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Financiamiento de la TV

La televisión como negocio incluye dos grandes apartados: por una parte la producción
y compra-venta de programas y por otro, la venta de tiempo de difusión a anunciantes
publicitarios. La televisión privada, basada en el modelo de funcionamiento de las
estaciones de radio comerciales, ha tenido su cuna en los EEUU pero se ha extendido
tempranamente hacia otras regiones como bien lo atestiguan los sistemas desarrollados en
los países latinoamericanos.

Con respecto a la venta de programas, pocos países o productoras tienen capacidad


de traspasar las fronteras nacionales. Por supuesto, es el caso de Estados Unidos y en
menor medida de las emisoras privadas (o públicas) de Gran Bretaña; asimismo en algunos
formatos Japón (dibujos animados), Brasil y otras naciones latinoamericanas (telenovelas)
son significativos exportadores de programas. Más recientemente alguna productora como
la holandesa Endemol han sabido vender sus programas incluso al muy autárquico
mercado estadounidense (Gran Hermano, entre otros)

Sin embargo, hace ya algunos años que investigadores de los medios masivos de
comunicación han argumentado que el verdadero negocio de las empresas de televisión
es vender audiencias a los anunciantes publicitarios. Para ello los programadores de
televisión deben ser competentes a la hora de captar la atención de hombres y mujeres, de
ricos y pobres, de grandes y niños... Por su lado, los anunciantes han concebido a la
televisión como un medio capaz de llegar a la intimidad del hogar de cada familia para
ofertar sus marcas y productos.

¿De qué viven las empresas televisivas, de dónde se alimentan económicamente?

 Medios de comunicación privados. Generalmente buscan sus propias fuentes de


financiación.

 Medios de comunicación públicos. Mayoritariamente los financia el estado, a


través de fondos públicos, pero también pueden obtener financiación privada a
través de la publicidad. según la ley, deben realizar un servicio público, aunque
habitualmente se cuestiona que esto deba ser así y sobre todo si esta ley se cumple.
 Medios de comunicación de propiedad pública y concesión privada. En este
caso, una empresa privada gestiona un bien público. en España, por ejemplo, es el
caso de las cadenas de televisión privadas. en realidad las ondas hertzianas que
utilizan son propiedad de la ciudadanía y el estado decide repartir las frecuencias a
empresas. se debate si estas cadenas deberían o no cumplir un servicio público en
lugar de priorizar los beneficios económicos, ya que están utilizando un bien de
todas y todos. También se debate acerca de los criterios para conceder esas
licencias a unas empresas (o canales de televisión) o a otras.

Las formas de que entre dinero a los medios de comunicación para costear sus gastos y
generar beneficios son muy diversas.

Algunas son:

 Publicidad: la fuente mayoritaria en muchos casos.


 Dinero público de los impuestos que pagamos: habitual en las cadenas de TV
públicas.
 Promociones: habitual en la prensa. la venta de películas, libros y hasta vino con
un periódico o una revista es otra forma de obtener ingresos.
 Pago por emisión o ejemplar: generalmente pagar un euro por un periódico
genera ingresos, pero por ese precio no puede obtener los suficientes para subsistir.
Otro tipo de publicaciones de mayor periodicidad y mayor precio son las televisiones
de pago (pay per view), que sí generan gran parte de sus beneficios gracias a esta
cuota y evitando así la dependiencia de publicidad o gran parte de ella.
 Suscripciones: muy habitual en medios impresos, en medios digitales y en las
televisiones. se trata de anticipar el pago de varios ejemplares o emisiones.

De este esquema deriva la importancia suprema que ha ido cobrando la rentabilidad


máxima de las audiencias a la hora de elaborar una parrilla de programación.
El rating, nombre que recibe la unidad de medición de audiencia televisiva, es un
indicador de referencia central para la definición de las tarifas publicitarias, al asignar un
valor al número de personas que ven un determinado programa y, consecuentemente, son
alcanzados por la publicidad inserta en éste. Así, en general, anunciar en los programas
más vistos suele ser más caro, pues suponen para el anunciante una alta audiencia para
sus avisos comerciales.
Sin embargo, la proliferación de cadenas de televisión con sus variadas ofertas temáticas
hace cada día más discutible esta ecuación simple. Hoy es complicado reeditar históricos
éxitos de audiencias y la diversidad de opciones audiovisuales da lugar a una cada vez
mayor especialización a la hora de investigar los perfiles de las audiencias de las
cadenas y de los programas. A la hora de publicitar ya no es tan decisivo el
mayor rating sino también el perfil de los telespectadores (edades, sexo, nivel educativo,
nivel económico, hobbies, etc) más adecuado para el producto a anunciar.

Por último, cabe señalar que si bien es cierto que los anunciantes y sus mensajes
publicitarios inciden en los contenidos ofertados por las televisiones, también es verificable
el fenómeno contrario: los efectos sobre nuevas formas de negocio que pueden llegar a
incorporar determinados programas. Por ejemplo el programa estrella de la temporada
televisiva española 2002, “Operación Triunfo” produjo espectaculares entradas de dinero a
través de las llamadas por teléfono (fijos e inalámbricos) y los mensajes SMS utilizados por
el público para elegir a sus candidatos, en total cerca de cinco millones de llamadas
efectuadas al programa que equivalen a unos ingresos de 6 millones de euros
aproximadamente.

Fuentes:

mediatelevisión.es

cibercorresponsales.org

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