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El himno municipal de Caroní del estado Bolívar se conoce a luz pública en el mes de febrero del año 1.

967, a raíz que


el Concejo Municipal del entonces Distrito Caroní, promovió un concurso nacional de música para el himno que
representaría al municipio, el cual, tendría que expresar las condiciones históricas, geográficas y humanas de la
ciudad; cuya premiación fue otorgada a la letra y música compuesta por el profesor de enseñanza musical, Armando
Yánez Caicedo.

En ese mismo sentido, fue declarado oficialmente, por motivo de su lirica y acción que trata de justicia y respeto,
consecuencialmente es el símbolo y canto local, es por ello que se hace uso de las atribuciones legales que le confiere
el artículo 50 de la Ley Orgánica municipal en concordancia en el artículo 7, numeral 40 de su reglamento interno.

De esta manera, el Himno del Municipio Caroní del estado Bolívar, sólo se hace uso de entonación en los casos de
rendir homenajes a héroes o figuras, fechas históricas, actos protocolares en ocasión de la vista del Presidente de La
República, del Gobernador del estado y otros dignatarios o Autoridades de la República o del Extranjero, de igual
forma, en los actos públicos oficiales, de solemnidad quien presida el Órgano Ejecutivo del Municipio, o quien se
encuentre encargado del Poder Municipal.

Coro
¡Caroní! de las grandes hazañas
municipio autónomo real,
donde Piar las cadenas extrañas
destrozó con denuedo genial,
¡Caroní! Gran arcón de riqueza
y vergel del país nacional,
aclamamos tu rara grandeza
con amor sacrosanto, filial.

I
Tu perfil de paisajes y barrios
Con el río que nombre te dio,
te presentan con signos palmarios
como ser que San Felix gestó.
¡Oh! Edén. Tus preciosas cascadas
polemizan la magia del mar,
con sus risas coquetas de hadas
y matiz de Natura sin par.

II
¡Caroní! Tierra bella, pujante
paraíso del hombre cabal,
sedación del activo viandante
y del mundo solaz ideal.
Tu ciudad, la grandiosa Guayana
y tu pueblo, gentil y veraz,
son confianza del hoy y mañana
garantía de vida feraz.
Rafael Bolívar Coronado
Información personal

Nacimiento 6 de junio de 1884


Villa de Cura, Venezuela

Fallecimiento 31 de enero de 1924 (39 años)


Barcelona, España

Causa de la muerte Gripe

Nacionalidad Venezolana

Información profesional

Ocupación Periodista, poeta y compositor

Rafael Bolívar Coronado, (Villa de Cura, Venezuela, 6 de junio de 1884 - Barcelona, España, 31 de enero de 1924)
fue periodista y escritor venezolano.

Biografía
Fue hijo del escritor costumbrista venezolano Rafael Bolívar Álvarez (1860-1900).1 Estudió la educación primaria en
Caracas, pero la terminó en su tierra natal. Se inició en el periodismo en 1912, al colaborar con las publicaciones El
Cojo Ilustrado, El Nuevo Diario y El Universal, entre otros periódicos.
Junto con el músico y compositor Pedro Elías Gutiérrez, compuso la zarzuela "Alma Llanera", estrenada en Caracas
el 19 de septiembre de 1914. En uno de los actos de la pieza figura un joropo del mismo nombre, que pronto tuvo
éxito en la capital convirtiéndose en una pieza de amplia difusión nacional e internacional. El Alma Llanera es hoy
considerada como el segundo himno de Venezuela. Sin embargo, el escritor consideraría años después haría un juicio
negativo de su obra, afirmando que "De todos mis adefesios es la letra del Alma Llanera del que más me arrepiento".
Bolívar Coronado jamás percibió, en los años posteriores, dinero alguno por la letra de la composición, ya que Pedro
Elías Gutiérrez se atribuyó la autoría, aunque varios años después sus familiares cobrarían tales derechos. 2
Posteriormente, gana los Juegos Florales de Venezuela con su cuento "El nido de azulejos".
A raíz del éxito de "Alma Llanera, el entonces mandatario Juan Vicente Gómez lo premió con una beca a España,
donde se convirtió en activo antigomecista. Sin dinero ni trabajo, Bolívar convenció al poeta Francisco Villaespesa
para trabajar como corrector en la revista Cervantes, dirigida por este último. Fue despedido poco después tanto por
los errores ortográficos en su trabajo, como por pasar algunos escritos propios como si fuesen de insignes escritores
latinoamericanos.
En 1916, luego del éxito de su zarzuela, se trasladó a Madrid. Allí escribió artículos literarios y anti gomecistas para
distintos periódicos, y trabajó de copiador de manuscritos en la Biblioteca Nacional de Madrid para la "Editorial
América", propiedad del escritor venezolano Rufino Blanco Fombona. También trabajó como secretario del escritor
español Francisco Villaespesa, lo que le permitió colaborar en publicaciones periódicas españolas.
Sin embargo, Bolívar Coronado nunca asistió a la biblioteca, limitándose a inventar cinco crónicas firmadas como
Fray Nemesio de la Concepción Zapata, Maestre Juan de Ocampo, F. Salcedo Ordoñez, Diego Albéniz de la Cerrada y
Mateo Montalvo de Jarama. Estas falsificaciones fueron descubiertas por el escritor e historiador venezolano Vicente
Lecuna debido a la presencia de estructuras de redacción y vocablos, inexistentes en la época en que presuntamente se
escribieron.
Gracias a su supuesta habilidad para copiar estilos, hizo pasar por legítimos desde poemas hasta crónicas imaginarias
de la conquista de América. Muchas de estas obras fueron publicadas por "Editorial América", que desconocía la falta
de autenticidad de los mismos.
Lecuna avisó a Blanco Fombona, quien, tras cotejar los libros contra los de la biblioteca en Madrid, confirmó que no
eran iguales. En la editorial también consiguió obras falsas como El llanero (Estudio de sociología venezolana) de
Daniel Mendoza, Letras españolas, primera mitad del siglo XIX de Rafael María Baralt y Obras científicas de Agustín
Codazzi, entre muchas otras, incluyendo trabajos supuestos del mismo Blanco Fombona, Andrés Eloy Blanco, Andrés
Bello, Juan Antonio Pérez Bonalde, Juan Vicente Gómez, Pío Gil, José Antonio Calcaño y Arturo Uslar Pietri, entre
otros. En total, Coronado utilizó alrededor de 600 nombres, entre falsos y verdaderos, para firmar sus escritos, que
incluyeron además antologías de poetas que nunca existieron.
Las falsificaciones de Bolívar fueron reveladas en Venezuela en un aviso anónimo publicado en la edición venezolana
de la revista "Billiken" en su edición del 6 de diciembre de 1919.1 El aviso denunció la edición de un libro con un
prólogo de Luis Felipe Blanco Meaño (hermano de Andrés Eloy Blanco) que este nunca escribió. En sus escritos más
personales, Bolívar Coronado justificó sus acciones como asunto de necesidad.
Descubierto su engaño, Bolívar Coronado se ganó la enemistad de Rufino Blanco Fombona, quien lo persiguió por
toda Europa, sin éxito. En su fuga, obtuvo empleo como corresponsal de guerra en África. Nunca realizó el viaje, pero
escribió crónicas con las informaciones que lograba recoger en el puerto. Con su reputación afectada por sus engaños,
Bolívar nunca volvió a Venezuela y vivió el resto de sus días marginado y en la pobreza.
Finalmente, sin mayores recursos económicos, murió en Barcelona, España, como consecuencia de una epidemia de
gripe, el 31 de enero de 1924.

Alma llanera
Alma llanera es una canción compuesta por Rafael Bolívar Coronado.1 Obedece a un tipo de canción popular
en Venezuela, el joropo. La música de Alma Llanera es una adaptación que el Maestro Pedro Elías Gutiérrez
realizó del vals “Marisela” de Sebastián Díaz Peña (primera parte de Alma Llanera), y el vals "Mita" del
compositor Jan Gerard Palm (1831-1906) de Curazao (segunda parte de Alma Llanera). Alma llanera está
considerada como un himno nacional oficioso de Venezuela. Es una tradición en Venezuela poner fin a
cualquier reunión social o fiesta con la entonación de Alma Llanera. La canción nació dentro de un espectáculo
homónimo de zarzuela, estrenada el 19 de septiembre de 1914 en el Teatro Caracas, bajo el nombre “Alma
Llanera: zarzuela en un acto” por la compañía española de Matilde Rueda.2
La letra original de la canción es la siguiente:
Yo nací en esta ribera
del Arauca vibrador,
soy hermano de los pumas,
de las garzas, de las rosas,
soy hermano de los pumas, de las garzas, de las rosas
y del sol, y del sol.
Me arrulló la viva Diana
de la brisa en el palmar,
y por eso tengo el alma
como el alma primorosa,
y por eso tengo el alma
como el alma primorosa
del cristal, del cristal.
Amo, lloro, canto, sueño
con claveles de pasión, con claveles de pasión.
Amo, lloro, canto, sueño
para ornar las rubias crines
del potro de mi amador.
Yo nací en esta ribera del Arauca vibrador,
soy hermano de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol.

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