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La razón que aludían Ramírez y Del Pino para aquel momento, era que
la creación de dichas empresas apuntaba hacia la plena soberanía del
recurso, la promoción de la inversión, el justo pago de regalías e
impuestos y el desarrollo de los recursos de la Faja Petrolífera de
Orinoco. Luego de más una década desde 2007, ninguno de esos
objetivos ha sido alcanzado. Por el contrario, el cambio resulto ser
contraproducente, inconveniente y desventajoso para el mejor interés
del país.
Aun con esa perspectiva por delante, los cabecillas de PDVSA hacían
intento por destacar lo positivo de la creación de dichas empresas, al
desmontar la vieja tesis de que el crudo de la Faja Petrolífera del
Orinoco era bitumen, mientras hacían alarde del proceso de
mejoramiento de dichos crudos. En cierta forma estaban en lo correcto,
porque en la FPO existe una variedad de crudos que van desde los 4 @
5 API hasta los 15 @ 17 API, que de ninguna manera se ubica dentro
del concepto de bitumen. Sin embargo, perdían de vista el momento y
la referencia histórica, ya que estamos hablando de la última porción
de la década de los 70, cuando se promovía el proyecto “Guanipa 100”
en San Tome. Para entonces no existía la tecnología de mejoramiento
(upgrader), ya que la construcción del primer mejorador en el país
tuvo inicio en 1997 y estuvo operativo recién entrado el siglo XXI.
Mientras tanto acudían al uso de diluente para mezcla y transporte
(Mesa-30).
La perforación de largo alcance/direccional aunque conocida desde
mediados/finales de los 60, estaba aun en pañales en el mundo y
también en Venezuela. Tampoco existía para entonces un mercado
multipolar consolidado, ni menos aun la infraestructura instalada
aguas abajo para su entero procesamiento. En cuanto a este ultimo
aspecto, debemos admitir con humildad, que la visión de
“multipolaridad” y sobretodo diversificación planteada por el
expresidentes Chávez hacia los mercados del Este, fue y sigue aun
siendo una estrategia correcta que merece continuidad; sobretodo ante
la amenaza latente proveniente de la creciente producción de crudo del
norte y las expectativas de crecimiento de polos de consumo en esa
región del mundo y particularmente e India, SE Asia y China.
Lo que no decía el dúo Ramírez/Del Pino era que tanto las estrategias
como los modelos de negociación con esos 43+ socios, era desventajosa
para el país y atentaría contra la futura operatividad de Petróleos de
Venezuela. La pondría de rodillas; a la merced de sus socios en un
futuro no muy lejano, como en efecto ha sucedido.