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FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA HUMANA

ACTITUDES HACIA EL SIDA DE TECNICOS ENFERMEROS DEL


HOSPITAL DANIEL ALCIDES CARRION DE LA RED ASISTENCIAL TACNA,
2017

PRESENTADO POR:

Leydi Marina Calane Laura

ASIGNATURA: PSICOLOGIA SOCIAL

DOCENTE: COAQUIRA CHAMBI, PILAR EDITH

CICLO VII

TACNA

2017
Contenido
RESUMEN ...................................................................................................................................... 3
INTRODUCCION ............................................................................................................................. 4
I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ........................................................................................ 5
II. FORMULACION DEL PROBLEMA............................................................................................ 5
III. OBJETIVOS ......................................................................................................................... 6
IV. OBJETIVOS ESPECIFICOS .................................................................................................... 6
V. MARCO TEORICO ................................................................................................................... 7
1. VIH y síndrome de inmunodeficiencia adquirida .............................................................. 7
2. Vías de transmisión ........................................................................................................... 9
3. El VIH en el Perú .............................................................................................................. 12
a. Sexo y grupos etarios ...................................................................................................... 13
b. Distribución geográfica del sida en el Perú ..................................................................... 14
4. El paciente con Sida......................................................................................................... 15
5. Las actitudes hacia el SIDA: ............................................................................................. 20
VI. METODOLOGIA................................................................................................................ 24
VII. RESULTADOS ................................................................................................................... 26
VIII. DISCUSIÓN ....................................................................................................................... 28
BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 30
ANEXOS ....................................................................................................................................... 31
RESUMEN

Las actitudes dañinas relacionadas con el VIH/SIDA tienen muchas

consecuencias, no sólo para los individuos y sus familias, sino también para

las sociedades y comunidades en general. Las acciones basadas en la

estigmatización tienen muchas formas. Se busca observar si dichas actitudes

han sido modificadas en nuestra época actual por medio de la globalización

y tecnología o si en las personas aún existen pensamientos de rechazo o

desconocimiento acerca de las personas con esta enfermedad.

La población escogida son los técnicos enfermeros del sexo del hospital

Daniel Alcides Carrion de la red asistencial Tacna. Se aplicó un cuestionario

con escala de Likert La actitud se evaluó mediante la Escala de Actitud ante

el SIDA para enfermeras creada por Tomás-Sábado, J. en el año 1999. La

EASE fue validada publicada en la revista “Enfermería Clínica de España”

Se obtuvo como resultados que las actitudes hacia el SIDA son favorables

por parte del personal técnico, mostrando estar de acuerdo en los ítems que

hablaban sobre la igualdad de las personas con SIDA y en desacuerdo con

aquellas que mencionaban conductas que no podían favorecer el

desenvolvimiento correcto de estas personas.

Palabras Clave: SIDA, Creencias


INTRODUCCION

Realizando una revisión de la historia de la humanidad, ninguna enfermedad ha

tenido la repercusión a nivel sanitario y social como la ha tenido y mantenido el

VIH-SIDA. Si bien desde su descubrimiento en la década del 80, el manejo a

través de campañas de prevención de transmisión y tratamientos ha

experimentado un avance significativo, continúa siendo alarmante la cantidad de

infectados que se registra anualmente a nivel mundial, condición que mantiene

y da la connotación al VIH-SIDA actualmente de “pandemia o la plaga del siglo

XX”. En 20 años de evolución de la enfermedad y con los avances en

intervenciones, tratamientos y prevención implementadas y dirigidas para su

control, se ha producido en la sociedad un cambio en la manera de enfrentar el

VIH-SIDA como enfermedad y ante quienes la padecen.

Además, existen estudios de esta naturaleza, la mayoría realizados en España

y con datos que llaman a modificar las mallas curriculares, sin embargo es la

población escogida para este estudio existen pocos estudios sobre sus

pensamientos o conocimientos sobre determinados temas. Por ello necesitamos

seguir averiguando de qué manera podemos lograr que los profesionales

egresen cada vez mejor preparados, no tanto en lo técnico, sino que en la

calidad humana y respeto por los valores. Para esto se propone un estudio

cuantitativo, descriptivo de corte transversal. La actitud se evaluará mediante la

Escala de Actitud ante el SIDA.


I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La población seleccionada está en constante relación con pacientes

de diferentes enfermedades y es importante conocer la actitud que

toman ellos y su conocimiento sobre el tema. Han sido hechos

estudios similares por otros investigadores, sin embargo ninguno ha

realizado una investigación parecida en esta localidad

II. FORMULACION DEL PROBLEMA

¿Cuáles son las actitudes que toman frente a una persona con VIH de

los técnicos enfermeros s del hospital Daniel Alcides Carrión de la red

asistencial Tacna?
III. OBJETIVOS

Aportar evidencia sobre las actitudes y posibles tratos de los

profesionales técnicos enfermeros hacia las personas con VIH.

Analizar los datos y comprobar si existe algún tipo de relación entre

las actitudes y los conocimientos en relación a pacientes con VIH/SIDA

IV. OBJETIVOS ESPECIFICOS

Identificar las actitudes y conocimientos de los técnicos enfermeros s

del hospital Daniel Alcides Carrión de la red asistencial Tacna. Analizar

los datos obtenidos y comprobar si existe algún tipo de relación entre

las actitudes y los conocimientos en relación a pacientes con

VIH/SIDA.
V. MARCO TEORICO

1. VIH y síndrome de inmunodeficiencia adquirida

El 5 de Junio de 1981 la publicación del “Reporte semanal de morbilidad y

mortalidad” (mejor conocido por sus siglas en inglés MMWR: Morbidity and

Mortality weekly report.) del Centro de Control y Prevención de Enfermedades

(CDC: Centers for Disease Control and Prevention), de Atlanta Estados Unidos,

denunciaba cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii, en hombres

jóvenes, de Los Ángeles, California. Todos fueron descritos como homosexuales

y dos de ellos ya habían fallecido a esa fecha (Avilan, 2007). Luego de esto, en

1983, el doctor Luc Montagnier y un equipo de científicos describieron e

identificaron el virus VIH como el causante de lo sucedido en 1981.

“Los virus son seres tan elementales que son incapaces de reproducirse en la

materia inanimada. No pueden multiplicarse, reproduciendo su ADN, más que

tomando de otros lo que ellos no tienen, a saber; la maquinaria de una célula

compleja. Por ello solo pueden reproducirse a condición de alojarse en una célula

viva” (Daudel y Montagnier, 2003). Es así como el virus de la inmunodeficiencia

humana ataca directamente el sistema inmune de los humanos, tomando vida

de aquello que nos otorga protección y dejando el cuerpo humano expuesto a

diversas infecciones. Por lo tanto el gran problema que causa esta enfermedad

radica en el debilitamiento inmunitario, de esta forma se agravan aquellas

infecciones que en la normalidad inmunitaria serían solucionadas con


tratamientos simples y de bajo costo. El problema que plantea el virus del SIDA

es que este puede atacar e infectar sobre todo a las células de nuestro sistema

inmunitario, cuyo papel consiste precisamente en luchar contra los virus y otros

intrusos (Daudel y Montagnier, 2003).

Según el documento “Información Básica sobre el VIH/SIDA” (MINSAL, b) la

infección por VIH consta de cuatro etapas, la primera de Transmisión, es decir

cuando el virus se adquiere a través de una de las 3 vías mencionadas

anteriormente, la segunda es el Período de ventana; el tiempo desde que una

persona adquiere el VIH, hasta que pueda detectarse a través del examen de

sangre (3 meses en Chile). En este período no existen anticuerpos contra el VIH

suficientes para ser detectados por la técnica. La tercera es la etapa en la que el

paciente vive con el virus y no presenta síntomas; quien vive con el virus puede

no tener síntomas durante muchos años, esta fase es también conocida como

“latencia clínica”, dura un promedio de 7 a 10 años antes de avanzar y presentar

signos de enfermedad, dependiendo básicamente del equilibrio entre la carga

viral y la cantidad de linfocitos (Arias, et al 2003). Y la cuarta etapa es el SIDA

como tal, Etapa en que aparecen signos y síntomas de enfermedades como

consecuencia del debilitamiento del sistema inmunológico por el VIH. Esta fase

puede ser prevenida y revertida a través de la asistencia a controles de salud

periódicos, el autocuidado de la salud y el uso de medicamentos. (MINSAL, b).

El SIDA es una sigla (Síndrome de inmunodeficiencia humana adquirido) que

alude a un síndrome o conjunto de enfermedades, entre las que pueden

señalarse: infecciones "oportunistas" que afectan principalmente a los pulmones,

aparato digestivo, cerebro y piel, tumores de la piel y ganglios, enfermedades del

sistema nervioso central y un compromiso del estado general del organismo.


(MINSAL, b). Generalmente inicia con síntomas vagos como fiebre, pérdida de

peso inexplicable, fatiga, debilidad, diarrea, agregándose infecciones como

Candidiasis repetitivas, Herpes recurrente, Neuropatías (adormecimiento,

pérdida de fuerza), y Púrpura (Arias, et al 2003). El inicio de esta sintomatología

marca el comienzo hacia el síndrome como tal, que puede ser retardado a través

del autocuidado y el uso de terapia antiretroviral. El Síndrome se plantea

concretamente cuando el individuo comienza a presentar las llamadas

infecciones oportunistas, ya sea por otros virus (Herpesvirus, Citomegalovirus),

por hongos (Cándida, Coccidiodes imitis Histoplasma, Criptococo), parásitos

(Toxoplasma, Criptosporidium, etc), por citar los más frecuentes. En esta etapa

aparecen también tumores poco frecuentes, como el sarcoma de Kaposi,

tumores de los ganglios linfáticos (llamados Linfomas) y suelen dañarse

estructuras como el cerebro (demencia asociada al SIDA), el corazón

(Cardiomiopatía), los nervios periféricos, y afectarse aún más el estado general

(Arias, et al 2003). A raíz de esta evolución nos damos cuenta de lo complicado

que resulta este virus, directamente él no es el causante de la muerte de estos

pacientes, sino que son otras infecciones recurrentes y oportunistas las que

determinan el fallecimiento a causa de un deterioro del organismo.

2. Vías de transmisión

La transmisión del VIH tiene tres formas reconocidas; sexuales, sanguíneas y

verticales o perinatales.

Al aumentar la proporción de mujeres diagnosticadas de SIDA la relación

hombre/mujer ha pasado de ser de 15/1 en 1990 a 3,3/1 en la actualidad. La


propagación de la infección en la población heterosexual no se debe a la

drogadicción endovenosa, ni a las trabajadoras sexuales, factores que si son

identificados como determinantes en otros países, sino, probablemente a la

población bisexual, quienes actuarían de nexo entre homosexuales y

heterosexuales. Ejemplo de ello es que en 1993, el 75% de las mujeres

monógamas diagnosticadas en el Hospital Cayetano Heredia, eran parejas de

hombres bisexuales.

Esta situación también se ha observado en otros países latinoamericanos; pero

el problema es mayor si se toma en cuenta a los hombres que practican la

prostitución. A nivel mundial la forma de transmisión más frecuente es la sexual

con un promedio porcentual del 96%. En el Perú, a octubre de 1998, la

transmisión sexual ocurrió en el 95,8% de los casos, en tanto que la transmisión

sanguínea es de un 2,0% y la perinatal el 2,2%. Como se ha mencionado, la

transmisión sexual se registró con mayor frecuencia en los homosexuales en los

primeros años de la epidemia, pero que en la actualidad se observa un creciente

y alto porcentaje de población heterosexual, con el consiguiente incremento del

número de mujeres infectadas. La categoría de transmisión más frecuente es

sexual en hombres que tienen sexo con otros hombres, y representan el 43% de

los casos acumulados.

Existe una serie de factores que facilitan la transmisión sexual, como son la

promiscuidad, el número elevado de parejas sexuales, el no uso del condón, la

práctica del sexo anal y la presencia de una enfermedad de transmisión sexual

(ETS). La presencia de un ETS facilita el pasaje del VIH debido a que la

población de VIH en la secreción de una descarga uretral o vaginal, sea

gonocócica, tricomoniásica u otra, es muy alta, lo mismo que en las células


inflamatorias de una úlcerapor ETS (v.g. sífilis, chancroide). Por un lado, el

paciente con VIH que además presenta una ETS, transmitirá el virus a su pareja

sexual más fácilmente que el paciente con VIH sin una ETS y de otro lado, si un

sujeto VIH negativo, tiene una ETS, tendrá mayor riesgo de sufrir la transmisión

del VIH.Estudios bien controlados han demostrado que con el sólo hecho de

realizar el diagnóstico adecuado de la presencia de una ETS y lograr su

adecuado tratamiento, en una determinada población, cae en forma significativa

la transmisibilidad del VIH.La presencia de una ETS en un sujeto exige descartar

también la presencia del VIH, puesto que las situaciones de riesgo que lo llevaron

a contraer tal ETS son las mismas que también pueden haberlo llevado a adquirir

el VIH.Un estudio realizado entre 600 hombres y mujeres del cono norte de Lima

(Sánchez,1992) se encontró que el promedio de parejas sexuales durante toda

la vida en hombres fue de 10,6 y el de las mujeres 1,2, aun cuando la prevalencia

de anticuerpos contra patógenos causales de ETS fue casi 3 veces mayor en

mujeres que entre hombres. Además, el 37% de los hombres que participaron

en el estudio tuvieron relación sexual con una trabajadora sexual un año antes y

la mitad de ellos sin condón. La prevalencia de la enfermedad por VIH entre las

trabajadoras sexuales de nuestro medio es bastante baja en comparación con lo

que ocurre en otros países. En un estudio realizado por Alarcón y col en 1990,

encontró una prevalencia de 0,3% del VIH en una muestra de 636 trabajadoras

sexuales del Callao; en forma similar, Sánchez y col, en 1992, en una muestra

de 400 trabajadoras sexuales de Lima, encontraron una prevalencia del VIH de

0,6%, y Getaneh y col, en 1996, en una muestra de 317 trabajadoras sexuales

de Lima, hallaron una prevalencia de VIH de 0,8%. Sin embargo, es probable

que la prevalencia del VIH sea mayor entre prostitutas clandestinas que trabajan
en zonas marginales o que pasean por algunas calles de Lima sin el mínimo

control. La alta prevalencia de ETS que hay entre ellas, así como el aún no-uso

generalizado del condón, son graves determinantes que condicionan la mayor

transmisión del VIH entre este grupo.

Respecto a la trasmisión sanguínea (transfusiones de sangre o derivados) el

despistaje masivo de todas las bolsas de sangre ha disminuido tal posibilidad,

aunque aún vemos a personas que fueron infectadas por esa vía en años

anteriores a 1989. De acuerdo a la estadística remitida por el PROCETSS hasta

octubre de 1998, la vía de transmisión sanguínea del VIH en el Perú es del 2%,

cifra comparable al promedio reportado a nivel mundial. Los accidentes

ocupacionales tienen un riesgo de transmisión del VIH de 0,3%, pero en nuestro

país aún no hay ningún caso bien documentado en ese aspecto. La vía de

transmisión perinatal, se mantiene por debajo del 2,5% (2,2% según el último

reporte de octubre de 1998), aun cuando el número de mujeres infectadas con

el VIH viene en ascenso y es de esperar que la transmisión vertical aumente. La

detección temprana de la enfermedad en la gestante y la administración

profiláctica de la zidovudina, es una medida que se ha difundido en todos los

centros de salud y se espera disminuya aún más el porcentaje de transmisión

perinatal del VIH.

3. El VIH en el Perú

El primer caso de SIDA en el Perú fue reportado en 1983 y desde entonces ha

tenido un dramático ascenso hasta la fecha, con un acumulado de 8,071 casos

de SIDA a noviembre de 1998. Cifra que dista largamente de la realidad porque

hay subnotificación y el sistema de registros no funciona adecuadamente, de

modo que es probable que el número real de casos sea 3 a 5 veces mayor que
el virtualmente registrado. Situación que aparece con mayor magnitud en las

regiones de provincia y en las zonas marginales de la gran Lima.

Inicialmente los casos de SIDA en el Perú, correspondieron a varones

homosexuales que adquirieron la infección en el extranjero, pero posteriormente

aparecieron casos «nativos» entre los homosexuales locales y hacia 1990 éstos

correspondían a más del 90% del total de infecciones, siguiendo el patrón

epidemiológico tipo 1 de los países occidentales; sin embargo, a partir de 1985

la curva de transmisión heterosexual se empezó a elevar, alcanzando un máximo

nivel de 30% del total de casos notificados, en 1986, para luego disminuir hasta

un 18% en 1991. A partir de 1993 a la fecha, los casos heterosexuales, han ido

en franco ascenso, llegando a superar a los casos homosexuales, adoptando así

la epidemia el patrón l/ll. Desde 1986, a la fecha, la transmisión homosexual ha

tenido un dramático descenso, en tanto que la transmisión entre pacientes

bisexuales ha facilitado la transmisión heterosexual y la aparición de nuevos

casos, con un claro aumento de la proporción de pacientes mujeres dentro de la

población infectada, y por tanto mayor riesgo de transmisión vertical, con el

consiguiente aumento de niños infectados.

a. Sexo y grupos etarios

Al inicio de la epidemia el grupo etáreo más afectado en el Perú fue el

de los mayores de 30 años; sin embargo, con el correr de los años, la

infección se ha presentado cada vez en gente más joven, de manera

que en la actualidad la mayor proporción de infectados está entre los

25 y 29 años.
De toda la población infectada, el 83,6% corresponde al sexo , de los

cuales el 19% corresponde al grupo etáreo de 25 a 29 años y el 17,4%

al grupo etáreo de 30 a 34 años. La población femenina infectada

representa el 16,4% del total y de ellas, el 3,4% está también en el

grupo etáreo de 25 a 29 años, seguidos del 2,8% y 30 a 34 años,

respectivamente; cifras que corresponden realmente al 20,7% y 17%,

respectivamente de la población global femenina infectada (n= 1186)

considerada al 100%. La edad promedio de los casos es 32 años y la

categoría de transmisión más frecuente es la homosexual masculina.

En Lima y Callao se concentra el 78% de los casos reportados de

SIDA.

De manera que la infección por VIH se presenta cada vez en gente

más joven y, al mismo tiempo, con un incremento de la población

femenina entre sus filas, lo cual reafirma lo que se dijo acerca del

SIDA en el Perú: una enfermedad con rostro joven y cada vez con

mayores rasgos de mujer.

b. Distribución geográfica del sida en el Perú

El total de casos de SIDA reportados al PROCETSS hasta noviembre

de 1998 es de 8 071 casos. A octubre de 1998, el 71,1% de los casos

proceden del departamento de Lima y 7,6% proceden de la Provincia

Constitucional del Callao. Fuera de Lima, son La Libertad (2,3%) y

Loreto (2,0%), los departamentos que más casos han reportado; el

resto de departamentos reporta entre el 0,1% y 1,8% de casos.


Apurímac es el único departamento que oficialmente, aun no reporta

ningún caso.

La enorme desproporción de notificación de casos que hay entre Lima

y provincias, no sólo se explica porque Lima alberga a más del 30%

de toda la población de país, sino porque probablemente una gran

cantidad de casos de provincias no son notificados por problemas en

el registro estadístico, déficit de medios diagnóstico y porque aún los

servicios de salud no alcanzan a todos los rincones de nuestro país.

4. El paciente con Sida

Mucho más allá de la epidemiología y el mundo de los virus, nos encontramos

con aquel punto central y humano del cual muchas veces nos alejamos: el

paciente infectado y su vivencia diaria, su forma de lidiar con la sociedad, con su

familia y amigos y su gran fortaleza para continuar luchando. La infección por

VIH avanzada conlleva una alta carga sintomática con una elevada prevalencia

de trastornos de la esfera psicológica y deterioro de la calidad de vida. Las

nuevas estrategias de tratamiento antirretroviral inducen una mejoría global a los

pacientes, pero hace necesario un abordaje de los trastornos psicológicos

(Martín, Cano, Pérez de Ayala, Aguayo, Cuesta, Rodríguez y Pujol de la Llave,

2002). Esto plantea la necesidad de reformular los aspectos abordados

típicamente por los equipos de salud, invita a los profesionales a dar una mirada

mucho más amplia, que sea capaz de observar aquellos aspectos psicológicos

que están dañando mentalmente al paciente. El profesional de la salud debe ser

capaz de visualizar al paciente y su familia por medio de un prisma que amplíe


el campo de atención, de manera tal de lograr reconocer que no solo es la

enfermedad el eje central, pudiendo ver la realidad de un proceso tan dificultoso

y extenso, que abarca diferentes repercusiones. Por un lado, se encuentra uno

de los momentos más difíciles; el diagnóstico, “el que produce gran impacto

emocional y pensamientos tales como rechazo, deterioro y muerte (Cánoves,

2001)”. Es esta la puerta de entrada a lo que será un proceso totalmente

desgarrador, el paciente se encuentra en una situación de incertidumbre total, la

muerte es el sinónimo a cada una de las palabras de lo que se le está

comunicando al momento de confirmar el diagnóstico. Cánoves (2001) comenta

que socialmente el VIH es asociado al dolor, al deterioro, al rechazo social y a la

muerte, de ahí que el diagnóstico en si, pueda desencadenar desbordamiento

emocional, e inclusive ideación suicida. Es por ello que a nivel nacional y por ley

(19.779), está establecido que este examen (de diagnóstico) debe ser voluntario,

confidencial y acompañado de consejería (MINSAL, b). Esta consejería, se

realiza previo a la realización y posteriormente a esto, cuya finalidad es

precisamente disminuir la ansiedad del paciente, aclarando todas las dudas que

se tengan al respecto. Según Cánoves (2001) otros momentos que deben ser

reconocidos y analizados son la hospitalización, el cumplimiento de los

tratamientos, las reacciones adversas al tratamiento y los problemas sexuales;

derivados de la necesidad de relaciones sexuales y reproducción. Ser

hospitalizado, es propiamente una situación estresante y si la causa se debe a

repercusiones de esta patología, podemos decir que el estrés se dispara a

niveles que solo el individuo es capaz de experimentar y sentir, quedando al

profesional solo espacio para el acompañamiento, entendimiento y apoyo. En

cuanto al cumplimiento de los tratamientos, se plantea un desafío para los


equipos de salud y para el mismo individuo, ya que generalmente y producto de

su estado de ánimo, hay días en que simplemente el paciente no va a querer

seguir su tratamiento, ya sea porque no le encuentra sentido, porque conoce o

asume que su destino es morir, influenciado por la sociedad que continua

pensando que esta es una enfermedad sinónimo de 8 muerte. Con respecto a

las reacciones adversas al tratamiento se debe mencionar la Lipodistrofia,

síndrome que se da con frecuencia entre los pacientes con VIH, aparece como

efecto secundario de los fármacos antirretrovirales y se caracteriza por

alteraciones metabólicas y por una redistribución de la grasa corporal. (García,

2004, citado en Teva, et al, 2005). Claramente una modificación corporal que

conlleva implicancias emocionales, se trata de una situación tal que modifica a

la persona socialmente, limitando sus relaciones y generando diversos miedos.

En nuestro país la Ley 19.779 resguarda los derechos de las personas, dando

así algunas de las directrices por las que se debe guiar el personal sanitario.

Esta se encarga de legislar en torno a la prevención, diagnóstico y control del

VIH/SIDA, así como la asistencia y el libre e igualitario ejercicio de sus derechos

por parte de las personas que viven con VIH, impidiendo las discriminaciones de

cualquier índole. Es por ello que la prevención y la atención de las personas

viviendo con VIH/SIDA se ha desarrollado resguardando el cumplimiento de los

siguientes Principios Éticos: Derecho a la vida, Respeto por la dignidad de las

personas, Derecho a la decisión en conciencia libre e informada, Respeto a los

valores y creencias de las personas, Derecho a la privacidad y confidencialidad,

No discriminación, Solidaridad, Derecho a acceder a técnicas y recursos

disponibles y científicamente (MINSAL, b). Dos de las situaciones más

documentadas en estos pacientes son la ansiedad y depresión, las cuales


afectan áreas del comportamiento y del proceso de enfermedad, siendo

sensibles a la terapia cognitiva (Beck, 1976, citado en Cánoves, 2001). El sujeto

ansioso vive en un estado de hipervigilancia: Sobrevalora los estímulos físicos y

percibe amenazas continuas, lo que le incapacita para desarrollar estrategias;

Centra su atención en estímulos percibidos como enfermedad, haciendo

abstracción de los atenuantes; Asume, erróneamente, su incapacidad de control

e incrementa la demanda de ayuda a los profesionales. Cánoves (2001) afirma

que la consecuencia de esta reacción no solamente no es operativa, sino

incapacitante para el desarrollo de estrategias en el manejo de la situación. Por

otro lado los depresivos perciben indefensión frente a la amenaza. Los pacientes

deprimidos, pueden llegar a ser hostiles a sus allegados por su actitud defensiva,

recibiendo poco refuerzo de su entorno. Niegan la información necesaria para el

desarrollo de estrategias. Tienden a rehuir la información que necesitan poseer

para el desarrollo de estrategias de afrontamiento. Este patrón de respuesta,

correlaciona con la idea negativa que muestran estos pacientes de sí mismos y

de su futuro (Cánoves, 2001) En una investigación realizada en México titulada

“Evaluación de la depresión, ansiedad e ira en pacientes con VIH/SIDA” bajo el

alero de el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, se concluyó

que los mayores niveles de ansiedad se presentan en los grupos que presentan

una carga viral media y en los grupos que no presentan lipodistrofia, además los

mayores niveles de ira se encontraron en los grupos sintomáticos (Teva,

Bermúdez, Hernández y Buela, 2005). Esto refleja algo totalmente relevante;

aquellos 9 pacientes que sean atendidos por el personal de salud y que

presenten ya los síntomas asociados al SIDA serán aquellos en los cuales

mayoritariamente deberemos estar preparados para entregar apoyo psicosocial


y comprender sus sentimientos de ansiedad y estados depresivos. Este mismo

estudio refleja que los varones con VIH/SIDA presentan los mayores niveles de

depresión entre los niveles leves, moderados y graves, en tanto que en las

mujeres esto disminuye (Teva, et al, 2005), dato que resalta, puesto que

mundialmente los niveles de depresión se observan en mayor medida en el

género femenino. Otra de las situaciones que se ha alojado en la vida de los

pacientes VIH y que nació junto a esta enfermedad, es el estigma y la

discriminación. Según la real academia española la palabra estigma significa

“Lesión orgánica o trastorno funcional que indica enfermedad constitucional y

hereditaria (RAE, a., 2010)” o “Marca impuesta con hierro candente, bien como

pena infamante, bien como signo de esclavitud (RAE, 2010)”, pero recordemos

que este estigma del que hablamos nace desde la sociedad, es un estigma

social, es decir una marca puesta desde la sociedad a las personas que padecen

VIH. Por otro lado discriminación, desde la RAE (b., 2010), es la acción de

“seleccionar excluyendo”, “Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad

por motivos diversos”, en este caso por motivos de una marca impuesta por la

sociedad, es la gente la que excluye a los pacientes VIH, seleccionándolos, por

presentar una enfermedad. El estigma y la discriminación relacionados con el

VIH continúan manifestándose en todos los países y regiones del mundo,

creando obstáculos importantes que impiden prevenir nuevas infecciones, aliviar

el impacto de la enfermedad y proporcionar asistencia, tratamiento y apoyo

adecuados. El estigma constituye la raíz de los actos discriminatorios al inducir

a las personas a realizar acciones u omisiones que dañan o niegan servicios o

derechos a los demás. La discriminación puede describirse como la «puesta en

escena» del estigma. Al mismo tiempo, la discriminación fomenta y refuerza el


estigma. Por consiguiente, los actos estigmatizadores y discriminatorios vulneran

el derecho humano fundamental a la ausencia de discriminación. Además de

constituir en sí misma una violación de los derechos humanos, la discriminación

contra las personas que viven con el VIH, o que se cree que están infectadas por

el VIH, conduce a la violación de otros derechos humanos, como los derechos a

la salud, dignidad, intimidad, igualdad ante la ley y ausencia de castigo o trato

inhumano y degradante. (ONUSIDA, c., 2005). “El hombre es un ser completo y

para poder cuidarlo bien hay que tomar en cuenta a las personas importantes de

su vida junto con sus problemas físicos, sociales, económicos y espirituales

(Aponte, 2005)”. Una expresión que deja de manifiesto la necesidad impetuosa

de tomar en cuenta al paciente y su familia dentro de varias esferas, para así

lograr otorgar un cuidado óptimo, es por ello que todos debemos tener en cuenta

la real evolución y sucesos que acompañan al paciente con VIH, estar

conscientes de las posibilidades que se barajan cuando lo observamos nervioso,

triste, asustado, irritable, apático, etc.

5. Las actitudes hacia el SIDA:

El estigma asociado con el VIH/SIDA se alimenta de relaciones de poder ya

existentes dentro de una sociedad y que están basadas en el origen étnico,

la raza, la posición económica, la orientación sexual y la posición social

inferior de las mujeres.

Según afirma ONUSIDA, "En el fondo, el estigma crea y es a la vez creado

por la desigualdad social". "El estigma se origina en lo profundo de la

estructura misma de la sociedad y en las normas y valores que rigen la vida

diaria. El estigma hace que ciertos grupos dentro de una sociedad resulten
subestimados y avergonzados, a la vez que estimula sentimientos de

superioridad en otros" 4.

Las actitudes tradicionales que se observan en todo el mundo para con las

mujeres ayudan a alimentar el estigma. Aquellos estereotipos que presentan

a las mujeres como subordinadas a los hombres, ya sea en el plano social,

psicológico o económico, contribuyen a formar la imagen que una sociedad

tiene de las mujeres y jóvenes infectadas con el VIH, quienes son a menudo

las principales encargadas de mantener su hogar, incluso cuando ellas

mismas están enfermas. En aquellos ámbitos en los que se asocia al VIH con

las relaciones sexuales entre hombres y mujeres, las mujeres con este virus

son las que llevan la carga más pesada del estigma, ya que se las trata con

más desprecio y rechazo que a los hombres. Según los informes recibidos,

en muchas sociedades las mujeres enfrentan el abuso y el abandono de sus

esposos, incluso cuando éstos fueron la fuente de la infección.

Algunas de las diferencias biológicas que existen entre hombres y mujeres

contribuyen a crear responsabilidades adicionales, tanto de carácter social

como cultural, para aquellas mujeres que viven con el VIH. Entre éstas, la

más importante es la posibilidad de que una mujer transmita el virus a su hijo

durante el embarazo, el parto o el amamantamiento.

Las actitudes dañinas relacionadas con el VIH/SIDA tienen muchas

consecuencias, no sólo para los individuos y sus familias, sino también para

las sociedades y comunidades en general. Las acciones basadas en la

estigmatización tienen muchas formas:


 El miedo a ser aislados o relegados por sus comunidades impide, en

muchos casos, que hombres y mujeres se sometan a un examen para la

detección del VIH. Los que lo hacen y obtienen resultados positivos,

terminan generalmente escondiendo el hecho de que han contraído la

enfermedad. Quienes viven con el VIH o SIDA a menudo hacen propias

las impresiones negativas de otros y se sienten avergonzados, culpables

o deprimidos y terminan aislándose. Este tipo de reacciones constituye

uno de los mayores impedimentos para los esfuerzos tendientes a la

prevención del SIDA, ya que hace que las personas enfermas no

aprovechen los servicios de salud y de otros tipos que podrían utilizar. El

apoyo de familiares, amigos y la comunidad son fundamentales en estos

casos.

 En muchos casos, las familias culpan, abandonan o alejan a parientes

enfermos con el objetivo de esconder cualquier vínculo de la familia con

la epidemia y evitar así reacciones adversas. En una investigación

realizada en Zambia, los investigadores escucharon durante una

conversación de un grupo de enfoque que "durante el entierro, a veces

uno nota que la boca y los ojos del fallecido están abiertos, lo cual es un

indicio de que cuando la persona murió no había nadie más presente en

su casa para por lo menos cerrarle los ojos y la boca" 13.

 Las comunidades constituyen otra fuente importante de apoyo, pero en

muchos casos han relegado y expulsado a gente que tiene el virus porque

consideran que la infección ha sido consecuencia de una conducta

pecaminosa, imprudente o decadente.


 En la sociedad en general, las instituciones tales como colegios, lugares

de trabajo, iglesias, hospitales y clínicas mantienen, en algunos casos,

una atmósfera en la que prosperan el estigma y la discriminación. A las

personas enfermas en ocasiones se les niegan puestos de trabajo,

educación, tratamiento, cuidados y el derecho a la confidencialidad en

ámbitos relacionados con la salud. Según un estudio, en Ucrania no se

les permite a las mujeres con el VIH que utilicen la misma camilla

ginecológica que utilizan aquellas mujeres a las que no se considera

portadoras del virus 14.

 Las leyes y las políticas contribuyen a veces a reforzar actitudes

negativas y a hacer que se relegue y rechace a familias e individuos, por

ejemplo a través de exámenes obligatorios para la detección del VIH,

restricciones de viaje e incluso deportaciones. Las leyes diseñadas para

proteger los derechos de las personas a veces resultan demasiado

débiles o directamente no se las pone en práctica correctamente.


VI. METODOLOGIA

Para identificar las actitudes los técnicos de Enfermería ante el VIH/SIDA,

se realizó un estudio cuantitativo con determinación de frecuencias, con un

diseño observacional, descriptivo y de corte transversal. En esta

investigación se incluyeron los tecnicos que llevan más de un año

laborando en el Hospital Daniel Alcides Carrión de la red asistencial Tacna.

De un total de 20 técnicos de todos los turnos, la muestra total comprendió

un total de 15.

La actitud se evaluó mediante la Escala de Actitud ante el SIDA para

Enfermería (EASE, Anexo 1) creada por Tomás-Sábado, J. en el año 1999.

La EASE fue validada y publicada en la revista “Enfermería Clínica de

España”. Además en el año 2003 fue usada en la investigación “Actitud

ante el SIDA en estudiantes de enfermería. ¿Cuál es el papel de la

formación académica?” realizada por Tomás - Sábado, J. y Aradilla, A. La

EASE es una escala auto aplicada, tipo Likert de 21 ítems con cinco

opciones de respuesta cada uno de ellos. Estas opciones van desde el total

acuerdo al total desacuerdo con el reactivo propuesto. La puntuación

asignada a cada ítem, en función de su direccionalidad es de 5 a 1 (5 para

el total acuerdo y 1 para el total desacuerdo) para los ítems Nº 3, 5, 7, 8,

11, 14, 15 y 21; y de 1 a 5 (1 para el total acuerdo y 5 para el total

desacuerdo) para los ítems Nº 1, 2, 4, 6, 9, 10, 12, 13, 16, 17, 18, 19 y 20.

Los dos extremos de puntuación de la escala están constituidos por una

puntuación máxima de 105, que indica las actitudes más positivas; y una
puntuación mínima de 21, que indica las actitudes más negativas y

prejuiciosas.
VII. RESULTADOS

De un total de 20 técnicos, respondieron al instrumento un total de 15 (N).

La edad promedio de la muestra es de 23 años y la distribución por sexo

correspondió en un 40% al sexo masculino y un 60% al sexo femenino

(Tabla 1).

Tabla1. Personal Técnico de enfermería por sexo del hospital Daniel

Alcides Carrión de la red asistencial Tacna, 2017

Sexo N %
Femenino 9 60%
Masculino 6 40%
Total 15 100,0

En la tabla 2 se muestra la media del total de actitudes junto con el total de la

muestra.

Tabla 2.

Nº Media

15 64,53

La tabla 3 permite observar porcentualmente la actitud de los técnicos

enfermeros para cada enunciado de la escala

Tabla 3. Porcentaje de actitudes frente al VIH de los técnicos s de enfermería de la red asistencial

Tacna
Totalmente
De Posición En Totalmente
Enunciado de
Acuerdo. neutra. Desacuerdo. desacuerdo.
acuerdo.

1 26,7% 46,7% 6,7% 20%

2 40% 26,7% 13,3%

3 13,3% 26,7% 20% 26,7% 13,3%

4 13,3% 13,3% 33,3% 13,3% 26,7%

5 53,3% 13,3% 20% 13,3

6 6,7% 13,3% 13,3% 46,7% 20%

7 13,3% 33,3% 13,3% 20% 20%

8 40% 33,3% 20% 6,7%

9 20% 6,7% 6,7% 46,7% 20%

10 20% 20% 33,3% 13,3% 13,3%

11 33,3% 6,7% 6,7% 20% 33,3%

12 33,3% 26,7% 26,7% 6,7% 6,7%

13 13,3% 33,3% 26,7% 20% 20%

14 20% 33,3% 26,7% 20%

15 13,3% 26,7% 20% 13,3% 26,7%

16 6,7% 26,7% 13,3% 26,7% 26,7%

17 13,3% 33,3% 6,7% 33,3% 13,3%

18 13,3% 13,3% 20% 26,7% 26,7%

19 6,7% 20% 20% 26,7% 26,7%

20 26,7% 46,7% 13,3% 6,7% 6,7%

21 6,7% 6,7% 33,3% 53,3%


VIII. DISCUSIÓN

La puntuación promedio obtenida, en la Escala para la actitud ante el SIDA

para enfermería (ESASE), por el total de técnicos de enfermería está

cercana a las posiciones o actitudes neutras, por lo cual es necesario referir

que no nos encontramos frente a resultados óptimos. Por otro lado, un

análisis pormenorizado de cada ítem nos entrega una visión más detallada

de las actitudes. El personal de técnico de mayormente está de acuerdo,

con que “El sida es un problema de todos”, que los “portadores del virus del

SIDA tiene derecho a que se guarde el secreto médico de su diagnóstico”

y que “En las actividades cotidianas no hay riesgo de transmisión del virus

del SIDA”. Estos resultados demuestran que existe un conocimiento

favorable acerca del VIH y el criterio de confidencialidad respecto al

diagnóstico lo cual se refleja en un 33,3%. A esto podemos agregar que un

porcentaje significativo está completamente en desacuerdo con que “ Ser

portados del virus del SIDA no debe ser un obstáculo para acceder a la

educación y el empleo”, que “ El ser portador del SIDA no debería ser

impedimento para poder adoptar un niño”, “Los enfermos de SIDA deben

ser aislados del resto de enfermos”, que “Los niños portadores del virus del

SIDA deberían acudir a clases especiales “y con que “Como medida de

precaución, debemos evitar contacto con los enfermos de SIDA y

portadores”. A luz de este resultado se puede concluir que existe un índice

alto de actitudes positivas y conocimiento hacia dicha enfermedad por parte

del personal. ¿Pueden las personas seropositivas tener descendencia?

¿Cuál es el porcentaje de riesgo de transmisión vertical? Las preguntas que

hacen regencia hacia este aspecto se encuentra en la pregunta 2 “Los fetos


contagiados con el virus del SIDA deberían abortarse. Los técnicos en su

mayoría dieron una respuesta neutra correspondiente al 40% del total.


BIBLIOGRAFIA

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2. DA&lr =&cd=25#v=onepage&q=es%20un%20ser%20completo&f=false 2. Arias,


J., S., Estrada, J., D., Gómez, E., A., Lattuadad, J., C. y Soria, C., G. (2003). Lo que
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desde
http://books.google.cl/books?id=hd4xzAl5lnsC&printsec=frontcover&dq=VIH&
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3. Bodnar Contreras, Y., Tovar Cortés, E., Arias Campo, R., Bogoya
Maldonado, N., Briceño Alvarado, P., Murillo Ortiz, J. & Rodríguez Palau,
E. (1999). Cultura y sexualidad en Colombia: Un espacio para leer
relaciones de poder, formación de actitudes y valores humanos. Bogotá:
Universidad Distrital ''Francisco José de Caldas''.
4. Bayes, R. (1995). Sida y Psicología. Barcelona: Martínez Roca, S.A

5. Bermúdez MP, Teva I. (2004). Situación actual del SIDA en España:


Análisis de las diferencias entre comunidades autónomas. Revista
Internacional de Psicología Clínica y de la Salud. 4: 553-570.

6. Bermúdez, M. P., Buela-Casal, G. y Uribe, A.F. (2005). Cuestionario


General. Universidad de Granada. Documento sin publicar.
ANEXOS

ANEXO 1. Escala de actitudes ante el SIDA

ESCALA DE ACTITUDES ANTE EL SIDA


En cada uno de los siguientes enunciados marque con una X la opción que lo
representa
Edad: ____ Sexo: F M

TA: Totalmente de acuerdo

A: de acuerdo

¿?: Posicion neutra

D: en Desacuerdo

TD: Totalmente en Desacuerdo

1. El SIDA no afecta a las parejas heterosexuales

TA A ¿? D TD

2. Los fetos contagiados con el virus del SIDA deberían abortarse

TA A ¿? D TD

3. No existe ningún peligro en el hecho de que los portadores del virus del SIDA
utilicen restaurantes y bares públicos

TA A ¿? D TD
4. No deben permitirse que las mujeres con SIDA queden embarazadas

TA A ¿? D TD
5. El SIDA es un problema de todos

TA A ¿? D TD

6. La atención continuada a un enfermo de SIDA es sinónimo de contagio

TA A ¿? D TD

7. El portador del virus del SIDA tiene derecho a que se guarde el secreto medico
de su diagnostico

TA A ¿? D TD

8. En las actividades cotidianas no hay riesgo de transmisión del virus del SIDA

TA A ¿? D TD

9. Los enfermos de SIDA deben ser aislados del resto de enfermos

TA A ¿? D TD

10. El paciente VIH positivo debe ser identificado como tal

TA A ¿? D TD

11. Ser portador del virus del SIDA no debe ser obstáculo para acceder a la
educación y el empleo

TA A ¿? D TD

12. Deberían crearse hospitales para enfermos de SIDA y portadores

TA A ¿? D TD

13. El SIDA es la mayor plaga de nuestro tiempo


TA A ¿? D TD

14. El enfermo de SIDA debe ser considerado victima del sistema social

TA A ¿? D TD
15. El ser portador del virus del SIDA no debería ser impedimento para poder
adoptar un niño
TA A ¿? D TD

16. En el hospital, un portador del virus del SIDA no debería compartir habitación
con una persona no infectada

TA A ¿? D TD

17. No me resultaría agradable trabajar con un compañero portador del virus del
SIDA

TA A ¿? D TD

18. Los niños portadores del virus del SIDA deberían acudir a clases especiales

TA A ¿? D TD

19. Como medida de precaución, debemos evitar contacto con los enfermos de
SIDA y portadores

TA A ¿? D TD
20. Siempre que toquemos a un enfermo de SIDA debemos utilizar guantes

TA A ¿? D TD

21. La prueba del SIDA debe ser voluntaria y anónima


TA A ¿? D TD
ANEXO 2. Base de datos de las actitudes ante el SIDA de los

enfermeros del hospital Daniel Alcides Carrion de la red asistencia

Tacna, 2017

Nº Sexo EDAD P_1 P_2 P_3 P_4 P_5 P_6 P_7 P_8
1 1 30 5 3 2 3 5 5 1 4
2 1 18 3 3 2 5 1 4 3 2
3 2 16 5 3 5 5 5 5 5 5
4 2 24 4 3 4 3 4 4 4 4
5 1 21 1 5 2 1 5 5 1 5
6 2 18 1 4 4 4 5 3 2 4
7 1 26 3 2 3 5 3 4 1 5
8 1 29 5 2 4 2 4 2 5 5
9 1 25 1 5 5 3 5 4 4 5
10 1 29 3 3 1 3 1 4 4 4
11 2 19 3 4 2 5 5 4 2 4
12 2 24 3 4 3 4 5 4 4 5
13 2 25 1 4 1 1 3 2 4 3
14 1 21 3 2 4 2 5 1 2 3
15 1 20 3 3 3 3 3 3 3 3

Nº P_9 P_10 P_11 P_12 P_13 P_14 P_15 P_16 P_17 P_18 P_19 P_20 P_21
1 4 2 1 2 4 4 1 5 5 5 5 4 1
2 4 3 1 3 2 3 2 4 4 4 2 2 1
3 1 1 5 1 4 1 1 5 5 5 4 1 1
4 4 2 4 2 2 2 4 4 2 4 2 2 2
5 5 1 5 3 3 1 1 5 3 5 3 1 1
6 4 2 4 1 2 3 5 2 4 4 4 2 4
7 1 5 2 5 3 4 3 3 4 3 1 5 1
8 5 5 1 1 5 1 1 1 1 1 5 2 1
9 4 3 5 3 3 2 2 4 2 3 3 2 2
10 4 4 4 4 5 2 4 4 4 4 4 2 2
11 4 4 1 1 2 3 5 2 2 1 4 2 1
12 5 3 1 2 4 2 4 5 1 5 5 1 1
13 1 1 5 2 5 4 3 2 4 3 5 1 2
14 2 3 5 1 2 3 4 2 2 2 2 3 2
15 3 3 3 3 3 3 3 3 2 2 3 3 3
1 1 1
Femenino Totalmente Totalmente
Sexo P_1, en
2 Masculino de acuerdo
P_2, desacuerdo
P_4, 2 P_3,
De acuerdo 2
P_6, P_5, En
P_9, 3 Posicion P_7, desacuerdo
P_10, neutra P_8,
P_12, 3 Posicion
4 P_11,
P_13, En neutra
P_16, P_15,
desacuerdo P_21 4
P_17, De acuerdo
P_18, 5
P_19 Totalmente 5
en Totalmente
P_20
desacuerdo de acuerdo

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