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- LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA: Marx, Nietzsche ponen el valor el espíritu del hombre,
caracterizado por el pesimismo y la incapacidad de ser feliz.
- SIGMUND FREUD: aporta la importancia del inconsciente y valor del mundo onírico. Sus
teorías y obras tuvieron una enorme repercusión en la literatura europea en las primeras
décadas del siglo XX.
-EL PARNASIANISMO: Movimiento creado por Leconte de Lisbe cuyo objetivo es la búsqueda
de un lenguaje nuevo para la poesía. Estos autores se proponen crear un lenguaje aristocrático
y elitista cuya máxima preocupación es la consecución de sensibilidad lírica a través del
cromatismo y la musicalidad.
Es el poeta chileno Rubén Darío el auténtico descubridor y precursor del movimiento, que
parte del terreno abonado europeo y de la lírica del poeta cubano José Martí y sus Versos
sencillos para desarrollar su estética modernista. Para Martí la naturalidad no está reñida con
el adorno. Así Darío recoge todo este sustrato junto con la influencia que Gustavo A. Bécquer
aun ejercía en la lírica hispana. Su primer poemario, Azul (1888) tuvo gran difusión y
repercusión entre los escritores españoles. Es una obra en la que se observa variedad de
ritmos y metros. Los poemas se caracterizan por la elegancia y la sensualidad. Prosas profanas
(1896) representa la plenitud del Modernismo parnasiano. Sorprende por la musicalidad de los
versos, por el preciosismo, exotismo, fantasía refinada. El poeta evoluciona hacia una poesía
más íntima y angustiada, más preocupada por los problemas del hombre (el amor, la muerte,
el tiempo, el placer…) en Cantos de vida y esperanza (1905).
Seguidores del Darío modernista en España destacan Salvador Reina, Ricardo Gil y Manuel
Rueda, aunque todos los escritores de este tiempo fueron modernistas. Juan Ramón Jiménez
señaló que cuando él llegó a Madrid, modernistas eran Valle-Inclán, Baroja, Azorín, los
Machados, Unamuno, todos estaban sometidos al nuevo concepto de “lo moderno”. Lo que va
a caracterizar al movimiento en España es que cada autor va a asimilar de una forma distinta el
nuevo estilo y adoptará una originalidad propia, por lo que cada autor se justifica por su propio
concepto artístico.
En nuestras letras contamos como precedente del simbolismo con Gustavo Adolfo Bécquer,
cuyo influjo en el modernismo hispano será notable, especialmente en poetas de la talla de
Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. La depuración del lenguaje poético y el tratamiento
de la intimidad del poeta serán el sustrato del que parte la lírica hispana hasta asimilar la
nueva estética modernista. Por eso en España el Modernismo que prospera es el de carácter
simbólico más que el puramente estético. Antonio Machado, etiquetado como
noventaiochista, descubre el símbolo y lo aplica en su obra Campos de Castilla. Castilla se
convierte en el macrosímbolo del poeta.
- La preocupación por el paso del tiempo está en Juan Ramón Jiménez, Unamuno, en Antonio
Machado. En todos se trasluce el concepto del tiempo quevediano (el paso inexorable del
tiempo y el final inevitable) y a partir de esta preocupación surgen otros temas como son la
vida y la muerte, la historia o el deseo de capturar la belleza ante la fugacidad de la vida.
- El sueño como fórmula de escape vuelve a presente en Antonio Machado, en Juan Ramón y
en Unamuno, al tiempo que todos participan de preocupaciones como el desengaño o la
soledad.
- La aparición del verso libre por influjo del norteamericano Walt Whitman.
Al margen de estas consideraciones generales merecen una mención especial aquellas autores
y obras puramente modernistas.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ(1889-1915) en sus primeras obras que conforman la denomida ETAPA
SENSITIVA ,marcada por la influencia de Bécquer, cuya poesía descubrió en Sevilla; el
simbolismo francés que había conocido en el sanatorio mental; y el Modernismo colorista y
exuberante de Rubén Darío, al que había conocido en Madrid. Predominan las descripciones
del paisaje como reflejo del alma del poeta, los parques otoñales y los jardines al atardecer, los
sentimientos vagos, diluidos e inconcretos, la tristeza, la melancolía, la música y el color, los
recuerdos y ensueños amorosos. Se trata de una poesía emotiva y sentimental, en la que se
trasluce la sensibilidad del poeta a través de una estructura formal perfecta. En Rimas (cuyo
título homenajea a Bécquer) recoge poemas de sus dos primeros libros (Almas de violeta y
Ninfeas), marcados por el modernismo externo en boga; y añade nuevas composiciones
influidas por el simbolismo que conoció durante su estancia en Francia. En Arias tristes, escrito
casi enteramente en romance octosílabo, predomina la melancolía, la tristeza, la nostalgia
evocadora. El tema fundamental es el paisaje y el alma del poeta. Ambos se funden y llevan a
la personificación de los árboles, los jardines, los días… Todos los objetos cobran vida y sienten
pena, sufren, disfrutan, ríen y lloran en función del estado de ánimo del poeta. Además,
también se tratan los temas de la mujer, identificada con el amor recordado e idealizado de ”la
novia del pueblo”; y la muerte, que produce malos presagios y terribles alucinaciones. Con
Jardines lejanos se acentúa la atmósfera doliente y sensual. Antonio Machado admiró esta
obra por la fina sensibilidad que demuestra y por la dulzura de ritmo y de sentimientos que
posee. La soledad sonora toma su nombre de un verso de San Juan de la Cruz.
ANTONIO MACHADO. Nació en Sevilla en 1875, pero a los 8 años se trasladó a Madrid. Estudió
en la Institución Libre de Enseñanza. Viajó como diplomático a París en 1900, donde conoció a
Rubén Darío. A su regreso ejercerá como profesor de francés en Soria, donde conocerá a
Leonor, una joven con la que se casó en 1909 y que murió tres años después. Firme defensor
de la República, se vio obligado a exiliarse a Francia al término de la guerra, donde muere en
febrero de 1939. Su trayectoria poética se inicia en la estética modernista con Soledades
(1903), obra que reelaborará (añade más poemas y suprime los elementos más externos del
modernismo) en 1907 bajo el título de Soledades, Galerías y otros poemas. Machado proclama
una poesía llena de emociones y sentimientos, donde predomina la experiencia sobre la
imaginación. Aunque es un libro primerizo, se presenta como un hombre ya maduro que evoca
el sentimiento de la juventud perdida sin amor. También trata los temas del tiempo, la
soledad, la muerte y Dios. El carácter modernista de esta obra estriba en el ritmo, la rima y la
herencia simbolista: el sueño, la tarde, la fuente… Machado intenta sugerir a través de la
simbología del paisaje las más profundas e intensas sensaciones.