Sie sind auf Seite 1von 9

Prof.

Cristian Rivera

HISTORIA, GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES.


GUÍA DE TRABAJO 7° AÑO: CIVILIZACIÓN ROMANA.

Nombre: ____________________________________________ Fecha: ___________________

El paisaje geográfico de la Península Itálica


La civilización romana se ubicó en la Península Itálica, la cual está situada en el
centro del Mar Mediterráneo, entre la Península Ibérica al oeste y la de los Balcanes
al este. La forma de la Península Itálica la vuelve una zona geográfica bastante
particular, ya que su parecido a una “bota” permite reconocerla con cierta facilidad.
Al interior de ella destaca la cadena montañosa de los Apeninos, la cual cruza la
península de norte a sur, y el río Tíber, que cruza la zona del Lacio de este a oeste,
desembocando en el mar Tirreno. La Península Itálica limita al norte con los Alpes, al
oeste con el mar Tirreno, al este sus costas se encuentran con el mar Adriático y mar
Jónico y al sur con el mar Mediterráneo.

Los montes Apeninos fueron fundamentales para el desarrollo de los primeros


pueblos que habitaron en la península itálica. Gran parte de ellos se ubicaron en la
ladera occidental de los montes, ya que este lugar se caracteriza por la gran cantidad
de llanuras que facilitan el poblamiento humano. Asimismo, la existencia de una
cantidad importantes de volcanes ayudó con sus cenizas a que la tierra adquiriera una
mayor fertilidad y con ello la actividad agrícola.

Por otro lado, el río Tíber también marca un referente para entender cómo los
romanos se relacionaron con su entorno natural. Dado que cruza los montes
Apeninos, da origen a diversos valles que fueron utilizados por los romanos para la
práctica de la agricultura; también, facilitó el intercambio comercial y el contacto con
otros pueblos gracias a la navegación fluvial que se practicaba a través de sus aguas.

En los márgenes de la península Itálica se encuentran las grandes islas de Sicilia, Córcega y
Cerdeña. La primera es considerada como un puente entre África y Europa y, al mismo
tiempo, entre el Mediterráneo oriental y occidental, lo cual le valió transformarse en un
espacio geográfico único en el que se interrelacionaron diversos pueblos y culturas.

Transformaciones políticas y construcción del imperio romano

La expansión geográfica de Roma tiene una directa relación con el desarrollo político que
tuvo a lo largo de su historia. De hecho, podría decirse que su continua expansión provocó
una serie de escenarios que derivaron en protestas sociales y crisis institucionales que
produjeron una modificación en el modo en que se administraba el territorio sometido por
los romanos.
Prof. Cristian Rivera
En este sentido, se pueden reconocer tres grandes etapas en el desarrollo de Roma. La
primera corresponde a la Monarquía, período en el cual se fundó Roma y en el que se
ocupó territorialmente la península Itálica. En esta época el poder era ejercido por el rey,
asesorado por el Senado y por una asamblea aristocrática. La Monarquía, como sistema de
gobierno, se extendió entre los años 753 a 509 a.C. En ese período gobernaron siete reyes,
siendo los dos últimos (Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio) los únicos que cuentan con
antecedentes historiográficos. Luego de la expulsión de Tarquino el Soberbio, los patricios
(hombres vinculados a las familias fundadoras de Roma), concentran el poder en el senado
y en una serie de magistraturas que crearon para otorgarle un cierto equilibrio a la
repartición del poder político. A este período se le denomina República, forma de organizar
el estado y el gobierno que duró 500 años, tiempo en el cual se generó la constante
expansión geográfica de la civilización romana, ya sea a través del comercio, o por medio
de las conquistas sobre otros pueblos que se negaban a someterse a las imposiciones
romanas. Este período se caracterizó, sobre todo en sus últimos años, por presentar
profundas crisis sociales derivadas de la desigualdad existente entre patricios y plebeyos.

En la medida en que estos últimos fueron pidiendo más reconocimientos políticos -y a


veces económicos- el senado comenzó a ceder parte de sus privilegios dando origen a otro
sistema de gobierno, el imperio. El Imperio se inició con lo que fue el principado de
Augusto, quien, a través de la particular forma de gobernar y administrar el inmenso
territorio romano, logró establecer un equilibrio de poder entre las diversas instituciones y
asegurar una mayor calma social. Su gobierno es considerado uno de los más exitosos en la
historia de Roma, llegando a fundar una época que es conocida como Pax Romana, la cual
se caracterizó por renovar los antiguos valores romanos, asegurar el dominio de los
territorios conquistados y promover una política muy importante de obras públicas.

Actividades económicas y expansión comercial del imperio romano


El desarrollo económico de Roma tuvo un carácter agrícola en un inicio. Esta
situación se veía potenciada por la fertilidad de los valles que eran regados por el río
Tíber. Si bien no se puede hablar de una actividad agrícola de gran productividad, de
todos modos, y comparando lo que fue el desarrollo agrícola de los griegos, los
romanos contaron con tierras mucho más productivas, que facilitaron, en el inicio, la
acumulación y el posterior intercambio comercial.

Entre los productos producidos por los romanos se puede mencionar las hortalizas,
cereales, olivos, vid, etc. En la necesidad de explotar estos recursos, crearon una serie
de herramientas que revolucionaron la producción agrícola y que hicieron de esta
actividad una fuente fundamental de recursos económicos, como el arado, los molinos
de grano e interesantes sistemas de regadíos. La explotación agrícola se hacía por
medio de la existencia de grandes latifundios, los cuales aseguraban una cuantiosa
ganancia a sus poderosos propietarios.
Prof. Cristian Rivera

En la medida en que Roma se expandía por el Mediterráneo la actividad comercial


comenzó a adquirir mayor relevancia para las arcas de la civilización. Este proceso
duró mucho tiempo y se consolidó de la mano del poderío del ejército romano, ya que
fue por las conquistas sobre otros pueblos que se accedió a una fuente permanente de
recursos de todo tipo, lo cual aseguró que en Roma no faltase nada para el desarrollo
de la industria y para la satisfacción de las necesidades más urgentes de la sociedad
romana.

Este proceso fue permanente y se extendió a lo largo y ancho del mar Mediterráneo,
teniendo como consecuencia el que los romanos vieran este mar como la principal vía
por la cual transportar los recursos que eran conseguidos en Europa, África y Asia.
Por esta razón los romanos bautizaron al mar Mediterráneo como Mare Nostrum,
dando a entender que este espacio geográfico constituía la columna vertebral de su
expansión y de su existencia como imperio.

La constante adquisición de nuevas tierras y el acceso a nuevos recursos derivaron a lo


largo del desarrollo político de Roma en una fuente de tensión que provocó permanentes
conflictos políticos. Es importante señalar que la evolución política de Roma se debió a una
acomodación a su proceso de expansión, ya que la acumulación de riquezas se hizo a costa
de los grupos sociales más desprotegidos.

Importancia de la ciudad romana para la vida política y social

La ciudad de Roma, en la medida en que los romanos se expandieron por todo el


Mediterráneo, se convirtió en un modelo de vida en sociedad. Como elementos
característicos de la ciudad romana se puede mencionar la existencia de calles
organizadas, templos, un foro con columnatas, baños públicos, anfiteatros,
acueductos, circos, etc.

Para los romanos la vida pública era muy importante, lo que se expresó en la gran
cantidad de obras públicas que aseguraran una vida digna en la ciudad; en este
sentido, los acueductos, baños públicos, servicios de urgencia (bomberos y policía) y
el mercado, formaron parte del paisaje de la ciudad romana, la cual tenía una intensa
vida social y era foco de expresión cultural para el resto de las ciudades
contemporáneas a ella.

El uso del espacio urbano se encontraba fuertemente segregado por los grupos sociales
romanos. Las familias más adineradas vivían en casas llamadas Domus y la población más
humilde vivía en construcciones llamadas Insulae. Cada una de estas viviendas se
diferenciaba en la calidad de la construcción, el espacio y el uso que se le daba a sus
compartimentos.
Prof. Cristian Rivera

Los grupos sociales que constituían la sociedad romana


La sociedad romana se caracterizó por ser muy desigual, tanto en los derechos
políticos de sus habitantes, como en las condiciones de vida material de las personas.
Esta profunda desigualdad se transformó en una amenaza permanente a la estabilidad
de Roma como civilización y explica también los continuos conflictos sociales y el
cambio institucional de la Monarquía al Imperio, pasando por la República.

El grupo social con mayores privilegios eran los patricios, considerados como
descendientes de los fundadores de la ciudad romana y que gozaban de una serie de
privilegios políticos y económicos que les aseguraban mantener su posición social;
entre sus privilegios está el poder desempeñar cargos públicos, elaborar leyes y votar
por sus gobernantes. De todas las instituciones políticas, fue el senado el lugar desde
el cual pudieron presionar e intervenir a favor de sus intereses.

Otro grupo de gran relevancia, no tanto por sus prerrogativas políticas o económicas, sino
que por su gran cantidad de miembros, eran los plebeyos. Este grupo adquirió cierta
consistencia a lo largo de los años y fue producto de una constante lucha por mayores
derechos. Uno de los pocos derechos que tuvo fue el acceso a la propiedad privada, pero
tenía vetada la posibilidad de intervenir en el devenir político de Roma. Al interior de este
grupo se considera a los campesinos pobres y a los ricos comerciantes. Los primeros
supieron ganarse un espacio en la sociedad romana a través del ejército y los segundos
lograron adquirir mayor importancia en la medida en que concentraban en sus manos un
gran poder económico.

Un elemento fundamental que diferenciaba a ambos grupos era el origen familiar. Los
patricios gozaban de mayores privilegios porque descendían directamente de los
fundadores de Roma, es decir, contaban con un gens (antepasado familiar relacionado
con el origen de la ciudad). El que los plebeyos no tuvieran una relación directa con
los fundadores de la ciudad los dejaba en una peor posición, independientemente de la
cantidad de recursos económicos que pudiesen manejar.

Otro grupo social importante eran los esclavos. Las personas que adquirían esta condición
lo hacían por haber sido derrotados por el ejército romano. Los esclavos tenían un dueño, al
cual le debía fidelidad y respeto. Se desempeñaban en distintas funciones, dependiendo de
las necesidades de sus amos, como también de sus habilidades y condiciones específicas.
Por este motivo, las actividades que podían realizar iban desde las agrícolas o de
construcción, hasta las administrativas y educativas.
Prof. Cristian Rivera
Relevancia de la familia romana en la sociedad
La familia romana concentraba toda su importancia en el padre de familia, el
fundador o heredero del gens. Este era llamado Paterfamilias y tenía la autoridad
sobre su mujer y sus hijos. En un inicio tenía incluso el derecho sobre la vida y
muerte de los integrantes de la familia, pero esto lo fue perdiendo con el tiempo. La
mujer del Paterfamilias era llamada matrona y llevaba los asuntos domésticos y,
dependiendo de sus condiciones de mando, podía adquirir un grado importante de
autoridad.

Gran parte de este orden familiar estaba consolidado por la práctica religiosa, ya que
al interior del hogar existían divinidades familiares que le aseguraban al Paterfamilias
su rol de autoridad sobre los otros miembros de la familia. De este modo tenía como
derecho ser el sacerdote de la religión familiar y el juez en caso de conflicto interno.
Los hijos de la familia estaban sujetos a lo que dijese el Paterfamilias, a no ser que este
muriera y ellos asumieran el liderazgo de la familia que, por lo demás, no podía recaer en
las mujeres.

El Derecho Romano y su legado a la cultura occidental

Se denomina Derecho Romano al ordenamiento jurídico que existió en Roma y,


posteriormente, en el Imperio Romano, desde el año 753 a.C. hasta el siglo VI d.C. Durante
este último siglo, el emperador Justiniano I mandó a compilar todas las normativas que
habían regido en los dominios romanos, siendo publicadas como Corpus Iuris Civilis, texto
que permitió su conservación, estudio y difusión en la posterioridad. Desde entonces, se ha
conformado como una verdadera tradición jurídica, con influencia directa en los sistemas
legales del mundo Occidental.

La importancia del Derecho Romano se expresa en diversos sentidos. En primer lugar, se


debe destacar la importancia de la existencia de leyes escritas y públicas, que transformaron
el derecho consuetudinario, es decir, aquel fundado en el uso y transmitido oralmente, en
un cuerpo legislativo objetivo, disponible para toda la sociedad. El antecedente histórico de
este hecho fue la creación de la Ley de las XII Tablas, también conocida como “ley de
igualdad romana”, primera compilación de derecho público que data del siglo V a.C. Antes
de su conformación, no existía derecho público, es decir, las leyes no eran de dominio
popular, sino que estaban en poder del sector gobernante, los patricios, quienes aplicaban
las leyes según su conveniencia, lo que generaba diversos problemas y situaciones de abuso
de poder, pues era mucho más fácil que se cometieran irregularidades si las leyes no eran
conocidas por todos los ciudadanos. Esta situación generaba un descontento entre la plebe y
sus representantes políticos, quienes presionaron para que se codificaran las leyes y pasaran
a ser conocidas por toda la población. De esta manera, el senado acordó enviar una
comitiva oficial a conocer la democracia ateniense, que entonces vivía en pleno Siglo de
Oro, para conocer su sistema político y ver la posibilidad de aplicarlo en Roma. A su
regreso, se decidió publicar la Ley de las XII Tablas, lo que fue un hito muy relevante, pues
Prof. Cristian Rivera
favoreció el desarrollo de una noción de igualdad ante de la ley, que marcó el desarrollo
jurídico occidental.

Posteriormente, se sumaron nuevas normativas que dieron forma a un sistema legal


que dirimía asuntos tanto de la vida pública como de la vida privada. Por ejemplo,
entre el siglo V y IV a.C., se crearon diversas leyes que tendieron a igualar los
derechos entre distintas clases sociales, como la ya mencionada Ley Canuleia, que
abolía la prohibición de contraer matrimonio a personas de distintos orígenes sociales.
A mediados del siglo IV a.C., los plebeyos tuvieron derecho a ser elegidos en cargos
públicos, aunque en términos prácticos esto ocurrió prácticamente un siglo después.

Entre las formas de administrar las leyes destaca la promulgación de edictos, que eran leyes
referidas a asuntos puntuales, así como la realización de plebiscitos, elecciones en las que la
ciudadanía debía manifestar su aprobación o rechazo respecto a asuntos políticos,
económicos o jurídicos. Por su parte, el Senado tenía atribuciones legales mediante la
figura del Senado Consulto. Más adelante, en el período del Imperio, los emperadores
promulgaron tanto edictos como Constituciones. El conjunto de estas normativas fueron
recopiladas sucesivamente por distintos emperadores, aunque la principal compilación fue
la elaborada a solicitud de Justiniano, emperador bizantino, durante el siglo VI d.C. Esto
permitió que las leyes elaboradas durante la historia de la civilización romana fuesen
conocidas y estudiadas durante la Edad Media, siendo retomadas en otras legislaciones,
como la de Alarico, rey visigodo; o Alfonso X, rey de España, influyendo en la
conformación jurídica de la mayor parte de los países occidentales.

El latín, fuente originaria de nuestro lenguaje.

Una de las herencias más importantes de la civilización romana es el latín. Originalmente,


esta lengua se hablaba en la región del Lacio. Sin embargo, debido a la expansión del
Imperio, su ámbito de influencia se amplió hacia todas las regiones dominadas por los
romanos, convirtiéndose en la lengua oficial, con la cual se realizaban las comunicaciones
oficiales. Este elemento dotó de cierta unidad lingüística a los territorios del Imperio
Romano, lo que le permitió consolidar su dominio en la región. Por otra parte, el latín
influyó en el desarrollo de lenguajes locales. Por ejemplo, en Europa existen una serie de
idiomas derivados del latín, conocidos como lenguas romances, que corresponden a lenguas
locales fuertemente influenciadas por el latín, como el español, el francés, el portugués o el
italiano.

Del mismo modo, el latín continuó siendo utilizado al interior de la Iglesia Católica después
de la caída del Imperio Romano y, por lo menos hasta el siglo XIX, continuó siendo
utilizado como lenguaje científico. Una gran cantidad de palabras de uso actual tanto en las
ciencias naturales como en el lenguaje cotidiano provienen del latín; otro número
importante de vocablos, si bien han sufrido transformaciones, tienen sus raíces en esta
lengua.
Prof. Cristian Rivera

Responde.

1. Explica dos diferencias que existían entre los patricios y los plebeyos.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

2. Describe brevemente cómo te imaginas que era la vida de un esclavo en la sociedad


romana.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
Prof. Cristian Rivera

Dioses Romanos
La mitología romana adoptó concepciones religiosas de todos los pueblos ubicados en
la cuenca del Mediterráneo. Para los romanos sus dioses tenían que ser útiles y de
ellos siempre se esperaban buenos resultados; por este motivo es que casi todas las
actividades cotidianas estaban asociadas con alguna divinidad. Los romanos se
consideraban como seres humanos piadosos, razón por la cual los dioses siempre los
ayudaban.

Júpiter
Era el más grande de los dioses del Olimpo. Dios de la luz, Júpiter mantenía el orden
entre los dioses y los hombres, e intervenía y juzgaba sus conflictos. Sus
representaciones estaban asociadas al cetro, el águila y el rayo.

Vulcano (Hefestos)
Hijo de Júpiter y Juno. Era un dios cojo que forjaba metales y realizaba todo tipo de
trabajos. Era arquitecto, constructor y artesano. Construía en bronce las casas de los
dioses y les fabricaba zapatos de oro con los cuales se desplazaban a la velocidad del
viento o, incluso, del pensamiento.

Venus (Afrodita)
Era la diosa del amor y la belleza. Hay varias historias sobre su nacimiento: una
cuenta que nació de las espumas del mar y cabalgó sobre una caracola llegando
primeramente a la isla de Citerea, pero cuando se percató de que era una isla pequeña,
se fue al Peloponeso y finalmente, se instaló en Paphos, isla de Chipre. Dicen que las
hierbas y las flores crecían bajo sus pasos. Allí fue recibida por las Estaciones,
quienes la vistieron y llevaron a la asamblea de los dioses.

Cupido (Eros)
Hijo de Venus. Era el dios del amor. Armado con arco y flecha, disparaba los dardos del
deseo en el pecho de los hombres y mujeres. Se enamoró perdidamente de una virgen
llamada Psyche, por cuya belleza la propia Venus estaba celosa. En su furia envió a Cupido
a que la castigara y este, en vez de eso, la hizo su esposa.
Prof. Cristian Rivera

Neptuno (Poseidón)
Era el dios del mar, de los buques, de los temblores de tierra y de la navegación. Junto
a Júpiter y a Plutón, se repartieron el mundo de su padre, Saturno. Y él recibió las
aguas marinas y las dulces. Sus atributos son el tridente, el caballo que él mismo
había domesticado, el toro y el delfín. Neptuno era muy aguerrido y a menudo,
armado con su tridente, recorría su reino sobre un carro tirado por caballos hechos de
algas y de espuma, o por delfines. Los romanos festejaban a Neptuno todos los meses
de febrero.

Minerva (Atenea)
Minerva era la diosa de la sabiduría, las artes, las técnicas de guerra y era la protectora de
Roma y patrona de los artesanos. Podía ver el futuro, prolongar la vida de los mortales y
otorgar la felicidad después de la muerte. Todo lo que disponía sucedía infaliblemente. Su
planta es el olivo y su ave el búho.

Das könnte Ihnen auch gefallen