Sie sind auf Seite 1von 27

Revista Científica Guillermo de Ockham

ISSN: 1794-192X
investigaciones@ubscali.edu.co
Universidad de San Buenaventura
Colombia

Echeverry Enciso, Yesid; Jaramillo Marín, Jefferson


El concepto de justicia en John Rawls
Revista Científica Guillermo de Ockham, vol. 4, núm. 2, julio-diciembre, 2006, pp. 27-52
Universidad de San Buenaventura
Cali, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105316853004

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
El concepto de justicia
en John Rawls*
The concept of justice according to John Rawls

Yesid Echeverry Enciso


Abogado, especialista en Derecho Penal, Sociólogo y candidato
al Magíster en Filosofía, Universidad del Valle. Profesor Tiempo Completo, USB Cali
echeverryyesid@hotmail.com

Jefferson Jaramillo Marín


Sociólogo y Magíster en Filosofía, Univalle.
Docente asistente del Departamento de Sociología de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá
jefferson.jaramillo@javeriana.edu.co

Grupo de investigación Problemas contemporáneos del derecho


Universidad de San Buenaventura Cali

Resumen
El artículo plantea cómo Rawls enfatiza en la necesidad de construir una pauta de distribución equitativa
de las ventajas y desventajas provenientes de la cooperación social, para disminuir las desigualdades
sociales y naturales sin menoscabar la libertad individual, tomando como precondición una distribución
de bienes primarios y principios racionales elegidos a partir de un mecanismo de representación inicial
(posición original). Frente a los postulados rawlsianos, este trabajo destaca varias vertientes críticas que
sostienen que una teoría de la justicia debe contemplar derechos y libertades individuales, pero también
la defensa del reconocimiento, la identidad, las metas comunes y los proyectos solidarios, aspectos
que desbordan la idea de individuo racional del liberalismo e involucran la noción de comunidad, sin la
cual no es posible hablar de justicia.
Palabras clave: Justicia, equidad, Rawls, Habermas, comunitarismo, filosofía política, bienes prima-
rios.

Abstract
The article explains how Rawls emphasizes the need to construct criteria for the equitable distribution of
advantages and disadvantages which come from social cooperation, in order to diminish the social and
natural inequalities without impinging upon individual freedom, taking as a precondition the distribution
of primary goods and rational principles which are elected from a mechanism of initial representation
(original statement). Given these rawlisian postulates, this work emphasizes various critical aspects
which claim that a theory of justice must contemplate not only individual rights and liberties, but also,
the defence of recognition, identity, common goals and projects, aspects which exceed the idea of
rational subject of liberalism and involve the notion of community, without which it is impossible to talk
about justice.
Keywords: Justice, equity, Rawls, Habermas, communitarianism, political philosophy, primary
goods.

* Artículo vinculado con la investigación Justicia distributiva y bienes primarios, inscrita en el Centro de Investigación Bonaventuriana
(CIB), de la Universidad de San Buenaventura Cali.
Fecha de recepción: Septiembre de 2006.
Aceptado para su publicación: Noviembre de 2006.

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 27
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

Introducción elaboran unas conclusiones en las que se


destacan dos aspectos, la contribución de
John Rawls realiza una importante contribu- Rawls en procura de una sociedad menos
ción teórica a la comunidad intelectual, desigual a partir de su principio de diferencia
generando inquietudes a quienes piensan y las implicaciones que los bienes primarios
que la justicia distributiva no ha llegado o tienen en la fundamentación de su teoría de
es insuficiente. Es evidente que una teoría
la justicia, y también las limitaciones de una
sobre la justicia no resuelve los problemas de
teoría cuando se trata de universalizar crite-
desigualdad en el mundo, pues su función
rios o principios de justicia frente a un mundo
no es precisamente esa; pero sí contribuye a
cada vez más multicultural y pluralista,
pensar posibles soluciones, ya que a través
de la reflexión y conceptualización, los se-
res humanos y las instituciones establecen
acuerdos y buscan alternativas para enfrentar
Noción de Justicia
necesidades y mejorar las condiciones de
en Rawls
vida. En este sentido, Rawls aporta elemen-
tos conceptuales que incitan a la academia Los debates sobre la justicia en la segunda
a plantear problemas de justicia y a buscar mitad del siglo XX adquieren diversas conno-
alternativas desde diversas perspectivas. Así, taciones y se abren a nuevas perspectivas,
el análisis crítico de la teoría es ya un intento sobre todo después de la publicación de la
por escudriñar posibles vías para salir de Teoría de la justicia, de John Rawls; quien
la intrincada red de iniquidades en que se presenta su enfoque y los criterios formati-
desenvuelve la humanidad día a día. vos como alternativa frente a las teorías
De acuerdo con lo anterior, y en aras de lo- reinantes hasta entonces: el utilitarismo y
grar una estructura metodológica pertinente, el intuicionismo; lo cual hace desde una
este trabajo se encuentra organizado en tres perspectiva interdisciplinaria, donde compa-
acápites. El primero, aborda el concepto de recen la filosofía del derecho, la economía,
justicia planteado por Rawls en dos de sus la psicología, la ciencia política y la moral,
obras: Teoría de la justicia (1971) (1997) y restableciendo la ya desgastada idea del
Liberalismo político (1992) (2002). El segun- contrato social como recurso argumentativo
do analiza las críticas de las que ha sido y diseño metodológico, para establecer unos
objeto, especialmente la comunitarista, frente parámetros o principios consensuados que
a la primera formulación de la Teoría de la guiarán el establecimiento de instituciones
justicia, en 1971, y la de Habermas y la de públicas justas. Por otro lado, la inclusión
Milton Fisk, que estarían más cerca del Rawls de la justicia desde una perspectiva moral
del Liberalismo político. Y el tercero realiza en el debate jurídico despertó el debate
un balance de las críticas y las posibilida- positivista que pretendía escindir la moral
des rawlsianas de respuesta. Por último, se del derecho.

28 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

Rawls, según su teoría, busca establecer los de las posiciones. De allí que el diseño y
principios morales que orienten una socie- selección de principios estén pensados pa-
dad bien ordenada; esto es, una asociación ra favorecer cualquier circunstancia y darle
de asociaciones donde confluyan diversas un tratamiento justo a los sujetos. Además,
doctrinas racionales, en un marco de coope- buscan superar los principios utilitaristas
ración equitativo; asociaciones conformadas e intuicionistas, en cuanto los primeros no
por sujetos desinteresados –aunque no consideran seriamente las preferencias de
siempre– provistos de capacidad moral y las personas y los segundos dan por senta-
sentido de justicia. Se trata de principios das verdades a priori, relevando al sujeto de
elegidos a través de un contrato hipotético la posibilidad de establecer él mismo sus
que parte de una posición original, donde propias directrices.
se establece un procedimiento imparcial
Pero Rawls no sólo discute con las tesis
(velo de ignorancia), de modo que todos los
utilitarista e intuicionista sino que plantea
participantes converjan en ellos –dadas las
la cuestión del pluralismo respecto de las
situaciones particulares de elección– al valo-
democracias modernas, como un proble-
rarlos como los más justos y adecuados a
ma presentado entre dos tradiciones: el
sus expectativas particulares. Esta situación
liberalismo desde Locke y el igualitarismo
reviste de legitimidad moral al contrato, en
desde Rousseau. El primero prioriza las
tanto que permite la participación pluralista
libertades cívicas (pensamiento, conciencia
de miembros o sujetos representativos de las
y propiedad) y el segundo las libertades
más diversas doctrinas filosóficas, religiosas
y morales, bajo un procedimiento al que con- políticas subordinando las cívicas. Aborda

sideran como válido. la disputa y la resuelve a favor de las liber-


tades políticas, interpretando la libertad y la
Los contratantes parten del desconocimiento
igualdad como postulados convergentes
de elementos básicos que definen su so-
que congenian con la noción de persona
ciedad. No saben cuál será su ubicación
moral, la cual articula a la concepción de
en ella una vez sea descubierto el velo de
una sociedad bien ordenada a través de
ignorancia; no conocen sus preferencias
la posición original, donde las partes son
sexuales, su inteligencia, su imaginación, su
definidas como agentes de construcción
talento, su clase social, ni la de los demás.
racionales, autónomos e iguales.
Sólo conocen aspectos generales de econo-
mía política y de psicología básica. Pero es Esta racionalidad de la persona moral,
su deber seleccionar principios capaces en tanto agente constructor de su propio
de garantizar un orden justo para todas las modelo de sociedad, es entendida en dos
personas en las más diversas situaciones, sentidos: como razonabilidad, denotando
pues ellos deben ser capaces de represen- un deber y un sentimiento de cooperación
tarse y ubicarse como si al momento de equitativa garantizada por la posición origi-
terminada la elección quedasen en la peor nal; y como racionalidad, en el sentido de

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 29
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

provecho personal que las partes persiguen no se someten a principios ni verdades a


individualmente. Lo razonable se incorpora priori de justicia, y se mueven por intereses
al procedimiento de argumentación de los de orden supremo, como la prioridad de lo
principios de justicia y garantiza la autonomía justo sobre lo bueno. Aparece, entonces,
racional de las partes; lo racional se incorpora la justicia procedimental, ya que la auto-
a la vida social del individuo determinando la nomía posibilita la elección argumentada,
autonomía plena del ciudadano; es decir, lo deliberada y acordada de las reglas que
racional hace referencia a la esfera particular se deben seguir para la escogencia de los
de la persona en un contexto social, mientras principios.
que lo razonable apunta exclusivamente a La libertad y la igualdad, como elementos
la esfera pública del ciudadano; de ahí el estructurales de la concepción de justicia
deber, el sentimiento de cooperación y de procedimental, se encuentran represen-
solidaridad (Rawls, 2002) tadas en la persona moral que las articula
La autonomía racional viene dada por la equi- simultáneamente pero dando prioridad a la
dad que garantiza el velo de ignorancia de libertad, que a su vez constituye una pre-
las partes, pues al no conocer las ventajas y condición para la existencia de la igualdad
desventajas tampoco se pueden utilizar para (jerarquización de los principios bajo el orden
someter o persuadir al otro. Así, las partes lexicográfico). La legitimidad y estabilidad del
–racional o prudentemente– contribuyen y sistema no lo constituye el equilibrio de las
cooperan en la satisfacción de sus nece- fuerzas sociales (igualdad) sino la firmeza
sidades. La autonomía plena, realizada en que los ciudadanos dan a las instituciones
la vida diaria de los ciudadanos, se define al creer que éstas satisfacen su ideal de
como racional en tanto actúa en pro de un justicia pública.
interés particular y es garantizada por la exis- La libertad, en la posición original, se expre-
tencia de unos bienes primarios que sirven sa en la capacidad autorreguladora de las
de medio a tal interés. Siempre lo razonable partes para emitir razones de justicia y en la
presupone y subordina lo racional, priorizan- independencia que tienen frente a intereses
do lo justo sobre lo bueno (Rawls, 2002). que no sean de un orden supremo. Por otra

Luego, la persona moral posee dos capa- parte, la igualdad se define en la capacidad

cidades: una orientada al sentido de justicia de todos los ciudadanos para entender y

efectivo y otra para formar, revisar y perseguir ajustar su conducta a la concepción pública

racionalmente una concepción de lo bueno; de justicia y en la posibilidad y oportunidad

de esta forma, la persona moral realiza y que cada uno tiene para participar en la se-

ejerce las facultades para deliberar y acordar lección de procedimientos para definir prin-

en sociedad. Estas capacidades, al permitir cipios que tiendan a regular la sociedad.

la deliberación y el acuerdo, garantizan y po- Según el primer principio, cada persona


sibilitan la autonomía en tanto que las partes debe tener un derecho igual al más am-

30 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

plio sistema de libertades básicas iguales en el diseño de las instituciones que han
para que sea compatible con un sistema de regir la sociedad bajo un esquema de
semejante de libertades para todos. Por imparcialidad, donde la elección racional
su parte, el segundo principio dispone que opera en procura del interés antecedente
las desigualdades económicas y sociales de los miembros.1
deben admitirse sólo si redundan en los
Así, se puede afirmar que Rawls intenta
mayores beneficios posibles para los menos
formular una teoría política desde la óptica
favorecidos.
de la justicia, con el propósito de estructurar
Los cargos y funciones deben ser abiertos diferentes intuiciones que hacen parte del
a todos en circunstancias de equitativa sustrato cultural de países como Estados
igualdad de oportunidades. Con ello se Unidos. Intuiciones ampliamente aceptadas
logra equidad en las distribuciones. Una y reconocidas, pero que aisladas no logran
vez establecidos los principios de justicia, representar una alternativa al utilitarismo,
se debe continuar con la estructuración entre ellas, la idea de que la justicia tiene
de una asamblea constituyente que tiene que ver con la distribución de las cargas y
como propósito el establecimiento de la beneficios de la cooperación social. Por otro
organización política, del sistema jurídico y lado, la propuesta de Rawls se propone dar
de las libertades fundamentales. Con pos- un tratamiento más profundo a la igualdad de
terioridad se ha de establecer la regulación oportunidades como eje central de la justicia
del mercado, los sistemas de producción y distributiva, incluyendo la noción de bienes
el control social. Si ello se logra con justicia, primarios y el principio de diferencia.2
se tendrá una sociedad también justa, esto
La igualdad de oportunidades no deja de
es, bien ordenada.
llamar la atención, dado que arrastra la idea
Ahora bien, la justicia social –establecida de considerar las desigualdades, producto
contractualmente por individuos raciona- del mercado y la cultura, como arbitrarias, y
les, en un proceso también racional de supone que ellas sólo encuentran acomo-
elección– en particulares circunstancias de do cuando son el producto de decisiones
ignorancia relativa, alcanza validez en tanto individuales y particulares de vida, pero no
que permite la participación de las personas bajo efectos generacionales de acumulación
en el proceso constructivo de las institucio- de capital, en donde el esfuerzo y el mérito
nes básicas, pues el proceso de selección no tienen participación alguna; pues sin un
garantiza la participación de los contratantes sustrato mínimo de bienes sociales, el indi-

1. Al respecto, Dworkin (2002: 238, 243) considera que “una de las condiciones que imponemos a un principio teórico, antes
de permitir que figure como justificación de nuestras convicciones, es que la gente a quien el principio gobernaría lo hubiese
aceptado, por lo menos dadas ciertas condiciones, en caso de haber sido consultada, o por lo menos que pueda demostrar
que el principio favorece el interés antecedente de cada una de tales personas (…) por supuesto, es parte de estas tradiciones
que los principios son justos si de hecho han sido escogidos por aquellos a quienes gobiernan, o si por lo menos se puede
demostrar que favorecen el interés antecedente común a tales personas”.
2. Van Parijs (1991) considera que en Teoría de la justicia aparece una doble originalidad: la primera a nivel del método de justificación
que propone para la filosofía política y la segunda a nivel del contenido de los principios políticos que intenta justificar.

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 31
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

viduo encuentra seriamente comprometida 1998). Esta concepción de justicia requiere


su autonomía, dados los requerimientos para que todos los bienes sociales primarios sean
su supervivencia. distribuidos equitativamente en la sociedad,
de suerte que una distribución desigual
Por esta razón, la justicia como equidad
favorezca al individuo en la peor situación
empieza con lo que Rawls considera la idea
(Rawls, 1997).
intuitiva central e implícita en la cultura públi-
ca de una democracia; es decir, una visión De otra parte, Rawls va a defender que los
de la sociedad como sistema equitativo de principios que las personas libres y raciona-
cooperación entre personas libres e iguales. les –interesadas en promover sus propios
En tal sentido, según Mouffe (1999) y Rawls intereses– aceptarían en una posición inicial
(2002): “La cuestión fundamental de la justi- de igualdad como guías estructurantes de
cia política es, pues, encontrar ‘los principios las instituciones sociales y de la distribución
más adecuados’ para realizar la libertad y la de ventajas, habrán de regular todos los
igualdad una vez que la sociedad es conce- acuerdos posteriores, además de especifi-
bida como un sistema de cooperación entre car los tipos de cooperación social que se
personas libres e iguales”. pueden llevar a cabo y las formas de go-
bierno que pueden establecerse. Esta teoría
La pregunta sobre la igualdad de oportuni-
la ha llamado “justicia como imparcialidad”
dades toca las raíces de la teoría rawlsiana y,
(Rawls, 1997. p. 24).
en la respuesta a la misma plantea Rawls que
es necesario compensar las circunstancias En la justicia como imparcialidad los sujetos
naturales con las que los hombres nacen, ya aceptan el principio de la igualdad y el de la
que no basta con regular las desigualdades diferencia sin conocer sus fines particulares.
ni con la compensación de las circunstancias No están dadas las inclinaciones de los
sociales; se requiere de un dispositivo que, hombres. Sus deseos y aspiraciones están
en lo sucesivo, controle o evite el crecimiento restringidos por los principios de justicia que
de dichas desigualdades, desestabilizando especifican el respeto a los otros sistemas
la creencia en la justicia a partir de las com- de fines. En síntesis, la concepción de la
paraciones interpersonales. justicia como imparcialidad va ligada a la
exigencia de que las personas desconozcan
Para compensar las circunstancias naturales,
sus propias concepciones del bien, entendi-
Rawls partirá del supuesto de la posición
das como conjunto de creencias respecto a
originaria, en la que individuos racionales
cómo orientar la vida para hacer de ella una
cubiertos por un velo de ignorancia se
existencia digna.
enfrentan ante la decisión de elegir un cri-
terio distributivo, logrando alcanzar, de esta Por eso, en la teoría de la justicia como
manera, un contrato social como dispositivo imparcialidad, no se dan como ciertas las
de representación, de donde emergerá la predisposiciones y propensiones humanas,
concepción de justicia (Habermas y Rawls, sean lo que fueren, buscándose luego el

32 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

medio para satisfacerlas. Por el contrario, los Rawls afirma reiteradamente que el respeto
deseos y aspiraciones se restringen desde propio o las bases sociales del respeto a sí
el comienzo por los principios de la justicia mismo es el bien social primario por exce-
que especifica los límites que los sistemas lencia. Desde luego esto genera imprecisión,
de fines de los hombres tienen que respetar. en tal sentido, en aras de lograr clarificación
Esto se puede expresar diciendo que en el tema se abordará más adelante.
la justicia como imparcialidad el concepto
Ahora bien, los bienes son naturales y so-
de lo justo tiene prelación frente al de bien
ciales. Los primeros, ya lo dijimos, son la
(Rawls, 1997).
inteligencia, el talento, la salud, el vigor, la
Para Rawls, los hombres estarían dispuestos imaginación, etc. Los sociales son aquellos
a sacrificar recursos potenciales o renunciar que, aunque pueden ser objetos labrados
a su expectativa (situación futura e incierta) por el hombre o ser puramente culturales
con el objeto de garantizar una base social como el prestigio, el reconocimiento, la
mínima aquí y ahora; presupuesto de la identidad, etc., no interviene la naturaleza de
justicia como imparcialidad que les permitirá manera directa en su distribución.
participar en la sociedad. A esto se llega
Pero ¿qué hacer frente a una distribución de
cuando los hombres ponen en práctica los
bienes naturales desigual? Es una cuestión
planteamientos de la teoría de la elección
a la que la concepción general de justicia
racional para la toma de decisiones en con-
no hace referencia, pues no se establece
diciones de incertidumbre.
cómo lograr una distribución equitativa de
La base social mínima estaría constituida por tales bienes, quizá porque su distribución
un conjunto de bienes sociales a los que le corresponde más a factores biológicos
todos los miembros tendrían acceso en con- y genéticos que a instituciones políticas.
diciones de equidad. Así pues, se prefiere Aunque es bueno reconocer que sí se hace
una reducción de posibilidades potenciales alusión al rol de las instituciones frente a tales
frente a una distribución real y efectiva inicial, bienes o falencias.
esto es lo que se ha dado en llamar igualdad
El hecho que Rawls no haga alusión a la
en el punto de partida o igualdad en el interés
distribución de bienes naturales puede en-
antecedente constituido por un número de
tenderse –dado que no es posible resolver
bienes sociales básicos.
el problema mediante una compensación
No obstante, la noción de bienes sociales igualitaria de talentos, precisamente por ser
básicos deja un amplio espacio para la ello tarea de la naturaleza - como la ratifica-
ambigüedad y para la contraposición entre ción de que existen desigualdades naturales
bienes. Para citar un caso, la libertad, por un frente a las cuales la incidencia del hombre
lado, es entendida como uno de esos bienes no va más allá de poner a disposición las
sociales básicos, y por otro lado, constituye instituciones para que ello no constituya
el primero de los principios de justicia. Pero un agente de mayor injusticia. Es decir, se

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 33
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

toleran las diferencias naturales siempre y de un mecanismo de representación inicial.


cuando se encaucen para el beneficio del Empero, quedan planteadas desde su pers-
individuo en la peor situación. pectiva teórica algunas fisuras, al menos en

En otras palabras, Rawls le estaría apostan- lo que tiene que ver con la instrumentación

do en su concepción de justicia a que las o viabilidad de su teoría en marcos sociales

instituciones velen de manera especial por más amplios, desde los cuales la teoría fue

aquellas personas con las cuales la natura- inicialmente formulada. De todas formas a

leza no ha sido benévola. De otra parte, la partir de los años 80´s Rawls, tras haber

igualdad de oportunidades sociales es per- corregido lo que llamó un error en la presen-


seguida por Rawls a partir de la distribución tación de su teoría de 1971, mostrará más
equitativa de los bienes sociales básicos. específicamente como su teoría tiene un
Luego, el principio de la diferencia impone profundo anclaje en contextos históricos y
a las instituciones (constitución, sistema culturales determinados. Aún así nos parece
judicial, mercado, etc.) la tarea de velar por pertinente esbozar las críticas a las que fue
la materialización de la igualdad en relación sometido desde los comunitaristas.
con los infortunios de la distribución natural
(talento, salud, inteligencia, creatividad, etc.).
De otra parte, el principio de diferencia puede
ser interpretado como un argumento teórico Críticas a la noción
encaminado a combatir desigualdades de justicia de Rawls
como la pobreza extrema.
La crítica comunitarista3
En resumen, la Teoría de la justicia de
Rawls, enfatiza en la necesidad de construir La mayoría de autores llamados comunita-
una pauta de distribución equitativa de las ristas enfoca su crítica a la teoría liberal de
ventajas y desventajas provenientes de la la justicia, especialmente la formulada por
cooperación social, que permita disminuir Rawls en 1971, tomando como punto de
las desigualdades sociales y naturales sin partida al sujeto, a quien no ven como un
menoscabar la libertad individual, tomando individuo aislado, atomizado, capaz de elegir
como precondición una distribución de racionalmente principios universales e impar-
bienes primarios, la cual debe ser motivada ciales de justicia y desprovisto de identidad o
por principios racionales elegidos a partir desafectado de influencias colectivas. Por el

3. El comunitarismo es una corriente de pensamiento originada en la década de los ochenta, la cual ha polemizado con el liberalismo
en general y con el liberalismo igualitario en particular. Algunos de sus exponentes son Charles Taylor, Michael Sandel, Alasdair
MacIntyre y Michael Walzer. La discusión con el liberalismo se concentra en el supuesto de la atomización del individuo. Para el
comunitarismo la identidad del sujeto se encuentra esencialmente enraizada en los grupos y en las prácticas constitutivas de
la comunidad a la que pertenece y que le confieren la identidad a los individuos. Se distinguen dos clases de comunitarismo:
uno “orgánico” (Macintyre y Sandel) y otro “estructural” (Walzer y Taylor). El “orgánico” hace referencia a un comunitarismo “en
sentido fuerte” que reivindica un cierto modelo de comunidad olvidado en la modernidad de las sociedades liberales. Por su
parte, el “estructural” se refiere a un comunitarismo “más débil o relativo” que, en principio, reivindica la presencia dentro del
marco político, moral y jurídico de algunos elementos básicos de definición que habrían sido censurados, entre los que ocuparían
el lugar esencial la cultura tradicional.

34 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

contrario, para ellos, el individuo que reclama pues como organización política obedece a
su participación a la hora de la distribución intereses políticos, gobernado por hombres
del acervo colectivo, es precisamente un igualmente interesados, pertenecientes a
sujeto colectivo, estructurado y forjado al comunidades con identidades propias no
interior de unas instituciones que lograron susceptibles de desprendimiento.
imponerle un lenguaje, una visión moral,
La neutralidad estatal constituye una abstrac-
religiosa, filosófica y política del mundo; un
ción racional que no es posible de vivenciar
ser con pertenencia a un grupo determinado
en la realidad humana, pues los sujetos a
con el que se identifica y en el que expresa
cargo del poder tienen su propia idea de
su propia vida, sus esperanzas, su idea de
bien compartida por sus iguales y en pro-
bien y sus planes racionales de vida.
cura de los mismos, luego la neutralidad no
Sobre esta base, el comunitarismo acusa existe en el Estado y, por el contrario, éste
al liberalismo de tratar al sujeto de la justicia debe velar por la protección de aquellas
como un ser deshumanizado, aislado y aso- comunidades no dominantes y pequeñas
cial, alejándolo del único espacio donde que pueden y de hecho son víctimas de las
se puede hablar de justicia: la sociedad. culturas dominantes.
Pues el yo es una construcción que tiene
Dentro de este contexto, la noción de justicia
su fuente en las prácticas sociales, en las
de Rawls ha sido debatida por diferentes
tradiciones, en el universo de significantes y
autores de la corriente comunitarista, tales
significados que el lenguaje le ha legado y
como Michael Sandel, Michael Walzer, Char-
donde adquiere su propia identidad.
les Taylor, quienes cuestionan la concepción
El rechazo por completo de la noción de atomista de las personas y la abstracción y
persona del liberalismo trae como conse- pretensión de universalidad de los principios
cuencia el desconocimiento de los principios que proponen los liberales como Rawls. A
de justicia que éste promulga, pues los continuación se desarrollarán las críticas que
principios se postulan como éticos univer- han planteado estos autores a la concepción
sales, lo cual es un claro despropósito para originaria de justicia de John Rawls.
los comunitaristas, en tanto implican negar
La crítica de Sandel
la existencia de formas particulares de vida,
de pensamiento, de prácticas comunitarias Una de las más importantes críticas de San-
enmarcadas en cada contexto con significa- del a Rawls consiste en afirmar que el prin-
ciones y paradigmas diversos. Sería negar la cipio de diferencia igualitaria y la distribución
multiculturalidad y tratar de homogeneizar al de bienes no es posible en una sociedad
hombre al despojarlo de aquello que lo hace individualista, con participantes interesados
diferente: su identidad. El liberalismo, según sólo en su bienestar; que no posea un fuerte
los comunitaristas, yerra al creer que existe sentido de solidaridad capaz de imponer a
una especie de Estado neutral o imparcial, los sujetos el deber de compartir o distribuir

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 35
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

con sus congéneres los bienes producto la consecución de un doble objetivo: por
del trabajo. Esta distribución sólo es posible un lado, justificar la neutralidad del Estado
en un grupo de personas situadas y vincu- respecto a las diversas concepciones de
ladas que compartan un fuerte sentido de lo bueno; y por el otro, asentar el valor de
comunidad. la tolerancia en las sociedades plurales, ya

Según Sandel, Rawls entiende la importan- que el liberalismo político, haciendo uso de

cia de la justicia en tanto hay escasez de un pluralismo razonable y mediante el uso

recursos y la gente no acude a la ayuda público de la razón, pretende neutralizar las

mutua. Ya que cuando no hay carencia de doctrinas comprensivas para que estas,

recursos no tiene sentido una distribución por medio de un consenso entrecruzado,

equitativa de orden normativo y cuando la acuerden los mínimos que conformarían la


benevolencia es la ausente, una norma que justicia como equidad.
obligue a compartir los recursos terminaría Sandel le reprocha a Rawls el presentar
con los escasos lazos de solidaridad dado una noción ilusoria de la neutralidad de lo
su carácter coercitivo. En el fondo, lo que justo. Defender la prioridad de lo justo no
se cuestiona es el carácter normativo de la implica sostener un criterio de neutralidad
obligación, la fundamentación del deber de porque lo que se presenta como un proce-
solidaridad en un mandato legal. dimiento formal en realidad se funda en una
Luego es importante preguntarse si una concepción precisa de lo bueno. En otras
sociedad orientada a partir de un deonto- palabras, la idea de neutralidad arrojada por
logismo, que propugna el obedecimiento a el formalismo o el procedimentalismo ético
la ley por deber y que contempla la justicia es en sí misma un valor (regla sustantiva)
como la virtud principal de las instituciones del liberalismo que considera al procedi-
sociales, es suficiente para lograr una dis- miento como algo imparcial, olvidando que
tribución como la contemplada por Rawls el límite trazado por los principios formales,
en su modelo de sociedad bien ordenada, muchas veces, es más radical y parcial que
donde los sujetos son mutuamente desin- la propia regla sustantiva. La prioridad de lo
teresados. justo sobre los fines o lo bueno acarrea o
da como resultado la construcción de una
Según el postulado deontológico rawlsia-
“república procedimental”. En tal sentido,
no –al decir de Sandel– la acción debida
Sandel expresa que:
es aquella conforme a una norma justa y,
por tanto, no está subordinada en primera Dado que este liberalismo –liberalismo
instancia a la búsqueda de lo útil, del bien- minimalista de Rawls– afirma la prio-
estar social o de la felicidad individual. Su ridad de procedimientos justos con
planteamiento conduce entonces a definir la respecto a los fines particulares, la vida
teoría de la justicia en términos de una teoría pública que informa puede llamarse
débil o tenue sobre el bien. Con ello persigue república procedimental (…) república

36 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

que no puede contener las energías hallar ni los fines ni los medios para edificar
morales de la vida democrática activa. o elaborar sus planes de vida. Al despojarlos
Lo cual crea un vacío que abre el cami- de la información puede dar la apariencia
no a moralismos intolerantes y no logra de una pretendida neutralidad, pues Rawls
cultivar las cualidades del carácter que recurre al “velo de la ignorancia”, según el
dotan a los ciudadanos para compartir cual los integrantes del pacto que van a
el autocontrol (Sandel, 1996; citado en gestar los principios de justicia desconocen
Hoyos, 1997). su situación política y económica, así como
el nivel de cultura y civilización que han sido
Incluso Sandel se opone a la idea rawlsiana
capaces de alcanzar, con el fin de que la
sobre la escogencia que realizan las perso-
ignorancia respecto a todos estos asuntos
nas respecto de sus fines en consideración
garantice la imparcialidad y la autonomía.
de los gustos y preferencias individuales,
Pero “no puede asegurar la libertad que
ya que esta consideración olvida el carácter
promete porque no puede sostener la clase
social de los bienes y de las necesidades.
de comunidad política y de compromiso
Además no se apiada de la realidad social
cívico que requiere la libertad” (Sandel, 1996;
en la que emerge el hombre y que determina
citado en Hoyos, 1997: 24).
en gran parte la selección que éste hace
de sus fines, pues ellos casi siempre están De otra parte, la libertad de Rawls –según
mediados por las prácticas sociales, los sig- Sandel– está definida en oposición a la de-
nificados colectivos y las valoraciones pro- mocracia como garantía del individuo frente
pias de los grupos que, en materia tanto de a lo que la mayoría pueda desear. Pero un
fines como de medios, privilegian a unos por verdadero concepto de libertad debería
encima de otros. En este sentido, los fines de expresarse a partir de la pertenencia a una
una persona no se diferencian tajantemente comunidad política que controla su propio
de los de otra de su mismo grupo; ellos son destino y donde el individuo participa en la
factor de identidad y devienen de los valores toma de las decisiones que gobiernan sus
arraigados al interior de la comunidad. asuntos. En tal sentido, sostendrá Sandel
que la perspectiva que adopta Rawls en
Este crítico de Rawls prefiere afirmar que los
su Teoría de la justicia es irreal porque “la
hombres descubren sus fines al interior de
justicia como equidad concibe la unidad
las prácticas sociales y de las valoraciones
del yo como algo establecido previamente,
de cada comunidad, atendiendo a lo que
diseñado con anterioridad a la elección que
ella considere como relevante y privilegie en
éste hace en el curso de su experiencia”
su entramado de significaciones y referentes
(Sandel, 2000: 21).
simbólicos. Por esta razón critica a Rawls el
hecho de separar a los sujetos o privarlos, en Finalmente, para que los principios de justicia
su posición original, de un conjunto de co- previstos por Rawls fueran escogidos, se re-
nocimientos sin los cuales éstos no podrían quieren personas provistas de virtudes y una

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 37
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

moral ciudadana que anteceda al pacto. De de las personas antes de llegar a sus
allí que, según Sandel, el sujeto rawlsiano, al manos, y las formas de distribución
“elegir” sus fines en vez de experimentar su son configuradas con arreglo a con-
“descubrimiento”, preferirá crear las condi- cepciones compartidas acerca de
ciones políticas que otorguen prioridad a la qué y para qué son los bienes" (Walzer,
elección y no el auto descubrimiento (Sandel, 2001. p. 20).
2000: 22). Situación que hace del pacto y su
Ahora bien, Walzer considera que la natura-
procedimiento algo ilusorio.
leza diferenciada de los bienes determina la
La crítica de Walzer existencia de las esferas de distribución con
principios propios. Aquí, la justicia depende
La crítica de Walzer enfoca lo atinente a la
de la autonomía de las esferas. Pero es la
distribución de los bienes, dejando de lado
significación de los bienes la que determina
los aspectos referentes a la libertad individual
las transacciones siendo los criterios y proce-
y concentrándose sobremanera en el carác-
dimientos distributivos intrínsecos al bien
ter cultural de los bienes. De allí que postule
social que sirven. En segundo lugar, la forma
una distribución acorde con las necesidades
en que se distribuyen esos bienes resulta
y características propias de la cultura. En tal
de cómo son concebidos por la cultura.
sentido, considera que no puede existir un
Una teoría de la justicia debe atemperarse
único criterio distributivo ya que éste se elige
a las significaciones de los bienes, pues si
de conformidad con los requerimientos de
comprendemos qué es y qué significa para
cada comunidad y el significado que se
atribuya a los bienes objeto de reparto. Pero quienes lo consideran un bien, compren-

antes de entrar a la distribución, propone la deremos cómo, por quién y bajo cuáles

determinación de la esfera donde opera el parámetros (Walzer, 2001. p. 22).

bien y las diferentes operaciones posibles, Walzer propone una teoría pluralista de la
en cuanto esto da una idea de la importancia justicia, orientada a la estructuración de
del bien. De allí que afirme: una noción de igualdad que abarque las
"…Aquí, la concepción y la creación diferentes esferas de la comunidad. Cada
de los bienes preceden y controlan a esfera obedece a necesidades propias y a
la distribución. Los bienes no apare- formas de significación diferentes. Luego, no
cen simplemente en las manos de los es posible un criterio único de distribución
agentes distributivos para que estos para todos los bienes y para todas las per-
hagan con ellos lo que les plazca o sonas. En este sentido, la igualdad estaría
los reparten en arreglo a un principio acompañada de múltiples criterios, depen-
general. Más bien, los bienes con sus diendo del bien y acorde a los postulados
significados –merced a sus significa- culturales de cada comunidad. Por tanto,
dos– son un medio crucial para las no hay una noción única de igualdad sino
relaciones sociales, entran a la mente una noción compleja que va a depender de

38 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

la comunidad en particular y atendiendo a universalismo al proponer un código moral


variados criterios de distribución conforme mínimo y universal.
a los distintos bienes.
Finalmente en su crítica al procedimenta-
Es así como Walzer, considera que si se lismo liberal advierte que éste no puede
desea construir una “sociedad justa e igualita- apartarse de razones sustantivas; en otras
ria” se tiene que describir “la vida cotidiana” palabras, no hay nada que pueda llamarse
sin perder sus “contornos particulares” y sin procedimentalismo puro, pues “lo que hace
adoptar formas generales, pues “otro modo que el procedimiento proceda; lo que le da
de hacer filosofía consiste en interpretar para su fuerza legitimadora es un cierto espíritu,
los conciudadanos el mundo de significados expresado en una serie de prácticas. El
que todos compartimos” (Walzer, 2001. p. espíritu es el del compromiso activo y las
12). prácticas incluyen argumentar, organizar, reu-
Ahora bien, los principios de justicia son nirse en asambleas, demostrar y demandar
plurales en su forma y los bienes sociales lo mismo que votar” (Walzer, 1994, citado en
deben distribuirse por razones distintas, por Hoyos, 1997).
agentes y procedimientos diferentes. Según
La crítica de Taylor
Walzer (2001: 19) “...todas estas diferencias
derivan de la comprensión de los bienes so- Para Taylor, el liberalismo procedimental se
ciales mismos, lo cual es producto inevitable basa en una idea concreta y parcial de la
del particularismo histórico y cultural”. Así persona humana, de su autonomía y digni-
mismo, los bienes son bienes en virtud a una dad (Taylor, 1997). Aunque el procedimen-
sociedad que así los considera; por tanto, talismo intenta liberarse de la necesidad de
su significado y valor no le son intrínsecos situarse en una determinada concepción
sino que devienen de una comunidad que antropológica, asume implícitamente una
se los ha conferido. perspectiva desvinculada del sujeto humano
(Taylor, 1994). Esto lo lleva a plantear que
Dado que los bienes obedecen a los signi-
Rawls no establece su fundamento teórico
ficados y estos son esencialmente sociales,
a partir de una teoría débil del bien, como el
producto de la comunidad que así los con-
mismo Rawls cree, sino a partir de una teoría
sidera, una teoría de la justicia que pretenda
completa del bien, incurriendo en el error de
dar cuenta de los criterios distributivos no
no reconocerlo claramente.
podría ir más allá del contexto de significa-
ción en que se geste, eliminando cualquier Según Taylor, la corriente procedimental ha
posibilidad de universalismo y cayendo en sido aplicada al ámbito de la teoría política y
un relativismo profundo. De todas formas, a las teorías de la justicia por los más cons-
Walzer ha matizado su postura sugiriendo picuos representantes del liberalismo como
razones, incluso, para intervenir en las prác- Dworkin, Rawls y Habermas, desarrollando
ticas de otras culturas, deja entrever cierto normas de justicia o equidad social que

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 39
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

gobiernen las acciones coercitivas de las previamente establecidos por la cultura y los
autoridades. Taylor señala que Dworkin re- valores dominantes. A pesar del valor que le
conoce cierta noción de vida buena como dan a la autonomía, a la teoría liberal y a la
algo esencial a la opción moral de las per- defensa a ultranza de la racionalidad, Taylor
sonas, pero la excluye de las deliberaciones considera que la negativa del procedimenta-
políticas con el fin de respetar el principio lismo de acudir a concepciones del bien, so
fundamental del liberalismo que ordena un pretexto de la neutralidad, le impide brindar
trato equitativo para los ciudadanos (Taylor, razones para fundamentar la prioridad de la
1996). De otro lado, plantea que Habermas libertad sobre la igualdad o de lo correcto
separa los temas éticos que conciernen a la sobre lo bueno, porque obligaría a que su
justicia interpersonal y que son considerados argumento dependiera de nociones sustan-
de validez universal y los de la vida buena, tivas (Taylor, 1997).
que se muestran como bienes particulares,
Taylor cuestiona este planteamiento, en
diferentes de una cultura a otra. Algo similar
tanto lo justo no puede prescindir totalmente
se deduce de la distinción entre lo bueno y
de las indicaciones que aporta una visión
lo justo en Rawls.
determinada de lo bueno (Taylor: 1996). Sin
Taylor le critica a estas teorías el establecer embargo, estaría de acuerdo con Rawls en
por una parte, una distinción abrupta entre poner límites a las teorías consecuencialistas
la cultura y tradición de las personas, esfe- y utilitaristas que identifican lo justo con lo
ras de las que emergen sus orientaciones útil, concibiendo instrumentalmente lo justo.
morales fundamentales y las nociones que Para Taylor lo bueno no se identifica con un
dan forma a su vida familiar y comunitaria y, bien particular que sea la expresión de una
por otra parte, la manifestación pública de visión ideológica o religiosa, pero el objeto
tales perspectivas particulares, de las cuales de la moral tampoco puede limitarse a la ela-
deben hacer abstracción a causa de la pre- boración de reglas y obligaciones públicas
tendida neutralidad del ámbito institucional. (Taylor, 1996).
En realidad, lo que debería justificarse son
La moral tiene como principal tarea indagar
las razones por las cuales las orientaciones
sobre los estilos cualitativos que forman el
morales fundamentales de los ciudadanos
mundo moral de las personas y con base en
que forman parte de su identidad deben
ellos, generar una reflexión normativa que es-
quedar a priori fuera del debate político
tablezca patrones relativos a la vida pública.
(Taylor, 1993).
Aunque sea necesario garantizar institucio-
Otra crítica consiste en la noción de autono- nalmente, mediante una teoría de la justicia,
mía –concebida como libertad de elección la autonomía de los individuos y el respeto
o decisión– que se atribuye a las personas, de sus derechos, debe considerarse que la
pues éstas no son del todo libres; actúan de moral pública también debe fundamentarse
acuerdo con unos parámetros o lineamientos sobre una noción del bien.

40 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

La forma en que Taylor concibe la relación se descubre, con base en la existencia de


entre el derecho y el bien se diferencia de valores fuertes y distinciones cualitativas,
las teorías procedimentales en la manera de que ciertos modos de vida son mejores que
establecer la concepción de los derechos otros, éstos deberían ser considerados a la
y la justicia. Taylor parte de una justificación hora de concebir la justicia (Taylor, 1996).
metodológicamente comunitaria, mientras
En opinión de Taylor, Rawls rechaza lo que se
las teorías procedimentales como la de
considera bueno para la vida con el fin de no
Rawls se sirven de una justificación meto-
incurrir en el mismo error que el utilitarismo, y
dológicamente individualista.
justifica sus dos principios de justicia apelan-
Se sostiene que una sociedad liberal no do a que éstos encajan con las intuiciones.
debe fundarse en una noción particular de Asimismo, la articulación de esas intuiciones
buena vida. La ética central de una sociedad exige la exposición minuciosa de una teoría
liberal es una ética del derecho y no del bien. “densa” del bien (algo que no considera
Es decir, sus principios básicos tienen que Rawls) y, por lo tanto, aclararlo es fundamen-
ver con la forma como la sociedad debe tal para averiguar qué se considera justo.
responder y arbitrar las demandas de los Taylor afirma que lo bueno es “cualquier cosa
individuos. Para Taylor, “este modelo de que una distinción cualitativa señale como
liberalismo plantea serios problemas, que superior” (Taylor, 1996). A partir de aquí, si se
sólo pueden expresarse adecuadamente al pretenden dilucidar las intuiciones que dan
explorar los temas ontológicos de identidad formas a los principios de justicia, es nece-
y comunidad (Taylor, 1997. p. 246). sario acudir a una teoría sustantiva del bien,
para lo cual es inevitable expresar los marcos
La justicia en estas teorías procedimentales
de referencia y las explicaciones ontológicas
establece la obligación que surge de las exi-
en que se basan estas intuiciones.
gencias que imponen sobre el agente moral
los otros seres humanos y de esa obligación Ahora bien, Taylor considera que tanto la
se deriva una distinción cualitativa entre los existencia de los derechos como la concep-
diferentes modos de vida, otorgando mayor ción de justicia no pueden ser previas a las
valor a unos que a otros. formas de comunidad política que incluyen
en su seno un determinado concepto del
Sin embargo, puede argumentarse lo contra-
bien; por consiguiente, es la articulación del
rio y distinguir cualitativamente lo que se con-
bien la que otorga el significado a las reglas
sidera vida plena y deducir de esa distinción
que definen lo justo.
las obligaciones que se desprenden de ella.
Este último planteamiento, según Taylor, tiene Las teorías que definen la razón como
la ventaja de que parte de aquello que se exclusivamente procedimental omiten este
considera importante de lo que somos como debate limitando el enfoque moral al restringir
seres humanos. Asimismo, esta posición la comprensión de los determinantes de la
conlleva otra argumentación subsumida: si acción.

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 41
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

Taylor afirma que Rawls no sólo debería re- histórica del liberalismo. Su referente, en-
conocer que se apoya en una concepción tonces, son las sociedades que han hecho
completa del bien, sino también en una esa práctica; que han experimentado, por
determinada concepción de la persona. ejemplo, la tolerancia con respecto a la
Para toda teoría moral o política es inevitable disidencia religiosa”. En tal sentido, algunos
acudir a una descripción ontológica de la autores como Mulhall y Swift (1992) citados
naturaleza humana, inseparable del lenguaje por Grueso, han llegado a decir que el
y, éste a su vez, sociable por esencia (Taylor, liberalismo rawlsiano incorpora cierto comu-
1997). nitarismo sobre la base del pluralismo y no
sobre la base de una moral sustantiva que
Se puede concluir, entonces, que las críticas
desencadene que todos tengan que aceptar
comunitaristas –al menos las esbozadas
y obrar de acuerdo con una misma pauta.
aquí– al liberalismo se dirigen a los siguien-
De allí que “la concepción rawlsiana de la
tes presupuestos de la teoría política liberal:
justicia como equidad es comunitarista tanto
crítica a la concepción de la persona como
en términos de su fuente (articula los valores
un yo sin ataduras, sin horizontes; rechazo
compartidos de la comunidad a la cual se
de la prioridad del derecho sobre el bien;
dirige) y en términos de su contenido (esos
crítica al individualismo asocial, al universa-
valores compartidos implican un compromi-
lismo y al pluralismo razonable; refutación del
so con un entendimiento de la política que
antiperfeccionismo y la neutralidad estatal;
es distintivamente comunitarista)” (Murhall y
crítica al subjetivismo moral y afirmación
Swift, 1992. pp. 199-202, citado en Grueso,
de la diferencia frente a la homogeneidad 1997. p. 86).
liberal. En tal sentido, el comunitarismo re-
Ahora bien, el tránsito rawlsiano de concebir
calca el componente cultural e identitario del
la sociedad como un “todo ordenado a partir
sujeto moral, advirtiendo que éste es moral
de la justicia como equidad” a la certeza de
justamente por llevar la impronta de la co-
que las sociedades modernas no pueden
munidad en donde se forjó y no puede, por
ser sino pluralistas determinaría que Rawls
tanto, desprenderse del marco de referencia
no reduzca la base de justificación de su
lingüístico ni de las significaciones inmersas
teoría a lo estrictamente político y privilegie
en el universo simbólico.
una unidad doctrinaria típica de una comu-
Sin embargo, pese a estas críticas, es nece- nidad bien ordenada. Más bien llevará a
sario hacer justicia con Rawls ya que a partir que Rawls conciba que “una concepción
de 1980 comienza a esbozar correcciones política de la justicia debe ganar el apoyo
serias a su teoría inicial de la Justicia. Aquí de un consenso traslapado de las doctrinas
vale citar a Grueso (2004. p. 83) cuando razonables, religiosas, filosóficas y morales”
afirma que la teoría política de Rawls desde (Rawls, 2002). En tal sentido, como afirma
su obra Liberalismo político “no surge de Grueso (2004. p. 93), “Rawls renuncia a la
la nada sino, precisamente, de la práctica pretensión filosófica de terciar en las dispu-

42 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

tas, reemplazar las verdades en que los de justicia que prioriza la reciprocidad y la
ciudadanos creen, corregirlas o darles un cooperación justa, menos el que las partes
fundamento racional”. decidan acatar las normas acordadas de
conformidad con una noción de lo razonable
La crítica de Habermas
(Habermas y Rawls, 1998. p. 45).
Las obras de Rawls y Habermas comienzan
Además el sentimiento de justicia derivado
a gestar comparaciones en el mundo de
de lo razonable no constituye suficiente
la filosofía política a través de varios de los
motivación fáctica para dotar los aspectos
supuestos epistemológicos y metodológicos
normativos o los acuerdos alcanzados de
de estos autores. Esta situación no tardó en
obligatoriedad. En otras palabras, ¿qué
originar un debate académico fructífero que
impide a un hombre guiarse por su racio-
Habermas va a denominar un “diálogo entre
nalidad en procura de su interés particular?
familia” y que Rawls va a aprovechar como
Para Habermas, esta es una pregunta que no
plataforma para considerar la propuesta
resuelve Rawls. La racionalidad no puede ser
habermasiana de manera radical, al calificar
entendida como una obligación, simplemen-
la teoría de la acción comunicativa y su ética
te se ocupa de brindar un conocimiento en
discursiva como una más de las muchas
el sentido de presentar argumentos sobre lo
doctrinas comprensivas. Dicho debate apa-
que significa obrar autónomamente, pero no
rece publicado en español bajo el título de
se le puede imputar la capacidad de llevar al
Debate sobre el liberalismo político (1998).
Aquí Habermas retoma algunas sugerencias sujeto a obrar conforme a la norma. La idea

de Rawls, pero también plantea nuevas de racionalidad puede suponer que el sujeto

críticas a la teoría política de la justicia. De actúa de acuerdo con buenas razones, pero

igual forma se produce la respuesta de estas razones pueden enfocarse en el propio


Rawls. Algunas de las críticas de Habermas interés y no en el de los demás; luego, falta
que aparecen expuestas en ese texto, pero una clara fundamentación que posibilite o
también en Facticidad y validez (2001) se genere motivos que lleven al sujeto a actuar
presentan a continuación. por encima de su propio yo.4

Según Habermas, la justicia en Rawls hace De otro lado, para Habermas, la noción de
parte de la teoría de la elección racional, persona expuesta en la teoría de la justicia
donde a partir de una posición inicial, las rawlsiana es una creación imaginaria que
partes escogen unos principios que deben nada tiene que ver con sujetos racionales y
guiar el diseño de la estructura básica de moralmente capaces de autonomía. De allí
la sociedad. Sin embargo, la teoría de la que en Facticidad y validez (2001. p. 122)
elección racional no da cuenta de un sentido considere esos sujetos como simplemente

4. En uno de sus textos clásicos, Habermas (2002: 37, 39) va a considerar al respecto que “Quien actúa moralmente no se atribuye
‘más o menos’ autonomía; y en la acción comunicativa, los participantes no se suponen una vez ‘un poco más’ y otra vez ‘un
poco menos’ de racionalidad (…) la suposición de racionalidad es, de todas formas, un supuesto refutable, no un saber a priori
(…) es constitutiva de la acción comunicativa; pero en casos individuales puede verse defraudada”.

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 43
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

“elementos artificiales… a los cuales no se embargo, cabe anotar que las teorías con-
les debe identificar con los ciudadanos de tractualistas tienden a entender la autonomía
carne y hueso, que habrán de vivir bajo las desde un aspecto del derecho privado,
condiciones reales de una sociedad erigida concerniente a contratos, donde estos obran
conforme a los principios de justicia”. Al como contratantes, no siendo suficiente
despojarlos del conocimiento de sí, de sus este modelo para explicar el problema de
ventajas y desventajas, Rawls les imprime la fundamentación de un orden social. Para
un carácter asocial que sólo permite una Habermas “Tras el giro lingüístico, para esta
reflexión en términos de intereses particulares comprensión deontológica de la moral,
y bienes individuales, situación que implica sólo puede ofrecerse ya una interpretación
una distribución de bienes aislada de las articulada en términos de teoría del discurso.
relaciones propias del derecho, pues éste Con ello el modelo de la deliberación viene a
(el derecho) se ejerce en relación con otras sustituir el modelo del contrato: la comunidad

personas y no se consume como cosa jurídica no se constituye por vía de un contra-

fungible (Habermas, 2001. p. 47). to social, sino sobre la base de un acuerdo


discursivamente alcanzado” (Habermas,
Para Habermas (2001) el velo de ignorancia
2001. p. 647).
imposibilita a las partes entablar una relación
Ya que el consenso traslapado implica un
intersubjetiva, capaz de llevarlas a la elabo-
acuerdo tanto en la asamblea constitucional
ración de un acuerdo justo, donde se llegue
como en el momento legislativo, al decir de
a un verdadero consenso y se respete su
Habermas, el consenso aparecería como
autonomía sustantiva, como sujetos capa-
producto no de la negociación “Inter-pa-
ces de construir su propia idea de sociedad
res”, entre sujetos que profesan doctrinas
bien ordenada, poniendo en consideración y
comprensivas diversas y contradictorias
bajo el amparo del poder comunicativo todos
entre sí (pues el velo de ignorancia impide
los aspectos ideológicos propios de sus
el conocimiento de sus adhesiones a cier-
doctrinas comprensivas para que el acuerdo
tas doctrinas), sino como el reflejo de una
adquiera legitimidad moral.
teoría política presupuesta que obligaría a
Incluso el pensador alemán recalca el cam- aceptar el acuerdo bajo la tacha de doc-
bio de perspectiva en Rawls en el Liberalismo trinas irracionales. De allí que Rawls afirme
político al buscar legitimidad para su teoría a la inexistencia de un verdadero consenso y
partir de una nueva visión: una concepción se vea obligado a acudir a la idea de razón
política de la justicia, pero donde no aparece pública como mecanismo de acercamiento
una justificación teórica o epistemológica del y diálogo para tratar asuntos comunes o que
giro. Rawls tendría problemas porque debe a todos conciernen. Situación ésta que ori-
fundamentar el paso del consenso traslapa- ginaría una aceptación fáctica más que una
do al de la razón pública para legitimar el aceptación fundada en buenas razones. Al
acuerdo constitucional y el legislativo. Sin respecto Habermas dice:

44 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

"Tampoco el uso público de la razón las cuales definen qué es verdadero y qué
conduce en muchas cuestiones teóri- no lo es. Entonces, no se entendería cómo
cas, y mucho menos en las prácticas, o bajo qué parámetros hablarían o discutirían
al acuerdo racional motivado que se los sujetos representativos de las doctrinas
apetece. Las razones de ello radican para hallar un consenso. Situación que sa-
en cargas o pesos de la prueba que crifica la validez en pro de la eficacia, pues el
las propias pretensiones ideales de carácter cognitivo del consenso implica que
razón imponen al espíritu finito. Esto para llegar a él, es necesario conocer al otro,
vale ya en los discursos científicos. entenderlo, ponerse en su lugar, reconocerle
En los discursos prácticos se añade como interlocutor válido y para ello no se
que, incluso en condiciones ideales, necesita compartir su doctrina, pero este
las cuestiones concernientes a la vida conocimiento es básico en el proceso de
buena sólo pueden encontrar una formación de un verdadero consenso.
respuesta racional dentro del horizonte
Para Habermas, la validez sólo es posible en
de un proyecto de vida presupuesto
la medida que posibilite la participación y el
ya como válido. Pues bien, una teoría
acuerdo de todas las personas que puedan
de la justicia cortada a la medida de
llegar a afectarse por las normas pactadas.
las formas de vida moderna tiene que
Pero Rawls, al decir de Habermas, se de-
contar con una diversidad de formas
dica a meditar acerca de lo plausible que
de vida y planes de vida que han de
pueden llegar a ser los principios de justicia
coexistir dotados de unos mismos
derechos; y naturalmente, sobre estas de cara a las tradiciones políticas de su

formas de vida y planes de vida cabrá sociedad, dejando de lado los procesos de

esperar disenso desde la perspectiva decisión efectivamente institucionalizados y

de las diversas tradiciones y de las las tendencias evolutivas sociales y políticas

diversas biografías"* (Habermas, (Habermas, 2001).


2001: 125). En resumen, el constructivismo político de
De otra parte, Habermas advierte una im- Rawls, en lugar de conseguir la tan anhelada
precisión conceptual en el uso de términos neutralidad por la vía de la razón pública,
como lo razonable y lo verdadero. La inter- carga su teoría con la doctrina liberal (que
pretación de lo razonable como un giro a es, también, una doctrina comprensiva) al
lo político o público elude una justificación utilizar como argumento el contractualismo
cognitiva, pero Rawls no puede evitar el ca- metodológico. De allí que privilegie las liber-
rácter cognitivo de su construcción filosófica tades negativas de los modernos frente a
de la justicia. A su vez otorga cierta prioridad las libertades positivas de los antiguos. Las
a la razón práctica en desmedro de la razón personas de Rawls, al decir de Habermas,
teorética, al quedar, lo verdadero abandona- no alcanzan un verdadero uso de su auto-
do al campo de las doctrinas comprensivas, nomía plena, pues las instituciones les son

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 45
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

impuestas y “...el uso público de la razón no cepto de ciudadanía y por tanto los bienes
tiene propiamente el sentido de una ejercita- primarios que satisfacen estas necesidades
ción actual de la autonomía política, sino que de la ciudadanía son, como bienes, deri-
solamente sirve al pacífico mantenimiento vados del concepto de ciudadanía” (Fisk,
de la estabilidad política” (Habermas, 2001. 2004. p. 191). Aquí cabría la pregunta ¿es la
p. 67). construcción de ciudadanía un bien político
común?, o ¿el bien público es anterior a la
Finalmente, en su Réplica a Habermas,
justicia? La crítica a Rawls y a muchos otros
Rawls frente al tema de la autonomía política
pensadores formalistas es que sitúan todo
va a considerar que lo político se comprende
el debate más allá de la adopción de ciertas
desde el marco legal que ciudadanos libres
metas sociales sustantivas. De allí que Fisk
e iguales se dan a sí mismos, de tal forma
considere que por fuera del contexto de las
que dichos ciudadanos solo se pueden
metas sociales, ese principio de la equidad
considerar políticamente autónomos si son
en la igualdad de oportunidades sea simple
autores y destinatarios de las leyes a las
y llanamente vacío (Fisk, 2004).
cuales se someten voluntariamente.
Ahora bien, Fisk localiza la norma de equidad
La crítica de Fisk
en un bien común, ya que este la enraíza en
Milton Fisk plantea una discusión contra el los intereses sociales, en luchas democráti-
liberalismo rawlsiano, especialmente desde cas, o si se quiere, en un amplio consenso
una aproximación que él llama justicia radical. que involucra distintos grupos y sectores
Desde esta postura se considera que los de la sociedad. Al respecto anota que “el
bienes primarios hasta ahora defendidos progreso mediante la lucha y la protesta por
por cierta filosofía política liberal, son bienes parte de un grupo inicialmente marginado
formales, instrumentalizados, derivados de puede cambiar el marco para cualquiera
una concepción neutral de justicia que los futura discusión que ya no margine a ese
defiende y los soporta y que por lo demás grupo” (Fisk, 2004. p. 183). Son ejemplos de
le teme a la defensa de bienes sociales ello, las primeras luchas laborales en Estados
sustantivos, porque considera que éstos Unidos por las ocho horas en 1880, el seguro
negarían a las personas su libertad. de desempleo en 1930, o la conquista de
libertades civiles de los afroamericanos en
Bajo esta perspectiva, su crítica fundamental
1960.
va dirigida a Rawls, quien coloca la primacía
de la justicia sobre la de bienes. Es decir, Desde esta óptica lo que al comienzo
para Rawls los bienes se construyen sólo puede ser una lucha por una reivindicación
desde una sociedad en la que los ciudada- social, en el transcurso de las condiciones
nos tienen necesidades primarias, una se puede tornar en una meta social de más
sociedad bien ordenada, o como dice Fisk, largo alcance y en la búsqueda de un bien
los bienes “son construidos desde el con- común incluyente.

46 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

Por otra parte, a Fisk le preocupa el asunto mismos en sus planes de vida. Hace falta
de cómo se establece la relación entre bie- buscar bienes con una perspectiva común
nes públicos y justicia. Según él, no existe y solidaria.
una respuesta satisfactoria para este asunto
En este último sentido, Fisk indica que hasta
desde la óptica de Rawls.
ahora han sido débiles los intentos por abo-
Para Fisk, la necesidad de conectar la jus- gar por ese propósito, que no es otro que el
ticia y los bienes públicos en situaciones de construir proyectos de justicia conside-
de conflicto social. No es lo mismo pensar rando siempre una perspectiva de bienes
esa relación cuando se parte de la idea de comunes. En tal sentido, desde su perspec-
un amplio consenso sobre metas sociales, tiva los bienes públicos, representan no sólo
que cuando se parte de la idea de metas una visión sustantiva frente a una formalista
sociales en conflicto. Es consciente que su de justicia, sino también una alternativa a la
propuesta de democracia incluyente está insignia de la competencia en el mercado
más cerca de escenarios donde siempre libre. Sin embargo, ubicarlos como la pie-
hay metas sociales en conflicto. Por ejemplo, dra angular de sociedades democráticas
conflicto frente a lo que significa el asegura- liberales implicaría realizar en ellas cambios
miento en salud. Además, Fisk va a señalar estructurales (Fisk, 2004. p. 225).
cómo la institución estatal en las sociedades
Finalmente, Fisk comentará que es muy de-
democráticas liberales ha entrado a jugar un
licado asumir en la relación bienes públicos-
papel importante, no sólo como árbitro entre
justicia radical, la idea, muy extendida por
fuerzas con metas sociales en conflicto,
cierto, de bienes públicos estandarizados,
sino también como órgano unificador que
ya que desde esta óptica en las sociedades
absorbe esas fuerzas bajo un status de
democráticas liberales ciertos bienes serían
justicia oficial, que establece cuáles serían
instrumentos para el beneficio de los indivi-
las mejores metas. La pregunta, entonces,
duos, ya sean personas, grupos o países.
es si ¿es suficiente quedarse allí? Para Fisk
Desde su percepción, el bien común, por el
es claro que no.
contrario, debe ser entendido como el medio
Este filósofo considera como prioritaria la para alcanzar metas sociales. El problema,
defensa de un marco de sociedad donde entonces, no son tanto los bienes, sino
la búsqueda de los individuos sean los los fines a los cuales están dirigidos esos
bienes sociales sustantivos, sin pérdida de bienes. De allí que defienda la idea que los
la libertad de elección y sin oscurecimiento bienes públicos son todos aquellos que nos
del rumbo solidario. Básicamente lo que ayudan a alcanzar un modelo de sociedad
dice Fisk es que no basta, como pretenden incluyente para todos y no sólo para unos
algunos liberales y algunas posiciones del pocos. ¿Pero, qué implica esa apelación a
Estado, sólo con los bienes y las metas que lo social? Definitiva y radicalmente la cons-
los individuos desean y establecen para ellos trucción de un acuerdo o pacto social real no

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 47
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

virtual, que no abandone el compromiso con das por el comunitarismo, lograron frutos
la cooperación y la solidaridad y que enfrente en su momento. Los liberales han limitado
de manera mundial (no con un Estado mun- el alcance de ciertos juicios de valor que,
dial sino con un compromiso cosmopolita), en un primer momento, aparecían teñidos
tanto el voraz embate de la globalización de pretensiones totalizantes. Desde hace
corporativa, como las visiones estatistas o tiempo han adoptado una postura de mayor
los mismos desacuerdos, por la multiplicidad modestia epistémica y el propio Rawls ha
de intereses políticos y económicos de las reconocido que su concepto de persona
naciones respecto de lo que son realmente corresponde al de una cultura específica
los bienes públicos. y ha negado que su teoría tenga alcance
universal. Esto ha desencadenado que
las críticas comunitaristas pierdan vigencia
frente a los escritos rawlsianos después
Balance de las críticas de la primera formulación de la Teoría de la
justicia, en 1971.
El planteamiento rawlsiano implica, aunque
De otro lado, muchos de los cuestionamien-
la oculte, una noción sustantiva del bien que
tos de Habermas giran en torno al diseño de
conjuga una serie de distinciones cualitati-
la “posición original”, ya que este principio
vas con una determinada concepción de la
naturaleza humana. El error del liberalismo deja amplias dudas en su propósito de

procedimental no es tanto sostener el valor explicar y asegurar un juicio imparcial de

de la autonomía y el respeto entre las perso- principios de justicia, entendidos deontoló-

nas que de ella se deduce, sino defenderlo gicamente. Además, ha enfatizado en la neu-

pretendiendo utilizar un número mínimo de tralidad de la idea preliminar de justicia, en

supuestos valorativos sobre la vida buena comparación con diversas concepciones del
del hombre y sobre la naturaleza humana mundo, sacrificando pretensiones de validez
cuando en realidad no es así. De ahí que cognitiva. En Rawls, el estado de derecho,
se argumente una neutralidad del Estado subordinaría el principio de legitimación de-
frente a nociones comprensivas, esto es mocrática a los derechos liberales básicos.
filosóficas, religiosas o morales como si el Por tanto, no lograría reconciliar el valor de la
Estado mismo no obedeciera a unos para- libertad, con el valor de la igualdad.
digmas axiológicos propios de determinada No obstante, frente al planteamiento de la
cultura en los que se privilegia una ideología posición original como mecanismo de re-
en particular que para el caso de Rawls, es presentación incapaz de producir principios
la ideología liberal. Es así como se prioriza la de justicia imparciales, es necesario salir
libertad por encima de los demás valores. en defensa del planteamiento rawlsiano. Si
Las críticas a la noción de justicia en lo que bien es cierto que los individuos o partes
concierne al universalismo liberal, plantea- contratantes participan bajo condiciona-

48 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

mientos restrictivos (velo de ignorancia) en la manifiesta que el uso de estos dos términos
selección de los principios, lo que podría ser no tiene que ver con lo verdadero, pues su
interpretado como una construcción amaña- teoría no está diseñada para buscar verda-
da, que no permite a las partes moverse de des sino para constatar prácticas sociales
manera autónoma, también lo es que bajo decantadas en el seno de la sociedad. A
directrices, o utilizando reglas de la teoría de estas prácticas la sociedad les atribuye una
la elección racional, ellos pueden deliberar amplia aceptación o creencia, situación que
sobre lo más apropiado a sus intereses. enmarca la teoría dentro del terreno de lo
Desde luego, si escogen ciertos principios político y no de lo epistemológico. Su validez
que beneficien sus puntos de partida para encuentra asidero en una práctica política
evitar, en el diseño de las instituciones, la constatada en las instituciones, en la que
interferencia de injusticias o desigualdades todos tienen o tuvieron la oportunidad de
arbitrarias, ya sean provenientes de la lotería participar y aceptarla de manera equitativa
natural o de factores culturales. (justicia como imparcialidad). La legitimidad
deviene de la creencia arraigada en los pro-
Lo anterior permite asumir que la posición
cedimientos como justos e imparciales.
original responde a un modelo adecuado
para lograr la justicia como imparcialidad, Por último, la crítica de Fisk a Rawls de situar

entendida esta como un mecanismo o pro- todo el debate sobre la justicia más allá de la

cedimiento tendiente a garantizar la igualdad adopción de ciertas metas sociales sustan-


tivas, puede asumirse como un llamado de
en la selección de principios y en el diseño
atención por dejar de lado algunos aspec-
de las instituciones básicas. Imparcialidad
tos colectivos que constituyen el eje de la
que podría verse seriamente afectada si
solidaridad y una base moral sobre la que
se acogiera la idea de poner a las partes
se edifican algunos valores no susceptibles
a dialogar con conocimiento pleno de sus
de explicar desde una posición individua-
circunstancias, ventajas y desventajas, ya
lista. Sin embargo, puede decirse que la
que solo el hecho de conocer los puntos
posición de Fisk, más que un ataque frontal
de privilegio daría una pauta de negociación
a Rawls, ayuda a complementar la teoría de
en la cual no se estaría conforme a ciertos
la justicia.
principios que de entrada se ven como
contrarios a los intereses de ciertas personas
o grupos.

El reclamo de Habermas, de falta de preci-


Conclusiones
sión por parte del filósofo norteamericano
frente al uso de términos como razonable y Hemos señalado como John Rawls enfati-
racional, por cuanto no se sabe cuándo su za en la necesidad de construir una pauta
uso hace referencia a la fundamentación o a de distribución equitativa de las ventajas y
la validez de los enunciados, el mismo Rawls desventajas provenientes de la cooperación

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 49
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

social. Pero, quedan planteadas desde lingüística y cultural en la que habita. Un suje-
su perspectiva teórica algunas fisuras, to artificial alejado de toda realidad humana.
al menos en lo que tiene que ver con la Esta situación le quita fuerza y facticidad al
instrumentación o viabilidad de su teoría constructivismo rawlsiano por no basarse en
en marcos sociales más amplios, esto es, un modelo natural, teniendo como partícipe
en sociedades “no ordenadas”. En algún a un hombre concreto, de carne y hueso,
momento Rawls, más específicamente en dentro de un entorno social y cultural de-
la primera versión de la Teoría de la Justicia, terminado. Sin embargo, señalamos como
no contempló aspectos concernientes a la teoría Rawlsiana a partir de los ochenta,
la diversidad cultural, así como tampoco reconoce que se sitúa en una descripción
cuestionó su idea de neutralidad estatal en histórica y cultural concreta, donde las
las nociones de bien de los sujetos y en las doctrinas razonables, religiosas, filosóficas
doctrinas comprensivas. y morales tienen cabida.
Su versión preliminar de la justicia hizo ex- Por su parte en la versión de Habermas del
tensibles bienes omnivalentes u omnicom- liberalismo político de Rawls, se enfatizó en
prensivos en contextos culturales diversos, cómo éste no logra el consenso entrecruza-
desconociendo las particulares circunstan- do para dar origen a los principios de justicia.
cias en las que se forjaron las ideas del bien A ellos se llega a partir de un apriorismo
y lo correcto, su significación y pertinencia porque los sujetos están indefectiblemente
dentro de un horizonte de sentido que pre- orientados a alcanzarlos bajo un esquema
determina o estructura dichos ideales. Pero metodológico que priva a las partes del uso
la estructuración del mismo sujeto como público de la razón y les niega la posibilidad
persona moral obedece a una historia bajo de dialogar y negociar sus propios intereses.
paradigmas establecidos, donde la persona Rawls despoja a los contratantes de un acer-
es un agente estructurante y estructurado. vo de conocimiento que sería esencial para
Este andamiaje da lugar a la formación de llegar al consenso. Para Habermas, el con-
bienes que desbordan la concepción racio- senso ha de permitir a los hombres alcanzar
nal individual del liberalismo político, bienes un acuerdo racional entre las doctrinas que
tales como la ciudadanía, la identidad, la profesan y para ello es necesario conocer
solidaridad, entre otros, que no son suscep- tanto su posición como su papel al interior
tibles de construcción y comprensión sin una de la organización social, lo mismo que la
base moral que los adopte. de los otros coasociados. Pero al negar la
Los llamados comunitaristas (Sandel, Walzer, posibilidad de establecer un diálogo abierto
Taylor, entre otros) enfocaron sus críticas a entre sujetos racionales conocedores de sus
Rawls al considerar que el sujeto participan- circunstancias sociales se convierte en una
te en la posición original es una persona forma de negar el acuerdo, mostrando un
despojada de sus lazos con la comunidad vacío en la fundamentación teórica.

50 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia


El concepto de justicia en John Rawls

De otra parte, para Habermas la denomina- ella. En estos procesos el papel del individuo
ción de la justicia como política lleva al tema no es meramente pasivo, por el contrario,
de la estabilidad en la medida en que el existe una lucha constante entre éste y la
consenso introduce una especie de justifica- estructura que permite los cambios sociales
ción y legitimación, pero la fundamentación y culturales. Pero, por otra parte, ¿qué sería
misma del consenso no está dada puesto del mundo sin principios deontológicos,
que no se permite negociar libremente a los sin horizontes de sentido hacia los cuales
sujetos. Rawls por su parte, va a defender orientar la construcción de consensos que
que el consenso tiene carácter político en permitan vislumbrar objetivos como la paz, la
tanto todos llegan al mismo acuerdo a partir tolerancia, la equidad social, la convivencia
de deliberaciones y procedimientos tradi- armónica entre doctrinas comprensivas?
cionalmente compartidos y en los cuales He ahí el papel del constructivismo y de los
existe convención sobre su validez, situación postulados de autores como Habermas y
que reviste el contrato de legitimidad como Rawls, cada uno a su manera. Este último
creencia en el método y validez porque todos debate queda desde luego abierto, espe-
participan en igualdad de circunstancias. cialmente cuando somos conscientes que
al horizonte deontológico del mundo deben
Ahora bien, la pertinencia de teorías deonto-
articularse lazos solidarios y comunitarios
lógicas como la de Rawls y la de Habermas
que abracen al individuo y lo hagan parte del
ha sido altamente discutida contemporá-
mundo social, en donde adquieren sentido
neamente, por cuanto no dan cuenta de la
sus planes racionales de vida, así como su
realidad, sino que proponen criterios ideales
propia idea de bien.
acerca de lo que debería ser el compor-
tamiento de los hombres y la manera de
organizarse. Este tipo de teorías implican
un riesgo, el de caer en la utopía o olvidar
la defensa de las metas colectivas según Bibliografía
Fisk. El olvidar que la realidad no es tan – DWORKIN, Ronald (2002). Los derechos en serio.
Barcelona: Ariel.
simple como un arquetipo ni tan racional
– FISK, Milton (2004). Bienes públicos y justicia radical.
como muchos de estos autores la ven. Una moralidad política para la resistencia solidaria.
Cali: Universidad del Valle.
Los sujetos que la componen, no crean la
– GRUESO, Delfín (2004). La determinación histórica
comunidad como imaginan, al amparo de y contextual de la filosofía de John Rawls. En: García
Jaramillo, Leonardo (editor) John Rawls. El hombre
una supuesta posición originaria o a partir
y su legado intelectual. Manizales: Universidad de
de una situación ideal de habla. Las socie- Caldas.
– HABERMAS, Jürgen y RAWLS, John (1998). Debate
dades tienen aspectos que trascienden la
sobre el liberalismo político. Barcelona: Paidós.
lógica individual y se insertan en procesos – HABERMAS, Jürgen (2002). Acción comunicativa y
colectivos que actúan de manera institucio- razón sin trascendencia. Barcelona: Paidós.
– ________ (2001). Facticidad y validez. Madrid:
nalizada, objetivando una realidad particular Editorial Trotta, 2001.
y moldeando a los sujetos que participan en – HOYOS, Guillermo. (1997). Democracia y derecho.

Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 • ISSN: 1794-192X 51
Yesid Echeverry Enciso - Jefferson Jaramillo Marín

El debate entre Habermas y Rawls. En: Pensamiento – TAYLOR, Charles (1997). Argumentos filosóficos.
Jurídico. No. 8. Bogotá: Universidad Nacional de Barcelona: Paidós.
Colombia.
– ________ (1996). Fuentes del yo. La construcción
– MULHALL, Stephen & SWIFT, Adam (1992). Liberals de la identidad moderna. Barcelona: Paidós.
& Communitarians. London: Basil Blackwell.
– ________ (1994). La ética de la autenticidad. Barce-
– MOUFFE, Chantal. 1999. El retorno de lo político.
lona: Paidós.
Comunidad, ciudadanía, pluralismo, democracia
radical. Barcelona: Paidós. – ________ (1993). El multiculturalismo y la ética del
– RAWLS, John (1997). Teoría de la justicia. México: reconocimiento. México: Fondo de Cultura Econó-
Fondo de Cultura Económica. mica.
– ________ (2002). Liberalismo político. México: Fondo – VAN PARIJS, Philippe (1991). ¿Qué es una sociedad
de Cultura Económica. justa? Buenos Aires: Nueva Visión.
– SANDEL, Michael (1996). Democracy´s discontent. – WALZER, Michael (2001). Las esferas de la justicia.
America in search of a public Philosophy. London: México: Fondo de Cultura Económica.
The Belknap Press of Harvard University. Citado en:
HOYOS, Guillermo (1997). Democracia y derecho. – WALZER, Michael (1994). Thick and Thin. Moral
El debate entre Habermas y Rawls. En: Pensamiento Argument at Home and Abroad. London: University
Jurídico. No. 8. Bogotá: Universidad Nacional de of Notre Dame press. Citado en: HOYOS, Guillermo.
Colombia. (1997). Democracia y Derecho. El debate entre
– ________ (2000). El liberalismo y los límites de la Habermas y Rawls. En: Pensamiento Jurídico. No.
justicia. Barcelona: Gedisa 8. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

52 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

Das könnte Ihnen auch gefallen