de la identidad
tuados ilcgalnicntc por un pariente o un tercero.
Obligación del Estado de proteger y, llegado d caso, de res¬
Articulo 7.- Derecho de expresar libremente su opinión tablecer los aspectos fundamentales de la identidad de un niño
Derecho de! nifto a expresar su opinión y a ver dicha opinión (nacionalidad, nombre, relaciones familiares).
tomada en consideración.
Artículo 10'* Protección del niño privado de su medio familiar
Artículo 7 a: Uhertad de expresión y de información
Obligación del Estado de garantizar una protección especial
Derecho del niño a buscar, recibir y difundir informaciones e al niño privado de su medio familiar, asi como de velar par$ que
ideas de todo tipo, mientras esto no afecte a los derechos de los reciba una protecdún familiar especial sustitutoria en un esta¬
demás. blecimiento apropiado.

244 245
Artícuio tí.' Adapción Articulo 16/ Objetivos de ta. �ducadúñ
Oblig�ón dcJ Estado de fadJitar la adopción autorizada cuan¬ Reconocimiento del principio de que Ja educación debe aspi¬
do ésta se oomc�ponda al mtcW;$ superior d�l niflo afeciada rar a Favorecer la eitpanslón de la personalidad deJ niflo y el de¬
sarrollo de sus capacidades, la preparación del niílu para una
ArííctAo J1 bis: Ninas refugiados vida adulta activa, eJ respeto de los derechos fundamentales del
hombre y el desarrollo del respeto de los valores culturales y na¬
Protección especLal t Cdnoüdcr tiíf&o que refugiado a que cionales de su propio país y deJ de los demás-
trata de obtener un estatuto d i refugiadoi y obUgación por parte
del E&tado de colaborar con Jos or�anismos carrespondlentes que
tienen como mandato g�f�Diizar dicha protección, Articulo 16 bi�.- Niñoí de minorías o d i poblacionís
autóctonas
Articula íifiños dísntinüidüs
Derecho del niAo que pertenece a una población autóctonan o
Dereclio de los niños disminuidos fLsLcameútí a beneficiarse a una minoría� a disfrutar de su pitipia vida cultural, a practi¬
de cuidados especiales y de una ftducacf6n lapropiadd. que favci- car su propia religion y a usar su propia lengua-
r¥2CáiL su autonomía y FoiciJitar &u participación activa en la vida
de la comunidad� Articulo 17* QcioSf actividades recreativas y cultuTcdes
Artíciilo i2 bis- Sanidad y íírvictíM médicos Herecho del ulfio a las distracciones� a jugar y a la participa¬
I>erecKo del nJfto a goz�r de la mejor &alud posible y de be¬ ción en actividades cuJtufales y artistk�s
neficiarse de los servicios médicos y de readaptación, concedién¬
dose una importancia espacial a los cuidados de salud primarios Articulo 1$-' Trabajo
y a 1o3 preventivos� a la iníormAción de la población, así como a Oblieacián del Estado de proteger aJ niño contra cualquier
la disminnciún de la morlalLdad inlantü. Obtigaoón del Estado trabajo que pon� en peligro su salud, sti educación o su desa¬
de Tavorecer ta abolición de las prácticas tradicionales pequdi- rrollo, de establecer edades mínimas de admisión en un empleo
ciales para La salud de los niflos,
y de especificar Las oondiciones de éste.
Articulo 12 tifi Revisión ptriádica áet acomoda
Artículo lí bis: Consumo y tráfico de drogas
D«r6chú del niño colocado per las autoridades competentes,
con fines de cuidados, de protección o de tratamiento, a una rt- Derecho del niík> a estar protegido conCra el consumo de es¬
vi&iófi periódica de todos los aspectos de su jugar át acomodo, tupefacientes y sustancias pdicdtrópicas, y contra su utilización
en la producción y la distribución de tales sustancias.
Articulo iS' Seguridad Sücíaí
Oerecho del niño a beneficiarse la Sc�ñdad Social. Artículo ¡S ter: Eiíphtacián sejcual
Aríicvío Mr- Nivel de vida Dereclio del niño a estar protegido contra la violencia y la
l>crecho del niño a un nivel de vida adecuado» responsabili¬ explotación sexuales, incluida la ptvsütucióii y La partícipaciún
en toda producción púrnográfica.
dad de loe padres de garantizársela, incluso aunque uno de ellos
o ambos no vivan con el niAo. y obligación por parte del Estado Artículo 13 quaísr,'
de i\u.ü estas responsabilidades puedan razonafaíemente ser asu¬ VcritOt trata y secuestro
midas y lo sean en la práctica� Obligación del Estado de hacer todo lo posible para impedb-
Articulo 15' Educación
el secuejitro» la venta o la trata de nifios.
Derecho del nino a � educación, y obligación del Estado de Articulo IS quinto: Oiray formas de explotación
hacer la ensejVanza —la primaria al menos— obligatoria y gra¬
tuita en la medida de lo posible. La disciplina escolar será apli¬ Derecho del niño a estar protegido contra íoda otra fotma de
cada respetando la dignidad del niño en tanto qice ser humano. explotación no cubierto en lo:» cuatro anteriores artículos.

246 247
Arlicuh ¡8 stxto' P�adapfúcióti y reinserción 2. Los Estados paitícipes garantizan que sus informes ten�
drán amplia difusión en su país-
Obligación del Estado áti procutár que los niños vkcimas de 3. El Comit£ puede proponer que se emprendan estudios es-
negligencia, de explotación o de mab s iratos sí beneficien de pedales sobre ciertos derechos cübicnos por la Convención. Puede
los tratamieniDs adecuados para garantizar su readaptación y su dar a conocer sus sugerencias y recomendacione? a todo Estado
reinserción sotíal
partícipe afectado así como a la Asamblea General.
4, Al objeto de «promover !a aplicación efectiva de la Con*
Artículo 19: Administración de /usíida y procedimientús
vención y alentar la cooperación internacional)), fas instituciones
penales
especializadas de las Naciones Unidas (OIT, QMS y UNESCO)
Obligaciones del Estado ante tos niflos arre&tftdús o deteni¬ al igual que la UNICEP, pueden asistir a las reuniones del Co¬
dos, Prohibición de la tortura, de las penus □ Iraiamiccitos cruc- mité. Pueden —así como cualquier otro organismo considerado
teá, de La pena capital y del encarcelamiento a perpetuidad. Pre¬ «compctentei>, incluyendo las OMG (Organizaciones No Guber¬
sunción de inocencia, derecho a una asistencia jurídica u otra namentales) dotadas de estatuto oonsvltivo cerca de las Nacio¬
asistencia apropiada y a un juicio equitativo. La sentencia esta¬ nes Unidas� y los organismos de las Naciones Unidas como el
rá dirigida s la rehabilitación y no al castigo. Principio de la re¬ HCR— someter informaciones pertinentes al Comité y verse in�
paración de niños y adultos durante su detención. Derecho a man¬ vitadas a dar su opinión al objeto de garantizar la mejor aplica¬
tener contactos con la familia. ción posible de la Convención,

Artículo 20' Conflicfos armador Marzo de }988


Principio de que ningún niño participe directamente en ías
hostilidades, de que ningún nifto de meiK>s de quince aftos de
edad sea reclutado en las fuerzas armadas, y de que todo niño
afectado por un conflicto armado se beneficie de protección y de
cuidados.
Artículo Respeto de ¿as ttcf�as más favürabltí
ya establecidas
Principio según et cual, en el caso de que una nomnii estable¬
cida por una ley nacional u otro instrumento internacional sea
más favorable que la disposición análoga existente en esta con¬
vención, será la norma más favorable la que prive.
Artículo 2i ter-- Difusión de !a Convención
Obligación dei Estado de dar a conocer ampliamente los de¬
rechos contenidos en la Convención, tanto a los adultos como a
los niños.

Artículos 22-3i- Aplicación y entrada en vigor


Estas disposiciones constan principalmente de los puntos si¬
guientes:
1. Creación de un Comité de los Derechos del Niño, com¬
puesto de diez expertos encargadas de examinar los informes que
tos Estados partícipes en la Convención deberán someter dos años
después de la ratificación, y cada cinco años posteriormente La
Convención entrará en vigor en cuanto la hayan ratificado 20 paí¬
ses, y es entonce? cuando se constituirá el Comité.

248 249
De esta manera, flota una atmósFera de delincuencia en tomo
de la Fuga, aunque ¿sta no constituya en ningún caso un deli<
io (2 t).

Tipología de l o s que se fugam


Ak e xo 2 La mayoría de veces se trata de adolescentes inestables en
situación de crisis� de níAos victimas de malos tratos (9) o de
LAS FUGAS DE ADOLESCENTES secuestros por parte de los padres, de muchachos o muchachas
particularmente díñciles que viven en el hpgar o el internado� o
también de retrasados escolares. La edad más frecuente son los
Inicmos de deñnlcl�n catorce aAos.
Tres rasgos de carácter están a menudo presenle:» ui el ado¬
Los juristas Fueron los primerDs cn interesarse en las Fugas lescente huida: inesLábilidad, hipcremotividad e Inmadurez afec¬
de roeiwrts. Luego fueron seguidos por especialistast médíccíí, tivas (12)r
Son varios los Factores que pueden intervenir en la fuga de
psiquiatras, psicólogos.
La fuga se caracteriza por una marcha de corta duración, tras los adolescentes:
la cual el nifto regresa casi siempre aJ hogar (a diferencia del Ante todo, el ambiente familiar. La constitución de la pareja
de padres y la atmósfera familiar desempeñan, en efecto, un
vagabundeo) (19). £1 doctor Nerón la definió ooino «un intento»
coronado o tío de éxito, de resolver un estado de tensión» (18), papel importante. Lá disociación de los padres o 5U mal enten¬
Para Rubier, ta <cverdaderaj> Fuga dimiento, la Falta de comunicación entre los miembros de la Fa¬
imputsiva. corta el nudo de
la crisis sin resolver nada, sin otro objeto que escapar de lo que milia, el akoholismo de los padres, todo esto cntraAa violencia,
se ha vuelto insíiportablc e imposible de afrontar por parte del falta de auioridad, hiperprotección, el rechazo del niño por sus
adolescente (2l>, padres... Son, puesj oíros tantos elementos, que pueden incitar
al Joven a la fuga <19. 12. fi),
Aunque encontramos Fugas en todos los medios, parece que
es en los estratos económicamente desFavorables donde se pro¬
Los QUE SE fUOAN Y LA LBY duce la mayoria de fugas.
Las carencias educativas, d absentismo y los retrasos frecuen-
Cada alio en Francia se registran iO.OOO fugas de menores tes en la escuela, el abandono de los estudk>s. la inadaptación y
por la policía, y como algunos padres no las denuncian, se esti¬ el fracaso escolar son también a menudo responsables de estas
ma en general que su número asciende a 100.000, es decir cerca fugas (14).
del 2% de la población de menorca de diez a dieciocho alio® (21). Hay que tomar asimismo en consideración los trastorrkos so�
En Francia, según el Código CiviL un menor no puede aban¬ dates. En cFecto, en el momento de la gran crisis que asoló los
donar el domicilio de padres sin su permiso, p«ro el Código Estados Unidos antes de U segunda guerra mundial, se observó
Penal no considera la fuga como una infracción, Sin embargo, un gran número de vagabundeos de adolescentes. Estos trastor�
en la fuga hají una presunción de peltgm que «justiFicará» una nos sociales están también en el origen de las bandas de vaga-
doble intervención del aparato administrativo: de un lado, la In¬ bundos que vemos formarse durante las guerras, las revolucio¬
tervención de la policía, y de otro, la Lnrervcnción del jue� de nes y cataclismos de todo tipo (1S>.
menores (23). No obstante, la mayoría de veco la Fuga es un acto solitario,
Así. la brigada de menores o la getidarmería son generalmen¬ consecuencia de una reivindicación afectiva insatisfecha. Cuan¬
te los primeros Interlocutores del Joven fugado. Pese a sus es¬ do contempla ta fuga, el adolescente la considera como definiti*
fuerzos� U policía considerará al joven corno un predelincuente; va. puesto que etia debe consumar una ruptura con la Familia y
seré cacheado, interrogado sobre sus intenciones y sus medios el ambiente. Lo más corriente es que haya habido muchos pro¬
de subsistencia, y con frecuencia alojado tras los barrotes de Is yectos antes de pasar a la acción (22).
oomisaria. A la policía le corresponde decidir la suene del joven,; Encontrándose pronto «marginalizado», el ¡oven huido, ante
puede devolverlo a la Familia o preseniar)o al juez de menores. la dificultad de alojarse y alimentarse, pronto deberá realizar

250 251
actos reprensibles, robos, reventa de drogas q prorstitucíón. Con Bibllograna sobre las fugas
todo, no podemos dedr que el fugado necesariamente un de¬
lincuente (22). 1, AMBROSIO, Lillian: Runaways, Boston» Beacon Press, 197L
Describe las razones que impulsan a los adolescentes a
fugarse, sus medios de supervivencia y las condiciones le¬
LAS MEDIDAS DE PHBVEhrCiÓN V DE TRATAMIENTO gales de las fugas. Encontramos aqut una lista, por Estado
y por dudad, de todos los organismos donde los jóvenes
Aunque la fuga sea casi siempre una sorpresa para los pa¬ huidos pueden hallar ayuda (Travellers Aid Locations, Hot¬
dres. ciertos indicios pueden presagiarla (18). lines, Halfway HousesV
Una vez cometido el acto, durante estos períodos de crisis no 2. Bergeron, Dr. Marcelt «Las fugas y el vagabundeo en el
bay «acogida»} legal para los jóvenes, s�lvo la policía, mientras niño y el adolescenteji. Boletín de psicología, num. 1954.
no se haya consultado i un juez de menores. Él es quien autori¬ 5, B l o cq u au x, Jean, y R o s en zwel g, Jean-Pierre: «La fuga
za UA centro de alojamiento: bogar, servicio de acogida d« ur¬ no es un delito� ¿Es ya un derecho?», Cuüdvrrtos dt acción
gencia, una ramilla, un oentro médico-psicopeda£ÓgÍoo.�. para aco¬ iurídica, núms. 15-36, 19B2.
ger al menor. 4. BRENNAN, Tim; Huizin ga, David, y Elliot, Delbert S-:
Teniendo en cuenta estas carencias, algunos educadores, The soda! psyckotogy of runaways. Lexington, Mass., Le¬
miembro» de asociaciones. Incluso jueces, hacen caso omiso de xington Books, 1978.
esta prohibición y ofrecen un albergue provisional a menores en A partir de sondeos y de csladisticas. este libro propo¬
crisis (21). ne un análisis dentifico del problema de la fuga en los me-
En efecto, Las instituciones oficiales encargadas de la «infancia nores�
dificLb� están cada vez menos en sittiadón de llevar a cabo correc¬ 5. Chapman, Christine: America's runa'�ays, Nueva VoTlt, Wj-
tamente su tarea. Y en este contexto, han aparecido nuevas es¬ Ibam Morrow, 1976*
tructura Todavía en númeni pequeAo, adoptan formas variadas. 6. Col, C-: (tFugas y medio familian». Revista de neuropsiquia-
desde el SOS telefónico (ya que la comunicación ha sido interrum¬ iria infantil vol. 12, núm, 10-11, octubre-noviembre J964,
pida, hay que restablecerla), al servicio de acogkla de urgencia (to¬ 7, COLOMBANK Christians «Menores en libertad: Para escapar
mando contacto con un adulto competente y comprensivo� el joven de la infanda< no han encontrado más que una salida: ta
puede ser ayudado), o al centro de alojamiento (cuando un ado¬ fuga». El Mundo de ta Educación, num. 49� abril 1979-
lescente no quiere, momentáneamente al menos, regresar a su Sh C u l l , John G., y HardV� Richard E,: Problems of runa¬
casa). El Bn educativo de estas nuevas estructuras es poder ata¬ way youíkj� Springfield* Charles C. Thomas, 1976.
car la crisis en su iniciación, impedir que el conflicto se envenene, Analiza las causas de Eas fugas, distinguiendo entre las
evitar al huido La recidiva, desdramatizar las situaciones conílictl- de cada sexo. Da indicaciones sobre los signos precursores
vas que le conducirían a una ruptura irreversible, y, en la medida de la fuga� y busca soludones a este problema.
de k> poüühle, reconciliar las partest padres t hijos (23).
9. F a r b e r, E. D.: KiNaST, C.; McCoard, W. D., y FaLKNER,
En algunos países nórdicos, la 1� admite que un joven puede
irse «ta descansar al campo» en los lugares de acogida reconocidos D.: Violence in families of aJalescent runaways, Qiiid abuse
and neglcct, vol. 8. EE.UU., 19S4.
por k» poderes públicos, durante algunos dias, a respirar un pooo- Del análisis de las respuestas de 199 adolescentes hui¬
En los Estados Unidos, a partir de L9ÓS se crearon tugares
de acogida qtie defend (an ante lodo al joven, ofreciéndole un re� dos al cuestionario �(Conflict tactks scale», deduce que el
fugio momentáneo, d anonimato durante veinticuatro horas y una 7S% de ellos hablan sido objeto de malos tratos por parte
atmósfera cálida y familiar. Existen dos centros de este tipo para de los padres en el ailo anterior a la fuga.
menores en los Estados Unidos, conectados en el marco del Na¬ 10. Go n n h t , Barnard: Los tfroutardsu del absoluto, Bourges,
tional Network Service to Runaway Youth and Familks, Tales Chalet, 1975,
centros están en su mayoría insertados en la comunidad local, y Los testimonios de seis adolescentes que un día de-
mantienen buenas relaciones con la policlaj la Justicia y loa ser¬ ddieron partir,
vicios sociales, los cuales no vacilan en enviarle jóvenes, a la es¬ 11. Ihp&. Marc, y Lefebvré. Alex: ¿a fuga de tos adolescen¬
pera de encontrar una solución definitiva <1, 8). No obstante, su tes' De un enfcNfue determinista y íineat it un enfoque ftno-
libertad de acción es bastante limitada» lo cual plantea grandes mejíológico y sisíémico, Bruselas, Universidad de Bruselas,
problemas. 1981.

252 253
Ptasma el encuentro entre ]a práctica y la investigación 20. Reboul, Oaude: Bl niño de ia fugo, París, Stock 2. 1979.
en el campo de la intervención entre los adolescentes en cri¬ Cuenta su propia historia: su Fuga para escapar de Los
sis. Trata de comprender Lo que ha p�&ado, partieado de golpes administrados por su madre, su sueño de encontrar
tcstimorúos de jóvenes huidos. Propone, evalúa y analiza 3 la niñera en cuya casa estaba tan bien, sus problemas
un modo de intervención. con la administración y el jue£ de menorvs, sus estancias
12. JakdiNj F., y Flavigny, H.: «El papel del padre en tas en los centros médico-psícológicoíi-
higas del niño». Revista de neuropsiquiasria infantil, octubre� 2L RouBtER. C: Lesage de la Haye, J.. y Uzidos. a.: «Los
noviembre L963, riesgos de la Fuga...�>, La escuúh de lot núm, 6.
Estudiado más detalladamente, el padre o el sustituto 1984,
paterno se individualiza en un tipo de i�re incapaz de res* 22. Sepulchre, Cassiers, Joos, y Desuyst: «La fuga, los
ponder a las exigencias de papel: autoridad y virilidad. niños y los adolescentes huidos». Revista de Derecho penal
Frente a este padre ífkmAdiuti, el niAo a su vez permanece y de Criminohgía, ni�. 3> diciembre 1965,
inmaduro, y sus prímenr-. desees de autonomía se mani¬ El libro se pregunta si el comportamiento de la fuga
fiestan por uña reacción infantil de huida: la íuga. constituye la manifestación de una personalidad delincuen¬
13. JOFROY y DUPOUY; Fu%üs y vü�abundeíts. Paris, Akan, 1909. te con el mismo título que el robo, o si, por el contrario, se
Uno de los primeros estudios sobre las Fugas. Los auto¬ relaciona con una orientación diferente de la personalidad,
res clasifican a los niños huidos en tres categorías; el niño 23. Tillettes, Bmno: Juventudes en ruptura.' Lugares de aco¬
patológico cuya fuga está vinculada, bien a lesiones cere¬ gida o «centros de crisisi> para hs menores de Í8 años, de
brales, o a trastornos psíquicos gjaves; el niño anonn�l, que nuevas respuestass París, Aulrement, 1980.
presenta una pesada herencia; el niík» normal, cuya fuga Pasa revista a las estructuras de acogida en Francia, Bél*
está sobre todo determinada por una carencia educativa. gica, Estados Unidos, Inglaterra. Holanda y Alemania.
14, Launay, C.: «Fugas d« escolares y fobias escolaresu. Re¬
vista del práctico facultativo, núro. 12, 1962.
15. Le Lan, Guy: nEÍ problema de bü fugas en tos mejaores»,
Revista de la seguridad nacional, núm. 42, niarzo-abril 1962.
Distingue varios tipos de Fugas: fuga automática o im»
pulsiva. fuga por hipersensibilidad, por sentimiento de in>
ferioridad, por depresión o desaliento, por mitomanía ima¬
ginativa, por deseo de independencia y necesidad de eman¬
cipación.
16. Libertoff, Ken> y otrosí nRunaways», Júumal of family
issues, vol. I, núm, 2, junio I9S0.
Compilación de varios artículos sobre las fugas de ado¬
lescentes. La historia de la fuga en los Estados Unidos, el
porvenir de tos buido»� las leyes y las batallas jufidicas con-
oemientes a la faga, la relación de los huidos con &u fami¬
lia... y muchos otros aspectos de este problema.
17. LOBROT, Michd: «Huir; Una esperanza a vivin>, Autremant�
núm. 22. noviembre 1979.
18. Nerón, Dr. Guy; E} mno que se fu&a� París, Presses Uni-
versitaires de France� 1964.
19. Pampih, Sara, y Soríano, V,; La fuga de ¡os niños y
de ios adolescentes del medio familiar, Paris� 1973. (Es¬
tudio para una {onaltríse»* en psicología. Universidad de
París VI.)
* KMaítri«¿'»L Thulu uiiív«r«it3no, luperlor m ude licpnciatura. e infe¬
rior >1 doctorado. (N. dt

254 255
Companciéii Intemacioiiai de las ta*** de lulddlo (198Q)
(Tu&a por lOQ.OOO habitantes�

5-14 oAoj Fno- Aus- Dina¬ Ho- Su*- Sut-


ci* u-i» marca RPA Uad* e:ÍM u RU E£.UU •
Sexo
Anexo 3 masculino 0.6 3,9 0,3 1,6 t).2 0,5 1,5 0,1 0.7
SCKQ
LOS SUICIDIOS femenino 0,2 0.7 0.3 0,3 —
0,7 —
0.2
En qqhjunto 0,4 2,3 0.3 1,0 0,1 0,3 IJ —
0,4
lS-24 trioi
Seno
CompanKlón InternAdMul de laj luat de luJddlo flQaSCüliRÚ 15.9 2SJ 16.3 19,0 16,9 34.7 6,4 20,0
Sexo
según Ib edad y d k k o fcrncuino 5.5 6.7 7J 5.6 3.7 s.a 12.3 3.0 4.7
rrofA por tOO-OOO habitantes. Año 1980) En conjuatú 10,7 1S.0 12,1 12,5 6,0 n,5 23,4 4,7 12,4
* Estas tasas sod las de 1978.
A) Sbxo ma sc u li no

Paísca 15-24 25-34 35-34 4S-S4 5S-M 65-74 75 y E s t a d os Unidos: suicidio de los jó venes
mi*
Francia (Sitítesis de un artículo apcrecido en Attenzione, febrero de 1985)
15,9 2e,0 32.9 39.6 ♦5.<I 57.5 114.0
Estado* UnídoB 20,0 25.5 21.9 33.4 27, S 33.1 47.B
13.0 15.5 15.4 17.9 ia.2 21.6 El rcftómeno del suicidio entre ios jóvenes ha tomado Las pro¬
iDglatem 6.4
Eacocia 9.6 15.2 19.1 23.4 17.a 18.a 23.2 porciones de ona verdadera epidemia que afecta a todas las capas
Dtna Enarca 16.3 4ZJ 61.S 70,7 71.» 60.4 81.0 de !a saciedad. Por otra parte. suicidios parecen «atípicosu.
Suecia 16.9 37,6 43.9 35J 39,3 46,9 en la medida en qiíe ios atiáli� qüe baccn intervenir paráme�
Noruefa 20,4 1B.2 20.fr 28,6 3La 25,3 24,0
S u iza 34,2 36.S 42.2 44.J 63,4 5S,9 80,7
trt�s diversos tales como el nivel de reíate, ta localidad, eJ nivel
Holanda 8.3 14.9 15.1 17,1 22.3 26.1 4L.1 social, ia raía, etc,, no permiten establecer correlaciones fuertes...
RFA 19.0 26,9 33,0 43,0 38,9 54.0 72,8 Las estadísticas Indican 5.170 suicidios de jóvenes (entre quin¬
Austria 2S.8 36J 43.9 59,3 56.3 72.6 «5.7 ce y veinticuatro artos) en los Estados Unidos en el afto I982t
es decir una cifra J veces más elevada que la de 1950. (Ha habi¬
B) Sexo fe m e n i n o do más de 6.000 en 1985, o sea un joven de cada 17.) La Aso-
dación Americana de «SuicLdo!ogia>) ensombrece aún más el cua¬
75 y dro al estimar que a tina tentativa <fCon éxito» corresponden 50
Paites 15-24 25-34 35-44 45-54 55�4 65-74
mit tentativas abortadas. Él grupo de los quince-veinticuatro aflos es
Francia 5,5 9,9 13,2 Í4,7 Í8.5 22.2 26.1 el único de los Estados Unidos cuya tasa de mortalidad aumen¬
Estado* Uoldoj 4,7 «,1 10,1 11.2 9.7 T,9 6.8 ta de manera tan constante,
logia terra 3.0 4.2 8.1 10.9 11.8 13,3 11.0 Existe un comité Nacional de Prevención del Suicidio de los
Esc oda 3,1 7.0 9.7 14.3 14,3 10.9 8.1 Jóvenes, presidido por Alfred Del Bello, ex adjunto del goberna¬
DIm marca 7.7 16,7 35.8 42.8 39,3 32,9 31.6 dor de Nueva York, y Donna Buckky, madre de familia, cuyo
Suecia 5,8 11,3 16.2 17.8 2L2 14.5 11,4
Noruega 3,3 9,0 6.7 14.2 12.1 9.6 4,7 hijo se quitó la vida a la edad de quince años. Este comité, crea¬
Suiza 12.3 14.8 17.6 2L7 20.8 16.8 23,2 do por el Congreso, se he fijado como objetivo canstituir un banco
Holanda 3,7 «.0 8.9 12.4 14.1 14.3 12>0 de datos sobre el suicidio de los jóvenes, y de obtener de él re¬
RFA 5,6 9,9 14.0 20,4 23.6 27A 25.9 comendaciones destinadas a las autoridades. Tarea urgente, si
Austria 6.7 11,1 14.3 20.7 23.0 29 J 33.9 las hay, pues tos Jóvenes de 19S5, más bien ambiciosos y con¬
servadores, no se parecen en nada a los jóvenes de 1980. Ahora
En: Suicidio y tentativa de suicidio� hoy: Estudio epidemio¬ bien, &US esquemas de comportamiento son mal conocidos.
lógico, F.-F. Davidson y A. Philippe. Desde el punto de vista sociológico, las esta disticas que con-

256 257
cicmen al suicidio son además tergiversadas, y esto por dos ra¬ da de dificultades en su hijo. Con frecuencia, se n h ús a afron¬
zones: ta polida preíicre hftbiar de {tacddcnte?» más que de sui- tar la realidad, cuando, de hecho, aún se está a tiempo de ha¬
ddlo, o prefiere dejar flotar la duda, para no abrumar a la fami¬ cer algo.
lia. Mo habla de suicidio más que cuando la víctima deja una Primeras medidas de prevención- garantizar al nifio un hogar
carta explicando sus Intenciones. lo que sólo ocurre en una pe- cálido y armonioso; a continuación, asociar al adolescente a Las
quefla minoría. Si la postura legal fuera menos pudibunda, nos actividades, a fin de que se sienta necesario; finalmente, refor¬
dañarnos cuenta de que el fenómeno es mucho más grave de lo zar (o crear) la comunicación entre padres e hijos... Hace falta
que traslucen las esiadisticasr que los padres estén realmente <ra la escuchai) de su hijo.
Comprobación general: la juventud actual tiene más dificul¬ Conclusión: Donna Buckley piensa que se debe y se puede
tades en encontrar su lugar en la sociedad que las getieracio- hacer algo. La muerte de su hijo no habrá sido inútil si la socie*
ncs precedentes, y la sociedad, por su parte, tiene problemas para dad adquiere finalmente conciencia de la gravedad del proble¬
hacer frente a este malestar. Para Roben Gould, psiquiatra, pro¬ ma.
fesor en el New York Medical College, el adolescente urbano no
tiene nt la impresión de ser neoesano a la sociedad, ni la de ser
verdaderamente deseado. Los padres no tienen ya tiempo de ejer¬ BibliograRft «obre lot suicidios de adolescentes en el rnuado
cer su oficio de padres. 5obrc estos adolescentes debilitados se
ejerce, por o*ra pane, una fantástica presión: hay qwe matricu¬ COMPARACLOKES tNTERNACtONALES
larse en una buena escuela, hacer una buena elección de carre¬
ra, tener n»jores resultados que sus condiscípulos. Todos los pa¬ 1. BarradOUCH� B. M.: «Differences between national suici¬
dres esperan que su retoBo tendrá resultadas más que medía¬ de rates», British Joumai of Psychiatry, núm, 122, 197J.
nos. lo cual es globalmente absurdo. En cuanto a los 2. DAvrDSON, Francois*, y C h OOu et , Marie: El suicidio del
condiscípulos� quieren que el adolescente se inicie muy tempra¬ adolescente' Estudio epidemiológico y estadíftico, París,
no en el sexo y la droga, que crean otro tipo de stress. La vida ESF, líflL
se toma demasiado compleja, incluso intolerable, 3. DAVIDSON, F., y PHILIPPt, A.: Suicidio y lertiativaí de sui-
El miedo «nucleaD> pesa sobre la alegría de vivir. cidio, hoy: Estudio epidemiológ�ico. INSERM/DOIN, 1986�
La imagen de la muerte es confusa en muchos jóvenes, por 4. DREYER, K.: «Comparative suicide statistics», E>amsh me¬
el hecho de que la muene, o bien se la silencia, o se la caricatu¬ dical buUetin, voL 6, núm. 65. 1959.
riza (en la televisión). De ahí una representación (rmágica» de la 5. LadaME, Fran90íse: Las tentativas del suicidio de /os ado¬
muerte, concebida como algo no irremediable. lescentes� París, Masson+ 19SL
Pocos educadores, incluso especializados, poseen las compe¬ 6. Ministerio de la Salud Pública y la Seguridad Social: Pata
tencias necesarias para distinguir entre la ciclotimia natura] en una política de la salud.' £ l suicidio, septiembre 1977.
el adokscentc y la verdadera depresión. El hijo de Donna Buck¬ Presenta las formas de prevención del suicidio en dife¬
ley se ahorcó tan sólo seis meses desptiés de que un psiquía¬ rentes países.
tra diagnosticara que sufría trastornos corrientes de la adoles¬ 7, Organización Mundial de la Salud, Oficina Regional de Eu-
cencia, ropa: Evotucíón de las comportamientos suicidas�. Copen¬
La sociedad prefiere especular sobre las causas y los reme¬ hague, 19B1.
dios en vez de invertir en investigación o en programas de pre¬ Informe sobre una reunión de la QMS en Atenas, del
vención. 29 de septimbre al 2 de octubre de 1981, donde un grupo
Existe, a propósito del suicidio� cierto námero de mitos. Es¬ de trabajo esludió b evolución de los comportamientos sui¬
pecialmente aquel que afirma que et suicida «no previene». Lo cidas en nueve países europeos.
cual es una falsedad. G1 suidda emite señales de angustia, y es¬ 8. Organización Mundial de ía Salud: nSuiddio y tenutivas
pera que alguien sabrá captarlas. de suicidio». Cuadernos de Salud Pública, núm. 58, 1974.
De ahí la idea de introducir en la escueta cursos de uequílj- Analiza las diferentes definiciones de suicidio, las diver¬
bñ o mentabp para ayudar a los jóvenes; a discernir esas sef�ales
de angustia: a sentirse más conectados con el mundo exterior; a gencias de las estadísticas y de los porcentajes oficiales de
los diferentes p�ses.
lomar por su cuenta su destino. Otros cursos sobre el suicidio
deberían estar dirigidos a los propios padres, muchos de los cua¬
les se sienten ofendidos cuando un extiallo íes seAala la existen-

258 25S
In g l a t e k r a 2. AsiNQF, Eliotí Craig y Jo�rt, MucvA York, Viking Press,
197 U
9, Bagley, C- ffLa ev�luacíóri de un «íjuenia de auicidiq por Cuvhta 1a historia verídica de dos adolescertes de Nueva
un Jfnélodu ecológicon. Ciencia y ntedicinú socioJ, vút« 2, Jersey que se suicidaron en 1969 para protestar contra lí
núui. Lp L9ÉB. guerra del VictnaOL.
Estudio que pone de manífiestD que la proporc�n de 3. Davidson* Fran�oise: Et suicidio del adoUscente� Estudio
suicjdÍE>5 en InglaCcrra ha descendido claramente en La$ ciu¬ epídÉmiotógico y ésiadistíco, Parls� BSF. 19S1.
dades cüu presencia de Iüs Saman La no&. 4, DUfiUtJ, Louise: Suicidio.- un esiudio sociológico y esladís-
10. C-p y otros; tiecho descen<Jer Samari- tico, Nueva York, Konaid Prss, 1963.
lanos la lasa de suiddio;?; Un estudio conlroladt»�, Afídid- 5, DtiatHetH* Emile: Suiadio, Clencoe, Mimoisp The Ptm
na Psicoiógica, vol. 8, núiii. 413� 1978, Press. 1951.
Estudio que traía de demostrar que, unlrariamente a Primer estudio sobre eJ suicidio.
3d que se afírzna� la situación del suicidio no es mejor ni 6. Gardnei�, Sandras Suicidio adoUsctntc, Kueva York. Mess-
peor en Us ciudades carentes <Je ia presencia de Samarita- ner, 1985.
na$ qüe en otras panes. Analiza las causas de suiddio» entre loa adokscentesp
II. «Suiddlos: La e sper an» viene de Inglaterra Ua gente se denuncia at trambiente romántico»» oon que visten este acto
mala allí Lres veces menos que hace diez añosi». Le Í4aíin, los Ri«dia y propone soluciones para evitar tales desastres.
1? mayo 1977. 7. GtOVACCHlNt, Peter; La urgtncía d t morir- Por qué /os {ó-
Analiza el papel de organización de los Samaritanos venes íromíttn suicidio, Nueva York, MacmilUnp I93t.
en la disminución del número de suicidios. Trata del problema creciente del suÉcidio entre los ado¬
12. SaLe�TS&Uíiy, p.: Suicidio en LoJídres, Londres, Chapman y lescentes. presentando varios casos al objeto de examinar
Hall. 1955. sus causas y sus slntomas-
6. G r i ffi n . Mary, y Felsenthal. Carok Vn grito de ayuda,
Nueva Yori, Doubleday� 19�3.
JACÓW Un libno sobre d auiddio destinado a los padres de ado¬
lescentes.
iy Chf,hat$u, M.; nUn enfoque es tadís ti» al factor mulEhud 9. HAm, Andrc; Suícidie adoiescentc. iraducido del Francis por
del suicidio en La adolescencia». Acia Médica y Biológica, Sheridan Smith, IniemationaJ University Press. 1974.
vol. 8. num. 4. marzo 19�1. Interpreta tas estadísticas de los suicidios intentados pcx
14, [CA;, Mamoru; Suicidio adolescente y estructura social ja¬ adotescentes y ofrece las investigaciones psicqanalUicas que
refieren a este problema.
ponesa. Ensayos de autodestrucción, hJueva York, Science
House, 1967.
IQ. HENDtNp Herbertr Et suicidio en América, NucVa York, Vi*
15. NAKA, Hisaot nSuLcidio adolescente en Japona Sus antect- W, Norton, 1982.
dentüs sDCL0Ckiltura|e&>. Psychoiogm. voL S, núm. 12, junio El suicidio según los diferenteí tipos de personas, in¬
J%5. cluyendo a los adokscentesn
16. PiHGUET. Maurice: lo muerte voluntaria tn aí Japón, París, 1). Jacops, Jeny: Suicidio adolescente� Nueva York» John
GalKfnard, 19®4, Wiley, 1971,
12, J o a n , Polly: impidiendo el suicidio adolescente�* La guía a¡-
iemativa para vt�r� Nueva York. Human Science Press. 1986.
estados UMtDOS Examina los signos que se pueden detectar en los jóve¬
nes suicidas y da consejos para ayudar a los adolescentes
Obras a Afrontar sv. depresión.
íi. KlaCSBURí�. Ftnndne: De�nasiadú foven para morir: /uivn-
U A l v a r e s » A.: Ei áios salvajCr un esfudio 4ei suicidio, tíid y suicidio, Boston, Houghton Úifriin, 1976.
hJuevfi Yorkí Randün House, Í972. OFredendo casos clínicos c históricos, conversaciones oon
Relata el suicidio de la poetisa Sylvia PláLh, e mvesiiga adolcscctites suicidas y sus amigos, este libro eiamina tas
las rabones de los suicidios esencialmente entre artistas y razones que empujan a los jói�cnes a suicidarse y presenta
escritores. los síntomas de esta grave depresión.

260 261
14, Ledame, Fran�qis; Uts terttativas d£ suicidii� dc íím ado- 1985
Itsctntts, Paris. Masson. 1981,
15. MACK. John E.: Vivi�nne: La vida y í/ suicidio d t una ado- 29. «El trauma de nacimiento vinculado ai suicidio adolescente
lesc€nie, BostORr Little, Brown ti COrt 198 L (segúa los estudios de Lee Salk)». J. Green berg, Science
Cuenta el suicidio de una muchacha de camrce aílos. y News. 23 mareo 1905,
trata ck explicar por qué ella y otros adolescentes deciden 30. «La critica vincuta un juego de fantasía con 29 muertes (el
matarse. caso de "Mazmorras y Dragones")». W, G* Shuster, Cfcns-
16� Soiire el suicidio. Con purttcuíaridád referencia al suicidio tianity Tttdúyr 17 mayo 1985.
camttidp por jóvenes esiudiantes, Pau! Friedman Interna¬ 31. «Nuestro reino de muerte y el suicidio adolescente (el miedo
tional University Pre«, 1967. de una guerra nuclear)», Lawrence. The Chrüdan Cen¬
Con cortríbuctones de Alfred Adler. Sigmund Freud y tury, 30 enero 1985.
otros. 32, «Previniendo la extensión dct suicidio enlrc los adolescen-
]i7r SUNEIT>MAN« Edwin S.; La muerte y hs estudiantes utti' tesís W. Steel. V.S.A. Today, noviembre 1985.
versitariost Nueva York. BehavioraJ Publications, 1972. 33. ítTasa de suicidio adolescente en los Petados Unidos: La de
Estudio de Iíi muerte y de) suieidio entre ío$ estudian¬ los varones asciende; ía de las mujeres bajai?, Jet, IS julio
tes de Harvard. 1985.
34. <(Lo que los expertos no dicen sobre el suicidio de los ado¬
Revistas y periódicos lescentes», R. F. Formica, M. B. Brinley McCaU'St octubre
1985.
198?
18. «£n el punto de imposible retomo: £1 pensamiento suicida iW
sigue un camino predecíblc; reconocer los signos puede ser
la m�r forma de prevención que tenemos». Edwin Shneid- 35. (vUn enjambre de suicidios cobra tributo de lo$ adolescen-
man. Psychology Todúy� marzo 1987- tesíí, M. Doan, U.S. News, 12 noviembre 1984.
19. (cConductas suicidas», La revista del médico, I.** marzo J987, 36. «Una boca menos q u t aUmcntar (el caso de Johnie Halley)�,
20. «Estados Unidos: El shock de los "pactos de la inuerte"i>, Newsweek, 10 sepríembre 1984.
Baudoin Bollaert. Le Figaro, 19 niarTO 1987* 37. «El suicidio en América». G. H. Colt, Reader's Digest, enero
2L �Suicidios adolescentes: Dos pactos de muerte oonmocionan 1984,
el país». Amy Wilentz, Time. 23 marzo 1987, 38. «Ser o no ser: t�slación preventiva», J. Folkenberg.
Psychology Todaym abril 1984.
im

22. «Nacido en tiempo prestado»» M. R. Brodnick. Science, 86,


abril 19�6 Se�n los trabajos de Lee Salle, examina las re¬
laciones que pueden existir entre los traumatismos del na¬
cimiento y los suicidios de adolescentes.
23. ((Stn la gracia de Dios», U.S- Net�s, 24 febrero Los
suiddios de adolescentes en Omaha.
24. Puede ser contagioso d suiddvTn. John Leo. Time, 2A fe¬
brero 1986.
25. uLse Iglesias responden a tos suicidios adolescentes»)» K.
Hawsky, Tke Christian Century, 30 abril 1986.
26, rdntentos de suicidio adolescentes: ¿Aumenta la tasa?)�
D, Bower, Sciences News� 31 mayo 19fi6.
27. «Suicidio adolescente: Tempranos indicios», U.S. News. 31
marzo 1986. Entrevista de C. Pfeffer,
28. «Reportaje de TV vinculados con el suicidio adolescentctj.
B. Bower, Science htews, 20 septiembre 1986

262 263
ñ, Orug use in America.� problem rrt perspective. Second re¬
port of the National Commissiori on marijuana and drug
abuse� Washington D.C., SupKrriniendent of documents, U.S.
Government Printing Office. 1973.
9. Go ask Atice (aulor anónimo). Kucva York, Avon, 1971.
El diario de una muchacha de quince aAos, que descri¬
Anexo 4 be su trágica expercencia con las drogas. (Este libro —del
cual se ha realizado una película— es utilizado en los cur¬
sos conira la droga )
BIBLIOGRAFÍA SOBRE LA DROGA 10, HowARD� M,: Did t have a good time? Tennú�e drinking,
Y LOS ADOLESCENTES Nueva York, Continui'm, 1980.
A través dei ejemplo de tres adolescentes que tienen pro¬
blemas relacionados con el alcohol, extrae los sintonías del
abuso de la bebida entre los jóvenes.
En los EstfldQs UnidiM II. JACKSON, Míchad: Doing drugs. Si Mart ins/Manek, 1983.
Describe la utilización de las drenas por adolescentes
Obras de la d as e media, el efecto que ejerce sobre su vida, y su
lucha por escapar de ellas.
1. Bacon, Margaret, y JoNES, Mary B.: Drinking,
12. Johnston, Lloydr Drugs and american yóuth-' ú report
Kueva York, Crowíll, i9B0. from the youth in transition project. Ann Arbor, Michigan.
2. BarOM, Jason D,í Kids and Drugs* a pareni's handbook o f University of Michigan, Institute for Social Research, 1974,
-
13, L et t : erI , D. J, (ed.); Preííícíín� adolescente drug abuse a
drug prevention and treatment, Nueva York, Perigee BookSn rewiew o f if methods and correlates. Washington D,C,,
1983.
Describe los eíecios de las diferentes drogas sobre los U.S. Government Priming Office, diciembre 1975.
14. LOURIA. Donald B.r Overcorrting drugs. Nueva York.
jóveneá y sugiere a los padres que formen grupos comuni¬
tarios para luchar contra este azote. McGraw-Hill, |97|.
3, Bescmner, Oh M,, y Friedman, A. S.: Youth and drug
IS. MACLEAD, A-- Growing up irt America' a background o f
abust� Lexington, Mass., Lcxingion Books. Í979. contemporary drug abuse, Rockvillc. Md. M[MH, 1973.
4. Blum, R. H,: BLÜM, E., y GarfI£LD, E.: Drug eduMtion:
16. N o r t h , y Orange. R.: Teenage drirtking, Nueva York,
results and recom�ndations, l,exlneton. Mass., D. C. htealh. Macmillan, 1980,
1976. 17� O'Brien, Robert T.: The encyclopedia of drug abuse, Nueva
Estudia los diferenleí» programas de educación contra el York, Facts of File, 1984.
abuso de tas drogas, y su eticacla, Traia de los efectos de las drogas, y proporciona infor¬
5. B re c h e r. Edward: Licit and ilHcií drugi�* The Consumer maciones sobre los aspectos sociales> médicos y legales (ta¬
Union Report on narcotics, stimutartts, depressants, inha¬ blas y estadísticas).
lants� haliucinogcns and marijuana, Bciston, Little, Brown IS. Smart, Reginald G.: The new drinkers: teenage use and
and Co., Í972. o f aícohoí, Toronto, Addiction Research Foundation,
1975.
Proporciona infomi ación es sobre bs efectos de las dro¬
19, Tes s l ek , Diane J,: Drugs, kids and schoolSr' prúctical stra¬
gas. las medidas legales y las prevenciones lomadas en los
diferentes Estados. tegies for education and offter concerned adults, Glenview�
6. Carey, James T.: The co//ege drug scene, Englewood Cliffs, Illinois, Scoti Foresman, 19S0,
Nueva Jersey, Prentice Hai!, 1968. 20. WIENER, R. S,: Drugs and school chUdren, Londres, Long-
7. COHEN, Sidney: Tht substance abuse problems, Mueva man, 1972,
York, Haworth Press, I98L
2L WILSON+ C W.: Adolescent drug deptndance. Nueva York,
Analiza las tendencias de atilizacion de Eas diferentes Pcrgamon. 19i65,
drogas estudiando grupos y situaciones especificas y dando
información sobre los tratamientos.

264 265
pFRtÓDK�OS Y REVISTAS 37. «0(1 Becoming a dríak«r: a iocial-peychological aspect of
adoleiicenl cransLtion». R. Jessor, M. Collins, S, Jcssor,
1987 lure and nurture in aícohoiüttí. Annual of die N. Y. Aca¬
demy of Science. 1972,
22. icStudy Tinds rise in cocaine smoking: hig�h school students 3a. «Undestanding adolescence: alternatives to drug use». Ca¬
and dnig useij. W. Snider. Eáucaiion We e h 4 marzo L9S7, nica/ Pediatrics, niim, 8, 19t9�

1986
En el mundo
23. irDnig abus�e prevCTtíon», Mh í�wrencí, Viíúl S pf frhjin Day,
15 ñgQsto L9¿6� 1. «Aspecto intemadona] de Ja I tic tía contra ías toxicomamas
24. írDnig education gets and A. J�vine, U.S. f�ews, 13 <x- en la? dro�s», Les irtformations pkúr maceutiq ues . núm.
tubre 1986. 21 a, enero Í979.
25� <(Kids and ciDcaiüÉu (lapccíal $ectk)nX New$we£k, 17 marzo 2. «La droga en d Tnundot Situación en Europn í 1983-1984)»,
litó. Revista iníemacionat de poUcta críminat, febrero 1986.
26. �(Kids and drugs: why� \vheji and what can 'we do about Anali£¿t ia cifra de las capturas de drogas y de las in-
\iif, C. Joneir> C. S. �U-Bclek. Chiid Today� mayojunio 1986, i«rpelacioncs de ]ú& delincuentes en {os diíerentcs países
27. wThe test had FaJIcdih, station, 4 enero 19fl6, miembros de la organi�ción INTERPOL.
28- <tThe ups and downs oí teen dmg use (survey high school 3. FrejaVILLE� J. p.; Í>aV]£k50N. F.� y CHOQÜET, M.: Los
seniors!», J Fischman, Psychology Today, febrero l9Eió. jóvenes y ¡a droga, París* PUF� E977.
29, <(Yanks Winfield heads to help youth figth dragii?� 24 Rstudio sociológico, basado principalmente en el sur de
marzo 1986� Francia, que analiza las razontís que empujan a los jóvenes
a drogarse.
im 4. Organización Mundial de la Salud: Ijn j u v e nt ud y ln. dro�üj.
Ginebra, OMS, 1973,
30. (fPro and con: testing for drugs in the �hools»r, A. Mar- 5. DavidsOw. F,� y Choquet, IW.: Los e s t u d i a n í t s d£ ba�hi-
braise, J, Fogel, Wftv York Times, 10 noviembre 1985. iUratoy lüs dr os as tecalis e iietales� Paría, EKSERAA, 19&0.
3L «The kids are ail str�ight»� J, Fishman. Ps ycho hEy Today, ó. Parlamento £iimpco: Lm política de los Es t ados m ie mbr os
abril 1985, (Decadencia del uso de las drogas ) de ta Comunidad en múteria d e lucha contra la droga� SenC
32. �tTocn drug U ü , CKCept CüCain£:, fall$»t B. Büwír» ScíénCe
Ambiente, Salud Pública y PTotección de los Consumido¬
f�ews, 19 enero IÍ85, res, Jiúoi 1986.
Presenta las posiciones de los dtfcrejites gobiernos
I9S4 frente a los problemas de La droga, así como estadísticas
de los siguientes países: AJemania, Grecia, Fspaña, Fran�
33. «Bioody streets: only hope i5 to escape'� Adams� U.S. cia, Irlanda, Luxemburgo. Países Bafos, Portugal y Reino
News, 19 noiricRibre 19�4, Unido.
34, «Teen drug use drops, but problem nemainst� 3� Bower, 7. Macioncs Unidas: La cuestiáti de la draga y Je la juventud,
Science News , 18 Febrero 19ÍÍ4. Boletín de los Estuperaciente&, voL 37, TTÚms. 2 y 4, abril-
septiembre 1985.
Presenta las investigaciones sobrc la Aaturalcía y la am¬
Estudios plitud de los problemas ligados con el abuso de las drogas
fifitre tos Jóvenes en diferentes pafses, aaí como las medi¬
35h «Alwhohsm in adole�ctncoi, V. Fo*. The Jouruat of School das destinadas a prevenir y reducir e$te abuso.
Healff núm. 43, 1973, 8. Informa ttitnestral de ettadís ticas joaitarias mundiales� Or¬
36, f(Dru£ use In adolescentes: psychodynamJc meaning and ganización Mundial de la Salud, vol 36, núms. 3-4, E9S3.
pharmacogenic effeeü� The PsychoQnatytiC S t u d y o f (he Hu m en general de la situadón intemadonat destinado
Chitd. vol, XXIV, 1%9. a las planificaciones sanitarias.

166 267
9. La salud de los adoiesctntes.� informe de ta fomada de es¬
tudio deí 7 di octubre de 1�83, Archivos Belgas, núms.
11-12, 19B4,
10. Kacioncs Unidas, Las Naciones Unidas y la luchú contra el
abuso de las drogas, Nueva York, 1977.

Akexo 5

EL FRACASO ESCOLAR

Uttkkw; fr«cuo escolar.


Cómo volver a Devar k» nIño« • due

Desde hace tres aAos« el nivel de conocimientos exigido en el


sistema escolar está en claro aumento. Lo que va acompañado
de un aumento d d fracaso escolar: un estudiante americano de
cada cuatro abandona la ensefianxa secundaria sJa dlptoma. En
algunos establecimientos urbanos, bay menos estudiantes que
consiguen pasar el examen fínal que estudiantes que abandonan
durante el camiao; el 40% de los alumnos de origen hispano
dqan la escuela antes d d tercer curso. Desde principios de los
afkw setenta, el númerT> de estudiantes que acaban c1 segundo ci¬
clo en cuatro años ha pasado del 77 % al 72 %. El coste para la
sociedad s« ha elevado: los 12.B04 alumnos que abandonaron los
estudios� en Chicago, en 1982, costarán al contribuyente sesenta
millones de dólares al aAo durante los previmos cuarenta aAos.
Los marginados del sistema lieoen, en efecto, todas las posibili¬
dades de verse en el paro.
La mayor parte de los que abandonan sufren al cáenos dos
anos de retraso con relación a sus condiscípulos, y han repetido
ya varios cursos-
£n Nueva York se ha conseguido reducir d porcentaje de
abandono dd 42 % al 35 % gracias a una acción dirigida a poner
a disposición de los alumnos unos consejerm de educación, y a
encargarles tareas remuneradas, al objeto de que se tomen a si
mismos en serio. Se han registrado resultados positivos en Chi¬
cago, donde el director de un colegio envió una carta a quinien¬
tos drop outs, pidiíndoles que reemprendieran íUS estudioa: dos¬
cientos de dios respondieron favorablemente.
La prevención implica la modificación del sistema escolar con
efectos de las clases mis reducidos y transformación de la rela�
dón maestro-estudiante.
Se han emprendido acciones por todo d país, especialmente
en favor de tas adolescentes endntas» muy numerosas. Las au¬
toridades de los Estados se sienten cada vei más implicadas.

268 269
Todo el mundo está convencido de que los que abandonan la 8. Baudelet. C„ y EstableT, R.: La escueta capitalista en
enseñanza secundaria sin ningún diploma do üenen prácticamen¬ Francia, París, Ñiaspcro. 1971.
te posibilidad de encontrar un empleo. 9, BOURDIEU. P., y PASSERON. J. C,: fjos herederos. Paria.
Édltions de Minuit, 1964,
10. CtíERKAOUl. Mohammed: Las paradojas del éxito etcolar.-
Blbllognñm Sociología comparada de los sistemas de enseñanta, París,
PUF. 1979.
COMPAkAC]ON£S [KT£ANACJONALES II. Deschamps, F. C.: Loheíjzi-C[old[, F.. y Meyer, C.;
El fracaso escolar: ¿Alumno modelo o modelo de alumnos?
I. f(£n d extranjero tambi'én, la escuela», Cahiers Pédagogi- Enfoque psicológico de la división social en la escuela, Lau¬
ques. núm. 222, 198�. sanne, P. M. Favre. 19S2.
Presenta varios artículos sobre la enseflanza en Norue¬ 12. «Dificultades escotares del adolescente». Le Quotídien du mé-
ga. Italia, Austria. Gran Bretaña y Japón. Permite compa¬ dedn, 28 marzo 19S4.
rar la organización de U enseñanza y lo que ataftc al Traca- 13» El fracaso escolar' Nutvos debates, nuevos enfoques socio¬
so escolar. lógicos, actos del coloquio franco-suizo> 9�12 enero 1984,
2* D£blÉ, IsabeUe: La escolaridad de tas muchachas: Estu¬ París. CNRS, 1935. Examiita la génesis de la noción de fra¬
dio intemacional comparativo sobre las pérdidas escotares caso escolar, identifica a loa actores que declaran luchar con¬
£n tas muchachas y ¡os chicos en ta enseñanza de primer y tra el fracaso, analiza el curriculum escolar y las prácticas
segundo grado, educativas cotidíanas�.u
Trata del acceso de las muchachas a los distintos nive¬ 14. Croupe Fra ncis d�í�ucation Nouvelle, El fracaso escolar:
les de estudios. En los 62 países que respondieron a la en* �Dotado o no dotado?, París, Editions sociates, 1976.
cuesta* se observó una mejoría, pero ésta no debe ocuitar Compilación de textos sobre el fracaso escolar escritos
la clara inferioridad de Las much�bas, su situación inclu¬ por espwdalistas.
so desastrosa en algunos países. 15. HUSEN, T.: Influencia del medio socio/ sobre el éxito esco-
3. Estudio estadístico sobre las pérdidas escolares, estudio pre¬ lar, París. OCDE, 1975.
parado para la Oficina Internacional de Educación i>or la 16. Mannoni, Pierre; Adolescentes, padns y problemas esco¬
Ofidna de Estadísticas de la UKESCO. Paris, UNESCO. 1972. tares, París, ESF, 1984.
4, forTnación después de la escolaridaad obligatoria, París, E\ autor $c pregui�ta en qué medida el fracaso escolar
OCDE, 1985. del alumno no es también el de stís padres y el producto de
Esta obra es incorporada en anexo, pues consta de nu¬ un conflicto de orden afectivo en la relación intrafamillar.
merosas tablas comparativas sobre la escolaridad de los Presenta casos� y sugiere ehimentos de soluck>nes y de con¬
adolescentes en diferentes países. ducta prácticas a tener hacia e) adolescente y su familia.
5- nEl fracaso escolar y el medio M>cia1 de los alumnos», Ei 17, PlNELL, P„ y Zafiropoulos» M,: Un sigfo de fracasos es¬
Correo de la UNESCO, junio 1972. Una gran encuesta de la colares 0882-1982), París, Les Éditians otivriéres, 1983.
UNESCO. 18, SteiNLET, F. Mary: «¿Por qué hay retrasados escolares?»,
6. PAULI, L.. y BR1MER, M. A.: El fracaso escotar.- Un proble¬ Nouvelle Revue Pédagogigue, núm. 3. Bruselas, noviembre
ma mundial, París. UNESCO. 1971. 1984.

Las causas LA LUCHA CONTRA EL FRACASO ESCOLAR

7. AvanzikEh Guy: Ei fracaso escolar, París; Le Ccntunon, 1977, 19. Dot, Odile: Vencer tas dificuiíades y prevenir los fracasos
Se consagra a identi�car todas las formas de fracaso- es¬ escolarest Bruselas, Marabout. I9S3.
colar para discernir sus verdaderas causas, desenreda la ma¬ 20, GUYOT, J. C.: El fracaso escotar se cura, Toulouse. Privat,
deja que forman los factores politico-sodales, el clima cul¬ 1985.
tural. loe problemas familiares, tas dificultades psicológicas El autor se pregunta si el fracaso escolar no es un sín¬
de lo« alumnos, la organización de la institución escolar y toma de una enfermedad, y en qué medida puede ser obje¬
sus métcxlos de enseñanza. to de cuidados de especialistas.

270 271
21. JOVVENET. Lcuis-Pitrrc; Jaque ci fracaso escotar, Paris� Pri�
V3t, 19S5.
12. LE GaLLj AndrÉ: Let reveses escotaresr diagnósticos y vn-
dertzumiento, Paris� PUF, 1967.
2J. LiTLEr A., y Smith, G.í Bítr ategioi ide compemudón' Pa-
Tiorama � /oi proyectos de etts�ññttza par a ipj gr upos ííéí'
favorecidos en los Esíados Unidos, Parij;. OCDE. L971.
Anexo fe
24. NatamsüN� Madeleine: Curar de la íscueh ' A/íflOí írt cíía-
do de fracaso, París, Hd. du Ccrf. 1973,
BIBLIOGRAFÍA DE LAS OBRAS GENERALES

JA1»ÓN
EtUidfMi Unidos
25. CUMMiNGs, WiIJiiain Kr: Educación e Igualdad en el Japón�
Príncctonp N. Jh, Princeton University Press� 1985. 1. BiVNDURA, Albert, y WALTERS» Richard Adotes cení
26. LecL£RCO, Jean-Micíiel; i:/ Japón y íh shuma educativa, agressiofít Mueva Yí>rk. Ronald Press � 1959�
PaiiSii La Documentation Fr�n�jst, Z. BARKER, Roger G.. y Wright, Herbm F.: M i d w e s i and
27. SaBqORIít, Jtan-Fran9üis: El imper io de) concurso' Estu- its children, Evanstons, llMnois, Row, 1954�
dianies y ín el Japón, París� Auircmeni, 1985. 3. B l os , Peter: On itdolescence. a ps ychoa naiytic interpreta¬
28. SeeGMUller. «La cscurla en el Japón; eJ forcing», La tion, KUfiVil YorV, Fr« ?re�%. 1962.
f�cuela d e !as Padres, núm. 1> 19fl5. 4. Qresslek, Leo íedO: Youth in American /i/iz selected rus�
dings, NuuVü Vüfk. Houghton Mifflin, 1972.
S. Coleman. J, C-: The nature o f odolescetice� Nueva York,
MethücnK 19S0.
6h EhiiíSON, Erílt H,3 Childhood and society, Nueva York,
Nortotij 1964.
7. GeselL. Amol: Ilg, Frances L.h y Ames , Louis B�í Youih:
the years fr om ten to íú/eín� �u«va Yofk, Harptr, J956r
8, Goodman, Paul: Growing up absurd.' prubletni o f y o u t h
in the organized soiñety, Nueva York, Vintage Books* 1960�
9. Gottlieb, Davldr y Ramsay� Charles: The Awrtericarf ado¬
lescent, Homewwd, Dqrsey, 1964,
10. Crindeh, Robert E.: Adolescence, Nueva York, Wiley,
1973,
] ] . Hall, Sranley; Adolescence�- Us psychology and its relation
to physiology, anthropoic�, sociolosy. �ex, crime, religion
and education� 1 vols., Nueva Yorfc� Applcton� 1964.
12. [lEKDlN, HerbiCL The age o f s ens ation, Nueva York,
McGravtf-HilJ, 1975.
l i . HOLLOMGWORTH, U t a : Thi psychtfíagy of the adolescent,
Kueva York, Appieton, l92fl.
14, KATCttADOtfhtAN, Hcrant A.: The biology o f adatescence,
Nueva York, Trcemar, 1977.
IS, KiéTXh Joseph F.r fliítfí o f passage.- adolescence m Ame¬
rica, 1970 to the present, Nueva Yoík, Bdsic Books, 1977�
Efr. KONOPKAr GiseU: Young girlsj a parirait o f adote.vcence�
Nueva York. Prentice Hall, 1976.

272 273
17. KUHLEn, Raymond G,í Piychúlogy o f adolescent develop-
mentt Kucva York. Harper, 1952,
18. M£AD� Margaret: Comiftg o f age hi Samoa: a píychotogí�¡:a�
study o f primitive youth for western civitization, Nueva
York, Morrow. 1928.
19, MlfUSS, Roid E.: Theories o f adüíesceniie, Nueva York, Ran¬
dom HousCr 1962-
20. Norma. Jane� y Harris. Wyrom W.: The private iife of the Anexo 7
American teenager, Nueva York. Rawson, Wad e 1981.
21. SEBALD, Hans; Adolescence.' a socioiogical analysis, Nueva EL PERSONAJE DEL ADOLESCENTE
York. Appreto-Ccntury-Crafts, l%8. EN EL CINE MUNDIAL
22. Smith. Emesi A.. American youth cutturej group Ufe in tee¬
nage society, Free l»ress of Gkncoc» 1962.
23. SOS Jóvenes, Centro Nacional de Ayuda a la Juventud; Co¬ * Las
loquio y sociedad, estados de crisiá entre hs /ówws/ droga� películas que reflejan la moda de Ja ¿poca-
•* Las
fugas, suicidio, Bruselas� 111 marzo 1978. peliculas que constituyeron un aconteciinlento.
*** Las
24. WEIN, BibÍL The runa-H�ay generarían, Nueva York, David películas de referencia.
McKay, 1970.

FKmes anteriores a la guerra


Fn n cl s
Ei hombre cañón, EE-UU,, 1926, F, Capra. Una adolescente sueflft
25. M. C h o ou et , S- Lbooüx y H. Menke: £41 safud de ios en colores impasibles hazañas deportivas, Burksca.
adoiescentes fEnfoque tongitudífUit d t hs consumos de h * £1 demonio es un
pobre diablo� EE,LIU,. t936. W, Van Dyke,
droga, y de los trastornos somáticos y psicosomáticos). Edi¬ Tres mozalbetes nacidos en los bajos fondos neoyorquinos
tions INSERM. 1988. se adaptan a un medio sórdido. Drama psicológico.
26. Bricard, Etiane: Ei tema del ad<Áescent$� tn lú titeratura Las cabras extraviadas. 1936, China, Cai Chusheng. Un joven
ingíésa de Samueí Btitíer a James Joyce, París, 1�5» campesino Ikga a la ciudad y a encuentra con una banda
27. P ro u s t de 1a GrftO NiÉíiE, Mu rie l: El persónate dei ado¬
de niños abandonados. Drama documental.
lescente: crisis espiritual y representación literaria, París» Hombres del mañana, EE.UU., 1934, Frank Bortage. Unos niños
IV.
28. húngaros se divierten en la guerra a la manera de los mayo¬
RaVOUX, Elisabeth; Estudios de algunas representaciones res. Drama,
def adolescente en el relato del sigío XX, Fennes, }973. David Copperfield, EE.UU,. 1935, George Cukor. Drama.
29, Los mitos de nuestros trapos. La moda, los niños, los ado- *** Niños de
Tokyo, Japón. 1932. Yasojlro Ozu. Crónica de una
lescentest 18S3 1 983, Museo de los Niños /Musco de Arte familia en el Japón de los años treinta. Comedia.
Moderno de la Ciudad de Paris, Paris. 1985. * Muchachas de
30, Los blousons noirs. París, Ed* Cujas� 1966. Comprender a uniforme, Leominc Sagan y Karl Froclich, Ak-
los grupos de adoiescenUs. Una clave pora ia educación y mania, 1931, En un pensionado de muchachas, donde la en¬
señanza es enamora perdidamente de
para ía sociedad. Paris, Ed, Fleurus� 196?� su profesor, y se suicida. Drama psicalógico.
Jl. BloCH, Erberr, y N i e d e r h o F f e r, A : Las bandas de adó- La pequeña Ana, WitUam Bc�udine, BErllU,. 1925. Una adoles¬
lescentes, París, Payot, 1963, cente y su hennano quieren vengar a sus padres que han sido
32. B e t t e l k e I M , Bruno: Las heridas simbólicas: intento de asesinados.
interpretación de los ritos de iniciación, París. GaHimardt * La
pequeña satvafe, Francia, 19J5. Jean de Limur, Una mu¬
1977.
chacha que llega de las colonias es enviada a un pensionado
33. MqMQD, Jean: Los Barjots. Ensayo dé etnología de tas ban¬ de Lausanne, donde conocerá el amor.
das de jóvenes, Paris. U.G.E.+ 1971, ** El
34, Van GenneP, Arnold: ¿oí ritos de paso, A y J. Picard, pelirrojo, Julien Duvjvier. Francia, 1932- Frangois, apoda¬
do el Pelirrojo por su cabellera roja, es el burro de carga de
Paris, 1981. su madre.
274 275
• Sin PeUculas de Iw bOos clocuenU
familia. Marc Alligret, Franda, 1934. Comedia.
* Uis avtnturoi de Tom
Sawyett EE.UU.. 1930, John CiionweU,
Avcniuras. Al Estt del Edén, EE�UU., 1955, Elú Kaian. Dos hermanos
Malas compañías, EE.UU., 1930, Leo Mac Carey. Los problemas rivalizan por el amor de su padre. Drama psicológico.
• Avani te
de la delincuencia juvenil. Comedia dramática. déiuge� Francia, 1954, André Cayatte, Unos adolee-
Cero ert conducta. Francia. 1933» Jean Vigo. En un colegio ceates hijos de burgueses » mexdan en un asesinato, y serán
de provincias� ires pensionistas detestan al director. Organi¬ juzgados criminalmeme.
' Le Bié en htrbt, Francia,
zan una revuelLa en el d(»mitono. Comedia� 1953, Claude Auiant-Lara. Un joven
es ¡nielado al amor por una mu�er madura. Comedia de eos-
tumbres�
*** fíebeldt sin causa,
EE.UU.. 1955. Nicholas Ray. Drama psí'
Durante la «efunda guerra mundial oológico.
* El diaño de Ana Frank.
EE.UU., 1959, George Stevens. Drama.
Le Carrtfour des enfanti perduSt Francia, 1943. Léo Joannon. * Olivia, Francia, 1950,
Jacqueline Audry. Los anKnies de las ín�
Tres ex internos de reformatorio intentan crear un centro dcs« temas de una institución de jóvenes. Comedia dramática.
tinado a evitar la delincuencia Juvenil. Drama, **
Ijos cuatrocienios golpes* Francia. 1959, F. Truffaut. Un mu¬
les Jours hturtux, Fraocia. 1941, Jean de Mou�enat. Iniciadón chacho de doce aAos, inoomprendido por su padre, su madre
amorosa de cinco jóvtoes en una casa de campo durante las y su profesor� roba, y es enviado a un centro de reíorma, del
vacaciones� Comedía. cual se evadfi. Comedia dramática.
* ÍMcricCr • Un verano co» Mónica. Suoda, 1952, Igmar Bergman. Una ado�
Francia� 1.943, Léo Joannonr Una actriz se deja con¬
mover por el amor de un estudiaiite. Melodrama. lescente se escapa a una isla con un joven. Al final del vera¬
Nous les Franda. 1941, Louis Daquin. linos mozalbetes no, ella queda encinta. Drama psicotóigico.
tratan de ganar el dinero necesario para la reparación de una
vidriera que han roto. Comedia de costumbres.
* Tomás
Brown, E£.UU., 1940, Robert Stevenson. La vida feliz Películas de lúa aflos sesenta
de un colegial cu Is ¿poca victoriana, donde el deporte ocupa
un lugar de privilegio. Comedia de costumbres. * Antes de ta Revótución. Italia,
En una playa tart bi>»itúf Franda, 1949, Yves Atlígret. Un huér- 1964� B. Bertolucci. Nostálgi¬
fano regresa al albergue donde, de nifto. fiiera maltratado por cos adíoses a la adolescencia. Comedía dramática
• EUsú. EE,irU.. J963, Frank Perry, Dos adolescentes internos
La duefla. Drama.
en un hospital psiquiátrico se enamoran mutuamente. Drama
costumbrista.
*** Et
joven Tórlesst Alemania, 1965, VoLkcr Schiondorff. Las
PeUcuUa de la posguerra mentalidades prefascistas de unos adolescentes en un inter¬
• Las niños nado. Drama.
maUducaJos, Francia. 1949, Jean Pien� Melville. •
H�ran lantarrójt, Francia, 1967. Pierre Qrabier-Deferre. Cria¬
Un hermano y una hermana sueAan tras la puerta cerrada de do entre algodones, un adolescente imagina la vida mucho
su habitación. Comedia dramática. más simple, más leal y más bella de lo que es en realidad.
* Lazos humanos, EE.UU., 194S. Elía Kazan, Una
joven se de¬ Comedia dramática.
bate en medio de una atmósfera Familiar hostil. ** Et
•* El niño de ios cabeihs gran Meauines� Francia, 1967. Jean Gabriel Albicocco.
verdes� EE-UU-� 194». El primer Jo¬ Drama psicológico.
seph Losey. Fábula fantástica contra Ifi intolerancia y el ra¬ * El
noviazgo deí padre de Eddie, EE.UU+» 1963, Vincent Min-
cismo. nelli. Un uí¿d cuyo padre es viudo quiere encontrarie otra es¬
* Oiiver Twisi, Gran BnetaAa, 1948, David Lean. Comedia dra¬
posa. para tener una mamá. Comedia costumbrista.
mática. Jóvenes afroditas. Crecía, 1962. Nikos Kondouros. El despertar
* Eí
(dolo caído, Gran Bretafla» 1948, Carol Reed. Un niflo vive de dos adolescentes. Transposición de las elegías de Teó-
una pasión absoluta e idealifada por los adultos que le trai¬ crito.
cionarán. Drama ** LoUta, Gran Bretaña, 1962* Stanley Kubride.

276 277
** Lord '
o f íAe f}í€s, Gran l%3, P«tr BrooV, P í r d i d s BiliíiSt Francia, 1976, David Hamilton. Juegos eróticos de jó¬
en unfl i»|a. un grupo át escotaren ingleses orgafiiza una nueva venes adolescentes� Erótica.
sociedad que se asemeja a la de Ja harda primitiva. Drama, Lo fvesiOt Francia, I9S0, Claude t'inoteau. Una adolescente
* ÍJi soiedud deJ cctrrtdar de de trece años participa en su primera fiesta. Comedia coa-
fífndo� Gran B m a ñ a , 1�3, Tony
Richardson. En un correccional, un ¡aven podría ganar una tumbrista-
*
camero pedestre. En el último momento, renuncia, y deja la PqÍo de /ííttdrt, EE.UU., li9B0, Boaz Davidson. Amores de ado¬
victoria a otros Drama h lescentes en los aflos cincuenta.
•** West Side ♦ iji Boum 2t Francia, 1983, Claud« Pinoltau.
Stary, EE.UU-* 1961. Robert Wise. Comedia mu¬
*
sical Fo�es, EE.UU., 1979, Adrian Lytic. Cuatna sdoiescentes viven el
fina! de su adoiesoencia en Ijos Angeles. Comedia costumbrista.
* Ciacomo
Casanova, wíiícííiníÍN Italia. 1�9� Luigi Comencini.
* Concc/mífíi�o
FcUculaa po»terJore« b 196a camal EE.ÜU,. l97l, Mike Nichols. Evocafión
* A notíS Us de obsesiones sexuales desde la época dci colegio. Comedia
petittes Anglaises:, Francia, t97S, Michel Lang. Dos dra filática.
j6vene$ ÍT�noeses en estancia de aprendizaje de Idiomas prue¬ Chucfíotement de cíasse, Suiza, 1982, Nino iacusso. Jóvenes ado¬
ban su encuentm con las Inglesitas. lescentes juzgan a sus profesores y mayores. Documento.
AccéUrotion punk, Francia/Gran aretaña» 1977. Robert Glasman. Ana y los lobos, España, 1972. Carlos Saura, Drama.

La vida de Iob punks, Deep end, EE.UU.. 1971. Jerzy Skolimowski. Un muchacho de
***
L'Aécfiescenie, Francia, I97fl( Jeanne Moreau. Marie, de doce quince años empleado en un establecimiento de baflos siente
aJÜos, pasa las últimas vacaciones de la paz durante el vera¬ un amor loco por una jovtn mayor que él. Comedia costum¬
no del 39. Comedía dramática. brista.
** • Demain tes momes, Francia, I98Ü, Jean Pourtelt. Una catás-
AUriet tes béb�s, Francia, 197S, Jt&n Michel Carré. La refor¬
ma Haby y las ilusiones de la educación moderna, Irole ha diezmado la especie humana. Los pocos hombres
** �Fftertcah
Graffiti. EE.LTU., I973( George Lucas. La vJda de que han sobrevivido se matan entre »i en lugar de ayudarse
una banda de adolescentes americanos rn los aflos sesenta. En una vieja granja, Philippe» un superviviente, intenta reu¬
** More Americún nir a los niños. Ciencía-ficción.
Graffiti, EE.UU.. 1979, B. W, L, Nonon. Cua¬
*
tro historias de jóvenes americanos� D t mi tr ét¿, Francia. 1981. Robert GUtédiguian. Historia de jó¬
* Desmadre a
h amtficami, EE.UU., 1978, John Landis, La vida venes llenos de buena voluntad, en el amor incierto. Amor,
en un colegio americano en los aílos sesenta. Comedia. camaradas» pequeñas tareas. Comedia.
famour en herbé, Francia, 1976. Roger Andrieux. Los amores deseos concebidas, Chik� I9B1, Luis Cristian Sánche?- El iti¬
de dos adolescentes. nerario de un estudiante que, de la rebeldía a la iniciaciúni
Los afloí ÍTffposibles,' EE.UU., 196&, Michael Gordon. Un profe¬ consigue el aprendizaje de la muerte. Melodrama.
sor de psiquiatría tiene problemas con su hija de diecisiete ** La desobediencia. Francia/Italia, 1981. Aldo Lado. Los des¬
aflos. cubrimientos y rebeldías de un joven adolescente en la Vene¬
AnthraciiCj, Francia, 19�0. Edouard Nielmans. Laa diversas in¬ cia de 1914. Drama psicológico.
* Las das
fluencias sufridas por un joven aíumno en una institución ic- inglesas y eí amar. Francia, 1971, Fran�Li Truffaut.
«uita� Los amores dfltre tin adolescente y dos hermanas inglesas a
•* La
piel dura, Francia. 1975, F. Truffaul, Niftos. Escuela. Co¬ finales del siglo pasado. Drama�
lonia de vacacionesn Comedia co£tumbrisi3. • Diabie au coeur, Francia, I97ó, Bertiard Quey&aime. Un mu¬
*
Mü h s cAícoí, EE.UU.p 1982. Rick RosenthaL Bandas rivales chacho se siente malhumorado tü el aparta mentó burgués de
de jóvenes se enfrentan, jin retroceder aníe ninguna violen¬ sus padres. Observa a una joven au pair que cuida de los
cia. Comedia dramática. niños más pequeflos. Drama psicolúgioo.
* Massacre af Ceritmi •* Oiabato menthe. Francia� 1977, Diane Ktirys. Iji vida de dos
Highi EE.UU,, 1976� Reoee Daalder. Es¬
tudiantes de instituto que son tiranizados por una banda de hermanas que asisten al mismo instituto. Comedia.
** gamberros.
Comedia dramática� Diner, EE.UU., I9fl2, Barry Levinson. Sobre fondo de miisica
Tú me hiciste miíjer, Franda. 1981. Bertrand Blier. Una ado¬ rock, el final de los años cincuenta a Iravés de las conversa¬
lescente de catorce aflos se enamora de i ü padrastro, Come¬ ciones de jóvenes que se hallan en vísperas de entrar en la
dia dramática, vida activa. Comedia costumbrista.

273 279
*•* La
golfilta, Francia, 1979, Jacques Doillon. Un pven encenra- Le Journal d'une maison de correction� Francia, 1980, Georges
do por sus padres rapm a una nifta aialtraiada por su madre. CachouT. Combate de uti juei y un cura para la reinserción
Drama psicológico. soci� de jóvenes delincuentes. Drama psicológico/Documeri-
* Báucúíion
nMghtse, Francia, 1982, Jean-CJaude Roy. La vida to.
de una hucrfana de diecisiete afíos en una in�tirucjón que * La
primera lección, EE.UU.. 1980, Alan Myerson. Un mucha¬
es una guarida de vicic;, de sadisTno y de maííoquiíimo. Co¬ cho de quince aflos se encuentra de pronto solo en compartía
medía. de su encantadora institutriz. Comedia erótica.
*** El •* La Ltitio, BE.UUyItalia, 1979. Bernardo Bertolucci. Un ado-
pequeño salvaje, Francia, J970, Francois Truffaut. Drama.
El verano de mis 15 awoí, Noruega, Knul Andersen. Saliendo de lescente es abandonado por su madre, cantante de ópera,
su infancia, un jovt-n regresa a su país, De$cubre allí tin Drama psicológico.
mundo nuevo, al Tnismo tiempo que a las mujeres. Cómedia * Rock W Roll
High School EE.UU., 1979, Alan Arkush, i.La
dramática. dama de hicrro)> es encargada de restablecer el orden en un
* Et verúno de nueilros 15
años, Francia, 1982, Marcel Jul�iaiiu instituto de etisenanza medía calífomíano, donde reina la anar¬
Cuando, diez años después, se encuentran, dos niftos que vi* quía.
vieron una aventura extrafia, liema y cómica, descubren que Les Lycéennes redoublent, Francia/Italia, 1979. Mariano Lau¬
están hechos el uno para d oiir;}. Comedia costumbrista. rent!. Los juegos de amor y de azar en la juventud. Co¬
*
Vuehe, Eugenio, llalla, 1980, Luigi Comencini. Un niAo recha¬ media.
* Les
zado por su familia es recoffido en una granja, Drama. Mat-pariis, Francia, 1975, Jean-Baptiste Rossis Un adoles¬
Yusuf ile Kenan (Mozalbetes de Estambul), Turquía, 197S, Omer cente de quince aflos se enamora de una religiosa. Melo¬
Kavur, Tras la muene de su padre, Yuang y Kenati parten a drama.
*** Marte
Estambul para encontrarse con su tío. Éste ha desaparecido. pour mémoire, Francia, t96SH Píeme GarreL Dos ado-
Vagarán por la capital sin abrigo, y hambrientos. Drama. lESGcntes que se aman no pueden unirse en su combate con¬
Caída del Cielo (Out of the BIílcs). EE.UU., I97S, Dennis Hop¬ tra la sociedad. Comedia dramática.
** Yo, Cristina F., R.F.A., 1981, Ulrich Edel. Para comprarse
per. Una muchacha s« rebela conrra sus padres quft ik» se
entienden. La tentación punk sobre fondo de canciones de droga, una adolescente de trece años se prostituye. Drama
Elvis. Drama. psicológico.
* La rodilla de *** Muerte en Venecia, Italia, 1971, Luchino Visoonti. Drama
Clara, Francia. 197Q, Éric Rohmer, Un hombre
de treinta y cinco afios es impresionado por una adolescente p&icológico.
en la atmosfera sensuaJ de unas vacaciones estivales. Come- *** Morir de amor, Francia, 1970. Andri Cayatte, Drama psico¬
dia costumbrista. lógico.
La Grande frime, Francia, 1970» Henri Zaphiratos. La vida cotidia¬ *** La naranja mecánica, Gran Bretafta, 1971, Stanley Kubrick,
na de un grupo de jóvenes csrudLuites de ambos sexos. Contedia. *** Padre
patrón (Padre padrone), Italia. 1977, Paolo y Vittorio
Grease, EErUU., 1978. Randal Kleiser. Durante todo el verano, un Tavia ni. Un joven pastor se rebela contra la autoridad pa¬
muchacho y una joven han vivido un gran amor. La vuelta a terna.
la.s clases significa para ellos la separación. Comedía musical. Paradiso, Francia, 1977. Christian Bricourt. Un adolescente cuya
tnierdit au moins de 13 ans, Francia, 1982, Jean-Loujs Bertuce� vida es de una desesperante monotonía busca una razón de
Uí. La vida ociosa de los jóvenes del cxtrai radio. Comedia dra¬ ser y de vivir- Comedia dramática.
mática, Parlez-mai d'amovr, Francia. 1975, Michel Draclir El primer amor
Iracema, Brasil, 1976, Jorge Bodanxky. A los catorce anoíJ. la pro¬ de un estudiante. Comedia drarnática�
tagonista parte en busca de aventuras y suerte a ta Amazo¬ * Passe tüTi bac d'abord, Francia. 1978, Maurice Pialat. La si¬
nia, pero no encuentra alli más que prostitución y miseria. tuación de los jóvenes en el momento en que tendrán que
Drama psicológico� abordar la vida activa. Comedia costumbrista.
Je, tu, Ü, eiUi Bélgica, 1974, Chantal Akerman. Una Jov�n atra¬ * Le Peiit choscf Francia, 1983, Maurice Clcxibe. Dos jóvenes
viesa etapas sucesivas par�a encacninarse a la edad adulta. tienen que subvenir a la¿ necesidades de sus padres arruina¬
Drama psicológico. dos. Comedia dramática.
Ei flautista de HorntUn, Francia, Í97L Un Flautista que ha libe¬ * La Petile fiiíe en vehu rí Francia/Gran Bretafla, 1978,
rado a una ciudad de lodas sus ratas y al que no le han pa¬ Alan Bridget. Un cirujano que envejece se enamora de una
gado, se lleva a íos niftos con él. mucliacha de trece afloi. Drama psicológico.
280 281
* La f*«tiu iiréne. Francia. 1980, Roger Afldrieux. Una adoles¬ Le Temps des vacances, Francia, 1978, Claude Vital. En «la es¬
cente de catorce sAos y un hombre de cuarenta se aman� Co¬ cuela del valle», at acercarse las vacaciones, la vida de los
media dramática. alumnos sufrirá trastornos a causa de b llegada de un nuevo
Piedra Ubre, Argentina, 1976, Leopoldo Torre-Nílsson. Una ado¬ profesor. Comedia.
lescente pobre, cenicienta moderna, bu&ca ei amor y La amis¬ Megáü üz. idó (El tiempo se detiene), HungHa, 1981, Péter Got-
tad. Oraraa psicológico, hár. Evocación de la juventud húngara de los aftos sesenta.
**•
Pilgrimage. EE.Ütl., 1972, Beni Montresor. Uno joven rehú- Comedia costumbrista.
&a el universo familiar y social de sus padres afortunados. * Tieman
primas, Francia, 1980, David Hamilton. Jóvenes ado¬
Y parte en busca de sí mismo- lescentes de vacaciones» Erotismo.
Pixote. La Uy det más débiL Brasit, I9ñ0� Héctor Babenco. Un ** Tess, Francia/Grai] Bretaña, 1979, Roman Polasnki. La vida
recrudecimiento de ta& redadas policiales Lleva a PiJtote. un de una joven campesina inglesa en el siglo xix. Melodrama.
nifto abandonado de diez años* a un reformatorio. * Verano del
* 42, EE.UU., 1971, Roben Mulligan. Un adolescen¬
Pourquoi, Franda, 1977, Annouck Bemud. Un muchacho de te de vacaciones vive su primer amor con una mujer mayor
quince años busca la Libertad a cualquier precio, y descubre que é\. Comedia dramática.
lo <)ue le cuesta. Drama, ** Los lozos, Franciar
* E\ 1972� Pascal Thomas. La principal preo¬
prado, Italia, 1979, Paolo y Vítiorio Tavianl. Tres adoles¬ cupación de Frédcric y Franíois, ínlemos en un instituto de
centes se encuentran nuevamente en el campo donde pasa¬ provincias, es eP fin de semana y Las chicas. Deciden ir de
ron sus vacaciones infantiles. Drama. incógnito a Suecia. Comedia costumbrista.
* Het Debuut *** Cuenta
(Primer secreto), Holanda. 1977, Nouchka Van conmigo, EE.UU.» 1968, Rob Reiner. Unos mucha¬
BrahI. No tiene más que catorce aflos, y las preocupaciones chos de una ciudad parten iras la.s huellas de un cadáver.
de una nina, pero ama a un hombre de cuarenta. Comedía. Primer enfoque de la muerte que tienen unos Jóven<*s adoles-
*** Lt Prtmier
Voyage, Francia, 1980� Nadtne Trintignant. A la oenteSr pequemos soldados en téjanos�, condenados a llegar a
muerte de su madre, un adoLesceme decide ir a buscar a su adultos. Un tono nuevo: ni lacrimógeno, ni de una crueldad
padre en compafiía de su hermano más joven. gratuita. El fin del estado infantil y la última fiesta de la ino¬
Papá,.. fYa no soy virgen!, Francia. 1976, Claude Berri. Las pri¬ cencia. 1.� adolescencia es aquí la experiencia de una ruptura
meras emociones amorosas y los sueAos eróticos de un ado¬ con un sueño de eternas vacaciones, Ij7S nihos quieren ver
lescente. Comedia costumbrista. de cerca la muerte para mofarse de ella □ para domesticarla.
* Primeros deseos. Francia, L983» David HamiLton. Durante sus
vacaciones, tres muchachas van a parar a una isla donde
sus fantasias amorosas cobrarán realidad. Comedia erótica.
La Rage aux poings, Francia, 1973, Éric Le Hung. Seis mucha¬
chos aislados en un universo de un grupo de viviendas se
rebelan. Comedia dramática.
Looks and smi/es (Miradas y sonrisas), Gran Bretaña, I98L,
Kenneth Loach. Un adolescente no consigue integrarse en La
sociedad- Drama psicológico.
*• Los amores inconfesa bies. Francia, 1972. Guy Casarij. Un
adolescente descubre el amor con la amante de su padre.
Drama psicológico.
ScutH. Gran Bretaña, 1980, Alan Clarke. Un joven delincuente
entra en el infierno de los correccionales británicos. Drama
psicotógico.
** Et
soph en et corazón (Le souffle au coeurh Francia, 1970-
197K Louis MaJle. Evocación de una adolescencia poco civili¬
zada y de las relaciones incestuosas entre una madre y su
hijo. Drama psicoló�co.
Surprise Party, Francia� L982, Roger Vadim. Una banda de jóvenes
amigos decide pasar un verano de libertad y fantasía. Comedia.

282 283
12, Jaque al fracaso escolar ...143
13. La familia deshecha .. 155
14. El nuevo comportamiento amoroso . . . 166

Turcera parte
Í N D IC E
UN ESPACIO PARA LA NUEVA GENERACIÓN

Prólogo............. V ,� � . 5
De ta causa dé los niños a la causa de los adoles¬ 16. Cuando los jóvenes tienen la palabra 20S
centes.......... . -7 17. Lineas de futüm: iniciativas y proposiciones . » 223
Remunerar a ios íiifkis como inventores. Una se¬
sión de protesta semanal. Un futuro distinto de
Primera parte Mesrinc. La escuela, hogar de los jóvenes y la cul¬
tura, Consejos municipales de niños. Propuestas
EL PURGATORIO DE LA JUVENTUD de reformas y enmiendas de la legislación actual,
Y EL SEGUNDO NACIMIENTO

I. £1 concq�to de adolcf lenda: puntos de referenda. Anexos


puntos de ruptura . 11
2. El sueño de la eterna juventud. Mitos y arque¬ J. PequeAa guia de la futura convención de Jos de¬
3. La imagen del cuerpo 31 1, Las fugas de adolescentes.......�.250 ** ,
4. La leyenda de los jóvenes: la literatura efébica . 35 3� Los suicidios......�. h . . , .25ó .«
5. Los héroes y los modelos 47 4. Bibliografía sobre la droga y los adolescentes . 264
6. £1 dí&curso sobre el efebo. Pioneros de la hebo-
logia . .....536.Bibliografía de bs obras generales .273
7. Crecimiento y comportamiento, falta de gracia 7r El personaje del adolescente en el cine mundial 275
y la armonía .� 55

Segunda parte

LA ÉPOCA DE LAS PRUEBAS

9. Perturbaciones de )a psiquiatría y psicoanálisis

10, Lo& suicidios de adolescentes: una epidemia ocul¬


tada . �* 107 15. Los derechos y los deberes.......183
11. A cada uno su droga: falsos paraísos y scudo*
grupos .* * 127

284 285
Impreso y hecho en
Pnnlcd and matJc ín Moxícti

fcnpreso en los talkri:» de


OÍT-fd Ul)a
Francisco r. Maiicro núm. 31
Col, San Mijiud [aaeik-o
M¿xíco. D.F.

Abril de 1992

Das könnte Ihnen auch gefallen