Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
INTRODUCCIÓN
Toda intervención en salud implica una forma particular de abordar la problemática
que la originó, de conocerla, de entenderla y de acuerdo a esa forma se definirán las
acciones y se valorarán los resultados alcanzados. Cualquier decisión que se tome al
respecto, ya sea al inicio de la intervención, durante el proceso o luego de realizada la
evaluación, siempre estará atravesada por la definición que se haya construido del
problema y el marco conceptual que sostiene dicha definición.
La problemática sobre la que gira esta investigación es el consumo de sustancias,
una problemática social a nivel mundial, preocupante por el creciente aumento de los
consumidores, la reducción de la edad de iniciación en el consumo, la frecuencia, el
sentido del uso y el tipo de sustancia que se consume. En la Argentina se agrega a toda la
problemática descrita, que se penaliza su uso a través de la vigencia de la Ley Nacional
23. 737 promulgada en 1989.
La droga no es un objeto que podríamos llamar de definición plana y sin relieves, es
una práctica enraizada en la cultura. Desde esta perspectiva los objetos no sólo son cosas,
sino que resultan producto de la complejidad humana, de las representaciones simbólicas y
relaciones sociales. En muchos casos y hasta en algunos medios de comunicación, la droga
se identifica con un ente mágico, se le asignan poderes y capacidades contaminantes, se la
explica como algo externo a la sociedad que amenaza a la población sana, generando
temor y exponiéndola como un peligro omnipresente que atenta contra el conjunto social.
(Touzé, 2007)
De allí que en torno al consumo problemático de drogas se abre todo un campo de
gran complejidad y múltiples perspectivas según el momento histórico, la cultura, el
modelo económico, la situación particular del lugar, las diferencias de usos entre las
sustancias y los diversos significados que las personas le asignan, etc.
Pero, en tanto problemática social, el consumo problemático requiere que el Estado
intervenga y proponga soluciones. Las soluciones que históricamente ha propuesto el
Estado se han enmarcado en el prohibicionismo, que considera que es la propia droga, la
sustancia, la que provoca todas las situaciones problemáticas y por eso se implementan
actividades tendientes a erradicarla. Las acciones tienen que ver fundamentalmente con
disposiciones legales que prohíben el uso de las drogas, y condicionan de un modo u otro
todas las formas de actuar del sistema de salud, tanto en la atención que se brinde como en
las estrategias de prevención que se implementen.
Otro enfoque, alternativo al modelo abstencionista, surge en la década del 80-90 y
es el que se ha dado en llamar de reducción de daño, que se basa en los derechos de la
persona a auto gobernarse, respetar las posibilidades que cada uno de tiene de elegir lo que
quiere hacer. Este enfoque no pregona el abstencionismo; ello puede ocurrir, así como
también la disminución o el cambio del consumo de una droga por otra droga de efectos o
consecuencias menos dañinas, pero no es el fin último de este enfoque (Villar Luis, 2005 )
RESULTADOS
Del total de los encuestados [53%] reconoció que desde el Centro de Salud donde
trabajan se realizan actividades tendientes a la prevención del consumo problemático de
sustancias.
Realización de Actividades de
Prevención
55 SI: 53 %
50
45
NO : 47%
40
Los que respondieron afirmativamente aclararon que las actividades que realizan
son“charlas en escuelas primarias y secundarias” [63%]; “talleres de futbol” [25%] y
“derivación a Psicología al detectar el consumo en la consulta” [12%]. La mayoría de estas
actividades son generadas desde los propios equipos, y sólo en el [13%] están pensadas en
el marco de algún programa nacional, provincial o local de prevención del consumo de
sustancias psicoactivas.
Casi [80%] de los encuestados consideró que trabajar en la prevención del uso de
sustancias, debe ser reconocido como parte de un programa integral de promoción de la
salud, pero sólo [27%] informó que el Centro donde se desempeñan tiene objetivos
específicos de trabajo relacionados con la problemática.
Los que realizan actividades de prevención, ya sean específicas o inespecíficas las
dirigen, prevalentemente, a los adolescentes y jóvenes, y en menor proporción a los
adultos. Destacaron que la edad de inicio es cada vez más precoz [12-13 años]
La totalidad [100%] de los encuestados mencionó que no existe un equipo
específico para el cuidado y/o seguimiento de estos casos, sino que la realizan
psicólogo/as y médico/as generalistas.
La interdisciplina es reconocida como un elemento fundamental a la hora del
cuidado de las personas con consumo problemático, lo que condice con el hecho de que
ante el ingreso de una persona con consumo problemático de sustancias, cada situación
particular es analizada en las reuniones del equipo que actúa en el lugar. [73%]
Mostraron acuerdo sobre que vincularse con otras organizaciones es de gran valor
cuando se trata de atender a personas con uso problemático. Citaron los centros de
convivencia barrial (CCB), vecinales, clubes, escuelas, otros centros de salud (a nivel del
propio barrio). También destacaron a “La Estación”, que es un centro de prevención y
tratamiento para estos problemas dependiente de la Municipalidad de Rosario, a los
Centros de Acción Familiar (CAF) y el Área de Niñez, Adolescencia y Familia.
Todos los entrevistados reconocieron que donde trabajan hacen intervenciones en
situaciones agudas de personas con consumo problemático, tanto a nivel individual como
familiar, pero en menor porcentaje [53%] a nivel comunitario.
En cuanto a si en el Centro de Salud llevan registro epidemiológico de las consultas
relacionadas con el consumo, más de la mitad de los encuestados [67%] indicaron que no
se efectúa.
Sólo [20%] no ha recibido capacitación en la temática, pero todos sienten la
necesidad de formarse o seguir formándose.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Si bien desde los lineamientos nacionales se señala la necesidad de trabajar con una
concepción integral del consumo problemático de sustancias, los Centros de Salud,
enclavados en el mismo territorio, se encuentran con limitaciones para desarrollarla. Se
pone en tensión el decir y pensar de los trabajadores con su propio hacer.
La mayoría respondió que considera que la prevención del consumo debe ser parte
de programas ligados a la promoción de la salud, pero también la mayoría mencionó que
desde su Centro de Salud, no se trabaja con objetivos específicos en relación a la temática.
Pensar las intervenciones desde la promoción de la salud es partir de una concepción
democrática, orientada desde y hacia los actores involucrados, teniendo en cuenta la
perspectiva de las personas con las que se va a trabajar, lo que obliga a los equipos a
modificar objetivos tales como lograr cambios en los estilos de vida.
Otro aspecto que marca esta tensión es que la mayoría [87%] de las intervenciones
que se realizan surgen de los propios Centros, sin inserción en algún programa, realidad
que podría estar denunciando la ausencia de una directriz local, provincial y nacional en
el trabajo con consumidores problemáticos.
Además, analizando el tipo de intervenciones generadas, más del [50%] son de
carácter informativo, brindando datos, pues son “charlas” en las escuelas primarias y
secundarias, donde parecería que está ausente el protagonismo de los estudiantes, quienes,
según manifiestan los encuestados, son los que consideran más involucrados en el
problema del consumo.
Como fortaleza, reconocido por todos los encuestados y también por los
entrevistados en el trabajo cualitativo, se destaca la importancia de espacios conjuntos con
otras instituciones y dependencias ya sean barriales, o distritales, lo que les permite
trabajar la complejidad que cada situación les presenta. Claramente la intersectorialidad
constituye un eje central para el abordaje de este tipo de problemáticas. También lo es el
hecho del trabajo en equipo e interdisciplinario, siendo, según la mayoría de los
encuestados [73%], el ámbito de las reuniones semanales de equipo donde se pone en
juego la interdisciplina, ya que ahí se analizan los distintos casos, se piensan las
alternativas y se diseñan las estrategias.
La propia dinámica de éste primer nivel de atención, organizado según la
estrategia de Atención Primaria de la Salud, lleva a que el recurso humano de los Centros
de Salud esté organizado en equipos de referencia, con profesionales de distintas
disciplinas que son responsables de un grupo de pacientes adscriptos, y que deben trabajar
aportando cada uno su enfoque disciplinar para lograr el cuidado integral del consumidor
problemático y /o familia.
Otra coincidencia en las respuestas es el hecho de que todos realizan
intervenciones frente a situaciones agudas individuales, por las demandas específicas que
llegan al Centro (crisis de abstinencia, intoxicaciones agudas) pero se reduce a la mitad el
porcentaje cuando se les pregunta si realizan intervenciones comunitarias. Nuevamente
surge, con la encuesta en esta oportunidad y antes en las entrevistas, que los equipos
resuelven las situaciones agudas, dentro de las paredes del Centro de Salud, pero son
limitadas las intervenciones previas que podrían prevenir estos episodios, dando cuenta de
que la prevención recae en las posibilidades de cada Centro. Si a esto se suma el hecho de
que muy pocos profesionales han accedido a capacitación específica en la temática, se
comprenden las dificultades para desarrollar estrategias de prevención. Se observa
claramente la necesidad de seguir formándose (todos los encuestados lo manifiestan), ya
que día a día son interpelados por nuevas situaciones que se producen en la complejidad de
este campo.
Los encuestados en [67%] indicaron que no se llevan a cabo registros
epidemiológicos sobre este fenómeno tan sensible como es el del consumo de sustancias.
Esto se transforma en una debilidad, ya que no permite retroalimentar el proceso de
asistencia y de prevención, por la escasez de producción de información que pueda
contribuir a re-direccionar o reforzar las intervenciones. Tanto a nivel local como
nacional, las deficiencias en los registros epidemiológicos constituyen un serio problema,
ya que sin datos epidemiológicos resulta prácticamente imposible diseñar políticas que
enfrenten, contengan y resuelvan las problemáticas de salud de la población.
La propuesta de reducción de daños en relación al consumo de drogas que sostiene
la política en salud en la ciudad de Rosario, exige de una de acción educativa y sanitaria
en la comunidad, y un trabajo preventivo y asistencial de los equipos pero en co-
construcción con la comunidad. La Ley Nacional de Salud Mental establece que las
adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas de salud mental y
que las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales, tienen todos los
derechos y garantías en su relación con los servicios de salud. A partir de la
implementación de la ley se han legitimado distintos dispositivos en diversos efectores de
salud de la ciudad que dan cuenta de preocupación y la capacidad creadora que los
trabajadores conjuntamente con los usuarios pueden desarrollar.
Si bien el tema del consumo problemático de sustancias aparece como preocupante
y prioritario tanto a nivel local como nacional, y más en esta ciudad denominada por
muchos como la “narco-ciudad”, las intervenciones en el campo de la prevención,
desarrolladas en su mayoría desde los Centros de salud enclavados en el territorio, no
parecen ocupar un lugar privilegiado dentro de las políticas públicas. De acuerdo a lo
manifestado por los encuestados, una vez más los desafíos que se presentan en el complejo
campo de la salud, recaen en los propios trabajadores del sector, en su creatividad y en la
posibilidad de construir conjuntamente con otros actores involucrados. Políticas,
programas, planes deben ser pensados y diseñados desde, con y para la comunidad, sus
profesionales y los usuarios. Sin la información epidemiológica necesaria, sin la
capacitación suficiente y sin la apuesta del Estado, ninguna estrategia podrá significar una
respuesta adecuada.
BIBLIOGRAFIA
Del Carlo, C. A. (2011). Abordaje del uso de Drogas en los Centros de Atención Primaria de la
Municipalidad de Rosario: estudio cualicuantitativo de Prácticas y Obstáculos. Rosario: Comisión
Nacional Salud Investiga- Ministerio de Salud- Presidencia de la Nación.
Touzé, G. (2007). Construcción Social del Problema Droga- Medicalización y Control. Buenos
Aires: Intercambios Asociación Civil.
Villar Luis, M. A. (2005 ). Aspectos teóricos y rehabilitación: modelos explicativos del uso de
drogas. Riberao Preto, Brasil: CICAD-OEA.