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Julio de 2017

Las migraciones son una constante en la historia de la humanidad. Hoy, las personas que
intentan alcanzar las costas europeas lo hacen por distintos motivos y por distintos
medios. Procuran utilizar vías legales, pero también están dispuestas a arriesgar sus vidas
para escapar de la opresión política, la guerra y la pobreza, así como para reunirse con sus
familias, trabajar y educarse.
En 2015 y 2016, la Unión Europea (UE) experimentó una afluencia de refugiados y
migrantes sin precedentes. Más de un millón de personas han llegado a la UE, la mayor
parte de ellas huyendo de la guerra y el terror en Siria y en otros países.
La UE ha acordado una serie de medidas para hacer frente a la crisis, entre las que se
incluye tratar de resolver las causas profundas de esta, así como incrementar en gran
medida la ayuda a las personas que necesitan asistencia humanitaria tanto dentro como
fuera de la UE. Se están tomando medidas para reubicar a los solicitantes de asilo que ya
se encuentran en Europa, reasentar a las personas necesitadas de los países vecinos y
devolver a las personas que no cumplen los requisitos para acogerse al asilo. La UE está
mejorando la seguridad en las fronteras, luchando contra el tráfico ilícito de migrantes y
ofreciendo vías seguras para que las personas puedan entrar legalmente en la UE.
¿QUÉ ES LA CRISIS MIGRATORIA? ¿QUÉ ESTÁ HACIENDO LA UE?

¿QUÉ ES LA CRISIS MIGRATORIA?


Muchas personas que necesitan protección internacional vienen a la UE para solicitar
asilo. Se brinda protección a las personas que huyen de sus países de origen y que no
pueden regresar debido a un temor fundado de persecución o riesgo de sufrir graves
daños. La UE tiene la obligación legal y moral de proteger a las personas necesitadas.
Los Estados miembros de la UE son responsables de examinar las solicitudes de asilo y
decidir quién recibirá protección.
En particular, la Comisión trabaja permanentemente con el fin de velar por que se
adopten medidas adecuadas de protección de los menores. A medida que aumenta el
número de menores migrantes, en particular los no acompañados, esta cuestión se hace
cada vez más urgente. Estos niños son extremadamente vulnerables y requieren una
atención especial.
Sin embargo, no todo el que llega a Europa necesita protección. Muchas personas
abandonan sus hogares en busca de una vida mejor. A estas personas se les suele
denominar migrantes económicos y, si carecen de derecho legítimo a solicitar protección,
los Gobiernos nacionales tienen la obligación de asegurarse de que regresen
(voluntariamente o mediante el uso de medidas coercitivas) a sus países de origen o a
otro país por el que hayan pasado.
Miles de personas han perdido la vida en el mar tratando de llegar a la UE. Casi el 90 %
de los refugiados y migrantes han pagado a la delincuencia organizada y a traficantes de
seres humanos para que les hagan cruzar las fronteras.
Proporcionar a estas personas alimentos, agua y cobijo representa una enorme presión
sobre los recursos de algunos Estados miembros de la UE. Este es especialmente el caso
de Grecia e Italia, países adonde llegan en primer lugar la gran mayoría de refugiados y
migrantes que entran en la UE.
En una gran parte de la UE, en concreto, en el espacio Schengen, las personas pueden
circular libremente sin controles en las fronteras interiores, pero, como consecuencia del
flujo de migrantes, algunos países de la UE han reintroducido controles temporales en sus
fronteras con otros Estados del espacio Schengen.

¿QUÉ ESTÁ HACIENDO LA UE?


Testimonios de personas que se han acogido a la reubicación.
En los últimos veinte años, la Unión Europa ha establecido algunas de las normas
comunes en materia de asilo más estrictas del mundo y en los últimos dos años, a medida
que se aplica la Agenda Europea de Migración propuesta por la Comisión Europea en
mayo de 2015, la política europea de migración ha avanzado a pasos agigantados.

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