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Méndez Torres
RITO DE RECEPCIÓN
El sacerdote, con las vestiduras litúrgicas propias para la celebración Eucarística, se dirige a
la entrada de la iglesia, pero si las circunstancias lo aconsejan, va solo al altar.
Entra el cortejo con la marcha nupcial y se detienen antes de llegar al lugar preparado
para ellos, esperando que el ministro les de la acogida.
Espera a los novios, a sus familiares y amigos a quienes saluda afablemente y les expresa
cómo la Iglesia comparte la alegría de ellos.
Una vez terminado lo anterior puede hacer una monición, con estas u otras palabras
semejantes.
Monición:
Queridos hermanos:
Nos hemos reunido
en la casa de Nuestro Padre Celestial
para participar en la celebración
del Matrimonio de JOSE ALBERTO y SOFIA ALEJANDRA
quienes han decidido unirse para siempre delante
del mismo Dios.
El matrimonio no ha sido establecido por los hombres, sino que es obra de Dios para
prolongar la vida humana,
por medio de la unión entre el hombre y la mujer.
Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre,
no solamente confirmó el carácter divino del Matrimonio, sino que además lo elevó a la
dignidad de Sacramento, es decir, de símbolo de la unión que existe entre Él y la Iglesia.
Esto nos hace comprender
la grandeza de la unión matrimonial,
en la cual los esposos
son los ministros de este Sacramento
que les confiere la gracia necesaria
para cumplir las obligaciones de su estado.
Recordad que el mismo Jesús proclamó solemnemente el carácter indisoluble del
Matrimonio cuando dijo:
“No separe el hombre lo que Dios ha unido”.
No hay, por tanto, ninguna autoridad,
ninguna ley humana
que pueda destruir esta unión consagrada por Dios.
Lazo indisoluble de mutua posesión
se establecerá entre vosotros Armando y Silvia,
continua comunicación de gracias divinas,
que por virtud del Espíritu Santo
y vuestra colaboración,
harán que hasta el más pequeño detalle de vuestra vida,
la menor delicadeza,
el trabajo,
todo cuanto haga el uno para el otro,
sean medios de acercaros a Dios,
si permanecéis en su gracia.
Vosotros, pues, debéis guardaros una mutua fidelidad, a semejanza de Cristo, quien “amó a
su Iglesia y se entregó por ella para hacerla santa e inmaculada en su presencia”
El ministro y los novios se dirigen al altar, mientras tanto se entona el canto “Encontré el
amor de mi vida”
RITOS INICIALES DE LA EUCARISTÍA
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y lo fieles – de pie- se signan. El sacerdote
dice:
R/ Y con tu espíritu.
Hermanos:
Antes de escuchar la Palabra de Dios,
de participar en la celebración de este Matrimonio
y de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
dispongámonos con la gracia divina,
a arrepentirnos de todo lo malo
que haya en nuestro proceder.
R/. Amén
ORACIÓN COLECTA
¡Oh! Dios, de quien procede toda paternidad
en el cielo y el la tierra,
y que al crear el genero humano
estableciste la unión
entre el hombre y la mujer;
une en la fidelidad eterna del amor
a estos hijos tuyos Armando y Silvia,
que van a contraer Matrimonio,
para que con su vida
den testimonio de tu amor.
Por Nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Los padres salieron y cerraron la puerta de la habitación. Entonces Tobías se levantó del
lecho y le dijo a Sara: «Levántate, hermana, y oremos y pidamos a nuestro Señor que se
apiade de nosotros y nos salve.»
Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas con recta intención. Ten piedad de
mí y de ella y que podamos llegar juntos a nuestra ancianidad.
Y dijeron a coro: «Amén, amén.»
L. Palabra de Dios.
A. Te alabamos Señor
Salmo 128 – (Coro)
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como
bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera
todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar
montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara
mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se
engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra
de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo
lo soporta.
La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá
la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo
perfecto, desaparecerá lo parcial.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al
hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.
Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un
modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la
caridad.
L. Palabra de Dios
A. Te alabamos Señor.
ALELUYA INTERLECCIONAL #1: MT 5, 16
“Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo Mt 5, 1 – 16
En aquel tiempo Jesús viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos
se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos>>.
<<Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra>>.
<<Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados>>.
<<Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán
saciados>>.
<<Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia>>.
<<Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios>>.
<<Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de
Dios>>.
<<Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de
los Cielos>>.
<<Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase
de mal contra vosotros por mi causa>>.
<<Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la
misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros>>.
«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no
sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres>>.
«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un
monte; ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el
candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa>>.
Homilía
Estando todos de pie, el sacerdote se dirige a los novios, con las palabras siguientes u otras
parecidas:
Interrogatorio
CONSENTIMIENTO
Así pues, ya que queréis establecer entre vosotros la alianza santa del matrimonio, unid
vuestras manos y expresad vuestro consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.
El novio dice:
La novia dice:
Yo, Andrea Sofía te, acepto a ti Emersom Baruc como mi esposo y prometo serte fiel en lo
próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los
días de mi vida.
Para ratificar el consentimiento, el sacerdote extiende la mano derecha sobre los esposos,
mientras dice la siguiente oración y traza sobre ellos la señal de la cruz.
El Sacerdote, antes de dar la bendición, invita a que le coloquen el lazo a los novios y luego
continua diciendo:
Todos responden
R/. Amén
Entrad, pues, en esta vida sacramental del Matrimonio, formad con ese “Sí” una nueva e
indisoluble sociedad conyugal; atraed con esa palabra la gracia sacramental, que será para
vosotros fuente de auxilio constante, para cumplir los deberes de vuestro nuevo estado, sea
vuestra vida entera el cumplimiento de la promesa que hacéis a Dios, con ese “Sí” que dais
el uno al otro.
Aclamación
El sacerdote invita a orar en silencio. Luego la asamblea manifiesta su acción de Gracias y
su alegría, cantando el salmo 150
Luego el sacerdote entrega al novio el anillo de la novia para que éste se lo coloque en el
dedo anular derecho a la novia conlas siguientes palabras:
Andrea Sofía, recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el Nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Luego el sacerdote entrega a la novia el anillo del novio para que ésta se lo coloque en el
dedo anular derecho al novio con las siguientes palabras:
Emersom Baruc, recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el Nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
BENDICIÓN Y ENTREGA DE LAS ARRAS
Luego el sacerdote entrega al novio las arras para que éste se las coloque en las manos de la
novia con las siguientes palabras:
Yo las recibo
en señal del cuidado que tendré
de que todo se aproveche
en nuestro hogar
Oración Universal
Presidente
Lector
Padre de bondad, escucha nuestra oración y concede a tus siervos que confían en Ti,
conseguir los dones de tu gracia, conservar la unidad del amor, y llegar después de esta vida
al reino eterno. Por Jesucristo Nuestro Señor…
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Padre de amor,
acoge propicio nuestras súplicas,
y acepta con agrado estas ofrendas
que te presentamos por estos hijos tuyos
unidos por la alianza del Matrimonio,
para que por la celebración de estos Misterios
permanezcan firmes en su mutua caridad
y en su constante amor hacia ti.
Prefacio matrimonial
P. Levantemos el corazón
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
tomó pan,
dándote gracia,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Amén
RITO DE COMUNIÓN
Amén
BENDICIÓN DE LOS ESPOSOS
Oración sobre los esposos
Después del Padre nuestro – omitido su embolismo “Líbranos de todos los males…” – el sacerdote
vuelto hacia los esposos los bendice.
Amados hermanos,
imploremos con humildad
a Dios nuestro Padre,
que bondadoso derrame la gracia de su bendición
sobre esta hija suya Andrea Sofía,
y sobre Emersom Baruc,
a quien en Cristo tomó como esposo,
y a ellos unidos indisolublemente
por la alianza del matrimonio
y por la participación en el Sacramento
del Cuerpo y de la Sangre de Cristo
concédales vivir unidos por el amor,
la comprensión y la paz.
Todos oran en silencio uno momentos. Luego el sacerdote – con las manos extendidas – dice la
siguiente bendición.
Oh Dios,
que con tu poder creaste todo de la nada,
y, desde el comienzo de la creación,
hiciste al hombre a tu imagen.
Y le diste, la ayuda inseparable de la mujer,
de modo que ya no fuesen dos, sino una sola carne,
enseñándonos que nunca será lícito separar
lo que quisiste fuera una sola cosa.
Oh Dios,
que al consagrar la unión conyugal
le diste un significado tan grande,
en ella prefiguraste
la unión de Cristo con la Iglesia.
Oh Dios,
que unes la mujer al varón
y otorgas a esta unión
establecida desde el principio,
aquella bendición que nunca fue abolida
ni por la pena del pecado original,
ni por el castigo del diluvio.
Mira, con bondad a tu hija Sofía
que unida en matrimonio,
pide tu protección.
Abunde en ella el amor y la paz,
y siga siempre los ejemplos de las santas mujeres,
cuyas alabanzas canta la Escritura.
Confíe en ella, el corazón de Baruc su esposo,
y teniéndola por digna compañera,
y coheredera, de la gracia de la vida,
la respete y ame siempre
como Cristo ama su Iglesia.
Ahora Padre,
derrama el Espíritu Santo
sobre estos hijos tuyos.
Que permanezcan en la fe
y amen tus preceptos;
que hoy, unidos en matrimonio,
sean ejemplo por la integridad de su costumbres.
Y fortalecidos, con el poder del Evangelio,
manifiesten a todos el testimonio de Cristo;
que su unión sea fecunda,
sean padres de probada virtud,
vean ambos los hijos de sus hijos.
Y después, de una feliz ancianidad,
lleguen a la vida de los bienaventurados,
en el Reino celestial.
Por Cristo nuestro Señor.R/. Amén
(El resto del rito de la comunión se hace tal como aparece en el Misal Romano.)
Oración después de la comunión
Dios Padre,
fuente y autor de toda santidad,
aumenta en estos hijos tuyos, Armando y Silvia,
la eficacia del Sacramento del Matrimonio,
y concédenos a todos recibir
los efectos del Sacrificio celebrado.
RITO DE DESPEDIDA
Terminada la oración después de la comunión, el sacerdote extiende las manos, y saluda a los
esposos y a todos los presentes. En seguida los bendice.
R/. Amén
R/. Amén
R/. Amen
R/. Amén