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RESUMEN

CONCUSIÓN (Art. 382 CP.)

Como en todos los delitos contra la Administración Publica, el bien jurídico protegido, es la
Administración Publica, en la medida que se tiende a garantizar el adecuado funcionamiento de la
Administración del Estado en todos sus niveles; resaltándose aquí, a diferencia de otras modalidades, que
el Sujeto Activo del delito deberá tener la condición de Funcionario o Servidor Público indistintamente;
en tanto que es el Estado el Sujeto Pasivo del delito.
Esta modalidad tiene al dolo como esencial elemento subjetivo, en una acción que se caracteriza por la
actitud del funcionario o servidor público que, en manifiesto abuso de su cargo y desde luego en el
ejercicio regular del mismo, obliga o induce a una persona a otorgar y/o prometer a su favor o el de
terceras personas, indebidamente un beneficio patrimonial de cualquier naturaleza.
Es indudable que el bien u otro beneficio patrimonial del cual se despoja al agraviado, sea porque el
obligado o inducido por el Sujeto Activo; y se hace en virtud de la contrapartida que hará el agente para
realizar un acto propio de sus funciones.

COBRO INDEBIDO (Art. 383 CP.)

El Sujeto Activo es igualmente la persona que tenga la condición de funcionario o servidor público; y,
tiene en el dolo, el elemento subjetivo de esencial concurrencia en la tipificación del tipo penal.
Se requiere como elementos constitutivos del delito primero, el abuso del cargo del agente; segundo, la
exigencia que determine al agraviado hacerle pagar o entregar contribuciones o emolumentos; tercero,
que las contribuciones sean indebidas o excedan la tarifa legal.

En interpretación de la norma penal, no se requiere que la contribución represente un enriquecimiento del


sujeto activo, pues el delito se desarrolla con la finalidad de presentar la ilegal exigencia como un
requisito formal para que pueda iniciarse o continuar el procedimiento administrativo.

COLUSIÓN SIMPLE Y AGRAVADA (Art. 384 CP.)

Es una modalidad evidentemente dolosa, en la que el agente necesariamente deberá tener la condición de
funcionario o servidor público; haciéndose extensiva la aplicación de este dispositivo a los peritos o
contadores particulares, respecto de los bienes en cuya tasación, adquisición o participación intervienen,
respecto de los pertenecientes a sus pupilos o testamentarias.
La ilicitud se concreta cuando el agente, valiéndose de su condición de funcionario o servidor público,
interviene por razón de su cargo en licitaciones, contratos, subastas, concurso de precios u otras
operaciones semejantes; defrauda al Estado, o entidad u organismo dependiente de él, a través de la
concertación que hace con los interesados en convenios, ajustes, liquidaciones o suministros.
Se requiere entonces que el agente intervenga en el acto público por la razón de su cargo; que la
operación represente la defraudación al Estado; y, que exista colusión entre el agente con los interesados,
precisamente a través de los convenios, ajustes, liquidaciones o suministros que se den, como
consecuencia de la intervención nociva del funcionario o servidor público en licitaciones, contratos,
subastas u otras operaciones similares.

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PATROCINIO ILEGAL (Art. 385 CP.)

El Sujeto Activo del delito debe ser necesariamente un funcionario o servidor público; haciéndose
también extensiva la aplicación de este dispositivo a los peritos y contadores particulares en torno de los
bienes en cuya tasación, adquisición o participación intervengan, pertenecientes a sus pupilos o
testamentarias. Se requiere el dolo, como elemento subjetivo del delito.
En esta modalidad, el agente capitaliza indebidamente su condición de funcionario o servidor público,
para amparar o proteger los intereses de particulares ante la Administración Publica, a través del
patrocinio incompatible con la función pública.
Es decir, independientemente de si la intervención del funcionario o servidor se produce en una
dependencia donde ejerce influencia directa o se desempeñe en la misma; lo que se sanciona es
precisamente la actitud del agente de valerse de su condición de funcionario o servidor público para
beneficiar a los interesados indebidamente a través de una protección que representa una ventaja para los
interesados ante la Administración Publica; pues es fácil entender que resulta viciada la neutralidad de la
Administración Publica, cuando uno de sus dependientes interviene a favor de un determinado
procedimiento.
La consumación del delito, no requiere que en el acto se produzca un fraude para el Estado, pues basta la
intervención del funcionario o servidor en el patrocinio de un particular frente a la Administración
Publica.

EXTENSIÓN DE PUNIBILIDAD (Art. 386 CP.)

Las disposiciones de los artículos 384 y 385 son aplicables a los Peritos, Árbitros y Contadores
Particulares, respecto de los bienes en cuya tasación, adjudicación o participación intervienen; y a los
tutores, curadores y albaceas, respecto de los pertenecientes a incapaces o testamentarias.

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INTRODUCCIÓN

El trabajo que se nos convoca en esta oportunidad corresponde a los temas de Nombramiento o
aceptación indebida para cargo público, Concusión, Cobro indebido, Colusión, Patrocinio ilegal y
Extensión de punibilidad regulados en el Título XVIII, Capítulo II, Sección II, artículo , 382°, 383°,384°,
385° y 386° del Código Penal.

Presentamos un análisis de seis de los delitos que vulneran a la Administración Pública y que
pueden ser cometidos por los funcionarios o servidores públicos; tal es el caso de delito de,
Concusión, Cobro indebido y Colusión, están referidos a la situación en la que el funcionario o
servidor público que abusando de su cargo, cometen actos contrarios a sus funciones y al
derecho, los cuales afectan a la administración pública.

El desarrollo inicia con el origen etimológico, concepto, la ubicación legal de los referidos tipos
penales; para luego realizar un análisis sistemático en lo que respecta a la tipicidad objetiva y
subjetiva, antijuricidad, consumación y tentativa, culpabilidad y penalidad; de cada tipo penal.

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CAPITULO I

DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS (CAPITULO

II CP.)

CONCUSION (SECCIÓN II)

CONCUSION

ORÍGEN ETIMÓLOGICO

Los primeros antecedentes sobre el origen etimológico de la concusión, al igual que de la gran mayoría de

las figuras jurídicas que se contemplan en el sistema jurídico, se remontan al Derecho Romano, que ha

servido de punto de partida en la evolución de una infinidad de institutos en diversos sistemas legales

internacionales. Tal influencia, tuvo lugar gracias a cuatro grandes vertientes:

a) El Derecho Español: el cual fue aplicado en territorio nacional con las “Siete Partidas” de manera

parcial hasta la expedición de nuestro primer Código Civil en el año de 1870.

b) La Escuela Francesa; a través del Derecho Napoleónico así como por conducto de diversos códigos

europeos, los cuales a su vez, recogieron en gran medida los principios jurídicos legados por la escuela

romanista.

c) El corpus iuris o estudio del Derecho realizado por varias generaciones de Juristas Mexicanos, en lo

que respecta a nuestro sistema jurídico.

d) La Doctrina extranjera legada por connotados romanistas, en particular de la escuela alemana y que en

su época aportaron grandes conocimientos sobre la materia, entre los cuales destacan: VON IHERING,

VON SAVIGNY, WINDSCHEID DERNBURG. El Derecho Romano ofrece al sistema jurídico

mexicano una gran gama de antecedentes y principios que hasta nuestros días, han evolucionado en gran

medida y que siguen siendo aplicados a la fecha, como por ejemplo, en materia de derechos reales,

obligaciones y sucesiones.

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 Por lo que respecta a la figura jurídica de la concusión, tiene sus orígenes etimológicos en el propio

Derecho Romano, los cuales derivan del vocablo latino concutere, que significa “sacudir”. De

manera metafórica se explica como “quo quis arborem concutitut cadentes fractus colligar”, es decir,

“el sacudir un árbol para hacer caer sus frutos y después recogerlos”.

De la simple lectura que se efectúe sobre el concepto histórico citado con anterioridad, es claro que no se

desprende elemento alguno que permita esclarecer el significado sobre el antecedente etimológico del

delito de la concusión, menos aún, si se pretendiese cotejar dicho concepto, con el tipo legal vigente

descrito por el Legislador en el Derecho Penal.

Ante tal situación, es menester esclarecer la aplicación figurada o sui generis del origen etimológico de la

concusión en el Derecho Romano y de cómo era interpretada y aplicada en ese entonces, dicha figura.

CONCEPTO

Concusión es un término que procede del latín “concussio”, se trata de una exacción (la acción de exigir

impuestos, multas o prestaciones) arbitraria que lleva a cabo un funcionario público en provecho propio.

La concusión, por lo tanto, es un concepto legal que se utiliza para nombrar al funcionario que hace uso

de su cargo para hacer pagar a una persona una contribución que no le corresponde. La concusión también

implica exigir un pago más alto del estipulado por ley.

El análisis de la concusión y sus características dependerá de un juez.

 Por ejemplo: “Pérez fue acusado de concusión por un empresario local, quien asegura que el

funcionario le exigió una fuerte suma de dinero para habilitarle el negocio”

El servidor público incurre en este delito cuando exige, por sí mismo o por medio de otra persona,

dinero, valores o servicios a título de impuesto, renta, contribución, etc., sin que la ley lo estipule o en

una cuantía superior a la permitida.

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Si el funcionario es encontrado culpable, la pena varía según cada legislación y de acuerdo con la

gravedad del delito cometido. Por lo general, los castigos van desde el pago de multas hasta la destitución

e inhabilitación para desempeñarse en cargos públicos o incluso la prisión.

ARTICULO Nro. 382: CONCUSION

1. TIPO PENAL

La figura delictiva conocida como concusión se encuentra recogida en el tipo penal del artículo 382 del

Código Penal, literalmente prescribe:

“El funcionario o servidor público que, abusando de su cargo, obliga o induce a una persona a dar o

prometer indebidamente, para sí o para otro, un bien o un beneficio patrimonial, será reprimido con

pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de 8 años.”

2. TIPICTDAD OBJETIVA

El contenido del tipo penal 382°, teniendo como referencia los verbos rectores: obligar e inducir, puede
ser dividido hasta en dos conductas punibles claramente diferenciables.

2.1. La modalidad por obligar

Se configura el delito de concusión en una primera modalidad, cuando el agente-funcionario o servidor


público, abusando del cargo que ejerce al interior de la administración pública, obliga a una persona a dar
o prometer indebidamente, para sí o para un tercero, un bien o un beneficio patrimonial. Este supuesto
delictivo se materializa cuando el agente en ejercicio de sus funciones con conocimiento y voluntad
impone, obliga, fuerza, coacciona, somete o constriñe la voluntad de su víctima con la finalidad que esta
le dé o prometa dar en un futuro inmediato un bien o beneficio indebido.

En esa línea, el verbo obligar empleado por el legislador en la fórmula legislativa es sinónimo de
constreñir y significa compeler por la amenaza a otro para que haga o ejecute algo sin llegar a una
amenaza en el sentido del delito de extorsión previsto y sancionado en el artículo 200° del Código Penal.

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la diferencia entre una y otra radica en que la intimidación del delito de concusión es aquella que implica
el anuncio del sufrimiento de un perjuicio derivado de la propia administración pública (no expedir una
resolución, resolver un asunto de modo diferente a las pretensiones de la víctima, demorar la emisión de
la resolución o en la ejecución del contenido de la resolución, denunciarlo por errasión tributaria, ordenar
su detención, etc.);en tanto que en el delito de extorsión el agente amenaza a su víctima con un perjuicio
común (daños a la propiedad, lesiones, muerte, privación de libertad, despido del trabajo, etc.). En la
concusión no se requiere que la amenaza sea directa o un exigir descarado por parte del agente; basta que
la amenaza se realice en términos que la víctima comprenda la intención del agente-funcionario o servidor
público.

2.2. Modalidad por inducir

En esta segunda modalidad se verifica el delito de concusión cuando el agente siempre funcionario o
servidor público, abusando del cargo que ejerce al interior de la administración pública, induce a una
persona a dar o prometer indebidamente, para sí o para un tercero, un bien o un beneficio patrimonial. En
otros términos también se puede conceptualizar esta modalidad punible como aquel supuesto delictivo
que se materializa cuando el agente siempre funcionario o servidor público en pleno ejercicio de sus
funciones públicas estimula, instiga, induce o provoca a su eventual víctima para que esta le dé o prometa
dar en un futuro inmediato un bien o beneficio patrimonial indebido.

El medio que emplea el agente-funcionario o servidor público consiste en vencer la voluntad de la víctima
mediante la persuasión, el convencimiento, la apariencia, haciendo uso de estratagemas, falsedades,
engaños o silencios que tengan la suficiente fuerza que determinen finalmente a la víctima que esta le dé o
prometa dar el bien o un beneficio patrimonial.

Es común en la doctrina nacional sostener que el delito de concusión en la modalidad de inducción, puede
ser perpetrado por omisión tal como ocurrirá cuando el agente-funcionario calla o guarda silencio ante
una pregunta del administrado sobre el monto de la tasa que debe pagar, induciéndole de esa forma a
pagar más de lo realmente debido sin duda, como lo deja establecido la ejecutoria suprema del 8 de
agosto de 2002, "en el delito de concusión, previsto en el artículo 382° del código penal, para su
configuración se requiere que el sujeto activo además de ejercer abusivamente los actos que son propios
de una autoridad pública, le atribuya el carácter de oficial a dicha conducta.

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No obstante, en ambas modalidades de comisión es indispensable verificar la concurrencia de los
siguientes elementos objetivos que dan tipicidad al delito de concusión:

2.3. Abuso de cargo

Se entiende por abuso de cargo aquella situación que se produce cuando el agente-funcionario o servidor
púbico hace mal uso del cargo que la administración pública le ha confiado con la finalidad de obtener un
beneficio patrimonial indebido ya sea para él o para un tercero.

Hay abuso de cargo las veces que este es ejercido fuera de los casos establecidos por la ley los
reglamentos o instrucciones del servicio o sin la observancia de la forma prescrita, incluso cuando el
funcionario hace uso de un poder de su competencia en la forma debida, pero para conseguir un fin ilícito.

Sin duda no le falta razón a Rojas Vargas cuando resumiendo la doctrina nacional establece en forma
contundente que el tipo penal ha circunscrito el abuso al cargo, es decir, a la calidad, no al abuso de
atribuciones o funciones como por ejemplo se hace en el artículo 376° del Código Penal, que regula el
delito de abuso de autoridad. Esto permite entender de manera clara que no es necesario ni imprescindible
que el obligar o inducir se realice en pleno ejercicio de las atribuciones o funciones del funcionario o
servidor público para configurarse la concusión. Basta que el agente haga valer abusivamente su cargo,
así se encuentre de licencia o vacaciones. Y claro, se hará abuso del cargo público siempre y cuando se
tenga aún el cargo. Si por el contrario, el vínculo laboral con la administración pública concluyó ya sea
por vencimiento de contrato, cese, despido, etc., y luego de ello se produce el acto de obligar o inducir a
la víctima que dé o prometa dar un bien o beneficio patrimonial, el delito de concusión es imposible que
se configure.

Así lo entiende la Suprema Corte al argumentar que "los cargos de concusión y corrupción de
funcionarios atribuidos al procesado por actos realizados cuando ya no reunía la calidad de funcionario
público, no resultan configuradores de los delitos imputados, ya que estos requieren la calidad de
funcionario o servidor público en el sujeto activo al momento de cometer el delito.

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2.4. Dar o prometer indebidamente un bien o beneficio patrimonial

Dar significa entregar, proporcionar o transferir indebidamente un bien o beneficio patrimonial al agente
como consecuencia de los actos de obligar o inducir arbitrarios. En tanto que prometer significa obligarse
a efectuar de manera indebida en un futuro inmediato la entrega o transferencia de un bien (muebles,
inmuebles, semovientes, dinero, joyas, mercadería, etc.) o beneficio patrimonial (acciones, participación
en empresas, descuentos en los precios, paquetes turísticos, etc.) en favor del agente a consecuencia de los
actos de obligar o inducir arbitrarios. En el primer supuesto hay una entrega material inmediata a favor
del agente o un tercero en tanto que en el segundo supuesto solo existe una expectativa de una entrega
futura. Lo dado o prometido indebidamente debe ser una cosa cierta, tangible, concreta y con valoración
patrimonial quedando de esa manera fuera del tipo penal en hermenéutica jurídica por ejemplo,
exigencias de beneficios sexuales o beneficios honoríficos. El dar o prometer un bien o beneficio
patrimonial es indebido cuando no hay sustento legal para tal exigencia.

Sin más, como argumenta Carrara, el objeto del comportamiento delictivo del agente, es decir, la
obtención ilegal de un bien o beneficio patrimonial, mediante el obligar o inducir, nos refleja de cuerpo
entero al delito de concusión como un típico delito de lucro, de codicia desmedida y delincuencial del
funcionario o servidor público.

2.5. Destinatario del bien o beneficio recibido

El destinatario del bien o beneficio patrimonial que entrega o promete entregar la víctima corno
consecuencia del hecho punible, sin duda será el propio agente-funcionario o servidor púbico o en su
caso, un tercero graficado en el tipo penal como "para otro" que puede ser otro funcionario, un servidor
público, una persona natural o una persona jurídica. De modo alguno, puede aceptarse la posibilidad que
el término "otro" en el tipo penal382e del Código Penal, abarque también a la administración pública,
toda vez que si el bien o beneficio patrimonial llega a ingresar a las arcas de la administración pública el
delito en análisis no se verifica.

El “otro" resulta ser el beneficiario económico de la conducta ilícita realizada por el funcionario o
servidor público agente y en ningún caso puede ser autor o coautor del delito de concusión. Puede sí
adquirir la calidad jurídica de un instigador, un cómplice primario o secundario o un receptador.

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2.6. Bien jurídico protegido

El bien jurídico protegido con la tipificación del delito de concusión es el recto y regular funcionamiento,
prestigio y buena reputación de la administración pública, unido a ello también se busca proteger la
corrección y probidad de los funcionarios o servidores que ejercen funciones al interior de la
administración pública.

2.7. Sujeto activo

Los supuestos delictivos, previstos y regulados en el artículo 382s del Código Penal, representan hechos
punibles especiales debido a que el tipo penal establece en forma clara la calidad o cualidad que debe
tener el sujeto activo. Si en un hecho concreto, la persona que ha cometido una conducta con apariencia
de concusión, no tiene la calidad descrita en el tipo penal, el delito en hermenéutica no se configura. En
efecto, solo puede ser sujeto activo del delito de concusión previsto y sancionado en el artículo 382°
aquella persona que tiene la calidad o cualidad de ser funcionario o servidor público. Es presupuesto para
ello que la persona tenga un vínculo laboral vigente con alguna entidad estatal según lo previsto en el
artículo 425° del Código Penal.

2.8. Sujeto pasivo

Siempre el Estado, único titular del bien jurídico protegido con el delito en análisis.

3. TIPICIDAD SUBJETIVA

La redacción misma de la fórmula legislativa prevista en el artículo 382 del Código Penal nos induce a
sostener sin duda alguna que se trata de un delito de comisión netamente dolosa. No cabe la comisión por
culpa o negligencia por parte del agente.

En efecto, el agente-funcionario o servidor público con conocimiento que abusa de su cargo, en forma
voluntaria, obliga o induce a una persona a dar o prometer indebidamente, para sí o para otro, un bien o
un beneficio patrimonial.

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Es uniforme la doctrina nacional al sostener que solo es posible la comisión por dolo directo, no es
posible la comisión por dolo eventual.

De la lectura del tipo penal se concluye también que se trata de un delito en el cual, aparte del dolo, es
necesario la concurrencia de un elemento subjetivo adicional al dolo: el ánimo de lucro. Es decir, el
agente orienta su comportamiento guiado o motivado en el logro de un beneficio patrimonial en su propio
beneficio o de un tercero. De modo que si en un hecho concreto no se verifica que el agente haya obrado
con el ánimo de lucro, sino por eI contrario con el ánimo de hacer una broma a la víctima por ejemplo, el
delito de con-cusión no se verifica.

4. ANTIJURICIDAD

Después que se verifica en la conducta analizada la concurrencia de los elementos objetivos y subjetivos
de la tipicidad, el operador jurídico pasará a verificar si concurre alguna causa de justificación de las
previstas en el artículo 20° del Código Penal.

Por la propia redacción de la fórmula legislativa del artículo 382°, es imposible que se presente alguna
causa de justificación. Las motivaciones que determinaron en la víctima a dar o prometer dar o el
consentimiento de la víctima en dar o prometer un bien o beneficio patrimonial, de modo alguno actúan
como causal de justificación de la conducta ilícita.

5. CULPABILIDAD

Acto seguido, de verificarse que en la conducta típica de concusión no concurre alguna causa de
justificación, el operador jurídico continuará con el análisis para determinar si la conducta típica y
antijurídica puede ser atribuida a su autor. En esta etapa tendrá que verificarse si al momento de actuar el
agente era imputable, es decir, mayor de 18 años de edad y no sufría de alguna anomalía psíquica que le
haga inimputable.

También se verificará si el agente, al momento de exteriorizar su conducta de concusión, conocía la


antijuricidad de su conducta, es decir, se verificará si el agente sabía o conocía que su conducta estaba
prohibida por ser contraria a derecho. Luego determinará si el agente pudo actuar o determinarse de

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manera diferente a la de realizar el hecho punible de obligar o prometer un bien o be neficio patrimonial
indebido.

6. CONSUMACION Y TENTATIVA

El delito, en la modalidad de obligar o inducir a dar, se perfecciona o consuma en el instante en que la


víctima se desprende del bien o del beneficio patrimonial y le entrega al agente o a un tercero. En tanto
que en la modalidad de obligar o inducir a prometer, el delito se perfecciona o consuna en el momento en
que la víctima se compromete a entregar, en un futuro inmediato, el bien o beneficio patrimonial a favor
del agente o de un tercero.

Las formas de tentativa son admisibles en ambos supuestos, al igual que el desestimiento. La posibilidad
de tentativa radica en el hecho que no basta para consumar el delito una simple exigencia, petición o
argumentación persuasiva por parte del agente, sino que es necesario llega a determinar en la voluntad de
la víctima la dación a la promesa y ello supone un iter o espaciamiento de actos o de un solo acto hasta
llegar al momento de la dación o promesa efectiva.

7. PENALIDAD

El funcionario o servidor público agente del delito, luego del debido proceso penal en el cual se le
encuentre responsable penalmente, será sancionado o reprimido con pena privativa de libertad no menor
de dos ni mayor de ocho años.

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