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¿Cómo se formó el Universo?

Edwin Hubble descubrió que el Universo se expande. La teoría de la relatividad


general de Albert Einstein ya lo había previsto.
¿Qué había antes del Universo? La pregunta es del todo incorrecta si admitimos
que el tiempo también empezó a contar con el Universo. Si no existía el tiempo,
tampoco había un "antes".

Los científicos intentan explicar el origen del Universo con diversas teorías,
apoyadas en observaciones y unos cálculos matemáticos que resulten
coherentes. Las más aceptadas son la del Big Bang y la teoría Inflacionaria, que
se complementan entre si.

Rebobinar
Se ha comprobado que las galaxias se alejan, todavía hoy, las unas de las otras.
Si pasamos la película al revés, ¿dónde llegaremos?

Llegaremos a un punto o momento en que todo el Universo observable estaba


comprimido en un punto infinitamente pequeño, denso y caliente. Este estado
casi incomprensible existió sólo un instante del primer segundo del tiempo.

Teoría del Big Bang


La teoría del Big Bang o gran explosión, supone que, hace entre 13.700 y
13.900 millones de años, toda la materia del Universo estaba concentrada en
una zona extraordinariamente pequeña del espacio, un único punto, y explotó.
La materia salió impulsada con gran energía en todas direcciones.
Los choques que inevitablemente se produjeron y un cierto desorden hicieron
que la materia se agrupara y se concentrase más en algunos lugares del
espacio, y se formaron las primeras estrellas y las primeras galaxias. Desde
entonces, el Universo continúa en constante movimiento y evolución.

Esta teoría sobre el origen del Universo se basa en observaciones rigurosas y


es matemáticamente correcta desde un instante después de la explosión, pero
no tiene una explicación admisible para el momento cero del origen del Universo,
llamado "singularidad".

Teoría inflacionaria
La teoría inflacionaria de Alan Guth intenta explicar el origen y los primeros
instantes del Universo. Se basa en estudios sobre campos gravitatorios
fortísimos, como los que hay cerca de un agujero negro.

La teoría inflacionaria supone que una fuerza única se dividió en las cuatro que
ahora conocemos, produciendo el origen al Universo.

El empuje inicial duró un tiempo prácticamente inapreciable, pero la explosión


fue tan violenta que, a pesar de que la atracción de la gravedad frena las
galaxias, el Universo todavía crece, se expande.
Momento Suceso
Big Bang Densidad infinita, volumen cero.
10 e-43 segs. Fuerzas no diferenciadas
10 e-34 segs. Sopa de partículas elementales
10 e-10 segs. Se forman protones y neutrones
1 seg. 10.000.000.000 º. Universo tamaño Sol
3 minutos 1.000.000.000 º. Nucleos de átomos
30 minutos 300.000.000 º. Plasma
300.000 años Átomos. Universo transparente
1.000.000 años Gérmenes de galaxias
100 millones de años Primeras galaxias
1.000 millones de años Estrellas. El resto, se enfría
5.000 millones de años Formación de la Vía Láctea
10.000 millones de años Sistema Solar y Tierra

No se puede imaginar el Big Bang como la explosión de un punto de materia en


el vacío, porque en este punto se concentraban toda la materia, la energía, el
espacio y el tiempo. No había ni "fuera" ni "antes". El espacio y el tiempo también
se expanden con el Universo.

La NASA anuncia un descubrimiento histórico: 7 planetas similares a la


Tierra y potencialmente habitables
La NASA anunció a comienzos de esta semana que iba a convocar una rueda
de prensa extraordinaria para presentar un nuevo hallazgo "sobre planetas que
orbitan una estrella diferente a nuestro Sol, conocidos como exoplanetas". El
hallazgo, publicado en Nature, estuvo embargado hasta las siete de la tarde de
ayer en España. La primicia de la NASA ha dado la vuelta al mundo: un equipo
de astrónomos ha detectado un sistema solar formado por siete planetas
de tamaño similar al de la Tierra, que orbitan una sola estrella, y tres de ellos
están firmemente ubicados en la zona de habitabilidad, una región alrededor
de la estrella en la que un planeta rocoso podría tener agua en estado líquido y,
por tanto, podría albergar vida. "Cualquiera de estos siete planetas podría tener
agua líquida, que es la clave de la vida en nuestro mundo, bajo las condiciones
atmosféricas adecuadas, pero son mayores las probabilidades en los tres que
están en la zona habitable", declara la NASA en un comunicado.
Este sorprendente sistema solar está gobernado por TRAPPIST-1, una estrella
enana ultra fría, que recibe este nombre porque sólo tiene el 8% de la masa
del Sol y, en comparación, es algo más grande que el planeta Júpiter. Sin
embargo, no hay que imaginársela como una estrella pálida y fría: es más roja
que el Sol y, aunque obviamente no brilla con la misma fuerza, los planetas más
interiores o más cercanos a ella (b, c y d) probablemente sean demasiado
calientes para albergar agua líquida. Los siguientes tres planetas (e, f y g) orbitan
en la zona habitable de la estrella y "podrían albergar océanos de agua en
sus superficies", según un comunicado del Observatorio Europeo Austral
(ESO). En cambio, el planeta exterior (h) "no se ha confirmado, aunque es
probable que sea demasiado distante y frío para albergar agua líquida". La NASA
ha descrito a este último planeta como "un mundo helado, una especie de bola
de nieve". Las órbitas de los planetas son tan cercanas que un observador sobre
la superficie de uno de estos mundos podría contemplar el firmamento y ver las
características geológicas o las nubes de los mundos vecinos, más grandes que
cuando vemos la Luna desde la Tierra. Otra curiosidad: los planetas podrían
estar acoplados por la fuerza de marea, por lo que siempre muestran la misma
cara a la estrella anfitriona y eso significa que en un lado del planeta hay un
día perpetuo y en el otro una noche perpetua.
Dos cuestiones importantes: dónde se encuentra el sistema exoplanetario
TRAPPIST-1 y qué posibilidades tenemos de explorarlo. En mayo de 2016 se
anunció el descubrimiento de tres planetas de este sistema, desde el
Observatorio de La Silla en Chile, y posteriormente se confirmó la existencia de
dos de ellos y se descubrieron cinco planetas adicionales con la ayuda del
telescopio espacial Spitzer de la NASA, que mantiene una órbita heliocéntrica
similar a la de la Tierra, con el Very Large Telescope de la ESO y con otros
telescopios del mundo. El sistema planetario se encuentra en la constelación
Acuario y a casi cuarenta años luz de la Tierra, "relativamente cerca de
nosotros", según la NASA y la ESO. Por ejemplo, la luz tardaría unos tres
minutos en viajar desde la Tierra a Marte, o viceversa, durante el acercamiento
máximo entre ambos planetas. Y unos veinte minutos durante el alejamiento
máximo entre ambos planetas. Un solo año luz equivale a casi diez billones de
kilómetros (9.460.000.000.000) y, por tanto, TRAPPIST-1 se encuentra a una
distancia insalvable con la tecnología actual. Sin embargo, el telescopio
espacial James Webb, cuyo lanzamiento está previsto para octubre de 2018,
tendrá una mayor sensibilidad y "será capaz de detectar las huellas químicas
que dejan el agua, el metano, el oxígeno, el ozono y otros componentes de la
atmósfera de un planeta, además de analizar las temperaturas y presiones
superficiales de los planetas, que son factores clave para evaluar su
habitabilidad", asevera la NASA.

Formación de la Tierra

La Tierra que conocemos tiene un aspecto muy distinto del que tenía poco
después de su nacimiento, hace unos 4.470 millones de años. Entonces era un
amasijo de rocas conglomeradas cuyo interior se calentó y fundió todo el planeta.

Con el tiempo la corteza se secó y se volvió sólida. En las partes más bajas se
acumuló el agua mientras que, por encima de la corteza terrestre, se formaba
una capa de gases, la atmósfera.

Agua, tierra y aire empezaron a interactuar de forma bastante violenta ya que,


mientras tanto, la lava manaba en abundancia por múltiples grietas de la corteza,
que se enriquecía y transformaba gracias a toda esta actividad.
Formación del Sol y los planetas
Según los científicos, hace unos 13.800 millones de años se produjo una gran
explosión, el Big Bang. La fuerza desencadenada impulsó la materia,
extraordinariamente densa, en todas direcciones, a una velocidad próxima a la
de la luz. Con el tiempo, y a medida que se alejaban del centro y reducían su
velocidad, masas de esta materia se quedaron más próximas para formar, más
tarde, las galaxias.

No sabemos qué ocurrió en el lugar que ahora ocupamos durante los primeros
10.000 millones de años, si hubo otros soles, otros planetas, espacio vacio o,
simplemente, nada. Hacia la mitad de este periodo, o quizás antes, debió
formarse una galaxia.

Cerca del límite de esta galaxia, que hoy llamamos Vía Láctea, una porción de
materia se condensó en una nube más densa hace unos 5.000 millones de años.
Esto ocurría en muchas partes, pero esta nos interesa especialmente. Las
fuerzas gravitatorias hicieron que la mayor parte de esta masa formase una
esfera central y, a su alrededor, quedasen girando masas mucho más pequeñas.

La masa central se convirtió eu una esfera incandescente, una estrella, nuestro


Sol. Las masas pequeñas también se condensaron mientras describían órbitas
alrededor del Sol, formando los planetas y algunos de sus satélites. Entre ellos,
uno quedó a la distancia justa y con el tamaño adecuado para tener agua en
estado líquido y retener una importante envoltura gaseosa. Naturalmente, este
planeta es la Tierra.

Sólido, líquido y gaseoso


Después de un periodo inicial en que la Tierra era una masa incandescente, las
capas exteriores empezaron a solidificarse, pero el calor procedente del interior
las fundía de nuevo. Finalmente, la temperatura bajó lo suficiente como para
permitir la formación de una corteza terrestre estable.

Al principio no tenía atmósfera, y recibia muchos impactos de meteoritos. La


actividad volcánica era intensa, lo que motivaba que grandes masas de lava
candente saliesen al exterior y aumentasen, gradualmente, el espesor de la
corteza al enfriarse y solidificarse.

Esta actividad de los volcanes generó una gran cantidad de gases que acabaron
formando una capa sobre la corteza. Su composición era muy distinta de la
actual, pero fue la primera capa protectora y permitió la aparición del agua
líquida. Algunos autores la llaman "Atmósfera I".

En las erupciones, a partir del oxígeno y del hidrógeno se generaba vapor de


agua, que al ascender por la atmósfera se condensaba, dando origen a las
primeras lluvias. Al cabo del tiempo, con la corteza más fría, el agua de las
precipitaciones se pudo mantener líquida en las zonas más profundas de la
corteza, formando mares y océanos, es decir, la hidrosfera.

Hace unos 4.600 millones de años, se produjo una concentración de materia de


polvo y gases en forma de nube (nebulosa) en una parte de la Vía Láctea
(nuestra galaxia). Hay comienza la formación de nuestro Sistema Solar.

La nube se contrajo (se juntaron las partículas), posiblemente debido a la onda


expansiva de la explosión de una estrella cercana, llamada supernova.

A partir de entonces, una parte de esos gases se concentraron en el centro de


la nebulos y se transformaron en una esfera incandescente, La presión en el
núcleo de esa esfera era tan grande que los átomos de hidrógeno comenzaron
a combinarse (juntarse) y formar helio, liberando una enorme cantidad de
energía. De esta forma nació nuestro estrella llamada el Sol. A partir de aquí
comienza el origen de la tierra.

La Tierra se originó al mismo tiempo que el Sol, hace unos 4.500 millones
de años. Cuando nuestra estrella, el Sol, se condensó a partir de una nube de
gases interestelares (gases del espacio).

El material dejado por el sol (restos de la formación del sol) chocan unas contra
otras y se fueron agrupando en trozos de rocas cada vez más grandes que
giraban alrededor del sol debido a la atracción gravitatoria del sol. Estas
agrupaciones se convirtieron en los inicios de los planetas rocosos, incluido la
Tierra.

La teoría actual nos dicta que en este disco que se formó alrededor del sol, las
fuerzas gravitatorias (de atracción), actuaron para unir la materia en lo que los
astrónomos llaman corpúsculos espaciales, es decir, pedazos de roca y líquidos
helados que se alineaban en tamaño desde unos pocos metros a unos cuantos
kilómetros de diámetro.
Estos corpúsculos espaciales empezaron a unirse para formar los planetas,
incluida la Tierra. La tierra se formó por acumulación de estos cuerpos, restos
del Sol.
Mientras se formaba, la Tierra se fue calentando. Cada vez que un cuerpo del
espacio se unía a la recién formada Tierra, la energía cinética que el cuerpo traía
debido a su velocidad se convertía en calor al chocar contra la tierra, y el efecto
resultante de esos impactos era elevar la temperatura de la Tierra y fundir la
masa de la tierra.

Inicialmente era una gran masa fundida por las altas temperaturas, formada
por restos de la formación del Sol. No teníamos atmósfera y los meteoros
(cuerpos del espacio) procedentes del espacio chocaban sobre la tierra
aumentando así su temperatura.

Debido a la elevada temperatura empezaron a formarse gases por la


ebullición de muchos materiales, incluidos metales, y la gravedad de la
tierra (fuerza de atracción) los atrapó, quedando girando a su alrededor.

En este momento, esos gases atrapados formaron la primera


atmósfera llamada proto atmósfera. Lógicamente el contenido de esta
atmósfera hacía imposible la vida en la tierra, pero los meteoros ya no
impactaban todos contra la tierra debido a que se desintegraban al chocar con
esta proto atmósfera, y eso hizo que fuera disminuyendo su temperatura.

Gases que antes estaban en estado gaseoso se empezaron a convertir en


sólidos por el enfriamiento de la tierra cayendo a la tierra y se empezó a formar
la superficie terrestre. Según se iba enfriando la atmósfera, el contenido de los
gases de la atmosfera iba cambiando. Unos gases quedaban en la atmosfera y
otros en la superficie de la tierra.
Tras millones de años consiguió la consolidación de una incipiente corteza, la
cual debió caracterizarse por su enorme actividad volcánica.
Los volcanes jugaron un papel muy importante, ya que con sus erupciones
hacían que las masas de lava aumentaran el espesor de la corteza, al tiempo
que generaban muchísimos gases.

La colisión de un pequeño planeta pudo provocar la formación de la Luna.


Teorías sobre el origen de la Tierra

1. Las leyes de Kepler


2. Teoría de Kant
3. Teoría Laplace
4. Teoría de la acreción

La síntesis abiótica de los compuestos orgánicos que sirvieron como materia prima
para estructurar a las primeras formas de vida, se encuentra estrechamente
relacionada con la formación de la Tierra y de su atmósfera. Por esta razón, resulta
conviene originarse nuestro, planeta.
LAS LEYES DE KEPLER
La primera ley de Kepler que el sol ocupa una posición “privilegiada” y son los
planetas, entre ellos la Tierra, los que giran en torno a él. Con esta ley, Kepler
demostró la falsedad de la teoría egocéntrica que
persistió durante muchos años.
El avance más significativo en la compresión de la gran
maquinaria celeste está dado en las dos últimas leyes, que
se relaciona más entre sí y que, sin embargo, tienen el
valor más teórico que mundano.
Ambas fortalecen la propuesta de Kepler de un sistema
solar con los planetas de órbitas elípticas. La segunda ley
de Kepler proporciona sentido simétrico al movimiento de
los planetas, mientras la tercera ley ofrece una forma
precisa para calcular posiciones planetarias al partir de
periodos y viceversa.
La relevancia de las tres leyes de Kepler es innegable, pues el posicionamiento de
satélites artificiales, el cálculo de trayectoria de los cometas la trayectoria de sondas
espaciales así como simples predicciones de eclipse son tan solo algunos ejemplos
de los aplicaciones de este importante trabajo logrado en el siglo XVII.

TEORIA DE KANT
En 1775, el filósofo alemán Emmanuel Kant propuso la idea sobre el origen de los
planetas y del Sol a partir de una gran nebulosidad que el achatarse y contraerse
formó los meteoros que originaron a los planetas. De la concentración central de
esa nebulosa se formó nuestro sol.
TEORIA LAPLACE
En 1776, el astrónomo y matemático francés Pierre Simon Laplace, propuso su
teoría sobre el origen del Sol y los planetas, también basada sobre una gran
nebulosa. Por esta razón, ha sido identificada como teoría de Kant y Laplace. Esta
teoría explica que el sistema solar se originó por condensación de una nebulosa de
rotación que se contrajo por la acción de la fuerza de su propia gravedad, adoptando
la forma de un disco con una concentración superior en el núcleo. La nebulosa se
tornó inestable al adquirir mayor velocidad de rotación y en las capas externas se
originaron anillos concéntricos que al separarse formaron los planetas y los
satélites, en tanto que el centro de las nubes se formó el Sol. Dado que la nebulosa
giraba en una misma dirección alrededor de su eje, todos los planetas quedaron
girando alrededor del Sol en ese mismo sentido.
Actualmente, una manera de ver la teoría de Kant y Laplace del sistema sola se
formaron hace 4 660 millones de años de una nube de gas, polvo y oras partículas
llamadas nube primordial compuesta de hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno y
oxígeno.
Se especula que el cataclismo de una vecina explosión en supernova de una
estrella apartó una nube de gas y polvo para formar el Sol y los planetas. Los inicios
de ellos se encuentran la diferencia se isótopos (átomos del mismo elemento con
diferentes pesos atómicos) de los meteoritos con respecto a los que se encuentran
en la Tierra. Esa nube gaseosa se aplanó y condenso como consecuencia de su
rotación, formando en su parte central un protosol, es decir, un sol en formación.
Esa parte central que formaba al protosol se condensó y calentó hasta propiciar una
combustión nuclear. De esa manera se formó el sol en cuyo núcleo hay una
transformación permanente de materia de energía. Conforme el sol pudio situarse
en la parte central de la masa gaseosa, otras porciones ubicadas a diferentes
distancias fueron agregándose para formar los planetas.
TEORIA DE LA ACRECIÓN
Observaciones del programa especial Apolo han fortalecido de la teoría de la
acreción propuesto por el geofísico ruso Otto Schmidl en 1944. la teoría de la
acreción explica que los planetas se crearon de manera al tamaño mediante la
acumulación de polvo cósmico. La tierra después de estratificarse un núcleo, manto
y corteza por el proceso de acreción, fue bombardeada en forma masiva por
meteorito y restos de asteroides. Este proceso generó un inmenso calor interior que
fundió el polvo cósmico que, de acuerdo con los geólogos, provoco la erupción de
los volcanes.
Su manera de posibilidad de que al formarse la corteza tenía una elevada
temperatura por lo que se encontraba fundida y era semilíquida. Pero al enfriarse
permitió que el vapor de agua – que por vulcanismo procedía de su interior--. Se
condensará y empezará a formar los océanos junto con el agua de las torrenciales
lluvias. La emanación de los gases de su interior posiblemente originó una
atmósfera secundaria compuesta por metano (CH4), amoniaco (NH), bióxido de
carbono (CO2) monóxido de carbono (CO), ácido sulfhídrico (SH2), vapor de agua
(H2O) e hidrógeno(H2)

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