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DEL CAOS

AL CONTENTAMIENTO
DEL CAOS
AL CONTENTAMIENTO

JOHN MATHEWS
Del caos al contentamiento
John H. H. Mathews

Título del original: From Chaos to Contentment, Pacific Press Publishing Association,
Nampa, ID., EE.UU.; 2017

Dirección: Claudia Chicahuala de Boleas


Traducción: Rolando A. Itín
Diseño de tapa y del interior: Carlos Schefer
Ilustración: Lars Justinen

Libro de edición argentina


IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina

Primera edición
MMXVII – 7M

Es propiedad. Copyright de la edición en inglés: © 2017 Pacific Press Publishing Asso-


ciation, Nampa, Idaho, EE.UU. Todos los derechos reservados. Esta edición en caste-
llano se publica con permiso del dueño del Copyright.
© 2017 Asociación Casa Editora Sudamericana
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-701-686-4

Mathews. John H. H..


Del caos al contentamiento / John H. H. Mathews / Dirigido por Claudia Chi-
cahuala de Boleas / ilustrado por Lars Justinen. – 1ª ed. – Florida; Asociación
Casa Editora Sudamericana, 2017.
112 p.; il.; 20 x 14 cm.

Traducción de Rolando A. Itín

ISBN 978-987-701-686-4

1. Vida cristiana. I. Chicahuala de Boleas, dir., II. Justinen, Lars, ilust. III.
Itin, Rolando A., trad., IV. Título
CDD 548.4

Se terminó de imprimir el 30 de agosto de 2017 en talleres propios (Gral. José de


San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

-109739-
CONTENIDO
Introducción ....................................................................................................... 7

1. La influencia del materialismo ....................................................... 11

2. Lo veo, lo quiero, lo tomo...................................................................20

3. La perspectiva de Dios ........................................................................ 28

4. Nuestra esperanza de escapar del materialismo .................. 36

5. Mayordomos reintegrados ............................................................... 43

6. La marca del mayordomo ................................................................ 51

7. Honradez con Dios................................................................................ 57

8. El impacto de diezmar ........................................................................ 63

9. Demos ofrendas ..................................................................................... 71

10. La función de la mayordomía ......................................................... 78

11. Deudas: una decisión diaria .............................................................86

12. Los hábitos del mayordomo ........................................................... 94

13. Los resultados de la mayordomía ............................................... 102


Abreviaturas usadas:
BLA Biblia en lenguaje actual
NVI La Biblia, Nueva Versión Internacional
VM La Biblia, Versión Moderna
INTRODUCCIÓN

C
layton M. Christensen, un autor de temas de nego-
cios, observó que muchos de sus compañeros de es-
tudios fracasaron en la administración de la vida,
con los años. “No mantuvieron el propósito de su
vida frente a ellos y en el foco cuando decidían cómo gastar
su tiempo, sus talentos, su energía”. 1
¿Mantenemos el propósito de nuestra vida frente a noso-
tros y en nuestro foco? ¿Sabemos cuál es? Yo creo que la res-
puesta se encuentra en un tema que algunos llaman aburrido
o irrelevante, pero que realmente es muy importante para
nuestra vida espiritual.
Vivimos en un mundo lleno de caos y egoísmo. Aun algu-
nos que van a la iglesia piensan, inconscientemente: ¿Qué
tiene ella para mí? Algunas personas buscan la paz interior a
la vez que rehúsan ser responsables y creen que la espiritua-
lidad sin obligaciones es el camino por el que deben ir, mien-
tras que otros están dispuestos a dar una segunda mirada a
los principios que la Biblia plantea con respecto a la identi-
dad de un mayordomo, y lo que la mayordomía podría signi-
ficar para ellos. Queremos ser mayordomos que sepan cómo
vivir, comportarse y donar en un mundo de caos, de modo
que, en última instancia, vivamos nuestra vida con libertad.
El resultado de una buena mayordomía es una vida de “pie-
dad con contentamiento […] el verdadero secreto de la felici-
dad”. 2 Pero esto requiere disciplina espiritual, esfuerzo, traba-
jo, compromiso y responsabilidad: precisamente aquello acer-
ca de lo cual la cultura que nos rodea y la mayor parte del
mundo están en contra. Estas acciones y decisiones responsa-
DEL CAOS AL CONTENTAMIENTO

bles se representan como necias e irrelevantes, surgidas de


principios escritos por fabulistas, para personas que usan mu-
letas, para los que no son lo suficientemente inteligentes para
reconocer que no hay Dios. Sin embargo, para nosotros como
creyentes, llegar a nuestro destino en el cielo depende de una
comprensión correcta de la mayordomía.
Por amplio que sea el tema de la mayordomía, hay un deno-
minador común en todos sus subtemas: la mayordomía toca to-
do lo que hacemos, todo lo que somos, y todo lo que tenemos.
Alguien dijo cierta vez que las cosas materiales son los úni-
cos competidores de Dios. Jesús lo describió de esta manera:
“Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y
amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No
podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24).
El dinero siempre ha sido un problema para el pueblo de
Dios, y el consumismo moderno no ayuda en nada. Este libro
trata sobre la administración de nuestras posesiones, acerca
de la relación con el dinero y acerca de las maneras en que nos
relacionamos con Dios, como el Dueño de todo lo que tenemos.
De todos los temas variados que incluye la mayordomía,
¿por qué nos enfocamos en el dinero, las posesiones, la riqueza
y el dar? Dos razones serán nuestro comienzo.
Primera, en este momento de la historia, la riqueza de la
gente y su amor al dinero son las mayores amenazas al cum-
plimiento de la misión de la iglesia de Dios. El dinero es el
competidor de Dios. Una cantidad de estudios muestra que las
personas que pretenden ser cristianas siguen dando menos y
menos, mientras que otras prioridades requieren más de sus
recursos financieros. ¿Qué será necesario para revertir esta
tendencia?
Segunda, ¿cómo nos relacionamos, ricos o pobres, con todas
las posesiones que el dinero puede comprar? ¿Revela algo
acerca de nuestra salvación? Gene A. Getz nos presenta un
principio supracultural. Un principio supracultural de la Biblia
puede aplicarse en cualquier tiempo de la historia, en cual-

8
INTRODUCCIÓN

quier lugar del mundo y dentro de cualquier contexto cultural.


Con respecto a las posesiones, escribe: “Una de las maneras
más importantes en que se prueba la fe salvadora, en cuanto
a su validez y realidad, es la manera en que los cristianos pro-
fesos consideran y usan sus posesiones materiales”. 3 Enton-
ces, menciona Santiago 2:17, que dice: “Así también la fe, si no
tiene obras, está completamente muerta”. Finalmente, Getz
comenta: “Esto es importante, pues la manera en que usamos
nuestras posesiones materiales es la ilustración exacta que
usó Santiago para probar si un cristiano profeso realmente es
salvo”. 4
Comencemos la jornada para ver cómo podemos tener éxi-
to, ser relevantes y felices al manejar nuestras posesiones tan-
gibles e intangibles para la gloria de Dios. Deseamos oír algún
día: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mu-
cho te pondré. Entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:23)

1 Clayton M. Christensen, “How Will You Measure Your Life?”, en On


Managing Yourself (Boston: Harvard Business School, 2010), p. 5.
2 Elena de White, Testimonios para la iglesia, tomo 1, p. 473.
3 Gene A. Getz, A Biblical Theology of Material Possessions (Eugene, OR:

Wipf and Stock, 1990), p. 174.


4 Ibíd.

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CAPÍTULO 1

LA INFLUENCIA DEL
MATERIALISMO

M
ax Martin 1 se echó hacia atrás en el cómodo si-
llón de su oficina, saboreando el momento. Las
hojas impresas por su computadora, que tenía en
la mano, contaban la historia, una historia muy
buena. Su empresa de construcciones había operado bien, y
sus inversiones financieras estaban resultando muy exito-
sas. Había trabajado mucho –y muy duro– para ponerse a sí
mismo y a su empresa en el mapa. Aprovechó las situaciones
financieras para mejorar su posición. Quería todo, no impor-
taba a quién pisara para obtenerlo. Y ahora era tiempo de
gozar del fruto de sus labores.
Por supuesto, se recordó que necesitaba reinvertir muchas
de sus ganancias para evitar pagar impuestos más altos. Pero
ese sería un buen momento para mudar sus oficinas pequeñas
de un segundo piso a una ubicación más importante y céntri-
ca, una suite que anunciaría al mundo que él había llegado.
Una sonrisa comenzó a esbozarse en su rostro, al pensar
en un nuevo automóvil y el condominio en la playa. Todas
las cosas que había acumulado necesitaban un lugar mejor,
de modo que su familia podría comenzar a mirar esa casa
DEL CAOS AL CONTENTAMIENTO

más grande que estaban reclamando, que incluyera una pis-


cina y una cancha de tenis. Si solamente la iglesia dejara de
importunarlo pidiendo dinero, recordándole que Dios quería
el diez por ciento, más ofrendas voluntarias. No le importa-
ría dar eso si ellos administraran mejor ese dinero.
Alcanzó el teléfono y llamó a su consejero de inversiones. Ese
sería un año bueno, y muy bueno. Había trabajado mucho por
mucho tiempo. Había sacrificado tiempo con su familia, co-
miendo siempre a la carrera, y a menudo reuniéndose con clien-
tes hasta tarde en la noche. Ahora podría dejar que otros hicie-
ran el trabajo duro, mientras que él cosechaba la recompensa.
Dos días más tarde, los diarios contaban la historia. Max
Martin había fallecido de un infarto. La historia recordaba
cómo había gozado de las cosas buenas de la vida. Su herencia
consistía en siete propiedades, una colección de automóviles
antiguos y su preciado caballo de carrera llamado Generosi-
dad. Pero ahora se había ido; sus sueños se habían convertido
en cenizas.

EL MATERIALISMO
Gracias a la tecnología moderna, el materialismo ha llevado
la maravilla de "conseguir cosas" hasta las partes más remotas
del mundo. Sin embargo, estudios psicológicos del estatus fi-
nanciero en diferentes culturas han mostrado, en cada caso,
que "los materialistas estaban menos satisfechos con sus fami-
lias, sus amigos, su percepción propia, dónde vivían, su salud,
la cantidad de diversión y gozo que experimentaban, el dinero
que habían obtenido y sus trabajos".2
Mientras que las posesiones pueden afectarnos negati-
vamente, vivir una vida sencilla ofrece por lo menos dos be-
neficios principales: libertad y la oportunidad de dar. Estos
beneficios fortalecen nuestras relaciones y vuelven nuestra
atención de nosotros mismos hacia otros.
Una de las definiciones de materialismo que dan los diccio-
narios es: "Tendencia a dar importancia primordial a los in-
tereses materiales", las posesiones, por ejemplo, y por lo tanto

12 RECURSOS ESCUELA SABATICA


LA INFLUENCIA DEL MATERIALISMO

a dar menor importancia a lo espiritual o intelectual. Las pose-


siones que hemos adquirido a menudo determinan nuestro
sentido de estatus y el valor real del sistema por el cual vivi-
mos. Para que podamos comprenderlo mejor, aquí hay siete
características esenciales que definen el materialismo.
1. Dinero. El materialismo es el resultado de nuestro amo-
río con el dinero. No hay límite para la codicia y la avaricia, y
eso puede tener una influencia soporífera sobre un cristiano.
El dinero es la fachada que esconde la verdadera identidad de
Satanás. Él lo ha elevado de tal modo que la gente lo hace el
dios de este mundo; pero es solo un semidiós. Tiene poder,
pero no el poder último.
Cuando una persona maneja dinero, su cerebro produce la
misma sustancia química que se produce cuando una persona
consume drogas. La gente pelea por dinero, juega para obte-
nerlo, miente, hace trampas y roba, para aferrarse a él. Algunos
lo llaman el "dulce para el cerebro", y no pueden nunca tener la
cantidad suficiente de este dulce artificial, porque con él se
pueden comprar cosas. Se imaginan que les dará seguridad. La
gente, rica o pobre por igual, pasa su vida persiguiendo el sue-
ño de la prosperidad. Algunos lo alcanzan, pero muchos gastan
su vida deseándola.
2. Consumismo. Si el materialismo es la religión, entonces el
consumismo es el santuario en el que se reúnen para adorar. El
consumismo es el ciclo en el que nunca se acaba de adquirir
más cosas. Nunca tenemos lo suficiente, no importa cuánto
tengamos. Solo observe los diferentes vecindarios. Algunos no
tienen garaje, mientras que otros tienen garaje para un auto-
móvil, para dos; otros para tres, y todos están llenos de cosas.
Las unidades para almacenar cosas están repletas con pose-
siones, muchas de las cuales son simplemente basura. Los ho-
gares están llenos al máximo. No obstante, los vendedores
quieren que compremos más.
Los comerciantes son buenos para separarnos de nuestro
dinero. Ellos quieren que cada uno de nosotros llegue a ser un
consumidor desde la cuna hasta la tumba. Usan todo método

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DEL CAOS AL CONTENTAMIENTO

conocido para entender nuestros caprichos de compra, y tra-


bajan sin parar para hacernos desear más, ahora mismo. Ellos
saben que, si no compramos ahora, tal vez no compremos nun-
ca. Dar a los clientes lo que quieren se logra con la producción
en masa de productos con la capacidad de acomodarlos al in-
dividuo. Un ejemplo son los teléfonos inteligentes (smartpho-
nes), que se pueden acomodar casi infinitamente al cliente.
El consumismo a menudo es moralizado y espiritualizado
como una idea positiva, pero es el mecanismo que mantiene
vivo un materialismo peligroso. El consumismo promete -
falsamente- que las posesiones nos traerán felicidad, éxito,
estatus social y una individualidad fortalecida por la riqueza.
Acumular posesiones no es nuevo. El joven rico no podía so-
portar separarse de sus posesiones (Mateo 19:16-22). La mujer de
Lot dejó en Sodoma sus posesiones, la riqueza acumulada de
muchos años, junto con su corazón (Génesis 19:26). "Se rebeló
contra Dios porque sus juicios arrastraban a sus hijos y sus bie-
nes a la ruina [...]. Miró hacia atrás presuntuosamente deseando
la vida de los que habían despreciado la advertencia divina". 3
La traducción Biblia en lenguaje actual llama la atención al
poder de las posesiones. "Las cosas que ofrece la gente del
mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mun-
do. Y estas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos
deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de
poseer muchas riquezas" (1 Juan 2:16, BLA). En comparación,
piensen en Job. Él era rico, pero no permitió que sus posesio-
nes, o la falta de ellas, destruyeran su relación con Dios.
3. La televisión. La gente mira mucho la televisión. Algunas
investigaciones indican que abrevia la expectativa de vida pa-
ra las mujeres en 1,5 años; y para los hombres, en 1,8 años. 4
Aunque la televisión puede ser una herramienta maravillosa
en la obra del Señor, también puede ser el brazo evangelizador
del materialismo.
En la década de 1950, los componentes del consumismo es-
taban fijos: una casa, vehículos, comercios y televisión. La casa
necesitaba posesiones, el comerciante tenía los productos, a

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LA INFLUENCIA DEL MATERIALISMO

televisión anunciaba los productos y el vehículo proveía los


medios para conseguir que los productos llegaran a la casa.
Ahora hay centenares de canales por medio de los cuales los
comerciantes pueden poner sus productos en el mercado. Tal
vez algún día, los drones los entregarán en su casa.
La publicidad nos alcanza por medio de nuestros sentidos:
nuestros ojos y oídos. Las imágenes son atractivas, las pala-
bras son elegidas cuidadosamente y la música es seleccionada
específicamente para hacer que los productos sean tentadores.
Los anunciantes usan frases con humor y sorpresas, y otras
maneras de atraer y retener nuestra atención por un período
breve de tiempo. Los productos son grabados en nosotros al
repetirse los anuncios comerciales una y otra vez. Los comer-
ciantes consideran que su marca es exitosa cuando todo lo que
hay que hacer es mostrar un logo, como el de Coca-Cola o
Nestlé, y la gente reconoce el producto.
La publicidad afecta la cantidad de comida chatarra que se
come, el alcohol que se consume y muchos otros aspectos de
cómo vivimos. Especialmente dañina es la influencia sobre los
jóvenes, que ven unos cuarenta mil avisos comerciales por año,
de acuerdo con la revista Pedriatics. 5 El peligro es que los ni-
ños- no siempre pueden discernir entre la realidad y la fanta-
sía, porque sus poderes cognitivos no están todavía plenamen-
te desarrollados. Los anuncios comerciales son una parte pe-
queña pero influyente de cómo afectan los hábitos de mirar
televisión. Es importante que nosotros sigamos el consejo de
David: "No me pondré como meta nada en que haya perversi-
dad. Las acciones de gente desleal las aborrezco; no tendrán
nada que ver conmigo" (Salmo 101:3, NVI).
4. La sensualidad. Satanás añade hechizos para seducir a la
gente por un camino atrayente que los aturde para que no
vean las realidades eternas. Ninguna otra historia bíblica de-
muestra el lado sensual del materialismo mejor que la de So-
doma y Gomorra. Elena de White explica el vínculo: "Nada
desean los hombres tanto como la riqueza y la ociosidad, y sin

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DEL CAOS AL CONTENTAMIENTO

embargo, estas cosas fueron el origen de los pecados que aca-


rrearon la destrucción de las ciudades de la llanura". 6
Mirar las cosas sensuales influye en nuestros pensamientos
y acciones. Sin embargo, "una de las razones por las que los in-
dividuos tienen ideales no realistas acerca de la riqueza y las
posesiones es que con frecuencia ven tales imágenes en los me-
dios".7 Los comerciantes saben esto, y usan la sensualidad, más
que cualquier otra cosa, para vender sus productos. La sensua-
lidad es el complemento perfecto para el materialismo de éxito,
aun cuando un locutor y un producto tengan poco o nada en
común. Se nos lleva a pensar que la vida será mejor o más feliz,
o que tendremos una relación o un encuentro más feliz, si solo
obtenemos ciertos productos. Por supuesto, este es un razona-
miento falso, pero es usado vez tras vez para vender productos.
Los comerciantes saben que el sexo vende y, dentro de la indus-
tria publicitaria, se lo llama "el concepto". Un filósofo declaró:
"El sexo es el misticismo del materialismo". Basta mirar el co-
mercial de televisión "Never TOO Timeless". Ilustra perfecta-
mente cómo la sensualidad puede vender una llave de agua. 8
La sensualidad es una experiencia subjetiva y efímera. No ha-
ce preguntas ni emite juicios; no obstante, no se contenta hasta
que tiene éxito en la indulgencia propia. Rendirse a su atracción
resulta en oposición a Dios (2 Pedro 2:10) y ofrece "obras de la
carne" (Gálatas 5:19). Sin oración, nuestros pensamientos se vol-
verán, naturalmente, a lo sensual (1 Corintios 7:5). Cuando ora-
mos, nuestros pensamientos se vuelven hacia el Cielo.
5. La avaricia. El materialismo puede volver avara hasta la
oración. La avaricia es el combustible que nos tira hacia las co-
sas materiales. Jesús pone nuestras posesiones en el contexto
de cómo estaremos ante Dios, cuando él señala la conexión en-
tre la avaricia y nuestras posesiones. "Y les dijo: Mirad, guardaos
de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee" (Lucas 12:15). El hombre
rico no vio su egoísmo al construir graneros mayores (Lucas
12:16-20). Jesús declara que el antídoto máximo se encuentra en
el versículo 31: Buscad primero el Reino de Dios.

16 RECURSOS ESCUELA SABATICA


LA INFLUENCIA DEL MATERIALISMO

6. El narcisismo. El materialismo tiene las características de


un culto y es el jardín perfecto para cultivar el narcisismo; es
decir, para enfocarse en uno mismo y ser egocéntrico. Cuando
se permite que florezca, el narcisismo astutamente esconderá
la verdad, mientras la imagen del egoísmo se perfecciona. Las
posesiones y la riqueza pueden hacernos pensar que somos
alguien que no somos. El narcisismo incluye las características
de la personalidad de un ángel caído (2 Corintios 11:14). En
Isaías 14:13 y 14, Satanás hizo cinco declaraciones narcisistas:

"Subiré al cielo.
En lo alto, junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono
Y en el monte del testimonio me sentaré,
En los extremos del norte;
Sobre las alturas de las nubes subiré
Y seré semejante al Altísimo".

Esta clase de narcisismo lleno de ambición propia es lo


opuesto al comentario de Pablo sobre "estimando cada uno a
los demás como superiores a él mismo" (Filipenses 2:3-5). "Si
empatizamos con otras personas hasta el punto de mezclar
nuestras propias identidades con las de otros, nos interesamos
en ellos tanto como en nosotros mismos. Como ya no ponemos
nuestro interés por sobre los de ellos, ayudarlos es altruismo
puro".9 Moisés mostró altruismo en su oración: "Te ruego que
perdones ahora su pecado, y si no, bórrame del libro que has
escrito" (Éxodo 32:32). Más tarde, Jesús demostró el altruismo
máximo, y eso lo condujo a la Cruz, donde murió por nosotros
para que pudiéramos tener un hogar en el cielo.
7. El atesoramiento. El materialismo es una "religión" pro-
gresiva y, al final, conduce al atesoramiento. La conexión entre
la idea de propiedad y posesiones es más importante en este
proceso que el número de posesiones que uno tiene. Este pro-
blema se encuentra en casi todas partes del mundo. Un sentido
de propiedad se relaciona directamente con identidad, y la iden-
tidad de un acaparador se encuentra en sus posesiones, que

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consumen su vida. No estamos hablando de desórdenes psi-


quiátricos, sino más bien de con quién o con qué nos identifi-
camos: ¿con nuestras posesiones o con Cristo?
El atesoramiento es una perversión irracional de la administra-
ción. Es lo opuesto de la mayordomía y la futilidad máxima del
sueño utópico de un materialista, porque las posesiones pueden
herrumbrarse y deteriorarse. "Pero el amor al yo lo ha inducido a
preferir las posesiones terrenales aun a costa de las celestiales.
Usted elige los tesoros que la polilla y el orín corrompen antes que
escoger los que son tan perdurables como la eternidad".10 Debe-
mos combinar nuestra identidad con Cristo. Todo aquello por lo
que vivimos estará centrado en Jesús. Pablo afirmó claramente
que Cristo "es la vida de ustedes" (Colosenses 3:4, NVI), y que esta-
mos "vivos para Dios en Cristo Jesús" (Romanos 6:11).

EL ANTÍDOTO PARA EL MATERIALISMO


Muchos dirían que el antídoto para el materialismo descrito
en este capítulo es "dar". Pero aún el dar puede ser egoísta. El
dador y el don pueden corromperse. Los dadores pueden tener
motivos equivocados y dar a la causa equivocada.
El llamado de Elíseo muestra lo opuesto de lo que sucedió
con el joven rico. Elíseo dejó su riqueza y, al final, pidió una
doble porción del espíritu de Elias (2 Reyes 2:9-11). ¿Cómo po-
demos tener esta clase de verdadera abnegación? El verdadero
antídoto se obtiene "no con ejército, ni con fuerza, ha dicho
Jehová de los ejércitos" (Zacarías 4:6). Al decir "ejército", se
piensa en un ejército grande; y cuando habla de "fuerza", se
piensa en un héroe militar solo. El ejército más grande, los me-
jores libros de psicología o nuestros familiares más allegados
no pueden exceder al poder del materialismo sobre nosotros.
El héroe más fuerte -un mentor, un pastor o un guardián espi-
ritual- no es lo suficientemente fuerte para ayudarnos a ven-
cer el materialismo. La atracción del materialismo es domina-
da solo por el Espíritu de Dios. Así que volverse, sencillamente,
a "dar" no es el antídoto. Solo podemos triunfar sobre lo que el
mundo tiene para ofrecernos cuando permitimos que el Espí-

18 RECURSOS ESCUELA SABATICA


LA INFLUENCIA DEL MATERIALISMO

ritu de Dios ponga nuestros pensamientos y acciones en ar-


monía con su carácter amante y abnegado.

1 No es su nombre verdadero.
2 James A. Roberts, Shiny Objects: Why We Spend Money We Don't Have in
Search of Happiness We Can’t Buy (Nueva York: Harper Collins, 2011), p. 87.
3 Elena de White, Patriarcas y profetas (Mountain View, CA: Publicaciones

Interamericanas, 1955), p. 159.


4 Alice Park, "Want to Live Longer? Turn Off Your TV", Time (17 de agosto de

2011, http://healthland.time.com(2on/o8/i7/want-to-live-longer-try-turning-off-
your-tv/).
5 Committee on Comunications, "Children, Adolescents, and Advertising",

Pediatrics 118, Nº 6 (diciembre de 2006), p. 2.563.


6 White, Patriarcas y profetas, p. 152.
7 Tim Kaiser, The High Price of Materialism (Cambridge, MA: Bradford,

2002), p. 52.
8 "Never TOO Timeless: The Artifacts Faucet Collection", video de You Tube

0:35, posteado por Nevs Model Agency, 19 de marzo de 2015, https:www.


youtube.com/watch?v=NyaFDpQoEH4.
9 Adam Grant, Give and Take: A Revolutionary Approach to Success (Nue-

va York: Viking, 2013), p. 222.


10 White, Testimonios para la iglesia, tomo 3, p. 276.

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