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Revia de Ciencias Sociales
¿Qué es el
Control Social?*
-
las que la afrontan desde el punto de vis- n e a a regunta
Tusas y su análisis respa___L
ta del "control social". Esto se debe, se- cómo funcionan' más ue a‘lqu_aa acer..7-
gún Melossi, a la tradición antiestatalista cjeque arden producen".
de la teoría política estadounidense y a, De esta manera, pasando de Europa a
un ambiente cultural signado por el prag- los Estados Unidos, el problema del or-
matismo y por su atención a los aspectos den se clarifica aún más como problema
activos y procesuales de la experiencia de regulación no conflictual: lo que inte-
humana. El Eblema del ord hiw)„ resa, se decía tanto en Europa como en
como se obtienen esaontáneameate (esto Estados Unidos, son las modalidades no
es, en modo no coercitivo) (rvcohesión éti-_ coercitivas d g,_,pr...oduZWyiJéTIiae--ir
ca y organización ne el pro- cial. Sin embargo, siempre que se reten-
reri-Va-TeraWrifrors-6C1Z-. De esta trans- ga como central la noción de Estado, ta-
«f5a—a-c7617MTliTajsáspectos. Uno les modalidades no pueden sino ser re-
-aquel subrayado por Melossi es la subs-
- mitidas a un fundamento en términos de
titución en la tradición sociológica nor-
teamericana de "Estado" por control so-
cial; mientras, en cambio, el primer con- 1. En la tradición iluminista explorada por el
cepto mantiene toda su importancia. Una trabajo de Melossi, "control social" es una categoría
de las consecuencias más interesantes, me crítica de las formas de dominación impuestas por
parece, es el efecto de descentralización: una autoridad cuya legitimación no emana de la
"sociedad" misma. La connotación de socia/tiene,
los lugares de producción del orden se entonces, dos implicaciones: se refiere a formas de
riiliiplT?an Te difun-tény-Séaisponen regulación que tienen valor y validez para la
mas aJlflIe Críaiq- uierjerarquía. colectividad entera y sitúa el origen y la legitimidad
tea un proffa fundamental: cómo ex- de estas mismas formas en la sociedad en su
pvii-c7rTa7ségli-Fári--éro-Fiájjaslher-en-c-ia en- conjunto: "El control socia/deriva de una autoridad
"pr¿ductos", si ellos no pública, representa el interés universal de todos, se
basa sobre el consenso general"(Fine, 1987; p.
soctral erarqsi- 322).(Sobre la cuestión de la relación entre
carnente superior. desorden y control, véase también Marconi, 1979).
'TEsegundo;ispecto concierne a la se- Las dificultades ínsitas en los conceptos de "interés
mántica de orden y control. Considerar universal" y "consenso general" han contribuido
el problema del orden como problema de en la tradición norteamericana a privar ala categoría
de control social de su connotación crítica y
control implica desplazar el acento de los conferirle exclusivamente capacidad descriptiva de
mecanismos de regulación de hacia los procesos conjuntamente productivos y
procesos de intervención sobre. He aquí, reproductivos de consenso. Pero la declinación en
al mismo tiempo, una subjetivación y una términos microsociológicos (los procesos de
despolitización: una:1121315..tly15j21.11 "inducción a la conformidad") tiene que ver, más
bien, con la dificultad de individualización unívoca
despolitizada". de la "autoridad pública" sumada a la dificultad
wación" or ue control se re- conexa de establecer jerarquías entre agencias
fiere a intervenciones de algo o alg_tlien situadas en forma diversa en los subsistemas de la
sób- ré -argJo alguien, orntadÇjr sociedad en general.
54 Thamar Pitch
lisis de las normas explícitas y de los pro- dades más amplias. Pero a ambas lecturas
cesos a través de las cuales ellas son estable- les es inherente la cuestión, decíamos, de
cidas, legitimadas, reproducidas y defendi- un control social creador, _productor,
das; a la indagación sobre las modalidades plasmador: de sentido, de nuevo sentido,
de organización e institucionalización; en de sentido ficticio o distorsianado. Esto,
suma, a las funciones orientativas de siste- por otro lado -y luego retornaré sobre
mas y subsistemas. ello-, es un elemento útil para el análisis
de cómo la categoría de control social se
b) ¿Qué relaciones existen entre pro- juega en el conflicto y cómo ella es cru-
ducción o- ,-Coercion con- cial para entender cómo es jugada en el
-
sensory TéFésiór i Esenso? S yis- mismo, otra categoría, la de identidad.
Consenso -coerción, así como los he ape-
___
duccion se co nse a nas descri to, ueden ser utilizados_para.
como coerción al consenso. Las dos lectu- iniviu r ç sos sustancialmente
ras tienen en común que imputan a con- análogos pero diversamente ubicados
t7(5T-'s( We- Tti-.Fició-n —
cie-a-t.iv-a r; ror -r7óreje--410 la contraposi-
(Con ria
- — --
psTásTii Ze5W. La primera tiende a excluir ción mundo de la vida-sistema; ver Ardigb
una resistencia originaria -ya sea que ésta 1983; Habermas, 1979) °procesos
,, diver-
se sitúe en las profundidades instintuales sos p5ltlatr2LH iellyEL5111:12clqtmro sin
de los individuos o en zonas de lo social discontinuidades perceptibles; o aun,
ubicadas más allá de un supuesto centro comode- cíamo7,TóMismosTrocesos vis-
de erogación de control- y conduce, más tó-S urórdiférenteS.' El irn-Wers'
bien, a buscar el cambio dentro del mis- al que se hace reIrenTra— es, en todos los
mo flujo de comunicación recíproca a casos, aquel del Estado de Bienestar, el
través del cual se da el auto-control y el universo de la tutela de la vida cotidiana. 2
control del otro. La segunda asume, en Control social corno rep 9_, en
cambio, una resistencia originaria, cuya cambio, eslinatesIliillue acentúa la he-
fuente puede bien ser interna al indivi- terogeneidad, la excentricidad y el. anta-
duo, resistencia que produce una dialéc- gonism6WWiiTeZiógica3 objetivos del
tica continua (ya sea, ella misma, interna EcTiiWol-~5-arc"ss---áZt-cifés
o externa) con procesos de control a los Pos. e su rayan as valencias destructi-
que no se puede más que imputar una vas, más que aquellas creativas. La repre-
lógica y unos objetivos, al menos en par- sión debe ejercitarse sobre algo que a ella
te, antagónicos a aquellos que se deben preexiste y es portadora de un sentido
considerar "auténticos". Esto implica, por
otro lado, la dislocación de la erogación
de control en una posición excéntrica 2. El concepto de disciplina introducido por
superior respecto del actor singular o de- Foucault(i 976) subraya también la productividad
notar con esta categoría sólo aquellos pro- del "poder". Los discursos y las prácticas
disciplinarias no se agotan en el Estado y en sus
cesos que intervienen para modificar, aparatos, sino que operan sobre todos los planos
desde el exterior, modalidades de regula- de lo social, construyéndolo simultáneamente
ción (y por lo tanto, procesos de control) como objeto de conocimiento y como destinatario
de grupos sociales insertados en comuni- de prácticas institucionales específicas.
56 Thamar Pitch
percibido como antagónico, amenazador, lbo sobre lo cual el control se ejercita tam-
etc. -y no puede sino proponerse el obje- bién en la comunicación "normal". En_
tivo de reducirlo al silencio, hacerlo vano. consecuencia, se puede suponer que "ori-
Declinar control social exclusivamente en gen" y "objeto" coinciden. La utilidad de
retener también aquí, una noción de con-
---
c.7
t. 6--
ite 1os procesos que seIP
_ ro- trol social está en la posibilidad, verifica-
ponen el objetivo, o tienen cornoiresul da continuamente, de que lo "obvio" en
amiento del otro, al me- un cierto momento pase a ser considera-
nos en lo que se re iere a su identidad y al do "extraño", "aquello que es normal"
sentido—d-ér quees porta4 ç yeçto "pueda sorprender" y la regla pase a ser
cié--r-iaco,á- JIUJ
- .-
mente, e im sortancia señalada como "abuso", y "excepción"...
limita a, menos en as sociedade Existen ejemplos recientes y macroscópicos
las que vivimos. en los cuales ha sucedido esto. La adop-
ción de "control social" por parte de los
c) De una manera u otra, todo aquello movimientos feministas para poner en
que se ha dicho hasta aquí plantea la cues- cuestión todas las modalidades a través
tión del objeto del control, o bien, de nue, de las cuales se denuncia que se impone
lb so&re lo que el control se ejercita. A su una "identidad" que se contesta (donde
turno, t. cuestión suscita otras: los suje- "identidad" significa tanto, aquello sobre
tos del control, los espacios del control -y lo que el control social se ejercita -la iden-
en definitiva, el poder (los poderes). tidad auténtica, originaria, fundante-
En lap_rimera acepción en la que he_ como aquello que interactuando
declinado pr-o-d-uccI61- de consenso7, conflictualmente con el "control social"
iOclainieracción tiene inherentemente se pretende construir: identidad como
]". --r-Ji7o-Jes de contToTi¿War,---
yaque se basa fundamento y como proyecto) es una
en y tien e a refiaar y reproducir aque- maniobra en el conflicto _que
lb quaela -fritera-c.- J6n -
problematiza y lee en términos de "opre-
ma: el universo de significados compar- sión" un área de relaciones y de procesos
tido y dado - por desá-ntado stieconsti tendencialrnente considerada "neutra" o
nosotros_percibimos.y "natural".
Prima facie, Todo esto indica la necesidad de,pos,
acer intervenir aqui a noción de con- miar un otro- usarAelcontrol lgo"
trol social parece una operación super- sóbilélo ue ercontrol. intervien n
flua y tautológica. El orden s_e_sla_pgrqlie o que interactúa; pero, p31451.6jicatnen,-
está supuesto y confirmado en la comul te, no dice nada sobre el mismo, salvo el
nicación mtersu jetiva. ero, es justamen- Ife-cE-o—de ue serán consideradas como
te cuan ación se interrum- poco út~ellas ne..s_teóricas
pe, es perturbada o de cualquier manera que relegan en lo irracional -1) son incom-
cuestionada que, las funciones de control patibles con- toda_li tesis de disturbio
social que le son inherentes aparecen en en la ¿ornunicación. Se encuentran entre
primer plano. Esto plantea, conjunta- éstas, desde mi punto de vista, el sistema
mente, la cuestión del origen de la per- teórico de Parsons (i 965); pero también,
turbación o de la contestación y de aque- mucha de la producciói teórica de los
¿Qué es el control social? 57
con respecto a los "patólogos sociales" procesos que tenían el objetivo explícito
( Wright Milis, 1943). de gestionar, curar, reprimir la desviación
Por un lado, quien habla de desviación misma. Aquí "control" asumía el signifi-
no puede sino cado de reacción social e institucional a algo
oTtr~Lcontrol. Y,22Lella, la ma- preexistente -cuyo ser, a su vez, sin embar-
yor parte de esta literatura gira en torno al go, no podía sino ser reenviado a un "fra-
ada
«p--r-ZFérn-i-jé las (.7Wde la desvi caso' del control (primario) mismo... Si
- en cambio, indicamos con "desviación"
Neseo qUÍtO O el debate so-
bre la cuestión. Relevo solamente que, aquello que los procesos de control social
también el mismo tiene una dinámica cir- individualizan como tal, no sólo perma-
cular, sobretodo cuando no se trata de ana- nece irresuelto el problema de aquello so-
lizar un "problema" particular, sino que se bre lo que el control se ejercita y con lo
busca fundar una teoría de la "desviación" que interactúa; permanece abierta también
dentro de modelos que asumen orden y la cuestión de la cual he partido, acerca de
3
equilibrio como principios constitutivos qué cosa constituye control socia1.
del sistema. Por otro lado, el término mis- Si, como retendía Janowitz, volvié-
mo "desviación" traduce una concepción ramos a desi nar con este termino los
en la cual el otro-lugar del control, más "mecanismos regu a ores e la organiza-
allá de que se le encuentre una ubicación,
no se plantea como fuente autónoma de la—diriEjad de distin uir procesos de
procesos, discursos y lógicas: la búsqueda soci ización e inculturalización de pro-
de "causas" externas a los procesos mis-- ceso7Cr--c-6-éYCTó-ñirlpresión, p¿ro nos
mos de control social es vana, en la medi- pyaaoalmismo_tiempo de la rique-
da en la cual "desviación" no puede sino za constituida por esta dificultad. Esta ri-
designar, justamente, aquello que escapa sliezaradica en indicar ue se trata de
a o aquello sobre lo que, estos procesos rocesos creativos y com le OS, en mu-
intervienen. Ella no puede ser leída sino chas aspectos simultáneos, ce
-
como campoEilEiliTeTZEJPol,i;or él referencia á fa intersección_y yuxtaposi-
_ di-
ción de diversos ámbitos de vida y_ de
radi ma" asociad a las investigacianes_de_ versas competencias institucionales. Por
los teóricos del labelliy . los 1-- 7Z7Mcaref¿rencia a un cierto or-
o tan
riós-5-50' Baratta, 1982)cpq_elcqp den social y a la experiencia e interpreta-
se indica la revuelta producida en estos es- ción de este orden. El desplegarse del Es-
tudios con el salto es e una concepcion tado Social constituye el terreno de for-
onto ogica" de a esviacion a una con - mación y aplicación de esta concepción
ce clon en términos de construccion so- del control. Esto último, en dos sentidos
cial", su raya just - -e correlativos: por un lado, dado que ella
-— - sirve para individualizar procesos que son
transform ación ifólián si~tir a los
problemas irresueltos inherentes a la indi-
vidualización del control, de sus sujetos y 3. Los problemas teóricos inherentes a la relación
de sus objetos. desviación-control social han sido, en Italia,
Partir de la "desviación" tenía la venta- afrontados entre otros por Torneo (1979 y 1981),
ja ilusoria de designar como "control" los Giasanti (1984 y 1986) y Mosconi (1985).
¿Qué es el control social? 91
leer en esta clave, al menos, tres áreas dirección posee la cuestión criminal y a su
de procesos, la primera de las cuales, se problematización como cuestión institucio-
puede decir que es "tradicional": 1) el nal (para un análisis crítico, ver Pitch, 1986).
funcionamiento de las instituciones que La interacción con otras áreas de produc-
tienen el mandato de definir y gestionar ción de control y los posibles conflictos con
de distintas maneras lo que no está bien ellas, permanecen así al margen de la inda-
y lo que no es normal: el derecho, el sis- gación. El. ri912....qs la producción de lectu-
tema de justicia penal y las agencias vin- ras e ue im suten a las fuentes a__touroce- _
culadas al mismo, la psiquiatría, las ins- ación de control una- coherencia
titucignes psiquiátricas y las agencias y una u_nidireccionalidad probablemente ex-
---—
vinculadas a las mismas; 2) el funciona- cesivas7su encanto y su utilidad sin
miento de las agencias involucradas en go, radican precisamente, en su intentó por
la distribución de servicios y recursos recoger un senti e9gener e •racTtqls-y
(económicos, psicológicos, sanitarios) en polTi-ijs—arversas. Por ende, a ellas convie-
la medida en que tal funcionamiento se ifé-Fe ra situar nuestras hipótesis de
basa sobre y contribuye a la producción investigación y proceder a su verificación.
de nociones de lo "bueno" y lo "normal" Las lecturas prevalentes se enfrentan
(y viceversa); 3) las actividades de gru- con los cambios producidos en los años
pos sociales y de movimientos colecti- '60 y '70. La naturaleza de estos cambios
vos como productores de nociones de es objeto de debate. ¿En qué relación está,
lo que está bien y lo que es normal (y se pregunta oportunamente Stan Cohen
viceversa), especialmente cuando ellos (1983), el social control taik5 con las polí-
enfrentan tales cuestiones en relación al ticas y las prácticas efectivas? Los años '60
modo en que son afrontadas por alguna en USA y en Gran Bretaña, los primeros
institución. Las interacciones entre es-
tas áreas de procesos y, en el interior de
cada una de ellas, entre las diversas ins- 4. ra rti/J22.itjlizado
_cji la categoría de
control social para--denominar 'a-CíliérF57 sOs
tituciones y los diversos actores involu- de. contról dirigi'aos a mar-iWner--
y rTrodu:cirlás
crados, producen aquello que es defini- 6-rid. • - J!1 tay: e
do como control social. po er existentes; también a ui, •or le tanto,
-
E6rWores-óci2 pier e su originaria connotación
diTi No ya control de la sociedad sobre sí misma,
sino control de algunos grupos o intereses sobre
Lecturas Criticas de los Procesos de todos los otros. Desde este punto de vista la cuestión
Control Social Actuales de la "desviación" resulta central. La producción de
desviación mediante el establecimiento de normas
Entre los sociólogos y los criminólogos y a través de procesos complejos de definición,
denojiI/Ts-"Er f estigmatización y castigo de la misma desviación
— se transforma en el núcleo, en esta sociología, de
trol social tiende, con alguna oscilación, a
- la categoría de control social. Para una historia
hacer referencia—p—réaóninintemen tea los del surgimiento de la criminología crítica en Italia,
-
rriecanis os, Tás instituciones ros e roce ver Faccioli, 1984.
so de çió pxenci'ay gestión de 5. N. del T: En inglés y en cursiva en el original,
4
la respuesta a la desviación" ( Cohen, 1915). reproduciendo la expresión de S. Cohen. En
- castellano el texto citado ha sido publicado como
EsT6 Wé a la centralidad que en esta
¿Qué es el control social? 61
opulenta década del '60, la crisis fiscal y la custodia; se habrían, en cambio, suma-
la involución política constituyeron el do a estas últimas, con un efecto de ulte-
terreno para que estas últimas tradujeran rior despolitización y patologización de
la crítica de los aspectos disciplinantes del los conflictos, de ulterior erosión de los
welfare en una denuncia del welfare en espacios privados e individuales y de una
cuanto tal, encontrándose de esta mane- compleja multiplicación de las interven-
ra con los restos de batallas precedentes. ciones autoritarias e institucionales.
Una de las lecturas de los cambios produ- Si éstas son algunas de las desesperanzadas
cidos en los años '60, denuncia los efectos reflexiones de la "izquierda, la derecha de los
de difusión del control y la disciplina ha- años '80 se hace promotora de campañas de
cia áreas, campos y poblaciones que antes ley y orden motivadas de distinta forma en
les eran extraños.'° La territorialización, la los diversos paises. En Italia, como se sabe,
extensión de medidas sofillno habrían sus- los temas principales han sido el terroris-
tituido la centralización, la segregación y mo, la toxicodependencia y ahora la gran
criminalidad organizada. En Gran Bre- lincuentes, etc., no nacen , según estas con-
taña la criminalidad de la calle ( Hall et cepciones, por causas "sociales", por pro-
Al., 1978) y luego los riots' 2 de los ghettos blemas ambientales, culturales o familia-
negros (Lea y Young, 1984). En USA la res. A decir verdad, por qué nacen deja de
cultura neo-liberal propone un ser materia de interés. Aquello que importa
retribucionismo completamente articula- es la disuasión y la defensa social.
do en clave de defensa social: la hipótesis
(
Para interpretar el complejo cuadro
(rehabilitadora, típica de la cultura del definido, antes que por la políticas efec-
welfare, es develada como irrealizable y tivas, por los discursos dominantes sobre
costosa. Se abre camino así, a través de las "estrategias de control social", algu-
un retribucionisrno "de derecha", el mo- nos criminólogos han utilizado la metá-
delo de la incapacitation' 3 ( Hirsch, 1976; fora de la bifurcación. Los sistemas de
Haag, 1975; Wilson, 1975 y 1980; y para control social, leídos a partir del sistema
una discusión de estas posiciones, ver de justicia penal, al que en estos análisis
Greenberg y Humphries, 1981; Platt y se le confiere una centralidad absoluta,
Takagi, 1987; Pavarini, 1985): los "cri- estarían abriéndose en dos direcciones.
minales" no deben ser recuperados, sino Por un lado, el control segregativo,
si mplemente puestos en condición de no custodial, explícitamente represivo, sim-
causar daños. Por otra parte, esto es cohe- bolizado por un universo carcelario pri-
rente con la hipótesis que contempla el vado de cualquier ilusión reeducativa y
desmantelamiento y la fuerte reducción del dirigido a la incapacitation de un reduci-
welfare. Enfermos, incapaces, pobres, de- do "núcleo duro" que es construido como
"irreductible" a procesos de reintegración
10. En este sentido, el texto más citado continúa
social -la diferenciación como modelo
siendo Cohen (1979). A efectos análogos parecen "nuevo" de gestión de las cárceles se in-
no escapar los esquemas y proyectos de sertaría en esta lógica. Por el otro, la di-
deslegalización, o bien, la institucionalización de fusión de un control suave, terapéutico,
modalidades extrajurídicas de resolución de las descentralizado en el territorio, dirigido
controversias, para incrementar la participación a "todos los otros", construidos como el
directa de los ciudadanos e impulsar la
simplificación de procedimientos extensos, área de la posibilidad de recuperación, de
formales y suspuestamente alienantes respecto a la la tutela rehabilitante y resocializante.
percepción de -y a la responsabilización con
respecto a- los propios derechos, sobretodo en
cuanto a los grupos y clases cultural y socialmente La cuestión de la peligrosidad social
desfavorecidos (Abeb 1979, 1982). Para una crítica
de la tésis de la extensión del control disciplinario,
ver Bottoms (1983). Ya en estas lecturas, cuyo punto de
11. N. de T.: en inglés y en cursiva en el original. partida son la cuestiones criminales y el,
Traducción literal: "blando". sistema de justicia penal, es posible des-
12. N. de T.: en inglés y en cursiva en el original. cubrir la crucial importancia actual de la
Traducción literal: "disturbio violento o salvaje "peligrosidad social".
realizado por una multitud de personas". Esta categoría reaparece, de hecho,
13. N. de T.: en inglés y en cursiva en el original. como legitimación de la incapacitation,
Traducción literal; "Incapacitación". corno criterio de diferenciación tanto den-
64 Thamar Pitch
tro del universo de la segregación, como típicas del welfare, conservan todavía al-
entre éste y las políticas de control social guna plausibilidad.
suave. La peligrosidad social se reformu- Pero esta lectura no recoge la interde-
la como el revés de la rehabilitación, ne- pendencia entre "rehabilitación" y "peli-
gando sus presupuestos. Criatura ilegíti- grosidad social". Conservar para lo penal
ma de la crisis de la cultura del welfare, una colocación teórica central implica el
esta peligrosidad social ha perdido sus ori- riesgo de asumir su autolegitimación como
ginarias connotaciones biológico-positi- descripción de los procesos efectivos. La
vistas y ha adquirido connotaciones que metáfora de la bifurcación imputa a lo
facilitan su extensión y uso indiscrimi- penal la producción de procesos que, en
nado. Se presenta como categoría resi- realidad, tienen su matriz en otro lado.
dual: todo aquello que no es rehabilitable, Acentuando la separación entre sistema
es por ello mismo peligroso. La metáfora penal y otros sistemas productores de con-
de la bifurcación, precisamente porque trol, esta metáfora no recoge el carácter
parte del sistema penal, toma de la peli- residual de la categoría de peligrosidad so-
grosidad social actual solamente los aspec- cial, asignándole un lugar de origen den-
tos que la legitiman inmediatamente y, por tro del mismo sistema penal. Ahora bien,
ende, su empleo para describir y gestionar si es de la crisis del welfare de la que esta
la subjetividad irreductiblemente antago- categoría es testimonio, es entonces den-
nista: el terrorista, el mafioso, o bien, las tro del circuito de las agencias de welfare
figuras sociales por definición "no que se dibuja su matriz. El desplazamien-
rehabilitables", en cuanto consciente y vo- to del punto de vista, implica la adopción
luntariamente en conflicto con las reglas de un modelo de lectura distinto: visto
del "pacto social". De aquí, esta lectura desde las agencias de welfare (es decir, del
procede a la interpretación de la exten- lado del sistema socio-psico-asistencial) el
sión de la categoría de peligrosidad social universo de las instituciones productoras de
a los "violentos" y a los ofensores "verda- control parece corresponder, más bien, a la
deramente serios" (Bottorns, 1977) como metáfora del circuito (transinstitutionalism)i 5
modalidad para reducir los costos -eco- que a aquella de la bifurcación. La metáfo-
nómicos y simbólicos- del modelo ra del circuito subraya no sólo la interde-
custodial. Este último, por lo tanto, se pendencia, sino también, el continuo in-
relegitimaría como last resorte frente a un tercambio entre el sistema penal y el siste-
área de conflictos reducida, representada ma socio-psico-asistencial, cuyas formas de
por "grupos de locos y malvados" disponerse hacen que, también lo penal,
(Bottoms, 1977, p. 87), al mismo tiempo no resulte sino un plano del funcionamien-
que se daría espacio a medidas de to complejo de las agencias de control. Se
descarcelación, despenalización y control presume aquí que lo penal funciona como
en libertad, pasa todos aquellos con res- punto de llegada y clasificación, como sos-
pecto a los cuales las teorías situacionales, tén indispensable del circuito completo y,
14. N. de T.: en inglés yen cursiva en el original. 15. N. de T.: en inglés yen cursiva en el original.
Traducción literal: "último recurso ". Traducción literal: “transinstitucionalismo
,:Qué es el control social? 65
preconstituido pero con las cuales deben lo de la tutela, "peligrosidad social" reen-
luego interactuar. Cuanto más rígida sea vía al sistema penal y evoca el modelo de
la preconstitución de la necesidad, tanto la custodia. Cuando el acento se coloca
más problemática y contradictoria será la sobre el abandono, la peligrosidad social
efectiva interacción con ella. es reelaborada en términos terapéuticos
Por ende, son muchos los elementos y conduce a reclamos y a experimentos
que intervienen para definir, en la prácti- de control social reforzado, de tipo
ca, la función normalizadora del sistema. custodial, sobre el territorio -donde éstos
psiquiátrico-asistencial. A partir de la pro- se legitiman apelando al derecho de ser
yección, formación e implementación de "tutelado" y al deber del Estado de "tute-
políticas que le conciernen y de la inte- lar" (un ejemplo son las comunidades te-
racción entre los servicios que lo compo- rapéuticas para toxicodependientes).
nen ( Micheli, 1986), entre el sistema mis- Cuando el acento se coloca sobre la peli-
mo y el sistema penal, entre los servicios grosidad social, el abandono adquiere la
y los usuarios, tal práctica es el resultad() calidad de característica indisolublemente
de conflictos, negociaciones y contrata- asociada a ambientes, estilos de vida, acti-
ciones. La "peligrosidad social" es uno de tudes, (sub) culturas (Pizzorno, 1986): y
sus posibles productos. Por otro lado y conduce a reclamos y respuestas en tér-
recíprocamente, su otra faceta es un nue- minos de "seguridad", de las cuales es
vo tipo de "subjetividad". Se configura actor el sistema penal. Las diversas mo-
como "peligroso", de hecho, aquello que dalidades de respuesta no individualizan
la red de servicios expulsa o aquello que poblaciones diversas: lo que en un cier-
a ella escapa y resiste. En suma, todo lo to momento y en un cierto punto del
que no es gobernable con -no se puede circuito, emerge como "abandono" ten-
reducir a- las reglas operativas de las agen- derá a reaparecer en otro momento y en
cias. Mucho de todo esto aparece como otro punto como "peligro" e
"abandono". Pero la categoría de "aban- Leonardi s, 1988).
dono" tiene, en realidad, dos caras: por Pero existe otra forma de mirar la dia-
un lado, indica el fracaso del sistema -y léctica abandono-peligro: estos dos tér-
se presta, por lo tanto, a ser utilizada en minos se pueden leer como maniobras en
sentido crítico con respecto al mismo- el conflicto o en los conflictos que opo-
pero, por el otro, indica una zona de re- nen los servicios al sistema penal y el cir-
sistencia -y resistencia informe- a la in- cuito completo a los usuarios. En el pri-
tervención institucional. En cuanto el mer caso, la ausencia de soluciones
abandono es no sólo resultado de la "in- custodiales propias puede ser utilizada por
capacidad" del sistema, sino también, los servicios como justificación del aban-
efecto de la no-gobernabilidad de los pro- dono de lo que por ellos es definido como
blemas, tiende a representarse bajo la for- "disturbio social" y, por ende, implícita-
ma del "disturbio social". De esta mane- mente (o explícitamente) reenviado a lo
ra, el abandono es conceptualizado como penal. En el segundo caso, el juego es más
"peligrosidad social". Si "abandono" re- complejo. El límite entre abandono y pe-
envía a las responsabilidades del sistema ligrosidad social es sutil y, al mismo tiem-
psiquiátrico-asistencial y evoca el mode- po, móvil: las estrategias de los usuarios
¿Qué es el control social? 67
pio, todo es tratable, de hecho, aquello finido así. Por otra parte, el presupuesto
que es expulsado no puede más ser com- de la ingobernabilidad es, precisamente,
prendido como "naturalmente" refracta- la imprevisibilidad: pero es imprevisible,
rio al tratamiento, sino como resultado justamente, aquello que no está determi-
de ineficiencias, incumplimientos, per- nado, aquello que conserva márgenes de
versidades, mala voluntad de las institu- autonomía y de elección. Las figuras del
ciones responsables. En el segundo caso, peligro, entonces, no son más aquellas
la intratabilidad es construida como re- clásicas del positivismo, reunidas por la
sistencia, de alguna manera "voluntaria': característica de estar determinadas: el
es el arma a través de la cual las agencias loco, el criminal por tendencia, el crimi-
de welfare se defienden y legitiman los nal "habitual, etc. Son, en cambio, para
confines de sus propias competencias. Se el sistema penal: el terrorista, el mafioso,
configura, por lo tanto, como el criminal "violento". Con estas figuras
indisponibilidad al tratamiento. Esta es la se legitiman la ideología de la seguridad
característica que connota actualmente la y de la incapacitation. Pero éstas tienen
peligrosidad. Por ello, el conflicto entre su correlato en figuras explícitamente
las agencias y entre éstas y los usuarios se menos amenazadoras, menos consciente-
juega siempre dentro de la cultura del mente "enemigas", en el plano del welfare,
welfare: las agencias no pueden, conjun- en toda aquella área definida, por un lado,
ta y unánimemente, declarar una condi- por el fracaso de las agencias y por el otro,
ción como "naturalmente" intratable. por las demandas insatisfechas y por las
Otras agencias y/o los usuarios definirán nuevas pretensiones de los usuarios. El
la intratabilidad de esta misma condición contexto del conflicto define en cada caso
como fracaso de la agencia que la ha de- el área de la peligrosidad, la que no está
tanto asociada a una condición cuanto a
las cambiantes vicisitudes del conflicto
la dimensión conflictual presente hasta el momento mismo. Pero, en este sentido, al área de
de la promulgación de políticas sociales, pero la peligrosidad se le atribuye precisamen-
interpreta los efectos de estas últimas como exito
sustancial del "poder". Un aspecto descuidado por
te aquel grado de subjetividad autónoma
estos análisis -que operan con modelos de conflicto que la hace imprevisible, ingobernable, y
"clásicos"- es la transformación inducida por la por lo tanto, en cierto modo, "antago-
difusión de una cultura del welfare: en particular, nista".
una difundida desnaturalización de lo social (este Sobre la cuestión, más específica, de
fenómeno es recogido adecuadamente por los la imputabilidad -que en este texto es
estudios sobre la crisis de la democracia
representativa como efecto del exceso de demandas). afrontada a propósito del problema de la
(En otro plano, ver también Douglas-Wildavski, capacidad de comprender y querer del
1983). Signo de esta desnaturalización es, entre otras enfermo mental imputado de haber co-
cosas, el fuerte incremento del uso simbólico del metido un delito- el tema de la relación
sistema penal en detrimento de áreas como la entre reconocimiento-construcción de la
administrativa o la económica, en función de la
legitimación de áreas nuevas de intereses. Siempre subjetividad entendida como autocontrol,
a propósito del uso simbólico de lo penal, esta vez, "responsabilización" y peligrosidad en su
en función de la legitimación de una identidad efecto de criminalización, una vez más se
política, ver Pitch, i983). declina en un escenario policonflictual.
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