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Trastorno disocial

[3.1] ¿Cómo estudiar este tema?

[3.2] Introducción

[3.3] Características generales

[3.4] Clasificación

[3.5] Causas y factores condicionantes

[3.6] Marco de identificación

[3.7] Intervención

[3.8] Prevención

[3.9] Para recordar…

3
T EMA
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Esquema

TEMA 3 – Esquema
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Ideas clave

3.1. ¿Cómo estudiar este tema?

Para el estudio de este tema deberás leer el capítulo de Caseras Vives, X y cols.
(2002): El trastorno disocial (pp.277-302). Estraído del libro de Servera Barceló,
A.M. (2010).

Para estudiar este tema lee los apartados del capítulo:

[3.2] Introducción.
[3.3] Características generales.
[3.4] Clasificación.

Sigue con el apartado [1.5] Causas y factores condicionantes, que deberás completar
con la lectura del Apartado 3: «Consideraciones evolutivas y factores de riesgo» y el
Apartado 6: «Modelos explicativos: factores de instauración y mantenimiento» del
capítulo reomendado anteriormente.

Después continúa con la lectura del resto de los apartados:

[3.6] Marco de identificación.


[3.7] Intervención.
[3.8] Prevención.

A lo largo de todos los apartados veremos:

[3.2] Cuándo comienza el riesgo de desarrollar un trastorno disocial.


[3.3] A que nos referimos con trastorno disocial.
[3.4] Cómo detectarlo, cómo se diagnostica, y que subtipos hay.
[3.5] Cuáles son sus causas, así como los factores de riesgo y protectores que
influyen en su inicio y desarrollo.
[3.6] Instrumentos de evaluación que se utilizan para diagnosticarlo por los
profesionales de la salud, y como el educador puede ayudar en su detección.
[3.7] Cuáles son las intervenciones efectivas, una vez que se declara el trastorno.
[3.8] Como se puede prevenir desde el entorno escolar.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

3.2. Introducción

Existen determinadas etapas durante


el desarrollo donde los/as niños/as
muestran la conducta de querer hacer
las cosas a su propia manera y les
cuesta especialmente obedecer. Esto
ocurre especialmente en los/as niños/as
entre 2 y 3 años, y durante la
adolescencia cuando cuestionan las
normas. Estos comportamientos se
pueden interpretar por parte de los adultos como un desafío a la autoridad, sin
embargo lo que están pidiendo desarrollar estos niños/as y adolescentes a través de su
conducta es la necesidad de desarrollar su propia identidad. La oposición aparece en
estas etapas como vía necesaria para consolidar la propia identidad. Y es través
de ir comprobando por un continuo ensayo y error hasta donde llegan mis propios
límites (lo que sí se me permite hacer, y lo que no se me permite hacer) como voy
afianzando mi identidad y mi autonomía.

El núcleo común de los trastornos de conducta es la falta de respeto, más allá de


lo esperable y admisible para el grado de desarrollo del niño/a. El/la niño/a no ha
aprendido los límites adecuados. Son niños/as y adolescentes generalmente descritos
como «agresivos». Esto nos está indicando que tienen dificultades en el manejo de
la ira, que es la emoción que me permite fijar los límites de mi propia identidad (lo que
yo soy, y lo que yo no soy, lo que respeta mi identidad y lo que atenta contra ella).

El riesgo de desarrollar un trastorno disocial empieza cuando el/la niño/a no respeta


a los demás, incumple las normas de las figuras de autoridad (padres,
profesores) con actitud desafiante y la relación con ellos de deteriora.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

3.3. Características generales

Definición

Se habla de trastorno disocial cuando el/la niño/a o adolescente presenta un


patrón estable de relaciones conflictivas con su entorno, caracterizado por:
conductas agresivas, destrucción de bienes ajenos, engaño o robos, y
violación de normas sociales. Es importante diferenciarlo de una disfunción
temporal en la conducta, y que las conductas no sean únicamente una reacción hacia el
entorno.
A menudo, los individuos con un trastorno disocial muestran ciertas características
asociadas como ausencia de empatía, la dificultad para detectar las
intenciones de los otros en las situaciones sociales, la falta de remordimiento o
de sentimientos de culpa, la baja autoestima, la dificultad para el control de
los impulsos y la contención en situaciones estresantes, irritabilidad,
arrebatos de cólera y baja tolerancia a la frustración (Caseras y col. 2002). Por
ello, como veremos en los apartados de intervención y prevención, los programas de
educación emocional y habilidades sociales que incluyen estas áreas son muy
recomendables.

Es uno de los problemas infanto-juveniles de más difícil abordaje, tanto por su


ocurrencia con otros trastornos, como por su asociación con estructuras familiares poco
consistentes que a menudo son poco colaboradoras con el tratamiento.

El trastorno disocial se caracteriza por la persistencia y reiteración de conductas


que violan las normas sociales y los derechos de las personas.

Prevalencia

La prevalencia del trastorno disocial (número de casos que se presentan en la


población) es alrededor del 9% en niños y del 4% en niñas (Costello 2003, ESCA 2009).
La prevalencia aumenta con la edad, y en las niñas el inicio es más tardío.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Comorbilidad

El trastorno disocial suele ocurrir simultáneamente con otros trastornos (Petitbò,


2009):

Con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Entre el 3.1%


y el 41% de los niños con trastorno disocial tienen también un TDAH (Angold y
cols., 1999). Se cree que es debido a la dificultad que tienen los padres en
establecer unas pautas educativa coherentes y consistentes en aquellos niños/as
que tienen un TDAH (Petitbò, 2009). Por ello, el trastorno de conducta se
desarrolla después del TDAH, no al revés.

Con el trastorno de ansiedad. Entre el 4.8% y el 55,3% de los niños con


trastorno disocial presentan también un trastorno de ansiedad (Angold y cols.,
1999). La ansiedad puede surgir en aquellos niños más sensibles
emocionalmente a consecuencia del malestar originado por las consecuencias de
sus conductas (Petitbò, 2009).

Con el trastorno depresivo. Entre el 2,2% y el 45,9% de los niños con


trastorno disocial presentan también un trastorno depresivo (Angold y cols.,
1999). Esto es debido a las dificultades de relación con los demás, que conllevan
problemas de adaptación y de autoestima.

Con el abuso de sustancias. Para la adolescencia es habitual que los/as


niños/as que tienen pocos recursos para gestionar los desafíos de esta etapa se
inicien en el abuso de sustancias, como una manera de autorregularse y de
evadirse de los problemas. Entre el 27% y el 37% de los niños con trastorno de
conducta al llegar a la adolescencia presentan también problemas con el abuso
de sustancias (Weiner, 2001).

3.4. Clasificaciones

Existen dos maneras de clasificar los trastornos, la primera es a través del manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) (APA, 1995) de la
asociación americana de psiquiatría. El segundo es a través de la asociación
internacional de enfermedades (CIE-10) elaborada por la OMS (CIE-10. 1994).

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

En la tabla aparecen los criterios diagnóstico del DSM-IV para el trastorno disocial.
Para realizar el diagnóstico se tienen que cumplir una serie de criterios. Si estos se
cumplen, el diagnóstico se realiza según la edad de inicio (antes o después de los 10
años) y la gravedad del trastorno (leve, moderado y grave).

Criterios para el diagnóstico del F91.8 Trastorno disocial (312.8)

CRITERIO A. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los


derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la edad,
manifestándose por la presencia de tres (o más) de los siguientes criterios durante los últimos
12 meses y por lo menos de un criterio durante los últimos 6 meses:
Agresión a personas y animales

1. A menudo fanfarronea, amenaza o intimida a otros.


2. A menudo inicia peleas físicas.
3. Ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras personas (p. ej., bate, ladrillo, botella
rota, navaja, pistola).
4. Ha manifestado crueldad física con personas.
5. Ha manifestado crueldad física con animales.
6. Ha robado enfrentándose a la víctima (p. ej., ataque con violencia, arrebatar bolsos, extorsión, robo a
mano armada).
7. Ha forzado a alguien a una actividad sexual.

Destrucción de la propiedad

8. Ha provocado deliberadamente incendios con la intención de causar daños graves.


9. Ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas (distinto de provocar incendios).

Fraudulencia o robo

10. Ha violentado el hogar, la casa o el automóvil de otra persona.


11. A menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar obligaciones (esto es, «tima» a otros).
12. Ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la víctima (por ejemplo, robos en tiendas,
pero sin allanamientos o destrozos, falsificaciones).

Violaciones graves de normas

13. A menudo permanece fuera de casa de noche a pesar de las prohibiciones paternas, iniciando este
comportamiento antes de los 13 años de edad.
14. Se ha escapado de casa durante la noche por lo menos dos veces, viviendo en la casa de sus padres o en
un hogar sustitutivo (o solo una vez sin regresar durante un largo período de tiempo).
15. Suele hacer novillos en la escuela, iniciando esta práctica antes de los 13 años de edad.

CRITERIO B. El trastorno disocial provoca deterioro clínicamente significativo de la actividad


social, académica o laboral.
CRITERIO C. Si el individuo tiene 18 años o más, no cumple criterios de trastorno antisocial
de la personalidad.
Especificar el tipo en función de la edad de inicio:

Tipo de inicio infantil: se inicia por lo menos una de las características criterio de trastorno
disocial antes de los 10 años de edad

Tipo de inicio adolescente: ausencia de cualquier característica criterio de trastorno disocial


después de los 10 años de edad
Especificar la gravedad:

Leve: pocos o ningún problema de comportamiento exceden de los requeridos para establecer
el diagnóstico y los problemas de comportamiento solo causan daños mínimos a otros

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Criterios para el diagnóstico del F91.8 Trastorno disocial (312.8)

Moderado: el número de problemas de comportamiento y su efecto sobre otras personas son


intermedios entre "leves" y "graves"
Grave: varios problemas de comportamiento exceden de los requeridos para establecer el
diagnóstico o los problemas de comportamiento causan daños considerables a otros.
Criterios diagnóstico del DSM-IV para el trastorno disocial.

3.5. Causas y factores condicionantes

Para trabajar este apartado lee el apartado 6. Modelos explicativos: factores de


instauración y mantenimiento (pp. 286-291), del capítulo de Caseras Vives, X y
cols. (2002): El trastorno disocial extraído del libro de Servera, Barceló, A.M. (2010.

Causas

La mayor parte de los autores coinciden en que el trastorno disocial es un fenómeno


multicausal (Caseras y cols. 2002). Esto significa que la causa no es atribuible a un
solo factor (ya sea biológico, familiar o social), sino a la combinación de diversos
factores.

Según el modelo causal del Lahey y cols. (1999) las conductas antisociales estables
serían el resultado de variaciones en algunas dimensiones cognitivas y
temperamentales (insensibilidad afectiva, negativismo, evitación del daño) bajo
determinadas influencias genéticas y ambientales (Caseras Vives y cols., 2002:
apartado 6.1). En este modelo las influencias genéticas serían más relevantes en los
primeros años de vida y las sociales al final de la etapa infantil y al principio de la
adolescencia.

Por otro lado, el modelo de lo Loeber y cols. (1998) establece tres períodos
evolutivos en el desarrollo del trastorno:

Vía manifiesta: se inicia con agresiones menores, peleas físicas y conducta


violenta.
Vía encubierta: se inicia con conductas encubiertas menores (como robos en
tiendas), daños contra la propiedad (como incendios) y termina con formas
moderadas o graves de delincuencia.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Vía de conflicto con la autoridad: resistencia, desafío y evitación de la autoridad.

En este estudio la edad media de aparición de problemas leves es a los 7 años, los
moderados a los 9,5 años, y los graves a los 11,9 años. Por lo tanto, es importante
detectar cuanto antes los primeros síntomas en la vía manifiesta para introducir
tratamientos o unas medidas preventivas que eviten que los síntomas se agraven y se
instauren de manera estable.

Factores condicionantes

Factores de riesgo:

Según Caseras y cols. (2002) y González, M.T. (2011) las variables más asociadas con la
aparición del trastorno disocial o con su evolución son las siguientes:

Factores biológicos

o Factores genéticos y constitucionales: no está clara esta influencia, pero se


cree que esta influencia se produce a partir de la herencia de rasgos
temperamentales.
o Anormalidades psicofisiológicas o de los sistemas de transmisión.
o Género: la prevalencia es mayor en la población masculina.
o Factores temperamentales: búsqueda de la novedad, baja evitación del
daño, baja dependencia de la recompensa, temperamento negativista,
insensibilidad afectiva, baja contención, impulsividad o síntomas de
hiperactividad.

Factores cognitivos

o Bajo nivel de aptitud verbal.


o Baja auto eficacia percibida.

Factores familiares

o Funcionamiento familiar inadecuado.


o Problemas y abuso de sustancias.
o Problemas psiquiátricos.

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Trastornos de la conducta y del aprendizaje

o Desavenencias conyugales.
o c) Abuso y negligencia infantil.
o Maltrato infantil.
o Ciertos estilos educativos.
o Castigo físico severo.
o Actitudes antisociales de los padres.

El peso atribuible a la influencia familiar es mayor en los primeros años de vida y


disminuye a medida que aumenta la edad.

Factores sociales y escolares

o Nivel socioeconómico: las tasas de delincuencia y la prevalencia de


conductas agresivas graves son superiores en barrios con nivel
socioeconómico bajo.
o Exposición continúa la observación de conductas violentas y antisociales
(padres profesores, televisión, compañeros, etc.)

Cuando comencemos a ver síntomas en un/a niño/a


que nos indican la posible presencia o inicio de un
trastorno, es importante considerar los factores de
riesgo, especialmente aquellos que son modificables.
El temperamento o el género, por ejemplo,
constituyen factores de riesgo no modificable, sobre
el cual poco podremos intervenir. Lo que sí se puede
modificar, son, por ejemplo los estilos educativos, las
aptitudes cognitivas o las habilidades sociales.

Factores protectores:

Según Caseras y cols. (2002) y González, M.T. (2011)


las variables más asociadas con la prevención en la aparición del trastorno o con su
evolución son las siguientes:

Factores biológicos

o Baja búsqueda de novedades.

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o Elevada evitación del daño.


o Elevada sensibilidad afectiva.
o Temperamento no conflictivo.

Factores cognitivos

o Adecuada capacidad intelectual.


o Elevado CI.

Factores sociales y escolares

o Capacidad de relacionarse con otros.


o Hábitos de trabajo en la escuela.
o Buena relación con al menos un progenitor o algún adulto de referencia.
o Compañeros pro sociales.
o Atmósfera escolar basada en la responsabilidad y la auto exigencia.

Como vemos, dentro de los factores protectores hay factores individuales (búsqueda de
novedades, sensibilidad afectiva) y otros que hacen referencia al entorno (atmósfera
escolar, compañerismo) o que se desarrollan en su interacción con el entorno (hábitos
de trabajo, relaciones con adultos de referencia). Estos últimos, los que hacen
referencia al entorno, son especialmente relevantes para diseñar programas
preventivos a nivel grupal.

3.6. Marco de identificación

Instrumentos para realizar el diagnóstico

Para realizar el diagnóstico se utilizan entrevistas, escalas de valoración, y observación


conductual. Puedes encontrar la información ampliada de las escalas en el Tema 1.

Entrevistas clínicas:

Las entrevistas clínicas son útiles para recopilar información y diferenciar el trastorno
de otras situaciones como las alteraciones transitorias del comportamiento.

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Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Existen entrevistas diagnósticas estructuradas (aplicadas por psicólogos o psiquiatras),


de entre la las cuales destacan:

La EDNA-IV, (versión española de la DICA-R, Diagnostic Interview Schedule for


Children and Adolescent).
El CBCL (Child Behavior Checklist).

Otras entrevistas clínicas de interés son:

Informe Parental de Síntomas Infantiles (PACS) de Taylor, Scharchar, Thorley y


Wieselberg, (1986).
Pauta de Entrevista para Padres (PEP) de Pelechado (1979).
La Información Diagnóstica General (IDG) de Capafons, Sossa, Alcantud y Silva
(1986).

Si hay dificultades a nivel académico, es útil obtener información del rendimiento del
niño a nivel del razonamiento verbal, razonamiento perceptivo, memoria de trabajo y
velocidad de procesamiento, aplicando la escala Weschler para niños (Petitbó y cols.
2009).

Escalas de valoración:

De especial interés en el ambiente escolar al ser aplicadas por profesores, son las
siguientes escalas de valoración:

La escala CONNERS para el profesorado de Farré-Riba y Narbona (1997).


El IPE, de Miranda, Martorell, Llácer, Peiró, y Silva, (1993).
La Batería de Socialización (BAS) de Silva y Martorell (1983).
La Escala de Socialización Escolar (ESE) de Pelechano y Bágena (1979).

Para la evaluación de la conducta antisocial también están:

La Escala de Problemas de Conducta (EPC), de Navarro, Peiró, Yacer y Silva


(1993).
El cuestionario de evaluación de conductas antisociales en infancia (CASI), de
González, MT, (2010).

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Observación conductual:

En la entrevista familiar generalmente se


recoge información sobre el motivo de
consulta, los antecedentes personales, la
historia escolar, la historia familiar, y los
informes de otros profesionales (Petitbó y
cols. 2009). Dentro de la historia escolar, es
de utilidad que el docente aporte información
basada en parte en la observación conductual
sobre: edad de inicio de los problemas,
adaptación del niño en el entorno, rendimiento académico, necesidades especiales,
relación con profesores y compañeros, edad y frecuencia de los problemas con la
disciplina (Petitbó y cols. 2009). Por ello, la información proporcionada mediante
observación conductual en el medio escolar puede ser muy útil para realizar el
diagnóstico. Es importante especificar con la mayor precisión y objetividad posible las
conductas observadas. Para ello se pueden utilizar los registros de conducta explicados
en el Tema 1.

Diagnóstico diferencial

Otros trastornos:

El trastorno disocial suele ocurrir a la vez que otros trastornos. A la hora de realizar el
diagnóstico, se debe prestar especial atención para diferenciarlo de:

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad.


Trastorno de ansiedad.
Trastorno depresivo.
Trastorno por abuso de sustancias.

Patrones conductuales que pueden confundirse con el trastorno disocial:

Según el manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo


educativo derivadas de trastornos graves de conducta (Junta de Andalucía, 2007), en el
contexto escolar, se pueden encontrar con frecuencia comportamientos negativos que,
en principio, no están asociados a ningún trastorno, pero que por su frecuencia o

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

intensidad repercuten negativamente tanto en el propio sujeto que las realiza como en
el contexto donde se desarrollan:

Conductas disruptivas.
Conductas agresivas.
Conductas de inhibición social.
Aislamiento.
Déficit en habilidades sociales básicas.
Conductas de acoso / maltrato.
Dificultades de aprendizaje. En ocasiones las dificultades de aprendizaje que no
tienen una respuesta educativa adecuada, pueden desencadenar alteraciones
comportamentales y emocionales, caracterizadas por su especificidad
situacional.
Acoso Escolar o Bullying.

Para poder diferenciar con claridad un trastorno de estas otras situaciones, es


importante indagar con la mayor precisión posible en cada uno de los aspectos de la
historia clínica, puesto que la intervención a realizar será muy diferente en función
de si hay un trastorno o no.

3.7. Intervención

Una vez declarado el trastorno, el éxito del tratamiento depende de la implicación de


los padres y madres y la motivación del/la niño/a para introducir cambios en su
comportamiento (Petitbó y cols. 2009). Por ello, es muy importante como primer paso
establecer una buena relación tanto con el/la niño/a como con los padres, madres o
tutores. Según los protocolos de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el
Adolescente (APENYA, 2008), las orientaciones terapéuticas fundamentales
derivadas de estudios contrastados y replicados son:

Es eficaz el entrenamiento de los padres/cuidadores del niño en estrategias de


manejo de las conductas perturbadoras.
Es eficaz el entrenamiento individualizado del niño/adolescente en estrategias
de control de la ira.
NO es eficaz, e incluso es contraproducente, el abordaje grupal de los pacientes
con trastorno disocial.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Sin motivación por parte del paciente, los resultados suelen ser
desesperanzadores.
Invertir en mejorar el bienestar de los cuidadores (padres, profesores) debe
formar parte del tratamiento.

Estas orientaciones deben adaptarse a cada caso. Así, por ejemplo, para el control de la
ira se debe tener en cuenta en qué situaciones específicas es necesario intervenir, y
diseñar el entrenamiento de manera personalizada.

También es importante adaptar la intervención en función de la gravedad del trastorno.


Los protocolos de la APENYA (2008), recomiendan diferentes intervenciones
según la gravedad del trastorno:

Para el trastorno disocial leve se recomienda:

Entrenamiento/orientación de padres.
Coordinación con la escuela.
Tratar el TDAH si está presente.

Para el trastorno disocial moderado se recomienda:

Entrenamiento de grupo de padres, madres o cuidadores.


Terapia cognitivo conductual.
Entrenamiento en resolución de problemas.
Entrenamiento del grupo de maestros y maestras.
Intervención sobre el grupo de amigos y amigas.
Intervención comunitaria.
Terapia multisistémica.

Para el trastorno disocial grave se recomienda:

Entrenamiento de grupo de padres , madres o cuidadores.


Terapia cognitivo conductual.
Entrenamiento en resolución de problemas.
Intervención sobre el grupo de amigos y amigas.
Intervención comunitaria.
Terapia multisistémica.

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Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Tratamiento en centros de día.


Tratamiento residencial con situación de acogida.

Estas recomendaciones tendrán que adaptarse a los recursos disponibles en cada caso.

Los objetivos del entrenamiento del grupo de padres son (Petitbò y cols. 2009):

Incrementar la coherencia y la consistencia en el proceso de socialización de los


hijos.
Incrementar la comunicación y la mejora en la relación.
Enseñar a los padres a establecer reglas y normas claras, negociar acuerdos y
reducir o eliminar las reprimendas verbales.
Aprender a utilizar refuerzos positivos y métodos disciplinarios eficaces cuando
la conducta requiere un castigo.
Aprender a comprender las propias emociones y la de los demás.

Otro beneficio secundario del grupo de padres consiste en el apoyo emocional y el


soporte social que el grupo puede proporcionar.

También es importante, aparte de conseguir una motivación en el/la menor para


promover un cambio, el tipo de relación que se establece. En la relación con el niño/a
afectado/a es importante según la APENYA (2008):

Ayudarle a sustituir sus pensamientos irracionales por afirmaciones


autodescriptivas positivas.
Estimular los servicios comunitarios o el trabajo con el fin de aumentar la
responsabilidad, la autonomía y el crecimiento personal.

Como hemos visto, la autoestima en estos niños/as puede estar muy afectada, y es
importante incidir en aquellos aspectos que pueden fortalecerla, tanto de manera
individual (lo que el/la niño/a piensa de sí mismo/a) como grupal (favoreciendo el
sentimiento de pertenencia y valía personal a través de la responsabilidad en
situaciones sociales o comunitarias).

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Trastornos de la conducta y del aprendizaje

3.8. Prevención

Un meta análisis de 45 estudios de


programas de trastorno disocial, concluye
que los programas evaluados tienen un
efecto positivo y lo más importante
persistente años después de haber realizado
la intervención (Grove y cols. 2008).

Es evidente la necesidad de y utilidad de


implicar a los padres, madres o
tutores en los programas preventivos. Para
contar con su colaboración, es importante
vencer obstáculos sobre los conceptos erróneos que los padres tienen sobre la conducta
infantil, los sentimientos de incompetencia y de culpabilidad, así como facilitar
información sobre la conducta infantil, las pautas de crianza, la importancia de la
autoridad y del rol de los padres como modelo de referencia (Macià, 2002). Para ello, es
imprescindible en primer lugar no solo remarcar a los padres todo lo que sí funciona, si
no sentir realmente que los padres lo hacen lo mejor que saben y pueden. También es
importante que los padres se sientan partícipes del proceso de aprendizaje, haciendo
que ellos mismos descubran las pautas que sí funcionan.

Independientemente de la colaboración de los padres, dentro del ambiente escolar


es posible aplicar los siguientes programas (Junta de Andalucía 2007):

Programas de Modificación de Conducta: Es más recomendable aplicar


programas de refuerzo positivo utilizando especialmente reforzadores de tipo
social. El castigo no suele ser efectivo y deteriora aún más su confianza en el
sistema.

Programas de Educación Emocional: reconocimiento y expresión


adecuada de emociones, control emocional, control de la ira, tolerancia a la
frustración, desarrollo de la empatía. Son especialmente efectivas las medidas
que conllevan reflexión y valoración sobre el daño realizado y su
restablecimiento (volver a pintar las paredes manchadas, arreglar el mobiliario
estropeado, conocer a la familia del alumno o alumna amenazado, etc.).

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Programas de Entrenamiento Socio-Cognitivo: dirigidos especialmente al


entrenamiento en atribuciones de los otros y resolución de problemas.

Programas de entrenamiento en asertividad y habilidades sociales:


hacer una crítica, negociar, pedir un favor, comportamientos de ayuda y
resistencia a la provocación.

Programas de educación moral y de valores.

Otras herramientas útiles son: musicoterapia, talleres ocupacionales y


ejercicio físico.

Muchas de estas intervenciones, se pueden integrar en el día a día de la actividad


académica, aprovechando aquellas situaciones donde surjan las conductas a trabajar.
También se pueden integrar con las enseñanzas académicas (por ejemplo, control de la
ira dentro de la asignatura de educación física, o la tolerancia a la frustración a través
de algún texto a leer y comentar en la clase de lenguaje), o incluso dedicar pequeños
espacios semanales para una enseñanza pautada y sistemática.

3.9. Para recordar…

Existen etapas durante el desarrollo en las que las conductas de


desobediencia y de oposición son comportamientos normales,
necesarios para consolidar la propia identidad.

El trastorno disocial, también llamado trastorno de conducta, se caracteriza


por conductas persistentes que infringen las normas sociales y no
respetan los derechos de las personas.

La prevalencia del trastorno y social es de aproximadamente 9% en niños y 4%


en niñas. Suele aumentar con la edad, y aparece más tarde en las niñas.

El trastorno disocial suele ocurrir simultáneamente con otros trastornos:


con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, con el trastorno de
ansiedad, con el trastorno depresivo, con el abuso de sustancias.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Para diagnosticar el trastorno y disocial, según el DSM-IV, se tienen que dar


conductas persistentes durante al menos 12 meses que involucren
agresión, destrucción de propiedad, fraudulencia o robo, o violaciones graves de
normas.

El trastorno disocial es multicausal: intervienen variables biológicas,


familiares y sociales.

Existen factores protectores y de riesgo que intervienen en el inicio y en el


mantenimiento del trastorno.
Para hacer un diagnóstico del trastorno los profesionales de salud mental
utilizan entrevistas, escalas de valoración, y observación conductual. La
observación en el entorno escolar puede ser de gran utilidad.

Es importante realizar un diagnóstico diferencial, para no confundir el


trastorno con otros patrones conductuales.

La intervención recomendada se realiza en función de la gravedad del


trastorno (leve, moderado, o grave) y siempre incluye el entrenamiento de grupo
de padres. En los casos más graves la terapia multisistémica destaca como la más
efectiva.

En el entorno escolar, es aconsejable realizar programas preventivos, que


incluyen la educación emocional y entrenamiento en habilidades sociales.

TEMA 3 – Ideas clave


Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Lo + recomendado

No dejes de leer…

Recomendaciones útiles para el tratamiento del trastorno disocial

Para tener más recursos a la hora de relacionarse y trabajar con los/as niños/as y las
familias afectadas por un trastorno disocial, es recomendable tener presente algunas
recomendaciones útiles. Puedes encontrar estas recomendaciones, realizadas para el
tratamiento de aquellos niños/as que sufren un trastorno disocial, en la tabla 6 del
siguiente documento: Protocolo de actuación, recomendaciones de la Asociación
Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente para el diagnóstico y tratamiento
de los trastornos del comportamiento: negativista desafiante y disocial.

El documento está disponible en el aula virtual o en la siguiente dirección web:


http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/trastornos_del_comportamiento_
negativista_desafiante_y_disocial.pdf

TEMA 3 – Lo + recomendado
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

No dejes de ver…

Documental de un trastorno disocial

Para adentrarte más en el entorno familiar de un niño con trastorno disocial, te


recomendamos el visionado del siguiente documental: Documental «Padres difíciles
niños con problemas» en el que se muestra un niño con problemas de conducta y se
analizan las variables que mantienen los comportamientos problemáticos.

En este documental se puede ver el comportamiento de una familia durante un


tratamiento que incluye grupos de intervenciones con padres. Se han incluido cámaras
de vídeo dentro de la casa, de manera que es posible ver el comportamiento real del
niño y de los padres, así como el testimonio de la maestra, y las observaciones de los
profesionales de la salud mental.

El documento está disponible en 6 partes en el aula virtual o en la siguiente dirección


web:
http://www.educatube.es/padres-dificiles-ninos-con-problemas-2/

TEMA 3 – Lo + recomendado
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

+ Información

A fondo

Información para padres. Trastornos de Conducta en los niños

En tres páginas, The children’s hospital at Westmead, recoge brevemente la


información que pueden necesitar saber los padres de niños/as con trastorno de
conducta. En concreto da respuesta a « ¿Qué debemos saber cómo padres?», «¿Qué
son los trastornos de conducta?».

El documento está disponible en el aula virtual o en la siguiente dirección web:


http://www.mhcs.health.nsw.gov.au/publication_pdfs/6435/DOH-6435-SPA.pdf

Características del trastorno disocial. Detección e intervención en el


entorno escolar

En este breve capítulo, puedes ampliar cómo detectar el trastorno


disocial en el aula, y algunos consejos sobre los programas preventivos.

El documento está disponible en el aula virtual o en la siguiente dirección web:


http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/3/WebC/lujose/Trastorno%20Disocial.p
df

Bibliografía

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TEMA 3 – + Información
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

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Trastornos de la conducta y del aprendizaje

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TEMA 3 – + Información
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Actividades

Entrevista a un profesor o padre/madre, que tenga un alumno/a


o hijo/a con conductas disruptivas

Objetivos de la actividad

Consolidar los aspectos básicos del tema, y llevarlos a una aplicación real.
Comprender las emociones, los pensamientos y las actitudes que se ven
implicadas en estas situaciones.
Tener un contacto real con los temas explorados en clase.

Instrucciones

Haz un resumen de los apartados más importantes del tema. A partir de ellos, elabora
una pequeña entrevista para realizar a un profesor o padre/madre, que tenga un
alumno/a o hijo/a con conductas disruptivas.

Puedes explorar cuestiones como:

Cuáles son las conductas disruptivas, y en qué contextos se dan.


Factores que mantienen las conductas.
Estrategias que funcionan y estrategias que no funcionan en el manejo de las
conductas.
Pensamientos y emociones del educador ante las conductas.

Extensión máxima: 3 páginas, fuente Georgia 11 e interlineado 1,5.

TEMA 3 – Actividades
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

Test

1. ¿Porque se caracteriza un niño/a que tiene un trastorno disocial?


A. Cuestiona las normas.
B. No respeta los derechos de los demás y viola las normas sociales.
C. Le cuesta obedecer.
D. Muestra dificultades en controlar sus impulsos.

2. La prevalencia del trastorno disocial:


A. Aumenta con la edad.
B. Es mayor en niñas que en niños.
C. Es alrededor del 9% en niños.
D. a y c son verdaderas.

3. ¿Qué se requiere según el DSM-IV para hacer el diagnóstico de trastorno disocial?


A. Un patrón repetitivo y persistente de conducta durante al menos 12 meses.
B. La presencia de al menos 2 de criterios de las siguientes categorías: agresión a
personas o animales, violaciones graves de normas.
C. Que el trastorno se inicie antes de los 10 años.
D. a, b y c son verdaderas.

4. ¿Cuál es la causa ante el trastorno disocial?


A. Los problemas en el ambiente familiar.
B. El nivel socioeconómico bajo.
C. Se cree que es un trastorno multicausal.
D. Ciertas dimensiones del temperamento como la insensibilidad afectiva.

5. ¿Cuáles son factores de riesgo para el trastorno disocial?


A. Factores temperamentales, entre los que se encuentran: búsqueda de la
novedad, impulsividad o insensibilidad afectiva.
B. Alto nivel de inteligencia y elevada auto eficacia percibida.
C. Funcionamiento familiar inadecuado, castigo severo físico y desavenencias
conyugales.
D. a y c son verdaderas.

TEMA 3 – Test
Trastornos de la conducta y del aprendizaje

6. ¿Cuáles son factores protectores para el trastorno disocial?


A. Insensibilidad afectiva.
B. Hábitos de trabajo en la escuela.
C. Buena relación con al menos un progenitor o algún adulto de referencia.
D. b y c son verdaderas.

7. ¿Qué escala puede aplicar el profesor para ayudar con el diagnóstico del trastorno
disocial?
A. La EDNA-IV.
B. El CBCL (Child Behavior Checklist).
C. La escala CONNERS.
D. a, b y c son verdaderas.

8. ¿Con qué patrones conductuales puede confundirse el trastorno disocial?


A. Dificultades en el aprendizaje.
B. Conductas agresivas.
C. Acoso escolar.
D. a, b y c son verdaderas.

9. ¿Qué intervenciones son eficaces en el trastorno disocial?


A. Grupos de intervención con niños afectados.
B. Grupos de entrenamiento con los padres de los niños/as afectados y terapia
individualizada para la gestión de la ira con los niños/as afectados.
C. Aquellas que se centran en el niño/a.
D. a, b y c son verdaderas.

10. ¿Qué programas preventivos para prevenir el trastorno disocial son útiles en el
entorno escolar?
A. Programas de modificación de conducta centrados en el castigo.
B. Programas de educación emocional.
C. Programas de habilidades sociales.
D. b y c son verdaderas.

TEMA 3 – Test

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