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Si nos remontamos años atrás, antes de que se instaure la reforma procesal penal
en el país, es decir, previamente a que entre en vigencia el Nuevo Código Procesal
Penal, podíamos observar despachos fiscales y judiciales abarrotados de
expedientes y carpetas sin decisión firme y peor aún, sin avance alguno en estas
causas. Dicho problema generaba un descontento generalizado en la población,
que no veía satisfecho su derecho a una tutela procesal penal efectiva y mucho
menos a un plazo razonable.
Nuestros Fiscales solamente hacían lo que la ley les permitía o en todo caso lo
que la ley no les ordenaba; no tenían un plazo definido para llevar a cabo sus
investigaciones preliminares antes de formalizar una denuncia penal ante el Poder
Judicial y por este motivo se daba una excesiva e injusta prolongación afectando
derechos constitucionales de las personas como el Derecho a la Presunción de
Inocencia, el Derecho a un Plazo Razonable y finalmente al Derecho de la
Interdicción a la Arbitrariedad, reconocido por el Tribunal Constitucional de nuestro
país en sede prejurisdiccional o fiscal.
Ante este, y muchos otros inconvenientes del antiguo modelo procesal surge el
Nuevo Código Procesal Penal del año 2004, que descansa sobre la base del
modelo Acusatorio – Contradictorio. Con la entrada en vigencia de esta nueva
legislación procesal se definieron detalladamente todas las etapas que debía
atravesar un Proceso Penal y estas se caracterizaban por tener límites temporales;
una de estas etapas correspondía a la Investigación Penal en sede policial o fiscal.
Pero, ¿Qué sucede si el Fiscal no cumple con los plazos determinados por el
artículo 342º NCPP y prolonga más allá de los días determinados la
investigación?; surge la herramienta del Control de Plazo como alternativa a
quienes se vean perjudicados por una extensión injustificada de la investigación,
resulta claro que dicho mecanismo sirve para evitar una desigualdad entre el
perseguido y el perseguidor (Fiscalía), toda vez que el investigado no tiene por qué
asumir los costos de la falta de diligencia del Ministerio Público, entender lo
contrario sería incentivar una afectación directa al Derecho de Defensa y al
Debido Proceso por medio de la desigualdad de armas y facultades.
Entonces, en caso los plazos se vean superados, las partes pueden acudir al Juez
de Investigación Preparatoria, conocido también como Juez de Garantías y
solicitar la conclusión de la Investigación Preparatoria; es en este punto que se
fijará fecha para una audiencia donde se debatirá la pertinencia del Control de
Plazo en presencia del Fiscal y las demás partes. Después de escuchar a los
sujetos procesales se emitirá la resolución correspondiente. Si la resolución ordena
la conclusión, el Fiscal tendrá 10 días para formular requerimiento acusatorio o
solicitar el sobreseimiento de la causa según corresponda.