Redacción Proceso, 9 de julio de 1977 En las sombras de un cuarto cerrado, con la sola iluminación de velas, o en un paraje boscoso ajeno a toda mirada extraña, están colocados, sobre una mesa, con la bandera nacional, un crucifijo, una calavera y un puñal Un joven, la mano izquierda sobre el pecho, la derecha sobre la cruz, la voz trémula, recita: “Convencido de la necesidad y urgencia de cerrar las filas contra los enemigos de Dios y de la Patria, y después de haberlo pensado bien, Yo __________________________, miembro de ______________________________________ PROTESTO ANTE DIOS Y ANTE LA PATRIA, entregar todas mis fuerzas, mi fortuna y, si fuese necesario, la vida, para defender en el ambiente estudiantil en que me encuentre, los sacrosantos valores espirituales y patrios que he recibido de mis mayores”. Un alto jerarca de La Organización responde: “Si así lo hicieres, que el Señor y la Patria te lo premien y si no, que te lo demanden”. –“Así sea”, corean todos los presentes. El iniciado bebe luego un vaso de vino de consagrar: le ha nacido al país un nuevo cruzado de la intolerancia. En tiempos de reforma política, cuando la moda es prevenir contra el peligro del fascismo en México, casi todos los dirigentes políticos y teóricos sociales han olvidado a las organizaciones visibles y encubiertas, secretas o secreteras de la ultraderecha. La reacción en México es una fuerza viva, actuante, con poderío específico. Sus ideólogos y activistas más recalcitrantes actúan en los medios educativos –muchos de los cuales les pertenecen, como la Universidad Autónoma de Guadalajara, por citar sólo un ejemplo– y tiene sus propios medios de propaganda, como Resumen, Integridad, Réplica, Hoja de Combate, Temas Contemporáneos, entre otros muchos. ¿Conviene a la salud de la nación hacer llegar el imperio de la ley a los albergues, clandestinos y abiertos, de las organizaciones profascistas? ¿La reforma política se lo ha propuesto? He aquí dos preguntas para el debate. Presentamos aquí documentos y testimonios recogidos por Proceso; sería larga la enumeración de los golpes propinados por estos grupos: lo mismo Ignacio Chávez, cuando rector de la UNAM, que el obispo Sergio Méndez Arceo –un baño de anilina roja en el aeropuerto fue lo de menos–, que Felipe Pardiñas dentro del templo del Espíritu Santo, que otros clérigos y profesores universitarios como José Luis Ceceña, y hasta la estatua de Benito Juárez. Un botón de muestra entresacado de la misma historia elaborada por los profesionales del anticomunismo, es éste: una de las facciones pacifistas mexicanas –el anticomunismo también está dividido– ostentó la presidencia de la Liga Mundial Anticomunista (WACL), hasta que el profesor Raymundo Guerrero la entregó el 8 de abril de 1974 al sudcoreano Ku Cheng Kang. Guerrero es también presidente de la Federación Mexicana Anticomunista, la que condenó –número 57 de Réplica– al movimiento Tradición, Familia y Propiedad –nacido en Brasil– y a sus seguidores en México, por “tibieza· y por desvirtuar la lucha anticomunista. Siempre que creen necesario amedrentar, los ultras de la derecha presentan su desafío. Apenas en agosto de 1975, los grupos visibles del fascismo corriente mexicano, en el “Pacto de los Remedios”, llamado así por el nombre del poblado donde se celebró la reunión de los jóvenes ultras en el estado de México, proclamaron su compromiso de “trabajar en el campo, la escuela, la fábrica y nuestro ambiente social, para cambiar la actual sociedad corrupta y materialista”. En esa manifestación fascista participaron las siguientes 22 organizaciones visibles de la ultraderecha mexicana: Juventud Nueva y Frente Universitario Anticomunista, de Puebla; Unión Cívica de Chihuahua; Club Non Plus Ultra, de Guanajuato; Juventud Inconforme Positiva, de Guanajuato; Grupo Interescolar “Dios y Montaña”, Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), Círculo “José Vasconcelos”, Instituto de Acción Social de la UNAM, Promoción Universitaria Mexicana de Acción Social y Grupo Bolonia, del Distrito Federal; Juventud Regiomontana, de Nuevo León; Juventudes Cristeras, de Jalisco; Movimiento Juvenil “José Escandón”, de Tamaulipas; Liga de Estudiantes Católicos, de Zacatecas; Juventud Independiente Yucateca; Sociedad “Antonio Caso”, de Veracruz; Grupo “José María Morelos”, de Michoacán; Círculo “Eusebio Kino” de Sonora; Asociación de Universitarios Libres, de Durango; Corporación Cívica de Durango; Movimiento Cívico Juvenil, de Coahuila. Los diversos y aun contrarios grupos de la ultraderecha mexicana tienen varios elementos en común: a) La utilización de la religión católica como escudo o parapeto de acciones estrictamente políticas de carácter fascista. b) La imposición de juramentos secretos a todos sus afiliados. c) El uso de la fuerza, la coacción y otras formas de violencia y apremios físicos. d) El recurso de injurias y descrédito de las instituciones y personalidades democráticas. e) Los miembros de los grupos secretos –con excepción de los dirigentes visibles, que actúan desde hace tiempo en diversos medios –particularmente dentro del periodismo– utilizan seudónimos de batalla. f) El fanatismo irreductible de estos grupos los lleva con frecuencia a condenarse y vilipendiarse entre sí, sobresaliendo de todos los casos la acusación de “insuficiente anticomunismo”. Sin embargo, detrás de las diversas organizaciones de la ultraderecha existen otras “supersecretas”, como las poco, poquísimas conocidas Liga Universitaria Nacionalista (LUN) y Vanguardia Integradora de la Nacionalidad (VIM), que han tenido su origen en el Bajío –concretamente en León, Guanajuato, bastión de los criterios. Otras organizaciones, algunas de las cuales pueden haber desaparecido para ceder sitio a nuevos membretes, que se multiplican hasta perderse en la investigación son: Guardia Unificadora Iberoamericana (GUIA), nacida del MURO, el que anunció su desaparición públicamente hace más de seis años y sigue actuante; TECOS (Tarea Educativa y Cultural Hacia el Orden y la Síntesis es una de sus traducciones), en Jalisco y otros estados: Federación Mexicana Anticomunista (FEMACO); Frente Popular Anticomunista de México; Frente Constitucional Mexicano; Frente Estudiantil Democrático; Federación de Estudiantes de Jalisco; Alianza Popular Anticomunista; Coalición Nacional de Agrupaciones Anticomunistas; Instituto de Integración Latinoamericana; Frente Remanente Mexicanista; Comité permanente de la Ciudadanía de Puebla; Frente Coordinador de León; Movimiento Cívico Tradicionalista de México; Alianza Estudiantil Defensora de la Libertad de Enseñanza; Movimiento Estudiantil Social Cristiano y Cruzada de Reconstrucción Nacional. Algunos de ellos se conforman con el adoctrinamiento y el combate ideológico de todo aquello que suponga progresismo, socialismo, comunismo o simple reformismo. Pero otros están organizados en células paramilitares, armadas. De los ya mencionados, algunos grupos tienen sus brazos violentos, y también existen organizaciones específicamente creadas para encender el terrorismo de la derecha, como el Grupo Sangre, de Guerrero; Mano Negra, en Hidalgo e Instituto Atlético Militar, en León, Guanajuato. Patria y Libertad es otro grito guerrero que ha desaparecido ya en muros y panfletos. A partir de la obsesiva idea de una conjura mundial judeo-masónica-comunista –según la cual estas tres corrientes históricas en realidad constituirían una sola expresión del dominio judío en el mundo– las fuerzas de ultraderecha han producido abundante bibliografía, desde los clásicos “Derrota Mundial”, de Salvador Borrego, “América Peligra”, “El Judío Internacional”, hasta libros francamente calumniosos, entre ellos “El Mondrigo”, “El Poder Laico”, “Golpe de Látigo”, “La Cruz, Ariete Subversivo”, “La Iglesia Montiniana”, “Resistencia a la Subversión”, “Subversión, un nuevo Estilo de Guerra”, “Hacia Dónde Lleva Echeverría a México”, “Troya Juvenil”, etcétera. Estatutos de la Vanguardia Integradora de la Nacionalidad: Capítulo II De los afiliados: Art 4) Para ingresar a esta organización, es preciso: a) Profesar la Religión Católica, Apostólica y Romana. b) Ser de tendencias anticomunistas. c) No pertenecer a la francmasonería, ni a ningún partido político. e) Ser honrado y lo suficientemente discreto para guardar secretos. Art 12) Son delitos contra la organización: [volver a guglear, para ver si aparece lo que falta] c) La traición, ya facilitando la victoria del enemigo, abierta o solapadamente; directa o indirectamente; pasándose a las filas del enemigo o pasando informes perjudiciales para la organización o favoreciéndoles en forma consciente o deliberada o traicionado en cualquier forma, amerita la expulsión ignominiosa de la Organización y el castigo violento que la Asamblea Directiva juzgue necesario aplicar. e) El espionaje o cualquier otra situación realizada dentro de la Organización por consignas de otras Asociaciones o Grupos de cualquier naturaleza serán siempre considerados como delitos de alta traición. Capítulo III De los Grupos y de sus actividades Art 15) Serán actividades de los grupos: c) Organizar Sociedades Científicas, Círculos de Estudio, sobre materias de interés para los alumnos de la escuela, sin que sepan los nexos de tales Círculos con la Organización. Capítulo V De la Asamblea Directiva Art 27) Los nombres de las personas que componen la Asamblea Directiva sólo serán conocidos por los miembros de ésta y por las personas que serán autorizadas por la misma Asamblea para conocerlos. Art 28) Los afiliados a un grupo solamente conocerán a los componentes del mismo, debiendo desconocer a los funcionarios e integrantes de otros grupo; están obligados a no hacer investigaciones al respecto, so pena de ser considerados espías por ese solo hecho. Capítulo IX Del Capitán de la Fuerzas de Choque: Art 46) El Capitán de las Fuerzas de Choque, debe ser un individuo de fortaleza física, valiente a toda prueba y resuelto a emplear la fuerza en beneficio del Grupo y de la Vanguardia cuando sea preciso. Art 48) El Capitán de las Fuerzas de Choque debe integrar su Escuadra por lo menos con 7 individuos del Grupo capaces de formarla Si dentro del Grupo no hubiere personas adecuadas, debe presentar candidatos para su ingreso a la Organización.
FUA, MURO Y LUEGO GUIA
Según un documento elaborado por las “Juventudes Nacionalistas de México” un “grupúsculo de extraño origen y de ininteligible actuación”, compuesto por “jóvenes de mentalidad lasallista-jesuística”, el FUA surgió en 1954 en Puebla. “Ramón Plata Moreno, un ‘iluminado’ se rodeó de apóstoles que lo secundaron en la aventura político-religiosa para adueñarse, primero de la Universidad de Puebla bajo la bandera del Frente Universitario Anticomunista (FUA) y después del gobierno del país”, dice el escrito Sus más destacados colaboradores: Luis Felipe Coello, Víctor Manuel Sánchez Steimpreis, Luis Pazos, Carlos Figueroa Sandoval, Klauss Feldman, Federico Nügemburg, Antonio Quintana, Miguel Antonio Díaz Cid, Fernando Baños Urquijo, Ignacio Rodríguez Carreño, Gastón Pardo Pérez y Augusto Domínguez Guzmán. El mismo documento revela que siguiendo una lección del movimiento ultraderechista brasileño “Tradición, Familia y Propiedad” (la contrarrevolución “debe tener a su disposición los mejores medios de televisión, radio, prensa de gran importancia, propaganda racional, eficiente y atractiva”) varios agentes del FUA “están cumpliendo en este aspecto con gran celo” y cita a Carlos Figueroa Sandoval, Luis Felipe Coello, y Manuel Sánchez Steimpreis. Las “Juventudes Nacionalistas de México” revelaban después que Plata Moreno y sus “doce apóstoles”, “derrotados y maltrechos trasladaron su cuartel de operaciones de Puebla a la capital de la República donde tuvieron un nuevo alumbramiento: el MURO”, a pesar de que “cualquiera pensaría que la triste experiencia de Puebla habría dado a estos traficantes del anticomunismo oportunidad de enmendar errores y superar las estrategias fallidas”. El 19 de marzo de 1962, algunos órganos de prensa consignaron el nacimiento de una nueva organización estudiantil llamada Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). En un mensaje enviado a la cadena de periódicos El Sol, el dirigente murista Luis Felipe Coello dio a conocer los planes del nuevo organismo. También envió mensajes al rector Ignacio Chávez y a todos los funcionarios de la UNAM, en los que expresaban, entre otros conceptos los que se citan: “con el respeto que nos merece toda autoridad, queremos hacer de su conocimiento que estaremos pendientes para censurar, con la energía necesaria, las actitudes de usted o de cualquier otro miembro de la actual administración, que no estén acordes con la línea de conducta y con la trayectoria que por su alta investidura, deben seguir quienes tienen la gravísima responsabilidad de gobernar el funcionamiento de nuestra Universidad”. Días después, en “PUNTO”, su vocero oficial, el MURO expresó que la “única acusación que sí aceptamos de antemano, es la de fanáticos; sí lo somos: fanáticos de la libertad y de la dignidad humana, fanáticos de lo que se puede ser radicalmente fanáticos, de la verdad”. Los “radicales fanáticos de la verdad” que presidieron el primer comité directivo del MURO ocuparon los siguientes cargos: Presidente: Luis Felipe Coello; Vicepresidente: Víctor Manuel Sánchez Steimpreis; Secretario General: Alfredo Ocampo V; Secretario de finanzas, Alfredo Pérez Grovas; Coordinador general: Jesús Nieva Velázquez. Radicales también de la intolerancia (“La virtud de la tolerancia se ha convertido en el pecado de la complicidad”) los jóvenes muristas participaron en distintas acciones contra organismos y personalidades progresistas. En balances de su propia actividad, publicados en “PUNTO”, el MURO reconoce que participó en la “campaña contra el rector comunista Elí de Gortari, de la Universidad de Morelia, que culmina con su derrocamiento”. En el mismo año, 1963, el MURO se dedica a “investigar a Max Aub, director de Radio Universidad, quien desde esa institución sirve al comunismo internacional”. En el quinto aniversario del MURO, “PUNTO” se regocijó al dar a conocer a sus lectores una más de las acciones “que han contribuido a darle a la organización el indiscutible prestigio nacional e internacional que hoy goza”: la caída del rector Ignacio Chávez, con la que terminaba, a decir de esa organización, “uno de los más negros capítulos de la historia estudiantil del país, culminando toda una era de despotismo, de represión, de ‘reformas’ desastrosas, de medidas absurdas”. Expresa el MURO que desde su fundación hasta la renuncia del doctor Chávez “se trabó una lucha sin cuartel, mejor diríamos un combate a muerte. O el MURO era exterminado por las tortuosidades y las represiones, o se imponía la razón de la juventud y se volvía a impregnar a la Universidad del ardor por la verdad que –cosa increíble en un centro universitario– se había olvidado”. Que el MURO siempre quiso imponer su propia ley y castigo, lo demuestran sus propias palabras. En una ocasión, Ignacio Rodríguez, secretario de prensa de la organización, advirtió que “si las autoridades universitarias no dan las garantías indispensables a los anticomunistas para proteger sus personas y sus estudios, los universitarios libres nos veremos en la penosa necesidad de establecer el orden por propia mano y a cualquier precio”. De todas las organizaciones similares al MURO del Distrito Federal sólo la del estado de Puebla tomó las mismas siglas, al fundarse el 22 de noviembre de 1962 en la ciudad capital, para convertirse en “una barricada más contra los embates del odio materialista”, según una nota informativa de El Sol de Tlaxcala. El mismo diario da a conocer según Luis Felipe Coello, que “nacerán otros muchos comités estatales del MURO en toda la provincia mexicana”. Tres años de tropelías después, el MURO es descalificado y condenado por el arzobispo primado de México, Miguel Darío Miranda, por tratarse de una organización que se aparta de las directrices de la Iglesia Católica y que “no ha vacilado en crear una mística, ampararse en el secreto, exigir juramentos o promesas y recurrir a la religión como uno de los medios más eficaces para atraer adeptos entre quienes profesan la verdad de Cristo, que en ningún momento y por ninguna válida razón puede prescindir de la caridad como de su esencial e imprescindible característica”. Como consecuencia de la condena arzobispal, las autoridades de la Universidad Iberoamérica –administrada, como se sabe, preponderantemente por jesuitas– expulsaron a varios alumnos que eran miembros del MURO, bajo el cargo de haber empleado contra sus condiscípulos la fuerza y el terror para sumarlos a sus filas. La Universidad La Salle –reconocida entonces, al igual que la Anáhuac, como bastión de juventudes derechistas– se apresuró a condenar al MURO y lamentó “enormemente, que algunos de esos individuos se hayan metido subrepticiamente en su administración, dirección y magisterio”. Según el documento publicado por “Juventudes Nacionalistas”, el núcleo de personajes enigmáticos y mesiánicos que crearon el FUA y el MURO crearon en diciembre de 1971 otro membrete, GUIA, a fin de “cumplir los compromisos derivados de la ayuda económica extranjera y ante el hundimiento del MURO, el que desapareció en medio del repudio unánime de maestros y estudiantes de la UNAM y de las autoridades eclesiásticas”. Ese grupo dio vida a la GUIA a través de “costosas publicaciones periodísticas en las cuales quisieron dar soluciones a todos los problemas del continente, sin importarles el ridículo en que caían por su manifiesta ignorancia de la realidad internacional. Aparecen al frente de GUIA dos conocidos instrumentos del grupo: Fernando Baños Urquijo e Hiram H Parra”. Uno de los grupos ultraderechistas más inflexibles y poderosos, la Federación Mexicana Anticomunista, a la que pertenecen “Los Tecos”, tiene su asiento en la ciudad de Guadalajara y guarda relación estrecha con los principales gobiernos y movimientos anticomunistas de Latinoamérica, Asia y Europa. Esta facción de los “duros entre los duros” ha combatido a grupos como la llamada Guardia Unificadora Iberoamericana (GUIA), de México, y al movimiento “Tradición, Familia y Propiedad”, de Brasil, por supuestas debilidades ante los judíos y los comunistas. A través de su publicación periódica Réplica, la FEMACO acusó al “jefe visible” de GUIA, Fernando Baños Urquijo, de pretender apoderarse de la Liga Mundial Anticomunista para formular pronunciamientos favorables a la causa de los judíos. En su número 57, Réplica revela que durante un enfrentamiento con la FEMACO dentro del VI Congreso Mundial Anticomunista, celebrado en México, “Fernando Baños Urquijo, jefe del pequeño grupo de integrantes que se autotilula GUIA, para poder obtener protección de la policía secreta del gobierno mexicano, mostró su credencial de miembro activo también de la policía secreta del señor presidente Luis Echeverría”. Relata Réplica que, en los momentos del incidente, los jefes policiacos que dirigían las guardias de seguridad de la reunión anticomunista se interpusieron entre Baños Urquijo y los jóvenes de la FEMACO para impedir que aquél fuera expulsado del evento, y señalaron que aunque fungiera como jefe de GUIA, era “leal miembro de la policía secreta de la Dirección Nacional de Seguridad”.
LA UAG “TAN LEJOS DE DIOS Y TAN CERCA DE LOS EU”
Todo trabajo de investigación sobre las fuerzas de ultraderecha, aun el más esquemático, pasa, necesariamente, por el análisis de la Universidad Autónoma de Guadalajara, la más antigua universidad privada mexicana y la que más estrechas ligas mantiene con los grupos retardatarios de México y los Estados Unidos. Aunque fundada en 1935, la UAG es el resultado, en realidad del conflicto religioso que México vivo en los años 1926-1929. Obispos y militantes católicos, descontentos con la solución política del problema cristero, trabajaron incansablemente en la fundación de una universidad que sostuviera los principios de la libre empresa. Desde su formación, esta institución ha contado para su desarrollo con los donativos provenientes de los Estados Unidos, incluidos algunos del propio Departamento de Estado norteamericano, y de capitalistas nacionales. En 1963, con el apoyo económico de la Fundación Ford, la UAG organizó una conferencia para analizar la marcha de la institución, a la que acudieron representantes de 23 universidades norteamericanas En ella se produjeron acuerdos de cooperación, asesoría, investigación, preparación de profesores y programas generales de desarrollo universitario. Después de esa conferencia se produjeron innumerables visitas recíprocas, todas costeadas por la Fundación Carnegie, a través de la Universidad de Texas. Además, representantes de la UAG pudieron visitar con frecuencia a las distintas universidades norteamericanas gracias donativos del gobierno estadunidense. Sirva para comprobar la estrecha vinculación de la UAG con las fuerzas capitalistas del país y del extranjero una revisión del Comité de Consultores Generales Académicos y Administrativos y del Consejo de Directores. Comité de Consultores Generales Académicos y Administrativos de la Universidad Autónoma de Guadalajara: Humanidades: Dr George Waggoner, de la Universidad de Kansas. Ciencias Exactas y Terrestres: canciller Carey Croneis, de la Universidad de Rice. Ciencias Médicas y Biológicas: Dr F Carter Panill, dean de la Soth Wester Medical School. Administración: Dr Frank Tiller, Universidad de Houston. Coordinador: Dr Oscar F Wiegand, de la Universidad de Texas. Según cifras recientes, en la UAG estudian unos 15 mil jóvenes y, por lo menos, 4 mil de ellos son extranjeros. El eje central de la UAG es su escuela de Medicina, con sus dos hospitales-escuela: el “Ramón Garibay” y el “Anhel Leaño”. Por lo menos en un 70 por ciento los alumnos de este plantel son extranjeros; la mitad del total, norteamericanos; el resto, de Panamá, El Salvador, Puerto Rico, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Brasil y Venezuela. En fecha reciente, el jefe de Difusión de la UAG contaba: “El New York Times nos publicó un titular que quiso ser irónico, pero que tenía bases reales. Decía que nuestra escuela de medicina es la escuela norteamericana más grande del mundo. Y tenía razón, en cierto sentido, porque es la segunda universidad del mundo en número y calidad del instrumental para alumnos de fisiología, por ejemplo”. Lo cierto es que la UAG da cabida a miles de norteamericanos que no pudieron ingresar a las universidades de Estados Unidos por falta de cupo o porque habían reprobado alguna materia. En la UAG, además, priva un sistema de vigilancia rigurosa, con decenas de guardias, pistola al cinto y armas de alto poder al hombro, por doquier. Guardias no uniformados, con aparatos portátiles para intercomunicarse, realizan una estrecha vigilancia de estudiantes y vehículos. En más de 40 años, la UAG ha mantenido inflexible la ideología derechista que todavía le dio vida. De esa ideología hablan más que suficiente las leyendas de la Federación de Estudiantes de Jalisco, que agrupa a todos los jóvenes de la Autónoma: “FEJ: ¡Por el espíritu y contra el comunismo ateo! ¡Civilización o barbarie comunista: el dilema sigue en pie”. En el senado de la UAG surgió el grupo llamado de “Los Tecos”, creado en los primeros años de la Universidad derechista por Carlos Cuesta Gallardo y los hermanos Leaño. Acerca del significado del mote del grupo se sabe de tres distintas versiones. Según una de ellas, los hermanos Leaño, originarios de Tecomán, Jalisco, hacían llamar al grupo como “Los Tecos”, en honor de su tierra natal; otra considera que se designa así a esa organización en virtud de que acción secreta guarda relación con la habilidad de los “Tecolotes” para desenvolverse en la oscuridad. La tercera, manejada oficialmente por los propios “Tecos”, parece seguir el método de las siglas de otras organizaciones: primero se elige una expresión determinada (MURO, por ejemplo) y posteriormente se le rellena de significado. En este caso, “Tecos” quiere decir: Tarea Educativa y Cultural Hacia el Orden y la Síntesis. Dice Luis Calderón Vega, “naturalmente como todos los grupos secretos, éste posee sus infras y superestructuras, por las que van pasando los neófitos, cada vez más comprometidos por su curiosidad y su conocimiento de las interioridades de la organización y más ganados por la fuerza mística que entraña la psicología subterránea, tan fuerte, tan incisiva que algunos y muy respetados personajes están envueltos por ese clima que es ya característico en Guadalajara porque las numerosas generaciones de profesionales egresados y sellados por el juramento de los “tecos”, matizan e influyen en organizaciones sociales de muy diverso tipo. Muchas células desplazadas a otras ciudades, como en México y Puebla, y en algunos ‘frentes’ universitarios aparentemente independientes, propagan este cáncer”. Por lo que hace a sus ligas con grupos económicos y medios de difusión, el mismo documento de “Juventudes Nacionalistas” acusa así a los que fueron dirigentes del MURO: “En vez de buscar adeptos para su causa en la UNAM, donde había 120 mil universitarios, se acogieron al amparo de los capitanes de empresa, especialmente del conocido Grupo Monterrey, al de los hermanos lasallistas y jesuitas y nutrieron su inspiración política en el PAN y el Sinarquismo, y en un arranque de maquiavélica ‘habilidad política’, se convirtieron en orejas de corporaciones policiacas para estar bien con Dios y con el diablo”. Son muchas las publicaciones particulares que difunden las ideas de la derecha mexicana. Una que tiene ya 20 años editándose es “Temas Contemporáneos”, a cargo del licenciado Agustín Navarro Vázquez. Pero en la gran prensa también tienen sus voceros. Uno de los más importantes diarios que se editan en esta capital, editorializó así el problema universitario: “Creemos que todos, tanto legisladores, como los actuales delincuentes tienen en su poder las instalaciones universitarias, deben tener en cuenta que cuando la sociedad no cuenta con instrumentos de defensa, éstos se generan en forma espontánea, como los anticuerpos en los organismos biológicos. “Podemos recordar que, en Argentina, cuando la violencia extremista llegó al clímax, surgió aquella organización denominada AAA que hacía justicia por sus propias manos. “En épocas de caos, siempre han aparecido organizaciones de este tipo: en España fueron los Guerrillero de Cristo Rey; en Italia también la triple “A””. “De continuar las cosas en un sentido de caos como el que ahora vive la Universidad, no nos extrañaría que comenzara a operar nuevamente el MURO, para poner a los agitadores en su lugar”.
FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LA UAG
Recursos Propios de la Universidad 27 090 000 De Egresados 3 500 000 De padres de familia 3 000 000 Fundaciones y Agencias 32 000 000 Consejos de Directores y Empleados 69 525 000 Total $ 135 115 000