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LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA

INTERCULTURAL E INTERDISCIPLINAR1
Metodología, epistemología, gnoseología y ontología
Antonio Salamanca Serrano2

Resumen: En este artículo se aborda la problemática que tiene el Dere-


cho en Ecuador de encontrar un método y un paradigma que pueda dar
cuenta de su realidad del modo más ajustado posible. Un horizonte, más
allá de la reducción normativista del positivismo que sigue colonizando el
estudio del Derecho en nuestra América, y especialmente necesario para
el nuevo constitucionalismo de países como Bolivia, Ecuador o Venezue-
la. Se esboza una metodología de la investigación jurídica intercultural
e interdisciplinar, apuntando algunas de sus exigencias epistemológicas,
gnoseológicas y ontológicas.

Palabras clave: Interdisciplinariedad, derecho, epistemología, positivis-


mo, paradigmas.

Abstract: This article aims to show the convenience of a multidisci-


plinary approach to the construction of knowledge of the law. We pro-
ceed first with a brief account of some relevant proposals regarding the
theory and method of interdisciplinary; secondly we present the situation
of legal studies in relation to interdisciplinarity; finally we propose legal
pluralism as a theoretical lens that can contribute to the expansion of in-
terdisciplinary legal studies, thus achieving a positive and enriching con-
tamination of the law.

Keywords: Interdisciplinarity, law, epistemology, positivism, paradigm.

1 Artículo recibido: 30 de junio de 2015; aprobado: 20 de octubre de 2015.


2 Profesor titular de Derecho de la Escuela de Constitucionalismo y Derecho del Instituto de
Altos Estudios Nacionales. Universidad de Posgrado del Estado (Ecuador). Correo-e: salaman-
cantonio@hotmail.com
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1. Introducción

La investigación jurídica en nuestra América adolece de serios problemas. Es un males-


tar generalizado en el ámbito regional. Constatando y diagnosticando este hecho, uno
de los mejores diagnóstico fue el publicado en 2006 bajo la coordinación de Ch. Cour-
tis y M. Atienza, Observar la ley: ensayos sobre metodología de la investigación jurídica3. Años des-
pués, la problemática continúa, como evidencia M. Sánchez Zorrilla (2011)4. El calado
de esta realidad es aún mayor si nos adentramos en el campo de la investigación jurídi-
ca intercultural e interdisciplinar en países como Colombia, México, Panamá o Perú. Y
qué decir respecto de ese modo de investigación en aquellos otros países que han acogi-
do e intentan materializar el horizonte del nuevo constitucionalismo nuestroamericano
como Bolivia, Ecuador o Venezuela. La problemática está afectando los trabajos de los
operadores y activistas sociales, el aprendizaje de los alumnos y el diseño de las mallas
o pensum de las carreras de Derecho, los proyectos de investigación y publicaciones de
los alumnos y profesores docentes e investigadores universitarios, la actividad de los
operadores jurídicos (jueces, fiscales, policías, abogados, etc.).
Según el último Censo de Población y Vivienda (2010), Ecuador tiene 37.373 abogados.
No todos se dedican al litigio, sino que muchos trabajan como operadores jurídicos en
instituciones públicas (42%) y privadas (58%) compatibilizando en algunos casos la
docencia. Hasta ahora, una de las principales causas de que la mayoría se incline por el
sector privado se debe a la inestabilidad laboral en el sector público. Quito (10.730) y
Guayaquil (8.120) tienen prácticamente la mitad de los abogados. Estos datos han sido
cuestionados al alza por el Colegio de Abogados de Guayas que eleva la cifra nacional
de abogados a 47.713. Solo en su provincia afirma tener afiliados 14.794. Con todo, el
promedio nacional es de 261 juristas por cada 100.000 habitantes. Ecuador se encuen-
tra debajo de países como Brasil, Colombia y Costa Rica en el número de juristas pro-
porcionalmente a su población.
Sin embargo, de ese número, pocos son los juristas profesores, con título de
Maestría o Ph.D. en Derecho o en disciplinas afines, dedicados a la investigación y la
docencia a tiempo completo en las facultades de Derecho del país. La mayor parte de
los profesores en Derecho se dedican al ejercicio de la profesión como litigantes, fisca-
les o jueces. Para ellos, por limitaciones de tiempo, la vida académica e investigadora es
accesoria y centrada en la docencia. En el panorama de los proyectos de investigación y

3 Courtis, Christian y Atienza Rodríguez,Manuel (coords.), Observar la ley: ensayos sobre metodo-
logía de la investigación jurídica, Madrid, Trotta, 2006, pp. 9-19.
4 Sánchez Zorrilla, Manuel, “La metodología en la investigación jurídica: características pecu-
liares y pautas generales para investigar en el Derecho”, Revista Telemática de Filosofía del Derecho,
n.o 14, 2011, pp. 317-358.
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publicaciones jurídicas, la mayor parte de lo existente tiene un enfoque de glosa norma-
tiva. Apenas hay trabajos con una perspectiva historicojurídica, sociojurídica, antropo-
jurídica o economicojurídica ecuatoriana y latinoamericana; o estudios sobre Filosofía
del Derecho o Teoría del Derecho, confeccionados con nuestra propia realidad, como
diría J. Martí, y que no sea disfrazarse con la moda eurocéntrica o anglosajona (v.gr. en
Teoría del Derecho, en general, o disciplinar, como en el campo de la Teoría del Dere-
cho Administrativo, etc.). La gran parte de los textos de Teoría del Derecho penal, de la
Filosofía del Derecho, del Derecho penitenciario, etc., en el Ecuador, son trabajos ex-
tranjeros. Y cuando lo son regionales (v.gr. argentinos, colombianos, etc.) con frecuen-
cia siguen tributando a la gran deuda colonial. Ni qué decir tiene la magra producción
jurídica en el ámbito de la fundamentación del nuevo paradigma constitucional. Ello es
expresión del tremendo colonialismo jurídico dominante.
Por más de siglo y medio todavía sigue siendo hegemónico en el país el positi-
vismo jurídico colonial con su reducción normativista. En esta iglesia continúan adoc-
trinándose casi todos los operadores jurídicos (v.gr. abogados, jueces, fiscales, activistas
sociales, etc.). Muchos siguen confesando el credo “el Derecho es norma”. Se ha feti-
chizado a la mediación escrita, trasmisora del voluntarismo político, se la adora como
una divinidad y se la invoca y pide muestras diarias de su poder. Otros, decepcionados
de la impotencia de aquel Moloch, se marchan escépticos como carne fresca para el re-
lativismo, la retórica cínica y el sofisma de los Gorgias y Protágoras de nuestros días.
En Ecuador, el colonialismo jurídico del positivismo normativista ha expropia-
do a los alumnos y estudiosos del Derecho la riqueza de explorar y buscar el mundo
jurídico intercultural e interdisciplinarmente, como relación social histórico-jurídica,
ántropo-jurídica, socio-jurídica, axiológico-jurídica, ideológico-jurídica, económico-ju-
rídica, psico-jurídica, etc. No existen programas de posgrado en investigación jurídica
intercultural e interdisciplinar, y pocos a nivel regional nuestroamericano. En el caso
ecuatoriano, el problema adquiere mayor relevancia dado que el proyecto constitucio-
nal de 2008 necesita con urgencia perfiles de egreso de los operadores jurídicos capa-
ces de responder a las exigencias del nuevo Estado de derechos y justicia. Eso resultará
imposible sin personal académico, docente-investigador, fundamentalmente de las uni-
versidades públicas, que pueda abrir y crear, con los futuros operadores jurídicos, los
conceptos, las categorías y los postulados del nuevo horizonte jurídico. En 2015, de los
programas de posgrado ofrecidos por las universidades ecuatorianas en las 202 maes-
trías, solo 20 son en Derecho; y de ellos, dos son de investigación, y ninguno en investi-
gación jurídica intercultural e interdisciplinar. Respecto de los programas de doctorado,
de los 14 ofertados en el país, solo uno es en Derecho, y este sin moverse necesariamen-
te en el horizonte metodológico intercultural e interdisciplinar.

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Programas de posgrado (maestrías y doctorados)


en las universidades ecuatorianas 2015
Fuente: Elaboración propia

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2. El problema del objeto y el método en la investigación jurídica en Ecuador

La investigación jurídica en Ecuador, como en buena parte de nuestra América, tiene


un serio problema con su objeto y método. La comunidad científica tiene desacuerdos
sobre su objeto y el método propio en la investigación. Hay un desacuerdo generali-
zado respecto al objeto de la investigación jurídica, su método, e incluso respecto a la
posibilidad de “investigar” eso llamado Derecho. ¿Acaso es posible “investigar” y hacer
ciencia del Derecho? ¿Cuál es el alcance de lo que solemos entender como “investigar”?
¿En qué sentido cabe utilizar el término? Esta diversidad de posiciones per se no debe-
ría significar mayor problema si no es por la hegemonía de un horizonte esclerotizante
del mundo jurídico, el positivismo normativista, que dictamina qué es el Derecho, qué
investigar y cómo hacerlo.
Según las respuestas a las preguntas anteriores, dos grandes paradigmas pode-
mos diferenciar en términos generales sobre el objeto de la ciencia y su método: el cog-
nitivamente escéptico y el propiamente científico. En el primero, la ciencia es a lo más
un sistema o corpus de opiniones o postulados axiomáticos sistematizados, compartidos
y hegemónicos en una época histórica; y la investigación no más del trabajo de dotar
al sistema de opiniones o axiomas con completud, articulación y coherencia interna.
En el segundo, la ciencia es un sistema o corpus de conocimientos; y la investigación se
entiende como la búsqueda racional de conocimientos, “el proceso de búsqueda del
conocimiento epistémico basado en materiales comprobables y sobre criterios de ver-
dad, crítica y causalidad”5. En el primer caso, el concepto de “ciencia” se usa en sentido
lato. La Retórica puede ser un ejemplo de ese concepto de “ciencia”. En el segundo, la
ciencia es el conjunto de explicaciones, de los porqués últimos de la realidad, verificados,
probados o falsados. La Física, Química, Biología, Medicina, pero no solo, también la
Antropología, el Derecho, la Psicología y la Sociología, pueden ser ciencias –tomando
el término en sentido estricto– ciencias que se diferencian frecuentemente en naturales,
sociales y humanas.
Si por conocimiento(s) científicos entendemos la explicación inquisitiva, mensu-
rada, en profundidad y verificada, probada o falsada, de parte de la realidad –y no el
conjunto de opiniones o creencias coyunturalmente y mayoritariamente compartidas–,
solo la investigación científica lo(s) hace posible. En ese caso, la ciencia se convierte en
el dinamismo del sistema articulado de los conocimientos históricamente obtenidos y
progresivamente profundizados y desarrollados. Ciertamente, el dinamismo de la cien-
cia es ruptura y/o subsunción histórica y progrediente de paradigmas (T. Kuhn). Aho-
5 Hernández de la Fuente, David, “Aprendiendo a investigar la Historia. Tipología y técnicas
del trabajo histórico universitario” en María Jesús Perex Agorreta, Métodos y técnicas de la investiga-
ción histórica I, Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2012, p. 49.
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ra bien, la ruptura y/o subsunción histórica de paradigmas no puede confundirse con
el relativismo y/o la provisionalidad del método ni de los conocimientos obtenidos.
Una cosa es la progresividad en el conocimiento y otra la provisionalidad del relativismo
cognitivo. Por ejemplo, el conocimiento del hecho que la Tierra gira alrededor del Sol
no deja de serlo –sin caer en la arbitrariedad de su negación– porque gire también con
el Sistema Solar alrededor del centro de una galaxia, la Vía Láctea. Que esta, a su vez,
gire como parte del Grupo Local de decenas de galaxias, en el supercúmulo Laniakea6,
alrededor del Gran Atractor –una masa situada a 200 millones de años-luz de nuestra
galaxia con un poder gravitacional tal que arrastra a su centro a los supercúmulos como
baja el agua de las montañas al valle–. Este último descubrimiento no elimina la verdad,
estabilidad y permanencia del primero, sino que la subsume, desarrolla y profundiza.
Por las razones que se expondrán abajo, este texto es abiertamente partisano.
Aquí se postula que el campo del Derecho es susceptible de convertirse en ciencia –en
sentido estricto–, y disponer del método científico que permita, mediante la investi-
gación, encontrar conocimientos jurídicos. El despojo de la opción contraria deja al
Derecho reducido en un discurso arbitrario. El credo de la fe escéptica cognitiva, que
renuncia a someter el dogma de sus postulados a probación, condena al Derecho a una
compraventa retórica de palabras, de discursos.
Ahora bien, esta opción exige abordar el problema del objeto del Derecho y las
peculiaridades del método de investigación jurídica. Ello hay que hacerlo asumiendo
un compromiso contrahegemónico, porque lo que domina en el contexto de las facul-
tades de Derecho ecuatorianas y nuestroamericanas, y en el imaginario de los operado-
res jurídicos en general, es la identificación binaria derecho = norma y Ciencia del Derecho
= Dogmática jurídica. El campo del Derecho es el campo de lo normativo y su ciencia.
En términos generales, el Derecho para el positivismo jurídico normativista es el sistema
de normas que permiten la coordinación de la vida social, y/o imponen conductas con el recurso de la
coacción violenta del poder monopolizada por el Estado.

3. La Metodología intercultural e interdisciplinar de la investigación jurídica

La metodología de la investigación jurídica en el contexto nuestroamericano, entre


otros problemas, adolece colonialismo y fraccionamiento cultural, aislamiento y clau-
sura disciplinar. Por ello es que el método de la investigación científica del Derecho
necesita ser irreverente frente a ese dogmatismo metodológico7. Necesita con urgencia
acometer su transformación intercultural e interdisciplinar. Las dos dimensiones son
6 “Cielo inmenso”, en hawaiano, de 100.000 galaxias, descubierto en 2014 por el equipo inter-
nacional de R. Brent Tully, de la Universidad de Hawái en Manoa, Estados Unidos.
7 Haba, E. P., Metodología jurídica irreverente, elementos de profilaxis para encarar los discursos jurídicos terrena-
les. A contrapelo de las fabulaciones dominantes en la más actual teoría del derecho, Madrid, Dykinson, 2006.
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complementarias e ineludibles para dar cuenta de la respectividad (totalidad interactiva)
de la vida y muerte de los pueblos y la Naturaleza.
En primer lugar, la investigación jurídica, por su propio carácter científico, nece-
sita transformarse interculturalmente. No puede prescindir de las experiencias jurídicas fru-
to de la historia de los pueblos, silenciando sus aportes e imponiendo dogmáticamente
un modo (v.gr. el cientificista-técnico occidental). Los mismos conceptos, categorías y
postulados de ciencia y método científico necesitan, por su misma pretensión de cien-
tíficos, problematizarse, criticarse y enriquecerse interculturalmente. El colonialismo
occidental de la burguesía capitalista durante los últimos quinientos años, también lo
ha sido cultural y científico. Los saberes, la ciencia y métodos de los pueblos origina-
rios fueron ninguneados, ocultados, reprimidos y eliminados. Sus experiencias y cono-
cimientos científicos fueron degradados como “saberes ancestrales”, por debajo de los
estándares internacionales del rigor del método científico positivista. La decolonialidad
intercultural del conocimiento es lo que vienen reclamando, entre otros, autores lati-
noamericanos como el argentino E. Dussel8, los mexicanos P. González Casanova9 e
I. Wallerstein10 (de origen estadounidense), el peruano A. Quijano11 , el salvadoreño
H. Samour12, el boliviano X. Albó13 (de origen catalán) o el cubano R. Fornet Betan-
court14.
8 Dussel, Enrique, Transmodernidad e Interculturalidad. Interpretación desde la Filosofía de la Libera-
ción, México, UAM-IZ, 2005.
9 González Casanova, Pablo, Las nuevas ciencias y las humanidades: de la academia a la política, vol.
37 Anthropos Editorial, 2004; La universidad necesaria en el siglo XXI, México, Era, 2001.
10 Wallerstein, Immanuel, Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido: una ciencia social
para el siglo XXI, México, Siglo XXI, 2001; “Sociedad plural, colonialismo interno y desarrollo”,
América Latina 6, n.o 3, 1963, pp. 15-32.
11 Quijano, A., “Colonialidad del poder, cultura y conocimiento en América Latina”, Dispositio
(1999), pp. 137-148; Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina, Buenos Aires, Clacso,
2000; “Colonialidad y modernidad/racionalidad”, Perú indígena 13, n.o 29, 1992, pp. 11-20; Qui-
jano, A., Castro-Gómez, S. y Grosfogue R. (comps.), “Colonialidad del poder y clasificación
social” en El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global,
Bogotá, Siglo del Hombre Editores, 2007, pp. 93-126.
12 Samour, Héctor, “Historia, liberación e interculturalidad”, Senderos: revista de ciencias religiosas
y pastorales 30, n.o 89, 2008, pp. 9-46.
13 Albó, Xavier, Iguales pero diferentes: hacia unas políticas interculturales y lingüísticas para Bolivia, La Paz,
Ministerio de Educación, 1999; La encrucijada cultural, La Paz. Anuario de COSUDE, 2001; Educan-
do en la diferencia: hacia unas políticas interculturales y lingüísticas para el sistema educativo, vol. 56, Ministerio
de Educación, 2002; Plaza, Pedro y Albó, Xavier, “Educación bilingüe y planificación lingüística
en Bolivia”, International Journal of the Sociology of Language, 1989, n.o 77, 1989, pp. 69-92.
14 Fornet Betancourt, Raúl, Crítica intercultural de la filosofía latinoamericana actual, Madrid, Editorial
Trotta, 2004; Interculturalidad y globalización: ejercicios de crítica filosófica en el contexto de la globalización
neoliberal, vol. 8, IKO-Verlag für Interkulturelle Kommunikation, 2000; “La filosofía intercultu-
ral desde una perspectiva latinoamericana”, Diálogo Filosófico 51, 2001, pp. 411-426; Transformación
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En el concreto ámbito del saber científico jurídico, los conocimientos de los
pueblos originarios de Nuestra América apenas si salen de los guetos de los usos y cos-
tumbres. Por eso, si el método de la investigación científica quiere tener tal carácter en
el campo del Derecho necesita un paradigma intercultural, no solo metodológico, sino
epistemológico y gnoseológico. El conocimiento crece y florece cuanto más se compar-
te, no cuanto más si impone dogmáticamente un determinado modo colonial de enten-
der la ciencia que no se somete a cuestionamiento. Reivindicando esta decolonialidad,
visibilidad y calidoscopio en la ecología de los saberes jurídicos, se encuentran autores
como el portugués B. de Sousa Santos15, el ecuatoriano R. Llásag16, los bolivianos Iván
Arandia y Marcelo Fernández17.
Ahora bien, ¿en qué puede consistir en concreto la interculturalidad en la inves-
tigación jurídica? Porque para muchos, como hemos apuntado, esto no deja de ser sino
un mero eslogan de lo políticamente correcto en el ámbito de la investigación jurídica
de nuestro tiempo. En primer lugar, supone acoger la investigación científica en gene-
ral, y la jurídica en particular, como el modo de un dinamismo histórico intelectivo común a
todas las culturas, a la Humanidad. En segundo lugar, supone acoger el diálogo intercultu-
ral ontológico, epistemológico y metodológico como la mediación fundamental inelu-
dible para la investigación científica en general, y jurídica en particular. En tercer lugar,
la interculturalidad de la investigación transforma los tres momentos estructurantes de
la praxis investigativa: a) la aprehensión intercultural de los hechos. Esto significa, que todos
los contextos, parajes y actores, con la pluralidad de sus técnicas para la obtención de
los datos, son necesarios en la investigación jurídica; b) los modos interculturales de análi-
sis sistémico de los hechos. Esto es, la apertura dialógica al encuentro con los paradigmas
ontológicos, epistemológicos y metodológicos, con las categorías, conceptos y modos
de formulación de los postulados propios de otras culturas; c) la verificación o falsación
intercultural de los postulados explicativos. Ello supone acoger los aportes de la pluralidad
de caminos de verificación o falsación de las hipótesis explicativas que se han dado los
pueblos a lo largo de la historia.

intercultural de la filosofía: ejercicios teóricos y prácticos de filosofía intercultural desde Latinoamérica en el


contexto de la globalización, vol. 11, Bilbao, Desclée de Brouwer, 2001.
15 Sousa Santos, B., “A crítica da razão indolente: contra o desperdício da experiência”, en Para
um novo senso comum: a ciência, o direito ea política na transição paradigmática, vol. 1, São Paulo, Cortez,
2011; Pela mão de Alice-o social eo político na pós-modernidade, Leya, 2013; Sociología jurídica crítica: para
un nuevo sentido común en el derecho, Madrid, Trotta, 2009.
16 Llásag, Raúl, “La jurisdicción indígena en el contexto de los principios de plurinacionalidad
e interculturalidad”, en La nueva Constitución del Ecuador: Estado, derechos e instituciones, Quito, Uni-
versidad Andina, 2009.
17 Arandia, Iván (coord.), Bases metodológicas para la investigación de derecho en contextos interculturales,
Sucre, Instituto de la Judicatura AECID, Fundación PIEB, 2009.
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En segundo lugar, la otra cara del colonialismo cultural jurídico es la especializa-
ción en la investigación científica, en detrimento de la interdisciplinariedad. Ha sido un
dinamismo creciente en los últimos doscientos años en Occidente. Eso ha significado
el desarrollo multidisciplinar en muchos campos del conocimiento. Sin embargo, esa
opción gnoseológica, metodológica y ontológica ha tenido también algunas limitacio-
nes. Una de las más evidentes ha sido el paradójico “desconocimiento” y la consecuen-
te desarticulación entre las disciplinas. En campo del Derecho es claro. Todavía hoy
muchos abogados en ejercicio y profesores de Derecho en el Ecuador se preguntan
qué tiene que ver con el Derecho una investigación sociojurídica. Sin embargo, desde
la segunda mitad del siglo XX se ha venido insistiendo en la necesidad de recuperar el
paradigma integrador y holístico de la investigación y los conocimientos. Si en el siglo
XIX se le llamaba conocimiento “dialéctico de la totalidad” (F. Hegel, K. Marx y F. En-
gels), hoy ha cuajado el calificativo “paradigma de la complejidad”18. Pero más allá de
denominaciones, lo que este reclamo exige es la consciencia y práctica de la respectividad
(de la interrelación de todas las partes de la realidad) en su investigación y conocimien-
to19. La totalidad de la realidad y sus conocimientos se presuponen y exigen en cual-
quier actividad investigadora.
La necesidad de la interdisciplinariedad (y más, de la transdisciplinariedad) en
el caso del Derecho –como de cualquier otra disciplina– no es una moda, sino la ex-
presión del carácter dialéctico, complejo o respectivo de la realidad jurídica. Aunque
ya desde la antigüedad tenemos autores en todos los continentes han reivindicado la
totalidad y transdisciplinaridad del conocimiento, en nuestro tiempo el concepto “in-
terdisciplinariedad” es utilizado por vez primera en Occidente por el sociólogo Louis
Wirtz en 1937. Pero será después de la Segunda Guerra Mundial, en gran parte debido
al estímulo de la UNESCO, que se comienza a realizar estudios e investigaciones sobre
la interdisciplinariedad20. Entre algunos de ellos, cabe mencionar: Tendencias de investiga-
ción en las ciencias sociales y humanas21, Corrientes de investigación en ciencias sociales22, Interdisci-
plinariedad y ciencias humanas, de un grupo de autores como Georges Gusdorf, Satanislav
Nicolaevitch Smirnov, Leo Apostel, Jean Marie Benoist, Edgar Morin, Máximo Piatelli-
Palmarini, Daya Krishna23.
18 Morin, Edgar, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, París, UNESCO, 1999.
19 Zubiri, Xavier, Inteligencia y realidad, Madrid, Alianza Editorial, 1980; Inteligencia y logos, Ma-
drid, Alianza Madrid, 1982; Inteligencia y razón, Madrid, Alianza, 1983.
20 Basarab, Nicolescu y Vallejo Gómez, Mercedes, La transdisciplinariedad: manifiesto, Hermosi-
llo, Sonora, México, Multiversidad Mundo Real Edgar Morín, A.C., 1996.
21 Piaget, Jean et al., Tendencias de la investigación en las ciencias sociales, Madrid, Alianza, 1979.
22 Boudon, Raymond et al., Corrientes de la investigación en las ciencias sociales, Madrid, Tecnos, 1981.
23 Pérez Matos N. E. y Setién Quesada, E., “La interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad
en las ciencias, una mirada a la teoría bibliológico-informativa”, accedido el 2 de enero de 2015
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En el caso del Derecho, si se le considera como mucho más que una de sus me-
diaciones, la “norma escrita”, la llamada Dogmática normativista –en su mutilación
positivista– no puede dar cuenta suficientemente de aquel hecho. Como disciplina, en su
idealismo, se queda corta y pobre para explicar el mundo de la vida jurídica. Puesto el De-
recho sobre sus pies, no como “norma”, sino como un modo o tipo de “praxis norma-
tiva”, como un tipo de “relación social”, se necesita un método de investigación propio
que pueda dar cuenta de las dimensiones de la “acción” jurídica –como relación social–:
histórica, biológica, antropológica, psicológica, sociológica, ideológica, axiológica, po-
lítica, económica, lingüística, normativa, etc. Ese método no puede ser sino necesaria-
mente interdisciplinar (transdisciplinar). Se le puede identificar asimismo como dialéc-
tico, complejo o respectivo, según se quiera utilizar uno u otro de los adjetivos24.
Ahora bien, la interdisciplinariedad –dialéctica, complejidad o respectividad– en
la investigación jurídica no puede ni debe consistir, ni entenderse, como el deslizamien-
to en una amalgama del sincretismo multidisciplinar. Y es precisamente aquí donde ra-
dica uno de los grandes desafíos que tiene el Derecho a la hora de encontrar su camino
propio de investigación, cuando inicia –al menos en América Latina– su éxodo de la
esclavitud dogmático normativista. Dejar atrás la prisión del positivismo jurídico nor-
mativista no augura necesariamente encontrar la tierra prometida del método propio de
la investigación en el Derecho. Afirmar el carácter interdisciplinar del método de inves-
tigación jurídica no es una invitación a perderse en la multidisciplinariedad.
Con todo, la odisea tal vez tenga posibilidades de alcanzar buen puerto. Aquí se
propone una brújula que puede dar esperanzas a la navegación. La articulación sistémi-
ca de sus puntos cardinales de referencias son: (1) El entendimiento del Derecho como
“hecho”; como praxis (acción) de la vida de los pueblos y la Naturaleza; como relación
social (el Sur); (2) La producción y reproducción de la vida de los pueblos y la Natura-
leza (el Norte); (3) La interdependencia (respectividad) de todas las dimensiones de la
realidad jurídica y su conocimiento (el Este); La aprehensión de los hechos confusos y
caóticos, su análisis dialéctico, y la verificación o probación en la realidad de los postu-
lados explicativos, como estructura constante del dinamismo de investigación jurídica
(el Oeste).
De la propuesta, veamos ahora cuáles son los momentos del dinamismo estructural de
la investigación jurídica, en su articulación interdisciplinar.
(1) La aprehensión problemática de los hechos caóticos y confusos de la realidad jurídica. La
investigación jurídica interdisciplinar comienza con la aprehensión del problema jurí-
dico entre unos hechos caóticos y confusos, al que posteriormente quiere buscar una
explicación.
http,//bvs.sld.cu/revistas/aci/vol18_5_08/aci021108.htm
24 Courtis, Christian y Atienza, Manuel (coords.), Observar la ley, op. cit., pp. 21-38.
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En primer lugar, por ser investigación jurídica, la aprehensión del problema lo
es de un problema del Derecho; los hechos caóticos y confusos con los que se enfrenta
han de tener relevancia jurídica. Esto diferencia la investigación jurídica de cualquier
otro tipo de investigación. Ahora bien, este enfrentamiento con los hechos va a estar
ineludiblemente condicionado por los lentes del paradigma jurídico en el que respira el
investigador. Por ello, el paradigma del sacerdocio normativista no verá nada relevante
para la “pureza” de su investigación jurídica en el mundo de la vida, sino, en todo caso,
la contaminación de la “investigación impura”. Su trabajo no rebasará el fetiche eso-
térico de la mediación escrita de la norma. Por el contrario, otras dimensiones de los
hechos problemáticas se abren para quienes, liberados del embrujo del fetiche (de su
sueño dogmático), se adentran por la senda de entender el Derecho como un modo de
praxis. Fuentes jurídicas desconocidas brotan si se golpea con el jilaqata o mallku (ba-
tón de mando en kichwa), la roca del Derecho como acción con poder real de satisfacer los bienes
jurídicos positivados, para sus vidas y la de la Naturaleza, de modo autónomo por los pueblos con la
ayuda tutelar del poder de la fuerza comunitaria25.
En segundo lugar, la aprehensión del problema entre hechos confusos y caóti-
cos, además de ser una aprehensión jurídica, mediada ineludiblemente por el paradigma
ontológico de Derecho asumido por el investigador, también lo es por su paradigma
metodológico. En esta propuesta, el método que se juzga más apropiado, como se ha
referido, es el método intercultural e interdisciplinar.
Veamos ahora solo algunos apuntes de lo que significa la interdisciplinariedad del
método en este momento de dinamismo de investigación, no sin antes distinguir, para
evitar confusiones, algunos conceptos fundamentales: método científico, modos interdiscipli-
nares de aprehensión, análisis y verificación, enfoques y técnicas de investigación.
El método científico es uno, compartido interculturalmente por todos los pueblos.
En el mismo cabe diferenciar tres momentos como constante estructural de su dina-
mismo: (a) aprehensión de los hechos caóticos y confusos; (b) análisis dialéctico de los
mismos; (c) formulación de postulados explicativos y su verificación, probación o fal-
sación.
El decurso de la investigación, del método científico, tiene en su unidad la rique-
za de la diversidad de los modos interdisciplinares e interculturales de aprehensión de los he-
chos problemáticos, análisis dialéctico y verificación o probación de los mismos.
Los enfoques son perspectivas cuantitativas, cualitativas o mixtas por las que se
opta en la investigación en función de interés o pertinencia que tenga el estudio.
Las técnicas son recursos interdisciplinares e interculturales para la obtención,
codificación y sistematización de los hechos, para su análisis dialéctico y verificación

25 Salamanca Serrano, Antonio, Teoría Socialista del Derecho, 2 vols., Quito, Editorial Jurídica, 2011.
REDHES no.14, año VII, julio-diciembre 2015 ISSN 1889-8068
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(v.gr. observación de campo, entrevista, biografías, encuestas, grupos focales, análisis
estadístico, etc.).
(a) Modo histórico-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo histórico-jurídico de la investigación es con los hechos
del Derecho en su historicidad –según el paradigma praxeológico referido arriba–. La
historicidad del Derecho es la dimensión temporal de su dinamismo. Es decir, el en-
frentamiento es con el transcurso de la producción (origen), circulación (desarrollo) y
apropiación (distribución y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza,
como praxis jurídicas normativas, sus instituciones y sistemas jurídicos26.Un ejemplo
de este modo de aprehensión de los hechos puede ser el realizado por J. L. Castillo Ve-
gas, El estatuto jurídico de los indígenas en las constituciones hispanoamericanas del periodo de la
emancipación27.
Las técnicas para acometer el modo histórico-jurídico de investigación se toman
en gran parte de la Historia, pero no solo. Las técnicas de investigación son técnicas
cada vez más interdisciplinares, también en el campo de la Historia. Algunas nacieron
en el seno de unas disciplinas pero progresivamente han sido compartidas por la inves-
tigación en general. Entre las principales técnicas para identificar los hechos caóticos
y confusos problemáticos en el modo de investigación histórico-jurídico cabe men-
cionar: (i) la técnica arqueológica; (ii) la técnica epigráfica; (iii) la técnica numismática;
(iv) la técnica de filología documental. Aunque esta última tal vez sea de las que más
información pueda aportar, hay que revalorizar mucho las posibilidades de las otras, si
entendemos el Derecho como praxis. La fuente principal de este es la consuetudinaria;
anterior y más rica que su mediación escrita28 .
(b) Modo socio-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos confusos
y caóticos en el modo socio-jurídico de la investigación es con los hechos del Dere-
cho en cuanto relaciones sociales –según el paradigma praxeológico referido arriba–.
Es decir, el enfrentamiento es con los hechos confusos y caóticos del dinamismo “im-
personal” de las relaciones sociales en la producción (origen), circulación (desarrollo)
y apropiación (distribución y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza,
en cuanto praxis jurídicas normativas, sus instituciones y sistemas jurídicos29.
Las técnicas comunes al modo socio-jurídico de investigación se toman en gran
parte de la Sociología, pero no solo, como ocurre con el modo histórico-jurídico. Entre
algunas de las principales cabe mencionar: (i) cuestionarios; (ii) encuestas cualitativas;

26 Aróstegui Sánchez, Julio, La investigación histórica: teoría y método, Barcelona, Crítica, 1995.
27 Castillo Vegas, Jesús Luis, “El estatuto jurídico de los indígenas en las constituciones hispanoame-
ricanas del período de la emancipación”, Revista de estudios histórico-jurídicos, n.o 35, 2013, pp. 431-459.
28 Peréx Agorreta, María Jesús (coord), op. cit.
29 Courtis, Christian y Atienza, Manuel (coords.), Observar la ley, op. cit., pp. 277-304.
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 71
(iii) la observación de campo; (iv) entrevista cuantitativa; (v) encuesta cuantitativa; (vi)
identificación de datos secundarios recolectados por otros investigadores; (vii) pruebas
estandarizadas o inventarios; (viii) recolección de datos mecánica o electrónica; (ix) la
entrevista cualitativa; (x) las biografías e historias de vida; (xi) los grupos de enfoque;
(xii) la obtención de datos documentales (v.gr. registros, materiales, artefactos)30.
(c) Modo ántropo-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos confu-
sos y caóticos en el modo ántropo-jurídico de la investigación es con los hechos del De-
recho en cuanto prácticas culturales –según el paradigma praxeológico referido arriba–.
Es decir, el enfrentamiento lo es con la problematicidad de las prácticas culturales en el
dinamismo de producción (origen), circulación (desarrollo) y apropiación (distribución
y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza como praxis jurídicas nor-
mativas, sus instituciones y sistemas jurídicos. La cultura es entendida aquí, coincidien-
do con su etimología, como el cultivo de la vida de los pueblos con la Naturaleza. Son
objeto de investigación todas las dimensiones de la vida cultura articuladas en la rela-
ción comunidad-persona. Un ejemplo de trabajo de este tipo es el realizado por D. Poole,
Los usos de la costumbre. Hacia una antropología jurídica del Estado neoliberal31.
Las técnicas comunes al modo ántropo-jurídico de investigación se toman en
gran parte de la Antropología, pero no solo, como ocurre con los modos anteriores. La
misma Antropología ha ido tomando prestadas técnicas de otras disciplinas para sus
investigaciones. Entre algunas de las principales técnicas etnográficas, cabe mencionar:
(i) la observación de campo; (ii) la entrevista; (iii) las biografías de vida; (iv) el test de la
personalidad; (v) los grupos de enfoque; (vi) la filología documental; (vii) los datos ge-
nealógicos y de redes; (viii) elementos y datos del discurso32.
(d) Modo psico-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos confusos
y caóticos en el modo psico-jurídico de la investigación es con los hechos del Derecho
en cuanto relaciones psicológicas personales, comunitarias y sociales, conscientes e in-
conscientes –según el paradigma praxeológico referido arriba–. Es decir, el enfrenta-
miento lo es con la problematicidad de la dimensión psicológica de las acciones en el
dinamismo de producción (origen), circulación (desarrollo) y apropiación (distribución
y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza como praxis jurídicas nor-

30 Hernández Sampieri, Roberto et al., Metodología de la investigación, México, Editorial Mc Graw


Hill, 2010.
31 Poole, D., “Los usos de la costumbre Hacia una antropología jurídica del Estado neoliberal”,
Alteridades 16, n.o 31, 2006, pp. 9-21.
32 Jociles, M.J., “Las técnicas de investigación en antropología. Mirada antropológica y proceso
etnográfico”, Gazeta Antropología, 15, 1999, pp. 1-29.
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72 Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales
mativas, sus instituciones y sistemas jurídicos33. Un ejemplo de este modo de aprehen-
sión es el realizado por A. Garzón, La sala de justicia y los jurados. Perspectiva psicológica34.
Las técnicas comunes al modo psico-jurídico de investigación se toman en gran
parte de la Psicología, pero no solo, como ocurre con los modos anteriores. Entre al-
gunas de las principales cabe mencionar: (i) la entrevista personal; (ii) la hipnosis; (iii)
la sugestión; (iv) el psicoanálisis de los sueños; (v) el test de la personalidad; (vi) el au-
torreporte; (vii) la proyección; (viii) el test de habilidad de desempeño; (ix) la entrevista
psicosocial; (x) encuesta psicosocial; (xi) test sociométrico; (xii) el roleplaying en tera-
pias de grupo; (xiii) discusión guiada en pequeños grupos de discusión; (xiv) la entre-
vista colectiva.
(e) Modo ideológico-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo ideológico-jurídico de la investigación es con los hechos
del Derecho en cuanto relaciones (praxis) ideológicas personales, comunitarias y so-
ciales–según el paradigma praxeológico referido arriba–. Es decir, el enfrentamiento
lo es con la problematicidad de la dimensión ideológica (ideas) de las acciones en el
dinamismo de producción (origen), circulación (desarrollo) y apropiación (distribución
y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza como praxis jurídicas nor-
mativas, sus instituciones y sistemas jurídicos35. La ideología se entiende aquí en sus
habituales acepciones “neutra” y “negativa”. Es decir, ideología como el conjunto de
ideas y/o ideales que conforma la cosmovisión del mundo de una persona, comunidad
o sociedad (acepción “neutra”). Y también, ideología –en su sentido “negativo”– como
el conjunto de ideas que encubren la “ortopraxis”. Ejemplos de este tipo de modos de
aprehensión de los hechos son los trabajos de K. Marx, La cuestión judía (1843) o la obra
de P. I. Stucka, La función revolucionaria del derecho y del estado (1924).
Las técnicas comunes al modo ideológico-jurídico de investigación se toman en
gran parte de la Filosofía, pero no solo, como ocurre con los modos anteriores. Entre
algunas de las principales técnicas cabe mencionar: (i) la identificación del dinamismo
histórico de las ideas; (ii) la filología documental; (iii) la encuesta ideológica; (iv) la en-
trevista ideológica; (v) la biografía ideológica; (vi) la observación ideológica; (vii) el gru-
po focal ideológico.

33 Morales, L.A. y García, E. “Psicología jurídica: que hacer y desarrollo”, Revista diversitas.
Perspectivas en psicología 6, n.o 2, 2010, pp. 236-257; Muñoz, J.M. et al., “Psicología Jurídica en Espa-
ña: Delimitación Conceptual, Campos de Investigación e Intervención y Propuesta Formativa
dentro de la Enseñanza Oficial”, Anuario de Psicología Jurídica, 21, 2011, pp. 3-14.
34 Garzón, Adela, “La sala de justicia y los jurados. Perspectiva psicológica”, Boletín de Psicología,
n.o 44, 1994, pp. 27-56.
35 Courtis, Christian y Atienza, Manuel (coords.), Observar la ley, op. cit., pp. 83-102; 304; 349-387.
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 73
(f) Modo axiológico-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo axiológico-jurídico de la investigación es con los hechos
del Derecho en cuanto relaciones axiológicas (valores) personales, comunitarias y so-
ciales–según el paradigma praxeológico referido arriba–. Es decir, el enfrentamiento
lo es con la problematicidad de la dimensión ética o moral de las acciones (de los va-
lores) en el dinamismo de producción (origen), circulación (desarrollo) y apropiación
(distribución y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza como praxis
jurídicas normativas, sus instituciones y sistemas jurídicos. Este modo de investigación
frecuentemente se une al ideológico-jurídico por la fuerza y el peso de los valores en
el contenido de las ideas. Sin embargo, el modo de axiológico-jurídico tiene su plena
autonomía y es fundamental poder diferenciarlo dado el papel esencial que tienen en la
legitimación del Derecho.
Las técnicas comunes al modo axiológico-jurídico de investigación se toman en
gran parte de la Axiología, Ética o la Moral, como ramas de la Filosofía, pero no solo,
como ocurre con los modos anteriores. Entre algunas de las principales técnicas cabe
mencionar: (i) la identificación del dinamismo histórico de los valores; (ii) la filología
documental axiológica; (iii) la encuesta axiológica; (iv) la entrevista axiológica; (v) la bio-
grafía axiológica; (vi) la observación axiológica; (vii) el grupo focal axiológico; (viii) los
dilemas morales; (ix) la contradicción axiológica ortodoxia-ortopraxis.
(g) Modo económico-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo económico-jurídico de la investigación es con los hechos
del Derecho en cuanto relaciones económicas –según el paradigma praxeológico refe-
rido arriba–. Es decir, el enfrentamiento lo es con la problematicidad de la dimensión
económica de las acciones en el dinamismo de producción (origen), circulación (de-
sarrollo) y apropiación (distribución y consumo) de los derechos de los pueblos y la
Naturaleza como praxis jurídicas normativas, sus instituciones y sistemas jurídicos. El
modo económico-jurídico puede limitar la aprehensión de los hechos confusos y caó-
ticos únicamente en función de la “eficiencia y/o eficacia” de: bienes, base monetaria,
tipos de interés, precios, mercados, oferta, demanda, coste, beneficio, salario mínimo,
tasa de desempleo, producto interno bruto, índice de competitividad global, de los re-
cursos asignados al ámbito del Derecho. Pero esta es solo una posibilidad de la inves-
tigación. Cabe otra aprehensión de los hechos económicos, confusos y caóticos, como
función ideológica en la producción, circulación y apropiación de los derechos (sea micro
o macroeconómica). Este es un acercamiento a los hechos de un modo económico-
jurídico crítico (v.gr. economía política marxista).
Las técnicas comunes al modo económico-jurídico de investigación se toman
en gran parte de la Economía, pero no solo, como ocurre con los modos anteriores.
Entre algunas de las principales técnicas cabe mencionar: (i) observación de campo;
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74 Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales
(ii) encuesta; (iii) entrevista; (iv) identificación de datos secundarios recolectados por
otros investigadores; (v) estadísticas; (vi) la identificación ideológica-económica de los
hechos con relevancia jurídica.
(h) Modo lingüístico-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo lingüístico-jurídico de la investigación es con los hechos
del Derecho en cuanto relaciones lingüísticas personales, comunitarias y sociales (v.gr.
praxis expresivas, expresiones, símbolos, palabras, significados, etc.) –según el paradig-
ma praxeológico referido arriba–. Es decir, el enfrentamiento lo es con la problematici-
dad de la dimensión comunicativa (expresiva-signante-significante) de las acciones en el
dinamismo de producción (origen), circulación (desarrollo) y apropiación (distribución
y consumo) de los derechos de los pueblos y la Naturaleza, como praxis jurídicas nor-
mativas, sus instituciones y sistemas jurídicos. La mediación comunicativa fundamen-
tal, y más extensa de los hechos del Derecho, es la costumbre, entendida como praxis
consuetudinaria. Una reducción de ella es la mediación lingüística verbal, y otra reduc-
ción de esta segunda es la mediación lingüística escrita. Dependiendo del paradigma
comunicativo que se tenga: idealista –nominalista o escéptico ante la realidad signada–,
o materialista, los hechos caóticos y confusos del Derecho pueden quedar reducidos al
juego del fetiche de enunciados con letra muerta (el idealismo lingüístico), o pueden vi-
vir, por el contrario, como expresión de realidad, reducida por la signación, y precisada por
la significación. Ambas, signación y significación, como la expresión, lo son de realidad
(materialismo lingüístico).
Las técnicas comunes al modo lingüístico-jurídico de investigación para la apre-
hensión de los hechos se toman en gran parte de la Lingüística, pero no solo, como
ocurre con los modos anteriores. Entre algunas de las principales técnicas cabe men-
cionar: (i) la observación; (ii) el cuestionario; (iii) el test lingüísticos; (iv) las entrevistas
breves y anónimas; (v) las observaciones no sistemáticas; (vi) la audición y visionado
de medios de comunicación de masas; (vii) el test de extracción familiar y de reacción
subjetiva; (viii) test de autoevaluación; (ix) la filología documental; (x) la obtención do-
cumental de datos.
(i) Modo normativo-jurídico. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo normativo-jurídico de la investigación es con los hechos
del Derecho en cuanto normas consuetudinarias, no escritas o escritas (ley en sentido am-
plio) –según el paradigma praxeológico referido arriba–. Es decir, el enfrentamiento lo
es con la problematicidad de la normatividad consuetudinaria no escrita o escrita (ley
en sentido amplio) de las acciones en el dinamismo de producción (origen), circulación
(desarrollo) y apropiación (distribución y consumo) de los derechos de los pueblos y la
Naturaleza como praxis jurídicas normativas, sus instituciones y sistemas jurídicos36.
36 Ibídem., pp. 105-127; Virgilio Latorre Latorre, Bases metodológicas de la investigación jurídica,
ISSN 1889-8068 REDHES no.14, año VII, julio-diciembre 2015
La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 75
Las técnicas comunes al modo normativo-jurídico de investigación para la apre-
hensión de los hechos han sido en parte elaboradas por la llamada Dogmática norma-
tivista. Sin embargo, como ocurre con los modos anteriores, no son solo esas. Entre
algunas de las principales: (i) la observación normativa consuetudinaria; (ii) la encuesta
normativa consuetudinaria; (iii) la entrevista normativa consuetudinaria; (iv) el grupo
focal normativo consuetudinario; (v) la identificación documental normativa; (vi) la fi-
lología documental normativa.
(j) Modo jurisprudencial. El enfrentamiento con el problema de los hechos con-
fusos y caóticos en el modo jurisprudencial de la investigación es con los hechos del
Derecho en cuanto praxis normativa jurisprudencial –según el paradigma praxeológico
referido arriba–. Es decir, el enfrentamiento lo es con la problematicidad de los hechos
jurisprudenciales como acciones en el dinamismo de producción (origen), circulación
(desarrollo) y apropiación (distribución y consumo) de los derechos de los pueblos y la
Naturaleza como praxis jurídicas normativas, sus instituciones y sistemas jurídicos37.
Las técnicas comunes al modo jurisprudencial de investigación para la aprehen-
sión de los hechos han sido en parte elaboradas también por la llamada Dogmática
normativista. Sin embargo, como ocurre con los modos anteriores, no son solo esas.
Entre algunas de las principales: (i) la observación jurisprudencial consuetudinaria; (ii)
la encuesta jurisprudencial consuetudinaria; (iii) la entrevista jurisprudencial consuetu-
dinaria; (iv) el grupo focal jurisprudencial consuetudinario; (v) la identificación docu-
mental jurisprudencial; (vi) la filología documental jurisprudencial.
(2) Análisis sistémico (dialéctico o respectivo) de los hechos aprehendidos. Una vez que el
problema jurídico ha sido aprehendido, como hechos caóticos y confusos, y antes de
buscar la explicación al mismo, hay una fase fundamental en la investigación: el análisis
sistémico de esos hechos. Se le ha denominado también análisis dialéctico (v.gr. en la
tradición marxista). La finalidad de esta fase es el dinamismo de cierta elevación (distan-
ciamiento) de lo confuso y caótico concreto en una relativa abstracción analítica, sistema-
tizadora y creadora de postulados explicativos. Esta retracción (distanciamiento en pers-
pectiva) ante lo inmediato de la realidad, pero sin salirse nunca de ella, se articula en
tres momentos: (1º) delimitar, fijar y centrar el estudio de los hechos en cada una de las
partes susceptibles de relativa separación; (2) integrar, sistematizar y reaprehender las
partes de los hechos a la luz de la totalidad. Para ello se requiere el recurso de conceptos
y categorías, tomados de paradigmas existentes o creados por el propio investigador;
(3º) la creación tentativa –en su caso– de postulados explicativos (hipótesis) y el some-
timiento de los mismos a verificación, falsación, o cualquier modo de probación.
Valencia, Tirant lo Blanch, 2012, pp. 119-147.
37 Courtis, Christian y Atienza, Manuel (coords.), Observar la ley, op. cit., pp. 127-135; Virgilio
Latorre Latorre, Bases metodológicas de la investigación jurídica, op. cit., pp. 149-170.
REDHES no.14, año VII, julio-diciembre 2015 ISSN 1889-8068
76 Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales
Así como indicamos que ocurre en la primera fase de aprehensión de los hechos
caóticos y confusos, lo mismo pasa en esta fase con respecto al paradigma jurídico que
se tenga. Este, con su carga metodológica, epistemológica y gnoseológica, condicio-
nará el análisis sistémico (dialéctico o respectivo). En esta propuesta de investigación
jurídica, el análisis sistémico tiene también sus modalidades interdisciplinares e inter-
culturales.
(a) Análisis sistémico en el modo histórico-jurídico. El análisis sistémico histórico-jurí-
dico se apoya en la recogida de los datos sobre los hechos caóticos y confusos, como
todo análisis. Sobre ellos, codificados en su caso, se intenta obtener la mayor informa-
ción apoyándose en las técnicas de crítica externa e interna. Siguiendo a D. Hernández
de la Fuente38, se pueden diferenciar entre las técnicas analíticas de: (i) crítica externa
textual o de hermenéutica inferior: (1°) integridad o fragmentariedad de la fuente, y,
en lo posible, su restitución; (ii) la crítica externa o hermenéutica superior: (2°) locali-
zación de la fuente en el espacio; (3°) determinación de la autoría de la fuente y de los
datos sobre el autor; (4º) origen de la fuente: soporte, transmisión, datos sobre su pro-
cedencia; (5º) credibilidad y valoración de la fuente. Y también como técnicas analíticas
(iii) de crítica interna cabe mencionar el análisis de credibilidad y valoración de las fuen-
tes. La hermenéutica llamada superior, apoyada en la crítica textual de la hermenéutica
inferior, se ocupa de determinar el género de la obra jurídica, su estructura, su finalidad,
ubicación en el contexto histórico y dentro de la vida y obra de los protagonistas39.
(b) Análisis sistémico en el modo socio-jurídico. El análisis socio-jurídico busca el exa-
men de cada uno de los hechos (datos) con posible relevancia jurídica, en sí mismos,
y en su afectación por el conjunto de las relaciones de la totalidad de la realidad; así
como también el modo en que la totalidad de la realidad queda afectada por los hechos
(datos) objetos de estudio. Los análisis de los datos, en algunos casos, cuenta con el
apoyo de programas informáticos de análisis cuantitativo como Statistical Package for the
Social Sciences (SPSS) y PASW Statistics, o programas informáticos de análisis cualitativo
como Atlas.ti Ethnograph, Nvivo y Decision Explorer–. Entre las técnicas analíticas cabe
mencionar: (i) unidades de primera codificación de los datos; (ii) unidades de primera
sistematización de los datos según categorías prestadas o creadas; (iii) análisis estadís-
tico descriptivo para cada variable; (iv) análisis estadístico paramétrico; (v) análisis des-
criptivo; (vi) análisis estadístico multivariado; (vii) análisis estadístico no paramétrico;
(viii) análisis de la inmersión inicial; (ix) análisis de la inmersión profunda; (x) análisis

38 Hernández de la Fuente, D., “Aprendiendo a investigar la Historia. Tipología y técnicas del


trabajo histórico universitario”, en María Jesús Perex Agorreta, Métodos y técnicas de la investigación
histórica I, op. cit., p. 71.
39 Ibídem, p. 564.
ISSN 1889-8068 REDHES no.14, año VII, julio-diciembre 2015
La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 77
detallado de los datos; (xi) unidades de segunda codificación de datos; (xii) unidades de
segunda sistematización de los datos según categorías prestadas o creadas.
(c) Análisis sistémico en el modo ántropo-jurídico. El análisis ántropo-jurídico de los da-
tos recurre fundamentalmente a técnicas analíticas etnográficas, aunque no solo. Entre
las principales cabe mencionar: (i) análisis de los datos de la observación de campo; (ii)
análisis cualitativo y/o cuantitativo del contenido documental (v.gr. documentos escri-
tos, sonoros, etc.); (iii) análisis de la entrevista; (iv) análisis de las biografías de vida; (v)
análisis de los test de la personalidad; (vi) análisis de los grupos de enfoque; (vii) análisis
filológico documental; (viii) análisis de los datos genealógicos y de redes; (ix) análisis
cuantitativo y/o cualitativo del discurso40.
(d) Análisis sistémico en el modo psico-jurídico. El análisis psico-jurídico de los datos
recurre a técnicas provenientes de la psicología, aunque no solo. Entre algunas de las
principales cabe mencionar: (i) análisis de los datos de la entrevista personal; (ii) análisis
de los datos obtenidos por la hipnosis; (iii) análisis de los datos obtenidos por la suges-
tión; (iv) el psicoanálisis de los datos obtenidos por los sueños; (v) análisis de los datos
del test de la personalidad; (vi) análisis de los datos del autorreporte; (vii) análisis de los
datos de la proyección; (viii) análisis de los datos del test de habilidad de desempeño;
(ix) análisis de los datos de la entrevista psicosocial; (x) análisis de los datos de la en-
cuesta psicosocial; (xi) análisis de los datos del test sociométrico; (xii) análisis de los da-
tos de roleplaying en terapias de grupo; (xiii) análisis de los datos de la discusión guiada
en pequeños grupos de discusión; (xiv) análisis de los datos de la entrevista colectiva.
(e) Análisis sistémico en el modo ideológico-jurídico. Las técnicas comunes al análisis
ideológico-jurídico se toman en gran parte de la investigación filosófica, pero no solo.
Entre algunas de las principales cabe mencionar: (i) el análisis cuantitativo y/o cualita-
tivo del discurso; (ii) el análisis de los datos de la observación ideológica; (iii) el análisis
filológico documental; (iv) el análisis de los datos de la encuesta ideológica; (v) el aná-
lisis de los datos de la entrevista ideológica; (vi) el análisis de los datos de la biografía
ideológica; (vii) el análisis de los datos del grupo focal ideológico.
(f) Análisis sistémico en el modo axiológico-jurídico. Las técnicas de análisis comunes al
modo axiológico-jurídico de investigación se toman en gran parte de la investigación
ética y moral, como ramas de la filosofía, pero no solo. Entre algunas de las principales
cabe mencionar: (i) el análisis de observación axiológica; (ii) el análisis cuantitativo y/o
cualitativo de los datos de la filología documental axiológica; (iii) el análisis de los da-
tos de la encuesta axiológica; (iv) el análisis de los datos de la entrevista axiológica; (v)
el análisis de los datos de la biografía axiológica; (vi) el análisis de los datos del grupo

40 Sautu, R. et al., Manual de Metodología. Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y
elección de la metodología, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2010.
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78 Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales
focal axiológico; (vii) el análisis de los datos de los dilemas morales; (viii) el análisis de
las contradicciones axiológica entre la ortopraxis y la ortodoxia.
(g) Análisis sistémico en el modo económico-jurídico. Las técnicas del análisis econó-
mico-jurídico son comunes al análisis económico, pero no solo. Entre algunas de las
principales: (i) análisis de la maximización del beneficio; (ii) análisis de la función de
beneficios; (iii) análisis de la minimización de los costes; (iv) análisis de la función de
los costes; (v) análisis de la maximización de la utilidad; (vi) análisis de la demanda; (vii)
análisis de los bienes públicos, (viii) análisis del bienestar; (ix) análisis de las externalida-
des; (x) análisis de la optimización; (xi) análisis de la eficiencia y la eficacia de los recur-
sos; (xii) análisis cualitativo y/o cuantitativo de los datos ideológico-económicos en la
producción, circulación y apropiación de bienes jurídicos y derechos.
(h) Análisis sistémico en el modo lingüístico-jurídico. Las técnicas de análisis lingüístico-
jurídico se toman en gran parte de la investigación lingüística, pero no solo. Entre algu-
nas de las principales: (i) análisis en el discurso del tipo de texto jurídico; (ii) análisis en
el discurso de una categoría lingüístico-jurídica en un tipo de texto; (iii) análisis en el dis-
curso de una categoría lingüística-jurídica en un tipo de texto asociado a un grupo; (iv)
análisis en el discurso de una teoría o ideología jurídica asociada a un grupo determina-
do; (v) análisis en el discurso de una teoría o ideología jurídica en tipos de texto asocia-
dos a grupos determinados; (vi) análisis en el discurso de una teoría o ideología jurídica;
(vii) análisis comunicacional jurídico; (viii) análisis sintáctico-semántico jurídico.
(i) Análisis sistémico en el modo normativo-jurídico. Las técnicas de análisis comunes al
modo normativo-jurídico de investigación han sido en parte elaboradas por la llamada
Dogmática normativista, aunque no son solo esas. Entre algunas de las principales: (i)
el análisis sintáctico-semántico normativo; (ii) el análisis teleológico normativo; (iii) el
análisis sistemático normativo; (iv) el análisis histórico normativo; (v) el análisis lógi-
co normativo; (vi) análisis axiológico normativo; (vii) el análisis ideológico normativo;
(viii) análisis de eficacia normativa.
(j) Análisis sistémico jurisprudencial. Las técnicas comunes al modo jurisprudencial
de investigación para la aprehensión de los hechos han sido en parte elaboradas por la
llamada dogmática normativista, aunque no solo. Entre algunas de las principales: (i)
análisis sintáctico-semántico jurisprudencial; (ii) análisis teleológico jurisprudencial; (iii)
análisis sistemático jurisprudencial; (iv) análisis histórico jurisprudencial; (v) análisis ló-
gico argumentativo jurisprudencial; (vi) análisis axiológico jurisprudencial; (vii) análisis
ideológico jurisprudencial; (viii) análisis de eficacia jurisprudencial41.
(3) Probación (verificación o falsación) de la hipótesis explicativa. La tercera y última fase
de la investigación es el sometimiento a la probación intercultural –como ya dijimos– e
interdisciplinar de la realidad de la hipótesis postulada. La probación puede ser enten-
41 Martínez Zorrilla, D., Metodología jurídica y argumentación, Madrid, Marcial Pons, 2010.
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 79
dida como la progresiva verificación de la fuerza explicativa de la misma mediante la
repetición reiterada. Pero también puede ser entendida desde el paradigma de la fal-
sación del racionalismo crítico popperiano: se acepta una hipótesis explicativa (teoría)
provisionalmente en tanto no es posible refutarla con un contraexperimento.
Ahora bien, no todas las investigaciones concluyen la tercera fase. Hay trabajos
de investigación que se quedan en la aprehensión de los datos y/o llegan a su codifi-
cación. Otros trabajos, apoyados en estos previos, o acometiendo la primera fase, no
alcanzan sin embargo más allá de la segunda fase: el análisis sistémico (dialéctico o res-
pectivo), ya sea que se queden en la integración, sistematización y/o crítica de los datos
analizados. No siempre los trabajos de investigación culminan el camino completo y
finalizan formulando postulados explicativos y/o hipótesis que someten a probación.
Por ejemplo, la investigación histórico-jurídica puede quedar en la fase descriptiva, li-
mitándose a la recopilación-revisión y descripción de los datos.
Sin embargo, el proceso de investigación se culmina con una interpretación con-
clusiva o explicación verificada o falsada. En el ejemplo de la investigación histórico-
jurídica, la tercera fase es el ensayo explicativo. Recogiendo los aportes de la técnica
filológica y análisis documental, entre otros, se procede a elaborar un postulado de dis-
curso explicativo, con pretensiones de razonabilidad y verosimilitud, que se somete al
constante proceso de probación o refutación de la experiencia y sucesivos avances de
la ciencia. Para ello, es común entre los investigadores no idealistas recurrir a uno de los
mecanismos más empleados, la vinculación causa-efecto en sus tres dimensiones: (a)
“la unión causal entre los hechos históricos; (b) la determinación, dado un hecho, de
la causa del mismo; (b) la determinación del efecto del que podría ser causa del mismo
un hecho histórico”42.
La pluralidad de modos de aprehensión de los hechos y de análisis sistémico
impone una pluralidad también de modos de probación intercultural e interdisciplinar
de las hipótesis. No son lo mismo las circunstancias, recursos y exactitud de la pro-
bación en laboratorio de una hipótesis química que los que puede ofrecer la filología
documental o la crítica histórica de las fuentes en una investigación histórico-jurídica.
La probabilidad estadística como criterio aproximativo de certeza o verdad de hipóte-
sis explicativas en los estudios sociojurídicos, por ejemplo, debe valorarse según lo que
puede dar de sí los métodos de probación en las llamadas ciencias sociales. Lo mismo
ocurre con el poder explicativo, no excluyente de excepciones, que pueden tener hipó-
tesis explicativas de investigaciones interculturales sistemáticas, axiológicas, ideológicas,
normativas o jurisprudenciales, propias del ámbito del Derecho. Ahora bien, este pro-
ceso, no hay que olvidar, es un dinamismo colectivo e histórico; los investigadores y los

42 Hernández de la Fuente, D., op. cit., p. 76.


REDHES no.14, año VII, julio-diciembre 2015 ISSN 1889-8068
80 Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales
conocimientos crecen y avanzan sobre los hombros, el esfuerzo y trabajo de otros que
les precedieron.

4. La epistemología y ontología jurídica interdisciplinar e intercultural

Ahora bien, todo lo que se ha dicho sobre la metodología de la investigación jurídi-


ca no tiene fundamento sobre sí mismo. Se asienta en algo que está más atrás, que es
más fundante: la relación epistemológico-ontológica de la realidad. El dinamismo de
la relación circular epistemologico-ontológica, interdisciplinar e intercultural, del cono-
cimiento jurídico es la ciencia sobre el modo de conocimiento de la realidad jurídica.
De dos ámbitos fundamentales se ocupa su estudio: (1º) el dinamismo estructural del
conocimiento jurídico como conocimiento científico (epistemológico); (2º) los para-
digmas de lo que se entiende por Derecho como el objeto –esencia– propio del cono-
cimiento (ontológico).
Toda metodología de la investigación, también en el caso particular de la jurídi-
ca, presupone y se asienta sobre la epistemología-ontología, jurídica en este caso. Las
metodologías de la investigación unas veces hacen explícitos estos presupuestos pero
en otras ocasiones no. Nosotros creemos que siempre es preferible que el investigador
tenga claro tanto los diferentes paradigmas epistemológicos respecto al dinamismo es-
tructural de la investigación científica del Derecho, como los diferentes paradigmas so-
bre su objeto de la investigación. Así podrá disponer aquel de un mapa para insertarse
claramente en una tradición epistemológica y ontológica u otra, ser honesto y trans-
parente con los lectores de su trabajo y otros investigadores respecto de su opción, y
aportar, en su caso, creativamente al desarrollo de alguno de los paradigmas.

4.1. Epistemología jurídica

Con respecto al primero de los ámbitos de estudio de la epistemología jurídica, dos son
los grandes paradigmas que se pueden distinguir: (a) el escepticismo cognitivo respecto
a la cientificidad del dinamismo estructural del conocimiento jurídico; (b) la cientifici-
dad del dinamismo estructural del conocimiento jurídico. Este trabajo se enmarca en el
segundo de los horizontes, no por mera opción arbitraria, sino por el poder explicativo
ofrecido por los conocimientos obtenidos en aplicación del método científico.
(A) Paradigma del escepticismo cognitivo respecto al método científico jurídico. Este paradig-
ma tiene sus raíces en los pueblos antiguos de todos los continentes. Testimonio de ello
son, por ejemplo, los logógrafos, sofistas y cínicos de la Grecia Antigua. En el siglo V
a.C., encontramos en Protógoras y Gorgias tesis relativistas y escépticas ante la reali-
dad y, en este caso, ante el método para poder conocerla: “nada existe; si algo existiera
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 81
no podría ser conocido por el hombre; si algo existente y pudiese ser conocido, sería
imposible expresarlo en el lenguaje a otro hombre”. Sin embargo, en Occidente no fue
hegemónico ese horizonte hasta el siglo XIX. David Hume, con su obra Tratado de la
Naturaleza Humana (1739), retomando la tradición del relativismo y escepticismo anti-
guo, desarrolla algunos aportes de J. Locke y G. Berkeley. Unos años más tarde (1781),
I. Kant, con su obra Crítica de la razón pura, levantará en la epistemología el muro entre
la cosa en sí (el noúmeno), que siempre es incognoscible, y el mundo de los fenómenos,
que es lo único que podemos esperar conocer de la realidad. La realidad material del
espacio, tiempo y las categorías queda desmaterializada en meras condiciones de posi-
bilidad de los fenómenos (idealismo trascendental kantiano)43.
De estas fuentes epistemológicas abrevará el escepticismo y relativismo metodo-
lógico del positivismo jurídico. Algunos los más radicales negarán toda realidad jurídi-
ca. Otros, además –o siendo algo más moderados, solo–, negarán que haya un método
científico para acceder al conocimiento jurídico, y si lo existiese, niegan que se pueda
expresar lingüísticamente para que otro ser humano lo pueda conocer. La “investiga-
ción jurídica” resulta imposible, solo caben estudios de: (i) los comentarios o glosas de
las normas como expresión de la voluntad arbitraria de quien tiene el monopolio de la
violencia del poder para imponerla; (ii) articulación jerárquico-sistemática de esas nor-
mas como expresión de aquella voluntad; (iii) condiciones de posibilidad del discurso
jurídico intersubjetivo; (iv) la retórica y argumentación del discurso jurídico; (v) la efi-
cacia de las voluntades normativas de los legisladores y jueces.
(B) Paradigma de la cientificidad del conocimiento jurídico: fases de su dinamismo estructural.
En este segundo paradigma se afirma que existe la realidad jurídica, que se puede co-
nocer, y que se puede comunicar; que el hecho del Derecho pueda ser investigado cien-
tíficamente. Como hemos visto en el apartado anterior respecto a la metodología de
la investigación jurídica, tres momentos o fases se pueden diferenciar en el dinamismo
epistemológico de la investigación jurídica: (1ª) la aprehensión intercultural e interdisciplinar
de los hechos problemáticos, caóticos y confusos de la realidad jurídica; (2ª) el análisis sistémico (dialé-
ctico o respectivo) de los hechos jurídicos aprehendidos en sus diferentes modos interculturales e interdis-
ciplinares,; (3ª) la probación intercultural e interdisciplinar con la realidad de los hechos (verificación o
falsación) de la fuerza explicativa de la hipótesis o argumentación jurídica postulada44.

43 Salamanca Serrano, Antonio, Fundamentos de los derechos humanos, Madrid, Nueva Utopía,
2003, pp. 208-2012.
44 Salamanca Serrano, Antonio, Teoría Socialista del Derecho, op. cit.
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82 Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales
4.2. Ontología jurídica

A la hora de proponer una sistematización de los paradigmas del Derecho en función


de su posición ontológica encontramos en la mitad de la segunda década del siglo XXI
que las propuestas son múltiples –posiciones inescapables por cierto, por más que dis-
cursivamente se traten de ocultar o negar–.
Algunos autores como, C. Faralli45, consideran que los tres paradigmas principa-
les de la Teoría del Derecho contemporánea son: iusnaturalismo, iuspositivismo y el realismo
jurídico. Nosotros optamos por diferenciar tres grandes constelaciones de paradigmas:
el iusnaturalismo, el iuspositivismo y el iusmaterialismo, tomando en cuenta como criterios de
demarcación: (a) el escepticismo cognitivo o la confianza en las posibilidades de apre-
hender la realidad jurídica y conocerla; (b) la acogida del método científico o su rechazo
o negación; y (c) el realismo ingenuo, idealismo o materialismo gnoseológico y onto-
lógico. Según estos criterios, la clasificación que hace C. Faralli habría que reordenarla,
puesto que, en términos generales, el realismo jurídico y el iuspositivismo se mueven
en la órbita del escepticismo idealista cognitivo. Precisando un poco más, por ejemplo,
dentro del idealismo iuspositivista cabe distinguir el realismo escandinavo, como una
modalidad fuerte del iuspositivismo; menos fuerte en su idealismo se puede considerar
el realismo estadounidense, cercano al pragmatismo social del contractualismo jurídico
(también positivista e idealista cognitivamente, en términos generales).
Siguiendo nuestra clasificación (iusnaturalismo, iuspositivismo e iusmaterialis-
mo), las constelaciones paradigmáticas sobre lo que sea el Derecho, han alumbrado en
su seno diferentes teorías46.
(1º) En el iusnaturalismo47, el Derecho tiene su fundamento en una concepción, en
general, no científica de la naturaleza humana (v.gr. instintos, pasiones, razón, sociabili-
dad, voluntad, etc.). Fundamento que, se afirma, es susceptible de ser descubierto por
el conocimiento humano, frecuentemente por deducción racional. Este paradigma fue
el hegemónico hasta el siglo XIX. Desde entonces ha ido perdiendo influencia ante el
emergente iuspositivismo.
Recorriendo el siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI, encontramos una plu-
ralidad de propuestas iusnaturalistas más o menos radicales: el Derecho natural de contenido
45 Faralli, C., Filosofía del Derecho contemporánea, Madrid, Facultad de Derecho Universidad Com-
plutense, 2007, p. 10.
46 La sistematización que sigue es una ligera adaptación de la realizada en Salamanca Serrano,
A., “Iusmaterialismo. Teoría del Derecho de los Pueblos”, Sennet de Frutos, J. A. (coord.),
Ignacio Ellacuría, 20 años después. [Actas del Congreso Internacional 26-28 octubre 2009], Sevilla, Univer-
sidad de Sevilla, 2010, pp. 215-239.
47 Cf. Pérez Luño, A.E., Trayectorias contemporáneas de la Filosofía y la Teoría del Derecho, Madrid,
Editorial Tébar, 2007, pp. 103-105.
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 83
variable, de R. Stammler; el Derecho Natural de contenido progresivo, de G. Renard, la teoría
del iusnaturalismo historicista, de G. Fassò y la ontofenomenología del Derecho, de Sergio Cotta,
continuada en Italia, en su perspectiva existencialista, por sus discípulos: Bruno Roma-
no, Francesco D’Agostino y Bruno Montanari.
El profesor A. E. Pérez Luño diferencia en el iusnaturalismo dos caminos: 1º)
ontológico, dogmático o radical (Ambrosetti, Charmont, Corts Grau, Cotta, Elías de
Tejada, Fernández Galiano, Finnis, Galán, Lachance, Luño Peña, Maritain, Messner,
Puy, el último Radbruch, Villey; y 2º) deontológico, crítico o moderado (Bloch, Del
Vecchio, Dworkin, Fuller, Fassò, Legaz Lacambra, Recaséns Siches, Stammler, Truyol
y Serra, Welzel, Wolf48.
En España, por ejemplo, se pueden distinguir varias tendencias dentro del ius-
naturalismo: 1ª) Iusnaturalismo neokantiano (Adolfo Bonilla San Martín, Francisco Rivera
Pastor, Wenceslao Roces); 2ª) Iusnaturalismo de los valores (Luis Recaséns Siches, Luis Le-
gaz Lacambra); 3ª) Iusnaturalismo neoescolástico (Luis Mendizábal Martín, Luño Peña, Fer-
nando Pérez Bueno, Mariano Puigdollers Oliver, Francisco Elías de Tejada, Francisco
Puy, Antonio Fernández-Galiano, José Corts Grau, José F. Lorca Navarrete, Alberto
Montoro Ballesteros, Francisco Carpintero Benítez, Ángeles López Moreno); 4ª) Ius-
naturalismo renovador (Antonio Truyol y Serra, Joaquín Ruiz Giménez, Mariano Hurtado
Bautista, José Delgado Pinto, José Mª Rodríguez Paniagua, José Luis López Aranguren,
Eusebio Fernández, A. E. Pérez Luño)49.
En el Reino Unido y los Estados Unidos destaca la propuesta que hemos deno-
minado en otro lugar teoría de la acción racional teleológica, de J. Finnis. Esta última, por
ejemplo, ilustra por un lado la marginalidad del iusnaturalismo en el sistema político
actual, y, por otro, es testimonio de la condena epistemológica que lo acompleja desde
D. Hume. Es una propuesta que, si bien por una parte asume el escepticismo cognitivo
del dogmatismo humeano, por otra se presenta como libre de la falacia naturalista.
En América Latina, en líneas generales, cabe diferenciar dos orientaciones iusna-
turalistas principales: 1ª) Iusnaturalismo racionalista (el uruguayo Juan LLambías de Aze-
vedo, los mexicanos Rafael Preciado Hernández y Guillermo Héctor Rodríguez); 2ª)
Iusnaturalismo neotomista (los argentinos Avelio Manuel Quintas y Tomás Casares, los
mexicanos Mauricio Beuchot y Jesús Antonio de la Torre Rangel, el brasileño Amilton
Bueno de Carvalho, el peruano Carlos Alberto Torres Caro).
(2º) En el iuspositivismo (idealista-positivista), el derecho es un sistema de intereses,
deseos o demandas sociales acordados o coordinados mediante el diálogo, consenso,
pactos o contratos, impuestos por la voluntad de quien detenta el poder50. En nuestros
48 Cf. Ibídem, pp. 31-36.
49 Ibídem, pp. 140-170.
50 Cf. Fernández Bulté, J., Teoría del Estado y del Derecho. Teoría del Derecho. Segunda Parte, La
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días se pueden diferenciar dos grandes orientaciones en su seno: la iusocio-constructivista
y la iusvoluntarista.
En la orientación iusocio-constructivista, arrancando solo desde el siglo XX,
podemos identificar una diversidad de teorías dentro del horizonte de este paradigma:
las teorías institucionalistas del Derecho, de M. Hauriou y Santi Romano; el realismo estadouni-
dense, de O. W. Holmes, J. Frank, K. Llewellyn; el realismo escandinavo, de A. Hägerström,
K. Olivecrona, A. Ross; la teoría general de las funciones, de G. Gavazzi; el funcionalismo so-
ciológico de N. Bobbio; el contractualismo formalista, de J. Rawls; las teorías de la argumentación
jurídica, de T. Viehweg, Ch. Perelman, R. Alexy, N. MacCormick, A. A. Arnio, A. Pe-
czenik y J. Wróblewski; la teoría de la interpretación jurídica, de R. Dworkin; el sociologismo
jurídico, de E. Ehrlich, R. Pound, P. Selznick, H.D. Lasswell, M.S. McDougal y R. Unger;
la autopoisis jurídica, de N. Luhmann y G. Toubner; la praxis de libertad comunicativa, de J.
Habermas; la teoría hermenéutica jurídica, de G. Zaccaria, y F. Viola; la teoría analítica lógico-
formal del derecho como sistema normativo, de C. Alchourron y E. Bulygin; la teoría del derecho
analítica del lenguaje ordinario, de los argentinos Ambrosio Gioja, Genaro Carrió, Ernesto
Garzón Valdés, Alchourrón, Bulygin, Farrel, Guibourg, Martino, Rabossi, Vernengo,
Warat, C. S. Nino; las teorías críticas del Derecho, del movimiento estadounidense Critical
Legal Studies.
En España, en la orientación de las teorías crítica del Derecho se encuentran los tra-
bajos de: Elías Díaz, Manuel Sacristán, José Ramón Capella, Nicolás Mª López Calera,
Modesto Saavedra, Ramón Luis Soriano Díaz, Javier de Lucas, María José Añón, Mari-
na Gascón Abellán, Manuel Segura Ortega.
En América Latina, dentro del paradigma socio-contractualista crítico cabe dife-
renciar varias tendencias: 1ª) Derecho Alternativo y Pluralismo Jurídico (Luiz Fernan-
do Coelho y Antonio Carlos Wolkmer); 2ª) Sociología jurídica crítica (Bergalli, Correas,
Pérez Perdomo, Malem); 3ª) El institucinalismo jurídico (el chileno Jorge Hübner Ga-
llo, el argentino Carlos Cossio).
En la orientación iusvoluntarista la esencia del Derecho se encuentra en la volun-
tad humana de quien ejerce el poder. Las teorías iusvoluntaristas no son nada nuevas
ni helenocéntricas, sino que vienen siendo compartidas por los pueblos de Oriente y
Occidente desde la antigüedad (v.gr. China). En Occidente tenemos ejemplos de ellas
entre los sofistas y los cínicos de la antigua Grecia. Sin embargo, dada la hegemonía del
paradigma iusnaturalista, no será hasta el siglo XIX que el voluntarismo se haga hege-
mónico en su modalidad de positivismo jurídico, burgués o iusmarxista, con la diversi-
dad de sus variantes51.

Habana, Editorial Félix Varela, 2004, pp. 8-9.


��Cf. Faralli, C., op. cit., pp. 13-16.
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 85
En el positivismo jurídico (burgués), siguiendo la clasificación de A. E. Pérez
Luño, cabe diferenciar: 1º) Positivismo normativista: radical (Kelsen); moderado (Hart);
2º) Postpositivismo: positivismo jurídico institucional (Neil MacCormik, Ota Weinberg); po-
sitivismo crítico (Ferrajoli, Scarpelli); postpositivismo jurídico estructural (Friedrich Müller); po-
sitivistas jurídicos ‘positivos y negativos’ (Coleman), e ‘incluyentes y excluyentes’ (Waluchow)52.
En el caso de España podemos diferenciar las siguientes orientaciones dentro
del positivismo jurídico: 1ª) El positivismo dualista crítico (normativismo realista) de
G. Peces-Barba; 2ª) El normativismo sociológico (Gregorio Robles Morchón); 3ª) El
positivismo analítico (Albert Calsamiglia, Manuel Atienza, Juan Ruiz Manero, Josep
Aguiló Reglá, Francisco Laporta, Liborio Hierro, Juan Carlos Bayón, Virgilio Zapate-
ro, Luis Prieto Sanchís, Juan Ramón de Páramo, Juan Moreso Mateos, Carlos Alarcón
Cabrera).
En América Latina, en una aproximación general, se aprecian dos grandes co-
rrientes dentro del positivismo jurídico: 1ª) El positivismo normativista kelseniano (los
mexicanos Javier Esquivel, Ulises Shmill, Rolando Tamayo Salmorán; el colombiano
Luis Villar Borda; los chilenos Agustín Squella y Nelson Reyes; los peruanos Domingo
García Belaunde y José Palomino Manchego; 2ª) El positivismo analítico (los argenti-
nos Ambrosio Gioja, Genaro Carrió, Ernesto Garzón Valdés, Alchourrón, Bulygin,
Farrel, Guibourg, Martino, Rabossi, Vernengo, Warat). Este tipo de positivismo está a
caballo entre el paradigma iusvoluntarista y el socio-contractualista
Sin embargo, el positivismo jurídico (burgués) no es ciertamente la única ex-
presión del iusvoluntarismo. El iusmarxismo supraestructural y/o crítico es una teoría
dentro del horizonte voluntarista, que aún tiene su vigencia. Las primeras teorías mar-
xistas del Derecho tomaron tres direcciones: 1ª La afirmación del condicionamiento económico
del Derecho (Kautsky y K. Renner). 2ª La reducción del Derecho al voluntarismo político de la cla-
se dominante (Vichinsky). 3ª La reducción socioeconómica del Derecho (Stucka y Pashukanis).
Fuera de la URSS y su ámbito de influencia, la inspiración marxista del análisis
del Derecho cristalizó en Italia, en los años setenta, con el uso alternativo del Derecho (Bar-
cellona, Coturri, Ferrajoli, Galgano, Rodotá, entre otros). En Francia, en 1977, se funda
la asociación Critique du Droit (Dujardin, Gleizal, Jeammaud, Jeantin, Journes, Miaille).
En España, por ejemplo, planteamientos afines son seguidos por J. Ramón Ca-
pella. En Estados Unidos, el marxismo inspiró entre otros a parte del movimiento de
Critical Legal Studies, así como al materialismo jurídico cultural, de M. Harris.
En América Latina la inspiración marxista ha dado como fruto: a) El Derecho al-
ternativo (Bolivia, Brasil); b) Crítica jurídica (México, Brasil, Puerto Rico, en autores como
O. Correas, C. Rivera, etc.); c) Teoría Crítica del Derecho (Argentina); d) Pluralismo jurídico

52 Cf. Pérez Luño, A. E., op. cit., pp. 37-43.


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(Brasil, en autores como Faria, Santos, Wolkmer); e) Nueva Escuela Jurídica Brasileña (R.
Lyra); y f) el iusmarxismo supraestructural crítico cubano (J. Bulté) 53.
(3º) El iusmaterialismo. Hoy las dos grandes constelaciones paradigmáticas an-
teriores, con sus pléyades de teorías, parecen que muestran sus límites gnoseológicos,
epistemológicos y metodológicos a la hora de dar cuenta del hecho del Derecho. No es
por eso de extrañar que las diferencias entre sus teorías y paradigmas están difuminán-
dose54. Las razones que contribuyen a ello son: a) el eclecticismo a que está llevando los
límites propios y la crítica y autocrítica de cada uno de los postulados de las respectivas
tradiciones; b) la especialización y fragmentación cada vez más elevada en el interior de
cada campo paradigmático; y c) el desbordamiento de los límites de las dos orientacio-
nes canónicas a causa de las nuevas investigaciones55.
El iusmaterialismo, con humildad, nace con la pretensión de ser una constela-
ción jurídica paradigmática, cuyos postulados fundantes pretenden superar las limita-
ciones y agotamiento explicativo del iusnaturalismo y el iuspositivismo. Dependiendo
de la fecundidad de este nacimiento, de su matriz se puede esperar que alumbren diver-
sas teorías iusmaterialistas. Una primera es la Teoría Socialista del Derecho56
El iusmaterialismo, según los criterios de demarcación arriba indicados: (1) afir-
ma las posibilidades de la aprehensión de la realidad, no es escéptico respecto a las
posibilidades del conocimiento –encuentra que hay posibilidades de superar la falacia
naturalista y todo el escepticismo cognitivo que permea el positivismo jurídico hege-
mónico–; (2) asume el método científico como el camino para poder llegar al cono-
cimiento jurídico; y (3) más allá del realismo ingenuo y el idealismo, se mueve en el
horizonte gnoseológico y ontológico del materialismo. Afirma el Derecho como la acción
con poder real de satisfacer el sistema de necesidades/capacidades de los pueblos y la Naturaleza posi-
tivados como bienes jurídicos, de modo autónomo por la comunidad, con la ayuda tutelar de la fuerza
coactiva comunitaria.
Siete son los postulados estructurantes iusmaterialistas: (1º) la vida y la repro-
ducción de la vida de los pueblos con la Naturaleza como la última instancia de fun-
damentación y legitimación jurídica; (2ª) la praxis (acción) como la mediación última
ineludible de toda actividad cognitiva, afectiva y transformadora; (3ª) la materialidad del
dinamismo ontológico y epistemológico de la praxis como sistema de necesidades/ca-
pacidades para la producción y reproducción de la vida de los pueblos y la Naturaleza;
(4ª) la moralidad estructural radical ineludible de la praxis como opción obligatoria de
toda acción y su afectación a la vida o la muerte de los pueblos y la Naturaleza; (5ª) la di-
��Ibídem, pp. 105-107.
Faralli, C., op. cit., p. 10.
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55 Ibídem, 11.
56 Salamanca Serrano, A., Teoría Socialista del Derecho, op. cit.
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 87
mensión ineludible político-institucional de la praxis; (6ª) la ineludible expresión jurídi-
ca de la praxis político moral; y (7ª) el dinamismo revolucionario de la praxis jurídica.

5. Gnoseología y ontología intercultural e interdisciplinar

Quien se adentra en una investigación del Derecho, que además tiene pretensiones in-
terdisciplinares e interculturales, y comienza a buscar el enfoque y el modo metodoló-
gico más apropiado, pronto necesita recurrir a conceptos, categorías y paradigmas jurí-
dicos. Estos son fundamentales para que el investigador pueda hacerse cargo del estado
de la cuestión, también llamado del arte (del problema) y de los modos metodológicos
que han utilizado otros autores. Además, los conceptos, categorías y paradigmas son
necesarios para delimitar y precisar el problema, formular en su caso una hipótesis sus-
ceptible de probación, y elegir el modo más apropiado para llegar a alguna explicación
verificable.
Ahora bien, cuando el investigador se introduce en el estudio de los referidos
conceptos, categorías y paradigmas jurídicos se da cuenta de que estos con frecuencia
desbordan el ámbito de la Teoría de la Ciencia jurídica y la Filosofía del Derecho (de su
epistemología y ontología jurídicas). Ellos llegaron allá posiblemente desde otro lugar
más profundo: la Filosofía y la Teoría de la Ciencia.
El investigador debe conocer este fontanal, adentrarse y beber en él; más allá
de que opte por asumir unos u otros conceptos, categorías y paradigma, criticarlos o
crear nuevos. Estos presupuestos últimos radicales de la filosofía y teoría de la cien-
cia condicionan toda su investigación jurídica, muchas veces sin saberlo. En términos
generales, y muy esquemáticamente, el investigador tendrá que posicionarse ante el di-
namismo dialéctico del círculo epistemologico-ontológico: realismo ingenuo e idealismo vs
materialismo57.
En la Historia de la Filosofía, desde la relación dialéctica circular epistemologi-
co-ontológica, se ha intentado buscar el método para llegar a la realidad y decir algo
de esta –al menos en la metafísica occidental–, oscilando entre el realismo ingenuo y el
idealismo, en sus diferentes expresiones (v.gr. racionalismo crítico, etc.). En intentos, no
propiamente científicos, se ha ido proponiendo como arranque metodológico del dina-
mismo del conocimiento y/o realidad última: el ser (Parménides, Hegel, Heidegger), el
movimiento (Heráclito, Hegel), la sustancia de las cosas materiales (Aristóteles), la conscien-
cia (Descartes), la conexión mental de impresiones sucesivas (Hume), la razón sintética de lo cate-
gorial y lo fenoménico (Kant), el espíritu absoluto, en su ser (Hegel), el binomio placer/dolor del
utilitarismo (Bentham), la voluntad de vida (Shopenhauer), la voluntad de poder (Nietzsche),
la comunidad discursiva (Apel, Habermas), o la cultura (multiculturalistas).
57 Salamanca Serrano, A., Filosofía de la Revolución, México, UASLP, 2008, pp. 19-122.
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Frente a ello, para el materialismo de la tradición marxista no dogmática, que
aquí proponemos como paradigma alternativo al realismo ingenuo y al idealismo, en la
filosofía occidental, antigua, moderna y contemporánea, se han producido enormes fe-
tichizaciones filosóficas del Ser, el Movimiento, la Sustancia, la Conciencia, la Conexión
entre Impresiones sucesivas, el Espacio, el Tiempo, la Razón sintética, el Espíritu Abso-
luto, el Placer-Dolor, la Voluntad de Poder, la Voluntad de Vida, el Discurso, la Cultura,
etc. Se les ha dado sustantividad a algo que no la tiene.
Para este materialismo, desenmascarando críticamente el barro y la madera del
fetiche: (i) el ‘ser’ no tiene sustantividad material, sino la realidad. El ‘ser’ depende de la
realidad. La realidad no es un modo de ser, sino que el ‘ser’ es un modo de realidad ma-
terial; (ii) no hay movimiento histórico sin sustantividad estructural moviente. El movi-
miento no reposa sobre sí mismo; (iii) las cosas materiales son sustantividades materiales,
no sustancias compuestas de materia y forma (hilemórficas); (iv) el sujeto pensante es
una reducción a posteriori de la praxis de la vida humana de los pueblos; (v) la realidad
no es el resultado de una conexión mental en la mente del sujeto de un infinito número
de impresiones aisladas, sino una aprehensión de realidad sucesiva en la que va la cau-
salidad que permite descubrir la causación; (vi) el mundo no es la síntesis racional de
lo categorial y lo fenoménico, sino la aprehensión de realidad en cuanto una unidad en
la praxis misma. Solo hay acción material; (vii) el Espíritu Absoluto no es el contenido
ontológico de la realidad ni ‘la razón lógica es lo sustancial a lo real’. Por el contrario,
es la realidad material, como hecho, y no la dialéctica del espíritu absoluto, como idea,
lo que da o quita razón a la praxis de vida de los pueblos y la Naturaleza; (viii) no es la
tensión bipolar placer/dolor la sustantividad material de la realidad animal y humana,
sino que el placer/dolor, como síntoma, está siempre referido a la vida/muerte de los
pueblos y la Naturaleza; (ix) tampoco es la voluntad de vida el contenido de la reali-
dad ni el punto de arranque epistemológico del conocimiento, sino que la voluntad de
vida lo es siempre de algo que le sustenta, que tiene sustantividad: la praxis material de
la vida de los pueblos y la Naturaleza. Esta, además de voluntad, es afección sentiente
y aprehensión intelectiva. Los tres son los momentos estructurantes y fundantes de la
praxis material de la vida de los pueblos; (x) lo mismo cabe decir del discurso subjetivo
o intersubjetivo, este reposa en los sustantividad de quienes ponen la carne y la sangre
a las palabras; (xi) y, finalmente, la cultura, entendida como creaciones artísticas, ideo-
lógicas, filosóficas, jurídicas, etc., de los pueblos, reside y es expresión de una sustanti-
vidad que ella no tiene per se: la praxis de la vida de los pueblos y la Naturaleza. ¿Qué es
la cultura de los pueblos como creaciones ideales, sin los cerebros, corazones y cuerpos
y manos que la crean? ¿Qué sería la escultura sin cantera?
El iusmaterialismo, acogiendo el materialismo filosófico y científico de la tradi-
ción marxista no dogmática como el más prometedor horizonte para una metodología
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La investigación jurídica intercultural e interdisciplinar 89
jurídica intercultural e interdisciplinar hace suyas las palabras de Engels, en su Carta a
José Bloch58, cuando recuerda sobre el punto de arranque radical para el marxismo (en su
epistemología-ontológica) que “[s]egún la concepción materialista de la historia, el fac-
tor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de
la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto”. El propio K. Marx,
frente a todo idealismo, deja claro que es la praxis vital, la acción material por la vida y
su reproducción, el lugar arquimédico para toda actividad científica sometida a la veri-
ficación de los hechos:
Físicamente el ser humano vive (lebt) [...] Que el ser humano vive (lebt) en la natu-
raleza quiere decir que la naturaleza es su corporalidad, con la cual ha de mantenerse en
proceso continuo para no morir [...] La actividad vital, la vida productiva misma, aparece
ante el ser humano sólo como un medio para la satisfacción de sus necesidades [...] La
vida productiva es, sin embargo, vida genérica. Es la vida que produce la vida59.

Por lo que se refiere al Capítulo IV, he sudado sangre y agua para encontrar las cosas
mismas, es decir, su encadenamiento. Además, después de que quedó terminado, un
Libro Azul tras otro ha venido a atravesarse, durante mi última labor de revisión, y
me sorprendía el ver mis resultados teóricos enteramente confirmados por los HE-
CHOS60.

6. Conclusión

En el Ecuador, como en buena parte de América Latina, los estudiantes de Derecho,


los investigadores de ese ámbito, las mallas y sílabos de las carreras jurídicas de pregra-
do, los programas de posgrado, y los proyectos políticos y constitucionales transfor-
madores, están urgidos de una metodología de la investigación jurídica que devuelva a
la vida el Derecho, el Derecho en acción. El fetichismo de la Dogmática normativis-
ta, impuesto por la hegemonía colonial del positivismo jurídico, muy eficiente en su
servilismo bicentenario a la burguesía capitalista, es el viejo Moloch. Sigue devorando
las más alegres ilusiones, energías y compromisos juveniles por la Justicia en la Tierra.
Frente a ello, la nueva metodología debe estar a la altura del desarrollo científico y el
compromiso ético y político de nuestro tiempo. Se presume que no puede ser sino
intercultural e interdisciplinarmente biocéntrica. Una no fácil empresa que requiere
también de nuevos paradigmas jurídicos epistemológicos, gnoseológicos y ontológicos,
fecundos para alumbrar pluralidad de teorías. El iusmaterialismo, aquí presentado, es

58 Engels, F., “Carta a Jose Bloch”, en Königsberg, Londres, 21-[22] de septiembre de 1890.
59 Marx, K., Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844, México, Ediciones Cultura Popular, 1976, p. 75.
60 K. Marx a F. Engels, 24 de agosto de 1867.
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entre otras muchas posibles una propuesta paradigmática. Una invitación a continuar
la búsqueda de los horizontes y las teorías que necesita la metodología de la investiga-
ción jurídica para fundamentar, desarrollar y materializar los derechos de los pueblos
y la Naturaleza.

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